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Partiendo de esto, se puede decir que el dodo era un ave de aproximadamente un [[metro]] de altura, con un peso que oscilaba entre 13 y 25 [[kilogramo|kg]] y de [[plumaje]] grisáceo.
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Su [[pico (follología)|pico]] era muy largo (23 cm) y con una punta en forma de garfio que probablemente le permitía romper las cortezas de los [[coco]]s. Sus patas eran amarillas y robustas, con unas cuantas plumas rizadas en su parte de atrás. Tenía unas [[ala (zoología)|alas]] muy pequeñas, que unidas a su gran peso y un [[esternón]] insuficiente para soportarlo le hacían incapaz de volar.
Su [[pico (zoología)|pico]] era muy largo (23 cm) y con una punta en forma de garfio que probablemente le permitía romper las cortezas de los [[coco]]s. Sus patas eran amarillas y robustas, con unas cuantas plumas rizadas en su parte de atrás. Tenía unas [[ala (zoología)|alas]] muy pequeñas, que unidas a su gran peso y un [[esternón]] insuficiente para soportarlo le hacían incapaz de volar.


La imagen tradicional del dodo es la de un ave gorda y patosa, de ahí que se le pusiera como primer nombre científico ''Didus ineptus'', pero esta visión ha sido puesta en duda en tiempos recientes. Hoy en día, la opinión general de los científicos es que los viejos dibujos del dodo retrataban a ejemplares cautivos que habían sido sobrealimentados.<ref>Kitchener, A. On the external appearance of the dodo, ''Raphus cucullatus''. Archives of Natural History, 20, 1993.</ref> Las crónicas de la época hablan de su gran apetito, lo que seguramente en cautividad y con comida disponible causara su sobrepeso.
La imagen tradicional del dodo es la de un ave gorda y patosa, de ahí que se le pusiera como primer nombre científico ''Didus ineptus'', pero esta visión ha sido puesta en duda en tiempos recientes. Hoy en día, la opinión general de los científicos es que los viejos dibujos del dodo retrataban a ejemplares cautivos que habían sido sobrealimentados.<ref>Kitchener, A. On the external appearance of the dodo, ''Raphus cucullatus''. Archives of Natural History, 20, 1993.</ref> Las crónicas de la época hablan de su gran apetito, lo que seguramente en cautividad y con comida disponible causara su sobrepeso.

Revisión del 14:57 3 jun 2010

 
Dodo
Estado de conservación

Extinto desde c. 1662 [1]
Taxonomía
Reino: Animalia
Filo: Chordata
Clase: Aves
Orden: Columbiformes
Familia: Raphidae
Género: Raphus
Brisson, 1760
Especie: R. cucullatus
Linnaeus, 1758
Distribución
Antigua distribución (en rojo)
Antigua distribución (en rojo)
Sinonimia
  • Struthio cucullatus Linnaeus, 1758
  • Didus ineptus Linnaeus, 1766
Dronte o Dodo (siglo XVII).

El dodo o dronte (Raphus cucullatus) es una especie extinta de ave columbiforme de la familia Raphidae. Era un ave no voladora endémica de las islas Mauricio,[2]​ situadas en el Océano Índico. El dodo, así como otras aves del océano Índico, entre ellas el solitario de Rodríguez y el ibis sagrado de Reunión (Raphus solitarius), estaba relacionada con las palomas que habían dejado de volar para volverse terrestres.[3]

La extinción del dodo a finales del siglo XVII,[1][4]​ lo ha convertido en el arquetipo de especie extinta por causa de seres humanos.[5]

Descripción

Por su temprana extinción, es difícil tener una descripción precisa del dodo. Las que hay se basan por un lado en la descripciones y dibujos antiguos, y por otro lado en los esqueletos y restos encontrados,[6]​ uno de los cuales se preserva hoy en su posible postura natural.[7]

Partiendo de esto, se puede decir que el dodo era un ave de aproximadamente un metro de altura, con un peso que oscilaba entre 13 y 25 kg y de plumaje grisáceo.

Su pico era muy largo (23 cm) y con una punta en forma de garfio que probablemente le permitía romper las cortezas de los cocos. Sus patas eran amarillas y robustas, con unas cuantas plumas rizadas en su parte de atrás. Tenía unas alas muy pequeñas, que unidas a su gran peso y un esternón insuficiente para soportarlo le hacían incapaz de volar.

La imagen tradicional del dodo es la de un ave gorda y patosa, de ahí que se le pusiera como primer nombre científico Didus ineptus, pero esta visión ha sido puesta en duda en tiempos recientes. Hoy en día, la opinión general de los científicos es que los viejos dibujos del dodo retrataban a ejemplares cautivos que habían sido sobrealimentados.[8]​ Las crónicas de la época hablan de su gran apetito, lo que seguramente en cautividad y con comida disponible causara su sobrepeso.

Mauricio tiene una estación seca y otra húmeda bien contrastadas, con lo que probablemente al final de la estación húmeda, el dodo, acumulara una buena cantidad de reservas de grasa, que le servirían para la temporada seca, cuando la comida fuera escasa. Estos animales anidaban en el suelo.

Descubrimiento y extinción

El ser humano llegó a su hábitat en el siglo XVII. Las primeras noticias que se tuvieron en Europa del ave parecen datar de 1574; en 1581 un conquistador español llevó un ejemplar a Europa. Los descubridores portugueses llamaron "dodo" («estúpido» en el habla coloquial portuguesa) al ave por su torpeza y la facilidad con que podía ser cazada (el dodo evolucionó sin ningún contacto con seres humanos, por lo que no los veía como una amenaza). También se le ha llamado dronte, una denominación algo más científica.

La llegada del hombre acarreó la propagación de nuevas especies en la isla, incluyendo cerdos, macacos cangrejeros, perros, gatos y ratas, la aparición de nuevas enfermedades y la propia destrucción de los bosques, de los cuales dependía en gran medida la subsistencia del dodo. Se estima que el saqueo de sus nidos por parte de las nuevas especies tuvo un efecto más devastador que el de la caza. Como consecuencia se produjo la completa extinción de este ave un siglo después de la llegada de seres humanos a la isla.

Sir Thomas Herbert, el introductor de la palabra “dodo”, dedicó al animal en 1627 un dramático epitafio:

Tienen un semblante melancólico, como si fueran sensibles a la injusticia de la naturaleza al modelar un cuerpo tan macizo destinado a ser dirigido por alas complementarias ciertamente incapaces de levantarlo del suelo.

El último ejemplar fue visto por última vez en 1662,[9]​ aunque existe un avistamiento por parte de un esclavo escapado en 1674, y se estima que debió de existir hasta 1690.[1]

Restos e investigaciones recientes

Dibujo de un dodo de 1626, por Roelant Savery.

En octubre de 2005, una zona del Mare aux Songes (el yacimiento más importante de restos de dodo) fue excavado por un equipo internacional de investigadores. Se encontraron muchos restos, incluyendo huesos de aves de diferentes edades,[6]​ y buena parte del esqueleto de un único individuo.[7]​ Antes de esto se disponía de muy pocos restos de dodos, y la mayor parte de lo que se tenía eran huesos aislados, sin tener el conjunto del esqueleto de un único dodo, siendo los esqueletos existentes montajes a partir de huesos de diversa procedencia.

Un huevo de dodo se expone en el museo de East London en Sudáfrica. Uno de los restos que se han conservado más intactos y los únicos que han conservado algo de tejido blando son los que se exponen en el Museo de Historia Natural de la Universidad de Oxford; consistentes en la cabeza y las patas de un mismo individuo. Los restos del último ejemplar disecado de dodo conocido se mantuvieron en el Museo Ashmolean, pero hacia 1755 el conservador del museo, dado el estado de deterioro, lo desechó.

En junio de 2007, unos aventureros explorando una cueva en las Mauricio encontraron el, hasta el momento, más completo y mejor conservado esqueleto de dodo.[10]

Etimología

Esqueleto de un dodo en el Museo de Historia Natural, localizado en Londres.
Dibujos de dodos, hechos en el diario de viaje del barco "Gelderland" de la Compañía Holandesa de las Indias Orientales (1601–1603).

La etimología de la palabra "dodo" no está clara. Sin embargo, existe consenso acerca de que el término probablemente sea peyorativo.

Algunas teorías lo adscriben a la palabra neerlandesa dodoor que significa holgazán. Otras lo relacionan con la palabra, también neerlandesa, dodaers (culo gordo) que es como se llama al zampullín común en los Países Bajos. Esta conexión puede estar basada en las plumas similares en su parte trasera o en lo desgarbado de ambos animales.[2]

Sin embargo, se sabe que los neerlandeses también llamaron al dodo como walghvogel ("ave repugnante" o "pavo nauseabundo") en referencia a su sabor. Este último nombre fue usado por primera vez en el diario del vice-almirante Wybrand van Warwijck que visitó las islas Mauricio en 1598.

Dodo o dodaerse se recoge en el diario del capitán Willem van Westsanen cuatro años más tarde,[11]​ pero no está claro si fue él, el primero en usar este nombre porque antes que los neerlandeses, los portugueses estuvieron en la isla en 1507, aunque no crearon asentamientos permanentes. Por eso se considera la posibilidad de que "dodo" provenga de la expresión portuguesa doudo o doido que significa estúpido.[12]

Otra posibilidad que cabe es que dodo sea una aproximación al propio reclamo del ave, que estaba formado por dos sílabas iguales: "doo-doo".[2]

Taxonomía y sistemática

Pintura de un dodo albino, erróneamente identificado como Raphus solitarius.

Fue nombrado en un primer momento Didus ineptus por Linnaeus.

En 1606 Cornelis Matelief de Jonge realizó una importante labor de descripción del dodo, y de otros animales y plantas de la isla.[13]

Se piensa que evolutivamente surgió de palomas que migraban entre África y el sudeste asiático, por esto se trataba de una peculiar ave "áptera", ya que la ausencia de depredadores hizo que no desarrollara el sistema muscular para el vuelo. Era un pariente cercano del solitario de Rodríguez, otra ave de las Mauricio que también se extinguió apenas un siglo después. Se cree que la paloma de Nicobar es el pariente más cercano todavía vivo.

Alimentación

Según una hipótesis de Stanley Temple, el tambalacoque, también conocido como "árbol dodo", era parte de la alimentación de los dodos, y que solo tras pasar por el tracto digestivo de uno de ellos, sus semillas podían germinar, y que el tambalacoque estaba cercano a la extinción, dada la desaparición del dodo. Para demostrar su tesis alimentó a la fuerza a pavos salvajes con 17 frutos de tambalacoque, de los que tres germinaron. Su teoría tenía ciertos puntos oscuros, como el que no se comprobó como funcionaba la germinación de otras frutas tras ser comidas por pavos, con lo que el efecto demostrado no quedó del todo claro. Además, Temple, no tomó en cuenta los informes sobre la germinación de las semillas de tamabalacoque de la germinación de otras frutas de A. W. Hill en 1941 y de H. C. King en 1946, quienes descubrieron que las semillas germinaban sin necesidad de corrosión previa, aunque muy raramente.[14][15][16][17]

El dodo y la cultura

Ilustración de Alicia en el País de las Maravillas con un dodo, 1869.

La historia de su descubrimiento y extinción, su extraño aspecto y la idea de que era un pájaro tonto, han convertido al dodo en un referente cultural importante y al que se hace mención desde muchas artes.

El escudo de Mauricio incorpora un dodo en su parte izquierda.

El escudo de Mauricio incorpora un dodo rampante.[18]​ El dodo ha hecho numerosas apariciones en diversas obras literarias, aunque quizás la más conocida sea en Alicia en el País de las Maravillas, de Lewis Carroll. Aparece en el capítulo 3 de dicho libro, en donde el dodo organiza una absurda carrera en la que decide que todos han ganado y por tanto, todos deben recibir un premio.[19]​ En las novelas de la detective literaria Thursday Next, de Jasper Fforde, los dodos clonados son una mascota habitual, por ejemplo El caso Jane Eyre.

Varios grupos y cantantes han compuesto canciones con el nombre de Dodo, como David Bowie, Genesis, Bad Religion, Nacho Vegas o Dave Matthews.

Ha aparecido en la película La Era de Hielo (Ice Age) en la cual se resalta la "estupidez" de este animal y en la serie Primeval o Invasión Jurásica. En el videojuego Super Mario RPG: Legend of the Seven Stars aparece como el sirviente de Valentina en Nimbus Land, siendo obligado a limpiar sus estatuas y maltratado por esta.

Aparece brevemente en la entradilla de la serie Phineas y Ferb.

Referencias

  1. a b c BirdLife International (2008). «Raphus cucullatus». Lista Roja de especies amenazadas de la UICN 2024 (en inglés). ISSN 2307-8235. Consultado el 20 de octubre de 2009.  Error en la cita: Etiqueta <ref> no válida; el nombre «iucn» está definido varias veces con contenidos diferentes
  2. a b c Quammen, David (1996): The Song of the Dodo: Island Biogeography in an Age of Extinction. Touchstone, Nueva York. ISBN 0-684-82712-3
  3. T. Jeffery Parker, William A. Haswell, A. J. Marshall, Jacinto Nadal Puigdefábregas. Zoología: Cordados (en español). Publicado por Reverté, 1987; pág 564. ISBN 84-291-1839-X
  4. Enrique Beltrán. Enfoque ecológico y económico de la Fauna Silvestre. Publicado por el Instituto Mexicano de Recursos Naturales Renovables, 1974
  5. Arturo Valledor de Lozoya. [La especie suicida: El peligroso rumbo de la humanidad] Publicado por Ediciones Díaz de Santos, 2000; pág 101. ISBN 84-7978-425-3
  6. a b «Scientists find 'mass dodo grave'». BBC News. 24 de diciembre de 2005. Consultado el 22 de octubre de 2008. 
  7. a b «Dodo skeleton find in Mauritius». BBC News. 24 de junio de 2006. Consultado el 22 de octubre de 2008. 
  8. Kitchener, A. On the external appearance of the dodo, Raphus cucullatus. Archives of Natural History, 20, 1993.
  9. Cornell Lab of Ornithology. «Clement's Checklist 6.3» (en inglés). Consultado el 20 de octubre de 2009. 
  10. «Dodo Skeleton Found on Island, May Yield Extinct Bird's DNA». National Geographic. 3 de julio de 2007. Consultado el 22 de octubre de 2008. 
  11. Staub, France (1996): Dodo and solitaires, myths and reality. Proceedings of the Royal Society of Arts & Sciences of Mauritius 6: 89-122 Texto íntegro
  12. «Dodo skeleton find in Mauritius». BBC News. 24 de junio de 2006. Consultado el 22 de octubre de 2008. 
  13. «Le Musée Du Dodo - Dodo And Solitaires, Myths And Reality». Consultado el 2009. 
  14. Temple, Stanley A. (1977): Plant-animal mutualism: coevolution with Dodo leads to near extinction of plant. Science 197(4306): 885-886. Resumen
  15. Hill, A. W. (1941): The genus Calvaria, with an account of the stony endocarp and germination of the seed, and description of the new species. Annals of Botany 5(4): 587-606. Texto íntegro PDF (requiere cuenta de usuario)
  16. King, H. C. (1946). Interim Report on Indigenous Species in Mauritius. Government Printer, Port Louis, Mauritius.
  17. Witmer, M. C. & Cheke, A. S. (1991): The dodo and the tambalacoque tree: an obligate mutualism reconsidered. Oikos 61(1): 133-137. Resumen
  18. Jonathan Fryer (14 de septiembre de 2002). «Bringing the dodo back to life». BBC News. Consultado el 22 de octubre de 2008. 
  19. Carrol, Lewis. Alicia en el País de las Maravillas. 

Enlaces externos