Mate (infusión)

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Mate

Yerba servida en un tradicional mate de calabaza y con una bombilla
Valor nutricional por cada 100 g de infusión
cafeína = 1,02 g[cita requerida]
Energía 0 kcal 0 kJ
Carbohidratos 1234 mg
Grasas 0 mg
Proteínas 294 mg
Tiamina (vit. B1) 0.47 mg (36%)
Riboflavina (vit. B2) 0.78 mg (52%)
Hierro 3.6 mg (29%)
Magnesio 370.5 mg (100%)
Potasio 1095 mg (23%)
Sodio 121.8 mg (8%)
% de la cantidad diaria recomendada para adultos.
Fuente: Andinia.com

Se denomina mate a la infusión hecha con hojas de yerba mate (Ilex paraguariensis), planta originaria de las cuencas de los ríos Paraná, Paraguay y el curso superior del Uruguay. Estas plantas previamente secadas, cortadas y molidas forman la yerba mate, la cual tiene sabor amargo debido a los taninos de sus hojas. Por esto, hay quienes gustan de endulzar un poco el mate con azúcar, miel, stevia o endulzante no calórico. La espuma que se genera al «cebar» se debe a los glucósidos que la yerba mate contiene.[1]

Era consumido desde la época precolombina entre los pueblos originarios guaraníes (y por influencia de esto, también lo hacían otros grupos que realizaban comercio con los guaraníes, como los querandíes, los pampas antiguos, los qoms, etc.).

Fue adoptado rápidamente por los colonizadores españoles, y quedó como parte del acervo cultural en Argentina, Bolivia (Tarija, Santa Cruz, Chuquisaca), Paraguay y Uruguay, en donde se consume mayoritariamente, y también en zonas de Brasil y Chile (Entre Coquimbo y Magallanes).

Como sucede con el , el café o el chocolate, el mate posee un efecto estimulante debido a la cafeína que contiene.[2][3]​ Anteriormente, y en forma popular se pensaba que tenía un energizante similar pero no igual, al que se llamaba "mateína".[2][3]

Además se le suma un efecto, que es compensado por el alto consumo de agua que se realiza cuando se "matea", resultando así una infusión digestiva, depuradora y ―al poseer antioxidantes― preservadora del organismo. Como las otras infusiones mencionadas, el mate tiene cierta acidez, razón por la que muchas veces se le añaden ―en escasas proporciones― otras hierbas (digestivas, reguladoras de la función hepática, sedantes, etc.) que logran neutralizar la acidez[cita requerida] como también compensar el ligero efecto estimulante de la cafeína.[cita requerida]

Tradicionalmente, el mate se bebe caliente mediante un sorbete denominado bombilla colocado en un pequeño recipiente, que es denominado ―según la zona― «mate», «cuya», «porongo» o «guampa», que contiene la infusión.

Mate recién cebado8

Por lo común se distingue al recipiente llamado porongo del llamado «mate» por ser el primero de mayores dimensiones y de boca ancha. Aunque se obtienen normalmente del porongo (Lagenaria siceraria), una cucurbitácea cuyo fruto tiene una corteza fuerte y leñosa apta para ser usada como recipiente, desde tiempos coloniales se han realizado mates de plata, cuerno vacuno (guampa), porcelana, vidrio o madera (en general quebracho o palo santo) o pezuña de toro labrada.

Etimología

Al llegar los conquistadores a estas tierras, notaron que los nativos practicaban el ritual de juntarse a beber una infusión a los que los guaraníes llamaban kaaí, siendo ka’á: ‘hierba’, e í: ‘agua’.[4]

La expresión «mate», nace del vocablo quechua matí, que significa calabaza (el recipiente para beber mate suele ser hecho de calabaza). El mismo se tomaba a través de una cañita denominada «tacuarí», en cuyo extremo se colocaba una semilla ahuecada que hacía las veces de filtro.

También se lo ha llamado «té del Paraguay» u «oro verde» por el alto valor que tuvo sobre todo en tiempos coloniales.[5]

Por extensión, los conquistadores denominaron de esta manera a la infusión elaborada a partir de la (yerba (Ílex paraguayensis).

En portugués se llama chimarrão (‘cimarrón’, salvaje), aunque especialmente en Sur de Brasil también se utilice la palabra «mate».

Historia

Gaspar Rodríguez de Francia, dictador del Paraguay, tomando mate (ca. 1820)
Mapuches tomando mate en la pampa. c. 1880

Los conquistadores que veían a los nativos tomarlo, tenían la creencia de que el mate era una «hierba del demonio» por desconocer su práctica.[nota 1]​ Sostenían además que era una bebida de haraganes, ya que los nativos dedicaban varias horas por día a este rito.

El mate se originó como un rito de los nativos guaraníes en el territorio que hoy ocupa el Paraguay y las provincias argentinas de Misiones y Corrientes, los guaraníes sepultaban los restos de sus seres queridos y en ese mismo lugar plantaban yerba mate, luego que la planta crecía, la cosechaban y la tomaban en «rueda» con sus familias de la misma manera que se realiza hoy en día. Los nativos guaraníes realizaban estos ritos porque creían que de esa manera el espíritu de sus seres allí enterrados iban a crecer con la planta de yerba mate y pasar a través del mate a su cuerpo y permanecer con ellos. También solían plantar donde enterraban a sus parientes distintos tipos de vegetales comestibles porque creían que así crecía mejor la planta.[6]

Los españoles observaron que a los guaraníes, el mate los fortificaba para el trabajo y en caso de necesidad les servía de alimento. Hacia 1714, su uso se había extendido a Bolivia y Chile. Los británicos de Chile (que se ocupaban de la trata de esclavos traídos de África) vieron que también beneficiaba a los negros, lo probaron y lo llevaron a Londres, donde fue muy bien recibido. Incluso se pensó en reemplazar el tradicional uso del té por esta bebida, ya que era más provechosa e incluso más barata; pero como las misiones jesuíticas del Paraguay eran su único productor, y el comercio del té les reportaba tan buenas ganancias, se desechó la idea.[nota 2]

Según al antropólogo Daniel Vidart, el mate es algo más que una bebida. Es una tradición que vence las costumbres aislacionistas del criollo y empareja las clases sociales... y a través de los tiempos, es el mate quien hizo la rueda de amigos, y no la rueda quien trajo al mate. Y no solo eso, a su vez también es un símbolo para todo aquel que se aleja de su país natal (Paraguay, Uruguay, Argentina, Chile, algunos estados de Brasil y Bolivia) y encuentra en él una remembranza y un enlace con su tierra.

Historia de la yerba mate

Consumo

La forma de preparación del mate fue transmitida por los guaraníes a los colonizadores españoles y portugueses (en portugués se terminó llamando chimarrão). Con el transcurso del tiempo fue adoptada como bebida tradicional de los pobladores de Paraguay, Uruguay, Bolivia, Argentina y parte de Brasil, llegando a difundirse su consumo hasta Chile y Perú. Durante el siglo XIX era común que en Chile el mate se preparara con el "palito" de la yerba mate, lo cual hacía una pequeña diferencia en el mate consumido por los chilenos.

El mate sigue siendo una infusión de gran popularidad en casi todos los países mencionados, sobre todo en Paraguay, Argentina y Uruguay, teniendo la particularidad de que es bebido diariamente por gran parte de la población. En Uruguay es usual ver que se lo consuma en la calle, mientras se espera el transporte (incluso dentro del mismo de forma no permitida) o simplemente mientras se camina al trabajo. No es extraño observar en algunos programas de televisión a algún conductor con su termo y mate mientras realiza su labor. En Argentina es muy común tomar mate en los viajes; a su vez, es usual ver a la gente tomando mate en plazas o parques. Cabe aclarar que el mate en Paraguay, Argentina y Uruguay no suele ser una bebida de consumo individual, sino que es costumbre compartirlo entre conocidos. En estos países el mate forma parte de la actividad cotidiana en muchos hogares y, en algunos casos, en oficinas, donde es muy común ver a profesionales trabajando frente a sus computadoras con el termo y el mate acompañando su actividad. Es por sus características[7]​ y por su bajo costo la bebida por antonomasia del estudiante universitario en estos dos países. El paraguayo medio está constantemente consumiendo yerba mate. Lo toma caliente de mañana antes del desayuno. Y después del desayuno hasta la hora de la comida lo toma en forma de tereré (mate frío). Después de la siesta, el tereré continúa, normalmente interrumpido por la merienda, y en días de mucho calor sigue hasta la cena.

El mate posee una vajilla especial: el recipiente principal (el «mate» o «porongo»), la bombilla (una especie de pajita de metal, madera etc. con filtro), y la pava o ―añadido desde el siglo XX― el termo. A este conjunto se suma frecuentemente un ensamble portátil (casi siempre constituido principalmente con metal) que reúne dos recipientes: la yerbera (es decir el recipiente en donde se deposita la yerba para cebar el mate) y la azucarera para el mate dulce.

Incluso la pava o tetera, usada en Argentina, con la cual se calienta y vierte el agua para el mate suele ser especial. Es muy semejante a una tetera, aunque su pico tiene una muesca que facilita el vertido con un chorro fino del agua caliente dentro de los recipientes. Incluso existen bandejas especiales con molduras para acomodar la vajilla precitada y el plato en el cual se colocan galletitas, tortitas fritas o «facturas» con las que tradicionalmente se acompaña el mate.

Argentina

Bombilla argentina de plata del siglo XIX.

A inicios del siglo XIX, el mate tenía una gran difusión entre españoles y criollos. En todas las casas, pobres o acomodadas, se utilizaba como bebida refrescante, se desayunaba con mate todas las mañanas y se merendaba con mate todas las tardes, acompañado con pan, tostadas o bollitos dulces. Para los menos favorecidos podía llegar a representar la cena, pero para la gente acomodada era una buena excusa para recibir invitados y agasajarlos mientras una chinita se los cebaba. Los mates podían ser de oro, plata, peltre, vidrio, madera, calabaza o barro con diferentes formas y repujados artísticos.[8]

El consumo del mate está extendido por todo el país y su ingesta es cotidiana, además, de todos los estratos sociales. Un estudio del Instituto de la Yerba Mate muestra que la infusión tiene una presencia del 98 % en las casas del país.[9]

El Instituto Nacional de la Yerba Mate encargó el estudio a la firma GEA Research For Strategy, el cual comprendió a 5000 hogares de las capitales del país, consultados por vía telefónica. La encuesta estuvo dirigida a conocer cuánto, quiénes y cómo se consume la tradicional infusión criolla.

Según la investigación, el 92 % de los consultados eligen beber mate con bombilla, el 54 % como mate cocido y el 14 % como tereré, es decir, cebado con agua fría. El mate con bombilla está más extendido entre los mayores de 21 años. Los consumidores de tereré (mate frío) se concentran, principalmente en la región noreste del país, donde se registra un 70 % de quienes eligen refrescarse con esta versión del mate.

Otro dato obtenido por el relevamiento indica que el 75 % de las personas que usan bombilla lo toman dulce ―y de este total, 7 de cada 10 eligen el azúcar como endulzante― y los que lo eligen amargo viven, en su mayoría, en la región noreste. Por otro lado, 8 de cada 10 entrevistados afirman que la yerba mate es un diurético y estimulante físico y mental.[9]

La expresidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, entrega al nuevo papa Francisco un mate con bombilla, en 2013.

En 2013 se estimó que el consumo del mate en los argentinos anualmente es de 240 000 toneladas de yerba mate, unos 100 litros per cápita.[10]

El mate no es solo uno de los principales productos cosechados y exportados por la Argentina, es también uno de los más consumidos en el interior del país y una marca de distinción de la cultura argentina. Aun así, existen tanto marcas regionales que dominan mercados locales en distintas regiones del país, como otras especializadas en producción «premium» a menos escala. A pesar de la resistencia de los más conservadores en mezclar el la yerba con otros ingredientes, firmas como Cachamai o CBSé se especializan en la producción de mates saborizados (naranja, limón, pomelo e incluso café), endulzados, dietéticos, digestivos o mezclados con otras hierbas, como manzanilla, boldo, menta peperina, tilo, o -para neutralizar la acidez- congorosa y equilibrar el pH etc.

Para el año 2012, un artículo periodístico estimaba que el 80 % del mercado de yerba mate en la Argentina estaba acaparado por diez firmas productoras, un grupo encabezado por Establecimiento Las Marías (Taragüí, Unión, etc.) y Molinos Río de la Plata (Nobleza Gaucha, Cruz de Malta, etc.) y compuesto además por varias cooperativas. Por otra parte, nueve de ellas estaban instaladas en la región nordeste del país, en las provincias de Corrientes y Misiones, a excepción de Molinos Río de la Plata.[11]

Siria es su principal comprador y otros mercados para la exportación de mate argentino son Chile, Estados Unidos, España, Bolivia, Brasil y Uruguay.[12]

A tal grado se encuentra difundido el mate en Argentina que hay dos lugares en donde se celebra la Fiesta Nacional del Mate, una en la localidad cordobesa de Colonia Italiana,[13]​ y otra en la ciudad de Paraná, en la provincia de Entre Ríos.[14]

El 30 de noviembre fue instituido como el Día Nacional del Mate, en conmemoración del nacimiento del comandante guaraní Andresito Guazurarí (1778-1821).[15]

Bolivia

Mate de plata hecho en el siglo XVIII en la Provincia de Charcas.

En Bolivia se consume habitualmente en la zona del Gran Chaco boliviano que incluye a los departamentos de Tarija, Santa Cruz y Chuquisaca y también es consumido en otras regiones como en Potosí [nota 3]​, por su situación geográfica e intercambio con el vecino país de la Argentina desde la Colonia y gran contrabando del mismo producto via La Quiaca - Villazón y otras regiones aunque en menor medida. Bartolomé Arzáns de Orsúa y Vela en su libro Historia de la Villa Imperial de Potosí en el siglo XVIII, nos cuenta los beneficios de la Yerba Mate al consumir los indígenas que explotaban el Cerro Rico de Potosí, y como en las casas de los potentados mineros se lo hacía en (mate) vajillas de Plata y Oro incrustados con detalles de piedras preciosas. Es usual encontrar consumo de yerba mate en la región occidental del Altiplano, en donde el producto se puede adquirir en los mercados principalmente.

Además es ampliamente consumido el mate de coca no solo en el occidente del país, también se consumen mate de otras yerbas como el cedrón, hierba buena, toronjil, manzanilla, anís, etc. Así como el consumo del Tereré en el Oriente del País como son los departamentos del llano en la región de la Amazonía Santa Cruz, Beni, Pando por tener una vegetación, clima similar a la geografía Paraguaya y Brasilera.

Chile

En Chile, desde el siglo XX el consumo del y el café han dejado a nivel urbano en segundo o tercer plano la costumbre de beber mate, presentándose gran parte de su consumo en la zona sur y en las zonas rurales. Sin embargo, su consumo se ha vuelto más popular en el último tiempo en la capital y en la zona centro, sobre todo de la mano de la juventud universitaria y de oficinistas, quienes han hecho eco de la gran cantidad de propiedades que posee. Tanto era el gusto popular del mate en Chile, que a mediados del siglo XIX los ingleses llamaban al mate "té a la chilena", como lo describe una cita de la escritora inglesa María Graham. El mate, siendo desplazado en algunas zonas del norte del país por el té, se afianzó en las regiones al sur de Santiago (desde O'Higgins hasta Magallanes) y aun sobrevive en las zonas rurales del norte del país.

Paraguay

Mate paraguayo regalado al presidente argentino Hipólito Yrigoyen, en exposición en el Museo del Bicentenario.

En la época colonial esta bebida se tomaba de una manera similar a como se hace hoy en día, y ya era bastante popular.[16]​ Esta costumbre procede de los indios guaraníes, quienes lo consumían de manera similar pero sin la vajilla con la que hoy se cuenta, sino utilizando un poro o vasija de barro sin bombilla, y colando el agua tibia entre los dientes;[17]​ aunque otra versión señala que más bien lo tomaban como un té, en forma parecida al mate cocido actual.[18]

El tereré, de origen guaraní (consistente en una mezcla de agua fría y yerba mate y otras hierbas refrescantes machacada) es popular en el país y un gran porcentaje de la población lo consume tanto como el «mate cocido».

También se acostumbra en Paraguay, principalmente en invierno, tomar el «mate dulce» (o mate de coco), el cual se prepara con leche caliente endulzada (o con azúcar derretida), agua y coco rallado en vez de yerba mate.[19]

Uruguay

Típica imagen del Uruguay: un peatón con su termo y su mate en un espacio público.

Los uruguayos consumieron en 2014 6.8 kg de yerba por persona[20]​ al año son mucho más que 400 millones de litros de mate (a razón de 20 litros por cada kg [21]​) en un mercado que importa 32 millones de kilos al año y factura cerca de US$ 90 millones.[cita requerida] El consumo de mate supera incluso al de todas las marcas de refrescos juntas que, según datos de la consultora Id Retail, venden al año cerca de 290 millones de litros.[cita requerida]

No importa la edad ni el nivel socioeconómico, tampoco la hora del día ni el lugar; el consumo de mate en Uruguay logró cortar transversalmente a la sociedad siendo el país el mayor consumidor de mate en relación con su cantidad de habitantes. Una de las costumbres mas arraigadas en el uruguayo es tomar mate en la rambla, es decir en la costa que rodea el país, es aún más común ver personas en solitario o en familia tomar mate en la Rambla de Montevideo en épocas estivales. [22]

Brasil

En el Sur de Brasil el «mate» es la costumbre y la tradición. La tradición del mate en Brasil proviene del Brasil colonizado por españoles y europeos. Aunque también se toma en el sureste de Brasil y el centro oeste de Brasil

El término chimarrão se utiliza en Brasil, aunque es un término derivado del vocablo castellano ‘cimarrón’, que alude al ganado domesticado que ha vuelto al estado de fauna silvestre.

En el Sur de Brasil, el "compañero" sirve habitualmente como "bebida de la comunidad", aunque algunos fans lo toman todo el día, incluso estando solos. El frecuente consumo, sobre todo cuando la familia se reúne, se convierte prácticamente en agasajo obligatorio para las visitas o invitados cuando llegan: el mate es un símbolo de la hospitalidad del sur a los que llegan como invitados a una casa en esta región, pues invariablamente se les da la bienvenida con una calabaza de mate.

Siria

Estatua de un hombre preparando mate, en Posadas, Misiones, Argentina.

La introducción del mate en Siria se habría iniciado con la gran inmigración de ese país hacia Argentina que se registró entre los años 1850 y 1860, según relató, en 2010, el gerente de la Cámara de Comercio Argentino Árabe, Pablo Fodaro.[12]​ A mediados del siglo XX, en uno de los tantos altibajos de la economía argentina, retornaron a Siria muchos de los hijos y nietos de aquellos e introdujeron la costumbre de tomar mate.[23]

En 2009, por ejemplo, Siria compró toda su yerba y fue el mayor importador en valor y volumen de la misma, con 71.2 % y 67 % respectivamente, del total exportado por Argentina.[12]

Cuando la minoría alauí tomó el poder en 1970 adquirió los hábitos de los ricos, entre ellos el de tomar mate. En 2013, se volvió una bebida esencial durante el descanso de los combatientes del llamado Ejército Libre Sirio,[24][25]​ gracias a que al capturar posiciones, además de armas y equipamiento, capturaron provisiones de yerba mate de las fuerzas regulares.[23]

Propiedades

Escultura de una pava y un mate, en la ciudad de Oberá, en la provincia de Misiones (Argentina).

El mate es un depurativo ―debido a su carácter diurético[cita requerida] y un tónico.[cita requerida] Su capacidad diurética explica una paradoja de la dieta gaucha hasta inicios del siglo XX: hasta entonces los habitantes de las zonas rurales del Cono Sur solían tener una dieta hiperproteínica sin aparente contrabalanceo, lo cual hubiera provocado ―en el más benigno de los casos― una elevadísima concentración de urea, que se reflejaría rápidamente en afecciones imposibilitantes como la gota. Sin embargo, la diuresis que se lograba por la elevada ingesta de mate contrapesaba los excesos de una dieta hiperproteica.[cita requerida] El mate, por otra parte, posee excelentes antioxidantes. Según las conclusiones de un estudio llevado a cabo en Estados Unidos, el consumo de mate puede reducir el colesterol LDL o colesterol «malo», a la vez que promueve el aumento de colesterol HDL o colesterol «bueno». La investigación afirma que el mate tiene propiedades que inducen la actividad de importantes enzimas antioxidantes en el organismo; una de las más importantes es la paraoxonasa-1, que ayuda a retirar el colesterol malo y tiene efectos cardioprotectores; del mismo modo el mate ayuda a limpiar los intestinos al favorecer la motilidad de los mismos.[26]​ También aporta el mate (especialmente si es bebido mediante el «cebado» con bombilla) elevados niveles de xantinas y hasta doce beneficiosos polifenoles entre los cuales se destacan el ácido clorogénico y la quercitina[27]​ Sus condiciones antioxidantes son similares a las del té verde, aunque el mate es más nutritivo ya que aporta vitaminas B1, B2 B3, B5, C y E, así como hierro, magnesio, potasio y más de diez aminoácidos.[28]

Otra característica (actualmente casi anecdótica) fue bastante fortuita: los combatientes criollos o gauchos durante la Guerra de la Independencia obtenían la mayor parte de su agua a través de la ingesta de infusiones y decoctos de mate, de este modo el agua era purificada de gran parte de las bacterias y posibles parásitos; los europeos (españoles y mercenarios) que solían considerar al mate como algo «bárbaro» o «primitivo» bebían las aguas sin el necesario caldeado, por lo cual contraían parasitosis con frecuencia.

Por lo anterior se observa que el mate es una bebida beneficiosa solo contraindicada en casos de personalidades muy ansiosas, padecientes de insomnio o de algunas disfunciones renales graves.

Como se ha observado recientemente con el café, el mate favorece la atención y con ello las actividades intelectuales.[cita requerida] Resulta asimismo un bebido en exceso, el mate no es adictivo, y no se han registrado casos de insomnio debidos a este;[29]​ lo cual se debe a que el mate se bebe bien diluido en agua y ―generalmente― entre varias personas, y que además de todo esto, el mate contiene mucha menos cafeína que el té, el café, el guaraná o el cacao.[30]​ También podría influir que este es consumido preferentemente en la franja horaria que va desde la mañana temprano hasta la tarde (hasta las 21:00, aproximadamente). Por otra parte la diuresis que provoca el mate elimina rápidamente los catabolitos de alcaloides de la cafeína al mismo tiempo que depura al organismo de toxinas.

Asociación con enfermedades

El folclorista brasileño Paixão Côrtes mateando en Santana do Livramento, Río Grande del Sur, Brasil (2007).

Un estudio previo de Uruguay informó de un aumento del riesgo de cáncer de vejiga asociados al beber de la yerba mate de manera excesiva, cosa bastante frecuente en muchos uruguayos. También se sugiere que el consumo de mate pueda llegar a ser un factor de riesgo para el cáncer de esófago, «si se bebe a punto de ebullición (100 °C o a una temperatura muy caliente, tal problema ocurre con todos los alimentos si son consumidos muy calientes), debido a la alta temperatura del agua» con que suele ser bebido lo cual —con el paso del tiempo— puede llegar a dañar la mucosa esofágica. [31]​ Aunque es obvio que si se comen o beben alimentos a elevada temperatura de un modo crónico, las elevadas temperaturas de ingesta suelen provocar enfermedades de todo tipo; por ejemplo cánceres de esófago, estómago, lengua, labios y todo el tracto digestivo superior, tal cual ha sido frecuente en la cultura japonesa en la cual los varones bebían por prestigio el té verde sin ser lo suficientemente enfriado o entibiado unos minutos antes que lo bebieran las mujeres (en la cultura japonesa beber el té caliente en los varones antes que las mujeres significaba machista y tradicionalmente la prevalencia del varón sobre la mujer y este verdadero ritual provocaba epidemiológicamente una muy elevada incidencia de cáncer de estómago o de esófago entre los varones japoneses que bebían la muy sana infusión del té (como también es muy sana la del mate) a temperaturas nocivamente elevadas. Por otra parte en pueblos tan "materos" como el argentino, paraguayo y uruguayo, están libres de estadísticas que en verdad sugieran una presencia fuera de lo común de enfermedades por beber mate; es más se supone que el alarmante informe procede de las poderosas empresas productoras de gaseosas cola ante la exitosa y progresiva presencia de las gaseosas basadas en el mate en los países más importantes de Europa en lo que va del presente siglo XXI.

Párrafo aparte en cuanto a la posible toxicidad merece el tratamiento masívamente industrial de las hojas de mate; tradicionalmente las mismas son "cancheadas" es decir secadas al sol sin ningún añadido químico artificial, pero las industrias comerciales en muchas ocasiones aceleran artificialmente la desecación de las hojas de un modo nocivo:
Un grupo de investigadores del National Cancer Institute (de Estados Unidos) y de la Universidad Federal de Santa María (de Brasil), hallaron que las hojas secas procesadas y las infusiones de mate realizadas con ocho marcas comerciales diferentes contenían muy altos niveles (de 8.03 a 53.3 ng/g de hojas secas) del carcinógeno hidrocarburo aromático policíclico (HAP o PAH) (por ejemplo benzopireno). Estos compuestos potencialmente carcinógenos se originan por el proceso comercial de secado de las hojas de yerba mate, el cual involucra el uso de humo del quemado de madera, análogamente al caso de los hidrocarburos aromáticos policíclicos encontrados en la carne ahumada. El estudio concluye que en el mate se encontró una «muy alta concentración de hidrocarburos aromáticos policíclicos carcinógenos en las hojas de yerba mate y en las infusiones frías y calientes».[32]​ en todo caso -como ocurre con casi todo en la vida- deben evitarse los excesos: el mate es una infusión cuyo consumo es muy benéfico que solo se hace riesgoso si se bebe de un modo excesivo.[33]

Preparación

Paquetes de yerba mate, en papel plastificado. Diversas marcas, argentinas y paraguayas.
Bombillas metálicas, mostrando variados sistemas y formas, junto a un fósforo.
Jarra eléctrica con termostato que calienta agua a la temperatura adecuada para un mate.

Para preparar un mate cebado se coloca la yerba en un recipiente llamado mate o calabaza, hasta las tres cuartas partes del mismo. Luego se tapa con la mano, se coloca boca abajo y se lo agita (esto hace que las partículas más finas queden en la parte superior, y no obstruyan la bombilla). Se lo coloca nuevamente boca arriba y se le agrega un poco de agua tibia o fría cerca del borde. El agua debe estar a una temperatura cercana a 80 °C (antes del punto de ebullición). Se deja reposar algunos segundos (hasta que se absorba el agua) y se termina de llenar con agua caliente, hasta aproximadamente 7 u 8 mm del borde, cuidando de que no se moje la yerba de la superficie. Luego de uno o dos minutos se ensilla, es decir, se coloca la bombilla tapándole la boca con el dedo pulgar y presionando firmemente hasta el fondo. Siempre tiene que quedar más yerba sobre el lado opuesto de la bombilla. Se debe tener cuidado de no moverla demasiado, porque podría taparse. A lo sumo se la inclina en sentido contrario de donde quedó la yerba seca, es decir, para el lado del que va a tomar el mate.

Es importante destacar la temperatura que debe tener el agua a la hora de cebar el mate. En varias provincias de Argentina la temperatua del agua debe ser entre 70 y 90 ℃, es decir antes de que rompa el hervor. En las provincias del Noreste argentino, así como en Paraguay, al mate frío se lo llama «tereré» ya que se ceba con agua fría o jugo natural de naranjas por ejemplo.

El tomar mate, se ha convertido en un hábito social que se realiza muchas veces en conjunto. Es decir que varias personas comparten el mismo mate, llenándolo completamente para cada bebedor, donde uno de ellos oficia de «cebador». Este cebador es el encargado de llenar el mate y, a modo de ronda, pasarlo al siguiente bebedor.

También es un hábito muy común endulzarlo. Esto puede hacerse de dos maneras: una de ellas es mezclar el endulzante con el agua, con lo cual se logra un sabor homogéneo; y la otra es agregar el endulzante entre cebada y cebada.

Recipientes

Mate servido en un pomelo.

Existen diversos tipos de «mates» recipientes para preparar la infusión. El más tradicional, utilizado ya por los indígenas guaraníes del Paraguay, y que mantiene su vigencia en la actualidad, es el «mate de calabaza» o «mate de porongo» fabricado ahuecando el fruto de dicha cucurbitácea. Debido a la irregularidad de los frutos, suelen poseer elementos agregados para su estabilidad y mejor apoyo, evitando el volcado del contenido: algunas versiones poseen un aro de base y patas metálicas y desmontables, mientras otras están revestidas en cuero y las patas de apoyo están hechas en este mismo material. Otros agregados más sencillos para estabilizar el recipiente suelen ser bases realizadas en cuero tejido, pero independientes del mate. Muchos de los cuencos hechos en calabaza poseen asimismo un revestimiento metálico en la boca, para el apoyo de la bombilla y para evitar que el borde del recipiente se vaya dañando con la humedad y el uso. Tanto el fruto o porongo como las piezas metálicas de protección pueden estar talladas con motivos florales, tradicionalistas o rurales, de manera artesanal. Versiones más sofisticadas poseen elaborados pies realizados en metal (plata, alpaca, etc.) o incluso tapas en este mismo material. Los mates de calabaza revestidos en cuero también pueden estar trabajados con guardas, coloreados o tratados para dar textura.

Una versión rudimentaria es el «mate de caña» o «mate de tacuara» realizado con piezas de caña de azúcar cortadas y pulidas, aprovechando las secciones naturales de la caña como base del recipiente. Si bien pueden poseer tallados decorativos, suelen ser más sencillos. También en ámbitos rurales especializados en la ganadería, son característicos los «mates de asta» (también conocido como «guampa») y los «mates de pezuña», fabricados con dichas partes del vacuno, ahuecadas y tratadas aprovechando las cualidades de los huesos del animal.

Diferentes tipos de mate.

Además del recipiente de calabaza, otra variante mayoritaria es el «mate de madera», trabajado generalmente en palo santo, algarrobo, ñandubay o quebracho, una madera muy dura, materiales resistentes que deben ser tratados para no sufrir la acción de termitas y otros insectos que pueden estar ocultos en la pieza trabajada y se hacen visibles tardíamente, cuando atraviesan las paredes del recipiente. Esta variante del mate se presenta tanto con la madera dejada a la vista, en crudo o pulida y pintada, como en versiones revestidas en metal o en cuero. Algunos artesanos aprovechan variedades más exóticas de maderas para trabajar piezas de lujo.

Ya en tiempos coloniales era preferido entre las clases más pudientes el «mate metálico», que en sus versiones más lujosas estaba realizado en plata labrada artesanalmente. Algunas variantes incluyen una bombilla ya adosada como parte del recipiente, y un pie trabajado como parte de la pieza. En el Río de la Plata existe un mercado de platería que incluye el mate entre los trabajos realizados más tradicionales. Por el contrario, en Paraguay el mate metálico es muy común, se realiza en aluminio y copia la forma de la guampa o cuerno de la vaca; y para proteger las manos del calor del metal, suele estar forrado en cuero.

Existen innumerables versiones menos generalizadas del recipiente para mate. Una variante económica es el «mate jarrito», un sencillo vaso metálico esmaltado con una o dos asas, necesarias para evitar quemaduras, ya que el material es altamente conductivo del calor. Suelen ser pequeños y utilizados personalmente, ya que la poca cantidad de yerba que pueden recibir es insuficiente para una mateada grupal. Otra versión más urbana del recipiente es el «mate cerámico» realizado en cerámica esmaltada, material con una aceptable aislación térmica, aunque se trata de una variante poco utilizada y que suele fabricarse con inscripciones, dibujos o leyendas tanto de publicidad como relativas a algún evento o festejo.

Por último existen los «mates de plástico», aunque este material suele ser rechazado por los bebedores más conservadores. Existen tanto mates con doble fondo, pensado para mejorar la aislación térmica debido al poco espesor de las paredes de plástico, como el «mate listo»: un termo plástico que incluye una cavidad para colocar la yerba con una bombilla incorporada y fija para beber directamente del termo. Una variante de los mates sintéticos es más reciente y fue diseñada en silicona blanda.

Curado del recipiente

Los recipientes cuando son de calabaza o de madera se deben curar antes de usarse, para no transmitir a la bebida sabores extraños y evitar la formación de malos olores. El curado del mate se prolonga durante toda la vida útil del recipiente, se dice que «el mate se cura cebando».

Existen muchas formas de hacer el curado.

Primero se lava la calabaza una y otra vez utilizando solo agua caliente, sin agregar nada más, hasta que no haya quedado resto de ninguna sustancia, tierra, olor, color o sabor en el agua residual.

Después se deja el mate preparado por un tiempo antes de usarse por primera vez. Se llena la calabaza con yerba ya usada y se lo deja reposar generalmente entre 24 horas a 5 días para después repetir una vez más el proceso, retirando la yerba, pero sin enjuagar.

Se vuelve a colocar yerba usada para dejarlo un día más, quedando así curado el mate, a menos que no se esté conforme con el aroma que adoptó, para lo cual se puede repetir la última operación una vez más.

Se raspa bien el fondo para retirar los restos de materia orgánica.

Otra forma de curar la calabaza es directamente con brasas ardientes por dentro y después lavarla.

La bombilla también necesita un proceso previo antes de usarla: se la debe hervir durante 10 minutos en agua con 3 cucharaditas de bicarbonato de sodio.

Cebado

El acto de agregar agua a la infusión se denomina «cebar mate».

Servir el mate no alcanza. Del mismo modo que cebar es poner una máquina o un aparato en condiciones de empezar a funcionar y mantenerlo en funcionamiento, o echar aceite a la luz o leña al fuego para que continúe encendido, la tarea del cebador o cebadora es mantener el mate esplendoroso durante toda la cebada. Es por eso que se utiliza el término cebar y no servir, ya que cebar significa alimentar, fomentar, mantener algo en funcionamiento y sustentarlo, listo para su uso.

La forma de mojar la yerba es fundamental para que el sabor sea bueno, y es lo que diferencia a un buen cebador de uno malo.

No se debe mojar toda la yerba. Primero se debe echar el agua cerca de la bombilla y luego ir mojando el resto. Algunos para cebar encostan un poco la yerba como para dejar un hoyo para echar allí el agua de modo que sea menos amarga y que no pase por la bombilla restos de yerba mate.

De esta manera se comienza a mojar justo en el pozo que forma la bombilla. Un buen cebador nunca deja que se tape la bombilla. Una forma de evitar que la bombilla se tape es introducirla en azúcar la primera vez antes de colocarla. Algunas personas endulzan así solo el primer mate. La yerba se humedece siempre desde el fondo hacia arriba. Nunca dejar pasar mucho tiempo entre una cebada y la otra.

Con cada cebada se moja un poquito más de yerba antes seca, para mantenerlo gustoso.

El agua no debe ser mucha, apenas moja la yerba, nunca se llena el mate de agua ni flotan los palillos.

Lenguaje del mate

El lenguaje del mate[34]​ es un sistema de señales tácitas que se hacen tradicionalmente cuando se bebe mate en el Cono Sur. Debe evitar confundírsele con el vocabulario referido al mate.

Matear

«Matear», es decir, tomar mate en «rondas de mate», es toda una ceremonia con un específico «lenguaje del mate», aunque ―como en todo lenguaje― pueden darse variaciones según el contexto y la región.

Aunque en Argentina y Uruguay es común la frase «un mate no se le niega a nadie», se verá que tal expresión no es absoluta.

Ensillar el mate

Ensillar el mate es el acto de sacarle un poco de yerba usada (no toda) y agregarle un poco de yerba nueva. Con esto se logra que el mate mantenga el sabor un poco más de tiempo (si es que uno no quiere volver a prepararlo completo).

Mate del sonso

El mate inicial que se entrega primero a una persona en una ronda de mate es llamado «mate del sonso» (zonzo: ‘tonto’) ya que se considera a tal mate como demasiado fuerte y aún sin el gusto o bouquet apropiado, generalmente lo toma el cebador mismo, o se lo descarta. En Paraguay, al descartar el primer mate, es común decir que está reservado a Santo Tomás haciendo referencia al fenómeno por el cual la yerba absorbe el agua inicial, como si algún espíritu invisible lo estuviera consumiendo (tomando).

Dar gracias

En Argentina, Bolivia, Brasil, el sur de Chile, Paraguay y Uruguay, no se le agradece al cebador cada mate. Cuando una persona dice «gracias» en el momento de devolver el mate al cebador, quiere decir que ya no seguirá tomando.

Mate del estribo

El último mate que se bebe, se le denomina de este modo porque los gauchos lo bebían tras una ronda de mate antes de marcharse montados a caballo, por este motivo el mate del estribo es el realizado de un modo apurado aunque con todos los recaudos de un buen mate.

Formas de ofensa al cebar

Es grave ofensa que en una ronda de mate el cebador (o la cebadora, ya que en algunas regiones si hay una mujer, suele ser la distribuidora de la infusión) omita o «puentee» a alguien, tal persona omitida (o «ninguneada» o «puenteada» o «castigada una vuelta») en el lenguaje del mate se considerada como totalmente despreciada. (En gran parte del campo argentino y uruguayo, se acostumbra a que cebe el mate el propietario del mismo, y no necesariamente la mujer. Se considera ofensivo cebar mates ajenos sin permiso).

Dejar hervir el agua y ofrecer el mate demasiado caliente es una conducta ofensiva y que no pasa desapercibida, ya que el convidado se quema, así como en algunas regiones es ofensivo recibir a alguien sin ofrecerle mate en absoluto. En la canción argentina "Mirta, el regreso" (de Adrián Abonizio), que popularizara Juan Carlos Baglietto en 1982, se entiende que el hombre que vuelve no es bien recibido entre otras señales, porque no se le ofrece mate aunque se le haga pasar.

Un gesto de rechazo hacia alguien puede ser ofrecer ostensiblemente el mate con la bombilla apuntando «hacia atrás» (en dirección opuesta a quien va a recibir ese mate) para esto existe la expresión gauchesca: «Con bombilla hacia atrás, pa’ que no volvás».

Mate chorreado o mate llorón, cuando se sirve la calabacilla o el porongo (el recipiente del mate) rebalsado exteriormente por gotas de la infusión del mate, significa apuro para que se vaya la visita convidada con tal mate.[cita requerida]

Decía el gaucho Martín Fierro:

Cuando mozo jué casao,
aunque yo lo desconfío,
y decía un amigo mío
que, de arrebatao y malo,
mató a su mujer de un palo
porque le dio un mate frío.

Esta salida es grotesca porque la reacción es exagerada y la causa una mera torpeza.

Mate largo

Se llama «mate largo», «alargar el mate» o «dormir el mate» cuando alguien retiene por un tiempo relativamente prolongado el mate antes de entregarlo a la persona que está cebando.

Otro uso que se le da a "mate largo" es que el mate tarda mucho en ser bebido y devuelto debido a que el mate tiene poca yerba y mucha agua, o el recipiente es demasiado grande. El cebador puede preparar y cebar un "mate largo" a propósito, como dice en la milonga de José Larralde, «Mi viejo mate galleta»:

En tu pancita verdosa
cuántos paisajes miré
cuántos versos hilvané
mientras gozaba tu amargo
cuántas veces te hice largo
y vos sabías por qué.

Mate caliente

Antiguamente, si la mujer ofrecía a alguien un mate caliente ―aunque no hirviente― o dulce solía entenderse que esa mujer estaba demostrando amor. Otras formas de expresar el deseo han sido o son (en algunas zonas se mantiene vigente) el endulzar el mate (en momentos o situaciones en que se bebe amargo), o añadirle ingredientes como el toronjil.[cita requerida]

Mate de gurí

Al mate cebado con agua a una temperatura que supera notoriamente los de 80  °C (el agua al hervir pierde mucho del oxígeno) se dice que su «agua está quemada» o que es «mate de gurí» (mate preparado por un ‘niño’ inexperto).

Vocabulario

  • «Agua cruda»: el agua calentada a punto para preparar un mate, esto suele ser entre los 60 a 80 °C, en la pava (o caldera) esto se hace notar cuando comienza a «chiflar» echando algún vapor y se forman pequeñas burbujas de aire en el fondo del recipiente.
  • «Agua quemada»: el agua que ha entrado en punto de ebullición (usualmente a 0 msnm, la temperatura de hervor es a los 100 °C).[35]​ Se suele llamar: «mate de gurí» (mate de niño), «mate quemado» o «mate hervido».
  • «Amargo»: el mate sin endulzado, por extensión tal término es utilizado ocasionalmente como sinónimo de la acción de matear; más común en pocas partes de Argentina, y especialmente en Paraguay, Uruguay y sur de Brasil. Con mayor frecuencia: «tomar unos amargos», esta acción solo indica tomar mate del tipo amargo.
  • «Bostear y ensillar»: método utilizado cuando el mate está lavado; se refiere, primero, a sacar aproximadamente 1/3 de la yerba ya usada e introducir, luego, nueva, a fin de que el mate retome el gusto.
  • «Calabaza»: término utilizado en algunas partes para designar al vaso o recipiente en el que se sirve el mate.
  • «Cebadura»: yerba necesaria para rellenar una vez el mate.
  • «Cebar»: es la acción de echar agua a la temperatura adecuada en el mate, sobre la yerba.
  • «Dar vuelta la bombilla» o «[bombilla] dada vuelta»: dícese de la acción de cambiar la bombilla a una posición opuesta a la original, conservando el gusto por más tiempo.
  • «Lavado»: es una característica del mate, se refiere a cuando la yerba pierde el gusto por haber sido utilizada ya por cierto tiempo o haber sido cebado cierta cantidad variable de veces. Por ejemplo: «Este mate está lavado».
  • «Mate de gurí» (en Argentina: mate de niño)[cita requerida] al poco gustoso ya que está preparado con «agua quemada» es decir: agua que ha llegado a hervir.
  • «Matera»: tipo de bolso donde se puede llevar el mate junto al termo, de tal manera que permanezcan en posición vertical para que así no se caiga ni la yerba ni el agua caliente. Este término es utilizado especialmente en Uruguay; en Argentina se lo conoce también como «termera» o «portatermo».
  • «Matera» se llama también a una habitación ubicada junto a un galpón o separada de la casa, en que los gauchos se juntan a tomar mate o a almorzar. Suele estar escasamente amueblada, aunque dispone de un fogón o chimenea para calentar agua para el mate y asar carne. También se usa para alojar trabajadores temporarios.
  • «Piscina»[cita requerida], «empantanado», «palangana» o «sopa»: dícese cuando el agua tapa completamente la yerba.
  • «Montículo»[cita requerida] o «montaña»:[cita requerida] se refiere a la yerba remanente del mate, para ser usada en la acción «dada vuelta» con yerba no usada, mantener el montículo permite tener un mate que dure más tiempo sin lavarse.
  • «Bombilla tapada» o «mate tapado»: en referencia a la dificultad o bien a la imposibilidad de succionar por la bombilla.

Variantes de la infusión

Mate amargo

En algunas partes del Cono Sur se prefiere beber el mate amargo, especialmente en Paraguay, Uruguay, sur de Brasil, y partes de Argentina y Bolivia. A ésta acción en Brasil y gran parte de Argentina se le dice «cimarrón», se entiende por esto al mate no endulzado. Muchas personas opinan que el mate debe ser tomado de esta forma, considerando al mate dulce (sea por el agregado de azúcar o de algún otro endulzante) como una especie de profanación. «Cimarrón» era el nombre que se daba antiguamente en el campo al ganado salvaje, especialmente, al caballo, que estaba tan ligado al gaucho.

Mate dulce

Es considerado por los tradicionalistas como un mate falso, y la diferencia consiste en que en cada cebada se incorpora azúcar a gusto del bebedor; también se usa cuando en la ronda hay niños presentes. Esta forma de preparación es muy difundida en Argentina, entre los habitantes de la provincia de Santiago del Estero y, aunque no tanto, de Buenos Aires y sus alrededores. También se lo denomina «mate entrerriano» por la costumbre arraigada en la provincia de Entre Ríos de agregarle azúcar al mate. Esta costumbre proviene de los inmigrantes, tanto los provenientes de Alemania, como en las importantes colonias judías de esa provincia llegados de los países del este de Europa, entre quienes también se da esa costumbre; estos tomaban el mate agregando un pequeño terrón de azúcar (que algunos colocaban directamente en la boca), para apagar un poco el sabor amargo de la infusión. La costumbre se difundió, aunque sustituyendo generalmente el terrón de azúcar por cucharadas de la misma sustancia. En Chile, esta forma de preparación del mate está difundida mayoritariamente en zonas rurales.

La cucharadita de azúcar o miel debe caer al borde de la zanja que forma la bombilla en la yerba, no por todo el mate.

En el mate dulce también suelen agregarse edulcorantes artificiales, tanto por problemas de salud como la diabetes, como por gusto. Como endulzante alternativo es preferible la natural ka'á jhe'é (Stevia rebaudiana), que es una de las hierbas cuyas hojas se agregan para dar un toque dulzón. Se usa principalmente en el Paraguay. En Perú está difundido en zonas rurales, y se prepara con coca o dulce estilo a té con rodajas pequeñas de limón o naranja.

La calabaza donde se toma mate cimarrón no se usa para consumir mate dulce, ya que existe la tradición de que el sabor del azúcar perjudicaría su posterior utilización para cebar mate amargo, se dice que se estropea el sabor del mate.

Mate de leche

La diferencia con el mate amargo es que en lugar de cebar con agua, se lo hace con leche y azúcar. Esta variante tiene la desventaja de no poder limpiar fácilmente la bombilla y el mate, por eso suelen utilizarse unos distintos a los de las variantes tradicionales. En el Paraguay, también se acostumbra a cebar lo que allí se denomina «mate dulce», que se prepara con leche caliente endulzada (o con azúcar dorada), cambiando la yerba por coco rallado, o poniendo primeramente yerba y sobre ella coco rallado.

Mate con otras hierbas

Es posible adicionar otras hierbas («yuyos») a la infusión (tanto al agua con que se ceba el mate como directamente a la yerba mate) para darle un sabor diferente o con fines medicinales. Es común el agregado de hierbas con propiedades digestivas o sedativas, por ejemplo: coca, peperina, poleo, melisa, toronjil, menta, cola de caballo, congorosa (que disminuye la acidez PH del mate), incayuyo, té de burro, ajenjo, carqueja, anís, etc.

En el Paraguay esta bebida se consume casi en un 90 % con hierbas o yuyos medicinales nativos de la región, que los indígenas guaraníes ya conocían y utilizaban. La variedad de hierbas adicionadas es amplia, comprendiendo anís, ajenjo, sen, semillas de lino, boldo, manzanilla, jaguareté ka'a, hojas de eucalipto, hojas de menta, suico, siempre vive, azafrán, caña brava, pynó gusú rapó, doradilla, urusu he’ê, borraja, limón sutíl, malva, yate’i ka’a y otras.

Mate de té

El mate de té, es considerado otra variante del mate dulce; este mate no se realiza con yerba mate y es muy común en la provincia de Entre Ríos y muy popular entre los chicos y adolescentes. Como su nombre lo indica, se prepara con té (negro generalmente) y limón como ingredientes principales; no se usa la calabaza del mate, sino algún recipiente similar a una taza (ya que existe una tradición que dice que el mate dulce y con té estropearía el sabor de la calabaza), lo que tienen en común es que sí se utiliza bombilla. Opcionalmente se pueden agregar una gran variedad de ingredientes, siendo populares algunos «yuyos» o hierbas como, por ejemplo, menta, cedrón, boldo, tilo, manzanilla. También es popular agregar algunos otros aditivos como cáscaras de naranja o rodajas de esta misma fruta, trozos de manzana, coco rallado (Influencia paraguaya), o incluso hay quienes gustan de agregarle cáscara de banana (Influencia brasilera), entre otros. Una vez seleccionados los ingredientes y colocados en la taza se agrega el agua caliente acompañando cada cebada de azúcar (o algún edulcorante si se prefiere). Es tradición para este tipo de mate el tomarlo en las «siestas» durante el invierno, debido a que el agua es un poco más caliente que el mate tradicional (entre 80 y 90 °C) y debido también a las propiedades digestivas del té con limón y de los «yuyos» normalmente utilizados. El mismo no guarda ninguna relación con la yerba mate. Lo que sí tiene en común es el compartirlo, el agua caliente y la bombilla.

Monumento al Mate en el Departamento de San José, Uruguay.

Tereré

El tereré (palabra de origen guaraní)[36]​ es una bebida tradicional, de amplio consumo en el Paraguay, el Noreste argentino y la Mesopotamia (Entre Ríos, Corrientes, Formosa, Misiones y Chaco).

Una forma de tereré, consistente en una mezcla de agua bien fría con yerba mate, remedios refrescantes naturales (hierbas medicinales) y hielo. Como hierbas suelen emplearse la menta (Mentha arvensis), la menta peperina, el cedrón (Aloysia triphylla), el kokú (Allophylus edulis), la cola de caballo o las cáscaras de limón.

La otra forma de tereré consiste en poner en un recipiente de metal tres dedos de altura de yerba mate y hielo. Preparar en una jarra o termo jugo de diversos sabores naranja, lima, limón con abundante hielo y cebarlo.

La yerba mate es puesta en maceración en agua fría y proporciona una bebida agradable por su efecto refrescante, especialmente en jornadas con altas temperaturas, evitando así los inconvenientes del mate hervido (cocido). Esta modalidad es también utilizada en la región pampeana de Argentina.

Mate cocido

El mate cocido (chá mate, en portugués) es una infusión. La yerba mate se hierve en agua, se cuela y se sirve en una taza. Es una bebida que reemplaza al café en el desayuno o la merienda. Se consume en Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. Varias empresas ofrecen yerba mate envasada en saquitos, similares a los de té, o aún mate cocido en forma soluble.

Gaseosa

Durante el siglo XX en diversas ocasiones algunas empresas elaboraron de bebidas gaseosas basadas en la yerba mate, aunque hasta el momento el éxito ha sido poco significativo. La primera marca que lanzó el sabor mate en Argentina fue Gaseosas Ricky en los años sesenta. Otras marcas fueron Che Mate, que San Isidro Refrescos presentó en 2002, y Harlem Mate, cuyo sabor era a mate lavado, frío y con gas. En noviembre de 2003 Coca-Cola Argentina lanzó la marca Nativa, en la que invirtió 4 millones de pesos (1,4 millones de dólares estadounidenses). Nativa no alcanzó los objetivos comerciales previstos (vender unos cuatro millones de litros al año) y fue retirada del mercado.[37][38]

La explicación más probable de la poca aceptación de estas bebidas se debe, quizás, al hecho de que se ha logrado imponer como gaseosas estimulantes las llamadas «colas» y en cuanto al mate la población del Cono Sur ha sido de gustos tradicionalistas.

Existen gaseosas de mate en países como Estados Unidos, Alemania y Cuba, en este último, Ciego Montero es una marca que también se vende en la variedad de sabor a mate. En Alemania la gaseosa Club Mate[39]​ basada en la hierba mate es muy popular entre los jóvenes desde comienzos de siglo XXI, especialmente entre estudiantes y hackers. A veces así llamado "Hackerbrause"[40]​ allí se traduce: ‘gaseosa de hackers’. otra gaseosa basada en el mate es el MateO inventada por el argentino Enrique Zanoni y con bastante éxito en el verano (a partir del 2015) de París.[41]

Mate refrescante

En algunos cafés de París y en Brasil se ofrece mate cocido frío en recipientes desechables. En idioma francés se le denomina «maté».

En los años cincuenta en Río de Janeiro una de las bebidas más populares era el mate cocido helado, preparado en forma casera y comercializado por vendedores ambulantes en las playas. El popularmente conocido «té brasilero» comenzó a ser producido de manera industrial. La primera empresa en hacerlo fue Leão Junior S. A., que introdujo en el mercado el producto «Matte Leão pronto para beber». Actualmente la empresa elabora su producto en envases de 0.3, 0.34, 0.5 y 1.5 litros en distintas versiones de sabores: natural, limón, durazno (melocotón), manzana y diet.[42]

En 2009 el CADE (Consejo Administrativo de Defensa Económica), la división antimonopolio del Ministerio de Justicia de Brasil, aprobó la compra de Leão Junior S. A. por parte de la empresa Coca-Cola. El proceso de adquisición había comenzado en marzo de 2007. La fusión fue aprobada a condición de que Coca-Cola cediera su participación en la empresa BPW, consorcio con Nestlé fabricante de la marca de tés fríos Nestea.[43][44]

Mate sirio

El mate fue llevado a Siria por árabes que vivieron muchos años en Argentina y retornaron a su país de origen durante el siglo XX. Habrían llevado también la costumbre de agregar azúcar al mate. Así, en el sur de Siria, en la región de Daraa, así como en el Norte, en Latakia, es muy popular la ingestión del mate, pero de una forma distinta a como se lo consume en el Cono Sur. Utilizan un pequeño vaso de vidrio (de los que se usan también para el té) con yerba mate hasta la mitad y una pequeña bombilla. No comparten el vaso. Para cada bebedor debe haber un vaso distinto (esta es una gran diferencia con respecto a la tradición del mate en Sudamérica, donde en general el mate es compartido).

Cargan agua caliente y una cucharadita de azúcar y lo revuelven. La pava de agua caliente está disponible en el centro de la mesa. Cada vez que renuevan el agua adhieren una nueva cucharadita de azúcar. La yerba es fácilmente encontrada en las despensas de Daraa, y son, mayoritariamente, de origen argentino y paraguayo, con etiquetado en idioma árabe.

Cerveza de yerba mate

El fabricante brasileño de cervezas DaDo Bier lanzó al mercado la primera cerveza con yerba mate, bajo la denominación comercial Ilex. Además de yerba mate, contiene lúpulo, agua mineral, fermentos y una mezcla de maltas. Posee un color verdoso, baja fermentación y una graduación alcohólica media (7°).[cita requerida]

Véase también

Notas

  1. Antonio Valladares de Sotomayor (1788). Semanario erudito que comprehende varias obras ineditas, criticas, morales, instructivas, políticas, históricas, satíricas, y jocosas de nuestros mejores autores antiguos y modernos. Volumen 8. Madrid: Blas Román. p. 110ss. «Que de esta yerba, que no es otra cosa que las ojas de ciertos árboles del país, que llamándolos yerbales, dixo el Padre Antonio Ruiz en su conquista espiritual de aquel país del Paraguay, que los hechiceros (que es como el trata á los Españoles en su historia), la introduxeron por parte del demonio que con ella se privaban del juicio, se emborrachaban, y se hacian mas fieros que los demonios. Y el Doctor Xarque, en su apología de las Misiones, adonde el estuvo muchos años con la ropa de Misionero, dixo, que aquella yerba es pestifera, muy perjudicial á la salud, y que ocasionaba grandes males.» 
  2. Antonio Valladares de Sotomayor. op.cit.. p. 110. «[L]os Españoles experimentaron que los Indios del Paraguay, tomando el agua con, la yerba, como aquí se toma el te', les fortificaba para el trabajo, y que en las necesidades les servia de alimento; y así se extendió al Perú y al Chile, y los Ingleses después del año de 1714, con el motivo de tener allá casa para la venta de los negros que llevan de África, viendo que aún en los negros obraba lo que en los Indios, y que á ellos les hacia mas bien el uso de ella, que el del te', traxeron cantidad. Y con la novedad la tomaron en Londres como el te', y todos convinieron en que era mejor que el te' i por lo que convendria dexar e'ste, y usar de la yerba del Paraguay, y que cuesta menos que aquel, y es mas provechosa y barata que el te; y se trató en forma de ello, en cuyo examen convinieron que la yerba era como queda dicho mas provechosa que el té; pero como dependia unicamente de los Jesuítas, y pocos Españoles, y no lo había en otra parte que allí, luego que estos supiesen que por ella habían dexado el te' la subirían de precio, y les dexarian sin ella, sin dexar de perderse lo mucho que les vale el comercio de e'l, y por esto la dexaron.» 
  3. https://www.facebook.com/potosiymc/

Referencias

  1. Muy Argentino. Un chapuzón de alegría contra la rutina diaria. El Mate Argentina. El Mate. Consultado el 2 de agosto de 2012.
  2. a b Confirman en Ingeniería que el mate no tiene mateína, sino cafeína Facultad de Ingeniería. Consultado el 3abr14
  3. a b Yerba mate. Conclusión definitiva: la mateína no existe El Litoral.com Consultado el 3abr14
  4. Hoss de le Comte, Mónica Gloria (2001): El mate. Buenos Aires: Maizal, 2001. ISBN 987-97899-3-8.
  5. Artículo de Salomé Areco
  6. Abella, Gonzalo: Mitos, leyendas y tradiciones de la Banda Oriental.
  7. Propiedades de la yerba mate.
  8. Carretero, Andres: Vida cotidiana en Buenos Aires, desde la Revolución de Mayo hasta la organización nacional, volumen I, pág. 60. Buenos Aires: Planeta, 2000, ISBN 950-49-0456-4.
  9. a b «El mate en el 98 por ciento de los hogares argentinos según una encuesta». El Litoral (Santa Fe). 22 de junio de 2009. Consultado el 15 de mayo de 2013. 
  10. «Los argentinos tomamos cien litros de mate por año». Consultado el 15 de mayo de 2013. 
  11. Solo 10 empresas se reparten el 80 % del mercado de yerba mate cronista.com, 17 de abril de 2012
  12. a b c «Lo dijo Cristina: Siria es el principal destino del mate argentino», artículo del 2 de julio de 2010 en el diario Perfil (Buenos Aires).
  13. Fiesta Nacional del Mate
  14. «página de turismo sobre la fiesta nacional del mate en Paraná, Entre Ríos». Consultado el 9 de marzo de 2015. 
  15. «¡A celebrar! Ya tienen su día el mate y los humoristas», artículo en el diario La Nación (Buenos Aires). Consultado el 28 de enero de 2015.
  16. Abc Color (ed.) Bebidas preparadas con yerba mate. (4 de septiembre de 2012). Consultado el 3 de noviembre de 2012.
  17. Verón, Luis (2007) Abc Color (ed.) El mate en la antigüedad. Consultado el 3 de noviembre de 2012.
  18. Palacios, Marisol (21 de enero de 2011) Abc Color (ed.) Tereré: una cuestión social. Consultado el 3 de noviembre de 2012.
  19. La yerba mate en el Cono Sur Consultado el 3 de noviembre de 2012.
  20. Uruguay mayor consumidor de yerba. Diario República.com.uy
  21. Nelson Bracesco, presidente del CSYM relación 1 kg da 20 litros
  22. [1] La República - Uruguay es el mayor consumidor per cápita de yerba mate en el mundo
  23. a b Grecko, Témoris (2010): «En Siria, el mate es la bebida de la rebelión y un botín de guerra», artículo del 27 de enero de 2010 en el diario La Nación (Buenos Aires).
  24. Los refugiados sirios no abandonan el mate Diario Clarín, 12/04/2014
  25. «El mate en la guerra siria». Brecha. 1 de febrero de 2013. Archivado desde el original el 29 de noviembre de 2015. 
  26. «Consumir mate ayuda a reducir el colesterol», artículo en el diario La Nación (Buenos Aires).
  27. «Nuevo antídoto natural le gana al colesterol», artículo en el diario Clarín (Buenos Aires).
  28. [2]
  29. «El mate no es adictivo ni provoca insomnio, según estudios de médicos y universidades», artículo en el sitio web Alimentación Sana (Buenos Aires).
  30. «El mate tiene muchísima menos cafeína que el café, el té, el cacao y el guaraná», artículo en el sitio web Del Galeno.
  31. «Bebidas no alcohólicas y el riesgo de cáncer de vejiga en Uruguay».
  32. «High Levels of Carcinogenic Polycyclic Aromatic Hydrocarbons in Mate Drinks», artículo en inglés en el sitio web CEBP AACR Journals.
  33. [http://www.clarin.com/sociedad/Efectos-mate-cuerpo_0_1138086236.html.
  34. Lenguaje del mate
  35. La leyenda urbana afirma que tal agua ha perdido oxígeno y por lo tanto daría al mate un gusto «desabrido».
  36. «Tereré», en el diccionario de la Real Academia Española.]
  37. Gaseosas Mate: el amargo sabor de la derrota
  38. Coca-Cola lanza en Argentina gaseosa con sabor a mate
  39. Club Mate, gaseosa de mate en Alemania.
  40. Un libro sobre gaseosas del Club Mate en alemán.
  41. Mate "chic", invento argentino llegó a París
  42. Matte Leāo - Linha Líquida
  43. Brazil panel approves Coca-Cola acquisition of Matte Leao
  44. La marca Nestea continuará en Brasil sin la participación de Coca-Cola

Bibliografía

Enlaces externos