José Asunción Silva
José Asunción Silva | ||
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Información personal | ||
Nombre completo | José Asunción Silva Gómez | |
Nacimiento |
27 de noviembre de 1865 Bogotá, Estado Soberano de Cundinamarca, Estados Unidos de Colombia | |
Fallecimiento |
24 de mayo de 1896 Bogotá, Cundinamarca, Colombia | |
Causa de muerte | Suicidio | |
Sepultura | Cementerio Central de Bogotá | |
Nacionalidad | Colombiano (1865-1896) | |
Lengua materna | Español | |
Familia | ||
Padre | Ricardo Silva | |
Información profesional | ||
Ocupación | Poeta | |
Años activo | costumbrista | |
Movimiento | modernista | |
Género | Poesía | |
Obras notables | El libro de versos, De sobremesa, Gotas amargas | |
Sitio web | ||
José Asunción Silva Gómez (Bogotá, 27 de noviembre de 1865 - Ib., 23 de mayo de 1896) fue un poeta colombiano, uno de los más importantes precursores del modernismo y, según otro sector de la crítica, uno de los escritores más importantes de la primera generación de costumbristas . Se considera que su obra de mayor relevancia es El libro de versos.Ariana elcira Silva
Vida[editar]
José Asunción Silva ha resumido su corta peripecia vital en unas acertadas palabras:
Con la excepción de algunas breves temporadas en el extranjero -en Europa (París, Suiza y Londres) y en Venezuela, como secretario de la delegación en Caracas-, la vida de Silva transcurre en el ambiente cerrado y nada estimulante del Bogotá de sus años. De ningún modo un neurótico, pero sí un desajustado y un inconforme, su existencia estuvo marcada por el fracaso y las frustraciones: continuas ruinas en sus empeños comerciales, falta de sexo, en los cuales ha de actuar para salvar los negocios de la familia; la muerte de su querida hermana Elvira (a quien va dedicado el famosísimo "Nocturno"), el naufragio de un barco en el que viajaba, al regreso de Venezuela, y donde pierde "lo mejor de mi obra"; la hostilidad de una sociedad estrecha ("José Presunción", le llamaban) que le obliga, por pudor y altivez, a casi esconder su vocación literaria. Todo ello, obrando sobre un espíritu sensible en alto grado, culminó en el temprano suicidio -antes de cumplir los treinta y un años-, sin que su genio poético hubiese llegado a madurar plenamente.[1]
Sin ocupación de la cual derivar un sustento de secretario de la delegación de Colombia en Caracas, frecuenta los salones más distinguidos, sueña con negocios de los cuales sacar buenos dividendos y establece amistad con los redactores de las revistas El Cojo Ilustrado y Cosmópolis. Todo va bien hasta que sus finanzas decaen, comienza su enfrentamiento con el ministro de la Legación (el general José del Carmen Villa, a quien menosprecia y hace objeto constante de burla) y siente la ausencia de su madre.
El 28 de enero de 1895, el barco a vapor América, que lo trae desde Venezuela, naufraga frente a Barrancabermeja. Se hunden con él los manuscritos de su obra: el Libro de Versos y los Cuentos Negros, que pensaba publicar. No continúa su viaje a Bogotá; regresa a Caracas para cumplir con su asignación diplomática, pero las fricciones con el ministro de la Legación y su falta de liquidez frustran su deseo de iniciar un nuevo período en el cargo. Dos meses más tarde está de nuevo en Colombia. Ha fracasado como diplomático y pone entonces sus esperanzas en la instalación de una fábrica de baldosones, con una fórmula química patentada por él, para la que consigue el concurso de varios socios capitalistas. Pero en esta empresa también fracasa.
Se suicidó a sus 30 años dándose un tiro en el corazón con un revólver Smith & Wesson, y se cuenta que se encontró el libro El Triunfo de la muerte de Gabriele D'Annunzio, a la cabecera de su lecho.[2] Su suicidio se debió a su escasez de dinero, entre otras variadas causas detalladas por expertos y conocidos suyos y del medio social bogotano de la época.[3] Una carta del escritor Emilio Cuervo Márquez describe cómo él, constata que Silva gastó sus últimos centavos en la compra de un ramo de flores para su hermana, con un cheque girado el mismo día que se quitó la vida.[3]
Su amigo, el escritor venezolano Pedro Emilio Coll, relata este hecho así:
En Bogotá, la ciudad de los conventos melancólicos, de los severos templos de piedras, José Asunción Silva, el dandy misántropo, después de haber reído en una fiesta mundana, se ha suicidado en su cuarto lleno de libros, de pomos de esencias y de orquídeas exóticas. Sangriento entre la albura de las sábanas, rígido sobre la almohada consoladora, así lo encontró la aurora del siguiente día. En la mesa, un libro abierto, que decía de la dicha de morir. Caracas lo vio en sus salones elegantes. Yo lo admiré, en nuestra íntima amistad.
«Amigo mío-decíame con extraña sonrisa en los labios-,eso no es para usted», y me señalaba en un ángulo de su cuarto del hotel la flamante hilera de zapatos que hubiera bastado para veinte pies descalzos. «No crea usted que lo que le ofrezco vale más que eso, pero yo le ofrezco mis ideas y mis sentimientos. No puedo vivir sin amigos, y los zapatos me atraen la simpatía de muchas personas excelentes. El brillo de las botas, créalo, es más importante que el de las ideas».[4]
Legado[editar]
La obra de José Asunción Silva es breve, en parte por el naufragio en el que se perdieron gran parte de sus manuscritos. Comprende alrededor de 150 poemas, una novela titulada De sobremesa y una serie, también breve, de prosas y notas críticas. Los poemas están distribuidos en cuatro conjuntos. El principal de ellos, por su calidad y coherencia, es El libro de versos, el único que Silva organizó y dejó listo para publicar. Bajo esas características y con ese título se dio a conocer por primera vez en 1923. En 1945 se hizo una edición facsímil, reproducción de los originales. Este volumen comprende su producción de 1891 a 1896. Su primera obra, escrita entre los 14 y 18 años de edad, estuvo inédita hasta 1977, fecha en que se halló en la Biblioteca Nacional de Colombia un libro manuscrito, conocido parcialmente, el cual se publicó bajo el título de Intimidades, con un estudio del profesor Héctor Orjuela, experto en el trabajo silviano.
José Asunción escribió variadas notas en su ensayo Por el amor de Louis; entre las más notables se encuentran sus Poesías varias
Eres un clavel en el invierno que aunque el frío te aceche seguirás firme en este crudo y despiadado terreno y estarás ahí sin herirme con tan hermoso diseño.
Los últimos dos conjuntos de su poesía se han reproducido como capítulos de la obra completa. Uno corresponde a un grupo de poemas sueltos que se suele publicar con el título de Poesías varias y el otro a una serie de versos satíricos, conocida como Gotas amargas, la cual fue reconstruida por sus amigos, pues el poeta nunca quiso publicarla. La primera es la organización dada a la obra poética de Silva por los críticos, y así han podido establecer fechas, autenticidades y características. Sin embargo, el primer libro de Silva se publicó en Barcelona en 1908, por la editorial Maucci, con un visionario prólogo de Miguel de Unamuno. Esta edición lleva varios poemas, algunas prosas y un fragmento de la novela De Sobremesa.
Conocedores de la obra silviana como Eugenio Florit y José Olivio Jiménez han visto a Silva como el más heterodoxo de los modernistas de la primera generación. Conviene aquí señalar que su formación fue autodidacta y, por lo tanto, desordenada y ecléctica. Sin embargo, había leído mucho y poseía una inmensa capacidad de asimilación y, sobre todo, una sed insaciable de conocimientos y lecturas. Solo así se explica que, aislado en una Bogotá encerrada en sí misma, regocijada en el romanticismo del siglo XIX y en el costumbrismo, y en gran parte alejada de la cultura literaria y estética que bullía en el momento, haya podido Silva asimilar esa cultura, experimentar y crear nuevas formas literarias y convertirse así en uno de los paradigmas de la sensibilidad de su tiempo.

Rafael Maya hizo un importante estudio sobre Silva en los años cuarenta. Con gran conocimiento de la literatura y de la cultura europeas e hispanoamericanas del siglo XIX, Maya determina que la prosa modernista -que para algunos como Arrom se vislumbraría ya en Juan Montalvo-, luego de adquirir vigor y maestría con Martí y Gutiérrez Nájera, alcanza su momento de esplendor con Silva y Rubén Darío, quienes alrededor de 1888 comenzaron a escribir la prosa nueva, llena de matices y sugerencias, y agrega Maya que esa prosa, esencialmente artística, la tomaron de Bécquer, quien también en el aspecto lírico tuvo una gran influencia en ambos. El hecho es que por esos años Darío y Silva rompen con la «vieja marcialidad del estilo castellano», y lo llenan de ondulaciones, de murmullos y de «música de alas». Maya concluye que la prosa de Silva es un fruto maduro y pleno del modernismo, en tanto que su poesía tantea los terrenos líricos de ese movimiento.
Uno de los aportes notables de Silva a la poesía es la experimentación y la readaptación de metros tradicionales, variando ritmos y acentos y jugando con estrofas y medidas, con el propósito de desencorsetar la rigidez del verso, poniéndolo al servicio de las modulaciones, músicas, sensaciones y emociones que quería expresar.
Desde otro terreno, y lo anota también Maya, Silva «dio cuerpo a ese vago mundo de sugestiones románticas, situando en el plano de la sensibilidad lo que antes había sido objeto del sentimiento». Y tal es, enunciada en pocas palabras, una de las características esenciales de la revolución modernista. Sus temas son de estirpe romántica, pero las circunstancias que los suscitan, su manejo y su expresión formal difieren muchísimo del estilo romántico. Si Silva habla de la muerte, los sueños, la infancia perdida, el amor no satisfecho, las sombras del más allá, lo hace, igual que todos los modernistas, como una manera de negar la sociedad burguesa, que los ha excluido. Se afirman como creadores recurriendo a las utopías o -como en el caso de Silva- refugiándose en experiencias, seres y mundos ya desaparecidos y, por tanto, inaccesibles.
Dado que es una figura de primera línea de la poesía hispanoamericana y un personaje colombiano memorable, el pintor Juan Cárdenas, invitado por el Banco de la República de Colombia, realizó el diseño completo del billete de cinco mil pesos, en homenaje al poeta, con su imagen en el anverso, y en el reverso la de una mujer, y un fragmento del Nocturno III; debemos aclarar que este poema tiene la influencia del simbolismo, por eso los bogotanos de la época no entendieron en un inicio el poema y atribuyeron que estaba dedicado a la hermana del poeta, Elvira Silva, lo que pasó fue que José Asunción Silva tomó una parte de su experiencia propia, las caminatas que realizaba con su hermana en una finca que tenían al norte de Bogotá llamada Chantilly, y su inspiración tal y como le enseñó Stéphane Mallarmé, padre del simbolismo, en su viaje por Europa. En el año 2016, al iniciar el reemplazo de los billetes colombianos utilizados hasta entonces, su imagen es la única que permanecerá en la denominación que viene ocupando, el diseñó cambió y el poema al reverso actualmente es Melancolía.[5]
El legado de Silva, además, se ve hoy día materializado en la Casa de Poesía Silva, fundada en el 90 aniversario luctuoso del poeta, es decir, el 24 de mayo de 1986 por Belisario Betancur, entonces Presidente de la República. Esta fue la primera casa de poesía que se abrió en el ámbito de la lengua española. La Casa es una fundación privada sin ánimo de lucro, cuyo objetivo es facilitar y propiciar el estudio, conocimiento y goce de la poesía de todos los tiempos y países. Para ello cuenta con servicios permanentes, varios de los cuales se prestan en forma gratuita.
Obras[editar]
- Nocturno III (poema) 1891
- Nocturno y diurno (indicios) 1892
- De la noche a la mañana - Crónicas de Bogotá (1899)
- Mi padre y yo - Letargos hacia la ciudad (1902)
- Silva, José Asunción Madrid: Ediciones de Centenario. Allca xx, poesía Silva, 1996.
- Silva, José Asunción, Obra completa, Madrid: Ediciones de Centenario. Allca xx, Casa de poesía Silva, 1996.
- Silva, José Asunción, Obra poética. Testimonio de Álvaro Mutis, Introducción de María Mercedes Carranza, Cronología por Jorge Nitales: Ediciones Hiperión,1996. Nueva edición, corregida y aumentada, con un Estudio previo de Selena Millares, ibid., 2002.
- Silva, José. De sobremesa. Novela. Prólogo de Monica Galindo: Ediciones Hiperión,1996. 2.ª edición: 2003.
Véase también[editar]
- Santos Molano, Enrique. El corazón del poeta. (1997)
- Quintero Ossa, Robinson. José Asunción Silva (1865-1896), Vida del poeta. (2005)
- Carranza Coronado, María Mercedes. José Asunción Silva y Juan Manuel Arredondo, Obra del poeta. (2005)
- Vallejo, Fernando. La Muerte de Silva, tomado de Biblioteca Virtual Banco de La República
- Casa de poesía Silva
- Literatura española del Modernismo
- Historia de Bogotá
Referencias[editar]
- ↑ José Olivio Jiménez, "José Asunción Silva", en Antología crítica de la poesía modernista hispanoamericana. Madrid: Hiperión, 1989 (2.ª ed.), p.138.
- ↑ 1942-, Vallejo, Fernando,. «La muerte de Silva | banrepcultural.org». www.banrepcultural.org. Consultado el 1 de junio de 2016.
- ↑ a b Cervantes, Biblioteca Virtual Miguel de. «La muerte de José Asunción Silva (1930) / Alcides Arguedas; Remedios Mataix (ed. lit.) | Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes». www.cervantesvirtual.com. Consultado el 1 de junio de 2016.
- ↑ Cervantes, Biblioteca Virtual Miguel de. «El Recuerdo». Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. Consultado el 10 de marzo de 2023.
- ↑ «Así serán los nuevos billetes que circularán en Colombia a partir de 2016». 25 de septiembre de 2015. Consultado el 26 de septiembre de 2015.
Enlaces externos[editar]
Wikisource en español contiene obras originales de José Asunción Silva.
- Interpretación de la obra de Silva desde la óptica de algunas intuiciones benjaminianas
- Los poemas más representativos del Poeta José Asunción Silva, parte de su Obra.
- Colección de Poemas Representativos de este Reconocido Poeta Colombiano
- José Asunción Silva en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.
- Poemas en torno a la creación poética
- El corazón del poeta: los sucesos reveladores de la vida y la verdad inesperada de la muerte de José Asunción Silva. Archivado desde el 14 de abril de 2013.