Piteado

El piteado es una técnica artesanal ejecutada actualmente en algunos pueblos de América, donde la fibra de pita o ixtle (hilo trenzado hecho de la fibra del maguey, El agave americana) es bordado sobre el cuero en patrones decorativos. La técnica se utiliza para hacer correas de cinturones, sandalias, diademas, calzado, sillas de montar y otros accesorios de piel de cualquier tipo bordada con este material. Los diseños típicos incluyen flores, animales, charreada, y símbolos prehispánicos o greco-romano. El piteado es particularmente popular entre la comunidad delcharro. Jalisco, es famoso por este tipo de artesanía. Hoy en día, no es el único lugar en donde el piteado se hace a mano, pues hay varias comunidades en otros estados mexicanos como Hidalgo, Guerrero, Veracruz, San Luis Potosi, Zacatecas, Michoacán, Chiapas y en el municipio de Samayac en departamento de Suchitepéquez en Guatemala donde sus artistas han desarrollado una originalidad en sus bordados carentes de promoción. Hay una industria de maquinas bordadoras en imitación alegoricas al piteado dentro de Guadalajara, Jalisco que utiliza técnicas de fabricación automatizadas para hacer productos con imitaciones de hilos de seda, no obstante esta industria confunde al consumidor final quien no sabe a veces diferenciar entre los productos genuinos y los mecanizados hechos de las versiones de los bordados originalmente elaborados a mano. En Guadalajara y en San Luis Potosí, se ha popularizado también una versión falsa hecha con alambres plateados y dorados que se negocian fraudulentamente como hilos originales de oro y plata .925 o "chapa" de estos metales. Colotlán, municipio del norte de Jalisco se autodenomina como “La capital mundial del piteado” por contar con aproximadamente 40 comercios dedicados a este bello arte el cual se fomenta por su gobierno municipal con una feria anual como una fuente principal de ingresos económicos para sus habitantes. Tradicionalmente cada taller de talabarteria emplea tres tipos de trabajadores, cada uno dedicado a una tarea especializada: Talabartero, Bordadores, y “punteadores”. Para bordar manualmente un cinturón regularmente requiere de cerca de 48 horas de trabajo. Sin embargo la materia prima usada (el hilo de la fibra del cactus ) se produce en los estados mexicanos de Veracruz, Chiapas y Oaxaca. Y en la zona del Peten en Guatemala. Los artesanos de esas regiones productoras de fibra de pita elaboran también productos piteados en piel de corte vacuno, no obstante debido a la carencia de la publicidad y promoción no es común conseguir el mercado correcto. Hay una fundación promotora con oficinas en Veracruz México, Florida E.U. y Shangai en China que promueve fomenta, apoya y hace contribuciones sin fines de lucro de maquinaria y del equipo necesario a las comunidades de artesanos que requieren y muestran coordinación y voluntad de conservar este arte entre sus oficios. Este organización también financia investigaciones científicas para mejorar las plantas del cacto de donde se obtiene la fibra de pita (Achmea Magdalenae), vinculando comunidades agrícolas-productoras de fibra de pita de la sierra norte de Oaxaca, con bioquímicos y productores agrícolas de plantas de pita en Guatemala en la región de Mesaltenango. Con el fin de apoyar diseños experimentales en algunos nuevos productos de uso común, dando recursos y la ayuda necesaria a artesanos potenciales de creaciones innovadoras, preservando siempre estos recursos no renovables naturales y el medio ambiente. Fomenta mejoras y evolución de técnicas en el proceso de la fabricación de productos tradicionales. Tomando cuidado de preservar la herencia de este genuino arte a nuevas generaciones de artesanos interesados de cualquier parte del mundo otorgando material didáctico y materiales relativos prácticos para el genuino bordado de fibra en pieles. Se dice que una forma menos sofisticada de este arte vino de España con los conquistadores y fue alterado en su perfección por la población indígena de México.