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Ciudad prehispánica de Teotihuacan

Patrimonio de la Humanidad de la Unesco

Vista de la Calzada de los Muertos y la Pirámide del Sol, desde la cúspide de la Pirámide de la Luna.
Localización
País México México
Coordenadas 19°41′33″N 98°50′38″O / 19.6925, -98.843888888889
Datos generales
Tipo Cultural
Criterios i, ii, iii, iv, vi
Identificación 414
Región Latinoamérica y Caribe
Inscripción 1987 (XI sesión)
Sitio web oficial

Teotihuacan (del náhuatl: Teōtīhuacān ‘Ciudad de los dioses’) es el nombre dado por los mexicas al centro urbano más poblado de Mesoamérica y el de mayor apogeo durante el periodo Clásico[1]​ y actualmente una zona arqueológica localizada en el valle del mismo nombre, que forma parte de la Cuenca de México. Dista unos 40 kilómetros al noreste de la Ciudad de México y forma parte de los municipios de San Juan Teotihuacan y San Martín de las Pirámides, en el noreste del estado de México. Aunque la ciudad llegó a tener una superficie de aproximadamente 21 km2, en la actualidad el conjunto de monumentos arqueológicos que se encuentra abierto a la visita del público representa aproximadamente la décima parte de la ciudad original. Llegó a contar con una población de entre 150 y 200 mil habitantes en su época de mayor esplendor.

Desde el periodo mesoamericano, la ciudad de Teotihuacan fue objeto del interés de los pueblos que sucedieron a los teotihuacanos en Mesoamérica. En el Templo Mayor de México-Tenochtitlan se han descubierto numerosas reliquias de origen teotihuacano, por lo que se ha llegado a la conclusión de que entre los primeros exploradores del yacimiento arqueológico se encuentran los propios mexicas. No fue sino hasta finales del siglo XIX cuando se restauraron los monumentos más sobresalientes de la ciudad: los basamentos hoy conocidos como Pirámide del Sol y Luna, localizados en las inmediaciones de la Calzada de los Muertos, llamada así por investigadores de principios del siglo XX.

Teotihuacan fue inscrita en la lista del Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1987. Es la zona arqueológica de país con mayor afluencia de turistas, por encima de sitios como Chichén-Itzá o Monte Albán. A pesar de lo que pudiera suponerse dada la gran cantidad de monumentos restaurados del sitio, las excavaciones arqueológicas en Teotihuacan continúan hasta nuestros días, y han dado como resultado un paulatino incremento en la calidad y cantidad del conocimiento que se tiene sobre esta ciudad, de la que, por cierto, se desconocen cuestiones tan importantes como su nombre original y la filiación étnica de sus fundadores. Se sabe, en cambio, que fue un sitio cosmopolita, por la presencia documentada de grupos originarios de la costa del Golfo o de los Valles Centrales de Oaxaca.

Medio físico

La ciudad prehispánica de Teotihuacan fue construida en un valle surcado por el río San Juan, que desembocaba en el lago de Texcoco, cuya superficie en la actualidad se encuentra sumamente reducida. Este valle está rodeado por la sierra de Patlachique al sur y los cerros Gordo y Malinalco al norte. Posee un desagüe natural hacia el vaso de Texcoco por el suroeste. El valle de Teotihuacan se encuentra a una altitud de entre 2240 y 2350 msnm, es decir, asciende desde una cota similar a la del nivel de la Ciudad de México en el extremo suroeste del valle hasta unos cien metros más, al noreste, cerca de Otumba.

Suele pensarse que la cuenca de México en tiempos antiguos estuvo cubierta de grandes bosques y caracterizada por un clima menos árido que el que es particular de la región en la actualidad. Sin embargo, estudios interdisciplinarios han mostrado que no existen grandes variaciones en el nivel de la humedad en el Anáhuac. Es cierto que la presencia del ser humano en el valle de Teotihuacan, como en otras partes de México, ha modificado de modo importante el paisaje. Por no ir más lejos, la acción humana provocó la desecación casi total del lago de Texcoco y, en tiempos precolombinos, la modificación del río San Juan para adaptar su curso a la traza urbana de Teotihuacan.

Sin embargo, los estudios arqueobotánicos y sobre climatología histórica en la región muestran que la cuenca se ha caracterizado por una humedad relativamente reducida a lo largo de toda su historia natural. Paradójicamente, el período inmediatamente posterior al declive de Teotihuacan se caracterizó por un aumento en las condiciones de pluviosidad en las inmediaciones de la ciudad.

Secuencia histórica

La época de mayor apogeo de Teotihuacan corresponde al Clásico Temprano de Mesoamérica (ss. II/III-VI) . Sin embargo, los inicios de la ciudad deben colocarse en el primer milenio antes de la era común. Localizada estratégicamente al noreste del valle de México, en las cercanías de la ribera norte del lago de Texcoco, Teotihuacan se convirtió en la principal competencia de Cuicuilco durante el Preclásico Tardío. La erupción del Xitle en el sur del valle apresuró la caída de Cuicuilco y favoreció la concentración de la población y el poder político y económico en Teotihuacan.

Por motivos que aún no han sido del todo dilucidados, Teotihuacan se colapsó hacia mediados del siglo VIII, dando lugar al Epiclásico mesoamericano. Los vestigios de la ciudad dieron origen a numerosas explicaciones sobre su presencia entre los pueblos nahuas del Posclásico, que son conocidos por la labor de recuperación de los misioneros de Indias, como Bernardino de Sahagún.

La expansión

Principales sitios asociados a la ciudad de Teotihuacan.

Los historiadores han llegado a la conclusión de que los creadores de esta civilización fue un pueblo del que no se tiene noticia. Están seguros de que no fueron ni los olmecas ni los toltecas. Se sabe por las excavaciones que lo más antiguo de Teotihuacan es anterior a la cultura tolteca y con un gobierno ejercido por una teocracia.

En los primeros siglos de nuestra era, Teotihuacan pasó a ser un estado que fue ensanchando sus relaciones comerciales y de tributación en gran medida en Mesoamérica, así como su influencia cultural. Durante su edad dorada influyó sobre muchos pueblos vecinos e inspiró otras culturas además de legar conocimientos científicos y culturales a las sociedades posteriores. Por esta razón es muy frecuente encontrar por todo el territorio mexicano rastros y evidencias de esta cultura.

La expansión de Teotihuacan no se logró por las armas, como cualquier otra conquista, sino por el sabio manejo del comercio y la religión. Cuando la ciudad se hizo grande y poderosa, las casas pasaron a ser edificios de mampostería en lugar de simples chozas. La clase gobernante, la aristocracia, vivía en un barrio rodeado por una muralla, construido en las cercanías de lo que actualmente se llama la Calle de los Muertos (o calzada o vía). Sus palacios estaban ricamente adornados por pinturas murales donde se representaban figuras de animales, deidades y otros personajes relacionados con la religión. El resto de la población vivía en conjuntos habitacionales de tamaño y estructura diversa.

Estas construcciones, de las que se construyeron más de 2000, consistían en apartamentos de una sola planta, intercomunicados, con un patio central con un pequeño adoratorio del dios tutelar de sus habitantes, que llegaron a ser entre 60 y 100 individuos. La cantidad y disposición de los conjuntos varió en función de la clase y posición social de sus habitantes, pero constituyó núcleos habitacionales hoy identificados que contaron con calles de tamaño variable con una extensión promedio de 60 metros por cuadra.

Decadencia

Hacia 650 comenzó su paulatina decadencia. La población se fue reduciendo por factores de orden social y climático. En el siglo VIII alcanza ya el ocaso, aunque el valle no fue abandonado nunca. No se conoce la causa de la decadencia y su total destrucción.

Estudios recientes demuestran que la decadencia de este Imperio pudo deberse a la mala administración y al uso abusivo del entorno. Las casas se encalaban varias veces al año con cal extraída de la tala y posterior quema de árboles que rodeaban la ciudad. Una tala indiscriminada durante años, aunada a una mala administración y al descontento de la población, provocó posiblemente una rebelión en masa, que destruyó la ciudad, no en un día, pero sí en pocos años. Otra teoría es que la ciudad fue abandonada al terminar su ciclo, ya que en las ruinas no hay rasgos de ninguna revuelta. Cuando Teotihuacan declinó, otros centros que dependían cultural y comercialmente de ella llegaron también rápidamente al ocaso, como le ocurrió a Monte Albán, e incluso a la civilización maya.

La leyenda

Fue también el padre Sahagún quien recogió de boca de los mexicas la leyenda que habla sobre la creación del Sol y la Luna, los dioses a quienes están dedicadas las dos magníficas pirámides. Dice así:

Antes de que hubiese día, se reunieron los dioses en Teotihuacan y dijeron, ¿Quién alumbrará el mundo? Un dios rico (Tecuzitecatl), dijo yo tomo el cargo de alumbrar el mundo. ¿Quién será el otro?, y como nadie respondía, se lo ordenaron a otro dios que era pobre y buboso (Nanahuatzin). Después del nombramiento, los dos comenzaron a hacer penitencia y a elevar oraciones. El dios rico ofreció plumas valiosas de un ave que llamaban quetzal, pelotas de oro, piedras preciosas, coral e incienso de copal. El buboso (que se llamaba Nanauatzin), ofrecía cañas verdes, bolas de heno, espinas de maguey cubiertas con su sangre, y en lugar de copal, ofrecía las postillas de sus bubas. A la media noche se terminó la penitencia y comenzaron los oficios. Los dioses regalaron al dios rico un hermoso plumaje y una chaqueta de lienzo y al dios pobre, una estola de papel. Después encendieron fuego y ordenaron al dios rico que se metiera dentro. Pero tuvo miedo y se echó para atrás. Lo intentó de nuevo y volvió para atrás, así hasta cuatro veces. Entonces le tocó el turno a Nanauatzin que cerró los ojos y se metió en el fuego y ardió. Cuando el rico lo vio, le imitó. A continuación entró un águila, que también se quemó (por eso el águila tiene las plumas hoscas, color moreno muy oscuro o negrestinas, color negruzco); después entró un tigre que se chamuscó y quedó manchado de blanco y negro. Los dioses se sentaron entonces a esperar de qué parte saldría Nanauatzin; miraron hacia Oriente y vieron salir el Sol muy colorado; no le podían mirar y echaba rayos por todas partes. Volvieron a mirar hacia Oriente y vieron salir la Luna. Al principio los dos dioses resplandecían por igual, pero uno de los presentes arrojó un conejo a la cara del dios rico y de esa manera le disminuyó el resplandor. Todos se quedaron quietos sobre la tierra; después decidieron morir para dar de esa manera la vida al Sol y la Luna. Fue el Aire quien se encargó de matarlos y a continuación el Viento empezó a soplar y a mover, primero al Sol y más tarde a la Luna. Por eso sale el Sol durante el día y la Luna más tarde, por la noche.

La historia del sol y de la luna

Tal como está configurada se puede deducir que tuvo un cuidadoso trabajo de planificación. Se aprecian cuatro zonas o ejes principales. De norte a sur se extiende la avenida principal, la calzada de los Muertos. Recientemente se descubrió perpendicular a ella el otro eje, constituido por dos calles que atraviesan la Ciudadela y que no son visibles en la actualidad. Los arqueólogos las han llamado Avenida Este y Avenida Oeste.

La ciudad estaba bien diferenciada en barrios y centro de ceremonial religioso, donde se encontraban los edificios de actividades administrativas y los grandes palacios, además de los templos y grandes pirámides.

Los sacerdotes tenían un papel destacado en lo tocante a la religión y la administración. Los arquitectos y los artistas eran bien considerados y tenían talleres especializados. En cuanto al cuerpo militar, se conoce muy poco; se sabe que no era una sociedad militarista aunque en la época final aparecieron con más frecuencia las representaciones de militares en la pintura mural.

Los monumentos

La Calzada de los Muertos

Esta calzada, conocida también por Calle de los Muertos es llamada así por investigadores posteriores que pensaron que en sus estructuras se alojaban tumbas de dignatarios. Fue eje de la ciudad y centro ceremonial. Estaba flanqueada por las más vastas construcciones de toda Centroamérica. La organización urbana de esta gran ciudad influyó grandemente en toda Centroamérica.

Comienza esta gran avenida en el recinto de la pirámide de la Luna y va a morir en el recinto que los españoles del siglo XVI llamaron Ciudadela. Su longitud es de 2 km, tiene una anchura de 40 m y está orientada 15º 30’ al este del norte astronómico, como ocurre con casi todas las construcciones de este lugar. A lo largo de la calle se encuentran los edificios más importantes destinados a templos, palacios y casas de personajes de altura. Allí están, además de las dos grandes pirámides, la Casa del Sacerdote, el palacio de Quetzalpapalotl (Quetzalmariposa), el palacio de los Jaguares, la estructura de las caracolas emplumadas, el templo de Quetzalcóatl, la ciudadela y muchas edificaciones más que en su día fueron de gran belleza. En uno de los aposentos se descubrieron pisos construidos con dos capas de láminas de mica de 6 cm de espesor, que fueron cubiertas más tarde con tezontle. El visitante puede contemplar esta curiosidad siempre que se lo pida al guarda del recinto.

Los grandes basamentos

Tienen un núcleo hecho de adobe. Después fueron revestidos de estuco y de piedra y añadieron un friso adornado con relieves geométricos se construyeron como basamento de un templo que se hallaba en la plataforma. Los españoles que llegaron en el siglo XVI, todavía alcanzaron a ver los ídolos del Sol y de la Luna.

Panorámica de la Pirámide del Sol.
Pirámide de la Luna.

Cuentan que eran de piedra recubierta de oro y que el ídolo del Sol tenía un hueco en el pecho y en ese hueco se hallaba la imagen del planeta hecha también de oro finísimo. También cuentan que llegaron a ver la plataforma de más de 2.000 pirámides secundarias, todas ellas alrededor de las dos importantes del Sol y de la Luna.

Pirámide del Sol

Construida: 50D.C a 200D.C Es la mayor de las pirámides de la ciudad; su estructura es la de mayor volumen de todo el recinto y es también la segunda en tamaño de todo el país de México con una altura de 63.5 metros, sólo superada por la de Cholula, la base ocupa 45000 metros cuadrados. No existe prueba de que los teotihuacanos la hayan llamado de dicha forma, al igual que la pirámide de la Luna. Aquí es donde se oculta el sol hasta el 13 de agosto

Pirámide de la Luna

Tiene un tamaño menor que el de la pirámide del Sol, pero se encuentra a la misma altura por estar edificada sobre un terreno más elevado. Su altura es de 45 m. Junto a esta pirámide se encontró una estatua llamada diosa de la Agricultura que los arqueólogos sitúan en época tolteca primitiva.

Se encuentra esta pirámide situada muy cerca de la del Sol, cerrando por el norte el recinto de la ciudad. Desde su explanada se inicia el recorrido del eje principal conocido como Vía o Calzada de los Muertos.

La Ciudadela

Se encuentra situada al final de la calle de los Muertos, en la parte sur. Fue bautizado el espacio rectangular con este nombre por los conquistadores españoles del siglo XVI, que pensaron que se trataba de un lugar militar. Era un patio con habitaciones alrededor donde se supone que vivían los sacerdotes y los gobernantes. En su lado este se encuentra el templo de Quetzalcóatl.

Palacio de Quetzalpapalotl

Entrada al Palacio de Quetzalpapalotl.

Llamado también Quetzalmariposa (quetzal, pluma, papálotl, mariposa), que es la traducción de la palabra componente papálotl. Está en el oeste de la plaza de la pirámide de la Luna. Es quizás el edificio más lujoso de la ciudad y uno de los más importantes. Fue la residencia de un personaje notable e influyente. Está ampliamente decorado con murales muy bien conservados, sobre todo el color rojo que era el preferido de aquella civilización. Las partes bajas del edificio conservan el color original. Tiene un patio, llamado de los Jaguares; éstos están decorados con bellos bajorrelieves. Hacia la mitad puede verse la representación del dios Quetzalpapálotl con los símbolos que le relacionan con el agua. Este palacio muestra un buen ejemplo de lo que debieron de ser los decorados teotihuacanos.

Palacio de los Jaguares

Está situado también en el lado oeste de la plaza de la pirámide de la Luna. A ambos lados de la puerta se muestran las imágenes de dos felinos bastante grandes; llevan sus cabezas emplumadas: con sus patas sostienen una caracola en actitud de soplar por ella como si se tratase de un instrumento musical. En el lomo y en la cola tienen incrustaciones de conchas del mar. En la orilla de la parte superior del mural pueden verse unos símbolos pertenecientes al dios de la lluvia y en un Glifo se ven como decoración unas plumas que representan el año solar teotihuacano.

El templo de Quetzalcóatl

Busto en piedra de Quetzalcóatl, abundantemente repetido en el templo.
Estatua de Tláloc, actualmente a las afueras del Museo Nacional de Antropología.

Se halla a una cierta distancia de las dos pirámides, en la Calzada de los muertos. Fue un descubrimiento arqueológico de 1920. Estaba soterrado por una pirámide de paredes lisas, sin ningún tipo de ornamentación.

La civilización tolteca cuando conoció el sitio de Teotihuacan lo adoptó como suyo y como ciudad santa. Su costumbre fue la de enterrar allí a sus grandes señores. Los toltecas construyeron entonces este templo. Lo mandó levantar el rey Mitl, que vivió desde el 770 al 829. Cuando se descubrió debajo de la pirámide lisa salió a la luz toda su decoración de mosaicos hechos con piedras, las cabezas y símbolos divinos del dios Tláloc (el dios de la lluvia y señor del trueno y numen local del valle de México), y del dios Quetzalcóatl (la estrella matutina, la serpiente emplumada, genio nacional). Este dios lo adoptaron después los aztecas y creyeron verlo en la figura de Hernán Cortés). Tenía pues una doble advocación.

También había en el templo un fetiche muy antiguo en forma de rana, por eso en tiempos anteriores a la conquista fue conocido como templo de la rana. Se sabe de él gracias a la descripción que hace en sus crónicas un personaje erudito de fines de los años 1600 llamado Ixtlilxochiltl, cultísimo descendiente de los reyes de Texcoco. Dice así La rana del templo construido por el rey Mitl en Teotihuacan, era de esmeralda, la cual los españoles que vinieron a esta tierra la alcanzaron y dieron buena cuenta de ella. Efectivamente, la rana era un animal asociado a los dioses del agua; incluso algunos especialistas en el tema aseguran que el mismo animal representa a Tláloc. Los toltecas la consideraban diosa del agua. Las ranas anunciaban las lluvias. En algunas fiestas ofrecían este animalito a los dioses, después de asarlos. Los mazatecas se tragaban las ranas y culebras vivas durante la celebración de una fiesta llamada atamalcualiztli.

En esta crónica Ixtlilxóchitl añade también que en una montaña al este de Texcoco, llamada monte de Tláloc, había una gran estatua de este dios, tallada en lava de color blanco. Se trata de la estatua que se descubrió en el siglo XX y que actualmente se halla en la entrada del Museo Nacional de Antropología; pesa 300 toneladas.

Arquitectura

La arquitectura de Teotihuacan se caracteriza por tres elementos principales:

1.Talud: parte inclinada de la pirámide

2.Tablero: parte plana de la pirámide

3.Alfarda: protección de las escalinatas para evitar derrumbes

Además, fueron los primeros en crear un sistema de drenaje y de anclaje, este último les daba protección a las pirámides.

La pintura mural

Teotihuacan es una de las ciudades prehispánicas que más pintura mural conservan, importantes ejemplos se pueden encontrar en Tepantitla, Tetitla, Atetelco, la Ventilla o en el Museo de murales prehispánicos Beatriz de la Fuente, nombre de la fundadora del proyecto La pintura mural prehispánica en México de la UNAM, que desde 1990 registra en fotografías los murales de éste sitio. En los estudios sobre la pintura mural prehispánica dirigidos por De la Fuente se explica que la interdependencia entre pintura mural y arquitectura es definitiva, pues el orden para la lectura de los muros está condicionado por la disposición que éstos tiene en los espacios arquitectónicos y las escenas las describe básicamente como mitológicas. La pintura teotihuacana se localiza en el exterior de los edificios en los taludes y los tableros de los basamentos piramidales y en el interior, en los pórticos y en los cuartos y corredores. Según Sonia Lombardo Investigadora de dicho proyecto, las primeras obras pictóricas datan de la fasé Micaotli (150-200 d. C.)


Deidades

Los dioses más importantes son:

Polémica sobre Tollan

En 1941, un grupo de antropólogos mexicanos designó a la ciudad de Tollan-Xicocotitlan (Tula), en el estado de Hidalgo, como Tollan, la mítica capital de los Toltecas, pero algunos arqueólogos, como Laurette Séjourné criticaron la decisión, señalando que después de varias etapas de excavación no se había revelado una ciudad suficiente para justificar la leyenda de los toltecas, señalando que el origen de Tollan (o Toílan) y de la leyenda debería ubicarse en Teotihuacan, siendo el pueblo de Tula uno de los refugios de los sobrevivientes de Teotihuacan y por ello se ostentaban como Toltecas.

Investigaciones contemporáneas han determinado que Tollan alude a un concepto arquetípico y fundacional más que a un emplazamiento físico, una idea común en los pueblos de Mesoamérica a semejanza de Tamoanchán, Chicomoztoc y Aztlán.

Controversia por las pirámides de Teotihuacan

A inicios del mes de diciembre de 2008, el gobierno del Estado de México, con aprobación del Instituto Nacional de Antropología e Historia y con apoyo de la Secretaria de Turismo Federal se comenzó a montar un proyecto de luces y sonido en las Pirámides de Teotihuacan, llamado Resplandor teotihuacano, ubicadas en el municipio de San Juan Teotihuacan, Estado de México.[2]​ Espectáculo que fue condenado inicialmente por los trabajadores del INAH y miembros de su sindicato de académicos y trabajadores, a lo cual el 23 de diciembre de 2008 la Comisión Permanente del Congreso de la Unión de México pidió la suspensión de las obras en las mismas pirámides por considerar que dañaban la estructura de las mismas[3]​ a lo cual el INAH suspendió un día después las obras mismas.[4]

Enrique Peña Nieto ordeno que se continuaran las obras en las pirámides a pesar de la oposición de las protestas argumentando una derrama económica a la región y el impulso de un corredor turístico, pese a ello se denuncio por parte de Cuauhtémoc Velasco, líder sindical del INAH que los daños habían llegado a causar orificios en la estructura de las Pirámides.[5]​ Después, el 7 de enero de 2009 de comenzó a levantar los rieles instalados en las Pirámides por bloques de concreto.[6]

Ana Mónica Rodríguez dio a conocer que el grupo empresarial, "Grupo Mundo" era el encargado de ejecutar el espectáculo de luces, con registro de ya haber montando espectáculos en Tulum y Chichen Itza y que habían sido contratados por el Secretario de Turismo del Gobierno del Estado de México, Alfredo del Mazo Maza.[7]​ hecho que fue confirmado el 10 de enero de 2009.[8]

A pesar de ello, el 11 de enero del mismo año se informo que continuaban los trabajos en las pirámides, además que Peña Nieto envío un representante de su gobierno a convencer al Sindicato y los habitantes del municipio, quien fue rechazado por ambos.[9]​ El 13 de enero de 2009 el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios, adscrito a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura dictamino que las obras en el sitio debían detenerse, mencionado que El gobierno local comenzó “al revés” el proyecto multimedia y que Las acciones son reversibles, pero afectan la autenticidad del sitio y que “no existe un proyecto elaborado por un especialista en iluminación”.[10]​ El INAH respondió que las obras habían sido suspendidas, pero en cambio el vocero de la administración del recinto histórico desmintió ese hecho.[11]

Alfredo del Mazo Maza, Secretario de Turismo de Peña Nieto afirmo que contaban con el apoyo del INAH y FONATUR para este proyecto, que el mismo tendría un corredor turístico de por medio, con un proyecto de rieles que implicaría una instalación en la Calzada de los Muertos de dicha zona arqueológica, un proyecto de hotelería de lujo y la "pernocta" de los visitantes en la zona.[12]​ Posteriormente la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados de México, el 21 de enero condeno las obras en la zona,[13]​ y en su reporte final afirmo que “detectamos la falta de publicación de las obras de instalación de luz y sonido en la página del INAH, tal como lo señalan los artículos 82 y 83 de la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria y el Presupuesto de Egresos de la Federación”.[14]

La Comisión Permanente del Congreso de la Unión de México volvió el 28 de enero a condenar la instalación del espectáculo de luces y ordeno la creación de una mesa de expertos para evaluar los daños a la zona, mientras el INAH y el Gobierno del Estado de México continúan insistiendo que no había daños en las mismas.[15][16]

Se informo que el Sindicato de Trabajadores del INAH interpuso un amparo contras las obras en Teotihuacan, mientras expertos en arqueología determinaron que se dañó piedra originaria en las perforaciones a la pirámides.[17]

Referencias

  1. Por afirmación de autores como Linda Manzanilla y Pablo Escalante Gonzalbo derivado del estudio Teotihuacan Mapping Project encabezado por Rene Millon
  2. Suspende el INAH las obras del Resplandor teotihuacano La Jornada, 24 de diciembre de 2008
  3. Pide el Congreso al INAH detener obras que dañan las pirámides de Teotihuacán La Jornada, 23 de diciembre de 2008
  4. Suspende el INAH las obras del Resplandor teotihuacano La Jornada, 24 de diciembre de 2008
  5. Sigue vigente el proyecto de luz y sonido en Teotihuacán: Peña Nieto La Jornada, 27 de diciembre de 2008
  6. Remplazan rieles con bloques de concreto en la Pirámide del Sol La Jornada, 8 de enero de 2009
  7. Grupo Mundo altera el entorno de Teotihuacán La Jornada, 6 de enero de 2009
  8. Grupo Mundo “sí participó” en la perforación en Teotihuacán La Jornada, 10 de enero de 2009
  9. Los taladros no cesan de sonar desde hace semanas: vecinos La Jornada, 11 de enero de 2009
  10. Icomos-México dictamina que se deben parar obras en Teotihuacan La Jornada, 14 de enero de 2009
  11. Versiones encontradas sobre posible freno a trabajos en Teotihuacan La Jornada, 15 de enero de 2009
  12. Resplandor teotihuacano cuenta con “el aval del INAH y del Fonatur” La Jornada, 20 de enero de 2009
  13. Tajante rechazo de la Comisión de Cultura al show multimedia La Jornada, 22 de enero de 2009
  14. El gobierno del Edomex arrancó show mediático con “permiso de facto” del INAH La Jornada, 23 de enero de 2009
  15. “De ninguna manera se causaron daños físicos a las estructuras arqueológicas”, insiste el INAHLa Jornada, 29 de enero de 2009
  16. “No hay daños en Teotihuacan; el tema se politizó”, consideró Alfonso de Maria La Jornada, 25 de enero de 2009
  17. Documentan expertos orificios en piedra originaria de Teotihuacán La Jornada, 29 de enero de 2009

Fuentes

  • Decreto por el que se declara Zona de Monumentos Arqueológicos el área conocida como Teotihuacan, expedido por Miguel de la Madrid Hurtado, Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, 24 de agosto de 1988, http://sic.conaculta.gob.mx/documentos/754.pdf, consultado el 7 de septiembre de 2007.
  • Teotihuacan, la ciudad y sus monumentos. Adrián García Valdés. Editorial Dicesa. México 1975
  • Historia general del arte, Tomo X, colección Summa Artis, Arte precolombiano, mexicano y maya. Autor, José Pijoan. Editorial Espasa Calpe S.A. Madrid 1952
  • Atlas cultural de México. Arqueología. Editorial Planeta. Instituto Nacional de Antropología e Historia. Grupo Editorial Planeta. México, 1987.
  • Diccionario de mitología y religión de Mesoamérica. Yolotl González Torres. Ediciones Larousse, México 1991.
  • Diccionario Espasa. Mitología universal, dirigido por Jaime Álvarez Ezquerra. Espasa Calpe, Madrid 2000.
  • Historia Antigua de México. Leonardo López Luján y Linda Manzanilla (coord.) INAH-UNAM, México DF 2000.
  • Anatomía de un conjunto residencial teotihuacano en Oztoyohualco. Linda Manzanilla. UNAM, IIA, México 1993.

Enlaces externos