Herrera (Sevilla)

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Plantilla:Infobox ciudad España Herrera es una localidad de la provincia de Sevilla, Andalucía, España. En el año 2006 contaba con 6.342 habitantes. Su extensión superficial es de 53 km² y tiene una densidad de 119,66 hab/km². Sus coordenadas geográficas son 37º 22' N, 4º 50' O. Se encuentra situada a una altitud de 254 metros y a 120 kilómetros de la capital de provincia, Sevilla.

Demografía

Número de habitantes en los últimos diez años.

Plantilla:Demo

Monumentos

Datos históricos. Origenes y fundación de Herrera

Es muy difícil poder citar una fecha concreta sobre el origen y la forma en que surgieron los pueblos que pertenecieron a la Orden Santiaguista y posteriormente al Marquesado de Estepa. Hasta ahora sólo se sabía que la fundación de la mayoría de estos pueblos había tenido lugar tras la venta de la encomienda Santiaguista a Don Adán Centurión, pero su existencia como pequeñas aldeas, a las que se les denominaba "Cortijos", era muy posterior.

Tras la conquista por Fernando III de estas tierras, se hizo entrega de las mismas a las Ordenes Militares, para así establecer una zona fronteriza a lo largo del Reino de Granada que sirviera de defensa y fundación de lugares con personas que, mediante franquicias, se fuesen estableciendo en ellas. Sin embargo, esta fundación de lugares no fue posible en un principio, puesto que estas tierras sufrían continuadamente el acoso de los ejércitos del Reino de Granada, principalmente de los moros de Archidona y Serranía de Ronda, que eran tribus bereberes muy temidas, llevando a cabo continuadamente destrozos de las cosechas, robos de ganados y captura de prisioneros, siendo la vida imposible fuera de los recintos amurallados.

Tras la conquista de Antequera en 1410, y en especial con la toma de Archidona en 1468, nuestras tierras dejaron de ser zona fronteriza, y con ello llegó un poco de tranquilidad, permitiendo que las personas pudiesen salir y establecerse en los campos. Por lo que a partir de esta última fecha pueden datarse el origen primitivo de Herrera y demás pueblos que pertenecían a Estepa; aunque sólo pueden considerarse con población un poco estable a partir de la conquista de Granada en 1492, salvo Marinaleda y Miragenil, cuyo nacimiento fue en fechas posteriores.

En los terrenos que hoy ocupa nuestro pueblo se estableció una dehesa boyal de unas 1800 fanegas, a la que acudían personas con sus ganados, y donde se formaron cuatro o cinco huertas en el borde del arroyo que cruza nuestro pueblo, Pozo Antonio y Álamo del Campo; ya que, son éstas las primeras zonas dedicadas a la agricultura en el denominado ruedo de Herrera, y donde estas personas construirían pequeñas chozas o albergues, en lo que hoy es nuestro pueblo, para los ganados y aperos de labranza que con el tiempo dieron lugar al Cortijo de Herrera. Herrera surgió como cortijo entre el año 1511 al 1514. Un ejemplo de cómo surgió Herrera lo podemos ver en los cortijos de Las Carrizosas, donde podemos apreciar adosarse unos edificios a otros llegando a formar casi una especie de calle. Otro ejemplo lo podemos observar en la aldea La Salada, donde la agrupación de sus casas van formando una pequeña calle.

Durante muchos años, la Dehesa del Cortijo de Herrera permaneció dedicada exclusivamente al uso del ganado, hasta que con la venta a D. Adán Centurión hay un espectacular aumento de población en todo el Estado de Estepa, cuyo hecho no hay que atribuirlo porque pasara a manos privadas, sino porque la paz hizo posible la roturación de tierras que antes habían sido de peligrosa ocupación, así como el asentamiento de personas venidas de fuera. En nuestro pueblo, según los archivos de protocolos de Estepa, se comienza a roturar pequeñas extensiones de tierra por la periferia de la Dehesa y sus arrendatarios van usurpando, poco a poco, parte de sus terrenos.

Hasta el año 1610, fecha que coincide con la definitiva expulsión de los moriscos del Reino de Granada, los documentos referentes a nuestro pueblo son muy escasos, aumentando éstos, especialmente entre los años 1610 y 1630. Entre estas dos fechas se asientan definitivamente en Herrera un grupo de labradores y ganaderos. Caracterizándose la población del Cortijo de Herrera, anterior a estas fechas, por su movilidad, yendo de un sitio a otro en busca de trabajo. Este grupo de vecinos de Estepa que se asientan en estos años forman lo que hoy es la calle Puente.


Coincidiendo con la expulsión de los moriscos todos los lugares del término de Estepa crecen en población. Hecho que podemos comprobar en el repartimiento del servicio ordinario (impuesto para gastos de guerra) de estos lugares en el año 1611.

En todos los documentos de estas fechas, a nuestro pueblo se le nombra siempre como el Cortijo o Partido de Herrera, hasta que en el año 1631 hay un gran aumento de documentos referentes al mismo y nos aparece como la Puebla de Herrera. Aquí es donde esta la importancia de nuestro pueblo en la historia de España, pues, en este año, según las escrituraciones de ese año y siguientes, el Consejo de la Villa de Estepa decide parcelar en suertes y trances, la mayoría de tres a seis y algunas de ocho fanegas, las dos terceras partes de la Dehesa del Cortijo de Herrera, y su arrendamiento mediante censo enfitéutico, favoreciendo de esta forma que nuestro término estuviese compuesto por pequeños minifundios que han llegado hasta nuestros días. La parte de la Dehesa del Cortijo de herrera que se comenzó a arrendar, era la zona comprendida entre Herrera, Cerro Chirino, Pozo Antonio, laderas del Cerro gordo y zona del Cerro de Martos. El motivo de esta venta era hacer un donativo del Estado de Estepa al Rey Felipe IV, cosa que se lleva a efecto en el año 1634, para costear la guerra que se preparaba contra Portugal y Cataluña.

En el legajo 334 del Archivo de Protocolos de Estepa del año 1636 todavía figuran contratos de arrendamiento entre el Consejo de Estepa y algunos vecinos de Estepa, siendo uno de los últimos el de Juan Muñoz de Estepa, que arrienda la octava suerte del tercer trance de la Dehesa de Herrera. En el mismo legajo hay otros contratos similares referentes a la Dehesa de las Carrizosas y Alhonoz, efectuados a resultas de la decisión del Consejo de la Villa de Estepa de donar al Rey 5000 ducados "para guerras y otros efectos". En 1641, con motivo de la guerra con Portugal y Cataluña, el Estado de Estepa ayuda al Rey con un nuevo donativo de 600 ducados, y después, en diferentes ocasiones, con hombres y dinero.

Como vemos por estos datos, la fundación de Herrera como pueblo se produce en 1631 como consecuencia de querer obtener el Consejo de Estepa para continuas guerras en las que se encontraba metida España en esos años y los apremiantes socorros que pedía el Rey Felipe IV para el sostenimiento de estas guerras, llevándose a cabo en Herrera una repoblación con vecinos de Estepa y algunas familias oriundas del Reino de Portugal, Reino de León y gallegos, que son los que dan lugar a que se forme la calle de los Labradores, según se ha podido comprobar con las numerosas escrituraciones de estos años, aunque a partir de 1634 comienzan a venir a Herrera algunos vecinos de los pueblos de nuestro alrededor. Posteriormente, entre los años 1700 y 1750, se observa en Herrera una fuerte inmigración de vecinos de Marinaleda.

La forma de arrendamiento de la Dehesa del Cortijo de Herrera, denominada "censo enfitéutico", era cosa extraña fuera del Reino de Castilla, siendo en estas tierras lo más usual la venta real; sin embargo, se llevó a cabo en algunas zonas aisladas como ocurrió en Herrera, y ello era ventajoso para el arrendamiento, pues, éste se convertía prácticamente en dueño de los terrenos con el pago de un tributo anual, que bien podía ser en dinero o en especies de trigo o cebada; pudiendo pasar este tipo de arrendamiento de padres a hijos y sucesores y pudiéndose practicar el subarriendo e incluso la venta de este contrato.

De la misma forma también se llevó a cabo en nuestro pueblo la parcelación de solares para poder construir casas para vivienda, mediante un contrato denominado "Tributo de Gallina", por medio del cual, su propietario tenía que pagar anualmente y a perpetuidad, al Marqués de Estepa, una gallina o en su defecto un valor en reales, quedando por este método el inquilino y sucesores como dueño de la vivienda con la condición de que ésta estuviese terminada antes de tres años. Estas gallinas, a su vez, eran enviadas a la Corte de Madrid, en concepto de otros pagos que tenía que realizar el Estado de Estepa al Rey de España

Véase también

Enlaces externos

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