Presidencias históricas
Presidencias históricas: es una denominación que suele utilizarse en la historiografía Argentina para referirse a tres presidencias sucesivas constitucionales de Argentina: Bartolomé Mitre (1862-1868), Domingo Faustino Sarmiento (1868-1874) y Nicolás Avellaneda (1874-1880), que abarcaron el período de dieciocho años comprendido entre 1862 y 1880 durante el cual se terminó de consolidar la Organización Nacional.
Las mismas fueron consecuencia inmediata de la guerra entre el Estado de Buenos Aires y la Confederación Argentina que se resolvió con el triunfo porteño en la Batalla de Pavón, que llevó al gobernador de Buenos Aires, Bartolomé Mitre, a tomar de facto la presidencia de la Confederación Argentina en 1862.
Se sucedieron con posterioridad a la Reforma constitucional de 1860, que formalizó la integración de Buenos Aires a la Confederación Argentina, organizada nueve años antes por la Constitución de 1853.
Organización[editar]
Las presidencias históricas surgieron luego de la batalla de Pavón, que produjo la reincorporación definitiva del Estado de Buenos Aires a la República Argentina y la finalización del proceso constituyente de los años 1862 hasta 1880. Las tres presidencias constitucionales que se sucedieron contribuyeron a un proyecto común que las identificaba, organizando y modelando el modo de vida argentino y las instituciones que conformaron los tres poderes del estado. Este trío de presidentes, si bien con sus diferencias personales, de estilos y de poder, tuvieron un claro objetivo común para la Argentina como: la civilización sobre la barbarie. La participación de las presidencias históricas en el proyecto que compartieron se basó en tres finalidades: “nación, constitución y libertad”. Las presidencias históricas aplicaron los artículos de la Constitución Argentina logrando la consolidación de la unión nacional de las provincias a través de un creciente poder federal.
Políticas[editar]
Tanto Mitre como Sarmiento y Avellaneda supieron aplicar claras políticas que les valieron su consideración como los tres primeros estadistas de la Argentina moderna. Las principales medidas que tomaron para lograr las metas proyectadas fueron:
- Organización del ejército nacional.
- Organización del Poder Judicial de la Nación.
- Unificación de la legislación común a través de la sanción del Código de Comercio y del Código Civil.
- Funcionamiento de las aduanas y de las rentas nacionales.
- Unificación de la moneda.
- Unificación del sistema de pesos y medidas.
- Organización de la administración nacional y el surgimiento del empleo público.
- Fomento de la educación.
- Creación de escuelas en los diferentes niveles de educación.
- Fomento de la inmigración europea.
- Creación de pueblos y colonias.
- Ampliación de las fronteras sobre los territorios [Indígenas de América]
- Aumento de la explotación, de la agricultura y de la ganadería.
- Crecimiento económico.
- Apoyo a las industrias con créditos blandos.
- Desarrollo del sistema de correos y telégrafos.
- Ampliación de los ferrocarriles.
- Construcción de caminos y puentes.
Las presidencias históricas fueron sucedidas por el otro período constitucional denominado la República Conservadora, que se inició a partir de 1880 con el advenimiento de la primera presidencia de Julio Argentino Roca.
Bibliografía[editar]
- CASTELLÁN, Ángel: Historia de la cultura occidental y de la Nación Argentina. Cooperadora de derecho y Ciencias Sociales. 1980.
- LORENZO, Celso Ramón: Manual de historia Constitucional Argentina 2. Editorial Juris. Rosario. Provincia de Santa Fe. Argentina. 2000. ISBN 950-817-064-6.
- RAMALLO, Jorge María: Historia de la Educación y Política Educacional Argentina. Ediciones Braga. 1989.
- UNIVERSIDAD NACIONAL DE CUYO, FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS, INSTITUTO DE HISTORIA: Revista de Historia Americana y Argentina. 1997.