Es un estratovolcán formado por tres cráteres con nieves perpetuas, debido al glaciar que existe en su cima. En los últimos años preocupa mucho la acelerada disminución del grosor y de la superficie de dicho glaciar.
Por encontrarse en el margen oriental del valle del Rift, el monte Kilimanjaro, que muestra haber tenido una gran actividad volcánica en el Pleistoceno, no se encuentra totalmente aislado en la llanura africana, está acompañado por otros tres conos volcánicos, orientados en un eje este-suroeste: el más antiguo, Shira, al oeste, con una altitud de 3962 m, Mawenzi al este, con una altitud de 5149 m y, entre ellos, Kibo, que es el más reciente y muestra aún señales de actividad, en forma de fumarolas. Entre el Kibo y el Mawenzi hay una plataforma de cerca de 3600 ha, llamada “la silla” (“the Saddle”, en inglés), que conforma la mayor área de tundra de altura en África.
Su nombre sigue siendo un enigma. Puede venir de las palabras swahilis, kilima (pequeña montaña) y njaro (el demonio del frío); o bien de la expresión njaro (caravanas), en referencia a los convoyes de esclavos de los vendedores árabes de Zanzíbar, que hacían antaño un alto en los parajes. Algunos evocan la palabra njare, la fuente del agua. Los masái lo llaman simplemente Ngage Ngai, es decir la 'casa de Dios'.
Los chaggas nunca le han dado nombre a esta montaña. Distinguen solamente el gran volcán blanco, llamado Kibo (esperanza), símbolo de la eternidad y de la suerte, del pico negro Mawenzi (5149 m) al este, asociado a las fuerzas del mal. Una tercera cumbre, el Shira, al oeste, no alcanza más que 3962 metros de altitud. El Kibo, cumbre principal, es una caldera de 2500 metros de diámetro