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Jaime I de Aragón, el Conquistador (Montpellier, 2 de febrero de 1208 - Valencia, 27 de julio de 1276). Rey de Aragón, de Valencia (1239-76) y de Mallorca (1229-1276), Conde de Barcelona (1213-1276), señor de Montpellier (1219-1276) y de otros feudos en Occitania.

Jaime I el Conquistador

Juventud

Hijo de Pedro el Católico y de María de Montpellier. Ellos se llevaron siempre mal y no consumaban el matrimonio, lo que repercutía en que no existía heredero. Además de que Pedro tenía varias amantes. Para solucionar este problema los nobles y clérigos de Aragón urdieron un plan que consistía en complacer al rey con una nueva amante. Esta nueva amante era ni más ni menos que su esposa María. A ésta una noche la llevaron a los aposentos de Pedro para que estuviera con él pasando por amante bajo el amparo de la oscuridad. Pedro accedió a tener relaciones carnales con la nueva amante durante toda la noche, pero la mañana no fue tan benevolente como la noche, porque los que urdieron el plan empezaron a entrar en la habitación y Pedro descubrió el engaño. Furioso se fue de palacio y no volvió nunca más y de la relación de aquella noche con su esposa nació Jaime. Su nombre viene dado por su madre que puso doce velas con los nombres de los apóstoles y aquella que se apagara la última ese sería el nombre de su hijo, que resultó ser el de Santiago, que también quiere decir Jaime.

Esta es la leyenda. El propio Jaime I cuenta en El libro de los hechos (El libre dels feyts) su nacimiento de este modo: "Ahora voy a contar la manera en que fui engendrado y de qué modo fue mi nacimiento. En primer lugar de qué manera fui engendrado. Mi padre el Rey Pedro no quería ver a la Reina mi madre. Sucedió una vez que mi padre estuvo en Lates. Y la Reina, mi madre se encontraba en Miravall y se acercó al Rey un Ricohombre que tenía por nombre S. de Alcalá y le rogó tanto que lo hizo ir al pueblo de Miravall donde se encontraba la Reina, mi madre. Y aquella noche en que ambos estuvieron en Miravall quiso Nuestro Señor que yo fuese engendrado. Y cuando la Reina, mi madre, se sintió embarazada llegamos a Montpellier y aquí quiso Dios Nuestro señor que tuviera lugar mi nacimiento en casa de los de Tornamira, la víspera de Nuestra Señora Santa María La Candelaria. Y mi madre tan pronto como me dio a luz me envió a Santa María y me llevaron en brazos y cantaban Maitines en la Iglesia de Nuestra Señora. Y mientras me introducían en el portal cantaron "Te Deun laudamus". Y no sabían los clérigos que yo debiese entrar aquí. Pero entramos mientras cantaban ese canto. Después salimos de aquí y me llevaron a San Fernu y cuando los que me llevaban entraron por la capilla de San Fernu cantaban "Benedictus dominus deus Ysrael". Y cuando me devolvieron a la casa de mi señora madre se puso muy contenta por estos pronósticos que nos habían sucedido" Y continúa contando el porqué de su nombre Jacme o Jaime

A la muerte de su padre en la batalla de Muret (1213) en la que participó defendiendo a sus vasallos occitanos, Jaime quedó en poder de Simón de Montfort, el líder de la cruzada contra los albigenses y enemigo de los líderes occitanos. No lo entregó a los aragoneses hasta después de un año de reclamaciones y sólo por mandato del papa Inocencio III. Durante su minoría, estuvo bajo la tutela de los templarios en el castillo de Monzón. Actuó como regente el conde Sancho Raimúndez, hijo de Ramón Berenguer IV y tío abuelo de Jaime.

Tenía unos seis años cuando fue jurado en las Cortes de Lérida de 1214. En septiembre de 1218 se celebraron por primera vez en Lérida unas Cortes generales de aragoneses y catalanes, en las cuales fue declarado mayor de edad. Heredó el señorío de Montpellier a la muerte de su madre (1219).

En febrero de 1221 se desposó con Leonor de Castilla, hermana de Doña Berenguela y tía de Fernando III de Castilla. Anulado su primer casamiento por razón de parentesco, contrajo segundo matrimonio con la princesa Violante, hija de Andrés II, rey de Hungría (8 de septiembre de 1235). Por el testamento de su primo Nuño Sánchez, heredó los condados de Rosellón y Cerdeña y el vizcondado de Fenolledas en Francia (1241).

Reinado

Durante los quince primeros años de su reinado, mantuvo diversas luchas contra la nobleza aragonesa que incluso llegó a hacerle prisionero en 1224. En 1227 afrontó un nuevo alzamiento nobiliario aragonés, dirigido por el infante Fernando, tío del rey, que terminó, gracias a la intervención papal a través del arzobispo de Tortosa, con la firma de la concordia de Alcalá (marzo de 1227). Este tratado marcó el triunfo de la monarquía sobre los levantiscos nobles, dándole la estabilidad necesaria para iniciar las campañas contra los musulmanes. Esta estabilidad logró el apaciguamiento de las reclamaciones de la nobleza.

Conquista de Mallorca

Ante los ataques de los piratas mallorquines, los mercaderes de Barcelona, Tarragona y Tortosa pidieron ayuda al monarca para acabar con la amenaza. Así, en una reunión de Barcelona (diciembre de 1228) le ofrecieron sus naves, mientras que los nobles catalanes acordaron participar en la empresa a cambio del botín y dominios territoriales. En otra reunión en Lérida, los nobles aragoneses aceptaron las mismas condiciones, pero sugirieron al rey que la empresa se dirigiera contra los musulmanes de Valencia, por lo que su participación no sería significativa.

Aunque un grupo de caballeros aragoneses participó en la campaña debido a sus obligaciones con el rey, la conquista de Mallorca sería una empresa fundamentalmente catalana (catalanes serían también posteriormente la mayoría de sus repobladores). En 1229, la escuadra catalana parte de Salou, y conquista Mallorca a Abú Yahya, el gobernador almohade semi-independiente de la isla.

Las tropas aragonesas desembarcaron en Santa Ponsa y vencieron a los musulmanes en la batalla de Portopi (13 de septiembre de 1229). Los musulmanes se refugiaron tras la murallas de Palma (Madina Mayurqa) y mostraron su crueldad al crucificar a varios soldados aragoneses, a la vista de las tropas de Jaime. Éstas poco después tomaron y pasaron a cuchillo a la población de la ciudad (diciembre de 1229) y se apoderaron de la isla en pocos meses, salvo un pequeño núcleo de resistencia musulmana que logró mantenerse en la sierra de Tramontana hasta 1232. Los pobladores musulmanes huyeron a África o fueron esclavizados, mientras que la isla fue repoblada con catalanes. Después de pasar a cuchillo la población de Madina Mayurqa, la cantidad de cadáveres fue tal que se produjo una epidemia que diezmó el ejército de Jaime I. Por añadidura, los nobles catalanes intentaron quedarse con el botín, provocando una revuelta que debilitaría aún más el poder militar de Jaime I. Mallorca se constituyó como un reino más de la Corona de Aragón bajo el nombre de regnum Maioricarum et insulae adyacentes, el cual obtuvo una carta de franquicia en 1230. La institución en 1249 del municipio de Mallorca (actual Palma de Mallorca) contribuiría a la institucionalización del reino.

Conquista de Menorca

El monarca aragonés se vio incapacitado para conquistar Menorca debido a las divisiones internas dentro de su ejército catalán por el botin y la reducción de su ejército debido a unas malas decisiones; aún así, el monarca consiguió sobre Menorca un vasallaje, rubricado por el tratado de Capdepera, por el cual los musulmanes menorquines aceptaron su soberanía (1231). El vasallaje sobre Menorca sería transferido al reino de Mallorca como parte del testamento de Jaime I. Alfonso III de Aragón conquistaría de forma efectiva esta isla, después de la capitulación de Abû’Umar (1287). Fue repoblada por catalanes, aunque quedó una abundante población musulmana, que más tarde fue desterrada.

Conquista de Ibiza y Formentera

Por último, cedió la sumisión de Ibiza y Formentera a la alta aristocracia catalana (Guillermo de Montgrí, arzobispo de Tarragona, y su hermano Bernardo de Santa Eugenia), que la hizo efectiva en 1235. La isla se repobló con campesinos de Ampurias (1236).

Conquista de Valencia

La Conquista de Valencia por el rey Jaime I a diferencia de la de Mallorca fue hecha con un importante contigente de aragoneses. De hecho, en 1231, Jaime I se reunió con el noble Blasco de Alagón y el maestre de la Orden Militar del Hospital en Alcañiz para fijar un plan de conquista de las tierras valencianas. Blasco de Alagón recomendó asediar las poblaciones en terreno llano y evitar las fortificadas. Sin embargo, lo primero que se tomó fueron dos enclaves montañosos: Morella, aprovechando Blasco la debilidad de su gobierno musulmán; y Ares, lugar cercano a Morella tomado por Jaime I para obligar a Blasco de Alagón a que le entregara Morella La conquista de lo que posteriormente se convertiría en el reino de Valencia comienza en 1232, con la toma de Morella. En 1233 se planea la campaña en Alcañiz, que constaría de tres etapas:

  • La primera etapa se dirige contra las tierras de Castellón, con la toma de Burriana en 1233 y Peñíscola.
  • La segunda etapa se dirige al sur llegando hasta el Júcar. El Puig se tomó en agosto de 1237. Tras el fracaso de la escuadra enviada por el rey de Túnez en auxilio de Valencia, se firman unas capitulaciones el 28 de septiembre, entrando el rey en la ciudad el 9 de octubre
  • La tercera etapa abarca desde 1243 a 1245 llegándose a los límites estipulados en el tratado de Almizrra en 1244, firmado entre Jaime I y el infante Alfonso (futuro Alfonso X de Castilla) para delimitar las áreas de expansión sobre territorio musulmán entre Castilla y la Corona de Aragón. Las tierras al sur de la línea Biar-Villajoyosa quedaron reservadas para Castilla (incluyendo el reino de Murcia), incorporándose al reino de Valencia por Jaime II de Aragón tras la Sentencias arbitrales de Torrellas (1304) y el tratado de Elche (1305).

En esta última etapa y en los años siguientes, Jaime I tuvo que hacer frente a diversas revueltas de la población mudéjar, encabezadas por el caudillo al-Azraq.

Jaime I obtuvo un gran triunfo sobre la nobleza aragonesa al convertir las tierras conquistadas , respetando sus usos y constumbres y estableciendo los fueros els Furs,en Valencia en un reino diferenciado unido a la Corona de Aragón (1239), ya que aquella consideraba dichos territorios como una prolongación de sus señoríos. La creación del reino provocó una iracunda reacción de la nobleza aragonesa, que veía así imposible la posibilidad de prolongar sus señoríos aragoneses en las tierras valencianas.

Política ultrapirenaica

Mediante el tratado de Corbeil (1258) Jaime finalizó las pretensiones sobre Occitania de los antiguos condes de Barcelona. En contrapartida, San Luis de Francia renunciaba a sus derechos, como descendiente de Carlomagno, sobre los condados catalanes, herederos de la Marca Hispánica.

Conquista del reino de Murcia

Castilla había sometido Murcia a vasallaje (1243), pero los murcianos se rebelaron contra Castilla con el apoyo de Granada y los gobernantes del Norte de África (1264). La reina Violante de Castilla (esposa de Alfonso X el Sabio) pidió ayuda a su padre Jaime I. Entonces, tropas aragonesas mandadas por el infante Pedro (el futuro Pedro III el Grande) conquistaron a Muhammad ibn Hûd Biha al-Dawla el reino de Murcia (1265-66), dejando después a más de 10.000 aragoneses en Murcia. En efecto, hay que recordar que según las condiciones del tratado de Almizra (1244), Murcia pertenecería a Castilla.

Últimos años

En septiembre de 1269 salió de Barcelona con su armada para una expedición a Tierra Santa, pero dispersadas sus naves por las tormentas, tuvo que desembarcar en Aigües-Mortes, cerca de Montpellier, y hubo de renunciar a aquella empresa.

Murió en Valencia el 27 de julio de 1276 después de un reinado de sesenta y tres años.

Dictó su biografia (y primera de las cuatro grandes crónicas reales catalanas), denominada "Llibre dels fets" (en catalán).

Descendencia y herencia

Archivo:Palau dels Reis de Mallorca a Perpinya.jpg
Palacio de los Reyes de Mallorca en Perpiñán

De su primera mujer, Leonor, tuvo a don Alfonso (1229-1260). Se casó con Constanza de Moncada.

De la segunda, Violante de Hungría, tuvo a:

Tradicionalmente se ha considerado que fue el deseo de Violante de conseguir buenas herencias para sus hijos el motivo por el que Jaime I procedió a la partición de sus reinos. Sin embargo, parece tener más sentido la concepción patrimonial de los reinos que tenía el rey. Así, hizo un primer reparto en su testamento de 1241. Según este testamento, el primogénito Alfonso heredaría Aragón y Cataluña, y Pedro, hijo de Violante, Valencia, las islas Baleares, el Rosellón, la Cerdaña y las posesiones occitanas. Dos años después, un nuevo testamento introduce a su tercer hijo en el reparto. Cataluña pasa de Alfonso a Pedro, el cual cede las islas Baleares, Rosellón, Cerdaña y las posesiones occitanas a Jaime. Nuevo testamento en 1248, incluyendo en el reparto al nuevo hijo, Fernando. A la muerte de Alfonso (1260), otorgó nuevo testamento (1262), el cual daría la configuración definitiva de la herencia.

Tras la muerte de Violante (1251) el rey se lanzó a una carrera de amoríos, teniendo múltiples hijos. De Teresa Gil de Vidaure tuvo a Jaime, señor de Jérica, y a Pedro, señor de Ayerbe. De sus relaciones amorosas con Guillema de Cabrera nació Fernán Sánchez, a quien dio la baronía de Castro; Con Berenguela Fernández tuvo a Pedro Fernández, señor de la baronía de Híjar, mientras que con Berenguela Alfonso, hija del infante Alfonso de Molina, no tuvo descendencia. Estos bastardos reales fueron el origen de algunas de las más importantes casas nobiliarias de Aragón y Valencia.

Valoraciones

El reinado de Jaime I marcó el nacimiento de una conciencia territorial en los distintos reinos de la Corona de Aragón, especialmente en Aragón , reino de Valencia y en Cataluña. Dos son los factores que contribuyeron a este hecho: la normalización del Derecho y la transformación de las Cortes en un órgano reivindicativo y representativa de la voluntad del reino, actuando como catalizadores de la creación de una conciencia diferenciadora de cada territorio. Los Fueros de Aragón se promulgaron en las cortes de Huesca (1247), sustituyendo a los diferentes códigos locales del reino. Los Usatges de Barcelona, gracias a la protección real, se extendieron por todos los condados catalanes (mediados del siglo XIII). La situación en Valencia fue diferente, puesto que la oposición de la nobleza aragonesa a la consolidación del reino hizo que los fueros valencianos (Foris et consuetudines Valentiae), otorgados por Jaime I en 1240 no triunfen definitivamente hasta 1329. En 1244, Jaime I establece que el río Cinca sería la divisoria entre Aragón y Cataluña. Desde entonces, las Cortes de cada reino se reunieron de forma separada.

El reinado de Jaime I marcó también el desplazamiento del centro de gravedad de la monarquía hacia la costa mediterránea. Así, la Corte y la cancillería —base del actual Archivo de la Corona de Aragón— se establecieron en Barcelona.

Como elementos positivos de su reinado pueden señalarse:

  • La conquista y creación de los reinos de Mallorca y Reino de Valencia, .
  • El matrimonio del heredero de la Corona, Pedro, con Constanza II de Sicilia, que daría un impulso definitivo a la expansión mediterránea de la Corona de Aragón, una vez que la Reconquista en territorio peninsular hubo concluido.
  • El impulso dado al comercio y a la política norteafricana, incluyendo la redacción del Llibre del Consolat de Mar, primer código de costumbres marítimas.
  • La protección dada a los judíos.
  • Las reformas monetarias, con la introducción del grueso de Montpellier y la creación de monedas propias en los reinos de Valencia y Mallorca.
  • La intervención en la normalización jurídica, apoyando a figuras como Raimundo de Penyafort o Vidal de Canellas e impulsando el Derecho romano.
  • El impulso dado a las instituciones generales del reino, como las Cortes, y los ayuntamientos
  • El progreso de las letras catalanas, con el rey como protagonista del Llibre dels Feits, primera gran crónica catalana medieval, escrita en catalán del siglo XIV o dictada por el rey, en estilo autobiográfico, en la que principalmente cuenta la conquista de Valencia, Játiva y Murcia, algunas cortes convocadas y el apoyo que prestó a su hija Violante en relación a la petición de colaboración para defenderse del rey moro de Granada. Es muy interesante cómo recluta tropas de los ricoshombres de la Corona de Aragón, desde Almenar, Tamarite y se dirige a Huesca para llegar al Sur por Zaragoza y Teruel. Narra con agilidad la defensa de Villena y la conquista de Murcia donde prevalece el respeto a la población y costumbres de los "sarracenos" mantiendo las mezquitas y las costumbres, al mismo tiempo que se refiere a la aljamía presente en la ciudad. Pide colaboración de las gentes de Cataluña y las de Aragón, primero para defender los intereses de su hija, doña Violante y de sus nietos y al mismo tiempo para "salvar España", porque si el rey moro de Granada puede con el rey de Castilla, la tierra de España de las tierras de Aragón y Cataluña también pueden peligrar. Es entrañable la descripción de la fiesta de Navidad que pasan juntos en Barcelona el Rey Alfonso, su esposa, doña Violante y los hijos de ambos acompañados por el abuelo llamado Jaime I, "Rey de Aragón y de Mallorca y de Valencia, Conde de Barcelona y de Urgel y Señor de Montpellier" (folio 219 del manuscrito del "Llibre dels feits"). Es curiosa la conservación del diptongo "ei", producido por la vocalización de la velar del grupo "ct" en el título de la obra: la palabra feits se escribe igual el ribagorzano actual pronuncia "feiz" para la voz que el aragonés resuelve en la forma "feitos" y el catalán moderno con el vocablo "fets". La infancia de Jaime I transcurrió en el castillo de Monzón, junto al río Cinca, y es donde aprendió el habla viva al cuidado del Maestre de la Orden del Temple. En su autobiografía se aprecia una constante familiaridad con los cuatro brazos del poder de Aragón y la amistad con que trata a "Pere de Muncada" que le recluta caballeros en el territorio fronterizo entre Aragón y Cataluña de las poblaciones de Almenar y Tamarite. La doble forma en que escribe el toponónimo Monzón es un vestigio de que tanto dominaba el habla viva de la zona en la forma "Monço" como la forma catalana escrita con la grafía "Muntsó" en el manuscrito que se conserva en la Biblioteca Nacional de Madrid.

Como elementos negativos, es preciso advertir que el juicio histórico como Jaime I depende del reino en el que se centra el historiador. Para los historiadores aragoneses las conclusiones suelen ser negativas, aduciendo el carácter patrimonial que dio a sus reinos, sin importarle repartir sus dominios entre sus hijos. También es criticada la fijación de la frontera catalano-aragonesa en el Cinca, lo que supuso la adjudicación final de Lérida a Cataluña y la separación definitiva de Aragón y Cataluña en dos entidades con derecho y Cortes diferentes, tras llevar cien años unidos. La expansión territorial también es enjuiciada negativamente, puesto que con la conquista y creación de los reinos de Mallorca y Valencia, la Corona se convirtió definitivamente en una entidad de carácter confederal, con la monarquía como única institución común y sin ninguna aspiración común entre los diversos reinos.

Del otro lado, para mallorquines y valencianos, la valoración es completamente opuesta: Jaime I es un gran rey, el padre fundador de los reinos, el creador de sus señas de identidad hasta nuestros días: territorio, lengua, fueros, moneda, instituciones, etc.

Enlaces externos


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Predecesor:
Pedro II
Monarca de Aragón y Mallorca
Sucesor:
Pedro III
(Corona de Aragón)
Jaime II
(Reino de Mallorca)

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Véase también