Procne

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Filomela y Procne.

En la mitología griega Procne era la hija del rey de Atenas, Pandión I, y tenía una hermana conocida como Filomela. El marido de Procne era el héroe Tereo de Tracia. Pandión, le había ofrecido la mano de su hija al héroe en recompensa por haberle ayudado en la guerra contra Lábdaco; el rey de Tebas.

Tras la boda, Procne y Tereo se marchan de Atenas. Tuvieron un hijo, llamado Itis. Tiempo después, Tereo fue enviado por su esposa a buscar a Filomela. Pandión permite que Filomela se marche con Tereo con el propósito de que así pueda ver a Procne. Sin embargo, Tereo se enamora de una forma enfermiza de la joven y la acaba violando. Luego de esto cortó su lengua para que así ella nunca lo delatase.

La encerró en un caserío, dónde tejió su desgracia en un peplo. Filomela se lo entregó a su hermana a través de un esclavo. Procne, rescató a su hermana y junto a ella conspiraron una venganza terrible: mataron a Itis y lo sirvieron guisado al padre en la cena.

Sorprendido por lo ocurrido, cuando se dio cuenta de que se había comido a su propio hijo, Tereo persiguió a las dos hermanas con una espada.

Los dioses tuvieron misericordia de ellas, sin embargo Procne fue convertida en un ruiseñor de incansable trinar y Filomela en una golondrina de canto quejoso y corto; y Tereo en un gavilán que perseguía incesantemente a Procne convertida en ruiseñor. En la mitología romana, de acuerdo al relato del poeta Ovidio, las transformaciones de los personajes son diferentes, Procne se convierte en golondrina, Filomela en ruiseñor y Tereo en abubilla.

En la poesía griega pueden encontrarse múltiples alusiones a este mito:

  • En Las Suplicantes de Esquilo: «Si hay algún lugar augur del país, al oír mi lamento, creerá que está oyendo el grito de la sabia esposa de Tereo, de compasión digna: ruiseñor perseguido por un gavilán.»[1]
  • En Agamenón de Esquilo: «Tienes la mente delirante, posesa por la deidad, y por ti misma gritas un canto desprovisto de melodía, igual que el pajizo ruiseñor, insaciable de trinos -¡ay!- con desdichado corazón, gime -Itis, Itis- a lo largo de todo un destino florido de males.»[2]
  • En Electra de Sófocles: «Insensato el que olvida a un padre que se ha ido de manera tan lamentable; más, en cuanto a mí, es grato a mi pensamiento el pájaro que, turbado, se lamenta; el que constantemente se lamenta por Itis, por Itis, mensajero de Zeus[3]
  • En Áyax de Sófocles: «Ciertamente que su madre, cargada de años y compañera de blanca ancianidad, cuando oiga que él ha perdido la razón lanzará, desdichada, un grito de dolor, un canto de dolor y no el lamento del quejumbroso pájaro, del ruiseñor.»[4]
  • En Fedón de Platón: «Mas los hombres, por su propio miedo a la muerte, calumnian incluso a los cisnes y dicen que, lamentando su muerte, entonan, movidos de dolor, un canto de despedida, sin tener en cuenta que no hay ningún ave que cante cuando tiene hambre, frío o padece algún otro sufrimiento, ni el propio ruiseñor, ni la golondrina, ni la abubilla.»[5]

Véase también[editar]

Referencias[editar]

  1. Esquilo (2008). Las Suplicantes, Tragedias. Gredos. p. 323 (verso 60). ISBN 84-249-1046-X. 
  2. Esquilo (2008). Agamenon, Tragedias. Gredos. p. 419 (verso 1140). ISBN 84-249-1046-X. 
  3. Sófocles (1981). Electra, Tragedias. Gredos. p. 145 (verso 145). ISBN 84-249-0099-5. 
  4. Sófocles (1981). Ajax, Tragedias. Gredos. p. 151 (verso 625). ISBN 84-249-0099-5. 
  5. Platón (2001). Fedón. Planeta. p. 115. ISBN 84-08-03825-7. 

Enlaces externos[editar]

  • Procne en el Proyecto Perseus.
  • Tereo en el Proyecto Perseus.