Diferencia entre revisiones de «Cortes de Barcelona (1632)»

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== Las Cortes de Montblanc de 1640 ==
== Las Cortes de Montblanc de 1640 ==
Una vez que las Cortes volvieron a bloquearse, el conde-duque de Olivares intentó encontrar una solución al no querer renunciar a la [[Unión de Armas]]. El conde-duque convocó al [[lugarteniente de Cataluña|virrey]], el [[Dalmau de Queralt|conde de Santa Coloma]], en Madrid para trazar un plan para acabar con esta situación. Decidieron que la próxima convocatoria sería en [[Montblanc]], escogida por su difícil acceso, y se acordó iniciarlas el 15 de abril de 1640. Olivares no quería que se volviese a repetir un espectáculo como los dos anteriores. Le escribió al virrey ''"Lo de las cortes es negocio que no conviene tratar en ellas de más que del remedio del gobierno sin plegarias"''. La idea [[absolutismo|absolutista]] de la corona y del conde-duque, responsable de las medidas de cambio, significaban llevar adelante un programa que reduciría el poder de las Cortes, asimilándolas a a las [[cortes castellanas]] y obtener así una aportacinó más grande de los catalanes en cuanto a necesidades militares.
Una vez que las Cortes volvieron a bloquearse, el conde-duque de Olivares intentó encontrar una solución al no querer renunciar a la [[Unión de Armas]]. El conde-duque convocó al [[lugarteniente de Cataluña|virrey]], el [[Dalmau de Queralt|conde de Santa Coloma]], en Madrid para trazar un plan para acabar con esta situación. Decidieron que la próxima convocatoria sería en [[Montblanc]], escogida por su difícil acceso, y se acordó iniciarlas el 15 de abril de 1640. Olivares no quería que se volviese a repetir un espectáculo como los dos anteriores. Le escribió al virrey ''"Lo de las cortes es negocio que no conviene tratar en ellas de más que del remedio del gobierno sin plegarias"''. La idea [[absolutismo|absolutista]] de la corona y del conde-duque, responsable de las medidas de cambio, significaban llevar adelante un programa que reduciría el poder de las Cortes, asimilándolas a a las [[cortes castellanas]] y obtener así una aportacinó más grande de los catalanes en cuanto a necesidades militares.

La convocatoria de las cortes de 1640 habría dado por acabadas automáticamente las de Barcelona de 1632 y daría el derecho a la ciudad de Barcelona a exigir el cobro de todas las rentas de la Corona a Cataluña. Con ello y los sucesos en Cataluña en 1650 que acabaron en la [[Guerra de los Segadores]] hicieron que estas Cortes no se llegasen a convocar.<ref>{{cita libro |apellido=Huxtable Elliott |nombre=John |apellido2=Sánchez Mantero |nombre2=Rafael |título=La rebelión de los catalanes: un estudio sobre la decadencia de España (1598-1640) |url=http://books.google.es/books?id=eyo4s212_L0C&dq=%22cortes+de+barcelona%22+1626&hl=ca&source=gbs_navlinks_s |fechaacceso=21 de noviembre de 2012 |año=1999 |editor=Siglo XXI de España Editores |isbn=9788432302695 |páginas=345-346 }}</ref>


== Referencias ==
== Referencias ==

Revisión del 22:07 21 nov 2012

Las Cortes de Barcelona de 1632 eran la continuación de las habidas en 1626 y no cuentan como tales. Fueron convocadas por el rey Felipe IV y fueron presididas, por delegación, por el cardenal-infante Fernando de Austria. Era el presidente de la Generalidad Pere Antoni Serra. Se inauguraron el 18 de mayo de 1632 y se volvieron a paralizar el 8 de junio de 1632 ante un disentimiento de la ciudad de Barcelona. Las Cortes, prorrogadas el 24 de octubre, nunca fueron clausuradas.[1]

Las anteriores Cortes quedaron interrumpidas, sin acuerdo y lejos de aceptar la propuesta del conde-duque de Olivares. En aquella ocasión, el error de la corona fue intentar aprobar su programa con excesiva prisa. Esta vez querían dar el tiempo que fuese necesario para decidir. Sin embargo, el rey, completamente involucrado en diversos frentes, no podía estar presente y delegó la presidencia en su hermano el cardenal-infante Fernando, lugarteniente de Cataluña desde el 3 de mayo de 1632. Los catalanes no estaban de acuerdo con la propuesta, pero un intenso enfrentamiento de Olivares con las ciudades permitió convencer a los diputados. La investudura tuvo lugar el 18 de mayo de 1632 y Felipe IV y Olivares marcharon inmediatamente a Madrid.[2]

Previamente, la decisión de realizar las Cortes en Barcelona le supuso a la ciudad un préstamo de 110 000 libras para los gastos del viaje real al regreso antes de acabar las cortes. Se ofrecía como garantía las rentas de todo el patrimonio real en Cataluña.[3]

Las Cortes de 1626 hahían sido un diálogo para sordos, donde cada parte quería tratar sus temas: el rey con su plan de hombres y dineros para el mantenimiento de la guerra y los diputados quejándose de los abusos y continuados incumplimientos de las constituciones y leyes por parte de los virreyes y de los privilegios de los inquisidores. De hecho, la lista de agravios y disentimientos planteados en aquellas cortes habrían supuesto un recorte muy importante de los privilegios inquisitoriales, pero finalmente no fueron aplicados debido a la suspensión.

En esta edición, los inquisidores querían evitar que se produjese el recorte y se aliaron con el cardenal-infante para abortar cualquier intento. Sin embargo, situarse en contra de los diputados no facilitaba la discusión de la propuesta de financiación. La situación internacional de España era cada vez más complicada y las finanzas cada vez peores.[4]

Las Cortes de Montblanc de 1640

Una vez que las Cortes volvieron a bloquearse, el conde-duque de Olivares intentó encontrar una solución al no querer renunciar a la Unión de Armas. El conde-duque convocó al virrey, el conde de Santa Coloma, en Madrid para trazar un plan para acabar con esta situación. Decidieron que la próxima convocatoria sería en Montblanc, escogida por su difícil acceso, y se acordó iniciarlas el 15 de abril de 1640. Olivares no quería que se volviese a repetir un espectáculo como los dos anteriores. Le escribió al virrey "Lo de las cortes es negocio que no conviene tratar en ellas de más que del remedio del gobierno sin plegarias". La idea absolutista de la corona y del conde-duque, responsable de las medidas de cambio, significaban llevar adelante un programa que reduciría el poder de las Cortes, asimilándolas a a las cortes castellanas y obtener así una aportacinó más grande de los catalanes en cuanto a necesidades militares.

La convocatoria de las cortes de 1640 habría dado por acabadas automáticamente las de Barcelona de 1632 y daría el derecho a la ciudad de Barcelona a exigir el cobro de todas las rentas de la Corona a Cataluña. Con ello y los sucesos en Cataluña en 1650 que acabaron en la Guerra de los Segadores hicieron que estas Cortes no se llegasen a convocar.[5]

Referencias

  1. Hidalguía. La revista de genealogia, nobleza y armas. Madrid. 1982. p. 396. Consultado el 20 de noviembre de 2012. 
  2. Elliott, John Huxtable; Sánchez Mantero, Rafael (1999). Siglo XXI de España Editores, ed. La rebelión de los catalanes: un estudio sobre la decadencia de España (1598-1640). pp. 246-248. ISBN 9788432302695. Consultado el 20 de noviembre de 2012. 
  3. Elliott, John Huxtable; Sánchez Mantero, Rafael (1999). Siglo XXI de España Editores, ed. La rebelión de los catalanes: un estudio sobre la decadencia de España (1598-1640). p. 243. ISBN 9788432302695. Consultado el 20 de noviembre de 2012. 
  4. Universidad de Barcelona. Departament d'Història Moderna (1984). Primer Congrés d'Història Moderna de Catalunya (en catalán). Barcelona: Edicions Universitat Barcelona. p. 540. ISBN 9788475281544. Consultado el 20 de noviembre de 2012. 
  5. Huxtable Elliott, John; Sánchez Mantero, Rafael (1999). Siglo XXI de España Editores, ed. La rebelión de los catalanes: un estudio sobre la decadencia de España (1598-1640). pp. 345-346. ISBN 9788432302695. Consultado el 21 de noviembre de 2012. 


Predecesor:
Cortes de Barcelona (1626)
Cortes Catalanas
(lista)

1632
Sucesor:
Cortes de Barcelona (1701)