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Bernardo Prudencio Berro


Presidente del Senado en ejercicio del Poder Ejecutivo de Uruguay
15 de febrero de 1852-1 de marzo de 1852
Predecesor Joaquín Suárez
Sucesor Juan Francisco Giró

Presidente Constitucional de Uruguay
1 de marzo de 1860-1 de marzo de 1864
Predecesor Gabriel Antonio Pereira
Sucesor Atanasio Cruz Aguirre

Información personal
Nombre de nacimiento Bernardo Prudencio Berro Larrañaga Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacimiento 28 de abril de 1803 Ver y modificar los datos en Wikidata
Montevideo (Virreinato del Río de la Plata) Ver y modificar los datos en Wikidata
Fallecimiento 19 de febrero de 1868 Ver y modificar los datos en Wikidata (64 años)
Montevideo (Uruguay) Ver y modificar los datos en Wikidata
Causa de muerte Homicidio Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacionalidad Uruguaya
Familia
Padres Juana María Larrañaga Piriz
Pedro Berro Etchebarne
Cónyuge Práxedes Bustamante del Puerto
Hijos Mariano B. Berro Ver y modificar los datos en Wikidata
Información profesional
Ocupación Escritor, político
Partido político Corriente Política Fusionista
Partido Nacional

Bernardo Prudencio Berro Larrañaga (Montevideo, 28 de abril de 1803 - 19 de febrero de 1868), político y escritor uruguayo, miembro del Partido Nacional, y presidente de la República entre 1860 y 1864.

Vida y actividad política

Vinculado por su origen a una familia de comerciantes españoles de temprana actuación política. Su padre, Pedro Francisco Berro, había sido integrante de la Junta de Montevideo y de Asamblea Constituyente de 1828 a 1829.

Ejerció como diputado por el departamento de Maldonado entre 1837 y 1838, integrando la III Legislatura de la Cámara de Representantes de Uruguay.[1]

Fue ministro de Gobierno (1845-1851) de Oribe durante el Gobierno del Cerrito, miembro de su Tribunal Supremo y una de las figuras más destacadas de aquella administración. Estaba casado con Práxedes Bustamante del Puerto.

Desde por lo menos 1847, se había manifestado partidario de lo que la historiografía uruguaya conoce con el nombre de Política de Fusión, denominación que compete al proyecto de abolición de las divisas y vigencia integral de la Constitución de 1830, como forma de desplazar a los caudillos del poder político y la dirección de los asuntos de estado, hecho notorio durante la llamada Guerra Grande, por entonces en curso.

Durante la administración de Juan Francisco Giró (1852 - 1853), de quien fue su estrecho colaborador, fue Ministro de Gobierno nuevamente y también de Relaciones Exteriores, y objeto principal de los ataques de la oposición que terminaría derrocando a aquel gobierno, en septiembre de 1853.

Fue electo presidente de la República el 1 de marzo de 1860 por la Asamblea General para el período constitucional 1860-1864, desempeñando íntegramente sus cuatro años de mandato, durante los cuales hubo de enfrentar nuevamente la oposición a aquellos principios políticos. Una de sus primeras medidas fue, precisamente, la prohibición del uso público de las divisas y la penalización severa de los infractores.

Influido por el modelo democrático conservador estadounidense, el que encomió en varios artículos de carácter político, Berro fue quizás uno de los primeros presidentes del Uruguay que intentó lograr la viabilización administrativa del estado, para lo cual dictó una serie de medidas que encontraron oposición incluso en los elementos más afines a él dentro de su gobierno.

De origen acomodado y de costumbres y hábitos patricios, Bernardo Berro sin embargo era individuo de una llamativa sencillez. Habitaba generalmente su quinta en el partido (hoy barrio montevideano) de Manga, a unos 15 kilómetros del centro de Montevideo, y trabajaba él mismo la tierra, lo que provocaba la sorpresa y el repudio de una élite aristocratizante que no concebía semejantes actitudes en un individuo de su cargo y de su clase.

Hubo de enfrentar, desde 1863, la insurrección antifusionista y luego, de hecho, colorada, de Venancio Flores, la cual, al final de su mandato, el 1 de marzo de 1864, no había podido sofocar, entre otras cosas, por la defección de algunos de sus colaboradores más inmediatos, como Andrés Lamas, que se pasaron abiertamente del lado del rebelde. Las desavenencias con sus generales también fueron causa adicional de la inacción militar de su gobierno.

Gabinete de gobierno

Ministerio Nombre Período
Gobierno Carlos San Vicente 1860 - 1862
Juan P. Caravia 1862 - 1864
Relaciones Exteriores Eduardo Acevedo Maturana 1860 - 1861
Enrique de Arrascaeta 1861 - 1862
Jaime Estrázulas 1862 - 1863
Juan José de Herrera 1863 - 1864
Hacienda Tomás Villalba 1860 - 1861
Antonio Pérez 1861 - 1864
Guerra y Marina Salvador García 1860
Diego Eugenio Lamas 1860 - 1862
Joaquín Teodoro Engaña 1862 - 1863
Cipriano Miró 1863
Luis Rufino de Herrera 1863 - 1864

[2]

Época y obra de su gobierno

Bernardo Berro.

Durante su gobierno se produjo una gran recuperación económica del país, hecho que se explica fundamentalmente por tres factores: el crecimiento del comercio y de los comerciantes como grupo socio-económico dominante en la ciudad; la revolución del lanar y el reforzamiento económico y político de los estancieros; y el ingreso de capital extranjero, fundamentalmente británico.

El aumento del comercio exterior, tanto de importaciones como de exportaciones se produjo por una serie de causas. En primer lugar, el crecimiento de la población nacional, produjo un aumento de la demanda y por lo tanto amplió la importación. En segundo lugar, por la incorporación de la lana como producto exportable del país. En tercer término, debe señalarse la enorme incidencia que tuvo la guerra del Paraguay (véase Guerra de la Triple Alianza) (hecho que ocurre una vez fuera del poder Berro) en la multiplicación de las actividades comerciales y financieras. Todo esto, sumado al establecimiento en el país de paz interna, condujo a la prosperidad y al crecimiento económico.

La revolución del lanar (nombre que otorga la historiografía uruguaya a la introducción del capitalismo agrario desde 1850), que significó la primera modificación de la producción del Uruguay desde los tiempos de la colonia, fue una forma de modernización, pues permitió al país ingresar a mejores niveles de exportación económica.

El ovino impulsó la tecnificación del agro (baños, bretes, alambrados) y demandó mano de obra especializada. La buena calidad de la lana amplió los mercados exteriores del país. Acentuó su dependencia pero diversificó los productos exportables y los mercados de consumo, distribuyendo esa dependencia entre varios centros económicos mundiales.

La primera causa de la expansión de la lana fue la fuerte demanda europea, a partir sobre todo del cambio de fibra que las industrias textiles inglesas habían comenzado desde hacía unos años. Los países europeos no podían cubrir toda la demanda de la industria textil por lo que recurrir a los lugares donde se producía lana de buena calidad y barata fue una prioridad para los industriales europeos.

Durante la década de 1860 otro hecho que favoreció al Uruguay fue la Guerra de Secesión de Estados Unidos que anuló el envío de algodón estadounidense a Europa. Desprovista de una de las dos fibras textiles que alimentaban a su industria, Europa tuvo que volcarse necesariamente a la compra de lana en mucho mayor cantidad que hasta ese momento.

En tercer lugar una causa interna llevó a los estancieros criollos a acercarse a la lana y fue que la abundancia del ganado vacuno había llevado a que de él sólo se valorara el cuero. La crisis vacuna por un lado y el hecho de que el ovino complementara, sin sustituirlo, al vacuno, tanto en el consumo de los pastos como en las eventualidades comerciales, hizo que su explotación se generalizara en toda la República.

Las consecuencias del proceso de diversificación, desde un punto de vista social fueron: la repoblación del campo y de la estancia ya que para el cuidado de la oveja se necesita mucha más mano de obra que para el vacuno. Además, se sedentarizó a la población rural, puesto que el pastor debía permanecer en un puesto fijo. De esta manera se restó gente dispuesta a acompañar las incesantes revoluciones; fortaleciendo una clase media rural y facilitando el ascenso social.

Desde el punto de vista económico, el ovino significó el quiebre de la edad del cuero, lo cual representó la diversificación de los rubros exportables uruguayos. Al tasajo y a los cueros, había que sumar la lana. Lo que a su vez produjo la diversificación de los mercados compradores. En esta diversificación y menor dependencia relativa de los centros industriales europeos, estuvieron los motivos de aquel periodo de prosperidad.

Los últimos días de Berro

El Partido Nacional no concurrió a las elecciones de noviembre de 1867 porque entendió que no había garantías. La abstención electoral fue el preludio de una revuelta. Como resultado de dicha elección, las cámaras se instalaron el 15 de febrero de 1868 y Venancio Flores entregó el gobierno a Pedro Varela, presidente del Senado.

El 19 de febrero los blancos se levantaron contra el gobierno. A primeras horas de la tarde, el Fuerte (casa de gobierno) fue tomado por un contingente de 25 hombres al mando de Bernardo Berro, al grito de "abajo el Brasil" y "viva la independencia Oriental y la del Paraguay". El Presidente interino Varela y el encargado de negocios de Brasil huyeron por la puerta del fondo.

Berro proclamó la revolución y la toma del gobierno en el Fuerte cuando, advertido del avance del "batallón Constitucional", escapó por la puerta del fondo. Consciente del fracaso, el ex Presidente se dirigió a la costa en procura de una lancha que estaba previsto lo rescataría en caso de derrota, pero que faltó a la cita. Venancio Flores y sus amigos tomaron algunas pistolas y se dispusieron a marchar en carruaje hacia el lugar de los acontecimientos. Al llegar el coche de Flores a la calle Rincón, en las de Ciudadela y Juncal, se vio interceptado por una carreta cargada de pasto, frente al almacén de Quintín Correa.

Por la calle Mercedes aparecieron entonces varios individuos emponchonados y cubiertos los rostros por grandes sombreros haciendo fuego sobre el carruaje. Flores trató de zafarse del coche atascado por el carro de pasto, pero la puerta de su lado dejaba apenas un pequeño espacio y por él procuró escurrirse, circunstancias que aprovecharon los asesinos para ultimarlo a puñaladas. Al quedar agonizante el general, los atacantes se desbandaron.

Bernardo Berro fue apresado y llevado al Cabildo. Ignoraba la muerte de Flores por lo que, increpado por el presidente Varela, respondió altivamente. Fue sometido a vejámenes hasta que, a través de las rejas de la cárcel, le disparan un tiro que terminó con su vida. Su cadáver fue degollado y paseado por las calles de Montevideo. Muchos personajes de relieve lograron escapar al furor popular refugiándose en las embajadas, entre ellos el coronel Maza, yerno de Manuel Oribe, Emilio Berro, sobrino de Bernardo, y Brizuela, ex agente del Paraguay que habría intervenido en el ataque al Fuerte. Poco a poco empezó a recapacitarse acerca de las responsabilidades que podían caber a los blancos en la muerte de Flores.[3]

Referencias

  1. Cámara de Representantes, ed. (1971). Tablas Cronológicas 1830-1971. Montevideo. p. 13. 
  2. Cronología Histórica del Prof. Walter Rela
  3. La muerte de Venancio Flores Mundo Matero. Consultado el 24 de enero de 2012.

Enlaces externos


Predecesor:
Joaquín Suárez
Presidente de Uruguay
1852
Sucesor:
Juan Francisco Giró
Predecesor:
Gabriel Antonio Pereira
Presidente de Uruguay
1860-1864
Sucesor:
Atanasio Cruz Aguirre