Diferencia entre revisiones de «Subdesarrollo»

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Pero sí se pidió un aval, el del propio pueblo solicitante. Así los fondos se entregaban a empresas privadas, muchas creadas para tal fin, para que realizaran las inversiones que necesitaban o decían necesitar; pero, en caso de impago, la deuda la asumiría el país. En muchos países, como los iberoamericanos, este proceso creo toda un fenómeno conocida como el de la ''plata dulce''.<ref name="terragno" />
Pero sí se pidió un aval, el del propio pueblo solicitante. Así los fondos se entregaban a empresas privadas, muchas creadas para tal fin, para que realizaran las inversiones que necesitaban o decían necesitar; pero, en caso de impago, la deuda la asumiría el país. En muchos países, como los iberoamericanos, este proceso creo toda un fenómeno conocida como el de la ''plata dulce''.<ref name="terragno" />


Por desgracia para las dos instituciones y especialmente para los pueblos valedores, la corrupción suele ser muy alta en las naciones subdesarrolladas y buena parte de ese dinero fue sacado del país y llevado por distintos caminos a cuentas en extranjeras. Se calcula que [[Argentina]] algo menos del 20% de sus préstamos; pero naciones como [[Brasil]] o [[Chile]] desviaron más del 90%. De esta forma la década de los ochenta del siglo XX se dedicó casi por entero a pagar la deuda y los intereses de esa deuda externa. A esa época se la conoce como la [[Década perdida]], pues en ella poco se avanzó en el desarrollo. En numerosas ocasiones, políticos, intelectuales y ONGs reclaman la condonación de esta deuda por considerarla imposible de pagar, retardadora del desarrollo e incluso inmoral porque resultaba imposible que los prestadores de la misma no supieran todas o parte de las consecuencias que produciría. No pocos artista y humoristas como [[Frank Delgado]] le quitan la "x" en sus obras para indicar el carácter de perpetua. Sin embargo, y remarcando el carácter sumamente controvertido del subdesarrollo, la posibilidad de condonar dicha deuda es rechazada no sólo por las naciones o entidades prestatarias (debe recordarse que la mayor parte de la Deuda la concedieron y conceden entidades privadas) sino por autores comprometidos con el desarrollo, es el caso de [[Donato Ngdongo]] quien afirma que para la deuda externa existe otra solución más rápida y sencilla, la cual consistiría en que la pagaran los líderes de esos países, se refiere a países africanos, de su propio bolsillo; porque, continua el autor, podrían hacerlo en un solo día y aún les sobraría dinero.<ref name="historia102" />
Por desgracia para las dos instituciones y especialmente para los pueblos valedores, la corrupción suele ser muy alta en las naciones subdesarrolladas y buena parte de ese dinero fue sacado del país y llevado por distintos caminos a cuentas en extranjeras. Se calcula que [[Brasil]] algo menos del 20% de sus préstamos; pero naciones como [[Venezuela]] o Argentina desviaron más del 90%. De esta forma la década de los ochenta del siglo XX se dedicó casi por entero a pagar la deuda y los intereses de esa deuda externa. A esa época se la conoce como la [[Década perdida]], pues en ella poco se avanzó en el desarrollo. En numerosas ocasiones, políticos, intelectuales y ONGs reclaman la condonación de esta deuda por considerarla imposible de pagar, retardadora del desarrollo e incluso inmoral porque resultaba imposible que los prestadores de la misma no supieran todas o parte de las consecuencias que produciría. No pocos artista y humoristas como [[Frank Delgado]] le quitan la "x" en sus obras para indicar el carácter de perpetua. Sin embargo, y remarcando el carácter sumamente controvertido del subdesarrollo, la posibilidad de condonar dicha deuda es rechazada no sólo por las naciones o entidades prestatarias (debe recordarse que la mayor parte de la Deuda la concedieron y conceden entidades privadas) sino por autores comprometidos con el desarrollo, es el caso de [[Donato Ngdongo]] quien afirma que para la deuda externa existe otra solución más rápida y sencilla, la cual consistiría en que la pagaran los líderes de esos países, se refiere a países africanos, de su propio bolsillo; porque, continua el autor, podrían hacerlo en un solo día y aún les sobraría dinero.<ref name="historia102" />


Así mismo las reformas estructurales exigidas por el Fondo Monetario Internacional han sido contestadas y discutidas duramente por distintos autores y organismos. Es el caso de la [[CEPAL]], institución que ha criticado la demanda de abrir el mercado de la nación solicitante para permitir la entrada de productos extranjeros, generalmente más baratos y/o de mejor calidad que los nacionales.
Así mismo las reformas estructurales exigidas por el Fondo Monetario Internacional han sido contestadas y discutidas duramente por distintos autores y organismos. Es el caso de la [[CEPAL]], institución que ha criticado la demanda de abrir el mercado de la nación solicitante para permitir la entrada de productos extranjeros, generalmente más baratos y/o de mejor calidad que los nacionales.

Revisión del 03:46 28 oct 2009

Una imagen como esta, con gente descalza y transportes atestados y peligrosos para el viajero, se asocia rápidamente con un país subdesarrollado. Fotografía de Mara (Venezuela).

El término subdesarrollo es controvertido. La Real Academia de la Lengua lo define como el atraso de una región, que no habría alcanzado «ciertos» niveles (socioeconómicos, culturales). Respecto al primer término, el consenso entre expertos y no expertos suele ser unánime, las discrepancias surgen cuando tratan de definirse los «determinados» niveles.

Una segunda aproximación podría ser: una de las etapas por las que atraviesan los países y las sociedades en su progreso, especialmente progreso en Estado del Bienestar y capacidad económica. Sin embargo esta idea de ser una “etapa” dentro de un proceso más largo cuenta con muchos detractores, quienes opinan que el subdesarrollo puede llegar a no superarse nunca por múltiples factores.

El subdesarrollo también está muy relacionado con la pobreza, llegándose a incluir como países subdesarrollados a aquellos donde un tanto por ciento determinado de su población vive bajo el nivel de la pobreza. Esta definición choca con el problema de medición por un lado (¿Cómo se calcula la riqueza de un pueblo? ¿A partir de dónde una persona está bajo el nivel de la pobreza?) y por el otro la duda de si el subdesarrollo es sólo una cuestión económica, razón por la cual los índices de desarrollo han ido cambiándose y ampliándose con el tiempo, como se verá más adelante.

La palabra subdesarrollo suele emplearse con mucha frecuencia a los países del Tercer Mundo, hasta el punto de convertirse casi en un sinónimo (los países subdesarrollados son los países del Tercer Mundo, y viceversa). Una de las pocas diferencias entre los dos es que el primero no suelen emplearlo las personas que teóricamente pertenece a él por ser, cada vez más, un término peyorativo; mientras que el segundo es más aceptado, pese a contar con múltiples detractores.

Generalmente la expresión hace referencia a países aunque también puede utilizarse para designar a determinadas zonas o regiones e, incluso, a formas de pensar o subsistir (“mentalidad subdesarrollada” por aquella que espera resolver sus problemas con ayuda exterior).

Lo que sí está logrando cierto consenso en los últimos años es en afirmar que el desarrollo no va unido ni desunido a la felicidad.[1]​ Es decir, lograr mejor alimentación, viviendas sólidas, alfabetización, empleo digno... no tiene porque hacer a la gente más infeliz o menos.

Historia del término

La palabra «subdesarrollo» no es relativamente nueva. Nació tras la revoluciones industriales, especialmente la Segunda revolución, cuando se constataba que no todas las naciones lograban dotarse de un sector secundario amplio y fuerte y seguían dependiendo de la agricultura, pesca y ganadería, principalmente. De esta forma comenzó a acuñarse el termino «nación industrializada» frente a «nación no industrializada» a finales del siglo XIX y principios del XX.

Puesto que toda la revolución industrial no puede llevarse a cabo sin una revolución demográfica (que permita grandes poblaciones urbanas), una revolución agraria (para alimentar a esas poblaciones) y una revolución económica (para realizar las ingentes inversiones que necesita toda empresa industrial), la industrialización acarrea un desarrollo de toda la sociedad; esta constatación relegó el término «nación industrializada» o «nación no industrializada» por los de «nación desarrollada» o «nación subdesarrollada» respectivamente, aunque ya hemos dicho que también puede aplicarse a regiones de un mismo país o incluso mentalidades.

¿Qué es el subdesarrollo?

Paradójicamente ésta es una pregunta que no tiene una respuesta clara, pues tampoco se sabe con claridad la respuesta a “¿Qué es el desarrollo?”.

Una primera aproximación era considerar países subdesarrollados a los del Tercer Mundo. Esta definición no deja de ser discutida pues estaría el caso de Albania (país dentro de la esfera socialista y por lo tanto perteneciente al Segundo mundo) que claramente era una nación subdesarrollada.

Casi al mismo tiempo que la anterior clasificación nació la basada en el Producto Nacional Bruto o PNB, otros autores prefieren utilizar como indicador el Producto Interior Bruto o PIB. La ventaja de este índice es su casi objetividad, al ser un dato medible con relativa facilidad, fácilmente comparable entre países y que junto al censo de la población (otro dato empírico relativamente sencillo de obtener) se puede obtener la renta per cápita. Con las cifras de renta ya elaboradas sólo restaba colocar el listón bajo del cual se puede considerar a un país como subdesarrollado (el lector puede apreciar que el índice trataba más de justificar una lista ya elaborada por la intuición u otros medios que aportar información nueva). Así, a mediados de los años noventa se consideraba el umbral en unos 12.000 dólares de la época, por persona y año. Como en el caso anterior, ocurría que muchos estados (como los petroleros) disponían de esta renta per cápita; pero la distribución tan desigual de la riqueza hacía que, salvo las élites de esas naciones, la población viviera en unos niveles de desarrollo inferiores, incluso, a los de países teóricamente más pobres.[1]

Otra clasificación es la empleada por la OCDE que analiza el nivel de renta junto con la longevidad y la alfabetización. Nuevamente salen casos como el de Azerbaiyán que cuenta con la mayor población de ancianos centenarios y su apariencia no es ni mucho menos la de un país desarrollado; o los países del golfo Pérsico que pueden alcanzar estos índices; pero sus habitantes se ven obligados a trabajar en condiciones muy duras (incluso con temperaturas “oficiosas” por encima de 50 grados) para poder subsistir.

Por su parte la ONU, con su Índice de Desarrollo Humano, elaboró su catalogación basándose en más criterios, como la existencia de elecciones libres, la calidad de vida y otros, con el fin de obtener una lista más basada en criterios sociales y cotidianos frente a los más económico de la renta per cápita.

Más indicadores de desarrollo que se manejan son el número de líneas telefónicas (ahora más en desuso por la irrupción de la telefonía móvil) o los kWh por persona y año.

Mapa político según el Índice de Desarrollo Humano.

Los distintos indicadores anteriores arrojan diversas listas de países. Pese a que no suelen coincidir en todos los miembros, estas listas marcan ciertas líneas que podríamos ubicar unos cientos de kilómetros más al norte del trópico de Cáncer y unos cientos de kilómetros al sur del trópico de Capricornio. Los países que quedan en el interior de la zona acotada por estas líneas imaginarias serían países subdesarrollados. Sin embargo, como se ha indicado anteriormente, la lista de excepciones es muy larga y muy discutida porque también se incluye como país subdesarrollado a Albania y a lo largo de los ochenta también a naciones que han sufrido procesos de «subdesarrollismo» como México o Argentina. Al mismo tiempo la OCDE incluyó a naciones de las llamados “ emergentes” como Corea del Sur, Singapur y la provincia o país chino de Taiwán, lo que las colocaría entre los países desarrollados.

Principales características de los países subdesarrollados

  • Elevado índice de desempleo.
  • Elevado índice de corrupción.
  • Desigualdades económicas abismales entre sus habitantes.
  • Sus gobiernos aportan poco o nulo presupuesto a la ciencia y tecnología.
  • Baja renta per cápita.
  • Agotamiento de los suelos por la práctica del monocultivo.
  • La mayoría de estos países tiene una elevada deuda externa.
  • Su desarrollo tecnológico depende de otros países.
  • Política anti-natalista a causa de que el crecimiento vegetativo es alto.
  • Dependencia cultural, tecnológica, económica, comercial, antiguos metrópolis.
  • Causas endógenas.
  • Causas exógenas.
  • Alta tasa de mortalidad infantil.
  • Gran crecimiento urbano.
  • Dictadores que monopolizan el poder.

Causas del subdesarrollo

La falsa teoría de la raza

En un principio se pensaba que el desarrollo humano estaba basado en cuestiones de raza; por existir, decían los defensores de esta hipótesis, unas superiores a otras, o mejor dicho, por pensar que la "raza blanca" era superior a todas las demás. Esta teoría se basaba en la Historia, o cierta parte de la Historia fuertemente influída por el darwinismo social, que confirmaba la superioridad económica, bélica e industrial de parte de los países europeos y algunas de sus antiguas colonias como Estados Unidos o Canadá sobre los demás. A esto se unía que las naciones europeas habían colonizado y estaban colonizando casi la totalidad de África, parte de Asia y lo habían hecho en el pasado con Oceanía y América.

Aunque es cierto que la evolución humana, como cualquier otra evolución, tiende a adaptar a ciertos individuos para ciertas situaciones (casos como una visible ventaja que posee la raza negra sobre todas las demás en ciertas disciplinas físicas) todos los intentos para demostrar una menor inteligencia o laboriosidad de una raza sobre otra han fracasado. La constatación del error en esta teoría aparecieron ya con la Guerra ruso-japonesa en el siglo XIX, donde un ejército no blanco derrotaba a otro blanco para asombro de las demás naciones; las cuales consideraban al gigante ruso como claro ganador ante una nación mucho menos poblada y oriental.[2]​ Otro ejemplo podría ser Bahamas, un país poblado básicamente de raza oscura que poseía en el 2000 unos ingresos per capita de 15.290 $ frente a los 3.767 $ promedio de Latinoamérica y Caribe.[3]

Posteriormente los procesos descolonizadores han demostrado la falsedad de esta teoría. Así mismo, la cultura occidental puede haberse impuesto, en América y la mayor parte de Oceanía (Australia y Nueva Zelanda); pero no ha sido así en Asia[4]​ y en África donde sus dirigentes no son descendientes de europeos y en muchos casos, como la India, no siguen los patrones europeos.[5]

El clima

La excesiva sequedad, ya sea por frío o por calor, no favorecen el desarrollo.

Muchos autores, como es el caso del africano Alí A Mazrui, han postulado la importancia del clima, unido a la riqueza de recursos, como primera causa del subdesarrollo. Así, la abundancia de alimentos de que disfrutan las zonas tropicales y ecuatoriales del Tierra, lo innecesario del abrigo o el refugio frente al frío y la facilidad de construir nuevas chozas hacen poco necesario el ingenio que permita progresar en un ambiente donde realmente no es necesario. Este autor afirmaba, en la serie Los africanos,[6]​ que de niño iba siempre descalzo y nunca necesitó investigar ni fabricar algo parecido al calzado, como sí lo necesitan fabricar los habitantes de climas templados.

Según el autor keniata, la opulencia de recursos alimenticios que ofrece lugares como el África tropical genera otra debilidad a las sociedades que viven en ellos: la falta de planificación. Al contrario que en otras latitudes donde aparecen épocas de escasez, en zonas tropicales no es necesaria la organización social y el reparto de tareas, razón por la cual, continúa Mazrui, la mayor parte de las poblaciones africanas no se organizaron en estados y naciones hasta la llegada del colonialismo.[6]

Pese a la constatación arqueológica de que sociedades tropicales como los mayas parecen haber alcanzado cierto grado de desarrollo, al menos en arquitectura, es opinión casi unánime que un clima estable y generoso en recursos es un freno al avance material de una cultura.

También se reconoce que los extremos tampoco permiten el desarrollo, caso de las zonas desérticas o las árticas.

El colonialismo

Ligado a las consecuencias del clima, la diferencia, especialmente tecnológica, entre unas regiones y otras se fue acentuando con el tiempo. A esto contribuyó el aislamiento que provocaron los océanos, los grandes desiertos y las enfermedades que impedían un contacto real entre distintas civilizaciones. Cuando estos problemas pudieron ser superados las naciones tecnológicamente más avanzadas consiguieron imponerse con cierta facilidad a las demás y utilizarlas para su propio beneficio.

Esta situación llevó en muchos casos, por no decir en todos, al desprecio de los pueblos colonizados, la creación de fronteras y separaciones arbitrarias, la potenciación de unas tribus o etnias sobre otras y el escaso o nulo esfuerzo por educar y formarlos en materias económicas y técnicas. Estos motivos acarrearon una dependencia de las metrópolis y antiguas metrópolis, especialmente en lo que se refiere a maquinaria, tecnología y personal que la maneja. También dejaron fuertes desigualdades en la distribución de la tierra y otras riquezas en poder de muy pocas familias.

En contra de esta postura, existen voces afirmando que la colonización en sí no es tanto la causa, pues también trajo la fundación de universidades y otros centros formativos, la instalación de infraestructuras como autopistas, hospitales, puertos y ferrocarriles, la creación de fábricas, etc. Como ejemplo se suelen poner a Sudáfrica[7]​ y Argelia. Estas voces aumentaban en fuerza y en número a principios del siglo XXI cuando los movimientos de izquierda y revolucionarios pierden parte de su legitimidad con la caída del comunismo.[8]​ Así algunos economistas, sociólogos y políticos mantienen que algunas naciones estaban mejor cuando eran colonias que tras su independencia y se habla de estados fallidos, como Haití.

Debe hacerse ver que este revisionismo histórico es calificado por algunos historiadores como Carlos Caranci como puro revanchismo sin fondo de datos que lo sustente y que en su análisis no tiene en cuenta hechos del tipo:[8]

  • El exterminio de más del 90% de los indígenas norteamericanos y aborígenes australianos.
  • La eliminación de casi el 40% de la población de Gabón por los franceses.
  • La muerte del 33% de los libios por los italianos.
  • La eliminación por hambre, trabajo o ejecución del 20% de los congoleños por los belgas.
  • La aculturación llevada a cabo por españoles y portugueses en América.
  • Los millones de muertos en la India.
  • El régimen del apartheid sudafricano.

La religión

Para algunos autores si en lugar de una mezquita hubiera una iglesia, especialmente luterana, el país podría ser más rico. Para otros eso es Hacer ciencia de una simple coincidencia.

Varios autores, entre ellos Erich Fromm y Max Weber, han postulado a la religión, más concretamente las iglesias protestantes, como protagonistas de un progreso muy superior a las demás, debido a su postura favorable al enriquecimiento, muestra de lo que la persona será en la otra vida[9]​ Así los países colonizados por Inglaterra serían naciones desarrolladas y los colonizados por España o Portugal serían países subdesarrollados.

En un prisma más amplio se señala el caso del Líbano y sus comunidades cristiana y musulmana. Las dos muy parejas en términos de riqueza, formación y raigambre cuando se produjo la descolonización francesa; unas décadas después la población cristiana había progresado mucho más que la musulmana[10]

Nuevamente, igual que en las apelaciones a la raza, esta teoría cuenta con muchas objeciones que la acusan de chovinista (la mayoría de sus autores son anglosajones) y de ”hacer ciencia de una simple coincidencia”, de todas las naciones colonizadas por Inglaterra, cuatro pueden considerarse desarrolladas (Estados Unidos, Canadá, Australia y Nueva Zelanda), como han apunta autores de la talla de Rodolfo Terragno.[11]

La actuación de las naciones ricas

Como se ha dicho al principio, en muchos casos parece que el subdesarrollo no se supera y se achaca buena parte de la culpa a las naciones desarrolladas y su comercio injusto con las otras. Se ha puesto como ejemplo la baja de los precios de las materias primas exportadas por naciones tropicales frente a la subida de los productos elaborados por países industrializados.

Otro caso muy repetido lo constituyen los intereses de la deuda externa contraída por muchos países durante la década de los setenta. Intereses que a veces superan a la propia deuda. Incluso el hecho de que décadas después muchos países sigan prestando dinero, aún a sabiendas que lo van a disfrutar personas diferentes a los que después lo deberán pagar (como el endeudamiento argentino con Carlos Menem), refuerza esta hipótesis de connivencia entre gobernantes.

Rodolfo Terragno en su libro El Nuevo Modelo comenta un tercer ejemplo indicador en favor de esta teoría; es la financiación de la agricultura en países como España, Noruega, Francia... que lleva a producir excedentes de alimentos, regalados después como ayuda humanitaria o vendidos en el mercado internacional a muy bajo precio. Ambas actuaciones llevan a la quiebra o a la incapacidad de competir de naciones que podían dominar ese mercado con su producción.[11]

En segundo lugar, pero no por ello menos importante, aparece la actuación de las empresas y de los propios habitantes de las naciones desarrolladas. Un ejemplo que ilustre esto se puede ver en el cultivo del algodón que lleva a muchos países como Uzbequistán a presionar a los niños a cosechar dicha planta para venderlo a empresas multinacionales que pagan el kilo de esta fibra a más de dos euros cuando al trabajador se le abonan unos tres céntimos.[12]​ En esta misma línea se indica que el precio de la prenda de algodón no tiene porque ser garantía de más ética en la adquisición del mismo, de esta manera las marcas más caras, caso de Diésel o Lacoste son las que menos o ninguna garantía ofrecen; bien es verdad que las más baratas, como H&M, eran las que más compromisos éticos reunían.[12]

Las razones y los mecanismos utilizados para llegar a esta causa se recogen en la Teoría de la dependencia.

La corrupción y la tiranía de sus gobernantes

Mapa de la distribución de la riqueza en el mundo.

Éste es un capítulo escasamente tratado por las ONG para el desarrollo; pero supone un lastre muy grande. La corrupción resta mucho dinero a los emprendedores de esas naciones, dinero que podía emplearse en mejorar sus negocios, obtener más beneficios y aportar más puestos de trabajo. No sólo es la corrupción mostrada por sus dirigentes y clase política en general, la justicia y sobre todo la policía son parte de esta característica. En muchos países policías y expolicías forman bandas para extorsionar a empresarios y otros ciudadanos a cambio de seguridad[13]​ o realizan ellos mismos secuestros y asesinatos.[14]

Así mismo, la corrupción extrae un dinero de cuestiones vitales, como las infraestructuras, para quedar en bienes totalmente improductivos, artículos de lujo, o ser enviados a cuentas bancarias en el extranjero. De esta forma las aportaciones de naciones ricas en forma de ayuda o préstamos les son devueltas rápidamente y con intereses.

Otro efecto provocado por la corrupción de los gobernantes es la escasa solidaridad que promueve en el pueblo. Esto lleva a una mayor vulnerabilidad frente a unos poderes, que en muchas ocasiones, no son muy respetuosos con los Derechos Humanos. Además de dificultar las posibilidades de asociación entre los habitantes del país, imprescindible para una tarea colectiva como es el desarrollo.

Por último, suele ser habitual que cale en esas sociedades la idea de que la corrupción generalizada e impune es algo inevitable. Por lo que no resultaría lógico ni práctico luchar contra ella. Llevando a más desidia y más corrupción. Así se pueden llegar a escuchar en discursos públicos frases como “robad, pero poco” en el antiguo Zaire o “el extravío de algunos dineros” destinados a ayuda humanitaria en Argentina. Siguiendo esta misma línea existe la postura de que en muchos países, especialmente de África, donde no existe un poder judicial, o si existe es muy débil y manipulable, donde prácticamente todo lo controlan los gobiernos y donde no existen las libertades de expresión ni publicación; la corrupción no es que sea el mejor camino para vivir; es que es, según los defensores de esta tesis, el único camino.

Pero este abuso de poder no suele quedarse en el robo de impuestos. Generalmente viene acompañado de violaciones de derechos humanos como matanzas, desapariciones, torturas generalizadas e incluso secuestro de familiares como denunciaba Amnistía Internacional de países como el Irak de Saddam Hussein en sus informes anuales.[15]

Los propios pueblos subdesarrollados

Otra de las razones por las que el fenómeno del subdesarrollo parece ser perpetuo reside también en los propios pueblos que los sufren. Aunque son muchos y muy variados si se aprecia en buena parte de ellos ciertas actitudes más o menos comunes, como puede ser la aceptación de las normas imperantes, que no por ello legales, existentes, el aguante hasta niveles extremos y después el recurso a la violencia, en lugar de una protesta continua y moderada.

Comportamientos como el tribalismo en África, el escaso sentimiento de identidad nacional, los deseos de trabajar para pasar el momento presente en lugar de para asegurar un futuro... son factores que llevan a una escasa capacidad de aprovechar los generalmente muy abundantes recursos naturales de que disponen. Pese a que la descolonización y el surgimiento de estados africanos ha generado un sentimiento de pertenencia a una entidad superior a la tribu, como mantiene Donato Ngdongo.[16]

Como ejemplo de la primera actitud, la sumisión a la norma de hecho y no de derecho, puede mencionarse la “desaparición” de opositores. Pese a ser una práctica extendida por países como Argentina, Chile, Uruguay,[17]Perú o Colombia no acarrea una reacción proporcional entre los amigos, vecinos, compañeros de clase o del trabajo, salvo algunas excepciones como las Madres de Plaza de Mayo en Buenos Aires. Esa aceptación tácita por parte de los ciudadanos de los abusos cometidos por sus gobiernos permite que las injusticias sociales se perpetúen, si es necesario por la fuerza, y con ellas la incapacidad de progresar. Así a principios del siglo XXI se comprobaba que, pese al gran crecimiento del producto interior bruto de los países Hispanoamericanos, la situación de los ciudadanos no mejoraba, con algunas excepciones.

Generalmente estos factores suelen tratarse en el último lugar, como en este caso, y por tanto como los menos importantes; pero a principios del siglo XXI ya las posturas que defendían esta otra causa han crecido hasta acompañar a cualquier informe sobre el fenómeno del subdesarrollo que tratara de ser exhaustivo. Eludir esta causa fue una de las críticas realizadas por el diario El Mundo al programa de la BBC sobre África; donde se recogían muchas razones de la situación actual del Continente, pero ninguna sobre las matanzas, genocidios y corrupciones de sus gobiernos.

Esta causa y la anterior, como apoyan publicaciones como el diario antes citado, pueden constituir las razones más importantes de porqué el subdesarrollo existe y porque no se supera. Un ejemplo para ilustrar este punto puede ser el empleo realizado por determinadas naciones con sus recursos naturales. Noruega ha obtenido beneficios de sus explotaciones petrolíferas y ha creado un fondo para destinar parte delos superhabit obtenido. Sin embargo, Senegal, con unas capacidades parecidas aunque no iguales, cuenta con una deuda externa considerable y ha vivido una guerra en la región de la Casamance entre otras causas por la distribución de dichos recursos. Así mismo en Bolivia existe el dicho de que es un burro cargado de plata, toda la riqueza que tiene solo le sirve como carga.[18]

Problemas generados por el subdesarrollo

Uno de los problemas inmediatos es la superpoblación del país subdesarrollado y, aparejado a esta varios problemas más:

Emigración

La pobreza y la miseria llevan a muchos habitantes de naciones subdesarrolladas a emigrar por cualquier medio a su alcance, como estos cayucos de Senegal.

Las emigraciones aumentan si hay superpoblación.

No resulta fácil saber si la emigración será un problema o una solución para el país subdesarrollado porque, por una parte, los emigrantes suelen enviar divisas a sus familiares que se han quedado, también los emigrantes regresan por vacaciones con ingresos, ingresos que suelen llegar directamente a la gente sin perderse en corrupción. Así países como Marruecos deben el mayor porcentaje de PNB a los envíos de dinero de sus emigrantes.

Pero por otra, la emigración suele privar al país emisor de sus ciudadanos más emprendedores y decididos, además de la fuga de sus mejores cerebros.

Desde un punto de vista global han existido varios casos de migraciones masivas o fenómenos parecidos: en la Edad Antigua existen casos documentados como fueron las grandes migraciones hacia el Imperio Romano de poblaciones europeos y asiáticos, la de los Pueblos del Mar hacia Grecia, Asia Menor y Egipto. En la Edad Media se conoce el caso de las Cruzadas con destino a Próximo Oriente. En la Edad Moderna la colonización de América y en la Edad Contemporánea las grandes poblaciones de Sudáfrica, Argentina o Australia. Sin embargo, a finales del siglo XX la mayoría de los países destino de los nuevos emigrantes están realizando una férrea oposición a estos movimientos, lo cual hace mucho más difícil que en épocas pasadas el movimiento de grandes masas humanas (pese al desarrollo en los medios de transporte). Estos países temen los problemas que trae la emigración incontrolada como desarraigo, hacinamiento, prostitución, narcotráfico o inseguridad ciudadana; especialmente ante la percepción que en muchos de ellos existe de no poder ocupar, alimentar y atender a toda esa marea humana.

Esta oposición de los países candidatos a recibir emigrantes convierte a este fenómeno, que como se ha dicho no tiene porqué ser negativo, en un problema.

Guerras civiles y movimientos guerrilleros

En muchos países las grandes desigualdades sociales, sumado a la falta de trabajo y al despilfarro público, cuando no también a las violaciones de Derechos Humanos, crea un profundo resentimiento en la población que puede desembocar en guerras civiles o el alzamiento de movimientos guerrilleros, siendo ésta, la opresión de una minoría rica contra la mayoría explotada una de las causas de conflictos.[19]

De esta manera, uno de los problemas de muchos países que logran firmar la paz entre el gobierno y la guerrilla es dar una ocupación a los ex guerrilleros, un caso claro lo constituye Sierra Leona.

Pero investigadores que se han aproximado a las guerras desde las matemáticas y la estadísticas, como Lewis Fry Richardson, indicaron que las guerras son intrínsecamente impredecibles y que las crisis económicas y el hambre no tienen por qué provocar conflictos armados, según su estadísticas hasta 1950.[20]

Inestabilidad política y social

Son sacudidas sociales que, si bien no llegan a desembocar en movimientos armados, producen colapsos en la administración, vandalismo, saqueos y un aumento de la inseguridad ciudadana. El general español Alberto Piris recopila alzamientos contra medidas de austeridad en varias regiones. De esta forma se obtienen la siguiente lista para los años 1990:[19]

Debido a ellas los gobiernos suelen reaccionar con contundencia aumentando la sensación de peligro y angustia entre las personas del país.

Muchas naciones como China, han vinculado siempre su escaso respeto por los Derechos Humanos a la situación de carestía que sufren y las necesarias medidas de contención que, a su juicio, se ven obligados a tomar para conseguir estabilidad social.

No obstante varias organizaciones pro derechos humanos como Amnistía Internacional han criticado duramente estas afirmaciones calificándolas de excusas para perpetuar regímenes represores; además de vincular derechos fundamentales y deberes inconexos entre sí (como disolver una manifestación con carros de combate y después alegar no disponer de una sistema sanitario de amplia cobertura o jubilaciones suficientemente cuantiosas).

Sobre explotación de los recursos

Las necesidades de los pueblos subdesarrollados de alimentos, medicinas o simplemente una vida mejor puede llevarlos a esquilmar sus recursos naturales en forma de caza furtiva, minería incontrolada, deforestación y la erosión de los suelos. Casos claros de estos comportamientos pueden apreciarse en Camboya y Madagascar.

Una sobreexplotación por motivos de superviviencia lo sufrió la población de hipopótamos en el antiguo Zaire, la cual fue prácticamente diezmada por la caza furtiva, para poder comer, durante la Segunda Guerra del Congo.

Deforestaciones a gran escala se han producido en naciones como Haití o Cuba para satisfacer las necesidades básicas de la población.

Pandemias

La falta de medicamentos, de higiene, de una correcta alimentación y de infraestructuras forman uno de los mejores caldos de cultivo para epidemias de todo tipo.

A epidemias cotidianas como la malaria, el dengue o la aparentemente inofensiva diarrea se ha sumado, a finales del siglo XX, el SIDA. Éstas atacan con mucha más virulencia a las naciones menos desarrolladas; caso extremo es el de África donde muchos pueblos sólo cuentan con abuelos y nietos porque la generación intermedia ha muerto casi toda por el SIDA. Pero no debe tenerse a esta última enfermedad como la más grave, pese a serlo y mucho, la ya citada diarrea provoca numerosos casos de muerte por deshidratación en lugares como África donde el agua potable es muy escasa.

Hambrunas

Pese a lo muy espectacular que resultan las imágenes de una hambruna (cuerpos famélicos, niños con grandes estómagos llenos de aire, adultos tumbados y cubiertos de moscas sin fuerza para espantarlas...), éstas no suelen ser tan numerosas como su repercusión en los medios de comunicación nos haría pensar, salvo en determinadas zonas como el Cuerno de África, Níger y en general en áreas azotadas por la desertización. Más bien son el fruto de acciones intencionadas de los seres humanos.

Pese a que en un futuro puede cambiar, las grandes carestías de alimento no son consecuencia de la falta de comida, salvo cuando se producen sequías o grandes plagas. En muchas ocasiones el hambre es fruto de causas políticas como la acción de guerrillas que utilizan el alimento como arma para socavar apoyos al gobierno, o viceversa. En el Genocidio de Biafra miles de personas murieron de hambre al cortar el gobierno de Nigeria el suministro de ayuda humanitaria a la población de las zonas separatistas.[26]​ Algo parecido sucedía en Etiopía, la cual destinaba grandes recursos a luchar contra los independentistas de Eritrea y posteriormente contra el ejército invasor de Somalia, mientras la población se moría de hambre (El problema llegó ser conocido por todo el planeta entre otras cosas por el multitudinario concierto For Africa, en el que participaron numerosos artistas estadounidenses).

Efectos positivos

Como tantas otras facetas humanas el subdesarrollo también muestra rasgos positivos, entre ellos se pueden citar.

Miníma contaminación atmosférica

En los países subdesarrollados gran parte del transporte se realiza con tracción animal o incluso humana; lo que lo hace más lento, pero más eficiente.

El empleo de biocombustibles como la leña o la biomasa permiten a las naciones subdesarolladas presentar los niveles de anhídrido carbónico emitido más bajos del Planeta. Además la utilización de la energía, en el ámbito doméstico o cotidiano, es de las más eficientes del mundo. En varios países africanos sus habitantes han desarrollado hornos que asan o cuecen los alimentos con la energía del Sol o emplean botellas pintadas de negro para desinfectar el agua.

También el transporte de personas, agua, pequeñas mercancías... se realiza a pie, incluso por niños recorriendo varios kilómetros cada día.

Sin embargo este aprovechamiento de la energía se invierte por norma general cuando se trata de sus electrodomésticos, transportes colectivos o pequeñas industrias; los cuales, por escasez de inversiones, suelen contar con equipos obsoletos. Ésta, la de CO2 emitido por dólar producido, fue una de las alegaciones presentadas por Estados Unidos para no unirse al Protocolo de Kioto, manteniendo que las naciones más ineficaces en producción deberían ser las que pagaran, en lugar de pagar las más contaminantes.

Máxima reutilización de los recursos

Automóvil viejo reutilizado, en países desarrollados seria conservado y expuesto en museos o abandonado como basura.

La escasez de productos manufacturados los hace muy valiosos y no suelen tirarse o abandonarse si no son del todo inservibles. Existen muchos ejemplos sobre la pericia de estos pueblos para sacar partido a una camiseta vieja, una botella de plástico o una simple chapa de coche.

Suelen sorprender anécdotas como las vividas por participantes de Rallies africanos, quizá el más conocido sea el Paris-Dakar, donde al abandonar un coche o camión o moto en el desierto pronto aparecen lugareños que se van llevando las ruedas, las puertas, los asientos... hasta, literalmente, no dejar prácticamente nada del vehículo. Vehículo que, de otro modo, sería basura contaminante o chatarra para refundir, con el consiguiente gasto energético. Con estas partes posteriormente se construyen casas, utensilios, se reparan otros vehículos, etc.

Acciones contra el subdesarrollo

Pese a que el desarrollo no está relacionado con la felicidad de la gentes, el subdesarrollo si suele ser un estadio del que se desea salir con alguna excepción aislada. Para lograr este objetivo a lo largo del siglo XX se han llevado a cabo varias políticas e iniciativas con distinta fortuna.

El Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional

Tanto el Banco Mundial como el Fondo Monetario Internacional tuvieron su primer antecedente en el Plan Marshall de ayuda a la Europa Occidental. Las dos fueron creadas para, entre otros fines, estudiar y conceder créditos y préstamos a las naciones para poder acometer grandes inversiones en infraestructura, educación o sanidad principalmente y ayudar así a progresar al país, casos estos más relacionados con el Banco Mundial, o para conceder fondos con los que hacer frente a situaciones en las que los gobiernos no cuentan con liquidez para los distintos pagos que deben realizar, función esta del Fondo Monetario Internacional. Sin embargo para realizar la concesión de préstamos o créditos ambos organismos exigen una serie de garantías y a veces reformas estructurales, especialmente el Fondo Monetario Internacional

Tras la posguerra se logró la reconstrucción de las naciones europeas y Japón (lo que se conoce como el Milagro Alemán y Milagro Japonés). Además todas las naciones participantes consiguieron una convivencia pacífica dentro de la Guerra Fría. Estos dos éxitos hicieron pensar que la política de reconstrucción por medio de préstamos y créditos podía ser exportadas a todas las naciones.

En segundo lugar, durante los años cincuenta y sesenta se vivió un proceso de pujanza económica más o menos permanente. Estas décadas de bonanza parecían indicar que se había encontrado la fórmula del capitalismo en continuo crecimiento.

Entrada a la sede del Banco Mundial. Esta institución facilita créditos para el desarrollo y el avance económico, pero su poder y requerimientos han sido duramente criticados.

En este contexto las dos instituciones y la banca privada comenzaron a prestar grandes cantidades de dinero con muy pocas garantías de devolución, que no se consideraban necesarias. De esta forma olvidaban, según Marc Raffinot, los problemas de devolución vividos en los años treinta.[27]

Pero sí se pidió un aval, el del propio pueblo solicitante. Así los fondos se entregaban a empresas privadas, muchas creadas para tal fin, para que realizaran las inversiones que necesitaban o decían necesitar; pero, en caso de impago, la deuda la asumiría el país. En muchos países, como los iberoamericanos, este proceso creo toda un fenómeno conocida como el de la plata dulce.[11]

Por desgracia para las dos instituciones y especialmente para los pueblos valedores, la corrupción suele ser muy alta en las naciones subdesarrolladas y buena parte de ese dinero fue sacado del país y llevado por distintos caminos a cuentas en extranjeras. Se calcula que Brasil algo menos del 20% de sus préstamos; pero naciones como Venezuela o Argentina desviaron más del 90%. De esta forma la década de los ochenta del siglo XX se dedicó casi por entero a pagar la deuda y los intereses de esa deuda externa. A esa época se la conoce como la Década perdida, pues en ella poco se avanzó en el desarrollo. En numerosas ocasiones, políticos, intelectuales y ONGs reclaman la condonación de esta deuda por considerarla imposible de pagar, retardadora del desarrollo e incluso inmoral porque resultaba imposible que los prestadores de la misma no supieran todas o parte de las consecuencias que produciría. No pocos artista y humoristas como Frank Delgado le quitan la "x" en sus obras para indicar el carácter de perpetua. Sin embargo, y remarcando el carácter sumamente controvertido del subdesarrollo, la posibilidad de condonar dicha deuda es rechazada no sólo por las naciones o entidades prestatarias (debe recordarse que la mayor parte de la Deuda la concedieron y conceden entidades privadas) sino por autores comprometidos con el desarrollo, es el caso de Donato Ngdongo quien afirma que para la deuda externa existe otra solución más rápida y sencilla, la cual consistiría en que la pagaran los líderes de esos países, se refiere a países africanos, de su propio bolsillo; porque, continua el autor, podrían hacerlo en un solo día y aún les sobraría dinero.[16]

Así mismo las reformas estructurales exigidas por el Fondo Monetario Internacional han sido contestadas y discutidas duramente por distintos autores y organismos. Es el caso de la CEPAL, institución que ha criticado la demanda de abrir el mercado de la nación solicitante para permitir la entrada de productos extranjeros, generalmente más baratos y/o de mejor calidad que los nacionales.

Pero las críticas a estas dos instituciones traspasan lo meramente económico. Desde muchos ámbitos distintos, sociales, culturales e incluso de seguridad y militares, se ha criticado el poder que estas instituciones llegan a reunir y las condiciones pedidas o simplemente insinuadas; condiciones que llegan incluso a cuestiones de seguridad interna y soberanía nacional con consecuencias a veces dramáticas. Un ejemplo lo da Greg Campbell; durante la Guerra civil de Sierra Leona la presión de estos dos organismos privó al gobierno de Freetown de una fuerza mercenaria contratada a Executive Outcomes para defenderlo. A cambio de esa privación los dos organismos no ofrecieron alternativas para proteger a la población más que promesas de enviar una fuerza panafricana. La amenaza de no concederle créditos surtió efecto y Executive Outcomes se retiró dejando indefenso al gobierno a la población civil que fue víctima de la Operación Nada con Vida. En esa operación, continua relatando el autor, miles de personas fueron asesinados o sufrieron violaciones y mutilaciones en manos, pies y labios por los soldados del FRU.[28][29]

La lucha contra la pobreza

El catedrático de Bangladesh Muhammad Yunus inventó el concepto de los microcréditos y de la garantía social en 1976.

Según Yunus la actitud de los bancos, siempre solicitando avales, no podía constituir una solución para la pobreza ni constituyen una alternativa al alcance de los emprendedores con menos recursos. Siguiendo su experiencia comenzó a pedir como aval que el proyecto que solicitara créditos estuviera integrado en el pueblo o ciudad donde se solicitara.

La concesión de un microcrédito se consigue si el emprendedor demuestra que su comunidad, pueblo o ciudad, le acepta y acudirán a él para satisfacer sus demandas, más aún si hay otros solicitantes a la espera de microcréditos que se esforzarán porque el proyecto salga bien para obtener ellos también dineros.

Un microcrédito puede obtenerse desde unos 25 dólares estadounidenses y el índice de morosidad o de impagados ha demostrado ser inferior a la media de las entidades de crédito.

La idea ha sido un éxito completo y el fondo ha más que quintuplicado sus fondos y sus beneficios. Sin embargo, la idea también cuenta con detractores. Según el diario español El Mundo algunos estudios afirman que los microcréditos pueden ayuda a los menos pobres o a personas que pasan apuros sin ser pobres. En contra proponen, para poder ayudar a las personas más necesitadas de la tierra, regalar cabras u otro tipo de ganado en lugar de cargarlas con créditos.

Por su parte el indú Jockin Arputham propone la opción de que los ayuntamientos concedan la tierra a las personas o familias que tienen instaladas en ella sus infraviviendas. De esta forma se consigue cierta seguridad frente a posibles derribos o desalojos, lo que a su vez permite instalar negocios, recibir servicios públicos como la luz y el agua corriente e incluso solicitar prestamos y créditos avalados por su propiedad.[30]​ A este respecto distintos ayuntamientos esgrimen la dificultad de localizar al auténtico inquilino de las infraviviendas, debido a varias causas como cambios constantes de manos o recelo ante los poderes públicos.

La seguridad

Cascos azules de la ONU patrullando la frontera entre Etiopía y Eritrea.

Existen pocas discrepancias, o ninguna, respecto a la importancia capital que la seguridad física de las personas y los bienes para el desarrollo económico y social. Así lo explicaba la secretaria de estado de Estados Unidos refiriéndose a los acuerdos de paz en Sierra Leona a finales de los años 90; acuerdos en los que amnistiaba a FRU de cualquier atrocidad que podían haber cometido durante la guerra civil de aquel país. Esta clemencia tan injusta, a ojos del mismo secretario general de aquel organismo Kofi Annan, la defendió la estadista estadounidense por la necesidad de contar con un entorno seguro para permitir el desarrollo del país, destrozado por la confrontación.[28]

Algunas de las más famosas o las más famosas actuaciones en este sentido las ha realizado la ONU bajo sus Fuerzas de Mantenimiento de la Paz conocidos por cascos azules; pero otras organizaciones supranacionales como la OTAN también han destacado soldados en distintas partes del mundo.

Estas misiones están integradas por soldados y civiles para lograr objetivos muy variados. Entre ellos:

  1. Lograr mantener el alto el fuego.
  2. Preparar elecciones.
  3. Controlar el espacio aéreo.
  4. Proteger la distribución de ayuda humanitaria.

La primera misión se llevó a cabo en Palestina, su cometido consistía únicamente en observar e informar a la ONU. Por su parte, la primera donde se enviaron fuerzas armadas de interposición se realizó tras la Guerra de Suez en 1956. Posteriormente se desplegaron otras entre la que destaca la del Congo con varios objetivos (evitar la independencia de Katanga, distribuir ayuda, consolidar el alto el fuego entre otras). Esta operación dejó a la ONU exhausta y casi sin recursos; pero otorgó experiencia para las misiones de finales de los ochenta y los noventa.

Debido en parte a la Guerra Fría, las misiones de paz sufrieron un paro entre 1978 y 1988, pero desde entonces han proliferado tanto en cantidad como en importancia logística y humana, llegando a suponer una crisis de éxito.[31]

Estas misiones no tienen un reglamento preestablecido ni un mandato único para todas. Sus normas de actuación han ido desarrollándose y creándose con el tiempo. Básicamente estas son algunas de las características que suelen reunir este tipo de iniciativas:

  • Situación de cierta estabilidad (cese el fuego, tregua, etc) establecido por las partes en conflicto como condición previa.
  • Ser misiones neutrales y no tomar partido por ninguna de los bandos implicados.
  • Ser pagadas por los países que aportan los contingentes.

Pero, por su propia naturaleza improvisada, estas normas pueden cambiarse y de hecho en varios conflictos se han cambiado. Incluso los dirigentes de la ONU han solicitado dichos cambios a la vista de las circunstancias. De esta forma su secretario Kofi Annan solicitó que los cascos azules enviados a la ya citada Sierra Leona no fueran como un fuerza neutral, sino como aliados del gobierno de Freetown para detener las matanzas realizadas por el FRU.[28]

En un intento por darlas más autonomía, flexibilidad y capacidad de maniobra se ha propuesto crear un nucleo permanente de varios miles de hombres dotado de medios terrestres y aéreo para realizar el primer despliegue. Una vez en el lugar realizarían las misiones de mantenimiento de la paz o misiones preparatorias para una fuerza posterior de mayor tamaño.

Pero hasta estas misiones sufren de críticas. Entre ellas podemos citar:

  • Inacción por indefinición de objetivos, caso de Bosnia Herzcegovina[32]
  • Denuncias de parcialidad, cuando no de participación directa. Es el caso de los bombardeos realizados por los Saab J-29 suecos de la ONU en otoño de 1961 en la región de Katanga en el Congo. Dichos bombardeos se llevaron a cabo contra los intereses de la Unión Minera del Alto Katanga, enemiga de la sueca Grangesberg Oxelosund Traffic cuyo presidente era hermano del entonces secretario general de la ONU, Dag Hammarskjoelb. Así mismo el comandante de los cascos azules durante algún tiempo fue el mismo que representó a la empresa sueca en el Líbano y seguía estando a sueldo de la minera escandinava.[33]
  • Denuncias de violación de Derechos Humanos y abuso de poder. Como realizó Amnistía Internacional contra miembros de las fuerzas armadas de Pakistán, Estados Unidos, Italia y Canadá en el conflicto de Somalia.

En el mismo apartado aparece también la seguridad interior frente a robos, chantajes, actos vandálicos, etc.

En muchos países las zonas más podres llegan a albergar grupos equipados con armas de una capacidad pareja a las utilizadas por las fuerzas de seguridad.[34]​ Para este fin resulta esencial la labor de las fuerzas de seguridad, no tanto militares, que impongan la ley y garanticen un entorno apropiado para el progreso económico y social.

Sin embargo, como ha advirtió Amnistía Internacional, al menos cuatro requisitos son necesarios para obtener buenos resultados en seguridad interna:

  • Estar bien y puntualmente remuneradas, para frenar la corrupción ante sueldos miserables.
  • Estar bien formadas en los distintos tipos de técnicas policiales como antidisturbios, investigación, derechos humanos, etc. Por esta razón en numerosas ocasiones las misiones de paz de la ONU incluyen no sólo fuerzas militares sino también policiales, las cuales, entre otros objetivos, formen a los nuevos policías.
  • Que la formación sea de grupos enteros y no de personas, para evitar el rechazo y el aislamiento de las personas formadas al volver a sus unidades y querer aplicar los conocimientos adquiridos.
  • Disponer del material adecuado. Como se ha visto en países como Sudáfrica en tiempos del Apartheid,[7]​ si un policía no posee escudo ni defensa y sólo cuenta con su arma de fuego utilizará este arma para disolver una protesta o un tumulto, especialmente si se ve en peligro; mientras que si se cuenta con equipo antidisturbios su presencia la ayudará a imponerse (uniformes negros, rostro cubierto por capuchas...) y podrá utilizar otros métodos antes de recurrir a instrumentos letales, como son las armas de fuego.

La industrialización

Cohete Ariane 5 en la base de Kourou. Las acciones e inversiones de Francia y de la Unión Europea en la Guayana Francesa han llevado a esta región a tener el desarrollo más alto de toda América Latina.

Algunas naciones han abandonado el subdesarrollo imponiendo una industrialización más o menos forzada. Es el caso de Japón, nación que en algunas décadas logró abandonar los usos y costumbres feudales para incorporarse a la Segunda Revolución Industrial. Así se importaron técnicas estadounidenses y británicas, se prohibió llevar las dos espadas samuráis, se acató la imposición estadounidense de abrir el país al comercio, etc. De esta forma a principios y mediados de siglo el archipiélago japonés contaba con una industria capaz de derrotar a Rusia y, más adelante, causar serios apuros a Estados Unidos, pese a no estar su sistema de producción tan avanzado como el estadounidense.[35]

Casos más recientes los constituyen Corea del Sur y las regiones de Hong Kong y la isla de Formosa. Estas regiones constituyen ejemplos de una industrialización orientada hacia la electrónica, la automoción y construcción naval, caso este último de Corea. Todas ellas con unos niveles de vida muy bajos y que lograron abandonar el subdesarrollo gracias a un modelo de industria seguido en parte el modelo japones, potenciando el precio bajo para bienes de consumo.

Pero la industrialización no es fácil de conseguir. Requiere gran capacidad inversiones, mano de obra cualificada, una infraestructura para la formación, una infraestructura para el transporte, energía continua y fiable... Muchas naciones lo han intentado y han fracasado por una u otra causa, caso del Egipto de Nasser o el Gran salto adelante de China.

En otras ocasiones el abandono del subdesarrollo puede deberse a la actuación de la metrópoli. Es no es un caso muy común por dos motivos: generalmente la metrópolis o no destinan recursos suficientes o abandonan las regiones que no les son económicamente interesantes, al menos interesantes para una minoría de cierto peso político. Sin embargo, la actuación de las metrópolis o de los países desarrollados en general también pueden desarrollar una región fomentando un sector económico determinado, no necesariamente el industrial. Quizá uno de los más conocidos, por su impacto mediático, sea el de Guayana Francesa.Esta región de Suramérica abandonó su estátus subdesarrollado, conocida por ser su famoso penal y algunas explotaciones madereras, para conseguir la renta per cápita más alta del subcontinente,[18]​ aún siendo esta inferior a la media europea y recibir fondos de cohesión por ello. El empuje vino dado sobre todo por las abundantes inversiones del gobierno frances y la Unión Europea para construir en ella y operar los distintos centro espaciales ubicados en la base de Kourú.[36]​ Estos ingresos se unen a los aportados por la Legión Extranjera francesa, asentada allí para, por una parte, proteger las instalaciones espaciales y, por otra, realizar los entrenamientos en terreno selvático. Tanto la base como la Legión Extranjera suponen cientos de soldados y técnicos bien pagados además de numerosas obras en infraestructuras para el transporte de personal y carga.

La Guayana Francesa constituye un caso en el cual una región pasa de ser una zona totalmente abandonada, excepto como penal, a unirse a la Tercera Revolución Industrial.

Notas

  1. Eduard Punset: El viaje a la felicidad: las nuevas claves científicas. Barcelona: Imago Mundi, 2005. ISBN 84-233-3777-4.
  2. Juan Carlos Losada: “Rusia a pique”, en «Tushuma: el sol naciente». En La aventura de la Historia (n.º 79). Madrid: Arlanza, mayo de 2005.
  3. Banco Mundial, http://ddp-ext.worldbank.org/ext/ddpreports/ViewSharedReport?&CF=&REPORT_ID=9147&REQUEST_TYPE=VIEWADVANCED&HF=N/CPProfile.asp&WSP=N, última visita 13/02/2009
  4. Arturo Arnalte: «San Francisco Javier en Asia, misión imposible». En La aventura de la Historia (n.º 74). Madrid: Arlanza, diciembre de 2004.
  5. Mercedes Ibaibarriaga: «Desde Bolivia para Madrid», en diario El Mundo, 22 de junio de 2006.
  6. a b Alí A Mazrui: Un jardín del Edén en decadencia. Los africanos: una triple herencia, Londres/Lagos: BBC/Weta Tv, 1986.
  7. a b Alfonso Rojo: La odisea de la tribu blanca: la fascinante historia y las perspectivas futuras de los blancos de Sudáfrica. Barcelona: Planeta, 1993.
  8. a b Carlos A. Caranci: «Una falsa revisión del colonialismo», en Clío (n.º 56). Madrid: Hachette, 2006.
  9. Erich Fromm: El miedo a la libertad. Paidos Ibérica, 2006. ISBN 84-493-1842-4
  10. David S. Landis: La riqueza y la pobreza de las naciones: por qué algunas son tan ricas y otras son tan pobres. Barcelona: Crítica, 2000. ISBN 84-8432-07-09
  11. a b c Rodolfo H. Terragno: El nuevo modelo. Buenos Aires: Fundación Argentina Siglo XXI, 1994.
  12. a b Varios autores: «Ropa de algodón: pocas garantías éticas», en Compra Maestra, n.º 327. Madrid: OCU, 2008.
  13. Agencia Efe, Los paramilitares desplazan a los 'narcos' en 171 favelas de Río, http://www.elpais.com/articulo/internacional/paramilitares/desplazan/narcos/171/favelas/Rio/elpepuint/20080801elpepuint_3/Tes, 2008, última visita 26/8/2008
  14. Luís Pablo BEAUREGARD: «El Gobierno mexicano entona el “mea culpa” por la inseguridad en el país». En El País, 22/08/2008. Consultado el 26/8/2008
  15. Varios autores: Amnistía Interncional: informe anual de 1990. Madrid: EDAI, 1990.
  16. a b Donato Ngdongo, Balance agridulce de cinco décadas, Dossier África, 1957: estalla la independencia, La aventura de la Historia, Arlanza Ediciones, Madrid, nº 102, ISSN1579-427X
  17. Amnistía Internacional, Informe anual 1978-1979, EDAI, Madrid, 1979
  18. a b Sudamerica, Lonely Planet, 1997
  19. a b Alberto PIRIS: «¿Por qué empiezan las guerras?: guerra y paz», en Muy Especial. Madrid: G+J España, enero/febrero de 2001.
  20. Brian HAYES: «Estadísticas de los conflictos bélicos», en Investigación y ciencia (n.º 332), versión española de la revista Scientific American. Barcelona: Prensa científica, mayo de 2004. ISSN 0210136X.
  21. En poder de los zapatistas, El País, http://www.elpais.com/articulo/internacional/CASTELLANOS/_ABSALON/MEXICO/CHIAPAS/MEXICO/poder/zapatistas/elpepiint/19940201elpepiint_14/Tes, última visita 20/4/2009
  22. Toma de Chiapas pelo zapatista 1994, http://www.youtube.com/watch?v=U6LeaSFvdEk, última visita 20/4/2009
  23. Zapatistas: Crónica de una rebelión 1, http://www.youtube.com/watch?v=FoQ61rMri2k&feature=related, última visita 20/4/2009
  24. Mexico Chiapas Zapatista Rebellion, http://www.onwar.com/aced/nation/may/mexico/fmexico1994.htm, última visita 20/4/2009
  25. MEXIQUE Le président Salinas remanie son cabinet pour faciliter le dialogue avec les rebelles du Chiapas, http://www.lemonde.fr/cgi-bin/ACHATS/acheter.cgi?offre=ARCHIVES&type_item=ART_ARCH_30J&objet_id=309286, última visita 20/4/2009
  26. Varios autores: Crónica del siglo XX. Barcelona: Plaza & Janés, 1986. ISBN 84-01-60298-X
  27. Marc REFFINOT: «De la crisis de la deuda a la financiación del desarrollo: cooperación para el desarrollo en la posguerra fría», en Tiempo de Paz (n.º 31). Madrid: Editorial Popular, invierno de 1994. ISBN 02-208-926.
  28. a b c Greg CAMPBELL: Diamantes sangrientos. Barcelona: Paidós, 2003. ISBN 84-493-1451-8
  29. Greg Campbell cuenta el caso de como los soldados del FRU hacían apuesta sobre el sexo de los niños antes abrir a las mujeres embarazadas con las ballonetas y extraerles el feto
  30. Ourplanet.com "¿Quien es el dueño de la ciudad?, última vista 24/8/2008
  31. Javier SÁNCHEZ CANO: «Cambio y continuidad en las operaciones de mantenimiento de la paz: cooperación española para el desarrollo», en Tiempo de Paz, n. º 37-38. Madrid: Editorial Popular, 1995. ISBN 02-208-926
  32. Varios autores: Misiones de paz de la ONU y de la Unión Europea. Madrid: Instituto Universitario Gutierrez Mellado. Consultado el 5 de junio de 2008.
  33. «Defensa responde». En revista Defensa (n.º 209). Madrid: EDEFA. ISSN 02-11-3732
  34. Ares, Juan, Armas bolivianas en las favelas, http://www.elpais.com/articulo/internacional/Armas/bolivianas/favelas/elpepuint/20080805elpepuint_1/Tes, 5/8/2008, última visita 26/8/2008
  35. Mark HEALY: Midway 1942: momento crucial en el Pacífico. Barcelona: 1994. ISBN 84-7838-493-6.
  36. Juan PONS: «Kourú cumple 40 años», en Avión Revue (n.º 311). Madrid: Motor Press Ibérica, sin fecha.

Véase también

Enlaces externos