Mujeres y niños primero

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Pintura de Thomas Hemy del HMS Birkenhead que ilustra esta práctica.

La frase «mujeres y niños primero en todo», también conocida en menor medida en el idioma inglés como «Birkenhead Drill»,[1][2]​ es un código de conducta por el que se debía salvar primero la vida de las mujeres y los niños en una situación de peligro de muerte, normalmente abandonando el barco, cuando los recursos de supervivencia (como los botes salvavidas) eran limitados. Sin embargo, dicha frase no responde ni tiene ninguna base en el derecho marítimo.

En los siglos XIX y XX, «las mujeres y los niños primero» se consideraba un ideal caballeresco.[3]​ El concepto «fue celebrado por los comentaristas victorianos y eduardianos como una práctica de larga data - una 'tradición', 'ley de la naturaleza humana', 'la antigua caballería del mar', 'transmitida en la carrera'».[3]​ Su práctica aparecía en los relatos de algunos naufragios del siglo XVIII, con una mayor conciencia pública durante el siglo XIX. Entre las invocaciones más destacadas del concepto se encuentran la evacuación en 1852 del buque de guerra HMS Birkenhead y, sobre todo, el hundimiento del RMS Titanic en 1912. A pesar de su importancia en el imaginario popular, la doctrina se aplicó de forma desigual. El uso de «las mujeres y los niños primero» durante la evacuación de Birkenhead fue una «célebre excepción», utilizada para establecer una tradición de caballerosidad inglesa durante la segunda mitad del siglo XIX.[3]

Según un experto, en las evacuaciones actuales se suele ayudar a escapar primero a los más vulnerables, que suelen ser los heridos, los ancianos o los niños muy pequeños.[4]

Historia[editar]

La práctica de las mujeres y los niños se generalizó a raíz de las acciones de los soldados durante el hundimiento del buque de tropas de la Royal Navy HMS Birkenhead en 1852 tras chocar con las rocas.[4]​ El capitán Robert Salmond RN ordenó al coronel Seton que enviara hombres a las bombas de cadena; sesenta fueron dirigidos a esta tarea, otros sesenta fueron asignados a los aparejos de los botes salvavidas y el resto se reunió en la cubierta de popa para levantar la parte delantera del barco. Las mujeres y los niños fueron colocados en el cúter del barco, que yacía al costado.[5]​ El hundimiento fue conmemorado en periódicos y pinturas de la época, y en poemas como el de Rudyard Kipling de 1893 "Soldier an' Sailor Too".

Véase también[editar]

Referencias[editar]

  1. Rudyard Kipling (2005). Collected Verse of Rudyard Kipling. Kessinger. p. 305. ISBN 1-4179-0750-9. 
  2. Heinlein, Robert A. (1978). Double star. Gregg Press. ISBN 0-8398-2446-7. OCLC 3844601. Consultado el 24 de marzo de 2022. 
  3. a b c Delap, Lucy (1 de enero de 2006). «‘Thus Does Man Prove His Fitness to Be the Master of Things’: Shipwrecks, Chivalry and Masculinities in Nineteenth- and Twentieth-Century Britain». Cultural and Social History 3 (1): 45-74. ISSN 1478-0038. doi:10.1191/1478003805cs044oa. 
  4. a b de Castella, Tom (16 de enero de 2012). «Costa Concordia: The Rules of Evacuating a Ship». BBC News. 
  5. «The Wreck of HM Steamer "Birkenhead" – 26 Feb 1852». Capeinfo. Consultado el 12 de mayo de 2013.