Diferencia entre revisiones de «Áuryn»
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⚫ | Áuryn tiene la cualidad de a su portador, no sólo ningún ser de Fantasia se atreve a tocarle, sino que los fenómenos en general no le pueden hacer nada. Si es portado por un ser humano, es decir, no natural de Fantasia, cumple sus deseos. El objetivo de esto es, en el caso de Bastián (Sebastián), reconstruir Fantasia, ya que cada deseo de un humano supone una creación (de ahí que solo un humano pudiera curar la enfermedad de la Emperatriz Infantil, a través de la creatividad). No obstante, cada deseo aleja al humano de su verdadero mundo, quitándole un recuerdo, con el riesgo de que los pierda todos y olvide su origen, lo que impediría su regreso. El lugar donde residen estas personas es [[la ciudad de los antiguos emperadores]], porque es sabido que los humanos tarde o temprano intentarán hacerse con el poder. Esto último es un error muy humano, ya que no comprendemos que la función de la Emperatriz, o del Emperador, no es dominar, sino mantener vivo el Reino de Fantasia. |
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Áuryn tiene la cualidad de que el que lo porte no solo ningún ser de [[Fantasía]] se atrevería a tocarle, sino que los fenómenos en general, no le pueden hacer nada. |
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Revisión del 14:13 25 ago 2008
Áuryn, también llamado "la alhaja", es un objeto mágico que aparece en el libro la historia interminable de Michael Ende. Expresa una esencia filosófica bastante compleja. Así puede ser un símbolo de la La Emperatriz Infantil, una joya, un cumplidor de deseos o un espacio geografico.
Su aspecto (en la mayor parte del libro) es como dos serpientes, una clara y otra obscura, mordiéndose mutuamente, esculpidas en relieve en éste y con la frase "Haz lo que quieras" en su reverso.
Facetas
Símbolo de la Emperatriz
En el libro aparece como el símbolo de la Emperatriz Infantil, por lo que quien lo porte debe ser respetado, y nadie lo toca, aunque no le da al portador el derecho a ser obedecido.
Joya
Tiene el aspecto de una joya, pero al ser representante de la Emperatriz, los habitantes de Fantasia lo respetan al punto de no pronunciar su nombre, sino que le llaman eufemísticamente "la alhaja". El hecho de evitar el nombre recuerda la tradición judeocristiana, donde la Divinidad no lleva nombre ("Yo soy el que soy", Ex 3,13-14); por otro lado, el ser humano recién creado nombra los objetos animados e inanimados como forma de simbolizar su dominio sobre ellas (Gn.2.19).
Objeto Mágico
Áuryn tiene la cualidad de a su portador, no sólo ningún ser de Fantasia se atreve a tocarle, sino que los fenómenos en general no le pueden hacer nada. Si es portado por un ser humano, es decir, no natural de Fantasia, cumple sus deseos. El objetivo de esto es, en el caso de Bastián (Sebastián), reconstruir Fantasia, ya que cada deseo de un humano supone una creación (de ahí que solo un humano pudiera curar la enfermedad de la Emperatriz Infantil, a través de la creatividad). No obstante, cada deseo aleja al humano de su verdadero mundo, quitándole un recuerdo, con el riesgo de que los pierda todos y olvide su origen, lo que impediría su regreso. El lugar donde residen estas personas es la ciudad de los antiguos emperadores, porque es sabido que los humanos tarde o temprano intentarán hacerse con el poder. Esto último es un error muy humano, ya que no comprendemos que la función de la Emperatriz, o del Emperador, no es dominar, sino mantener vivo el Reino de Fantasia.
Lugar
A diferencia de otras facetas de Áuryn en que siempre es un objeto, al final del libro se refieren a Áuryn como lugar, al llegar Atreyu y Bastian (o Sebastián) a éste a través de Áuryn/objeto. Áuryn/lugar es un portal formado por dos serpientes gigantes, una clara y otra oscura, que se muerden mutuamente la cola, las cuales se sostienen y controlan para mantener el orden del universo. En medio de Áuryn/portal y las serpientes, se encuentra la fuente de la vida, la cual habla en una lengua de la suerte que sólo entiende Fújur, el Dragón de la suerte. Este portal es la conexión ente Fantasia y nuestro mundo.