Diferencia entre revisiones de «Flogger»

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Se conoce como '''flogger''' a una [[moda]] adolescente originaria de [[Argentina]] y [[España]], que está estrechamente relacionada con [[Fotolog.com]], un sitio web donde se suben fotos y donde sus usuarios pueden comentar en ellas.
Se conoce como '''flogger''' a una [[moda]] adolescente originaria de [[Argentina]], que está estrechamente relacionada con [[Fotolog.com]], un sitio web donde se suben fotos y donde sus usuarios pueden comentar en ellas.


Se ha vuelto muy popular entre los [[jóvenes]], para convertirse en casi un hábito o forma de vida.<ref>[http://www.minutouno.com/1/hoy/article/71512-Llegan-los-Floggers,-una-tribu-urbana-hasta-ahora-desconocida/ Llegan los "floggers" una tribu urbana hasta ahora desconocida] ''MinutoUno.com Fecha de publicación: 07/03/2008. Fecha de acceso: 19/06/2008''</ref> La palabra ''Flogger'' proviene de ''"flog"'', apócope de [[Fotolog]]. La popularidad de un fotolog se basa en la cantidad de firmas (comentarios) diarias a las fotos y sus amigos/favoritos. Los fotos subidas en sus respectivos fotologs suelen ser [[autorretrato]]s.
Se ha vuelto muy popular entre los [[jóvenes]], para convertirse en casi un hábito o forma de vida.<ref>[http://www.minutouno.com/1/hoy/article/71512-Llegan-los-Floggers,-una-tribu-urbana-hasta-ahora-desconocida/ Llegan los "floggers" una tribu urbana hasta ahora desconocida] ''MinutoUno.com Fecha de publicación: 07/03/2008. Fecha de acceso: 19/06/2008''</ref> La palabra ''Flogger'' proviene de ''"flog"'', apócope de [[Fotolog]]. La popularidad de un fotolog se basa en la cantidad de firmas (comentarios) diarias a las fotos y sus amigos/favoritos. Los fotos subidas en sus respectivos fotologs suelen ser [[autorretrato]]s.

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Archivo:FloggerCC.jpg
Grupo de floggers en las afueras del Abasto Shopping.

Se conoce como flogger a una moda adolescente originaria de Argentina, que está estrechamente relacionada con Fotolog.com, un sitio web donde se suben fotos y donde sus usuarios pueden comentar en ellas.

Se ha vuelto muy popular entre los jóvenes, para convertirse en casi un hábito o forma de vida.[1]​ La palabra Flogger proviene de "flog", apócope de Fotolog. La popularidad de un fotolog se basa en la cantidad de firmas (comentarios) diarias a las fotos y sus amigos/favoritos. Los fotos subidas en sus respectivos fotologs suelen ser autorretratos.

Gestación

Si bien la tribu urbana de los floggers se hizo famosa a comienzos de 2008, ya venía gestándose desde antes.

Uno de los factores a tener en cuenta a la hora de analizar la interacción que esta tribu tiene al día de hoy con el resto de las tribus, es la desigualdad social existente en el país en el cual se gesta, en donde los sectores menos desfavorecidos, pueden ser percibidos como "ricos", más allá de que sus ingresos esten constituidos por el salario mínimo vital y móvil del país, el cual, por otro lado, no deja de ser llamativamente bajo en términos internacionales. Una situación sociológicamente análoga al rótulo de Kulak que se dió en el Imperio Ruso, cuyos denominados no necesariamente tenían siempre mucho, sino, en contraposición al resto, "algo". En Argentina, sin embargo, el equivalente a ese rótulo es el de "chetos" (término igualmente referido a quien se percibe como adinerado - ya sea porque en realidad lo sea, intente aparentarlo, o como producto de la subjetividad de quien padece una condición económica aún más estrecha), equivalente a los términos "sifrino" en Venezuela, "fresa" en México y "pijo" en España.

Estética

El estilo estético de los floggers se compone principalmente por el uso de pantalones chupines de colores llamativos (apretados jeans o joggings). Usan como zapatillas las deportivas de lona, las de horma ancha (las que usan también los skaters) o las Converse. El peinado que los distingue es semi-largo en los varones, esmeradamente lacio, y un flequillo en ambos géneros que tapa parcialmente, o por completo los ojos, imitando el peinado emo.

También son conocidos por utilizar tiradores y chupines con cintura alta, que es lo último en moda de los floggers, ya que utilizan la misma ropa que se usaba en otras épocas. La diferencia de ropa masculina y femenina prácticamente no existe ya que ambos sexos usan ropa sumamente parecida, e incluso el sexo masculino llega a vestir ropa tradicionalmente femenina. El acceso a este tipo de prendas habría comenzado con tímidos préstamos entre familiares del sexo opuesto, hasta la adquisición directa por parte del interesado una vez afianzado en la tribu. Factores como el peinado, el rango de edades, la extrema delgadez y el intercambio de ropa entre los géneros suele dificultar la diferenciación de los sexos.

Ideología

La ideología que comparten los floggers no se caracteriza por tener raíces especialmente profundas. Los ideales que particularizan a esta tribu tienen que ver con el culto a la propia imagen, el deseo de tener muchos admiradores, y el de ser reconocidos como famosos. Suelen mostrarse indiferentes ante las cuestiones sociales en general para centrarse en sí mismos la mayor parte del tiempo, y no son violentos.

(...) la búsqueda de popularidad es el eje central y se logra con una cámara de fotos, un par de poses y la subida constante de estas imágenes al sitio para que otros dejen mensaje y te valoren dentro del grupo.

(...) aflora la personalidad individual dentro de esa masa grupal en que se cruzan la banalidad de la pose ensayada y la profundidad de la búsqueda de identidad e identificación. (...) Consolidaron en un "estilo de vida" parámetros rechazados, como la superficialidad, el narcisismo excesivo y el culto a la imagen (...) Lo suyo, claro, no es coraje, es impunidad. Es la que les da la adolescencia y la conciencia de saber que es un tiempo ideal para ser inmaduro. "No tenemos ideología", aseguran y dan el tiro de gracia al afirmar: "Nosotros sabemos que esto es pasajero porque somos adolescentes". (...) Pero como cualquier moda, ésta es una construcción que requiere tiempo, esfuerzo y dinero. "Yo pongo carita de lástima y mi papá me da plata", dice una de las chicas.

(...) "Es una envidia que tienen hacía nosotros, porque no se pueden vestir como nosotros", sentencia María José y agrega: "los varones floggers son muy metrosexuales". Esa dedicación a la apariencia no pasa desapercibida en casa. (...) "Somos demasiados superficiales", dicen de ellos mismos.

(...) "Trolas, putos, gays, Patito Feo son las cosas que nos gritan", cuentan.

Ellos, con altanería, miran de reojo y hacen oídos sordos enarbolando la consigna que una de las chicas tiene en su fotolog y que sintetiza el espíritu flogger: "tu envidia alimenta mi ego".
Flogger Power, Diario Los Andes, 22 de junio de 2008

Blancos del lucro

Al revés de lo que suele ocurrir respecto a las modas, primero estuvieron los floggers, y más tarde muchas empresas comenzaron a satisfacer de una manera más específica las demandas que ellos presentaban. En nuestros días, algunas empresas de publicidad rastrean a los floggers argentinos más famosos para utilizarlos en sus campañas publicitarias, como es el caso de Agustina Vivero (alias "Cumbio") con Nike, y el de Marco Colom (alias "el principito"), con una marca de ropa. Estas empresas también los convocan para hacerle publicidad a accesorios y fiestas en locales bailables. Por ejemplo, a fines de 2008, Marco Colom asistió a una fiesta de fin de año en un local bailable de Parque Leloir. Los floggers más representativos cobran una suma de entre $400 y $600 por realizar una jornada durante la cual caminan por una pasarela, firman autógrafos y se toman fotografías con sus fanáticos. Los viernes y sábados son contratados para desfilar en locales bailables de Buenos Aires, del conurbano bonaerense, y de todo el país en general, e incluso llegan a hacer este tipo de presentaciones en algunos países limítrofes. Esta participación en eventos y fiestas especiales continuó activa en la costa atlántica de Argentina durante el verano de 2009, como en el caso de Marco, quien fue agredido en una de sus salidas nocturnas veraniegas. En 2008 se crearon dos sociedades con fines de lucro relacionadas con los floggers: "Flogger Party" (auspiciada por agencias locales y promocionada por una cadena de venta de ropa) y "Flogger Tour", agencia que se dedica a participar en fiestas de 15, donde los floggers son contratados y llegan a cobrar hasta $2000.[2]

Por otro lado, con la fama de esta tribu urbana, las empresas[cita requerida] comenzaron a utilizar los temas de los fotologs y los floggers como atractivo publicitario para hacer promoción a nivel televisivo de sus nuevos productos, como en el caso de la marca de galletitas "Club social" (propiedad de Kraft Foods)

Otras empresas en cambio, aprovecharon el auge de la moda flogger para vender la ropa que la tribu urbana acostumbra a usar. Tal es el caso de la cadena internacional de negocios de ropa C&A, que creó una sección en sus sucursales llamada "Mundo Flogger", y el de muchos negocios medianos y pequeños que en el verano 2009 pusieron en venta anteojos típicamente utilizados por floggers: los Vintage con rejillas en el marco, cubriendo el frente de los lentes oscuros de los anteojos.

Críticas

Los rasgos de identidad que motivan las críticas más frecuentes que suele recibir este grupo, son diversos. Algunos los rechazan por el sólo hecho de no gustarles su estética, sus costumbres, la música electrónica, o su falta de ideología de raíces profundas. Otros por su marcada utilización de clichés propios (Ah re), sumado a un carente manejo de vocabulario, en donde la precariedad lingüística pasa a instalarse como una moda, que indefectiblemente termina afianzándose como un rasgo identitario relevante. Son también criticados por subculturas marginales como los punks y los rolingas, en cuyo imaginario colectivo pasan de catalogarlos como simples chetos, a relacionarlos directamente con el establishment que concentra el poder en el país, sin ningún tipo de escalas. Parte de esta asociación es debida al conocimiento sobre los manejos de una mayor cantidad de dinero entre los floggers que entre otras tribus urbanas, en las cuales el consumismo no es exaltado ni establece un rasgo de pertenecia.

El fenómeno también es criticado por ser tendiente y apologético de la frivolidad, de la superficialidad, y del individualismo extremo, en contraste con las posturas empáticas y sociales que sustentan la armonía en la convivencia.[3]

El hecho de ser o considerarse un flogger ha sido criticado desde algunos sectores sociales haciendo hincapié en la sobreexposición de los adolescentes, señalando la particularidad de la publicación de fotos sugerentes, o en algunos casos sin ropa, ya que Fotolog.com no presenta un filtro para su protección, ni requiere una edad mínima para su registro.[4]​ Sin embargo, si bien existe la posibilidad de publicar ese material, es poco frecuente, ya que tales fotos son eliminadas por parte de los administradores del sitio y suelen causar el cierre del flog.

También se los critica por la utilización lucrativa que las empresas, tanto grandes como pequeñas, efectúan sobre ellos, ya que naturalmente hay tanto cadenas internacionales como pequeños comerciantes que responden a la demanda de este movimiento incluyendo productos relacionados de alguna forma con él.

Su estética seriada y estereotipada les hizo ganar enemigos desde varias tribus urbanas y subculturas, que entendieron que les habían robado elementos de sus propias estéticas. Por ejemplo, a los rolingas, los floggers les robaron el uso del característico pañuelo deshilachado atado al cuello. Los punks están peleados con los floggers porque, además de la cuestión ideológica, estos les robaron el uso de los apretados pantalones chupines. Y a los Ramones, la legendaria banda estadounidense de punk rock (que especialmente en Argentina causó sensación tras sus visitas continuas al país entre 1987 y 1996) estos les robaron el uso de las zapatillas Converse.

Discriminación

Una vez que estalló la popularidad de la tribu urbana de los floggers, se generó un rechazo hacia estos desde varias subculturas específicas que ya existían y que tenían una impronta callejera o barrial, como los punks, los metaleros, los rolingas y los cumbieros, todas de orígenes marginales. En cambio, una de las tribus que no rechazó a los floggers y que luego desapareció (coincidiendo con el traspaso de muchos de ellos a la tribu de los floggers) fue la de los alternos, cuyas características influenciaron notablemente a los floggers y sirvieron de precursores antes de que estos últimos aparecieran.

Los floggers suelen ser catalogados como estereotipados por seguir un patrón común de conducta y estilo, por lo cual suelen ser motivo de burla o rechazo por parte de los que pertenecen a subculturas de jóvenes antagónicas, principalmente desde los cumbieros.[5][6]

El hecho de que estos aceptaran participar de comerciales, además, agudizó las distancias con las subculturas más comprometidas políticamente (como los punks y los metaleros), ya que interpretaron que las empresas estaban aprovechando una moda para publicitar sus productos y así ganar dinero, utilizándola con fines lucrativos (fines para los cuales se fundan las empresas). El resultado fue un mayor aumento de la brecha que separaba a los floggers de las subculturas anteriores, en gran parte agravada por la asociación que los grupos más desfavorecidos rápidamente hacen entre los floggers y el establishment (enemigo de algunas subculturas enfrentadas a los floggers, como los punk y los rolingas). Esto generó aún más rechazo entre los demás detractores, que ya habían tildado anteriormente a los floggers como "niños buenos", "niños mimados", "niños afeminados" o "niños frívolos", además de rechazarlos por gustarles la música electrónica.

En redes sociales como Facebook pueden encontrarse diversos grupos que fomentan la intolerancia hacia los floggers.

Floggerfobia

A raíz de los fuertes actos discriminatorios que se dan cotidianamente desde las tribus enemigas en perjuicio de los floggers de Argentina, entre los cuales se cuentan crímenes de odio, es que en este país se ha comenzado a hablar de floggerfobia.

El 21 de diciembre de 2008 un flogger de la ciudad argentina de Córdoba fue asesinado por un grupo de cumbieros por el sólo hecho de ser flogger.

Un grupo de chicos que venía de un local en el que se baila cumbia persiguió a otro grupo insultándolos por ser de la tribu urbana de los floggers. Lograron atrapar a uno, lo golpearon brutalmente y falleció en el hospital. Tenía 16 años.[7]

Frases como "Hay que matarlos a todos como cucarachas", "Haga patria, mate a un flogger " o "La revolución no usa chupines" fueron algunas de las que comenzaron a circular por internet luego de su asesinato.[8]

Por otra parte, en la ciudad de Punta del Este del vecino país de Uruguay se encuentran graffities cuyas leyendas dicen "Floggers putos".[9]

El 12 de enero de 2009 otro flogger fue asesinado a quemaropa por el sólo hecho de serlo, pero esta vez, en la provincia argentina de Mendoza. Se trataba de 2 amigos que estaban juntos, cuando el criminal los encontró y antes de disparar les dijo "Ustedes son floggers". Si bien ambos recibieron los disparos, uno de ellos pudo sobrevivir.[10]

Días más tarde del mismo mes un flogger recibió golpizas de tal magnitud que lo dejaron inconciente y con convulsiones, nuevamente en la provincia argentina de Córdoba. "Vos sos flogger y yo cumbiero" fueron las últmas palabras que escuchó.[11]

El 27 de enero de 2009 el flogger más famoso del país, Marco Colom, recibió una fuerte paliza de parte de un grupo de 20 chicos cumbieros[12]​, sin mediar palabra alguna. A pesar de que sobrevivió, fue amenazado de muerte y los agresores prometieron volver. Su familia debió poner custodia privada.[13]

El 16 de marzo de 2009 otro flogger fue víctima de golpizas que lo llevaron al hospital por parte de un cumbiero, pero esta vez, en la provincia argentina de Misiones.[14]

Y como todos estos casos, tantos más. Cabe mencionar que los casos antedichos son meramente ejemplificativos y están muy lejos de ser un recuento exhaustivo de las agresiones que reciben los floggers, las cuales se renuevan cada día.

El 23 de diciembre de 2009 se llevó a cabo una marcha de floggers en la Peatonal de la ciudad argentina de Mendoza en pedido de justicia respecto al asesinato de uno de ellos a manos de un cumbiero. Meggan, una de las voceras del grupo, sentenció:

Estamos cansados de que nos quieran pegar. Cada ‘negro’ que pasa nos viene a agredir.[15]

Durante una entrevista a un grupo de floggers que llevó a cabo uno de los principales diarios de Argentina, uno de ellos sentenció con impotencia:

Ibamos caminando por el estacionamiento del supermercado Jumbo de Unicenter y nos cruzamos con un grupo de negros (sic). Y uno de ellos dijo: "esos son floggers , vamos a pegarles". Ellos eran más, así que si no salíamos corriendo, nos cagaban a piñas.[16]

Los testimonios hacen referencia a la tribu que más persigue a los floggers, la de los cumbieros[17]​, conocidos como "negros" o "villeros" en el país, cuyas hostilidades van desde los meros insultos callejeros, hasta la propia muerte.

Componente homófobo

Al analizar las agresiones reportadas que reciben los floggers de la Argentina, principalmente a manos de los cumbieros[18]​, es posible identificar unas de otras a través de varios aspectos que las hacen particulares, como los nombres de los agresores y el de los agredidos, el lugar en el que transcurren los hechos, y hasta determinar los diversos grados de daño físico que ellas provocan, entre tantos otros, pero prácticamente en todas, se establece una constante: la alusión a la supuesta homosexualidad de los agredidos por parte de los agresores, antes, durante, o después de las golpizas. Este rasgo que se reitera en casi todos los hechos, deja al descubierto un odio que subyace al rechazo hacia un mero tipo de peinado, o un estilo de indumentaria. El modus operandi utilizado por parte de la tribu que más hostiliza a los floggers revela, independientemente de cuáles sean las preferencias sexuales de los agredidos, el fuerte componente homófobo que caracteriza a su idiosincrasia. Durante una entrevista a uno de los integrantes de Damas Gratis, el primer grupo de cumbia villera de la Argentina y el más emblemático en su género, latigó:

Somos negros villeros y eso no es una ofensa... No me molesta que me digan así. Somos negros ¿Y qué? Peor sería que me digan cheto, esos sí que son todos putos, y eso sí que es una ofensa.[19]

Entre el miedo y la autorepresión

Como resultado de las constantes agresiones que vienen sufriendo los floggers, generalmente a manos de los denominados cumbieros, es que muchos de ellos han comenzado a reprimir gran parte de sus actitudes distintivas, como la de vestirse de manera llamativa y ambigua, o la de llevar el flequillo lacio que los identifica. Se han reportado casos de padres de floggers que, a partir de los asesinatos perpetrados, han solicitado a sus hijos cortarse el cabello, y disimular su pertenencia al grupo.[20]​ De a poco se observa, si no un declive, al menos un ocultamiento de un sector de la sociedad que teme, no ya por su integridad psicológica, sino física. Aquellos que otrora destilaban desprejuiciadamente glamour por las calles de Argentina, hoy ya no lo hacen de la misma manera, e incluso muchos de ellos han optado por movilizarse en grupo. Y es que si bien para el común de los argentinos su existencia es tolerada y respetada, no todos los floggers gozan de esa posición socioeconómica alta a la que tanto se los intenta vincular desde los estratos más ralos, y tarde o temprano, muchos deberán volver a su barrio sencillo en donde, de seguro, deberán cruzarse con algún cumbiero.

Expansión

La popularidad de la tribu urbana se extendió de tal forma que pronto aparecieron personajes públicos o de la farándula argentina que también comenzaron a usar el look de los floggers. Un ejemplo de ello es el caso de algunos jugadores de fútbol, muchos de los cuales ya lo usaban desde antes de que la moda estallara, como Fabián Assmann, tal vez el primer futbolista flogger de la historia a quien, incluso, en ciertas notas periodísticas lo califican de flogger.[21][22][23]​ Otro futbolista que causó polémica con una serie de fotografías que se sacó autorretratándose en poses típicamente de flogger fue Mauro Zárate.[24]

Se tiene noción de casos en donde integrantes de tribus cualesquiera han abandonado sus respectivos grupos para unirse a la de los floggers (tema del que trata la canción "Los floggers" de la banda de cumbia villera El perro), lo cual se considera traición o una forma de corromper la integridad, la moral o los valores de uno a cambio de simpatía en otros grupos humanos, fama, aceptación en otra tribu, o cualquier otro tipo de beneficio personal en desdén de las amistades anteriores ("venderse").

A pesar de ser una tribu cuyos orígenes se trastrean en Argentina, también comenzaron a conversirse en floggers personas de otros países, como por ejemplo, Uruguay y España. En este último su existencia es relativamente reciente, y poco a poco se van extendiendo a lo largo y ancho del país. Aunque el estilo es el mismo, no se llevan chupines tan coloridos y se los reconoce por la típica apariencia del cabello y el uso de zapatillas. No son estrictamente iguales a los de Argentina, pero tienen los mismos ideales.

Véase también

Referencias