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== Uso del término ==
== Uso del término ==
El marco temporal para la utilización del término '''Canaán''' suele estar comprendido desde el año [[3000 a. C.|3000 a. C.]] en que llegaron los primeros [[semita]]s (pueblos originarios del Próximo y [[Medio Oriente]] que usaban lenguas semitas y a los que la tradición atribuía ser descendientes de [[Cam]], hijo de [[Noé]]), luego llamados cananeos, hasta la conquista por parte de [[Roma]].
El marco temporal para la utilización del término '''Canaán''' suele estar comprendido desde el año [[3000 a. C.|3000 a. C.]] en que llegaron los primeros [[semita]]s (pueblos originarios del Próximo y [[Medio Oriente]] que usaban lenguas semitas y a los que la tradición atribuía ser descendientes de [[Sem]], hijo de [[Noé]]), luego llamados cananeos, hasta la conquista por parte de [[Roma]].


Los cananeos eran adoradores de dioses fenicios como [[Baal]] y sus costumbres fueron repudiadas por los hebreos que invadieron Canaán, siendo destruidas varias ciudades por lo que se consideró un mandato de [[Yahveh]], el Dios hebreo. También son cananeos, los [[fenicio]]s e importantes ciudades que fundaron en el Mediterráneo occidental, como el caso de [[Cartago]]. Existen otras denominaciones para referirse a la misma región, o partes de ella, si bien asociadas a entidades geográficas e históricas concretas, tales como [[Palestina (región)|Palestina]], [[Tierra de Israel]], [[Judá]], [[Fenicia]], [[Aram]], [[Siria]], etc.
Los cananeos eran adoradores de dioses fenicios como [[Baal]] y sus costumbres fueron repudiadas por los hebreos que invadieron Canaán, siendo destruidas varias ciudades por lo que se consideró un mandato de [[Yahveh]], el Dios hebreo. También son cananeos, los [[fenicio]]s e importantes ciudades que fundaron en el Mediterráneo occidental, como el caso de [[Cartago]]. Existen otras denominaciones para referirse a la misma región, o partes de ella, si bien asociadas a entidades geográficas e históricas concretas, tales como [[Palestina (región)|Palestina]], [[Tierra de Israel]], [[Judá]], [[Fenicia]], [[Aram]], [[Siria]], etc.

Revisión del 21:00 4 jun 2009

Mapa de la región de Canaán.

Canaán (en fenicio: כנענ, en hebreo: כְּנַעַן, en árabe کنعان, en griego Χανααν) es la denominación antigua de una región del Próximo Oriente, situada entre el Mar Mediterráneo y el río Jordán y que abarcaba parte de la franja sirio-fenicia conocida también como el creciente fértil. En la actualidad se corresponde con el Estado de Israel, la Franja de Gaza y Cisjordania, junto con la zona occidental de Jordania y algunos puntos de Siria y Líbano. Sus límites estarían desde la antigua Gaza al Sur hasta la desembocadura del río Orontes al Norte, englobando todas las tierras no desérticas del interior, hasta una profundidad de unos 150 km desde la costa del Mediterráneo, algunos kilómetros más allá de la ribera oriental del río Jordán.

Uso del término

El marco temporal para la utilización del término Canaán suele estar comprendido desde el año 3000 a. C. en que llegaron los primeros semitas (pueblos originarios del Próximo y Medio Oriente que usaban lenguas semitas y a los que la tradición atribuía ser descendientes de Sem, hijo de Noé), luego llamados cananeos, hasta la conquista por parte de Roma.

Los cananeos eran adoradores de dioses fenicios como Baal y sus costumbres fueron repudiadas por los hebreos que invadieron Canaán, siendo destruidas varias ciudades por lo que se consideró un mandato de Yahveh, el Dios hebreo. También son cananeos, los fenicios e importantes ciudades que fundaron en el Mediterráneo occidental, como el caso de Cartago. Existen otras denominaciones para referirse a la misma región, o partes de ella, si bien asociadas a entidades geográficas e históricas concretas, tales como Palestina, Tierra de Israel, Judá, Fenicia, Aram, Siria, etc.

Historia

Es una zona con una larga historia, que remonta su ocupación hasta las fases neolíticas más tempranas, con importantes asentamientos a lo largo del tiempo, como Jericó, Ugarit, Jerusalén, Tiro, Sidón, Biblos, Damasco o Gaza. Fue habitado por pueblos muy diversos, como cananeos, jebuseos, hicsos, amorreos, fenicios, arameos, hebreos (y sus descendientes los judíos).

Primeros semitas

A partir de la primera invasión semita en la región (ca. 3000 a. C.) existe unidad de organización, urbanismo, arte militar, etc., entre todas las ciudades de Canaán y las de la zona montañosa Judea; su historia es común, con pequeñas vicisitudes peculiares de cada ciudad.[1]

Estos ocupantes parece ser que entraron por el este. Las ciudades que de ellos conocemos, tanto en la zona montañosa como en las llanuras y costas, coinciden en la solidez de sus muros defensivos, como los de `Ay, Tirsah, Jericó, Dotayn, etc.; además son de bastante extensión, lo que indica una población urbana numerosa con toda la complejidad de servicios y el consiguiente desarrollo económico. Parece ser que la principal fuente de riqueza es la agricultura de los campos inmediatos a las ciudades: regadíos, como los de Jericó, o secano bien explotado, como en el caso de `Ay.

En el trazado de las ciudades hay un destacado interés urbanístico: alcantarillados, calles rectas y bien trazadas, armonía de edificios públicos con las viviendas particulares, etc. Esta disposición urbanística es nueva por completo en Canaán y exige una fuerte autoridad interna. Desgraciadamente faltan los documentos escritos que permitan reconstruir la historia durante los casi nueve siglos que duró esta civilización sin variantes. Las destrucciones totales de las ciudades hablan de las conquistas guerreras de las mismas. Pero, frecuentemente, las destrucciones no son totales, y los mismos pobladores rehacen las partes dañadas de las ciudades al desaparecer el peligro que las aquejaba.

Los amorreos

Poco antes de finalizar el tercer milenio, una nueva incursión de gentes de vida nómada, al menos aparentemente, destruye casi por completo las ciudades de la zona montañosa, aunque las del llano, menos conocidas, puede que no sufrieran tanto, especialmente las bien conocidas de Fenicia, como Biblos. Ordinariamente se considera amorreos a los nuevos invasores.[2]​ Los descendientes de los pobladores de las antiguas ciudades, muy mermados en su número, pronto volvieron a reconstruir las antiguas ciudades de la zona montañosa, en menor tamaño, con otras técnicas defensivas y sin tanta atención urbanística.[3]

Debido al abandono de grandes extensiones de terreno por no necesitarlas la disminuida población, crece el contingente de pastos para ganado y pueden convivir con los habitantes de las ciudades grupos nómadas de alguna consideración. Los documentos egipcios ya hablan de expediciones guerreras en Canaán, aún no conocida por este nombre; entre estas expediciones hay que destacar la de Sesostris III (ca. 1850 a. C.).

Los hicsos

Los hicsos, al dominar Egipto, sometieron también a Canaán; hasta se han hallado en los estratos correspondientes a su ocupación más escarabeos y cerámica suya que en las propias ciudades egipcias. Con los hicsos se introducen, por razones militares, nuevas técnicas en las ciudades; los muros, que ya no eran tan sólidos como en la época anterior, se refuerzan con los característicos glacis hicsos, y las puertas son de tenaza; se aprecia una mayor diferencia entre las viviendas de los nobles y la de los semi-siervos que las rodean. Con la decadencia de los hicsos coincide la llegada de una nueva oleada de pobladores, esta vez del norte y de origen indoeuropeo: los hurritas.

Los hurritas

Los hurritas llegarán a establecerse de tal forma en Canaán, que en los documentos egipcios de la época pasa a llamarse huru, país de los hurritas. La prosperidad económica y el incremento de la población a lo largo de este periodo (1750-1550 a. C.) es patente en las excavaciones de los estratos correspondientes: son ya más numerosas las ciudades. Algunas surgen totalmente de nuevo, otras se repueblan. El comercio florece y no sólo de productos manufacturados, sino especialmente de materia prima para la industria artesanía: los colorantes para la cerámica, los minerales metálicos traídos desde muy lejos; pero el bronce es usado principalmente para fines bélicos: armas y armaduras.

El dominio hurrita fue desmontado en Canaán por los grandes faraones egipcios del Imperio Nuevo. Tutmosis III, ya en el siglo XV a. C., invadió triunfalmente Canaán por el camino del mar, ocupando Yajó (Joppe), Lidda, Gezer, Megiddo y Ta'ának, convirtiendo en feudatarias a todas las ciudades.

Los hititas

Pero otro imperio surge al norte, en Anatolia: los hititas, que saldrán al encuentro de los egipcios y aprovecharán cualquier debilidad del poder faraónico para llevar su influencia hacia el sur, estableciendo cabezas de puente incluso en Canaán y la parte montañosa de Judea. Cuando decaen los imperios, las rencillas entre los nobles cananeos y unos grupos misteriosos de hombres armados, los hapiru, impiden la paz: decae la cultura y reina el miedo. Se compra lo que la falta de paz no permite fabricar, aumentando las importaciones, incluso de cerámica.

Canaán en escritura jeroglífica, transliterado k3nˁnˁ, grabado en la Estela de Merenptah, siglo XIII a. C.

Los egipcios

La descripción de Canaán en las tablillas de Tell el-Amarna, archivo de estado de Ajenatón (Amenofis IV), no puede ser más desoladora: la anarquía se apodera de Canaán en el siglo XIV. Los faraones de la dinastía XIX, a fines del siglo y principios del siguiente, intentan restablecer el dominio del vital paso de Canaán, pero el neo-imperio hitita les sale al paso hasta que Ramsés II consigue un tratado de paz, tras la batalla de Qadesh, con la delimitación de las mutuas esferas de influencia: el actual Nahar al-Kalb, río que desemboca entre Biblos y Beirut, separará las regiones dominadas por los hititas, al norte, de las feudatarias de Egipto, al sur; queda por tanto Canaán bajo la dominación faraónica una vez más. Pero este acuerdo había de durar poco por la decadencia respectiva de ambos imperios, que no tardó en llegar (ca. 1250).

Los Pueblos del Mar

Nuevos invasores se presentan en Canaán: los "Pueblos del Mar" desembarcan en las costas y con sus armas de hierro, deshecho el monopolio hitita al derrumbarse el imperio de Jattusas (Bogazkóy), se adueñan de la costa de Canaán. Los habitantes pronto se confederan con ellos, repartiéndose amigablemente el terreno, pues por el este, especialmente, llegan otros invasores: los israelitas, atrasados militarmente, pero los verdaderos enemigos de Canaán por su cultura, concepción de vida y sobre todo por su religión. Ante el peligro, la unión con los europeos venidos de las islas es el mal menor; aunque la lucha entre ambos grupos no cesará hasta el dominio definitivo de uno de ellos. Los israelitas logran con el tiempo dominar todo el territorio, aunque precisamente el antiguo Canaán, la zona costera, será lo último en caer en sus manos. Con esta victoria finaliza la historia de antiguo Canaán.

Las tribus hebreas

Las tribus hebreas iniciaron la conquista de Canaán hacia 1200 a. C. Fue un proceso lento, que duró varios decenios, y en el que los cananeos fueron finalmente expulsados o bien se fundieron en muchos casos con las tribus israelitas, lo que dejó una impronta cananea en éstas. La Biblia hebrea identifica a Canaán con el Líbano (principalmente con la ciudad de Sidón) pero extiende la denominación «Tierra de Canaán» hacia el sur, a través de Gaza hasta el «Río de Egipto» y hacia el Este hasta el Valle del Jordán, todo lo cual coincide con la «Tierra Prometida» de los judíos. Según la Biblia, los cananeos eran los descendientes de Canaán, hijo de Cam, que luego de la conquista de Canaán por Josué al mando de los israelitas, se habrían refugiado en Tiro y más tarde habrían emigrado a las colonias fenicias situadas en el norte de África.

Aspectos culturales

Canaán destaca por su cultura escrita y su literatura. En las excavaciones se han hallado documentos, prácticamente contemporáneos, escritos en egipcio, acadio, y dialectos semitas cananeos en distintos sistemas de escritura. Estos últimos procedimientos se caracterizan por simplificar los complejos métodos extranjeros, el jeroglífico egipcio y el silábico cuneiforme que tienen uno y dos millares de signos, respectivamente, y con frecuencia diversas lecturas para un signo. La primera simplificación es el silabario de Biblos, que totaliza un centenar aproximado de signos diferentes.

El alfabeto

Pero el gran hallazgo es el alfabeto, al que se llega por dos caminos: el cuneiforme de Ugarit, con sus consonantes y el alef con los tres sonidos vocálicos, y él alfabeto del sur o cananeo propiamente dicho, que se inicia en las inscripciones encontradas en Serabit el-Jadim y dará origen, desde sus signos originariamente egipcios, al cananeo, o triangular o linear, del calendario de Gezer o de la inscripción de 'Áhiram de Biblos. De éste se derivarán el alfabeto griego y el abecedario latino. La lengua cananea es un dialecto arameo, muy próximo al hebreo. En los textos ugaríticos, muy abundantes se ve que conserva algún elemento enriquecedor, perdido por el hebreo, como son los casos del nombre, y que coinciden en líneas generales con las grandes lenguas semitas, árabe y acadio.

Arte

Las excavaciones arqueológicas han permitido conocer el arte de los cananeos. En general es muy pobre; no hay arquitectura monumental ni preocupación por embellecer los edificios con motivos ornamentales. Llama la atención la pobreza de los templos o palacios, sin capiteles en sus columnas, sin entallados en las puertas, etcétera. La escultura queda relegada, ordinariamente, a relieves y pequeñas figuras, casi siempre de dioses, y a trabajos de marfil y modelados de cerámica y terracotas. La mayor pieza hallada en Canaán entre las esculturas de piedra es el ídolo del templo de Hasor de la época del Bronce Reciente (ca. 1500 a. C.) que no llega al tamaño natural. Los idolillos y exvotos hallados en los santuarios, especialmente baales de Ugarit, y tablillas de la diosa de la fecundidad halladas en todas partes, nos hablan de un arte de origen remoto mesopotámico, pero de ejecución egipcia. Tanto los idolillos como las plaquitas son de algunos cm de altura. Una excepción puede ser la estela de la diosa serpiente de Tell Bayt Mirsim. Los marfiles tallados recuerdan los egipcios, aunque ya se ven influjos mesopotámicos e incluso elementos de los nómadas del próximo desierto.

Religión

Los santuarios cananeos suelen encontrarse en lugares altos a cielo abierto. Las ciudades, muy fortificadas, generalmente se construían en los alto de colinas. Las sepulturas se solían emplazar en las cuevas. La antigua religiosidad cananea basa su culto en la fertilidad. El más importante es el dios de la lluvia. Los antiguos israelitas participaban del culto a Baal, lo que supuso no pocos conflictos una vez que el yahvismo monoteísta se hizo hegemónico entre los profetas y reyes.

Notas

  1. Las fuentes fundamentales para su estudio son los datos de hallazgos arqueológicos y los escasos documentos escritos hallados, fundamentalmente fuera de Canaán. Entre éstos, destacan por su antigüedad los textos execratorios egipcios, y los que hablan en concreto de alguna ciudad fenicia, como Biblos, y, para los tiempos florecientes de la civilización cananea, los abundantes textos de Ugarit.
  2. K. M. Kenyon, The Archaeology of the Holy Land, Londres, Nueva York, 1960.
  3. Como la cultura es uniforme, resulta prácticamente imposible saber si alguna de estas ciudades fue poblada por los recién venidos, ya sedentarizados después de varias generaciones, o si convivían en las ciudades los dos elementos étnicos.

Referencias

  • El contenido de este artículo incorpora material de la Gran Enciclopedia Rialp que mediante una autorización permitió agregar contenidos y publicarlos bajo licencia GFDL. La autorización fue revocada en abril de 2008, así que no se debe añadir más contenido de esta enciclopedia.