Ir al contenido

La predicación de Juan el Bautista

De Wikipedia, la enciclopedia libre
La predicación de la san Juan Bautista
Autor Pieter Brueghel el Viejo
Creación 1566
Ubicación Museo de Bellas Artes de Budapest (Hungría) y Munich Central Collecting Point (ocupación aliada en Alemania)
Material Óleo, Panel de roble y Tabla
Dimensiones 95 centímetros × 160,5 centímetros

La predicación de Juan el Bautista o El sermón de Juan el Bautista es una pintura de Pieter Brueghel el Viejo de 1566. Con 95 cm × 160,5 cm y firmada "BRVEGEL M.D.LXVI", esta pintura al óleo sobre tabla debe su nombre a una escena de los Evangelios de Mateo [1]​ y Lucas [2]​ y se encuentra en el Museo de Bellas Artes de Budapest.

Descripción

[editar]
Un oriental lee la palma de uno de los asistentes (detalle del grupo en el medio del primer plano).

Se representa una concurrida reunión en un claro del bosque o al final de un sendero. En la mitad superior derecha, el bosque ya se va aclarando, dejando ver un río, un castillo y montañas. El punto de vista del espectador se encuentra al fondo, en un punto elevado, y al principio solo ve un público diverso. Como en otras obras del artista, el protagonista se encuentra en segundo plano. Rodeado de la multitud, identificable por las líneas de fuerza y la convergencia de miradas hacia él, Juan aparece relativamente enpequeñecido y viste una discreta túnica marrón de cilicio. Señala a aquel que, más grande que él, le seguirá: es Jesús, de pie con los brazos cruzados sobre el pecho, más atrás y ligeramente a la derecha de él. Viste una sencilla túnica celeste, tiene la barba y cabello rojizos y, al igual que los demás presentes, escucha el sermón con atención.

La mirada del espectador se ve cautivada por la multitud de figuras que abarrotan la escena, sentados o de pie, hombres, mujeres y niños vestidos con una amplia variedad de estilos que reflejan su clase social, profesión y riqueza. Además de algunos con atuendo de peregrinos, se incluyen personas que, evidentemente, han viajado desde muy lejos, como un hombre otomano con su turbante bulboso a la izquierda. En el centro en el primer plano, sentados en el suelo envueltos en mantas coloridas, dos amerindios, un oriental con su característico sombrero de paja con un niño en el regazo que mordisquea una fruta y mira al exterior del cuadro y un mongol; este último lee la palma de la mano de un noble local. Su perro permanece sentado en el borde de su manta rayada. Estos tres no parecen interesados en el sermón; solo se preocupan de lo que hace el otro. También en el primer plano pero a la derecha, dos hombres discuten sobre la prédica, junto a un mercenario de espaldas con su extravagante traje. Algunos han trepado a los árboles para tener mejor vista, como en la esquina superior izquierda y detrás del orador. En la mitad derecha, se ven dos monjes en segundo plano y detrás de ellos, entre los sentados en la cima del ribazo, en el hombre de perfil con barba algunos creen ver un autorretrato (significativamente, en una copia de la obra realizada por su hijo Pieter Brueghel el Joven, aparece anciano).

Interpretación

[editar]

El mensaje de Juan está dirigido a todas las clases sociales, ya sean ricos o pobres, y se escucha en todo el mundo, como lo ilustran las figuras exóticas. El pintor ha trasladado el evento bíblico, que en realidad ocurre en un desierto, a un paisaje que le resulta familiar. Procedió de manera similar en La conversión de san Pablo y La matanza de los inocentes. Los oyentes están en su mayoría atentos o al menos interesados, mientras que el grupo de tres en primer plano, no prestan atención al orador. Esto puede entenderse como una expresión visual de la búsqueda individual de la fe.[3]

Copia de Pieter Brueghel el Joven (1601/04).

La obra de Bruegel recibe a menudo interpretaciones políticas. Se ha sugerido que la pintura podría haberse inspirado en los llamados "sermones de seto" de la época. Estas reuniones prohibidas de los anabaptistas se celebraban improvisadamente al aire libre, fuera de las ciudades. Una cita contemporánea dice: ... se veía allí principalmente a la gente común, gente con un estilo de vida disoluto... pero, a decir verdad, también se veía a gente que gozaba de buena reputación y llevaba una vida intachable. Nunca se habría imaginado que esta gente asistiera a los sermones.[4]​ La pintura data del mismo año en que muchas iglesias católicas fueron destruidas durante la llamada "furia iconoclasta".

Esta interpretación se contradice con el hecho de que el cuadro estuvo posteriormente en posesión de la hija de Felipe II, la archiduquesa Isabel, gobernadora general de los Países Bajos meridionales desde 1599. Además, se hicieron muchas copias durante la Contrarreforma.[5]

Contexto histórico

[editar]

Felipe II, hijo del emperador Carlos V, había trasladado su sede de Bruselas a Castilla en el verano de 1559 tras ganar la guerra contra Francia, lo cual se percibió como una degradación en los Países Bajos. Sin embargo, nombró a su medio hermana, Margarita de Parma, flamenca de nacimiento, gobernadora general de las diecisiete provincias. Cada provincia, que gozaba de una autonomía relativamente amplia, designó a su vez a sus propios líderes nobles locales como gobernadores.

Sin embargo, pronto estallaron disputas sobre la reorganización de los obispados y las leyes de herejía contra los protestantes que databan del reinado de Carlos V. Estratégicamente favorecido por los líderes aristocráticos, el calvinismo radical se extendió, y sus seguidores exigieron una teocracia. El clímax llegó en agosto de 1566 con una iconoclasia de seis días, durante la cual se destruyeron más de cuatrocientas iglesias. En respuesta, Felipe II depuso a su media hermana y nombró a Álvarez de Toledo (duque de Alba) como nuevo gobernador. Inicialmente, tuvo éxito en sofocar la rebelión, pero (entre otras cosas) la introducción de altos impuestos reavivó el malestar, que finalmente llevó a la división del país en un sur católico (la actual Bélgica) y un norte protestante (los actuales Países Bajos).[6]

Historia bíblica

[editar]

Según los evangelios de Mateo y Lucas, Juan el Bautista predicó en el desierto y anunció el juicio divino y la aparición del Mesías: Yo os bautizo con agua para arrepentimiento, pero el que viene después de mí, cuyas sandalias no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego…11

Véase también

[editar]

Referencias

[editar]
  1. 1
  2. 1
  3. Christian Vöhringer, Pieter Bruegel. 1525/30-1569. Tandem editorial, 2007; h.f.ullmann (impr.) pág. 83, ISBN 978-3-8331-3852-2
  4. Marcus van Vaernewijck, zitiert nach M. Seidel / R. H. Marijnissen: Bruegel. Stuttgart 1984, dt. Erstausgabe 1969, pág. 268.
  5. Christian Gräf: Die Winterbilder Pieter Bruegels d. Ä. (Kapitel: Exkurs: Bruegels Beziehung zum Humanismus und seine moralische und religiöse Einstellung pág. 76). VDM editorial, Saarbrücken 2009, ISBN 978-3-639-12775-1.
  6. Brockhaus multimedial premium 2007; Artículo Niederlande im Freiheitskampf: Um Gold und Freiheit