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Arturo era la diosa virgen de la caza, los animales salvajes, las tierras salvajes y los [[parto]]s. Era adorada como una diosa de la fertilidad y los partos en algunos lugares puesto que, según algunos mitos, ayudó a su madre en el parto de su gemelo. Durante el [[Antigüedad clásica|periodo clásico]] en Atenas fue identificada por algunos con [[Hécate]]. También asimiló a [[Cariatis]] ([[Caria]]) e [[Ilitía]].
Artemisa era la diosa virgen de la caza, los animales salvajes, las tierras salvajes y los [[parto]]s. Era adorada como una diosa de la fertilidad y los partos en algunos lugares puesto que, según algunos mitos, ayudó a su madre en el parto de su gemelo. Durante el [[Antigüedad clásica|periodo clásico]] en Atenas fue identificada por algunos con [[Hécate]]. También asimiló a [[Cariatis]] ([[Caria]]) e [[Ilitía]].


Artemisa fue adorada en casi toda [[Grecia]], pero sus lugares de culto más famosos fueron [[Braurón]] (en el Ática), [[Muniquia]] (situado en una colina junto al puerto [[Pireo]]) y [[Esparta]].
Artemisa fue adorada en casi toda [[Grecia]], pero sus lugares de culto más famosos fueron [[Braurón]] (en el Ática), [[Muniquia]] (situado en una colina junto al puerto [[Pireo]]) y [[Esparta]].

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La «Diana de Versalles», copia romana de una escultura helenística de mármol.

En la mitología griega, Artemisa o Ártemis (en griego antiguo Αρτεμις, quizá de αρτεμης, ‘sano y salvo’, de la raíz αρ, ‘encajar’) es la hija de Zeus y Leto y la hermana melliza de Apolo. Solía ser representada como una diosa virgen de la caza, llevando un arco y flechas. Más tarde pasó a estar asociada con la luna, como su hermano Apolo lo estaba con el sol. Fue una de las deidades más ampliamente veneradas y una de las más antiguas.[1]​ En épocas posteriores fue mezclada con la diosa Diana de la mitología romana. En la mitología etrusca, tomaba la forma de Artume.

Adoración

Templo de Artemisa en Éfeso, grabado de Martin Heemskerck.

Artemisa era la diosa virgen de la caza, los animales salvajes, las tierras salvajes y los partos. Era adorada como una diosa de la fertilidad y los partos en algunos lugares puesto que, según algunos mitos, ayudó a su madre en el parto de su gemelo. Durante el periodo clásico en Atenas fue identificada por algunos con Hécate. También asimiló a Cariatis (Caria) e Ilitía.

Artemisa fue adorada en casi toda Grecia, pero sus lugares de culto más famosos fueron Braurón (en el Ática), Muniquia (situado en una colina junto al puerto Pireo) y Esparta.

En Asia Menor, Artemisa era una deidad importante. La ciudad de Éfeso es probablemente el centro de culto asiático más conocido, por su grandioso templo. En los Hechos de los Apóstoles, cuando los herreros efesios que se sentían amenazados por las prédicas de la nueva fe que hacía Pablo, se alzaron en fervorosa defensa de la diosa, gritando: «¡Grande es Artemisa de los efesios!»[2]

Los festivales en honor de Artemisa incluían los Elafebolia, Muniquia, Brauronia y el festival de Artemisa Ortia en Esparta. Los espartanos solían dedicarle sacrificios como una de sus diosas patronas antes de emprender una campaña militar.

La tradición decía que Ifigenia había depositado en Braurón una xoana de Artemisa traída del país de los tauros. Un rito que se celebraba allí era un sacrificio realizado por niñas atenienses de entre cinco y diez años disfrazadas de osas. Las niñas eran conocidas como arktoi (‘oseznas’). Un mito explicando esta servidumbre cuenta que un oso había adoptado la costumbre de visitar regularmente la ciudad de Braurón, cuyas gentes le alimentaban, de forma que con el tiempo el oso fue domado. Pero una niña fue arañada por el oso mientras jugaba con él y por ello un hermano de la niña mató al oso. Artemisa se enfureció, exigiendo que las niñas «actuaran como osas» en su templo como expiación por la muerte del oso. Otra explicación alternativa decía que a causa de la muerte del oso había una peste en Atenas y un oráculo había dicho que la peste solo cesaría si las jóvenes atenienses expiaban la muerte del animal.[3]

En muchos lugares de la antigua Grecia, las mujeres jóvenes dedicaban justo antes del matrimonio juguetes, muñecos y mechones de su pelo a Artemisa.

Artemisa en el arte

Estatua de Artemisa en el museo de Éfeso.

En la ciudad cretense de Dreros fue hallada una estatuilla de Artemisa[4][5][6][7]​ realizada en el estilo orientalizante temprano de finales del siglo VIII a. C.[7]​ (o bien hacia el 650 a. C.[4]​), usando la técnica del sphyrelaton: martillando láminas de bronce sobre un núcleo de madera que les daba forma.[4][5][6]​ Tiene 40 cm y posee un cuerpo y vestido de estilo geométrico que anticipan ya el estilo dedálico.[7]​ Hoy se encuentra en el Museo Arqueológico de Heraclión.[6]

Las representaciones más antiguas de Artemisa en el arte griego arcaico la retratan como Potnia Theron (‘señora de los animales’), una diosa alada llevando un ciervo y un leopardo en sus manos, o a veces un leopardo y un león. Esta Artemisa alada perduró en exvotos como Artemisa Ortia, con un santuario cercano a Esparta.

En el arte griego clásico suele ser representada como una cazadora virgen llevando un vestido corto,[8]​ con botas de caza, aljaba, arco[9]​ y flechas. A menudo aparece en la pose de dispara, y acompañada por un perro de caza o un ciervo. Su faceta oscura se revela en algunas vasijas pintadas, donde aparece como la diosa que trae la muerte, cuyas flechas cayeron sobre doncellas jóvenes y mujeres, como las hijas de Níobe.

Los atributos de Artemisa cambian con frecuencia: el arco y las flechas son a veces reemplazados por lanzas, como diosa de los bailes donceles porta una lira,[cita requerida] y como diosa de la luz un par de antorchas encendidas.

Sólo en el arte posclásico se hallan representaciones de Artemisa-Diana con la corona de la luna creciente, como Luna. En el mundo antiguo, aunque estuvo ocasionalmente relacionada con la luna, nunca fue retratada como ésta. Las estatuas antiguas de la diosa pueden hallarse a veces con lunas crecientes, pero sin embargo éstas son siempre añadidos renacentistas.

Artemisa como la «Señora de Éfeso»

En Éfeso, su templo fue una de las siete maravillas del mundo. Allí la Señora a la que los griegos asociaban con Artemisa por interpretatio graeca era adorada principalmente como una diosa madre, semejante a la frigia Cibeles, en un antiguo santuario donde su imagen de culto representaba a la «Señora de Éfeso» adornada con múltiples protuberancias similares a pechos, que fueron tradicionalmente interpretadas como múltiples pechos accesorios o testículos de toros sacrificados, hasta que una excavación del yacimiento del Artemision en 1987–1988 identificó la multitud de perlas de ámbar con forma de lágrima que habían adornado la antigua xoana de madera.[10]

Epítetos

  • Como Eginea (αιγανέα) era adorada en Esparta, significando el nombre ‘cazadora de rebecos’ o ‘la que blande la jabalina’.[11][12]
  • Como Etole fue adorada en Naupacto, ciudad en cuyo templo había una estatua de mármol blanco que la representaba lanzando una jabalina.[13]​ Esta «Artemisa Etolia» no había sido introducida en Naupacto, antiguamente un lugar de la Lócrida Ozoliana, hasta que fue otorgada a los etolios por Filipo II de Macedonia. Estrabón registra otro recinto de la «Artemisa Etolia» a la cabeza del Adriático.[14]
  • Como Agrotera se la consideraba especialmente como la diosa protectora de los cazadores.
  • En Atenas era frecuentemente asociada con la diosa egina local, Afea.
  • Como Potnia Theron era la protectora de los animales salvajes; Homero usó este título.
  • Como Curótrofa (Kourotrophos) era la niñera de los jóvenes.
  • Como Loquia era la diosa de los partos y las comadronas.
  • A veces era conocida como Cintia o Delia, por su lugar de nacimiento en el monte Cinto en Delos.
  • También como Amarintia, por un festival en su honor originalmente celebrado en Amarinto (Eubea).
  • En ocasiones era identificada con el nombre de Febe, la forma femenina del de su hermano Apolo, Febo.
Cabeza de bronce praxiteliano del siglo IV de una diosa llevando una corona lunar, hallada en Issa (Vis, Croacia).

Mitología

Nacimiento

Cuando Hera descubrió que Leto estaba embarazada de su marido Zeus, prohibió que Leto diera a luz en cualquier lugar donde diera el sol. Además, la serpiente Pitón se puso a perseguir a Leto.

Pero Zeus envió al viento Aquilón para que recogiera a Leto y la llevara junto a Poseidón. Éste la llevó a la isla Ortigia y la cubrió con sus olas. Allí Leto dio a luz, agarrándose a un olivo, a Apolo y a Artemisa. Más tarde, la isla de Ortigia fue llamada Delos y Apolo mató a Pitón para vengar los sufrimientos de su madre.[15]

Según cuenta una tradición, Artemisa nació antes que su hermano y ayudó a su madre a dar a luz a Apolo.[16]​ En otra, la isla de Ortigia es una isla distinta de Delos. En la primera nació Artemisa y en la segunda, Apolo.[17]

Infancia

La infancia de Artemisa no está recogida en ningún mito conservado: la Ilíada reducía la figura de la pavorosa diosa a una niña que, tras haber sido azotada por Hera, subía al regazo de Zeus.[18]​ El poeta Calímaco[19]​ imaginó a la diosa «que se entretiene en las montañas con el arco» en algunas escenas encantadoras: a los tres años, Artemisa pidió a su padre, Zeus, mientras estaba sentada en su rodilla, que le concediese varios deseos. Pidió permanecer casta toda la eternidad y no ser atrapada en el matrimonio, sabuesos de orejas cortadas, ciervos para tirar de su carro, veinte ninfas Amnísides como compañeras de caza, y «sesenta bailarinas oceánides, todas de nueve años». Zeus accedió a sus deseos. Todas sus compañeras permanecieron vírgenes y ella guardó celosamente su castidad.

Acteón

En una ocasión, Artemisa estaba bañándose desnuda en el bosque en compañía de su coro de ninfas, cuando el príncipe tebano y cazador Acteón, que pasaba por allí, la vio. Pero las ninfas lo descubrieron y corrieron a tapar a Artemisa. Ésta se disgustó tanto por haber sido espiada desnuda que transformó a Acteón en un ciervo y envió a sus propios sabuesos a que le mataran. Éstos le destrozaron sin saber que el ciervo que cazaban era su propio dueño.[20]​ Alternativamente, Acteón alardeó de ser mejor cazador que Artemisa, y ésta le transformó en un venado que fue devorado por sus sabuesos.

Adonis

Mármol de Adonis. Torso antiguo restaurado y completado por François Duquesnoy.

En algunas versiones de la historia de Adonis, Artemisa o Ares (su amante en esta historia) enviaban un jabalí a matarle. Esta versión es sospechosa porque implica que Artemisa mantuvo relaciones con Ares y, sin embargo, virtualmente todas las fuentes coinciden en que se mantuvo casta todo el tiempo.

Es importante advertir que el concepto de «virginidad» es bastante diferente del actual. En aquella época se cree extrañamente que se consideraba una mujer virgen a la mujer soltera, sin ataduras con hombre alguno, apoyando así la naturaleza indomable de Artemisa.

Orión

Tras abandonar a Eos, Orión se convirtió en un compañero de caza de Artemisa. Ésta terminó por matarle, aunque las razones dadas varían:

  1. Artemisa mató a Orión para vengar los celos de los inmortales por el matrimonio de una de ellos (Eos) con un mortal (Orión).[21]
  2. Orión intentó violar a Artemisa. Ésta envió un escorpión desde la isla de Quíos a matarle, y ambos fueron situados entre las estrellas como constelaciones.[22]​ Esta leyenda explica por qué la constelación de Escorpio aparece justo cuando Orión empieza a ponerse: el escorpión aún le persigue. El perro de Orión pasó a ser Sirio, la estrella perro.
  3. Artemisa lo mató por haber sido retada por Orión a lanzar el disco.[23]
  4. Orión había violado a Opis, una de las vírgenes que procedía de Hiperbórea. Por ello lo mató Artemisa con sus flechas.[23]
  5. Orión, siendo compañero de caza de Artemisa, se volvió arrogante, alardeando de su superioridad y ofendiendo a varios inmortales. Gea envió un escorpión gigante tras él, y Orión murió por la picadura del aguijón. Artemisa y Leto pidieron a Zeus que pusiera a Orión entre las constelaciones.[24]
  6. Apolo, hermano de Artemisa, temía que su hermana pudiera perder su virginidad con Orión, o bien estaba celoso porque su hermana ya no le prestaba atención, o creía que Orión tras abandonar a Eos acabaría también abandonando a su hermana. Por ello tramó un ardid para que Orión muriera. Explicó a Gea la vanidad del cazador y ésta envió un escorpión contra él. Orión trató de escapar nadando hacia la isla de Delos, donde esperaba que Eos lo protegiera, y entonces Apolo desafió a Artemisa a disparar sus flechas contra el que se alejaba nadando tras acusarlo de haber seducido a Opis. Artemisa disparó sus flechas y lo mató. Tras ello, descubrió que se trataba de Orión y por no poder hacerlo revivir, lo colocó entre las estrellas.

Calisto

Diana y Calisto, de Tiziano (1556–1559).

Artemisa mataba a cualquiera de sus compañeras que perdiese su virginidad, tales como Mera y Calisto. Esta última perdió su virginidad con Zeus, que se había presentado disfrazado como Apolo o, en otras versiones, como la propia Artemisa. Calisto fue transformada en osa por Zeus, Artemisa o Hera. El hijo que había tenido con Zeus, Arcas, casi mató a su madre mientras cazaba, pero Zeus o Artemisa le detuvieron y subieron a ambos al cielo como la Osa Mayor y la Osa Menor. En otra versión, Artemisa persiguió y mató a Calisto antes de que Zeus la pusiera entre las constelaciones.[25]

Níobe

Níobe, la reina de Tebas y esposa de Anfión, alardeó de su superioridad sobre Leto porque había tenido muchos hijos (los Nióbides), mientras Leto había tenido sólo dos. Apolo mató a sus hijos mientras éstos cazaban o mientras participaban en carreras de caballos y Artemisa a sus hijas. Apolo y Artemisa usaron flechas para matarlos, aunque según algunas versiones algunos de los Nióbides fueron perdonados.[26]

Agamenón e Ifigenia

Artemisa castigó a Agamenón tras haber matado éste un ciervo sagrado en una arboleda sagrada y alardear de ser mejor cazador o bien porque Atreo, padre de Agamenón, no había hecho en su honor el sacrificio de una cordera sagrada. En su camino a Troya para participar en la Guerra de Troya, los barcos de Agamenón quedaron de repente inmóviles al detener Artemisa el viento en Áulide. Un adivino llamado Calcas dijo a Agamenón que la única forma de apaciguar a Artemisa era sacrificar a Ifigenia, su hija. En el último momento Artemisa la sustituyó por una corza o una cierva y la transportó a Táuride, en Crimea, donde la convirtió en su sacerdotisa y le dio la misión de sacrificar a los extranjeros.[27]​ En algunas versiones, el sacrificio se ejecutaba como estaba previsto (Agamenón mataba a su hija), lo que acarreaba su propia muerte a manos de su esposa Clitemnestra y el amante de ésta, Egisto.

Guerra de Troya

Artemisa favoreció a los troyanos durante la Guerra de Troya. Se enfrentó con Hera cuando los dioses aliados con los bandos en conflicto se involucraron en éste. Hera golpeó a Artemisa en los oídos con su propia aljaba, provocando que perdiese las flechas. Artemisa huyó llorando con Zeus y Leto recogió el arco y las flechas caídas.[28]

Artemisa pudo haber sido representada como apoyo de Troya debido a que su hermano Apolo era el dios patrón de la ciudad y ella era ampliamente venerada en la Anatolia occidental de la época histórica.

Otros mitos

  • Oto y Efialtes, los Alóadas, eran dos gemelos que crecían cada año un codo a lo ancho y una braza a lo alto. A los nueve años quisieron tomar al asalto el monte Olimpo. Lograron secuestrar a Ares y encerrarlo en una vasija durante trece meses. Oto pretendía a Artemisa y Efialtes a Hera. Artemisa, en Naxos, se transformó en una cierva y saltó entre los dos. Los Alóadas, para evitar que huyera, arrojaron sus flechas y se mataron uno al otro.[29]
  • Artemisa salvó a la pequeña Atalanta de morir de frío, tras haber sido abandonada por su padre en la cima de una montaña. Artemisa envió una osa a amamantar al bebé, quien fue luego criado por cazadores. Entre otras aventuras, Atalanta participó en la cacería del jabalí de Calidón, que Artemisa había enviado para destruir Calidón, porque el rey Eneo se había olvidado de ella en los sacrificios de la cosecha.
  • Un cretense, Sipretes, vio a Artemisa bañándose desnuda y ésta lo transformó en una mujer.[30]
  • Zeus persiguió a Táigete, una de las Pléyades, quien rezó a Artemisa. La diosa transformó a Táigete en una cierva, pero Zeus la violó cuando estaba inconsciente. Así concibió a Lacedemón, el mítico fundador de Esparta.
  • Tras la muerte de Meleagro, Artemisa convirtió a sus afligidas hermanas, las Meleágrides, en pájaros.[31]
  • Artemisa mató a Quíone por su orgullo y vanidad, atravesando su lengua con una lanza que le produjo una herida de la que moriría poco después.[32]

Galería de imágenes

Notas

  1. Burkert (1985) p. 149.
  2. Hechos 19:28.
  3. Escolio a la Lisístrata de Aristófanes 645.
  4. a b c Perseus Digital Library. Site Catalog Name: Dreros (en inglés). – Sitio consultado el 17 de agosto de 2009.
  5. a b González Serrano, Pilar (2000): Historia Universal del Arte. Volumen 2: Grecia y Roma. – Espasa Calpe, Madrid, 2000, p. 33. ISBN 84-239-6156-7
  6. a b c Troso, Cristina (2004): «Heraklion» y «Dreros», en Maggi, Stefano y Troso, Cristina: Guías de arte y viajes: Los tesoros de Grecia. – Libsa, Madrid, 2006, pp. 565 y 579. ISBN 84-662-1336-8
  7. a b c Boardman, John (2006): «Sources and Models» en Palagia, Olga (ed.): Greek sculpture. Function, Materials, and Techniques in the Archaic and Classical Periods. – Cambridge University Press, 2006, pp. 2-3. ISBN 0-521-77267-2
  8. Homero retrató a Artemisa como pueril en la Ilíada.
  9. Los poetas griegos no podían decidir si su arco era de plata u oro: en el himno homérico a ella dedicado («Sobre las umbrías colinas y los ventosos picos dispara su arco dorado») y en Las metamorfosis (i.693) es de oro, mientras Calímaco («¿Y cuán a menudo, diosa, probaste tu arco de plata?»; himno 3 a Artemisa) cree que es un arco cidonio que le hicieron los Cíclopes.
  10. Goldberg, V. (21 de agosto de 1994). «In Search of Diana of Ephesus». The New York Times (en inglés). Consultado el 21 de febrero de 2008. 
  11. Pausanias iii.14.3.
  12. Plantilla:Cita-DGRBM
  13. Pausanias x.38.6 y sig.
  14. «Entre los Heneti han sido decretados ciertos honores a Diomedes; y, de hecho, aún se le sacrifica un caballo blanco, y todavía se ven dos recitos: uno de ellos consagrado a la Hera Argiva y el otro a la Artemisa Etolia.» (Estrabón v.1.9.)
  15. Higino, Fábulas 140.
  16. Servio, comentarios a la Eneida iii, 73.
  17. Himno homérico iii, a Apolo, 14.
  18. Homero, Ilíada xxi.505–513.
  19. Calímaco, Himno a Ártemis 1.
  20. Ovidio, Las metamorfosis iii.155.
  21. Homero, Odisea v.121.
  22. Eratóstenes, Catasterismos vii.
  23. a b Apolodoro, Biblioteca mitológica i.4.5.
  24. Eratóstenes, Catasterismos xxxii; Ovidio, Fastos v.530. En esta última versión, el escorpión fue enviado contra Leto y Orión se interpuso en su camino.
  25. Ovidio, Las metamorfosis ii.409; Eratóstenes, Catasterismos i; Apolodoro, Biblioteca mitológica iii.8.2; Higino, Fábulas 177.
  26. Homero, Ilíada xxiv.600; Apolodoro, Biblioteca mitológica iii.5.6; Ovidio, Las metamorfosis vi.146.
  27. Apolodoro, Epítome iii.21; Eurípides, Ifigenia entre los tauros 28; Eurípides, Ifigenia en Áulide 1582.
  28. Homero, Ilíada xxi.470 y sig.
  29. Apolodoro, Biblioteca mitológica i.7.4.
  30. La historia completa no se ha conservado en la obra de ningún mitógrafo, pero hay un breve resumen escrito por Antonino Liberal, en sus Metamorfosis xvii.5.
  31. Antonino Liberal, Metamorfosis ii; Ovidio, Las metamorfosis viii.532.
  32. Ovidio, Las metamorfosis xi.291.

Bibliografía

Véase también

Enlaces externos