Diferencia entre revisiones de «Ciencia ficción»

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La [[1997]] '''ciencia ficción''' (también fue conocida en su origen como '''literatura de anticipación''') es la denominación popular con que se conoce a uno de los géneros derivados de la literatura de [[ficción]] (junto con la [[literatura fantástica]] y la narrativa de terror). Nacida como [[género literario|subgénero literario]] distinguido en la [[década de 1920]] (aunque hay obras reconocibles muy anteriores) y exportada posteriormente a otros medios, como el [[Cine de ciencia ficción|cinematográfico]], [[historieta de ciencia ficción|historietístico]] y [[Ciencia ficción en la televisión|televisivo]], gozando de un gran auge en la segunda mitad del [[siglo XX]] debido al interés popular acerca del [[futuro]] que despertó el espectacular avance tanto [[científico]] como tecnológico alcanzado durante esos años.
La '''ciencia ficción''' (también fue conocida en su origen como '''literatura de anticipación''') es la denominación popular con que se conoce a uno de los géneros derivados de la literatura de [[ficción]] (junto con la [[literatura fantástica]] y la narrativa de terror). Nacida como [[género literario|subgénero literario]] distinguido en la [[década de 1920]] (aunque hay obras reconocibles muy anteriores) y exportada posteriormente a otros medios, como el [[Cine de ciencia ficción|cinematográfico]], [[historieta de ciencia ficción|historietístico]] y [[Ciencia ficción en la televisión|televisivo]], gozando de un gran auge en la segunda mitad del [[siglo XX]] debido al interés popular acerca del futuro que despertó el espectacular avance tanto científico como tecnológico alcanzado durante esos años.

Introducción ==
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Entre los estudiosos del género no se ha podido llegar a un consenso amplio sobre una definición formal, siendo éste un tema de gran controversia. En general se considera ciencia ficción a los [[cuento]]s o [[historia]]s que versan sobre el impacto que producen los avances [[ciencia|científicos]], [[tecnología|tecnológicos]], [[sociedad|sociales]] o [[cultura]]les, [[presente (tiempo)|presentes]] o [[futuro]]s, sobre la sociedad o los individuos.
Entre los estudiosos del género no se ha podido llegar a un consenso amplio sobre una definición formal, siendo éste un tema de gran controversia. En general se considera ciencia ficción a los [[cuento]]s o [[historia]]s que versan sobre el impacto que producen los avances [[ciencia|científicos]], [[tecnología|tecnológicos]], [[sociedad|sociales]] o [[cultura]]les, [[presente (tiempo)|presentes]] o [[futuro]]s, sobre la sociedad o los individuos.



Revisión del 00:46 5 ago 2009

La ciencia ficción (también fue conocida en su origen como literatura de anticipación) es la denominación popular con que se conoce a uno de los géneros derivados de la literatura de ficción (junto con la literatura fantástica y la narrativa de terror). Nacida como subgénero literario distinguido en la década de 1920 (aunque hay obras reconocibles muy anteriores) y exportada posteriormente a otros medios, como el cinematográfico, historietístico y televisivo, gozando de un gran auge en la segunda mitad del siglo XX debido al interés popular acerca del futuro que despertó el espectacular avance tanto científico como tecnológico alcanzado durante esos años.

Introducción

Entre los estudiosos del género no se ha podido llegar a un consenso amplio sobre una definición formal, siendo éste un tema de gran controversia. En general se considera ciencia ficción a los cuentos o historias que versan sobre el impacto que producen los avances científicos, tecnológicos, sociales o culturales, presentes o futuros, sobre la sociedad o los individuos.

Una definición posible del género es la propuesta por los escritores Eduardo Gallego y Guillem Sánchez en su artículo ¿Qué es la ciencia-ficción?

La ciencia ficción es un género de narraciones imaginarias que no pueden darse en el mundo que conocemos, debido a una transformación del escenario narrativo, basado en una alteración de coordenadas científicas, espaciales, temporales, sociales o descriptivas, pero de tal modo que lo relatado es aceptable como especulación racional.
Eduardo Gallego y Guillem Sánchez, ¿Qué es la ciencia-ficción?

Su nombre deriva de una traducción demasiado literal del término en inglés, ya que la traducción apropiada siguiendo las reglas del castellano sería "ficción de/sobre la ciencia" o "ficción científica". Si bien muchos expertos opinan que debería utilizarse éste último, la costumbre está demasiado extendida y sólo muy pocos lo utilizan.

En inglés también se puede escribir con un guión de unión cuando el término precede a un sustantivo, como science-fiction novel, cuya abreviatura es "sci-fi". Este uso anglosajón del guión ha dado lugar a nuevos malentendidos lingüísticos pues el guión en español aglutina sustantivos donde el segundo modifica al primero [1]​, es decir, al contrario que en inglés. Por tanto el uso "ciencia-ficción" en castellano se distancia aun más del significado original en inglés.

Historia

La expresión fue acuñada en 1926 por Hugo Gernsback cuando la incorporó a la portada de una de las revistas de narrativa especulativa más conocidas de los años 1920 en Estados Unidos: Amazing Stories (ver más abajo). El uso más temprano del término parece datar de 1851 y es atribuido a William Wilson, pero se trata de un uso aislado y el término no se generalizó con su acepción actual, hasta que Gernsback lo utilizó de forma consistente (después de hacer un intento previo con el término scientifiction que no llegó a cuajar).

Es muy posible que hoy se usara la palabra cientificción, pero Gernsback se vio obligado a vender su primera publicación, que tenía ese nombre. Sin darse cuenta, había vendido los derechos sobre el término y muy a pesar suyo se vio obligado a dejar de usarlo y utilizar en su lugar el término ciencia-ficción.

Así pues, hasta el año 1926 la ciencia ficción no existía como tal. Hasta esa fecha las narraciones que hoy día no dudamos en calificar de ciencia ficción recibían diversos nombres: viajes fantásticos, relatos de mundos perdidos, utopías, novelas científicas.

El canadiense John Clute denomina a esta época anterior a la eclosión del género proto ciencia ficción. Un nombre casi perfecto... para los que recuerden la excelente película de Donald Cammell de 1977, Engendro mecánico.

Proto ciencia ficción y ciencia ficción primitiva (1818-1937)

Para muchos la primera obra de ciencia ficción con contenidos similares a los del género, tal y como hoy se entiende, se remonta a 1818, año en que es publicado Frankenstein o El moderno Prometeo de Mary Shelley. Algunos ven elementos de ciencia ficción en leyendas y mitos muchos siglos antes. En la mitología griega, se cuenta que Dédalo, el padre de Ícaro y constructor del laberinto de Minos, construyó estatuas de madera que eran capaces de moverse solas (¿una primitiva referencia a los modernos robots?); también está el mito del Golem. El viaje a la Luna fue objeto de iniciativas literarias antes de 1818; dos de las más conocidas son la de Cyrano de Bergerac, siglo XVII y la del Barón de Münchhausen, siglo XVIII. Sin embargo, Carl Sagan e Isaac Asimov coinciden en que Somnium, de Johannes Kepler es el primer relato de ciencia ficción. Somnium describe a un aventurero que viaja a la Luna y muestra la preocupación de Kepler por el tema de cómo se verían los movimientos de la Tierra desde la Luna.

Un dibujo de la obra de Bergerac

Habrá algunos que cuestionen la calificación de estas obras como ciencia ficción (ni siquiera como proto ciencia ficción). El propio John Clute excluye la obra de Bergerac. Pero cualquiera de estos clásicos cuentos heredan gran parte del espíritu del racionalismo cartesiano del siglo XVII que sentó las bases de la ciencia moderna. Otros Mundos de Cyrano de Bergerac es auténtica ciencia ficción. Está escrito en tono de comedia, y no es ciencia moderna, pero sí recurre a los términos científicos de la época.

En cualquier caso, es difícil establecer límites: Clute, en su enciclopedia ilustrada, pone en duda la existencia del género en una etapa más temprana a los finales del siglo XVII, pero el precursor más citado es la obra de Tomás Moro, Utopía en 1516, primer relato que incorpora la descripción de una sociedad completamente imaginada y con ciertos toques que parecen acercarse a una serie de principios científicos.

Sin embargo, como se comenta más arriba, casi todos los expertos reconocen que la obra que supuso un antes y un después en la concepción de la literatura de ficción científica fue la obra de Shelley.

Los primeros años tras la aparición de Frankenstein dieron pocos frutos. Se puede destacar quizá otra de las obras de Shelley como El último hombre.

En los años 30 del siglo XIX, el estadounidense Edgar Allan Poe anticipó igualmente la narrativa de ciencia ficción (o ficción científica), como lo prueban las siguientes obras: La incomparable aventura de un tal Hans Pfaal, El poder de las palabras, Revelación mesmérica, La verdad sobre el caso del señor Valdemar, Un descenso al Maelström, Von Kempelen y su descubrimiento, etc., relatos todos ellos incluidos en la antología La ciencia ficción de Edgar Allan Poe, Trad. y notas de Julio Gómez de la Serna (Ed. Ultramar, Barcelona, 1985). Dichos relatos reúnen algunos de los elementos primitivos de la ciencia-ficción, como el mesmerismo y los viajes en globo —muy en boga en aquella época— y la especulación cosmológica, también presente en su visionario ensayo Eureka, en el cual parecen describirse los agujeros negros y algo parecido al Big Crunch (op. cit. p. 11).

Posteriormente, en la década de 1850 aparece el que probablemente pasa por ser uno de los autores más prolíficos del siglo XIX en el campo de las aventuras de corte científico: Julio Verne, quien en 1863 publica su primera obra con contenido de ficción científica: Cinco semanas en globo. La aparición de esta obra supone un hito, toda vez que a partir de su publicación este género empieza a transformar sus intenciones, y la ciencia subyacente pasa de ser un motivo de inquietud o de preocupación por lo desconocido a ser un soporte de historias de aventuras y descubrimientos.

Ciencia ficción primitiva

Europa

La rama europea de la ciencia ficción comenzó propiamente a finales del siglo XIX con los romances científicos de Julio Verne (1828-1905), cuya ciencia se centraba más bien en invenciones, así como con las novelas de crítica social con orientación científica de H. G. Wells (1866-1946).

Wells y Verne rivalizaron en la primitiva ciencia ficción. Los relatos y novelas cortas con temas fantásticos aparecieron en las publicaciones periódicas en los últimos años del siglo XIX, y muchos de ellos emplearon ideas científicas como una excusa para lanzarse a la imaginación. Aunque es más conocido por otros trabajos, Sir Arthur Conan Doyle también escribió ciencia ficción. El único libro en el que Charles Dickens se aventura en el territorio de la especulación científica y los extraños misterios de la naturaleza (en contraposición a los claramente sobrenaturales fantasmas de Navidad) fue en su novela Bleak House (1852) en la que Dickens hace que uno de sus personajes muera por «combustión humana espontánea». Dickens investigó casos registrados de tal efecto antes de escribir sobre la materia, para de esta forma ser capaz de contestar a los escépticos que se escandalizaran con su novela.

El siguiente gran escritor británico de ciencia ficción tras H. G. Wells fue John Wyndham (1903-1969). Este autor gustaba de referirse a la ciencia ficción con el nombre de «fantasía lógica». Antes de la Segunda Guerra Mundial Wyndham escribió exclusivamente para las revistas pulp, pero tras la contienda se hizo famoso entre el público en general, más allá de la estrecha audiencia de los fans de la ciencia ficción. La fama le vino de la mano de sus novelas El día de los trífidos (1951), El kraken acecha (1953), Las crisálidas (1955) y Los cuclillos de Midwich (1957)

Fuera del ámbito anglosajón hay que destacar la figura de Karel Capek, introductor del término robot en su obra teatral R.U.R. y creador del clásico de la ciencia ficción La guerra de la salamandras en 1937.

Estados Unidos

En los Estados Unidos de Norteamérica el género puede remontarnos a Mark Twain y su novela Un yankee en la corte del Rey Arturo, una novela que exploraba términos científicos aunque fueran enmarcados en una ficción caballeresca. Mediante el recurso a la «transmigración del alma» y la «transposición de épocas y cuerpos» el yankee de Twain es transportado hacia atrás en el tiempo y arrastra consigo todo el conocimiento de la tecnología del siglo XIX. Los resultados son catastróficos, ya que la caballeresca aristocracia del Rey Arturo se ve pervertida por el notable poder de destrucción que ofrecen máquinas como las ametralladoras, los explosivos y el alambre de espino. Escrita en 1889, Un yankee parece predecir sucesos que tendrían lugar 25 años después en 1914, cuando las viejas ideas caballerescas europeas en lo tocante al arte de la guerra acabarían hechas pedazos por las armas y las tácticas de la Primera Guerra Mundial.

Otro autor que escribió algunas historias de este tipo es Jack London. El autor de las novelas de aventuras en el salvaje Yukon, Alaska, y el Klondike, también escribió historias sobre extraterrestres (The Red One), sobre el futuro (El talón de hierro) o sobre los conflictos del futuro (La invasión sin precedentes). También escribió una historia sobre la invisibilidad y otra sobre un arma de energía para la que no existía defensa alguna. Estas historias impactaron en el público americano y comenzaron a perfilar algunos de los temas clásicos de la ciencia ficción.

Pero el autor americano que mejor simboliza el nacimiento en Estados Unidos de la ciencia ficción como género de masas es Edgar Rice Burroughs quien, poco antes de la Primera Guerra Mundial, publica Bajo las lunas de Marte (1912) en varios números de una revista especializada en aventuras. Burroughs siguió publicando en este medio durante el resto de su vida, tanto fantasía científica como historias de otros géneros (misterio, horror, fantasía y cómo no, su personaje más conocido: Tarzán); pero, las historias de John Carter (ciclo de Marte) y Carson Napier (ciclo de Venus), aparecidas en aquellas páginas, hoy día se consideran joyas de la ciencia ficción más temprana.

No obstante, el desarrollo de la ciencia ficción americana como género literario específico hay que retrasarlo hasta 1926, año en el que Hugo Gernsback funda Amazing Stories, creándose la primera revista dedicada exclusivamente a las historias de ciencia ficción. Por otra parte, dado que como es bien conocido, fue él quien eligió el término scientifiction para describir a este género incipiente, el nombre de Gernsback y el vocablo al que dio origen han quedado unidos para la posteridad. Las historias que se publicaban en ésta y otras exitosas revistas pulp (Weird Tales, Black Mask...), no gozaban del aval de la crítica seria, que en su mayoría las consideraban sensacionalismo literario, sin embargo fue en estas revistas, que mezclaban a partes iguales la fantasía científica con el terror, donde empezaron a brillar algunos de los grandes nombres del género, como Howard Phillips Lovecraft, Fritz Leiber, Robert Bloch, Robert E. Howard, etc. Todo ello atrajo a muchos lectores a las historias de especulación científica propiamente dicha.

La Edad de Oro (1938-1950)

Con el surgir en 1938 del editor John W. Campbell y su actividad en la revista Astounding Science Fiction (fundada en 1930) y con la consagración de los nuevos maestros del género: Isaac Asimov, Arthur C. Clarke y Robert A. Heinlein, la ciencia ficción empezó a ganar estatus como género literario, especialmente con este último, que fue el primer autor que consiguió que se editaran historias del género en publicaciones más generales, y fue también el que le dio mayor madurez al género e influyó poderosamente en su desarrollo posterior.

Las incursiones en el género de autores que no se dedicaban exclusivamente a la ciencia ficción también le dieron respetabilidad; autores como Karel Čapek, Aldous Huxley, C.S. Lewis y en castellano Adolfo Bioy Casares y Jorge Luis Borges.

Después de la Segunda Guerra Mundial se produce una transición del género. Es la época en la que los cuentos empiezan a ser desplazados por las novelas y los argumentos ganan en complejidad. Las revistas mostraban llamativas portadas con monstruos de ojos de mosca y mujeres medio desnudas, dando una imagen atrayente para lo que era su público principal: los adolescentes. Se fundan nuevas revistas: hasta 15 nuevas publicaciones en un sólo año; y alguna incluso atraviesa el océano Atlántico como la francesa Galaxie (prima hermana de la estadounidense Galaxy que empieza a publicarse el año 1950), pero ahora el género empieza a salir del terreno exclusivo del pulp.

La Edad de Plata (1951-1965)

Posiblemente, el que puede tal vez considerarse como primer título notable de la posguerra no fue escrito por un autor habitualmente catalogado como escritor de ciencia ficción y, de hecho, el libro ni siquiera fue catalogado como tal por su editor; pero sin duda lo es, y le dio a su autor fama mundial; nos referimos a 1984 (1948) de George Orwell. Pero la mejor tarjeta de visita del período de los 50 es su interminable lista de escritores que han sido la columna vertebral del género hasta casi finales de siglo: Robert A. Heinlein, Isaac Asimov, Clifford D. Simak, Arthur C. Clarke, Poul Anderson, Philip K. Dick, Ray Bradbury, Frank Herbert y muchos otros. En cuanto a los títulos, de esta época son libros que hoy son considerados clásicos: Crónicas marcianas o Fahrenheit 451 de Ray Bradbury, Mercaderes del espacio de Frederik Pohl y Cyril M. Kornbluth, Más que humano de Sturgeon; sin olvidar El fin de la eternidad de Isaac Asimov, y Lotería solar o El hombre en el castillo de Philip K. Dick. Algunas de ellas serían adaptadas al cine o la televisión; La naranja mecánica de Anthony Burgess es un ejemplo de esto. Y también es en esta época cuando empiezan a otorgarse los premios Hugo, cuya primera edición fue en 1953. En realidad, pese a que desde el punto de vista académico se ha venido en calificar como «edad de oro» a la etapa comprendida entre los años 1938 y 1950, para muchos, esta época debería extenderse unos quince años. La última novela digna de mención de este período es Dune de Herbert. No hay que pensar que tras su publicación, en 1965, hubiese una revolución que cambiase el panorama de forma drástica, pero un nuevo estilo empezaba a ganar el crédito de los aficionados.

La Nueva Ola

Los años transcurridos entre 1965 y 1972 son el período de mayor experimentación literaria de la historia del género. En Gran Bretaña, se puede asociar con la llegada de Michael Moorcock a la dirección de la revista New Worlds. Moorcock, entonces un joven de 24 años, dio espacio a las nuevas técnicas ejemplificadas en la literatura de William Burroughs y J.G. Ballard. Los temas empezaron a distanciarse de los tan manidos robots e imperios galácticos de las edades de oro y plata de la ciencia ficción, centrándose en temas hasta entonces inexplorados: la consciencia, los mundos interiores, relativización de los valores morales, etcétera.

En Estados Unidos, los ecos de los cambios experimentados en el panorama británico tuvieron su reflejo. Autores como Samuel Ray Delany, Judith Merril, Fritz Leiber, Roger Zelazny, Philip K. Dick, Philip José Farmer y Robert Silverberg, representan la esencia de las nuevas vías de este género literario.

Durante un tiempo, los nuevos temas y estilos parecieron eclosionar y llegaron a copar la mayor parte de los galardones más importantes. Y, aunque los grandes maestros consagrados del género seguían teniendo sus lectores, parecía que las nuevas vías habrían de imponerse. Y de repente, los lectores empezaron a retornar a los antiguos temas: tanta relativización de valores, tanto estilo experimental en realidad les desconcertaba. Aunque el panorama literario ya no era el mismo... había crecido y madurado; los lectores ahora entendían que el género podía ser mucho más que leyes de la robótica y psicohistoria.

El Cyberpunk

En la década de 1980 las cada vez más ubicuas computadoras y la aparición de las primeras redes informáticas globales dispararon la imaginación de jóvenes autores, convencidos de que tales prodigios producirían profundas transformaciones en la sociedad. Este germen cristalizó principalmente a través del llamado movimiento cyberpunk, un término que aglutinaba una visión pesimista y desencantada de un futuro dominado por la tecnología y el capitalismo salvaje con un ideario "punk" rebelde y subversivo, frecuentemente anarquista. Una nueva generación de escritores surgió bajo esta etiqueta, encabezados por los escritores William Gibson y Bruce Sterling.

Postcyberpunk

A principios de la década de los 90s del siglo XX ocurrió un cambio significativo en la literatura de ciencia ficción. Autores antes plenamente cyberpunk o que nunca habían pertenecido a esa corriente, comenzaron a rechazar explícitamente los clichés de dicho género, y de paso, a considerar a la tecnología con una visión más positiva. Es notorio que esto ocurría casi al mismo tiempo que se daba la acelerada introducción de las computadoras e Internet en la vida cotidiana. Conforme los autores empezaron realmente a usar las computadoras y la red global, sus opiniones y obras empezaron a cambiar y a rechazar la rebeldía y exaltación de la marginalidad del cyberpunk.

En las novelas post-cyperpunk, es mucho más frecuente que los protagonistas sean integrantes respetables de sus comunidades: científicos, militares, policías e incluso políticos. Aun en el caso de personajes más marginales, su interés suele residir en mantener o mejorar el statu quo, no en destruirlo tal y como era lo típico en el cyberpunk; y cuando no lo hacen, suelen ser los antagonistas.

La primera novela etiquetada como postcyberpunk es Snow Crash de Neal Stephenson. Además de Stephenson, han sido etiquetados como postcyberpunk autores tan dispares como Nancy Kress, Greg Egan, Tad Williams, Charles Stross o Richard K. Morgan.


Ciencia ficción Hard y Soft

Esta clasificación dicotómica, literalmente dura y blanda, se refiere a dos tendencias opuestas a la hora de elaborar los planteamientos científicos sobre los que se basa la obra.

En el caso de la ciencia ficción hard los elementos científicos y técnicos están tratados con el máximo rigor, incluso cuando éstos entran dentro de la pura especulación, y la narración se subordina a este rigor. La película de ciencia ficción hard por excelencia es 2001: Una odisea del espacio. Gran parte de la ciencia ficción soviética se inscribe en esta línea.

Miquel Barceló en su libro Ciencia-ficción, guía de lectura dice con referencia al hard:

Cuando la ciencia ficción retoma los temas más estrictamente científicos y se basa principalmente en el mundo de la ciencia, se habla de ciencia ficción "dura", comúnmente de ciencia ficción hard, utilizando directamente la palabra original inglesa ya que casi nadie usa su traducción literal del castellano. Por lo general, la física, la química de la biología, con sus derivaciones el ámbito de la tecnología, las ciencias que soportan la mayor parte de especulación temática de la ciencia ficción hard.
Miquel Barceló, Ciencia-ficción, guía de lectura, p. 55

Respecto a la ciencia-ficción soft escribe:

En contraposición a la base científico-tecnológica de la ciencia ficción más clásica, los años sesenta contemplaron [...] los intentos [...] por incorporar las ciencias sociales como la antropología, la historia, la sociología y la psicología al ámbito de la ciencia ficción. [...] Sus autores suelen caracterizarse por una escasa o nula formación científica y un interés casi exclusivo por lo meramente literario. Gracias a ello [...] ha incorporado una mayor calidad literaria a la ciencia ficción y [...] ha provocado una evidente mejora del género.
Miquel Barceló, Ciencia-ficción, guía de lectura, p. 59

Obviamente la distinción entre ambas vertientes es difusa y podemos encontrarnos obras que comparten ambos enfoques. Pero, por lo general, los autores de ciencia ficción se pueden englobar en una categoría u otra.

Obras y autores destacados

Autores destacados

Es una empresa arriesgada señalar los autores más destacados de cualquier género literario (los grandes maestros). Siempre hay gustos, preferencias y opiniones. Y en un género literario joven como el de la CF, hay muchos autores noveles, que son grandes promesas, pero que no entrarían en la lista de los más importantes de los expertos y aficionados. También hay incursiones de autores muy conocidos practicantes habituales de otros géneros, pero cuyas obras maestras no se encuentran en el campo de la ciencia ficción.

La preeminencia de los autores estadounidenses y británicos en este género es evidente, en idioma español la categoría se ve en forma amplia incluyendo el Género Fantástico, en el que están los más importantes escritores reconocidos del idioma en el siglo XX. También el género en su versión más reduccionista tiene ejemplos en idioma castellano en guionistas de Historieta trascendentes volcados al relato.

H. G. Wells (1866 - 1946): notable novelista y pensador británico, famoso por sus novelas de ciencia ficción, de la que es considerado uno de sus precursores.

En la siguiente lista se ofrecen los nombres de algunos de los autores más destacados de ciencia ficción (ordenados alfabéticamente por su apellido); no se trata de una lista exhaustiva pero es una aproximación a los autores considerados grandes maestros del género:


A


B


C


D


E


F


G


H


K


L


M


N


O


P


R


S


T


V


W


Z

Revistas

Amazing Stories (1928)

La ciencia ficción está ineludiblemente ligada a las revistas. La propia expresión ciencia ficción apareció en una de ellas. Probablemente, la primera revista periódica con algunos cuentos de este género (todavía sin nombre oficial) se podría considerar The Argosy 1896. No obstante, The Argosy no era una revista exclusivamente dedicada a las historias fantásticas con contenido científico. Otra revista temprana fue All Story, que comenzó a publicarse en 1911; en ella aparecieron la mayoría de los cuentos de Edgar R. Burroughs de fantasía científica.

Sin embargo, las dos revistas precursoras más famosas no llegarían hasta la década de 1920; en 1923 empezó a publicarse Weird Tales (cuya versión española se llamó Narraciones Terroríficas), y 1926, año en el que Hugo Gernsback acuñó el término con el que definitivamente se conocería el género para la otra de las dos «precursoras oficiales»: Amazing Stories. Amazing fue la primera de todas ellas en dedicarse de forma exclusiva a la ficción de corte científico y tuvo una larga trayectoria. Sus primeras historias eran principalmente reimpresiones de obras de Poe, Wells y Verne; pero también se publicaron relatos inéditos de gente como Burroughs y Merrit. Amazing se puede considerar como la revista más influyente durante muchos años y un punto de referencia durante todo el curso de su existencia. En 1980, tras su última etapa bajo la edición de Kim Mohan, la revista dejó de publicarse y, aunque varios editores han intentado resucitarla desde entonces, actualmente se puede considerar fuera de circulación.

En 1930 surgió otra de las revistas clásicas que todos los historiadores incluyen en su relación de publicaciones de la «edad de oro», Astounding Stories, la que más tarde sería reeditada por John W. Campbell como Astounding Science Fiction (1938) y que finalmente derivaría en la actual Analog Science Fiction and Fact (1960) y en la que escribieron los grandes escritores del género de aquellos días, entre los que se incluyen a Isaac Asimov, Robert A. Heinlein y Poul Anderson. Astounding/Analog (también conocida por sus siglas ASF) es considerada una revista de corte más cientificista que otras, siendo una de las publicaciones esenciales desde sus inicios hasta el presente. En 1971, tras la muerte de Campbell, Analog pasó a ser editada por Ben Bova, también conocido por ser el valedor de Orson Scott Card y aquél que lo lanzó a la fama. Desde 1978 la edita Stanley Schmidt.

En 1949 empezó a publicarse otra revista que tiene en su haber la mayor serie de colaboraciones (en este caso ensayos científicos) de Isaac Asimov, un total de 399 colaboraciones mensuales a lo largo de 33 años. Se trata de The Magazine of Fantasy & Science Fiction. Esta revista fue primeramente editada por Antony Boucher, y su editor actual, Gordon van Gelder, mantiene una revista de gran calidad literaria. En sus páginas se han publicado clásicos como Flores para Algernon de Daniel Keyes.

Otra de las revistas que no podíamos dejar de mencionar es Galaxy (1950). Inicialmente editada por Horace Leonard Gold tiene en su haber las mejores críticas literarias gracias a la aceptación del público de un género que empezaba a consagrarse fuera de los círculos del pulp. Con ver la lista de autores que publicaron en su primer número podemos hacernos una idea de su calidad y empuje: Clifford D. Simak, Theodore Sturgeon, Fritz Leiber o Isaac Asimov. Esta revista llegó a publicarse en Europa (en Francia y Alemania), tuvo cierto éxito durante casi treinta años hasta que en 1980 dejó de publicarse. A principio de los años 1990 el hijo de su fundador retomó la publicación de Galaxy, pero finalmente la empresa terminó de forma infructuosa en 1995.

El género está en alza. Todos los años aparecen nuevas revistas. Algunas intentan aprovechar el tirón publicitario de un nombre conocido para entrar en un mercado muy competitivo. Es, por ejemplo, el caso de Asimov's Science Fiction que empezó a publicarse en 1977 bajo la dirección del propio Isaac Asimov y con George H. Scithers como editor. Este hecho, no obstante, no tiene porqué restar calidad a estas empresas y, por ejemplo, las historias publicadas en Asimov's han sido galardonadas con frecuencia con premios Hugo y Nébula.

También en español, llegaron a publicarse algunas revistas clásicas, como la anteriormente mencionada Narraciones. Aunque también hubo iniciativas puramente autóctonas. De ellas, la más conocida comenzó su vida en 1968. Se trata de Nueva Dimensión (ND), fundada por Domingo Santos, y estuvo en circulación hasta 1983, habiendo obtenido durante esos años varios premios internacionales. Otra revista, esta mucho más moderna, con cierto renombre es Gigamesh, que empezó a publicarse en 1991; no obstante, nunca ha llegado a tener la repercusión literaria de ND. Tras varios publicaciones sin periodicidad alguna ha dejado también de publicarse. También la revista Galaxia, que bajo la dirección de León Arsenal, obtuvo en 2003 el premio a la mejor publicación de literatura fantástica, concedido por la Sociedad Europea de Ciencia-ficción. Como vemos, muchas revistas han sufrido una trayectoria muy irregular, con sucesivas resucitaciones y desapariciones, hecho que ha impedido que lleguen a ser conocidas de forma extensa. Volvió a aparecer durante un tiempo una de estas últimas: Asimov Ciencia Ficción (versión española de su homónima estadounidense), pero cerró definitivamente al cabo de unos pocos años. Ninguna de las importaciones de la célebre revista estadounidense en España ha tenido éxito.

Ya en los últimos años, ha aparecido el magazine online Scifiworld Magazine que dedicado principalmente al género fantástico en el medio audiovisual informa cada mes de las novedades del género junto a interesantes artículos de diversa índole. A partir de Julio de 2006, la revista pasa a formar parte de la cadena de televisión scifi y pasa a llamarse scifi.es

También en 2006, la A.C. Xatafi comienza la publicación digital de la revista Hélice: reflexiones críticas sobre ficción especulativa. Desde entonces ha mantenido una regularidad notable con un considerable éxito. Esta revista ha sido la primera en plantear una dignificación del género en España mediante estudios y críticas de mayor nivel, entre la difusión y el academicismo, con una consideración profesional de la figura del crítico. Ganó el premio Ignotus de la AEFCFT a la mejor revista publicada en 2007.

En 2008 también la A.C. Xatafi publica el primer número digital de Artifex, revista de cuentos de género que recoge el relevo de la edición en papel. Su precursora, tras pasar por varios formatos, se ha mantenido durante años como el referente para la publicación de relatos de ciencia ficción en España.

En el cine

En el cine hubo y hay grandes valedores del género de la ciencia ficción. Bien mediante la adaptación de cuentos y novelas, bien mediante la producción de películas con guiones especialmente creados para la gran y la pequeña pantalla.

En la historieta

En la televisión

Premios

Literarios

Los dos premios más importantes del género son los premios Hugo y los premios Nébula.

Los premios Hugo, llamados así en memoria del pionero de la ciencia ficción Hugo Gernsback, son concedidos en diversas categorías por la Sociedad mundial de ciencia ficción (WSFS) durante la celebración anual de la Worldcon. Durante la misma se entrega además el premio John W. Campbell al mejor autor novel del año.

Los Nébula son concedidos anualmente también en varias categorías por la Asociación de escritores de ciencia ficción y fantasía de Estados Unidos (SFWA). Esta asociación además concede los cotizados premios Gran Maestro a los más importantes escritores del género por la labor de toda una vida.

Algunos otros premios también tienen nombres de otros insignes autores y editores del ramo: John W. Campbell Memorial (no confundir con el del mismo nombre al mejor autor novel) y los premios Clarke, Sturgeon y Philip K. Dick Memorial.

También las publicaciones especializadas otorgan algunos premios de relevancia como es el caso de la revista estadounidense Locus Magazine, que anualmente otorga los premios Locus.

En Europa, la Sociedad Europea de Ciencia Ficción (ESFS) se creó en 1972 y reúne a diversos profesionales del sector. Inicialmente programaba una convención bianual que a partir de 1982 se convirtió en anual, durante la cual se otorgan los premios europeos de ciencia ficción en los que se nomina al mejor: autor, traductor, promotor, publicación periódica, editorial, artista y revista.

En España, existen dos principales premios. Los premios Ignotus, otorgados por la AEFCFT, son votados por los socios y por los asistentes a la convención nacional anual Hispacón. Serían los equivalentes españoles a los Hugo. Han sido otorgados desde 1991 y cuentan con varias categorías. Por otra parte, el Premio Xatafi-Cyberdark es otorgado por la A.C. Xatafi y por la librería virtual Cyberdark. El fallo lo decide un jurado rotativo compuesto por varios críticos de toda España que a lo largo de un año discuten en lista privada sobre todo lo publicado el año anterior. Incluye las categorías de Mejor libro español, Mejor libro extranjero, Mejor cuento español, Mejor cuento extranjero y Mejor iniciativa editorial en España. Se concede desde 2006.

Otros países también tienen sus premios nacionales: el premio Seiun en Japón, los BSFA británicos, los Ditmar australianos, etcétera.

Cine

En Estados Unidos, cuna del género, se otorgan los Saturno por la Academia de cine de ciencia ficción, fantasía y horror, siendo, probablemente, los premios más importantes del género.

En Europa los premios están más relacionados con festivales concretos, en los que se exhiben diferentes películas: El Festival de Sitges de Cine Fantástico junto al Festival Internacional de Cine Fantástico de Bruselas son dos de las citas más importantes europeas del género.

En latinoamérica existen pocos festivales especializados, uno de ellos es el Buenos Aires Rojo Sangre.

Aportes de la ciencia ficción a la ciencia

De igual manera que la ciencia ficción ha tomado muchos de sus argumentos y elementos de ambientación de conceptos o creaciones de la Ciencia, ésta ha tomado en ocasiones elementos de la literatura de CF para convertirlos en conceptos reales o hipótesis de trabajo de cara al futuro científico o tecnológico.

Los casos más conocidos de esta transferencia son los del término robot empleado por primera vez por el escritor checo Karel Čapek -el cual deriva de la palabra "robota", que en su idioma significa "trabajo duro y pesado"; dado que se entendía por éstos como máquinas específicas para realizar estas funciones- en su obra R.U.R. (Robots Universales de Rossum), el término derivado robótica, creado en las novelas de robots de Isaac Asimov o el ascensor espacial imaginado independientemente por Arthur C. Clarke y Charles Sheffield.

Otros conceptos, aunque creados por eminentes científicos, han sido profusamente desarrollados por la ciencia ficción antes incluso de ser tenidos en cuenta por la ciencia. Son ejemplos de ello la utilización de antimateria, los agujeros de gusano o la nanotecnología.

Algunos conceptos han tenido una notable influencia, a pesar de no ser en la actualidad más que meras invenciones de la imaginación. Por ejemplo, la psicohistoria (ficción) de Asimov ha influido levemente en la forma de ver la sociología desde un punto de vista matemático.

Finalmente, y de modo sorprendente, algunas invenciones de la ciencia ficción han inspirado alguna de las líneas de investigación actual, como la comunicación instantánea (ansible taquiones), o, en La vuelta al mundo en 80 días, el autor describió el globo aerostático y el teléfono, que en ese tiempo aún no existían.

Terminología

Dentro de la ciencia ficción la terminología, la jerga fanta-científica, palabras comunes para los lectores asiduos del género, pero no para los nuevos lectores, es pan de cada día.

Sin embargo, no están creadas como una forma de lenguaje identificativo, sino que la mayor parte de las veces son ideas y conceptos interesantes que se han convertido en dominio público, dentro del género e incluso fuera de él, en el mundo de la ciencia.

Estos términos son muy usados dentro de los relatos y novelas de ciencia ficción. Como ejemplo tenemos al Hiperespacio, que es una especie de «espacio alternativo» por el que se puede viajar de un punto a otro; las Sociedades o Mentes Colmena, que son sistemas con inteligencia compuestos por la mente de muchos seres y no sólo de uno, etcétera.

Temas

  • Futuros o alternativas temporales (diacronías o universos paralelos), centrándose habitualmente en el desarrollo científico o social.
  • Posibles inventos o descubrimientos científicos y técnicos.
  • Contacto con extraterrestres (inteligentes o no) y sus consecuencias.
  • Diferenciación del ser humano a partir de la comparación con robots, extraterrestres y otros seres superinteligentes.
  • Inteligencia artificial y robótica.
  • Viajes interestelares.
  • Viajes en el tiempo.
  • Avances en biotecnología.
  • Terraformación.
  • Cyberpunk: subgénero centrado en los computadores, las redes y el impacto sobre los individuos.

Elementos

Estilos

Bibliografía

  • Aldiss, Brian W. & Wingrove, David. Trillion Year Spree: The History of Science Fiction. Atheneum, 1986. ISBN 0-689-11839-2
  • Amis, Kingsley. El universo de la ciencia ficción. Madrid: Editorial Ciencia Nueva, 1966.
  • Asimov, Isaac. Cuentos completos I y Cuentos completos II. Barcelona: Ediciones B, 2005. ISBN 978-84-666-2181-6/ ISBN 978-84-666-2285-1
  • Barceló, Miquel. Ciencia-ficción, guía de lectura. Barcelona: Ediciones B, 1990. ISBN 84-406-1420-9
  • Clute, John & Nicholls, Peter (eds.). The Encyclopedia of Science Fiction. St. Martin's Press, 1995. ISBN 0-312-13486-X
  • Disch, Thomas M. The Dreams Our Stuff Is Made Of. Touchstone, 1998. ISBN 0864824051
  • Ferreras, Juan Ignacio. La novela de ciencia ficción. Madrid: Siglo XXI, 1972.
  • James, Edward. The Cambridge companion to science fiction. Cambridge: Cambridge University Press, 2003. ISBN 0-521-01657-6
  • Kagarlitski, Yuli. ¿Qué es la ciencia-ficción? Barcelona: Ediciones Guadarrama, 1977.
  • Moreno Serrano, Fernando Ángel. La ciencia ficción en España (1950-2000). Tesis doctoral. Madrid: Universidad Complutense de Madrid
  • Moreno Serrano, Fernando Ángel. "Notas para una historia de la ciencia ficción en España" en Dicenda. Cuadernos de Filología Hispánica, nº 27, 2007, pp. 125-138. ISSN 0212-2952
  • Moreno Serrano, Fernando Ángel. "Planteamientos retóricos de la novela de ciencia ficción" en Letras de Deusto, vol. 38, nº 120, pp. 95-106. ISSN 0210-3516.
  • VV. AA. Obras Maestras: La Mejor Ciencia Ficción del Siglo XX. Barcelona: Ediciones B, 2007. ISBN 978-84-666-3391-8
  • Weldes, Jutta (ed.). To Seek Out New Worlds: Science Fiction and Politics. Palgrave Macmillan, 2003. ISBN 0-312-29557-X

Véase también

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  • Corrientes dentro de la ciencia ficción:
Cyberpunk | Futurología | Utopía

Referencias

  1. [1]Diccionario panhispánico de dudas

Enlaces externos