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Manuel Reyes Reyna

Manuel Reyes Reyna fue un pintor autodidacta, muralista, azulejista, y en su juventud guitarrista. Nació en El Carrizal, Departamento Cruz del Eje en la provincia de Córdoba, Argentina el 21 de marzo de 1912, y murió en Córdoba Capital el 11 de agosto de 1989.

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Historia
Otras actividades artísticas que supo desarrollar
Definición sobre la obra de Reyna
Currículo homenajes reconocimientos
Enlaces externos

Historia
Texto del Video “Don Manuel Reyna” Guión y dirección de Nélida Demichelis
Premio 1996 Concurso Documentales Televisivos de la Subsecretaría de la Provincia de Córdoba y el I.N.C.A Instituto Nacional de Cine y Artes Visuales.
Nace en el Carrizal en 1912
Paraje cercano a Capilla del Monte, sus primeros trabajos están relacionados con las cosechas en los pueblos y provincias cercanas, su único contacto con el Arte, es porque integra un conjunto de música folklórica con sus hermanos y cuñados
En 1947 se radica en Capilla del Monte, y con su hermano Oscar (que era quién pintaba) y el poeta- pintor Romilio Rivero, asisten al taller del pintor Ochosky, conociendo las nuevas corrientes europeas
Tiempo de Córdoba / Tiempo Cultura domingo 2 de Septiembre de 1979
Manuel Reyna Su pintura y la imagen del valle, del silencio y del mito
Sra Marta Uriarte periodista del diario Córdoba
Contemplar la pintura de Manuel Reyna es como trazar una línea que nos lleva de retorno a nuestro ser, al reencuentro con las raíces a que pertenecemos y a las cuales estaremos por siempre unidos. Ser nacional por mostrarse tal cuál, al cabo de tantos extrañamientos. El ha sido absorbido por la vigorosa realidad de nuestros solares serranos, inclinado sobre el corazón de la tierra ha detectado los secretos rumbos de la sangre. El fluir histórico que ha venido aportando valores intelectuales y espirituales le otorga a este artista una pecularidad que lo distingue confiriéndole una misión propia e irrenunciable, en la maravillosa diversidad argentina y latinoamericana.
Nacido en el Carrizal, un paraje de Punilla, cuyo paisaje llena las pupilas de su infancia. Las montañas, el horizonte, donde quiera que alcance la vista y el silencio, señor de todos los valles, atraen la sensibilidad de este artista al igual que las leyendas y tradiciones populares. Reyna los ha plasmado en sus obras. E s la actitud de verdadero creador: responder siempre con la vida.
Con la pureza que trasunta su rostro delgado y moreno, con su voz pausada, nos relata Reyna cómo se encontró con el mundo de la pintura.
Se trasladó con su familia a Capilla del Monte, siendo chico, trabajó la tierra, cultivando viñedos aunque también iba a la escuela junto con su hermano. Allí escuchó nombrar a Fidel Pelliza, el artista del pueblo, que estaba envuelto en una extraña historia. Decían que hacía dibujos para la policía, que, tramposo en el juego, realizaba marcas invisibles en los naipes y que su hermana había muerto dentro de su traje de baile encendido.
-“Estos relatos nos sugestionaban a mi hermano y a mí y aunque no conocíamos a Pelliza nos lo hacían aparecer como un héroe fantasma y es este el modo por el que yo me acerco al mundo de la plástica, a través del magnetismo que se desprendía de estos rumores”.
Alrededor del año 1949 al 50 –sigue contando Reyna- que comenzó a pintar, pues además del influjo de Pelliza llegaban por aquellos tiempos a su pueblo, muchos artistas porteños, rosarinos y de otros puntos del país. El comercio de Capilla del Monte organizaba concursos de pintura para aficionados y los plásticos visitantes hacían de jurado. Le dieron una vez el primer premio y eso lo entusiasmó para seguir pintando.
La pintura tiene sus secretos y siempre hay maestros generosos que los revelan al principiante. Es así que artistas como don Demetrio Antoniadi y Roca y Marsall, un porteño, le enseñan a Reyna a valorizar el color.
Pero hay un episodio más decisivo que va a marcar un hito en su carrera artística. Devastada Europa por la Segunda Guerra, entre los cientos de imigrantes que desembarcan en América dejando atrás el holocausto llega un polaco, ex profesor de Filosofía del Arte en la Universidad de Varsovia y pintor. Buscará la paz en nuestra sierras, abre su taller en Capilla del Monte, al que asistirán todos los jóvenes aficionados a la pintura de la zona.
-“El profesor Ochosky nos enseñó que era el subrealismo, el cubismo, el futurismo, el arte abstracto y todo sobre los movimientos de la plástica del siglo XX; sus conocimientos eran vastos, tanto en historia del arte como en sus técnicas. También recuerdo –prosigue- que nos hablaba de su amistad con los grandes de la pintura europea y nos llegó a mostrar cuadros auténticos que Matisse y Derain le habián dedicado”.
Reyna invitado por el profesor Víctor Manuel Infante, llega a Córdoba donde se vincula con el ambiente artístico, pero lo urbano como tema no lo apasiona, sí en cambio, los paisajes que antes lo rodeaban. . .
… El ama la montaña, el caserío perdido en el monte de espinillos, el silbido del viento en el palmeral, las capillitas coloniales; por eso se va a Ischilin, a San Marcos Sierras, a Ongamira, a Santa Catalina, donde la magia de la naturaleza, la sustancia misma de la tierra madre se le compenetra y el artista es “libertad “ total. Empieza a expresarse en bocetos, manchas o dibujos; es el modo de sentir el paisaje. Surgen de su paleta las formas y los colores en los que va comprometida la esencia misma de este hombre criollo y místico. . .
. . . Podemos afirmar que la pintura de Manuel Reyna es un símbolo poético que toca un universo silencioso y místico. Sus colores: pardos, ocres, violetas, grises y negros; el trazado de la línea del horizonte que separa y une lo real y lo fantástico y la figura humana, cuya intrascendencia nos hace pensar en la marginación, lo identifican con lo telúrico así como su afición por las leyendas nativas.
La Voz del Interior 27 de enero de 1980 Cristina Castello
Manuel Reyna, un viaje tierra adentro Por siempre el paisaje
Es como hacer un viaje tierra adentro. Por esos sitios donde el aire es puro, la lluvia el milagro y aun es posible escuchar el silencio. Tal la sensación que deja un diálogo con don Manuel Reyna; tan inserto está en aquel paisaje de su niñez, que es un pedazo de esas serranías
Aunque su rostro registra los desvelos pasados, conserva la frescura; y su sonrisa es una invitación a la amistad.
Así- verdad, entrega, hondura- el hombre. Así también el artista; por eso su obra tiene esa nostalgia que surge de la silenciosa serenidad de esos tonos bajos, tan de siempre suyos
Ayer y el paisaje
Nació en el Carrizal-al lado de Capilla del Monte- hace sesenta y siete almanaques. En ese “lugar que tiene apenas cuatro casas”, aprendió el idioma del paisaje y aún hoy, cuando visita su pedazo de cielo, cada sendero reconoce sus pasos. Es que hace tiempo él descubrió en aquellos paseos en busca de piedras, piezas arqueológicas, paz
La imagen de Fidel Pelliza- también nativo de esas tierras- tuvo en Reyna una influencia decisiva: “Fue un artista de leyenda- señala- por quien se me ocurrió empezar a pintar”. Cuando los pinceles se encariñaron con sus manos, las serranías se trasladaron a las telas con toda su belleza, su melancolía y su verdad. Tenía entonces treinta años y ya nunca más intentó otro rumbo; ese era, sin duda, destino. Después se instaló en esta ciudad y conoció los pintores que por aquellos primeros años de la década del 50, caminaban por las calles cordobesas. “Recién entonces- destaca- en contacto con “ese mundo y con esos seres que amaban tanto la pintura, empecé a comprenderla”.
Sin embargo, cuando intenta decir que es el arte, se desconcierta. Quizás porque hay cosas que no requieren de tantas explicaciones: existen, se sienten y conocen. O no. Por eso Don Manuel Reyna busca esa definición, sonríe, se pone serio, piensa y finalmente señala: “Nunca había pensado en ello; es … no sé, una manifestación muy particular de algunas personas … todos podemos tener algo de artistas, sólo hay que descubrirlo. Pero cuando en alguien existe capacidad creadora, en un momento u otro se descubre”. “si estoy seguro- concluye- que la virtud más importante de un artista es ser, primero, un buen hombre”. Así, tan verdadera y tan simple, su concepción del arte y del artista.
Después de la primera etapa de paisajes, siguió otra con mil caminos. Hizo pintura geométrica y ganó premios con sus incursiones informalistas, hizo esculturas y trabajó con tinta china; y dejó el testimonio de su entrega, en murales de esta ciudad. Morteros, Cosquín, Río Tercero y muchos otros sitios. Lo probó todo. Pero volvió a los paisajes.
Hoy y eL Paisaje
De nuevo los ríos y montañas, las piedras, las capillas perdidas en las serranías, los animales y las casas, con ese aroma del pan al mediodía.
Pero de sus pinceles surgió también, la ciudad. Desde su particular manera de percibirla, claro. Hace tiempo los tonos bajos salieron de su paleta, para reflejar también los barrios cordobeses. “ No sólo es importante el paisaje geográfico – señala- sino la gente que lo habita, que es quien le otorga a cada uno, características únicas y diferenciadas”. Por eso , don Manuel Reyna sale a recorrer todos los sectores de esta Córdoba que eligió para quedarse; aunque no olvida el Valle de Punilla y el sur de la provincia, sobre todo la zona cercana a Río Segundo. Entonces vive cada sitio, con sus paisajes y sus modalidades y deja que, con libertad, trabajen su intelecto e intuición
Luego, sin saber porqué, en cada tela estalla un paisaje diverso, con sus particularidades. “Creo que mi pintura es americana – reflexiona- y quisiera vigorizar el legado indígena. Además, creo tener rasgos raciales americanos, lo cual explica el empleo de los tonos bajos”.
Tierra Adentro
Desde 1954 – año de la primera de sus muestras- realizó numerosas exposiciones, en distintos lugares del país y en el exterior. También ganó muchos premios locales y nacionales. Sin embargo, la humildad es uno de sus rasgos distintivos; también el reconocimiento hacia los maestros que le enseñaron las técnicas, pues no hizo estudios sistemáticos de pintura. Así, a pesar de la resonancia que hoy tiene la obra de Reyna, él prefiere no referirse a sus éxitos; pero – si- hablar, mucho y hondo de sus amigos Por eso recuerda con especial cariño el último de los premios que obtuvo; cuando el pasado 8 de diciembre se le adjudicó el segundo lugar – el primero fue para Luís Sosa Luna- en el concurso de manchas “El color de mi ciudad”. “ Fue algo hermoso ese encuentro en el paseo Sobremonte – destaca – porque permitió que los amigos trabajemos en conjunto, y recibamos a otros, para integrarlos”.
Así es Don Manuel Reyna, aire puro, silencio, amistad. Aunque por momentos lo invada ese recelo de los hombres de campo, que estudian al viajero antes de desgranar la copla. Pero luego, si él encuentra una fibra parecida, es una ofrenda continua de todo lo suyo. Entonces, la tímida altivez de su mirada desaparece en el abrazo. Es que, para hablar con él, hay que realizar un viaje . Hay que meterse Tierra adentro.
Otras actividades artísticas que supo desarrollar
Sus primeros trabajos están relacionados con las cosechas en los pueblos y provincias cercanas su único contacto con el Arte, es porque integra un conjunto de música folklórica con sus hermanos, primos y cuñados
La obra de Reyna
Manisfiesto grupo KUNTUR Noviembre 1962 Marta de Ferrari – Alejandra Correa- Manuel Reyna
En nuestra Patria Americana convergen fuerzas similares que llevan una unidad de fondo. Estás fuerzas son los llamados de la tierra, del espíritu y del alma americanas que van surgiendo del pasado y proyectándose en el presente hacia el futuro. Esta es una tierra, tierra en cuanto a las vivencias y las tradiciones de las razas que en ella se desenvuelven. Estas fuerzas son sangres que buscan asimilar el aire, la luz y la interioridad de una América que clama con afán por unir los sentimientos de sus hijos en una expresión artística y anímica que partiendo de lo interno de cada uno encuentre una expresión común .
El grupo Kuntur invita a quienes escuchen esas voces a analizar y profundizar la Patria Americana, patria sin límites, y se recluye dentro de cada uno de los gestores del grupo, tratando de extraer del presente personal la raíz del Arte que está forjándose en toda América y haciendo con esto su aporte a él.
El grupo Kuntur lleva su estimulo y anhelo de unión hacia todas las artes y a todas las búsquedas espirituales en las materias donde la mente y el corazón del hombre vuelcan su deseo de superación. Este deseo tiende a no detenerse en lo ortodoxo ni lo anecdótico y aspira a superar dentro de sí mismo la leyenda pasada para reactualizarla e infundirla en los conocimientos del Hombre Nuevo Americano. Quiere contribuir a la formación de este hombre con su búsqueda artística y su intención de mejoramiento estético dentro de su centro de acción, Córdoba.
Kuntur intenta mantener una actividad viva que deje un germen de movimiento y renovación dentro de la cultura cordobesa, especialmente para la juventud y en la investigación plástica. Quiere llevar el conocimiento de los esfuerzos artísticos a los centros mas apartados de los ambientes culturales, dentro de la ciudad y de la provincia, promoviendo todas las actividades espirituales.
El grupo toma su nombre de la voz americana Kuntur, cóndor en su derivación castellana, por ser el ave autóctona de mas alto vuelo, aspirando de esa manera tomar por guía esa realeza de tradición pasada y presente no extinguida.
Su sello es una pictografía india del Cerro Coloradote donde han bebido parte de su primera inspiración los primeros integrantes del grupo que aspira hallar el eco necesario entre quienes alienten los mismo ideales
Reyna escribe en el borde de la nota de puño y letra” es el comentario más acertado sobre mi obra”
Escrito el viernes 19 de julio de 1974 por Luís E. Carreño Crítico de Arte del diario Los Principios en ocasión de la exposición del grupo en el Museo Municipal de Bellas Artes Dr Genaro Pérez Córdoba Argentina
“Ningún artista puede evadirse de lo que lo rodea como fuerza física y psíquica. No puede desgajarse como una rama, de lo que es parte de su tronco, de lo que es parte de su tronco, de lo que respira en las más diversas intenciones, pero respira al fin. Y sin quererlo, en esa variada realidad moral y espiritual, en que construye y destruye, terminando por ser –casi siempre- decididamente testimonial.
Esta inquietud y dentro de las cíclicas consecuencias a que el hombre creador se somete en su labor, en esa aventura, en ese distintivo crecendo de luchas interiores, termina por identificar sus medios: el existencial. En una forma harto elocuente. Así es como siente en su obra, la necesidad de una atadura ideal con los mundos y submundos que nos contienen, con esa serie de progresos orgánicos y funcionales que, si no podemos reconocer, al menos podemos suponer o intuir.
Todo esto y bajo la inspiración fecunda que le brinda las fantasías de esta América milenaria, sumando el equilibrio de lo imaginario y lo visionario, junto al aporte de no pocas formas de la realidad y del sueño, un grupo de seis artistas locales, heterogéneos por sus antecedentes y sus estilos, emprende el no fácil trabajo de buscar una línea que le permita dar las bases de un arte que, con el tiempo, pueda definirse como Americano.
Así hoy, Don Manuel Reyna, Silvio Angelelli, Manuel Martinez Riádigos, Cándido Churquina y dos jóvenes Margarita Fervor de Silvestre y Mario Pérez, llevados por la riqueza física y espiritual de nuestro continente, han decidido presentar esta muestra, como un real aporte para comenzar la búsqueda de una línea pictórica que contenga este compromiso.
Lograr concretar la misma, no sido fácil, pero el entusiasmo y la firmeza de los objectivos propuestos, permitieron presentarla al público de Córdoba, en la que algunos de ellos basan su contenido, en la rica Cultura Precolombina, otros, requieren de la actualidad aquello que pueda ser expresado con el propio contenido de su realidad. Todos los artistas, sin caer en el fácil folklorismo con que en más de una oportunidades intentó hacer Americanismo, son fieles a su situaciones el aquí y el ahora; no reniegan de la riqueza expresiva del arte de hoy y, por el contrario, toman de él, todos los aportes que les pueda brindar, adaptándolos a sus necesidades.
En síntesis, estamos aquí frente a una difícil tarea emprendida por artistas nuestros, con nobles intenciones y con un claro objetivo: conseguir una expresión con personalidad continental.
Homenaje a Manuel Reyna Exposición de sus obras
26 de Mayo al 4 de Junio de 1997
Salas de Exposiciones del Teatro San Martín
Semblanzas
Córdoba Mayo de 1997 Profesora- Museóloga Sra Nélida Demichelis
Las semblanzas escritas en prosa o poesía escogidas para recordar al artista plástico Manuel Reyna, nos ofrecen la sincera y extraordinaria interpretación del significado que tuvo este gran maestro y sus obras. Nos narran cómo Don Manuel, en cada una de sus obras, volvía a sus orígenes, a su tierra y a sus ancestros, acercándose cada vez mas al inexorable destino de unir las formas, estructuras, colores, espacios y texturas, plasmados en sus cuadros, a la misma naturaleza de sus serranías, de Córdoba, de América. Poseedor de una geometría perfecta, consiguió transmitir en sus obras una estructura equilibrada, despojada de ornamentos, que reflejó el sereno equilibrio de su propia vida. Los escritos, pertenecientes a jóvenes de esa generación, artistas plásticos, críticos de arte, escritores y poetas, tratan de reflejar y determinar la importancia que puede tener para los creativos de hoy el reconocimiento y el análisis de este genial artista, perteneciente a un pasado demaciado reciente. Después de un profundo estudio y meditación sobre el arte de Manuel Reyna, nos será fácil comprender que se dedicó obsesivamente a su gran pasión que fue la pintura, no sólo por sus dones o propia fantasía, sino para poder encontrar dentro de los lenguajes plásticos la respuesta a su eterna búsqueda de la realidad perfecta que subyace en la naturaleza, la atracción a su suelo, y la razón de su ser americano
Último diálogo mantenido con Reyna
Escrito por el artista plástico Cordobés Sr Ernesto Berra
… Cuando supe que Reyna estaba enfermo, fui un domingo por la mañana a verlo. Me recibió muy bien: con él siempre que nos encontrábamos surgía espontáneamente una corriente de simpatía (creo que la mantenía con todos). Dicha simpatía era algo que lo caracterizaba; Luego de intercambiar los saludos y preguntas habituales: iniciamos una conversación en donde yo insistía en que debería levantarse cuando se sintiera un poco mejor y en la misma habitación en que se encontraba comenzara a trabajar nuevamente, de manera tranquila, reposada. El respondió a mis propuestas con evasivas respuestas. Cambiamos de tema: en vez de responderme puntualmente, me hacía alguna pregunta relacionada a otros temas. Estaba muy lúcido y conciente. Ya no hablaba de él, de su futuro; se preparaba a partir, él sabía que moriría. Cuando me separé y me despedí tratando de disimular mi profunda tristeza, prometí volver a verlo; me despedí finalmente de él tomándolo de ambas manos. Me despedí de “Don Manuel” como cariñosamente lo llamábamos. Saludé a su familia. Hablamos con Nora (su hija) y me fui.
Al salir era un día gris y lloviznaba. A medida que me alejaba de la casa de Reyna mi impotencia y angustia crecía; como vaticinando que ya no volvería a ver vivo al entrañable hombre que era él. A los pocos días falleció.
Perdimos al hombre pero nos dejó la obra de artista. Pocas veces ví a un hombre, a un artista tan consustanciado a su entorno, a su medio. E n el caso de Reyna, entorno, hombre y obra es casi decir la misma cosa.
Semblanza del Artista Plástico de Buenos Aires Sr pintor Domingo Gatto
Durante todo el tiempo, debimos aprender a convivir con la muerte, preparándonos cada día para transitar el camino de la resurrección, para ello, la vida nos ha otorgado la gran oportunidad de ponerle color y motivar en los demás, la necesidad por una mayor sensibilidad.
Para lograrlo resultó siempre imperioso ser transparentes en todo momento, antes que la pérdida de identidad física resulte inevitable.
A decir verdad, no podrían separar ambas cosas tan profundamente vivenciadas en tu persona, aunque te haya faltado “tiempo probable”, hoy, la sola presencia de tus imágenes, serán mucho mas valiosas para todos aquellos que amamos el verdadero acto de entrega artística como vos lo hicieras.
Semblanza de la escritora Patricia Rennella
“ De él, como de esas personas con quienes la comunicación excede con mucho los límites de la frase o del gesto, tuve, mas que certezas, intuiciones, instantáneas de su eterna sonrisa, de su mirada, que tanto suplía en decir a sus silencios, de su recato- ese casi pudor de hablar poco de sí, y de escuchar más que hablar- y, sobre todo de ese halo de nítida inocencia que lo rodeaba y que se extendía, como un aura luminosa, a su casa, sus pinturas, sus objetos. Lo percibí intenso, inquieto y siempre coherente empeñado en dar forma a una imagen a la que supo otorgar la densidad y el fervor, el portento de lo único en lo vario y lo diverso, el esplendor de los sueños y la pura y la inamovible fidelidad del corazón. Recordarlo es creer que el mundo que plasmó en su obra tuvo un raro conocimiento por connaturalizad y que en ese íntimo diálogo con algo que lo obsesionaba, fue reconfortado a menudo con la dicha, y recompensado con el logrote la certidumbre y la respuesta.
Texto extracto: Daniel Vera Escritor- poeta Catálogo- libro –Manuel Reyna retrospectiva Museo Emilio Caraffa Córdoba Argentina 2004
Lenguaje de Piedra
No hay paisaje, hasta que alguien lo ve y lo expone como tal, y su mirada es aceptada y reconocida como ese paisaje, Ortega y Gasset decía, antes realizaciones técnicas que caracterizaron los comienzos del siglo veinte, una frase que me gusta repetir:”vivimos en el primer paisaje artificial de la historia”, sólo que cada vez más entiendo el sujeto del “vivimos” como el conjunto de los hombres, y no de hombres cualquiera, sino de los que tienen historia, al menos una historia, en cualquier tiempo y lugar. Dicho de otra forma: la naturaleza no tiene paisajes; el paisaje es una creación del hombre, un arte, un género del arte, un hombre. En mi primera juventud, época de andanzas y aventuras en la montaña, las sierras estaban allí, más o menos como ahora, y su geografía representaba peligros, desafíos para el sentido de la orientación, recursos para la supervivencia, pruebas para la resistencia del cuerpo en condiciones más exigentes que las habituales, en suma, muchas cosas, pero ninguna que puedan llamar “paisajes”; francamente, yo era incapaz de entender esas exclamaciones extáticas acerca de lo bello o lo sublime que solían proferir algunos de mis eventuales guías o acompañantes. No he progresado mucho, y en los últimos años las cuestas se me han ido poniendo más y más escarpadas y difíciles, pero algo he ganado: en esta y aquella configuración, en esas gentes que se dejan adivinar más que ver, en esos edificios, habitaciones de tales gentes o de sus dioses, puedo reconocer la huella, la marca indeleble, la gramática de Manuel Reyna. Hasta creo escuchar su voz, suave y cantarina, en la caida de un arroyo o en las inflexiones del viento.
¿Quién habría supuesto que aquel hombre de cuerpo enjuto y modales mesurados tenía la energía necesaria y suficiente para dar lugar a estas maravillas? El, tal vez, hubiera dicho que las había descubierto, y su labor consistía en quitarles cierta pátina de indiferencia o de intereses espurios que las recubrían o, en perspectiva más acorde con su modestia, hubiera insistido en que era elegido por ellas y se limitaba a reproducirlas o representarlas. En fin, difícil o imposible es explicar la relación de un artista con su obra y con lo que la obra propone, aunque hay diversas maneras de describir los efectos de esa interacción: yo prefiero decir que Don Manuel Reyna ha inventado esos paisajes, no solo los que encierran sus pinturas, sino los que encuentro por ahí, cuando salgo de paseo o con algún otro pretexto. . .
. . . No dudo en afirmar que he encontrado paisajes de Reyna, en parajes que Reyna nunca pintó: ese es el efecto de un estilo, la manera en que un estilo impregna la mirada, el modo en que la educa y la excita, la que hace ver cosas que, sin ese auxilio o sin esa provocación, no habría sido capaz de ver…
Diario Córdoba Domingo 5 de Noviembre de 1961 NOTAS DE ARTE
Recientemente tuve el gran placer, de ver una muestra pictórica de Manuel Reyna. Desde hace tiempo quería apreciar detenidamente, algunas de sus obras y ahora la Escuela de Bellas Artes de esta ciudad me ha dado la oportunidad esperada.
Mi impresión fue grande en el IV Salón IKA, donde obtuvo el 5º premio;y ahora aquí, su talento se evidencia generosamente.
Reyna es nacido en América, por lo tanto vive lo americano; entonces su paleta y sensibilidad lo hacen ligado “fuertemente” a la tierra, al lugar del continente. A éste, nuestro medio ambiente. Cuando vi ese cuadro titulado “Animal de Piedra”, empecé a comprender la preocupación de este artistas por nuestro suelo. ¿Cómo entender, si no fuera así, las ondulaciones y relaciones de distancia que refleja, la inhóspita greda, o los ocres envolventes?. Su visión profunda imprime a sus figuras un movimiento interno de una sólida naturaleza. Sus formas no sobrecargan intención en busca de falsos caracteres, sino que la vida que hay en cada trazo comunica hondamente su problema. Una piedra, una sierra o un rancho es una preocupación para este artista, no en un sentido técnico, sino en la compleja concepción de revelar y hacer ver la realidad intrínseca de su profundo sentir. Atreviéndome a decir que ha llegado en veces a la destrucción de una forma proporcionada, para inyectar la vitalidad a la vida misma. Ha utilizado el sentido de la belleza en su necesidad interior, para hacer vibrar desde adentro la naturaleza exterior. No hay en sus cuadros fríos giros intelectuales, sino la emoción de la simplicidad en su más pura gracia.
Sus ocres y marrones son de una fuerza magnética que revelan su mundo, queridamente conceptuados. Podría asegurar que se evidencia en cada uno de sus trabajos, como un artista capaz y lleno de una temática que es nuestra, y que está empeñado a mostrar, sin halos mágicos ni recónditos misterios. De esta manera lo que su sentir dicta en una forma pura y simple, creando texturas originalmente comentadas.
La tierra le brinda su motivo e inspiración, y está descubriendo en su afán de encontrar su latir poderoso, las fuerzas que en ella nace; devolviéndole a su vez a esta tierra la exquisitez de una belleza transformada y eterna.
Diario CORDOBA Martes 17 de Octubre de 1972
Críticas
REYNA, MADUREZ EN SU CREACION
Un artista que no comprende lo que pasa en su tierra es una contradicción andante y el que, comprendiéndola, no actúa, estará inscripto en la antología de su propia frustración. Descubrir la obra de Manuel Reyna implica entrar en posesión de un universo personal que se acompaña por una postura lúcidamente inmersa en la tierra argentina, americana. Reyna se vale de diversos resortes temáticos para expresar su mundo interior. Sin embargo una extraña coherencia engarza seres y cosas, volúmenes y colores aparentemente heterogéneos. Es que todas sus telas, de una luminosidad sutilmente precisa, acercan al espectador a ese confín secreto donde misterio y poesía se confunden, Reyna ha entendido que el arte, hoy, parte de una exigencia ética y que esa exigencia condiciona una sola y única postura ante la realidad. También, evidenciando una madurez que destacamos, el artista cordobés ha salido de su papel de creador desestimando el mecanismo de competencia que a muchos de sus pares les inculcó la propia enseñanza. Tal resorte, nefasto ciertamente, se traslada a la esfera individual, a la de los grupos que, se sabe, están integrados meramente por vagas afinidades estéticas, precisas fobias personales, y discutibles calidades artísticas, Reyna ha incorporado su obra al proceso de cuestionamiento que la hora impone, ha pasado de la etapa verbal a la de una silenciosa operatividad mínima. Y, posiblemente, este pasaje solo puedan realizarlo los que no han tenido tiempo de hacerse notorios ni soportar un largo martirio de cocardas. Dramáticas atmósferas sugerencias oníricas predilección por la tonalidad sepia y otros climas diversos estructuran el balcón ideal para asomarse a la obra de MANUEL Reyna donde la tierra nuestra adquiere la vital trabazón con el artista y se proyecta hacia su paisaje predilecto, América. (Galería de arte Córdoba).
Diario LA VOZ DEL INTERIOR DIARIO INDEPENDIENTE DE LA MAÑANA Domingo 11 de Mayo de 1975
Artes Plásticas La hermosa y pacífica sencillez de Manuel Reyna
Hagamos un poco de historia: Manuel Reyna nació en 1912 en un sitio del Valle de Punilla, centro de nuestras serranías. Desarrolló tareas rudas desde temprana edad. Nunca pudo llegar a los claustros académicos. Todo esto era un mundo distante para este trabajador que soñaba con ese espíritu mágico y fantástico de los artistas.
Recién en 1950 Reyna se inició tímidamente, en el quehacer de la pintura. Pero desde sus primeros pasos, ese mundo interior que lo tenía inquieto, comenzó a aflorar con un estilo propio, con un vigor muy difícil de descubrir a través de la simple teoría. Tras años después sus primeros cuadros, elementales, sinceros con esa candidez y esa profundidad que corren paralelas dentro de las expresiones primitivas, comenzaron a ser conocidos en algunos salones del interior de nuestra provincia: Cruz del Eje, Río Cuarto, Deán Funes, Villa María. La etapa del comienzo se fue superando paulatinamente y desde 1956 el nombre de Manuel Reyna fue conociéndose a través de salones tan importantes como lo fue el de IKA, como lo son los de Santa Fé y el Nacional. Sus trabajos en relieve no se estancaron. Manuel Reyna siguió practicando, continuó con sus propios estudios; parco en expresar sus pensamientos, posee en cambio el sabio don de saber escuchar. Aferrado a una línea de conducta, fue desenvolviendo cada vez con mayor acierto su poder de imaginación: fue de limitando las normas que rigen su poder de composición, sus enfoques de una realidad circundante. A ello le fue aplicando el color. El resultado es una obra grata, plácida. En esa calma el espectador puede encontrarse a sí mismo, puede gozar de su propia paz.
En estos momentos Manuel Reyna está presentando sus más recientes trabajos al óleo en la galería Córdoba, subsuelo de avenida Colón al 375. Son diez y seis obra, realizadas empleando el sistema del relieve y en cuya elaboración pueden parecer hasta granos de arena que el artista aplica sabiamente dentro de la composición .En esta colección está el “Autorretrato” del artista., se encuentran paisajes como una visita a Charbonier, del Uritorco, dela Quebrada de San Marcos, en cada pieza se ofrece a primera vista esa límpida composición que ha sido la constante de este artista, una constante que habla de paz y de calma. Los trabajos de Manuel Reyna pueden ser visitados hasta el próximo jueves inclusive. . .
Currículum vitae
Realizó exposiciones en Uruguay, Bolivia, Paraguay y Chile, muestras individuales en renombradas galerías de arte de Buenos Aires, Córdoba, Rosario, Santiago del Estero (Argentina). Obtuvo numerosos premios en destacados salones de todo el país. Representó a Córdoba en numerosas muestras en el país y el extranjero Importantes y renombrados críticos de arte analizaron su obra y lo entrevistaron. Poseen obras suyas instituciones privadas y oficiales, entre ellas los Museos “Rosa Galisteo de Rodriguez” (Santa Fé), “Emilio Caraffa”, de Córdoba “Gomez Cornet” de Santiago del Estero, Villa Maria, Morteros (Argentina), Chile, etc.
Homenajes
Homenaje del Centro Vecinal Barrio La France Miércoles 18 de Diciembre de 1963, por la obtención del Tercer premio del Salón de Córdoba
Los Hermanos Reyna y un Homenaje Manuel, Oscar y Antonio, Municipalidad de San Marcos Sierras Domingo 19 de Abril de 1987.
Libro “Homenaje” Poesía a y con su nombre del sacerdote- poeta Osvaldo Pol Publicado en Córdoba Argentina 1987
Exposiciones Póstumas /Homenajes
1990 Muestra Homenaje – Manuel Reyna, Galería Formas y Colores Córdoba Argentina
Creación del “Premio Manuel Reyna”, con carácter de salón provincial de pintura organizado por la Comisión de Cultura del Partido Justicialista, con la adhesión del Movimiento de integración y Desarrollo.
1991 Por Decreto Municipal (05.11.91) se otorga el nombre “Manuel Reyna” a una de las calles de Barrio Cervecero, Córdoba ciudad, Córdoba, Argentina.
1992 Huellas, exposición colectiva en el marco del ciclo “Nuestras raíces” organizado por la Escuela Superior de Lenguas de la UNC, Salas Municipales de Exposiciones José Malanca Córdoba ciudad, Córdoba, Argentina
Inauguración de la Casa de la Cultura de la localidad de San Marcos Sierras, bajo el nombre “Manuel Reyna ”.
1993 Las iglesias y Capillas de Manuel, en ocasión de Semana Santa, Obras de colección de Sarita y Alfredo Garate, Secretaría de Turismo, Córdoba ciudad, Córdoba, Argentina
1995 Exposición Homenaje al pintor Manuel Reyna, Galería de Arte del Correo Argentino Barrio Las Flores, Córdoba ciudad. Córdoba, Argentina.
1996 Video “Don Manuel Reyna” premio I.N.C.A.A con guión de la Sra Nélida Demichelli
1997 Homenaje a Manuel Reyna, salas de exposiciones del Teatro San Martín,(curadora: Nélida Demichelis) designación de una de las salas del mismo nombre con el nombre “Manuel Reyna” Córdoba, Córdoba, Argentina.
1998 Declaración de los Murales realizados en Barrio La France por Manuel Reyna y el grupo Tarja, como obras de interes Municipal (decreto Municipal 23.12.98)
Por una solicitud de los vecinos de Barrio La France, el consejo Deliberante de la Ciudad de Córdoba otorga el nombre “Manuel Reyna” a una Plazoleta de este barrio, situada entre las calles Ciudad del Barco, Los Pozos y Av.Manuel Cardeñosa (ordenanza 9945.18.08.98). Córdoba ciudad, Córdoba, Argentina.
2003 Designación de la escuela IPEM Nº8 de Barrio La France, con nombre de Manuel Reyes Reyna Córdoba ciudad, Córdoba, Argentina.
2004 100 años de la Plástica en Córdoba- 100 años, 100 artistas.Centenario la Voz del Interior, Museo Caraffa, Córdoba, Córdoba. Argentina.
2004-2005 Manuel Reyna Restropectiva Homenaje se realizó en el año 2004-05 en el Museo Emilio Caraffa, Córdoba, Córdoba, Argentina.
Enlaces
http://www.norareyna.blogspot.com/
http//www.manuelreyna.blogspot.com
www.agora.com.ar/Agora_Art/Artes_Plasticas/Pintura/MReyna/reyna.htm www.jeraldmelberg.com/artist_template.cfm?TheArtist
www.slideshare.net/1950/manuel-reyna-presentation
http://www.youtube.com/watch?v=KJBaYtFSjJA
http://www.guiacultural.com/guia_tematica/plastica/directorio_de_artistas/reynaManuel/manuel.htm
http://www.youtube.com/watch?v=9g-_kkNmfzY
http://www.youtube.com/watch?v=I0toQG4Ewh0

Revisión del 01:48 14 sep 2009