Diferencia entre revisiones de «Bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki»

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walter y javier los hermanos yaipen corazon
El operador de control de la [[NHK]] en [[Tokio]] se dio cuenta de que la estación de Hiroshima salió súbitamente del aire, por lo que intentó restablecer la programación utilizando otra línea telefónica, pero también falló.<ref name="No High Ground">{{cita web | título= No High Ground by Knebel et al p175 to p201| url=http://www.uncp.edu/home/berrys/courses/hist102/hist102_docs_abomb.pdf|dateformat= mdy |fechaacceso = roto |formato=PDF}}</ref> Cerca de veinte minutos después el centro telegráfico del ferrocarril de Tokio notó que la principal linea telegráfica había dejado de funcionar justo al norte de Hiroshima. De algunas pequeñas estaciones a 16 kilómetros de distancia de Hiroshima comenzaron a llegar reportes confusos sobre una terrible explosión en la ciudad: una «nube siniestra», un «destello terrible», un «fuerte estruendo».<ref name="HiroRemWhat" /> Todos los mensajes fueron retransmitidos a los cuarteles centrales del [[Estado mayor del Imperio japonés]].
El operador de control de la [[NHK]] en [[Tokio]] se dio cuenta de que la estación de Hiroshima salió súbitamente del aire, por lo que intentó restablecer la programación utilizando otra línea telefónica, pero también falló.<ref name="No High Ground">{{cita web | título= No High Ground by Knebel et al p175 to p201| url=http://www.uncp.edu/home/berrys/courses/hist102/hist102_docs_abomb.pdf|dateformat= mdy |fechaacceso = roto |formato=PDF}}</ref> Cerca de veinte minutos después el centro telegráfico del ferrocarril de Tokio notó que la principal linea telegráfica había dejado de funcionar justo al norte de Hiroshima. De algunas pequeñas estaciones a 16 kilómetros de distancia de Hiroshima comenzaron a llegar reportes confusos sobre una terrible explosión en la ciudad: una «nube siniestra», un «destello terrible», un «fuerte estruendo».<ref name="HiroRemWhat" /> Todos los mensajes fueron retransmitidos a los cuarteles centrales del [[Estado mayor del Imperio japonés]].



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Nube de hongo sobre Hiroshima después de haber soltado la bomba Little Boy.
La nube de hongo creada por la bomba Fat Man como resultado de la explosión nuclear sobre Nagasaki.

Los bombardeos atómicos sobre Hiroshima y Nagasaki fueron ataques nucleares lanzados cerca del final de la Segunda Guerra Mundial en contra del Imperio del Japón por parte de los Estados Unidos de Norteamérica bajo las órdenes del Presidente Harry Truman el 6 y 9 de agosto de 1945. Después de seis meses de intenso bombardeo de otras 67 ciudades, el arma nuclear Little Boy se soltó sobre Hiroshima el lunes[1]​ 6 de agosto de 1945,[2]​ seguido por la detonación de la bomba Fat Man del 9 de agosto sobre Nagasaki. Hasta la fecha, constituyen los únicos ataques nucleares de la historia.[3]

Se estima que las bombas mataron a 140.000 personas en Hiroshima y 80.000 en Nagasaki para finales de 1945,[4]​ de las cuales la mitad fallecieron los días de los bombardeos. Entre las víctimas, del 15 al 20% murieron por lesiones o enfermedades atribuidas al envenenamiento por radiación.[5]​ Desde entonces, algunas otras han fallecido de leucemia (231 casos observados) y distintos cánceres (334 observados) atribuidos a la exposición a la radiación liberada por las bombas.[6]

En ambas ciudades, la gran mayoría de las muertes fueron de civiles.[7][8]

Seis días después de la detonación sobre Nagasaki, el 15 de agosto, Japón anunció su rendición incondicional frente a los «Aliados», haciéndose formal el 2 de septiembre con la firma del acta de capitulación. Con la rendición de Japón concluyó la Guerra del Pacífico y por lo tanto la Segunda Guerra Mundial.

En parte debido a los bombardeos, tuvo lugar la ocupación de Japón así como la adopción de los «Tres principios no nucleares», en el que se prohibía a Japón tener armamento nuclear.[9]

Historia

Contexto

Después de la Primera Guerra Mundial no parecía probable un enfrentamiento entre Japón y Estados Unidos y las naciones coloniales europeas, pues habían sido aliados contra las colonias alemanas del Pacífico. En 1922 los japoneses se sintieron ofendidos con el Tratado Naval de Washington, el cual limitó el número de navíos que podían poseer, cifra con la que además quedaban por debajo de las flotas estadounidense y británicas. Japón además se sentía agraviado de que las potencias europeas ocuparan territorios dentro de lo que consideraban su esfera de influencia, por lo que en 1937 se tomó la decisión de invadir China, conflicto que duraría 8 años. El Príncipe Konoye fue nombrado Primer Ministro en 1940 e integró a su gabinete a Hideki Tōjō y Yōsuke Matsuoka, defensores acérrimos de la expansión de Japón por la fuerza. Para finales de ese mismo año, Japón firmó el Pacto Tripartito con Alemania e Italia, lo que alineaba a Japón con las «Potencias del Eje».[10]

Con la clara intención de establecer la llamada «Gran Esfera de coprosperidad del este de Asia», en julio de 1941 Japón introdujo sus tropas en el sur de Indochina, territorio controlado por Francia, por lo que Estados Unidos decidió tomar represalias, consistentes en embargos comerciales y la reducción del suministro de petróleo al país en un 90%. Junto con sanciones económicas por parte de británicos y holandeses, el comercio exterior de Japón se recortó en un 75%.[11]

El 5 de noviembre el Emperador Hirohito y el gobierno japonés decidieron declarar la guerra a los Estados Unidos si no se levantaba el embargo petrolero para finales de mes.[12]​ Finalmente el 7 de diciembre la Primera flota japonesa lanzó un ataque aéreo masivo sobre Pearl Harbor.[13]​ Al día siguiente, el 8 de diciembre, el Congreso de los Estados Unidos declaró la guerra a Japón como respuesta a la solicitud del presidente después del famoso discurso:

Ayer, 7 de diciembre de 1941 -una fecha que pervivirá en la infamia- los Estados Unidos de América fueron atacados repentina y deliberadamente por las fuerzas aéreas y navales del Imperio de Japón.
Franklin Delano Roosevelt.[14]

El ataque a Pearl Harbor se llevó a cabo tan sólo un día después de que el Presidente Roosevelt autorizara un proyecto secreto conocido como Manhattan Engineering District, que finalmente se denominó Proyecto Manhattan.[13]

El Proyecto Manhattan

El 2 de agosto de 1939,[15]Albert Einstein dirigió una carta al presidente de los Estados Unidos, Franklin Delano Roosevelt, reclamando su atención sobre las investigaciones realizadas por los científicos Enrico Fermi y Leó Szilárd, por las que el uranio podría convertirse en una nueva e importante fuente de energía. En dicha carta además, explica al presidente la posibilidad de fabricar bombas sumamente potentes:

Recientes trabajos realizados por Enrico Fermi y Leo Szilard, cuya versión manuscrita ha llegado a mi conocimiento, me hacen suponer que el elemento uranio puede convertirse en una nueva e importante fuente de energía en un futuro inmediato[...] se ha abierto la posibilidad de realizar una reacción nuclear en cadena en una amplia masa de uranio mediante lo cual se generaría una gran cantidad de energía[...]
Este nuevo fenómeno podría conducir a la fabricación de bombas y, aunque con menos certeza, es probable que con este procedimiento se pueda construir bombas de nuevo tipo y extremadamente potentes.
Carta de Einstein enviada al presidente Roosevelt.[16]

Los Estados Unidos, con la ayuda del Reino Unido y Canadá en sus respectivos proyectos secretos «Aleaciones de tubos» y «Chalk River Laboratories»,[17]​ diseñaron y fabricaron las primeras bombas atómicas bajo lo que fue llamado «Proyecto Manhattan». La investigación científica fue dirigida por el físico norteamericano Robert Oppenheimer. La bomba atómica fue probada el 16 de julio de 1945,[18]​ cerca de Alamogordo, Nuevo México, en lo que se conoció como «Prueba Trinity». La bomba utilizada en la prueba, llamada «gadget», causó una explosión cercana a la que ocasionarían 20.000 toneladas de TNT, explosión mucho mayor a la esperada.[19]

Las bombas utilizadas

El proyecto Manhattan produjo dos tipos distintos de bombas atómicas.

La bomba de Hiroshima, llamada Little Boy, fue construida con uranio-235, un raro isótopo del uranio. Su diseño era más sencillo a la utilizada durante el bombardeo de Nagasaki y el principio operacional consistía en disparar piezas de uranio una contra otra. Al juntarse cierta cantidad de 235U ocurría una reacción de fisión en cadena que producía una explosión nuclear.[20]​ No obstante, una masa mínima necesaria para producir esta reacción debe unirse muy rápidamente, ya que de lo contrario, el calor emitido al comienzo de la reacción expulsará el combustible antes que la mayor parte de él se consuma. Para evitar este problema, la bomba utilizó un cañón para disparar una parte del uranio 235 dentro de la otra.

Debido a que se consideraba sumamente confiable su diseño, no se consideró que debiera ser probada antes de ser utilizada.[20]

Tanto el arma de prueba, llamada «gadget», como la bomba que fue soltada en Nagasaki llamada Fat Man, fueron diseñadas para implotar, fabricadas básicamente de plutonio-239, un elemento sintético.[21]

Los científicos en Los Alamos no estaban totalmente seguros de su eficiencia, por lo que este tipo de bomba tuvo que ser probado con antelación al ataque, motivo por el cual se programó la prueba Trinity.[20]

Elección de los objetivos

Mapa que muestra las ubicaciones de Hiroshima y Nagasaki en Japón, lugares donde se usaron las bombas atómicas.

Los días 10 y 11 de mayo el Comité para la elección de los objetivos en el Laboratorio Nacional Los Álamos, con Robert Oppenheimer como miembro principal, recomendó Kioto, Hiroshima, Yokohama, así como el arsenal en Kokura, como los objetivos posibles. La selección de dichas ubicaciones siguió el criterio siguiente:

  • Son mayores de 3 millas de diámetro y son blancos importantes en grandes áreas urbanas.
  • La explosión causaría daño efectivo.
  • Eran improbables que fueran atacadas en agosto de 1945. «Cualquier objetivo militar pequeño y estrictamente militar debía estar ubicado en una área mucho mayor que fuera susceptible al daño por la explosión para evitar riesgos innecesarios de que el arma se perdiera debido a una mala colocación de la bomba».[22]

Dichas ciudades se mantuvieron prácticamente intactas durante los bombardeos nocturnos llevados a cabo por las Fuerzas Aéreas del Ejército de los Estados Unidos. Hiroshima fue descrita como «un importante depósito de armas y un puerto de embarque en el centro de un área urbana industrial. Es un buen objetivo en el radar y tiene el tamaño suficiente para que gran parte de la ciudad pueda ser exhaustivamente dañada. Existen colinas adyacentes que muy probablemente producirán el efecto de enfocar, lo que seguramente incrementará considerablemente el daño causado por la explosión. Debido a los ríos no es un buen blanco incendiario». El objetivo de lanzar la bomba era convencer a Japón de rendirse incondicionalmente conforme a los términos de la Declaración de Potsdam. El comité aseguró que se acordó que los factores psicológicos en la selección del objetivo era de gran importancia. Dos aspectos de esto eran:[23]

  1. Obtener el mayor efecto psicológico en contra de Japón.
  2. Hacer suficientemente espectacular su uso inicial de tal forma que el arma fuera reconocida internacionalmente en términos publicitarios cuando fuera arrojada. Hiroshima tenía la ventaja de tener un mayor tamaño y con las montañas cercanas enfocando la explosión la mayor parte de la ciudad sería destruida. El palacio del Emperador en Tokio tenía una mayor fama que cualquier otro objetivo pero tenía un valor estratégico menor.

Durante la Segunda Guerra, Edwin O. Reischauer era el experto para el Cuerpo de Inteligencia Militar, por lo que erróneamente se le ha atribuido el haber prevenido que la bomba fuera arrojada sobre Kioto.[23]​ En su autobiografía, Reischauer refutó dicho aseveración y aseguró que quien merecía el crédito de haber salvado dicha ciudad correspondía en realidad a Henry L. Stimson, Secretario de Guerra de quien se dice que admiraba Kioto desde que había pasado allí su luna de miel varias décadas atrás.[24]

El ultimátum en Potsdam

Winston Churchill, Harry S. Truman y Iósif Stalin, líderes de los países vencedores presentes en la Conferencia de Potsdam.

El 26 de julio, Truman y otros líderes aliados emitieron la Declaración de Potsdam, la cual bosquejaba los términos de la rendición de Japón. Fue presentada como un ultimátum y se aseguraba que, sin la debida rendición, los aliados atacarían Japón, resultando en «la inevitable y completa destrucción de las fuerzas armadas japonesas e inevitablemente la devastación del suelo japonés», aunque no se mencionó nada de algún arma atómica. El 28 de julio se hizo oficial el rechazo por parte del gobierno japonés y el Primer Ministro Kantaro Suzuki ofreció una conferencia de prensa en la que aseguró que la Declaración era tan sólo una copia (yakinaoshi) de la Declaración del Cairo y que el gobierno intentaba ignorarla (mokusatsu).[25]​ Dicha aseveración fue tomada tanto en suelo japonés como en el extranjero como un claro rechazo a la declaración. El Emperador Shōwa, conocido más comúnmente como Hirohito y quien esperaba un respuesta soviética a los evasivos sondeadores de paz, no intentó tampoco cambiar la posición del gobierno.[26]​ El 31 de julio dejó además en claro a su consejero Kōichi Kido que la Regalía Imperial de Japón tenía que ser defendida a toda costa.[27]

A comienzos de julio, en camino a Potsdam, Truman reexaminó la decisión de usar la bomba. Al final, Truman decidió lanzar las bombas atómicas en Japón con el objetivo que llegar a una rápida resolución de la guerra al causar destrucción y miedo de más destrucción, lo que obligaría a Japón a rendirse.[28]

Bombardeo de Hiroshima

Hiroshima durante la Segunda Guerra

En el momento del bombardeo, Hiroshima era una ciudad con cierta importancia industrial y militar. Algunos campos militares se encontraban en los alrededores, incluyendo los cuarteles generales de la Quinta División y los del Segundo Ejército General del Mariscal de Campo Hata Shunroku, quien comandaba la defensa de toda la parte sur del país. Hiroshima era una base de abastecimiento y logística menor para la milicia japonesa. La ciudad era un centro de comunicación, lugar de almacenamiento y un área de ensamble para las tropas. Fue una de las ciudades japonesas que fueron deliberadamente mantenidas libres de bombardeos con el objetivo de mantener inmaculado el terreno para medir el daño causado por una bomba atómica.[18]

Una maqueta de la posguerra del recubrimiento de la bomba Little Boy.

El centro de la ciudad tenía varios edificios reforzados de hormigón así como estructuras más livianas. Fuera del centro, el área estaba repleta por pequeños talleres de madera ubicados entre los hogares japoneses. Algunas pocas plantas industriales se encontraban en las afueras de la ciudad. Las casas eran de madera con pisos de teja y también muchos edificios industriales tenían armazón de madera, por lo que toda la ciudad en su conjunto era altamente susceptible a daños por incendios.

La población de Hiroshima había alcanzado la cifra máxima de 381.000 antes de la guerra, pero antes del bombardeo la población había disminuido regularmente debido a evacuaciones sistemáticas ordenadas por el gobierno japonés. En el momento del ataque se estima que había aproximadamente 255.000 personas. Esta cifra se basa en los datos de la población registrada ante el cómputo para la cuantificación de raciones así como el estimado adicional de trabajadores y soldados que fueron enviados a la ciudad.

Se acerca el Enola Gay

El Enola Gay en el Museo Nacional del Aire y el Espacio, Estados Unidos.

Hiroshima fue el objetivo primario del primer bombardeo atómico seguido de Kokura y Nagasaki como objetivos alternativos. La fecha del 6 de agosto se eligió porque anteriormente había existido cobertura por parte de nubosidad sobre el objetivo. El B-29 Enola Gay, perteneciente al Escuadrón de Bombardeo 393d, pilotado y comandado por el Coronel Paul Tibbets, despegó desde la base aérea de North Field, en Tinian y realzó un viaje de aproximadamente seis horas de vuelo hasta Japón. El Enola Gay fue acompañado por otros dos B-29 durante su viaje, el The Great Artiste, que llevaba instrumentos de medición, y el #91, que más tarde fue renombrado como Necessary Evil y que tenía labores de fotografía.[29]

Después de salir de Tinian, el Enola Gay viajó por separado hacia Iwo Jima, donde se reunieron a 2.440 metros y tomaron rumbo hacia Japón. La aeronave arribó al objetivo con clara visibilidad a los 9.855 m. Durante el viaje, el Capitán de la Armada William Parsons armó la bomba, ya que se había desactivado para minimizar el riesgo de explosión durante el despegue. Su asistente, el segundo Teniente Morris Jeppson, removió los dispositivos de seguridad treinta minutos antes de llegar al objetivo.[30]

Alrededor de las 7:00 am, el sistema de alerta temprano de radares japoneses detectó el acercamiento de algunas naves norteamericanas desde la parte sur de Japón, por lo que se emitió una alerta a distintas ciudades, entre ellas Hiroshima. Un avión climatológico sobrevoló la ciudad y al no ver signos de los bombarderos, los habitantes decidieron continuar sus actividades diarias. Cerca de las 8:00 am, el radar detectó nuevamente los B-29 acercándose a la ciudad, por lo que las estaciones de radio emitieron la advertencia de refugiarse, pero muchos la ignoraron.[31]

La bomba explota

LA BOMBA FUE LANZADAPOR EL PRIMO DE HITLER, GERMAN FINFLA,TODO FUE UN MONTAJE NADIE MURIO

WENA HITLER y despues se fumo un cigarrillo


Fotografía de Hiroshima antes de la bomba atómica.
Fotografía de Hiroshima posterior al bombardeo.

La bomba Little Boy fue arrojada a las 08:15 horas de Hiroshima y le tomó 55 segundos llegar hasta la altura predeterminada para su explosión, aproximadamente 600 metros sobre la ciudad. Debido a vientos laterales falló el blanco principal, el puente Aioi, por casi 244 metros, detonando justo encima de la Clínica quirúrgica de Shima.[32]​ La detonación creo una explosión equivalente a 13 kilotones de TNT, a pesar de que el arma con U-235 se consideraba muy ineficiente pues sólo se fisionaba el 1.38% de su material.[33]​ Se estima que instantáneamente la temperatura se elevó a más un millón de grados centígrados, lo que incendió el aire circundante, creando una bola de fuego de 256 metros de diámetro aproximadamente.[34]​ En menos de un segundo la bola se expandió a 274 metros.[35]

Mientras el Enola Gay se alejaba a toda velocidad de la ciudad, el Capitán Robert Lewis, copiloto del bombardero, comentó: «Dios mío ¿Qué hemos hecho?».[34]

Bob Caron, artillero de cola del Enola Gay describió así la escena:

Nube de hongo fotografiada desde uno de los B-29 que acompañaron al Enola Gay.
«Una columna de humo asciende rápidamente. Su centro muestra un terrible color rojo. Todo es pura turbulencia. Es una masa burbujeante gris violácea, con un núcleo rojo. Todo es pura turbulencia. Los incendios se extienden por todas partes como llamas que surgiesen de un enorme lecho de brasas. Comienzo a contar los incendios. Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis... catorce, quince... es imposible. Son demasiados para poder contarlos. Aquí llega la forma de hongo de la que nos habló el capitán Parsons. Viene hacia aquí. Es como una masa de melaza burbujeante. El hongo se extiende. Puede que tenga mil quinientos o quizá tres mil metros de anchura y unos ochocientos de altura. Crece más y más. Está casi a nuestro nivel y sigue ascendiendo. Es muy negro, pero muestra cierto tinte violáceo muy extraño. La base del hongo se parece a una densa niebla atravesada con un lanzallamas. La ciudad debe estar abajo de todo eso. Las llamas y el humo se están hinchando y se arremolinan alrededor de las estribaciones. Las colinas están desapareciendo bajo el humo. Todo cuanto veo ahora de la ciudad es el muelle principal y lo que parece ser un campo de aviación».
Bob Caron, artillero de cola/fotográfo del Enola Gay.[36]

La explosión rompió los vidrios de las ventanas de edificios localizados a una distancia de 16 kilómetros y pudo sentirse hasta 59 kilómetros de distancia.[34]

Alrededor de treinta minutos después empezó a suceder un efecto extraño: empezó a caer una lluvia de color negro al noroeste de la ciudad. Esta «lluvia negra» estaba llena de suciedad, polvo, hollín, así como partículas altamente radioactivas, lo que ocasionó contaminación aun en zonas remotas.[35]

El radio de total destrucción fue de 1,6 kilómetros, dando además como resultado incendios en 11,4 km2.[37]​ Los norteamericanos estimaron que 12,1 km2 de la ciudad fueron destruidos. Autoridades japonesas estimaron que el 69% de los edificios de Hiroshima fueron destruidos y otro 6-7% resultó dañado.[5]

A pesar de que aviones norteamericanos habían lanzado previamente panfletos advirtiendo a los civiles de bombardeos aéreos en otras 12 ciudades,[38]​ los residentes de Hiroshima nunca fueron advertidos de un ataque nuclear.[39][40][41]​ Entre 70 y 80.000 personas, cerca del 30%[42]​ de la población de Hiroshima murió instantáneamente, mientras que otras 70.000 resultaron heridas.[43]​ Cerca del 90% de los doctores y el 93% de las enfermeras que se encontraban en Hiroshima murieron o resultaron heridos ya que la mayoría se encontraba en el centro de la ciudad, área que recibió el mayor daño.[44]

La energía liberada por la bomba fue tan poderosa que incluso quemó por debajo de la ropa. Las porciones obscuras son el patrón de la ropa que utilizaba esta victima y quedaron impregnados en la piel como cicatrices, mientras que la piel bajo las partes más claras (que absorben menos energía) no fue dañada tan severamente.[45]

¿Qué ocurrió en Hiroshima?

El operador de control de la NHK en Tokio se dio cuenta de que la estación de Hiroshima salió súbitamente del aire, por lo que intentó restablecer la programación utilizando otra línea telefónica, pero también falló.[46]​ Cerca de veinte minutos después el centro telegráfico del ferrocarril de Tokio notó que la principal linea telegráfica había dejado de funcionar justo al norte de Hiroshima. De algunas pequeñas estaciones a 16 kilómetros de distancia de Hiroshima comenzaron a llegar reportes confusos sobre una terrible explosión en la ciudad: una «nube siniestra», un «destello terrible», un «fuerte estruendo».[47]​ Todos los mensajes fueron retransmitidos a los cuarteles centrales del Estado mayor del Imperio japonés.

Distintas bases militares intentaron en varias ocasiones llamar a la Estación de control militar en Hiroshima. El completo silencio de la ciudad intrigaba al personal en los cuarteles centrales, pues sabían que no había ocurrido un bombardeo a gran escala ni que existiera un almacén de explosivos de tamaño considerable en Hiroshima. Un joven oficial el Estado mayor fue designado para volar inmediatamente a Hiroshima, aterrizar, analizar el daño y regresar a Tokio con información confiable.[48]

El oficial despegó del aeropuerto y el avión tomó rumbo hacia el suroeste. Después de volar por tres horas, y aun a 160 kilómetros de distancia de Hiroshima, el y su piloto vieron una gran nube de humo: Los restos de Hiroshima estaban en llamas. Su avión pronto llegó a la ciudad, la cual rodearon desde el aire. Una gran marca aun incendiándose en la tierra y una densa nube de humo era todo lo que quedaba de la ciudad. Aterrizaron al sur de la ciudad y después de regresar a Tokio con el reporte, el oficial comenzó a organizar las medidas de auxilio.[48]

Harry Truman a los estadounidenses

Trumann anuncia el bombardeo de Hiroshima
El Presidente Harry Truman anuncia a los estadounidenses el bombardeo de Hiroshima por radio el 9 de agosto de 1945.

Dieciséis horas después del ataque, el Presidente Truman anunció públicamente desde Washington D.C. el uso de una bomba atómica:[47]

Los japoneses comenzaron la guerra desde el aire en Pearl Harbor. Ahora les hemos devuelto el golpe multiplicado. Con esta bomba hemos añadido un nuevo y revolucionario incremento en destrucción a fin de aumentar el creciente poder de nuestras fuerzas armadas. En su forma actual, estas bombas se están produciendo. Incluso están en desarrollo otras más potentes. [...] Ahora estamos preparados para arrasar más rápida y completamente toda la fuerza productiva japonesa que se encuentre en cualquier ciudad. Vamos a destruir sus muelles, sus fábricas y sus comunicaciones. No nos engañemos, vamos a destruir completamente el poder de Japón para hacer la guerra. [...] El 26 de julio publicamos en Potsdam un ultimátum para evitar la destrucción total del pueblo japonés. Sus dirigentes rechazaron el ultimátum inmediatamente. Si no aceptan nuestras condiciones pueden esperar una lluvia de destrucción desde el aire como la que nunca se ha visto en esta tierra.
El presidente de los Estados Unidos Harry S. Truman.[49]

El anuncio de Truman fue la primera noticia real que se tuvo en Tokio de lo que había pasado, por lo que inmediatamente se formó el Comité de Contramedida de la Bomba Atómica, formado por personal del ejército, la armada y ministerios del interior. A pesar del nombre del comité, gran parte de los integrantes dudaban que efectivamente se hubiera utilizado una bomba atómica pues se creía que la tecnología estadounidense no era tan avanzada como para desarrollarla ni para tener la capacidad de transportarla por todo el océano Pacífico. Sólo cuando personal fue a la zona a investigar la destrucción ocurrida, aceptaron que ninguna bomba convencional podría haber causado tal daño.[47]

Para el 8 de agosto, periódicos en Estados Unidos reportaban que las emisoras de Radio Tokio describían la destrucción en Hiroshima: «Prácticamente todas las cosas vivas, humanos y animales, se quemaron hasta la muerte», decían anunciadores japoneses en una transmisión interceptada por los aliados.[50]

Decesos posteriores al ataque

De acuerdo a la mayoría de las estimaciones, los efectos inmediatos mataron aproximadamente a 70.000 personas en Hiroshima. El estimado de muertes totales para finales de 1945, en los que se incluyen quemaduras, muertes relacionadas a la radiación, así como efectos agravados por la falta de recursos médicos varía entre los 90 y los 140.000.[4][51]​ Algunas otras fuentes aseguran que más de 200.000 personas fallecieron para 1950, ya sea a causa de cáncer u otros padecimientos a largo plazo.[1][7]​ Entre 1950 y 1990, el 9% de las muertes ocasionadas por cáncer y leucemia entre los sobrevivientes al bombardeo se debió por la radiación de las bombas, estimados en 89 casos de leucemia y 339 de distintos padecimientos de cáncer.[52]​ Por lo menos once prisioneros de guerra fallecieron durante el bombardeo.[53]

Estructuras que permanecieron en pie

La ciudad se encontraba en ruinas. Aproximadamente el 69% de los edificios de Hiroshima fueron destruidos. Algunos edificios de hormigón en Hiroshima fueron construidos con una gran resistencia debido al constante riesgo de sismos en Japón, y aunque su armazón no colapsó aun estando muy cerca del hipocentro, las paredes mostraban un severo daño interno ocasionado por la presión descendente de la explosión.[54]

Eizō Nomura (野村 英三 Nomura Eizō?) fue el sobreviviente más cercano a la «zona cero» que se conoce, quien se encontraba en el sótano de una moderna «casa de descanso», a sólo 100 metros de distancia al momento del ataque.[55]​ Akiko Takakura (高蔵 信子 Takakura Akiko?) también se encuentra entre los sobrevivientes más cercanos al hipocentro de la explosión. Akiko se encontraba dentro del Banco de Hiroshima, a tan sólo 300 metros de la «zona cero».[56]​ Debido a que la bomba detonó en el aire, la explosión se enfocó más hacia abajo que hacia los lados, por lo que el edificio conocido como Cúpula Genbaku (原爆ドーム Genbaku Dōmu?) o Cúpula de la Bomba Atómica, pudo permanecer en pie a pesar de encontrarse a tan sólo 150 metros de la zona cero. Las ruinas fueron renombradas como Memorial de la Paz de Hiroshima y fue catalogado como Patrimonio de la humanidad en 1996 con la objeción de los Estados Unidos y China.[57]

Vista de 180° del Parque Memorial de la Paz de Hiroshima. La Cúpula Genbaku, uno de los edificios que permanecieron en pie después del bombardeo se ve claramente al centro de la imagen. El blanco original era el puente Aioi a la izquierda en la vista panorámica.


Eventos entre el 7 y 9 de agosto

Después del bombardeo de Hiroshima, El Presidente Truman anunció: «Si no aceptan nuestros términos, pueden esperar una lluvia de ruina desde los aires como nunca se ha visto en este mundo».[cita requerida]

El gobierno japonés no reaccionó ante la declaración de Postdam. El Emperador Hirohito, el gobierno y el Consejo de Guerra estaban considerando cuatro condiciones para la rendición: que se preservara el kokutai (el sistema imperial y la política nacional), que el Estado mayor tuviera la responsabilidad del desarme y desmovilización, no ocupación y que la obligación de castigar los crímenes de guerra recayera en el gobierno japonés.

El ministro del exterior soviético Vyacheslav Molotov anunció a Tokio que la Unión Soviética había abrogado unilateralmente el Pacto de Neutralidad el 5 de abril. Dos minutos después de medianoche del 9 de agosto, hora de Tokio, infantería soviética, tanques blindados y fuerzas aéreas lanzaron una ofensiva en Manchuria. Cuatro horas más tarde, llegó a Tokio la noticia de que la Unión soviética había declarado la guerra a Japón. Los principales dirigentes del Ejército Imperial Japonés junto con el Ministro de Guerra Korechika Anami llevaron a cabo los preparativos para imponer la ley marcial en el país.

El responsable de la fecha del segundo bombardeo fue el Coronel Tibbets, comandante del 509BW en Tinian. Programado originalmente para el 11 de agosto en contra de Kokura, el bombardeo se reprogramó y reubicó con la finalidad de evitar un periodo de mal clima de cinco días que se avecinaba y el cual se esperaba que comenzara el 10 de agosto.[58]​ Tres bombas pre-ensambladas se habían transportado a Tinian, etiquetadas como F-31, F-32 y F-33 en su exterior. El 8 de agosto se llevó a cabo un ensayo de ensamblaje conducido por el Mayor Charles Sweeny utilizando un B-29 llamado Bockscar como el bombardero. La F-33 se gastó probando los componentes por lo que la F-31 fue designada para la misión del 9 de agosto.[59]

Bombardeo de Nagasaki

Nagasaki durante la Segunda Guerra Mundial

Urakami Tenshudo. Fotografía tomada en enero de 1946 de una iglesia católica destruida por la bomba atómica.

La ciudad de Nagasaki había sido uno de los puertos más grandes en la parte sur de Japón y tuvo gran importancia durante la guerra por su gran actividad industrial, incluyendo la producción de artillería, barcos, equipo militar así como otros materiales de guerra.

En contraste con el aspecto moderno de Hiroshima, la mayoría de los hogares eran de tipo antiguo: edificios de madera en su totalidad y piso de azulejo. Muchas de las pequeñas industrias también estaban alojadas en edificios de madera y no contaban con la infraestructura necesaria en caso de explosión. Debido a que la ciudad creció sin un ordenamiento ni planificación adecuada, era común encontrar hogares adyacentes a fábricas a lo largo de todo el valle.

Nagasaki nunca sufrió un bombardeo a gran escala antes de la explosión nuclear, aunque el primero de agosto de 1945 algunas bombas fueron arrojadas sobre la ciudad. Algunas de ellas dieron en astilleros y puertos de la parte suroeste de la ciudad, algunas otras hicieron blanco en la fábrica de Mitsubishi y seis de ellas cayeron sobre la Escuela Médica y Hospital de Nagasaki. A pesar de que el daño se puede considerar como reducido, el bombardeo creo preocupación entre los habitantes y mucha gente, especialmente niños, fueron evacuados hacia las zonas rurales.

Inicia la misión del bombardero

El B-29 llamado Bockscar fue el elegido para llevar a cabo el bombardeo siguiente. Actualmente el aeronave es exhibida en el Museo Nacional de la Fuerza Aérea de Estados Unidos.

Durante la mañana del 9 de agosto de 1945, el B-29 Bockscar, piloteado por el Mayor Charles W. Sweeney, transportó el arma nuclear llamada Fat Man con la intención de que Kokura fuera el blanco principal y Nagasaki como el objetivo secundario. El plan para esta misión fue prácticamente idéntico al de Hiroshima, con dos B-29 volando una hora antes sobre el objetivo con la finalidad de hacer el reconocimiento de las condiciones climáticas y dos B-29 más acompañando el bombardero con instrumentación. Sweeny despegó con la bomba armada, aunque con seguros eléctricos puestos.[60]

Los B-29 enviados como observadores climatológicos reportaron que ambos objetivos estaban despejados. El bombardero Bockscar arribó al punto de reunión pero la tercera aeronave, Big Stink, no logró unirse tempranamente a la misión, por lo que el bombardero y el aeronave de instrumentación tuvieron que volar en círculos por cuarenta minutos esperando al aeronave retrasada. Con treinta minutos de retraso, Sweeney decidió cumplir la misión sin el avión faltante.[60]

Para cuando llegaron a Kokura, la ciudad estaba cubierta en un 70% por nubes oscureciendo la ciudad. Después de pasar tres veces sobre la ciudad y con el combustible consumiéndose y en un nivel bastante bajo debido a un desperfecto en una de las bombas de un motor antes de despegar, decidieron ir por el objetivo secundario, la ciudad de Nagasaki.[60]​ El cálculo del consumo de gasolina indicaba que el bombardero no tendría suficiente combustible como para llegar hasta Iwo Jima y se verían obligados a desviarse hacia Okinawa. Se decidió primeramente que si Nagasaki presentaba las mismas condiciones climáticas, entonces regresarían con la bomba a Okinawa y tratarían de desecharla en el mar, aunque posteriormente el Comandante Frederick Ashworth decidió que se utilizaría el radar si el objetivo no era visible.[61]

Alrededor de las 07:50 horas tiempo de Japón, la alerta de bombardeo aéreo sonó en la ciudad pero a las 8:30 se emitió la señal de que el peligro se había alejado. Cuando se avistaron los dos B-29 a las 10:53, autoridades japonesas estimaron que las aeronaves sólo tendrían labores de reconocimiento por lo que no se emitió alarma alguna.

Pocos minutos después, a las 11:00, The Great Artiste, el avión de soporte al bombardero lanzó instrumentos de medición atados a tres paracaídas. Junto con los instrumentos se envió una carta sin firmar dirigida al profesor Ryokichi Sagane, un físico nuclear de la Universidad de Tokio que estudió con tres de los científicos responsables de desarrollar el arma nuclear. El objetivo de dicha misiva era la de pedirle que le dijera al Estado Mayor japonés el daño que involucraban estas armas de destrucción masiva así como que hiciera todo lo que estuviera a su alcance para convencer a las autoridades del país en terminar la guerra.[62]​ Aunque los mensajes fueron encontrados por autoridades militares, el profesor Sagane no fue avisado sino hasta un mes después.[63]​ En 1949 uno de los autores de la carta, Luis Walter Álvarez, se entrevistó con Sagane y firmó el documento.[62]

La bomba explota

Fotografía de Nagasaki antes de la bomba atómica.
Fotografía de Nagasaki posterior al bombardeo.

De último minuto se abrió una brecha entre las nubes que le permitió al Capitán Kermit Beahan tener contacto visual con el objetivo como había sido ordenado, por lo que la bomba fue liberada a las 11:01. Cuarenta y tres segundos después hizo explosión a 469 metros de altura sobre la ciudad y a casi 3 kilómetros de distancia del hipocentro planeado originalmente. La explosión se confinó al Valle Urakami y la mayor parte de la ciudad fue protegida por las colinas cercanas.[64]​ La explosión resultante tuvo una detonación equivalente a 22 kilotones[65]​ y generó una temperatura estimada de 3.900 grados Celsius y vientos de 1005 km/h.

Se estima que inmediatamente fallecieron entre 40 y 75.000 personas,[66][67]​ mientras que el total de decesos para finales de 1945 alcanzó los 80.000.[4]

El radio total de destrucción fue de 1,6 kilómetros y se extendieron incendios en la parte norte de la ciudad hasta una distancia de 3,2 kilómetros del hipocentro.[68][69]​ A diferencia de Hiroshima, en Nagasaki no tuvo lugar la «lluvia negra» y aunque sus efectos fueron más devastadores en el área inmediata del hipocentro, la topografía del lugar evitó que el radio de destrucción fuera mayor.[65]​ Se calcula que el porcentaje de estructuras y edificios destruidos estuvo en el orden del 40%, incluyendo hogares, hospitales y escuelas.[70]

Un número desconocido de sobrevivientes de Hiroshima se había trasladado hasta Nagasaki, donde nuevamente fueron bombardeados.[71]

Vista panorámica del monumento que marca el hipocentro de la explosión atómica de Nagasaki.


Consecuencias

Planes para más ataques atómicos

Los Estados Unidos esperaban tener otra bomba atómica lista para ser utilizada durante la tercera semana de agosto, tres más en el mes de septiembre y otras tres para octubre.[72]

El 10 de agosto el Mayor General Leslie Groves, director militar del Proyecto Manhattan, envió un memorándum al General del Ejército George Marshall en el que se leía: «la siguiente bomba... deberá de estar lista para entregarse al primer clima adecuado, después del 17 o 18 de agosto». Ese mismo día, Marshall endorsó el documento con el comentario «No se soltará sobre Japón sin la orden expresa del Presidente».[72]​ En el Departamento de Guerra se llevaba además un debate sobre conservar la producción de las bombas atómicas hasta que se llevara a cabo la Operación Downfall, la invasión a Japón.

Rendición de Japón y subsecuente ocupación

El Emperador Shōwa (mejor conocido como Hirohito) grabando su discurso de rendición durante el fin de la Segunda Guerra Mundial.

El 9 de agosto el consejo de guerra aun insistía en cuatro condiciones para la rendición del país. Ese día el Emperador Hirohito le ordenó a Koichi Kido controlar rápidamente la situación debido a que la Unión Soviética les había declarado la guerra. El Emperador mantuvo una conferencia imperial durante la cual le autorizó al Ministro Shigenori Tōgō notificar a los Aliados que Japón aceptaría los términos de la rendición bajo una condición: que no se comprometiera ni exigiera ningún prejuicio a la prerrogativa de su majestad como un gobernante soberano.[73]

El 12 de agosto el Emperador informó a la familia imperial su decisión de rendirse. Uno de sus sobrinos, el Príncipe Asaka preguntó que si la guerra continuaría si la kokutai no se preservara. Hirohito unicamente contestó «por supuesto».[74]

Los representantes japoneses a bordo del USS Missouri durante las ceremonias de entrega el 2 de septiembre de 1945.

Debido a que los términos de los aliados parecían dejar intacto el principio de preservación del Trono, Hirohito grabó el 14 de agosto su anuncio de capitulación, el cual fue transmitido a toda la nación el día siguiente a pesar de una corta rebelión de militares que se oponían a dicha decisión.

En dicho anuncio, Hirohito se refirió a las bombas atómicas:

El enemigo posee ahora una nueva y terrible arma con el poder de destruir muchas vidas inocentes y hacer incalculable daño. Si continuáramos la lucha, no sólo resultaría en el último colapso y la obliteración de la nación japonesa, sino que también llevaría a la extinción total de la civilización humana.

La rendición se hizo oficial el 2 de septiembre de 1945 abordo del USS Missouri y estuvo presidida por el General McArthur, Comandante Supremo de las Fuerzas Aliadas.[75]

Un año después de los bombardeos, aproximadamente 40.000 tropas de ocupación se encontraban en Hiroshima y 27.000 en Nagasaki.

Comisión de Víctimas de la Bomba Atómica

El Presidente Harry Truman tomó la decisión de lanzar las bombas atómicas y así mismo ordenó la creación de la Comisión de Víctimas de la Bomba Atómica para que se investigaran los efectos de las mismas.

Durante la primavera de 1948 se formó la Comisión de Víctimas de la Bomba Atómica, (ABCC por sus siglas en inglés) por mandato presidencial de Harry Truman para que la Academia Nacional de Ciencias y el Consejo de Investigación Nacional llevaran a cabo las investigaciones necesarias para determinar los efectos posteriores debido a la radiación entre los sobrevivientes de Hiroshima y Nagasaki. Entre las víctimas se encontraron una gran cantidad de decesos indeseados como el de:

Uno de los primeros estudios de la ABCC fue la de observar los resultados de los embarazos en Hiroshima y Nagasaki así como en una ciudad controlada experimentalmente, Kure, para discernir las condiciones y resultados con los casos relacionados a exposición a la radiación. Algunos autores aseguran que la ABBC se negó a proporcionar tratamientos médicos para los sobrevivientes salvo en casos estudiados, e incluso algunos aseguran que la atención médica fue negada para obtener «mejores resultados» en la investigación.[77]​ En 1975, la Fundación para la Investigación de los Efectos Radioactivos (Radiation Effects Research Foundation) se creó para asumir las responsabilidades de la ABCC.[78]

Los Hibakusha

Las víctimas sobrevivientes de los bombardeos son llamadas hibakusha (被爆者?), una palabra en japonés que literalmente significa «persona bombardeada». Para el año 2008, 243.692 hibakusha eran reconocidos por el gobierno japonés, la mayoría viviendo en dicho país.[79]​ El gobierno además asegura que el 1% de dichos sobrevivientes padece alguna enfermedad asociada a la radiación.[80]

Los memoriales en Hiroshima y Nagasaki contienen listas de nombres de los hibakusha que se sabe han muerto desde los bombardeos. Actualizadas anualmente durante el aniversario de los bombardeos, durante el 2008 los memoriales contenían los nombres de más de 400.000 hibakusha, 258.310 en Hiroshima y 145.984 en Nagasaki.[81]

Sobrevivientes coreanos

Durante la guerra fueron llevados muchos conscriptos coreanos a Japón tanto a Hiroshima tanto a Nagasaki para realizar trabajos forzosos. De acuerdo a algunas estimaciones, alrededor del 10% de los fallecidos en los bombardeos provenían de Corea.[82]​ Se estima además que uno de cada siete de las victimas de Hiroshima tenía una ascendencia coreana.[8]​ Durante muchos años, coreanos lucharon por que se les reconociera como víctimas de los bombardeos y les fue negada la atención médica, situación que ha ido cambiando poco a poco a través de distintas demandas.[83]

Doble sobreviviente

El 24 de marzo de 2009, el gobierno japonés reconoció a Tsutomu Yamaguchi como un doble hibakusha. Yamaguchi estuvo a una distancia de 3 kilómetros del punto cero en Hiroshima, donde se encontraba en un viaje de negocios cuando detonó la bomba atómica. Sufrió severas quemaduras en el lado izquierdo del cuerpo. El 8 de agosto regresó a su tierra natal, Nagasaki, donde se expuso a la radiación residual de la bomba mientras buscaba a sus familiares. Yamaguchi es el primer sobreviviente confirmado de ambos bombardeos.[84]

Debate sobre los bombardeos

La bomba atómica fue más que un arma de una terrible destrucción, fue un arma psicológica.
Henry L. Stimson, Ex-Secretario de Guerra de los Estados Unidos.[85]

La importancia de los bombardeos en la rendición de Japón así como la justificación ética de los Estados Unidos ha sido un tema de debates entre académicos y público en general durante décadas. J. Samuel Walker escribió en abril del 2005 un resumen de la historiografía reciente sobre el tema, «parece que la controversia sobre el uso de la bomba aún continúa». Walker hace notar que «El aspecto fundamental que ha dividido a los académicos por casi cuatro décadas radica en que si el uso de la bomba fue necesario para obtener la victoria en la guerra en el Pacífico en términos satisfactorios para los Estados Unidos».[86]

Con motivo del cincuenta aniversario de los bombardeos, el periódico norteamericano The Seattle Times clasificó los debates al respecto de la siguiente forma:[87]

  • Porqué la bomba era necesaria o justificada.
    • Los japoneses habían demostrado una resistencia semi-fanática, como los ataques kamikazes de Okinawa, los suicidios masivos de Saipán o la lucha hasta prácticamente el último hombre en las islas del Pacífico. El bombardeo de Tokio había matado a más de 100.000 personas sin efectos políticos, por lo que la bomba era necesaria para la rendición del país.
    • Con sólo dos bombas construidas y listas para usarse, era demasiado arriesgado «gastar» una al lanzarla sobre un área despoblada.
    • Una invasión a Japón hubiera costado una gran cantidad de vidas en ambos lados de tal forma que se rebasaría el número de muertes de ambos bombardeos.
    • Ambas ciudades hubieran sufrido bombardeos incendiarios de cualquier forma.
    • El uso inmediato de la bomba convenció al mundo de su horror y se disuadió su utilización para más adelante cuando se construyeron más bombas.
    • El uso de la bomba sorprendió tanto a la Unión Soviética y la guerra terminó tan rápido que éstos no pudieron solicitar la invasión conjunta de Japón.
  • Porque la bomba no era necesario o no estaba justificada.
    • Japón ya estaba listo para rendirse antes de los bombardeos.
    • El rechazo norteamericano a los términos de la rendición al no garantizar la continuidad de la figura del Emperador prolongó la guerra innecesariamente.
    • Una explosión de demostración sobre la Bahía de Tokio hubiera servido para convencer a los líderes de los efectos de la bomba sin muertes innecesarias.
    • Incluso si el bombardeo a Hiroshima fuese justificado, los Estados Unidos no le dieron tiempo suficiente a los japoneses a considerar los alcances de la bomba antes del bombardeo a Nagasaki.
    • La bomba fue lanzada para parcialmente justificar los 2 billones de dólares utilizados para su fabricación.
    • Las ciudades tenían casi nulo valor militar. Los ciudadanos tenían una relación de cinco o seis a uno sobre los militares.
    • Se sacrificaron cientos de miles de vidas de japoneses simplemente por la lucha de poder político entre la URSS y los Estados Unidos.
    • El bombardeo incendiario causaría mucho más daño sin la necesidad de convertir a los Estados Unidos en el primer país en utilizar armas nucleares.

Los sitios bombardeados en la actualidad

Vista exterior del Museo Memorial de la Paz de Hiroshima.

Tras el ataque atómico, Hiroshima fue reconstruida como una ciudad en memoria de la paz. El gobierno japonés continuó pidiendo la abolición de las armas atómicas y a mayor escala por la paz mundial.[88]​ En mayo de 1949 el parlamento japonés declaró a Hiroshima como «Ciudad de paz» y a Nagasaki como «Ciudad de la cultura internacional».[89]

Tanto en Hiroshima como en Nagasaki se han erigido una gran cantidad de monumentos, esculturas, ceremoniales y parques para recordar y conmemorar los eventos de agosto de 1945.[70]

En Hiroshima destacan:

  • Parque Memorial de la Paz de Hiroshima.- El parque cuenta con más de 120.000 metros cuadrados de terreno. Anterior al bombardeo la zona representaba el corazón político y comercial de la ciudad. Cuatro años después del evento se determinó que la zona alojaría edificios dedicados a memoriales de paz.[90]
    • Memorial de la Paz de Hiroshima.- También Cúpula Genbaku (原爆ドーム Genbaku Dōmu?), uno de los edificios que se mantuvo en pie después de la explosión.
Archivo:Nagasaki Peace Park C1868.jpg
Estatua de la paz del Parque de la paz de Nagasaki. La mano derecha apunta hacia la amenaza de la bomba atómica mientras que la izquierda simboliza la paz eterna. Los ojos cerrados representan la oración por el descanso de las víctimas del bombardeo.[91]

Entre otras, en Nagasaki se encuentran:

Los bombardeos en la cultura popular

Películas

Los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki han sido abordados en el cine a través de distintos puntos de vista.

Hiroshima Mon Amour, del director Alain Resnaus fue una película de 1959 cuya trama se ubica en el Hiroshima de la posguerra, en donde una actriz francesa y un japonés de Hiroshima comparten recuerdos de la guerra desde sus distintos puntos de vista.[98]​ La película Lluvia Negra (Kuroi Ame) de Shohei Imamura del año 1989 muestra los efectos sociales de los bombardeos derivados de los efectos secundarios de la radiación. Aunque la trama de la película está basada en hechos posteriores al bombardeo, a lo largo de la película se presentan imágenes del bombardeo.[98]Rapsodia en Agosto (Hachi-gatsu no kyōshikyoku), penúltima película realizada por Akira Kurosawa en 1991, se centra en la relación que tienen distintas generaciones de ambos países ante el recuerdo del bombardeo de Nagasaki.[98]​ También destaca la película norteamericana Creadores de sombras de Roland Joffe del año 1989, en la cual se recrea el Proyecto Manhattan y la relación entre los investigadores que llevaron el desarrollo de las bombas atómicas.[99]

Documentales

Inmediatamente después de terminada la guerra, la United States Army Signal Corps ordenó una misión para reportar los daños ocasionados durante en los bombardeos. Durante esa misión se grabó The Atom Strikes!, un documental que comienza con la imagen de la explosión de la prueba exitosa en Los Álamos y posteriormente reseña los daños observados en las estructuras de ambas ciudades.[100]​ Otro documental a manera de propaganda surgió un año después, en 1946, A Tale of Two Cities, producido por el Departamento de Guerra de los Estados unidos.[101]

Entre documentales modernos destacan Trinity and Beyond de Peter Kuran (1995), Hiroshima de Paul Wilmshurst (1996), Hellfire: A Journey from Hiroshima de 1986, The Mushroom Club de Steven Okazaki (2005) y White Light/Black Rain: The Destruction of Hiroshima and Nagasaki, documental de HBO del año 2007.

Manga

El género del Manga también ha tratado el tema de los bombardeos, destacando dos obras: Hiroshima (Hadashi no gen) de 1983 la cual se centra en la historia de Gen, un chico de seis años que vive con su familia en Hiroshima que sufre del bombardeo y sus consecuencias. La historia está escrita a modo de una semi-autobiografía del autor, el escritor Keiji Nakazawa.[102]​ Otra obra es Yūnagi no machi, sakura no kuni, un manga escrito e ilustrado por Fumiyo Kōno la cual cuenta la historia de una familia de sobrevivientes al bombardeo de Hiroshima con Minami Hirano, una chica de veinte años como protagonista central.[103]

Véase también

Referencias

Notas

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Bibliografía recomendada

Existe una vasta literatura respecto a estos bombardeos, la decisión de usar las bombas, y la rendición de Japón. Las siguientes fuentes brindan una muestra de trabajos prominentes en esta materia:

  • The Committee for the Compilation of Materials on Damage Caused by the Atomic Bombs in Hiroshima and Nagasaki (1981). Hiroshima and Nagasaki: The Physical, Medical, and Social Effects of the Atomic Bombings. Basic Books. ISBN 0-465-02985-X. 
  • Goldstein, Donald M; Dillon, Katherine V. & Wenger, J. Michael (1995). Rain of Ruin: A Photographic History of Hiroshima and Nagasaki. Brasseys, Washington & London. ISBN 1-57488-033-0. 
  • Hogan, Michael J. (1996). Hiroshima in History and Memory. Cambridge University Press. ISBN 0-521-56206-6. 
  • Knebel, Fletcher and Bailey, Charles W. (1960). No High Ground. Harper and Row. ISBN 0-313-24221-6.  A history of the bombings, and the decision-making to use them.
  • Murakami, Chikayasu (2007). Hiroshima no shiroi sora ~The white sky in Hiroshima~. Bungeisha. ISBN 4-286-03708-8. 
  • Ogura, Toyofumi (1948). Letters from the End of the World: A Firsthand Account of the Bombing of Hiroshima. Kodansha International Ltd. ISBN 4-7700-2776-1. 
  • Rhodes, Richard (1977). Enola Gay: The Bombing of Hiroshima. Konecky & Konecky. ISBN 1-56852-597-4.  |autor= y |apellidos= redundantes (ayuda)
  • Sekimori, Gaynor (1986). Hibakusha: Survivors of Hiroshima and Nagasaki. Kosei Publishing Company. ISBN 4-333-01204-X. 
  • Sherwin, Martin J. (2003). A World Destroyed: Hiroshima and its Legacies. Stanford University Press. ISBN 0-8047-3957-9. 
  • Sodei, Rinjiro (1998). Were We the Enemy? American Survivors of Hiroshima. Westview Press. ISBN 0-8133-3750-X. 
  • Sweeney, Charles, et al (1999). War's End: An Eyewitness Account of America's Last Atomic Mission. Quill Publishing. ISBN 0-380-78874-8. 

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