Maquiladora

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Una maquiladora en México.

Una maquiladora es una empresa que importa materiales sin pagar aranceles; su producto se comercializa en el país de origen de la materia prima. El término se originó en México, país donde el fenómeno de las maquiladoras está ampliamente extendido. En marzo del 2006 el personal ocupado por las maquilas mexicanas era de 1.300.000 personas.[1]

La palabra maquila se originó en el medioevo español para describir un sistema de moler el trigo en molino ajeno, pagando al molinero con parte de la harina obtenida. Tal fue también la forma tradicional de producción de azúcar en los ingenios de las Antillas, que en el siglo XIX obtenían su caña de cultivadores llamados colonos; éstos cobraban en azúcar el valor de la caña entregada, de acuerdo con las normas establecidas por los mismos ingenios.

La mayoría de estas factorías están situadas en ciudades mexicanas de la frontera con Estados Unidos, principalmente Tijuana, Ciudad Juárez y Heroica Nogales. Estas compañías deben trabajar bajo el programa de maquila, requiriendo que todos los productos sean regresados a su país de origen. El capital de las maquiladoras suele ser íntegramente extranjero, generalmente las propietarias son compañías estadounidenses, aún cuando existen importantes empresas japonesas y coreanas y de muchos otros países establecidas en el cinturón fronterizo cuya matriz con fines fiscales, comerciales y publicitarios está establecida en Estados Unidos. También muchas empresas maquiladoras son de capital mexicano.

El establecimiento del decreto de maquila iniciado en el año 1965 fue en gran parte debido al fin del Programa Bracero, el cual se instituyó durante la Segunda Guerra Mundial con la intención de que extranjeros afines a la política de Estados Unidos suplieran los brazos de los ciudadanos estadounidenses que partieron al frente de guerra, cosa que permitió que trabajadores agrícolas mexicanos encontraran trabajo agrícola temporal en los Estados Unidos. El final de este programa en 1964 aumentó el índice de desempleo en la región fronteriza.

Condiciones laborales

Uno de los principales objetivos del Programa de Industrialización Fronteriza («Border Industrialization Program», en inglés) aplicado a la zona de la frontera entre Estados Unidos y México era atraer la inversión extranjera. Con este fin, la mano de obra mexicana se mantiene barata y competitiva con otros países de exportación más importantes, de modo de favorecer la permanencia de las empresas estadounidenses que operan en México dentro de las plantas de ensamblaje. Las mujeres mexicanas trabajan para ganar aproximadamente una sexta parte de lo que se paga en Estados Unidos.[2]​ La rotación de empleados es también relativamente alta, alcanzando hasta un 80% en algunas maquiladoras, en parte debido a las amenazas de estrés y de salud comunes a este tipo de mano de obra.[3]

A los trabajadores se les paga salarios muy bajos (a menudo no es un salario digno), viven en condiciones de pobreza, y tienen escasa seguridad laboral.[4]

Referencias

  1. http://www.joseacontreras.net/empmex/maquila1.htm#_Toc506557418
  2. The Human Race: Escaping From History (Serie documental). Bullfrog Films. http://www.bullfrogfilms.com/catalog/224.html. Consultado el 23 de octubre de 2012. 
  3. Kourous, George. Workers' Health is on the Line: Occupational Health and Safety in the Maquiladoras. p. 52.
  4. Cravy, Altha J. (1998). «Women and work in Mexico's maquiladoras». Rowman & Littlefield. pp. 71-73. ISBN 978-0-8476-8886-9. 

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