Diferencia entre revisiones de «Reconquista de la Nueva Granada»

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Una de las características de la Reconquista española de la [[Nueva Granada]] fue que se orientó a castigar con fuerza a la oligarquía criolla que lideraba el movimiento independentista, dejando a un lado a los sectores populares, a quienes se consideraba como simples títeres de los primeros. Tal fue la furia del ataque que se llegó a pensar que la causa estaba liquidada, dado que toda la intelectualidad civil había sido liquidada.
Una de las características de la Reconquista española de la [[Nueva Granada]] fue que se orientó a castigar con fuerza a la oligarquía criolla que lideraba el movimiento independentista, dejando a un lado a los sectores populares, a quienes se consideraba como simples títeres de los primeros. Tal fue la furia del ataque que se llegó a pensar que la causa estaba liquidada, dado que toda la intelectualidad civil había sido liquidada.


Los historiadores arguyen que sin embargo, la furia de la Reconquista hizo que muchos dubitativos e inclusos contrarios a la independencia se unieran a la causa patriota, de modo que el efecto logrado fue precisamente el contrario de los gestores de la campaña: generalizar el deseo de independizarse de España.
Los historiadores arguyen que sin embargo, la furia de la Reconquista hizo que muchos dubitativos e inclusos contrarios a la independencia se unieran a la causa patriota, de modo que el efecto logrado fue precisamente el contrario de los gestores de la campaña: generalizar el deseo de independizarse de España.


Por otra parte, la rápida caída del gobierno establecido tras la Reconquista da a entender que España no contaba con las fuerzas necesarias para restablecer su imperio, al menos por la vía militar. De hecho, la única expedición enviada a América fue la de Pablo Morillo, que no bastó para someter a todo el territorio de la Nueva Granada, pues apenas abandonaba una región, los patriotas se apoderaban de ella.
Por otra parte, la rápida caída del gobierno establecido tras la Reconquista da a entender que España no contaba con las fuerzas necesarias para restablecer su imperio, al menos por la vía militar. De hecho, la única expedición enviada a América fue la de Pablo Morillo, que no bastó para someter a todo el territorio de la Nueva Granada, pues apenas abandonaba una región, los patriotas se apoderaban de ella.

Revisión del 17:25 25 may 2010

Este artículo trata sobre el período de la historia de Colombia transcurrido entre el retorno de Fernando VII al trono español en 1814 y la entrada triunfal del ejército libertador a Santa Fe en 1819.

Disueltas las juntas Brocherista, Fernando VII ordena la reconquista (conocida en España como la restauración para distinguirla de la Reconquista) de la Nueva Granada y la Capitanía General de Venezuela, acción que quedará a cargo de Pablo Morillo, y el restablecimiento del Virreinato de Nueva Granada en cabeza de Juan de Sámano. Para este fin, Pablo Morillo recibe las tropas desde los puertos de Sevilla y Barcelona en España y de ahí llega al puerto de Cartagena de Indias de donde se aventuran sus tropas para los bloqueos de los puertos de La Dorada y Puerto Salgar llegando a Santafé de Bogotá.

La intransigencia de Fernando VII

Fernando VII, restituido en el poder en 1814, va a decidir la suerte del proceso de Independencia de las colonias españolas en América. En medio del prestigio que le dio su liberación, pretendió volver a la situación anterior a 1808, ignorando todo lo ocurrido desde esa fecha, con el fin de restablecer el vínculo tradicional de dependencia hacia su persona bajo la figura de estado absolutista. En esa perspectiva, decide emprender una reconquista militar de los territorios independizados, pese a que no contaba con las fuerzas suficientes para hacerlo, luego de los desastres producidos por la guerra de liberación española. Fernando aparta cualquier iniciativa de conciliación y decide someter a sangre y fuego a los rebeldes.

Pablo Morillo, el Pacificador

En 1815 España a través de Fernando VII envía a sus sediciosas colonias la fuerza expedicionaria más fuerte que alguna vez haya cruzado el Atlántico.[1]​ Su comandante fue Pablo Morillo, un experimentado general con muchas batallas encima. La expedición se conformaba por más de 12.000 hombres y unos 66 buques.

El sitio de Cartagena

En agosto de 1815 Pablo Morillo inicia el sitio de Cartagena de Indias, una de las principales ciudades de la Nueva Granada y poderosa plaza fortificada. Sus habitantes la defendieron durante 106 días, al cabo de los cuales se rindieron a causa de los estragos que causó el hambre y la miseria que provocó el sitio. Se dice que murieron 6.000 personas en menos de cuatro meses. Según narra el general O'Leary, uno de los sobrevivientes, para aplacar el hambre, llegaron a comer ratas, gatos, y hasta cuero de vaca remojado en agua salada de mar.

Un soldado español comentaba que cuando las puertas se abrieron, “no vieron hombres sino esqueletos; hombres y mujeres, vivos retratos de la muerte, se agarraban a las paredes para andar sin caerse. Tal era el hambre horrible que habían sufrido”. (véase Asedio de Cartagena (1815))

En el mes de febrero de 1816 Morillo hizo fusilar en Cartagena a los 9 primeros líderes patriotas. Empezaba así el llamado "Régimen del Terror", llamado así por la brutal manera como los españoles contuvieron el proceso de Independencia.

El Régimen del Terror

Fue despues de que los sur americanos supuestamente se independisaron que fue la patria boda el rey Fernando de España mando al general Morillo para poder reconquistar a sur A MERICA Pablo Morillo despachó cuatro columnas de tropas que fueron cercando el territorio: la primera, por Ocaña, al nororiente; la segunda, por el Chocó, al occidente; la tercera, por Antioquia, y la cuarta por el Río Magdalena (centro).

El avance de Morillo fue irresistible y en mayo de 1816 el "Pacificador" llegó a Santafé de Bogotá, la capital. Allí establece tres consejos o tribunales:

1º. El Consejo de Guerra permanente que tenía por objeto juzgar a los patriotas con sus descendientes.

2º. El Consejo de Purificación o tribunal militar, ante el cual debían presentarse los que estaban menos comprometidos en la revolución. A estos se les aplicaban medidas más benignas como el destierro o el servicio en las tropas del rey.

3º. La Junta de secuestros, encargada de confiscar los bienes de los acusados.

Los ajusticiamientos, comenzaron con las figuras más sobresalientes del movimiento independentista, políticos, militares, intelectuales y funcionarios del gobierno republicano que se había establecido desde 1810. Siguió luego con sujetos catalogados como informantes o colaboradores, entre los cuales estaban varias mujeres, como la recordada Policarpa Salavarrieta y Antonia Santos. Entre los desterrados por el Consejo de Purificación figuraron más de 90 sacerdotes.

Entre los primeros condenados a muerte se destacan Antonio Villavicencio, natural de Quito, por el hecho de haber sido el causante indirecto de la disputa que dio origen al 20 de julio y Jose María Carbonell, uno de los agitadores de verbo encendido durante esa jornada y miembro del gobierno patriota. Los fusilamientos, ahorcamientos -y en varias ocasiones descuartizamientos- de patriotas se dan en distintas ciudades y poblaciones del país.

Uno de los sitios para los fusilamientos en la capital fue la llamada "Huerta de Jaime", hoy la Plaza de los Mártires. Allí derramaron su sangre varios de los principales líderes del movimiento en todo el país, tales como don Camilo Torres, fusilado en la cara y expuesto por varios días a la intemperie.

Uno de los fusilamientos que más conmoción causó fue el del científico Francisco José de Caldas, conocido como el "Sabio" Caldas, el 29 de agosto de 1816. Una tradición sostiene que ante las peticiones de clemencia, Pablo Morillo contestó: "España no necesita de sabios".

El gobierno del Virrey Sámano

Conclusión

Una de las características de la Reconquista española de la Nueva Granada fue que se orientó a castigar con fuerza a la oligarquía criolla que lideraba el movimiento independentista, dejando a un lado a los sectores populares, a quienes se consideraba como simples títeres de los primeros. Tal fue la furia del ataque que se llegó a pensar que la causa estaba liquidada, dado que toda la intelectualidad civil había sido liquidada.

Los historiadores arguyen que sin embargo, la furia de la Reconquista hizo que muchos dubitativos e inclusos contrarios a la independencia se unieran a la causa patriota, de modo que el efecto logrado fue precisamente el contrario de los gestores de la campaña: generalizar el deseo de independizarse de España.

Por otra parte, la rápida caída del gobierno establecido tras la Reconquista da a entender que España no contaba con las fuerzas necesarias para restablecer su imperio, al menos por la vía militar. De hecho, la única expedición enviada a América fue la de Pablo Morillo, que no bastó para someter a todo el territorio de la Nueva Granada, pues apenas abandonaba una región, los patriotas se apoderaban de ella.

Referencias

  1. "Bolivar, Simon" Encyclopædia Britannica. 2007. Encyclopædia Britannica Online. 23 de julio de 2007 <http://www.britannica.com/eb/article-8289>

Bibliografía

  • Gómez Hoyos, Rafael. "La revolución granadina de 1810: ideario de una generación y de una época, 1781-1821". Bogotá, 1972 (2 vols.)
  • Guerra, François-Xavier (dir.) Las revoluciones hispánicas: independencias Americanas y liberalismo español. Madrid, Universidad Complutense, 1995.
  • Ibáñez, Pedro María. "Crónicas de Bogotá". Bogotá, Biblioteca Luis Angel Arango, Banco de la República, 2004 (edición digital en internet: http://www.lablaa.org/blaavirtual/historia/crbogota/indice.htm.
  • Liévano Aguirre, Indalecio. "Los grandes conflictos sociales y económicos de nuestra historia". Tomos I-II. Bogotá, Biblioteca Luis Angel Arango, Banco de la República. Eición digital en internet: http://www.lablaa.org/blaavirtual/historia/cseiii/indice.htm
  • Lynch, John. "América Latina, entre Colonia y nación". Barcelona, Crítica, 2001.


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