Diferencia entre revisiones de «Exorfina»

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Las '''exorfinas''' son [[péptidos]] [[opioides]] generados a través de la ingestión de proteínas de [[gluten]] y caseína.
Las '''exorfinas''' son [[péptidos]] [[opioides]] generados a través de la ingestión de proteínas de [[gluten]] y [[caseína]].


== Fisiología ==
== Fisiología ==


La generación de opioides endógenos mediante la digestión ocurre de forma natural en todo mamífero. Se ha detectado en todas las especies, incluidos los humanos. Investigándose en especial tanto el gluten y la [[caseína]] para comprender su fisiología al transformarse en exorfinas y su relación con los trastornos conductuales.<ref name="ref1">{{cita libro|autor=Dalila Martínez de Muñoz|título=Péptidos en alimentos: Exorfinas|url=http://cdigital.uv.mx/bitstream/123456789/5102/2/19917P139.pdf|fechaacceso=8 de mayo de 2017|editorial=Departamento de Fisiología. Biofísica y Neurociencias. Centro de Estudios Avanzados IPN}}</ref>
La generación de [[Opioide|opioides]] endógenos mediante la digestión ocurre de forma natural en todo mamífero. Se ha detectado en todas las especies, incluidos los humanos. Investigándose en especial tanto el gluten y la [[caseína]] para comprender su fisiología al transformarse en exorfinas y su relación con los trastornos conductuales.<ref name="ref1">{{cita libro|autor=Dalila Martínez de Muñoz|título=Péptidos en alimentos: Exorfinas|url=http://cdigital.uv.mx/bitstream/123456789/5102/2/19917P139.pdf|fechaacceso=8 de mayo de 2017|editorial=Departamento de Fisiología. Biofísica y Neurociencias. Centro de Estudios Avanzados IPN}}</ref>


Aún no es clara su acción en el cerebro. En su investigación la Dra. Zioudrou<ref name="ref2">{{cita libro|autor=Christiane Zioudrou|título=Péptidos opioides derivados de las proteínas alimenticias. Las exorfinas|url=http://fondation-maladies-degeneratives.org/Articles/a0f14213437ad7df55b7176fcea35bdf.pdf|fechaacceso=8 de mayo de 2017|idioma=inglés}}</ref> ha señalado que para que las exorfinas tengan un efecto como péptidos opioides en el [[sistema nervioso central]] se requiere: que se produzcan en el tracto intestinal; que se absorban sin degradación y pasen al torrente sanguíneo; que crucen la [[barrera hematoencefálica]]; que alcancen los receptores específicos a opiáceos y que interactúen con esos receptores. Se han encontrado fracciones muy bajas que llegan al cerebro.
Aún no es clara su acción en el cerebro. En su investigación la Dra. Zioudrou<ref name="ref2">{{cita libro|autor=Christiane Zioudrou|título=Péptidos opioides derivados de las proteínas alimenticias. Las exorfinas|url=http://fondation-maladies-degeneratives.org/Articles/a0f14213437ad7df55b7176fcea35bdf.pdf|fechaacceso=8 de mayo de 2017|idioma=inglés}}</ref> ha señalado que para que las exorfinas tengan un efecto como péptidos opioides en el [[sistema nervioso central]] se requiere: que se produzcan en el tracto intestinal; que se absorban sin degradación y pasen al torrente sanguíneo; que crucen la [[barrera hematoencefálica]]; que alcancen los receptores específicos a opiáceos y que interactúen con esos receptores. Se han encontrado fracciones muy bajas que llegan al cerebro.

Revisión del 21:29 2 nov 2018

Las exorfinas son péptidos opioides generados a través de la ingestión de proteínas de gluten y caseína.

Fisiología

La generación de opioides endógenos mediante la digestión ocurre de forma natural en todo mamífero. Se ha detectado en todas las especies, incluidos los humanos. Investigándose en especial tanto el gluten y la caseína para comprender su fisiología al transformarse en exorfinas y su relación con los trastornos conductuales.[1]

Aún no es clara su acción en el cerebro. En su investigación la Dra. Zioudrou[2]​ ha señalado que para que las exorfinas tengan un efecto como péptidos opioides en el sistema nervioso central se requiere: que se produzcan en el tracto intestinal; que se absorban sin degradación y pasen al torrente sanguíneo; que crucen la barrera hematoencefálica; que alcancen los receptores específicos a opiáceos y que interactúen con esos receptores. Se han encontrado fracciones muy bajas que llegan al cerebro.

Las exorfinas tienen un papel fisiológico potencial como reguladores externos en el tracto gastrointestinal, a la vez de intervenir en el sistema nervioso central, tanto como en el lugar donde se originan.

El gluten y la caseína son proteínas que tienen la particularidad de que forman exorfinas en el intestino. Cuando son digeridas por el estómago forman péptidos que son transformados por las enzimas intestinales en oligopéptidos y aminoácidos.[3]​ Los oligopéptidos, las exorfinas, se fraccionan en diferentes tipos de partículas que para motivos de investigación numeran en escalas, para poder establecer en cada una de ellas una función fisiológica específica. Los oligopéptidos son absorbidos pasando la mucosa intestinal por pinocitosis.[4]​ La pinocitosis ocurre cuando la sustancia toca la membrana externa de la célula intestinal siendo transportada directamente hacia la sangre, sin producir daños ni porosidad.

Cuando se toman lácteos se forman casomorfinas (casiomorfinas), y morficeptinas. Cuando se come gluten; trigo, avena, cebada; se producen exorfinas de gluten (gliodorfinas o gluteomorfinas) que sirven para procesos de la fisiología gastrointestinal.

Casomorfinas

Se ha detectado que las casomorfinas tienen alta concentración en el duodeno, y también en sangre, lo que sugiere que estos péptidos resisten a las proteasas intestinales y se absorben como tales. Las casomorfinas son transportadas de la mucosa a la serosa, aumentando la absorción de sodio y cloro. Dosis elevadas producirían efectos catalépticos.

Tienen propiedades opioides las beta-casomorfinas 7, 6, 5 y 4. La beta-casomorfina 3 es inactiva. Dependiendo de su interacción con aminoácidos se ha encontrado que las más potentes son la 5 ó la 4. Se ha descrito que existen receptores de casomorfinas en el sistema nervioso central y en el periférico.

A nivel fisiológico se considera que tienen efecto en algunas funciones endócrinas e intestinales, siendo probable que sean controladas por receptores opiáceos en el intestino y no sólo por substancias endógenas como se suponía. Entre ellos se concluye que los péptidos opioides por digestión de los alimentos modulan la función pancreática endócrina aumentando o estimulando la liberación de insulina.

Entre sus características farmacológicas se considera que su actividad opiácea es menor a la morfina o a las encefalinas. Proporcionando una acción analgésica baja, sin embargo, la morficeptina, que es el compuesto correlacionado a la digestión de esta peptina, destaca por ser particularmente anestésica y, en combinación con D-Fen 3 o Di-Pipecólico 4, es 10 a 28 veces más poderosa que la morfina.[1]

Exorfinas del gluten

Son más potentes que las casomorfinas. Aún se sigue investigando la fisiología de la digestión del gluten de forma natural. Pero los primeros resultados indican que tiene acción en el aumento del tono muscular, algunos derivados compuestos actúan como un estimulante en la contracción, otros en la inhibición reversible de la misma cuando se mezclan con naloxona que es un antagonista opiáceo.

Las exorfinas del gluten normalmente pueden llegar a los receptores de opiáceos en el sistema nervioso central y activar su función. Incluso se ha encontrado evidencia de este compuesto tanto en sangre, tejidos, como en el cerebro sin que en este último se pueda determinar cual es su función por el momento.[1][2]


Las exorfinas y las dietas restrictivas

La respuesta alérgica al gluten se ha tratado de relacionar con el autismo sin que se exista evidencia científica que apoye a esta teoría.[5]​ Por una parte, los Dres. Paul Whiteley, Paul Shattock de la Universidad de Sunderland, condujeron una investigación en la cual con base a las observaciones paternas, obtenidas por medio de test conductuales, de niños sometidos a la dieta de exclusión concluyeron que tiene un beneficio en los niveles de atención y disminución de la hiperactividad. Por otra, un grupo de científicos del Centro Médico de la Universidad de Rochester, liderados por la Dra. Susan Hyman, mediante un estudio controlado con anotaciones más precisas de alimentos digeridos, cambios de conducta, mostraron que no existían cambios conductuales, e incluso en algunos la ingesta de los mismos les mejoraba el humor, sólo un paciente que tenía celiaquía mostró los cambios favorables al suprimirle esos alimentos.[6]

Por la difusión a través de internet de casos anecdóticos muchos padres con hijos que presentan autismo llegan a implementarla pensando que las exorfinas son tóxicas para sus hijos, que les causan perforaciones intestinales que provocan permeabilidad intestinal.[7][8][9]​ No siendo advertidos que en conclusión de los mismos investigadores que la apoyan, sólo debe realizarse una dieta de exclusión a largo plazo bajo absoluta supervisión nutricional para evitar deficiencias.

Este tipo de dieta puede llevar a una disminución de aminoácidos, electrolitos y vitaminas que se debe compensar con administrar suplementos alimenticios con los debidos controles para evitar sobredosificación de los mismos. Siendo el criterio médico actual que una dieta restrictiva sólo debe instaurarse si está comprobado que la persona padece alergia y/o sensibilización documentada con exploraciones específicas a nutrientes completos, y no sólo por presentar problemas conductuales o autismo.[10]

Referencias

  1. a b c Dalila Martínez de Muñoz. Péptidos en alimentos: Exorfinas. Departamento de Fisiología. Biofísica y Neurociencias. Centro de Estudios Avanzados IPN. Consultado el 8 de mayo de 2017. 
  2. a b Christiane Zioudrou. Péptidos opioides derivados de las proteínas alimenticias. Las exorfinas (en inglés). Consultado el 8 de mayo de 2017. 
  3. «Digestión de proteínas o digestión proteica». Profesor en línea. Consultado el 8 de mayo de 2017. 
  4. Raúl Montenegro. Biología Evolutiva. 
  5. «Tratamiento dietético del autismo. Mitos y Realidades». Confederación Arperger España. Consultado el 8 de mayo de 2017. 
  6. «Popular autism diet does not demonstrate behavioral improvement». EurekAlert (en inglés). Consultado el 8 de mayo de 2017. 
  7. «Gluten and casein-free diets for autism spectrum disorder». Cochrane (en inglés). Consultado el 8 de mayo de 2017. 
  8. Gluten y caseína: El reactivo moco alimentario (enlace roto disponible en Internet Archive; véase el historial, la primera versión y la última).
  9. Elizabeth Strickland. Eating for autism. The revolutionary 10-step to help threat your child´s Autism, Asperger´s and ADHD (en inglés). 
  10. Grupo de Estudios de TEA. Instituto de Investigación de Enfermedades Raras. Instituto de Salud Carlos III. Trastornos del Espectro Autista. Archivado desde el original el 21 de diciembre de 2014.