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Al llegar la noche, los romanos se retiraron al campamento, donde no celebraron la victoria.<ref>Plutarco. Mario. 20.1</ref> Estaban en problemas, pues no habían construido ninguna empalizada alrededor y temían un ataque sorpresa.<ref>Plutarco. Mario. 20.2</ref> Pero no sucedió nada y al día siguiente, los invasores se dedicaron a congregar a sus guerreros.<ref name= Ha114 >Hall, 1898: 114</ref><ref>Plutarco. Mario.20.3</ref> Los romanos se movieron al este, más cerca de Pourrières, donde construyeron un nuevo campamento al que fortificaron adecuadamente.<ref name= Ha114 /> Mario aprovechó de enviar al pretor Marco Claudio Marcelo con 3.000 soldados a los bosques y barrancos que rodeaban el valle donde estaban los teutones, se movieron por una depresión del terreno para no ser vistos; cuando estos atacaran debían atacar su retaguardia.<ref>Hall, 1898: 115</ref><ref>Plutarco. Mario. 20.4</ref> El cónsul hizo que el resto del ejército comiera bien y después durmiera, para al amanecer formar frente al campamento y la caballería se desplegaba en la llanura.<ref>Plutarco. Mario. 20.4</ref> Probablemente fue en las laderas de la [[montaña Sainte-Victoire]], sus barrancos impedían ser envueltos por los teutones en la llanura.<ref>Hall, 1898: 115-116</ref> Esta montaña estaba al norte de la llanura, al sur había alturas boscosas y un terreno recoso que acababa en una montaña llamada Olimpo. La caballería romana cargo contra los germánicos, animándolos a atacar.<ref name= Ha116 >Hall, 1898: 116</ref>
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Los teutones, en lugar de esperar a que los romanos bajaran a la llanura, cargaron cuesta arriba en la colina donde estos estaban acampados y formados. Los legionarios lanzaron sus jabalinas ([[pilum]]) y después mantuvieron su línea hasta empezar a hacer retroceder al enemigo de vuelta a la llanura.<ref name= Ha116 /><ref>Plutarco. Mario. 20.5; 21.1</ref> Los germánicos trataron de formar una nueva línea en la llanura abierta y resistieron mucho mejor, quedando los romanos en riesgo de ser vencidos, pero entonces Marcelo cayó sobre su retaguardia<ref>Plutarco. Mario. 21.1</ref> y les provocó pánico.<ref>Hall, 1898: 116-117</ref><ref>Plutarco. Mario. 21.2</ref>
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== Consecuencias ==
== Consecuencias ==

Revisión del 20:38 18 ene 2018

Batalla de Aquae Sextiae
Parte de Guerra cimbria

Las mujeres de los teutones defienden la fortaleza de carros, Heinrich Leutemann, 1882
Fecha Verano de 102 a. C.[1]
Lugar Laderas de la montaña Sainte-Victoire[2]​ y llanura entre Pourrières y Aix-en-Provence, Francia[3]
Coordenadas 43°31′52″N 5°27′14″E / 43.5311111, 5.4538889
Resultado Victoria romana decisiva[4]
Beligerantes
República romana Teutones
Ambrones
Comandantes
Cayo Mario Teutobod  (P.D.G.)
Fuerzas en combate
Estimación moderna: 30.000[5]​-40.000[6]​ soldados Estimación moderna: 100.000, incluyendo no combatientes[7]

La batalla de Aquae Sextiae se refiere a dos combates sucedidos durante tres días[3]​ del verano del año 102 a. C.,[1]​ entre las legiones romanas del cónsul Cayo Mario y las tribus germánicas de los teutones y sus aliados ambrones.

Antecedentes

Después del desastre de Arausio, el general Cayo Mario es elegido cónsul y encargado de llevar a cabo importantes reformas en el ejército romano. Con ellas, las legiones pasaron de ser cuerpos temporales de conscriptos a fuerzas profesionales y permanentes.[8]

Mientras tanto, los invasores germánicos cimbrios, teutones y ambrones, después de saquear Hispania volvieron a la Galia y decidieron invadir Italia.[9]​ Partieron de las tierras de los belóvacos.[10]​ Los primeros cruzarían los Alpes por el centro y los dos últimos por el oeste. Un tercer pueblo, los tigurinos, atacaría por el este.[11]​ Dejaron 3.000[12]​ a 6.000 guerreros en la unión del Mosa con el Sambre para cuidar los equipajes y botín que no podían llevar, estos fundarían la tribu de los aduáticos.[13]​ Según William Henry Hall, los germánicos no deseaban saquear, querían tierras donde establecerse, pero ya en el 109 a. C. Marco Junio Silano les había dejado claro que no podrían establecerse pacíficamente en territorio romano.[14]​ Los romanos no tenían tierras que darles en Italia, donde se habían producido recientemente varias hambrunas y de hecho deseaban exportar población al otro lado de los Alpes.[4]

Enterado, Mario decide salir a enfrentar a los teutones mientras su colega consular, Quinto Lutacio Cátulo, hacia lo propio con los cimbrios.[15]

Ejércitos enfrentados

Migración de cimbrios y teutones.

La única cifra mencionada es la retaguardia, unos treinta mil guerreros ambrones.[16]​ Debe tomarse con cuidado, pues las fuentes son romanas y tienden a exagerar. Es probable que el número total fueran cien mil hombres, mujeres, niños y ancianos.[7]

Las legiones de Mario debieron ser dos[17]​ a ocho,[18]​ pero probablemente eran seis.[19]​ Habían también dos alae aliadas itálicas más auxiliares.[17]​ Es bastante probable que el núcleo de esas tropas fueran veteranos de la guerra de Yugurta.[20]​ El resto eran reclutas entrenados personalmente por su general durante dos años.[21]

Batalla

Asedio del campamento romano

Los romanos acamparon en dos campamentos: el primero estaba en un lugar que pasaría a llamarse Fossa Mariana, actualmente Fos, en el lago este del delta del Ródano, en la Galia Narbonense; el principal estaba en Tarascón, en el extremo occidental de los Alpes pero muy cerca del primero, específicamente en el oppidum ligur de Glanum.[21]​ Desde esa posición podían defender el puerto del Pequeño San Bernardo y el camino de la costa, únicos caminos por donde podían atravesarse los Alpes en aquella zona.[12]

Mario estaba acampado con abundantes vituallas cuando llegaron los teutones pero se negó a luchar.[22]​ De hecho, castigaba a todo soldado u oficial que perdía los estribos e intentaba atacar,[23]​ pues los germánicos les provocaban constantemente.[24]​ Eran muy superiores en número y ocupaban con sus guerreros gran parte de la llanura cercana donde ofrecían batalla.[25]​ Más ocupado estaba el cónsul en construir un canal a través del cual llegaban los barcos desde el mar al campamento[26]​ de Fossa Mariana, de ahí su nombre, por el canal.[21]​ Sus soldados empezaron a quejarse de que no confiaba en ellos.[27]​ El cónsul les respondió que había escuchado los augurios de una sacerdotisa siria llamada Marta,[28]​ que su esposa, Julia, se la había enviado después que adivinara cuales gladiadores ganarían en un espectáculo. Por eso, él estaba haciendo los sacrificios que ella pedía.[29]​ Esta situación se habría prolongado por, al menos, tres días.[12]

Viendo que los romanos no salían a enfrentarlos, los teutones se acercaron al campamento pero recibieron proyectiles que les causaron algunas bajas.[30]​ No podían permanecer inmóviles pues agotaban los recursos de los lugares donde pasaban.[31]​ Entonces decidieron seguir a los Alpes pasando frente al campo fortificado de Mario durante seis días con sus familias y posesiones.[32][33]​ Insultaron constantemente a los romanos[4]​ y sus sacerdotisas, vestidas de blanco, hicieron sacrificios.[31]​ Probablemente su intención era cruzar los Alpes por la costa, en La Turbie.[34]

Las legiones empezaron a seguirlos lentamente pero de cerca, construyendo campamentos fortificados en posiciones ventajosas para descansar cada noche.[35]​ Los teutones iban al frente y los ambrones en retaguardia.[31]​ Según Hall, marchaban al norte del macizo de los Alpilles siguiendo el río Durance hasta donde actualmente se encuentra Orgon. Dos o tres días de marcha habrían bastado para llevarlos a las cercanías de la moderna Aix.[36]

Choque con los ambrones

Así, Mario llegó al pie de los Alpes, acampando en las cercanías de la villa de Aquae Sextiae, «Aguas Sextias»,[37]​ en una posición ventajosa que bloqueaba el valle del río Arc, «Arco»,[38]​ por entonces casi seco y con su lecho formando una depresión de orillas a veces empinadas y otras inclinadas.[2]​ Como su acceso al agua fue bloqueado por los germánicos, Mario utilizó la sed de sus hombres para animarlos a luchar:[39]​ «Si son hombres, allí están para ustedes»,[40]​ indicándoles que si querían beber debían vencer pero antes debían fortificar el campo.[2][41]​ Los soldados obedecieron de mala gana, pero los sirvientes no tenían agua para ellos ni las bestias, por lo que se aventuraron al río y se enfrentaron a los ambrones, que fueron tomados por sorpresa, pues muchos estaban bañándose o comiendo.[42][43]​ El griterío atrajo a más germánicos y Mario tuvo dificultades para contener a sus legionarios, que temían perder a sus sirvientes.[44]

Los ambrones atacaron en orden, bajo el cantar de su tribu, a pesar de que acababan de comer y beber vino.[45][46]​ Los ligures eran los más animados para luchar, pues sus tierras eran las amenazadas inmediatamente por los invasores, y empezaron a responder al enemigo con sus propios gritos.[47]​ Entonces, los ambrones cruzaron el río pero sus filas se desordenaron, lo que aprovecharon los ligures para atacarlos.[45][48]​ Los germánicos resistieron hasta que los legionarios se unieron a la lucha.[45]​ Allí murió la mayoría de los germánicos y el resto fue perseguido por los romanos en la otra orilla hasta llegar a su campamento de carromatos.[49]​ Fue entonces que las mujeres ambronas se abalanzaron sobre los fugitivos y perseguidores con espadas y hachas matándolos por igual, a los primeros por cobardes y a los segundos por enemigos, soportando las heridas hasta caer muertas. Plutarco resume los hechos en: «Así esta batalla del río, según las relaciones, más se verificó por casualidad que no por disposición del general».[16][50]

Encuentro con los teutones

Busto de Cayo Mario, vencedor en la batalla.

Al llegar la noche, los romanos se retiraron al campamento, donde no celebraron la victoria.[51]​ Estaban en problemas, pues no habían construido ninguna empalizada alrededor y temían un ataque sorpresa.[52]​ Pero no sucedió nada y al día siguiente, los invasores se dedicaron a congregar a sus guerreros.[53][54]​ Los romanos se movieron al este, más cerca de Pourrières, donde construyeron un nuevo campamento al que fortificaron adecuadamente.[53]​ Mario aprovechó de enviar al pretor Marco Claudio Marcelo con 3.000 soldados a los bosques y barrancos que rodeaban el valle donde estaban los teutones, se movieron por una depresión del terreno para no ser vistos; cuando estos atacaran debían atacar su retaguardia.[55][56]​ El cónsul hizo que el resto del ejército comiera bien y después durmiera, para al amanecer formar frente al campamento y la caballería se desplegaba en la llanura.[57]​ Probablemente fue en las laderas de la montaña Sainte-Victoire, sus barrancos impedían ser envueltos por los teutones en la llanura.[58]​ Esta montaña estaba al norte de la llanura, al sur había alturas boscosas y un terreno recoso que acababa en una montaña llamada Olimpo. La caballería romana cargo contra los germánicos, animándolos a atacar.[59]

Los teutones, en lugar de esperar a que los romanos bajaran a la llanura, cargaron cuesta arriba en la colina donde estos estaban acampados y formados. Los legionarios lanzaron sus jabalinas (pilum) y después mantuvieron su línea hasta empezar a hacer retroceder al enemigo de vuelta a la llanura.[59][60]​ Los germánicos trataron de formar una nueva línea en la llanura abierta y resistieron mucho mejor, quedando los romanos en riesgo de ser vencidos, pero entonces Marcelo cayó sobre su retaguardia[61]​ y les provocó pánico.[62][63]​ Clave en esta victoria fue el calor del Mediterráneo, al que los germánicos no estaban acostumbrados y empezó a debilitar la sólida muralla de escudos que sus guerreros lograron formar.[64]

Consecuencias

Después de esto, los romanos avanzaron al campamento enemigo, donde las mujeres enviaron una delegación pidiendo ser convertidas en vírgenes vestales y tomar votos de castidad, pero la petición fue rechazada, y sabiendo que sólo podían esperar la esclavitud y la deshonra empezaron a matar a los niños y suicidarse.[65]​ Así, la migración terminaba en un gran suicidio en masa.[66]

Según Tito Livio, los germanos tuvieron 200.000 muertos y 90.000 prisioneros;[67]Veleyo Patérculo 150.000 caídos;[68]Plutarco 100.000 muertos y esclavizados;[69]​ y Paulo Orosio 200.000 muertos, 80.000 capturados y apenas 3.000 sobrevivientes que lograron escapar.[70]

Los romanos apilaron las armas y escudos de los vencidos y los sacrificaron en una gran pira.[71]​ Los soldados la rodearon y su cónsul, con su túnica púrpura, la encendió.[72]​ Mario salió de inmediato a ayudar a Cátulo, ya que los cimbrios habían entrado en Italia,[73]​ derrotándolos en Vercelas.[74]​ Estimaciones modernas dicen que todos murieron, excepto 17.000 guerreros y algunos miles de familiares que son capturados.[75]​ Las bajas romanas fueron apenas de 300 muertos.[76]

Según se dice, los cadáveres enterrados en esas tierras las nutrieron de tal manera que en los años siguientes los viñedos dieron excelente cosechas.[77][78]​ El rey teutón, Teutobod, descrito como un hombre inmenso, fue capturado en un bosque cercano[79]​ por los sécuanos[80]​ y exhibido en el desfile triunfal.[79]

Militarmente, Aquae Sextiae es comparable a las victorias de Cayo Julio César sobre los helvecios (Bibracte, 58 a. C.) y Cayo Suetonio Paulino sobre los icenos (Watling Street, 61). Un ejército romano profesional pero muy inferior en número se ubica en una posición alta rodeada de bosques que impiden ser envuelto por el enemigo. Los bárbaros se lanzan de frente sobre ellos marchando en falange o muro de escudos, pero no logran romper su línea y cuando los romanos empiezan a avanzar son arrollados.[81]

Referencias

  1. a b How, 2006: 381
  2. a b c Hall, 1898: 112
  3. a b Telford, 2014: 64
  4. a b c Hall, 1898: 110
  5. Goldsworthy, 2010; Kildahl, 1968: 118; Kovaliov, 1955: 379
  6. Gabriel, 2011: 18; Kovaliov, 1955: 379
  7. a b Kovaliov, 1955: 379
  8. Mommsen, 1876: 271
  9. Mommsen, 1876: 272
  10. Mommsen, 1876: 273
  11. Floro I.38.1, 6
  12. a b c Mommsen, 1876: 274
  13. Hall, 1898: 103
  14. Hall, 1898: 109-110
  15. Plutarco. Mario. 15.4
  16. a b Plutarco. Mario. 19.7
  17. a b Goldsworthy, 2010
  18. Kildhal, 1968: 118
  19. Kildhal, 1968: 118; Telford, 2014: 63
  20. Hall, 1898: 105
  21. a b c Hall, 1898: 106
  22. Plutarco. Mario. 15.1
  23. Plutarco. Mario. 16.1
  24. Plutarco. Mario. 15.2
  25. Plutarco. Mario. 15.5
  26. Plutarco. Mario. 15.3
  27. Plutarco. Mario. 16.3-5
  28. Plutarco. Mario. 17.1
  29. Plutarco. Mario. 17.2
  30. Plutarco. Mario. 18.1
  31. a b c Hall, 1898: 111
  32. Hall, 1898: 109
  33. Plutarco. Mario. 18.1
  34. Hall, 1898: 107
  35. Plutarco. Mario. 18.2
  36. Hall, 1898: 111-112
  37. Floro I.38.7; Plutarco. Mario. 18.3
  38. Frediani, 2003: 169
  39. Floro I.38.8; Plutarco. Mario. 18.3
  40. Floro I.38.9
  41. Plutarco. Mario. 18.4
  42. Hall, 1898: 112-113
  43. Plutarco. Mario. 19.1
  44. Plutarco. Mario. 19.2
  45. a b c Hall, 1898: 113
  46. Plutarco. Mario. 19.3
  47. Plutarco. Mario. 19.4
  48. Plutarco. Mario. 19.5
  49. Plutarco. Mario. 19.6
  50. Hall, 1898: 113-114
  51. Plutarco. Mario. 20.1
  52. Plutarco. Mario. 20.2
  53. a b Hall, 1898: 114
  54. Plutarco. Mario.20.3
  55. Hall, 1898: 115
  56. Plutarco. Mario. 20.4
  57. Plutarco. Mario. 20.4
  58. Hall, 1898: 115-116
  59. a b Hall, 1898: 116
  60. Plutarco. Mario. 20.5; 21.1
  61. Plutarco. Mario. 21.1
  62. Hall, 1898: 116-117
  63. Plutarco. Mario. 21.2
  64. Mommsen, 1876: 275
  65. Floro I.38.17
  66. Frediani, 2003: 190
  67. Livio 68.3
  68. Veleyo 2.12.4
  69. Plutarco. Mario. 21.2
  70. Orosio. V.16.12
  71. Plutarco. Mario. 22.1
  72. Plutarco. Mario. 22.2
  73. Floro I.38.11
  74. Plutarco. Mario. 25.2
  75. Telford, 2014: 63
  76. Gabriel, 2011: 18
  77. Hall, 1898: 117
  78. Plutarco. Mario. 21.3
  79. a b Floro I.38.10
  80. Plutarco. Mario. 24.4
  81. Lago, José I.La legión en combate. Las legiones de Julio César. Publicado el 10 de diciembre de 2002. Consultado el 15 de enero de 2018.

Bibliografía

Clásicas

Modernas

  • Frediani, Andrea (2003). Le grandi battaglie di Roma antica. Roma: Newton e Compton. ISBN 88-8289-724-9.
  • Gabriel, Richard A. (2011). Man and Wound in the Ancient World: A History of Military Medicine from Sumer to the Fall of Constantinople. Washington DC: Potomac Books, pp. 18. ISBN 978-1-59797-848-4.
  • Goldsworthy, Adrian (2010). In the Name of Rome: The Men Who Won the Roman Empire. Hachette. ISBN 9780297864011.
  • Hall, William Henry (1898). The Romans on the Riviera and the Rhone: A sketch of the Conquest of Liguria and the Roman Province. Londres: Macmillan & Co. Digitalizado por Bill Thayer en 2016 en UChicago.edu.
  • How, W. W. & H. D. Leigh (2006). A History of Rome to the Death of Caesar. Cosimo. ISBN 9781596055926.
  • Kildahl, Phillip Andrew (1968). Caius Marius. Nueva York: Twayne Publishers.
  • Kovaliov, Sergej Ivanovic (1955). Storia di Roma: La Repubblica. Edizioni Rinascita.
  • Mommsen, Theodor (1876). Historia de Roma. Tomo V. Madrid: Francisco Góngora editor. Traducción alemán-español por A. García Moreno. Prólogo y comentarios en la parte relativa a España, por F. Fernández y González.
  • Telford, Lynda (2014). Sulla: A Dictator Reconsidered. Pen and Sword. ISBN 9781783030484.

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