Diferencia entre revisiones de «Español chileno»

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* El grupo "tr" se pronuncia como una [[consonante postalveolar africada sorda|postalveolar africada sorda]] [t<sup>ɹ</sup>] (semejante a una "chr"), sonido que se consideraba inculto, pero que a principios del siglo XXI ya se registra en todas las clases sociales.<ref name="Sáez"/> Lingüistas como [[Rodolfo Lenz]] postulaban que este rasgo se debe a la interferencia del [[mapudungun]] que tiene este sonido como un [[fonema]] aparte; sin embargo, la teoría en boga, defendida por [[Amado Alonso]] en tiempos de Lenz, afirma que se trataría de un fenómeno no propio, ya que se puede encontrar también en el [[español paraguayo]] y, menos estridentemente, en el [[español andino]], [[español de Costa Rica]] y [[español mexicano]]. Por último, se señala también que este fenómeno se debería a la fuerte influencia cultural inglesa, de modo que este grupo ("''tr''") se pronuncia de la manera en que lo hacen los angloparlantes.
* El grupo "tr" se pronuncia como una [[consonante postalveolar africada sorda|postalveolar africada sorda]] [t<sup>ɹ</sup>] (semejante a una "chr"), sonido que se consideraba inculto, pero que a principios del siglo XXI ya se registra en todas las clases sociales.<ref name="Sáez"/> Lingüistas como [[Rodolfo Lenz]] postulaban que este rasgo se debe a la interferencia del [[mapudungun]] que tiene este sonido como un [[fonema]] aparte; sin embargo, la teoría en boga, defendida por [[Amado Alonso]] en tiempos de Lenz, afirma que se trataría de un fenómeno no propio, ya que se puede encontrar también en el [[español paraguayo]] y, menos estridentemente, en el [[español andino]], [[español de Costa Rica]] y [[español mexicano]]. Por último, se señala también que este fenómeno se debería a la fuerte influencia cultural inglesa, de modo que este grupo ("''tr''") se pronuncia de la manera en que lo hacen los angloparlantes.
* Las plosivas y fricativas velares sordas y sonoras (/k/, /g/, /x/ y /ɣ/) se transforman en plosivas y fricativas palatales sordas y sonoras (/c/, /ɟ/, /ç/ y /ʝ/, respectivamente) delante de '''e''' e '''i''': queso /'ce.so/, guitarra /ɟi't̪a.ra/, jefe /'çe.fe/, mi guitarra /mi.ɟi't̪a.ra/. La '''g''' en las sílabas gue y gui, al pronunciarse fuertemente con el paladar se parece mucho a la y común castellana, ''guerra, /yera/''.<ref><small>[http://www.elcastellano.org/america2.html El español de América.]</small></ref>
* Las plosivas y fricativas velares sordas y sonoras (/k/, /g/, /x/ y /ɣ/) se transforman en plosivas y fricativas palatales sordas y sonoras (/c/, /ɟ/, /ç/ y /ʝ/, respectivamente) delante de '''e''' e '''i''': queso /'ce.so/, guitarra /ɟi't̪a.ra/, jefe /'çe.fe/, mi guitarra /mi.ɟi't̪a.ra/. La '''g''' en las sílabas gue y gui, al pronunciarse fuertemente con el paladar se parece mucho a la y común castellana, ''guerra, /yera/''.<ref><small>[http://www.elcastellano.org/america2.html El español de América.]</small></ref>
* Realización [[fricativa]] del sonido castellano de «ch», llegando a sonar como la «ch» francesa, la «sh» inglesa o la «sch» alemana. Ocurre generalmente en los estratos menos educados de la población y es considerado vulgar.<ref name="Sáez"/> Por un fenómeno de [[ultracorrección]], para evitar decir el poco prestigioso [ʃ], hay quienes la pronuncian de manera casi africada [ts], o como una oclusiva con una etapa de liberación fricativa []{{citarequerida}}.
* Realización [[fricativa]] del sonido castellano de «ch», llegando a sonar como la «ch» francesa, la «sh» inglesa o la «sch» alemana. Ocurre generalmente en los estratos menos educados de la población y es considerado vulgar.<ref name="Sáez"/> Por un fenómeno de [[ultracorrección]], para evitar decir el poco prestigioso «sh», hay quienes la pronuncian demasiado suave, como una «t» [[palatal]]: «tj»{{citarequerida}}.


== Sintaxis y gramática ==
== Sintaxis y gramática ==

Revisión del 23:59 11 may 2009

El español chileno (o dialecto chileno) es el dialecto del español empleado en gran parte del territorio de Chile, con pequeñas diferencias a lo largo de su área de distribución y a través de las clases sociales. Los otros dialectos del castellano que se hablan en el territorio chileno son el español andino y el español chilote.

Esta variante suele considerarse una unidad independiente en los estudios para establecer las zonas dialectales americanas.[1]

A pesar de que en el ámbito doméstico se registran simultáneamente casi todas las particularidades que se describen más adelante, en situaciones formales las diferencias con el español estándar son mínimas y suelen restringirse a la pronunciación y a unos pocos elementos del léxico.

En zonas limítrofes de Argentina con Chile se puede escuchar a los habitantes expresarse hablando con una pronunciación similar a la del castellano chileno y utilizando bastantes palabras del castellano chileno, pero las estructuras utilizadas corresponden al español rioplatense. Esta situación se registra especialmente en el área de Cuyo, que se distingue claramente del resto de Argentina por su acento, y en cierta medida también en la Patagonia argentina.

Antecedentes

No es generalmente aceptada la hipótesis del origen andaluz de los dialectos hispanoamericanos. Rodolfo Oroz, miembro de la Academia Chilena de la Lengua, señala que varios autores rechazan tal supuesto ya que no es comprobable un predominio decisivo de la procedencia andaluza de los colonizadores españoles. Sin embargo, un cierto prestigio del dialecto andaluz entre los peninsulares reclutados en los puertos de Andalucía podría asistir a dar una explicación más veraz de la proximidad de los dialectos de América con el habla andaluza.

El habla chilena no estuvo más expuesta a un dialecto específico del castellano peninsular que otros países de Hispanoamérica, y es por ello que se encuentran similitudes con otros dialectos del continente en regiones sumamente distantes como lo son el español canario, aunque mantiene mayor similitud con variantes regionales como con Argentina.

Pronunciación

  • Una de las principales características está en la aspiración del fonema /s/ cuando está al final de una sílaba. Por ejemplo, en el vocablo "manos" se pronuncia ['ma.noh].[1]​ La aspiración, evitada a veces en el habla formal, tiene un sonido como en la mitad sur de España.
  • Ante los diptongos [wa] y [we], ocurre una prótesis de /γ/ (fricativa velar sonora), huaso, ['γwa.so] ('guaso'), huevo, ['γwe.βo] ('güevo').
  • En el lenguaje coloquial, al igual que en la mitad sur de España, la "-d-" intervocálica se pronuncia como una fricativa dental sonora (/ð/), sobre todo en las terminaciones -ado, -ada, que puede llegar a pronunciarse muy suave (/ð̞/, aproximante dental sonora) o a desaparecer:[1]​ «salado» se dice [sa'la.ð̞o] o [sa'la.o] y «salada», [sa'la.ð̞a] o [sa'la:].
  • Al igual que en casi toda Hispanoamérica, existe el seseo, es decir, no se hace distinción entre "s" y "z".
  • No se hace distinción entre ll e y (yeísmo). La primera, pronunciada en su forma estándar de consonante aproximante lateral palatal sólo aparece en un número muy reducido de localidades de la zona norte y de la región comprendida entre el sur de Temuco y el norte de Valdivia. En el resto del país se ha neutralizado la diferencia entre ambos sonidos, y la realización más frecuente es la de una fricativa central palatal sonora. Entre las otras realizaciones encontradas, abunda la de una palatal central sonora muy abierta, encontrada en todo Chile, pero más frecuente en el norte del país.[2]
  • El grupo "tr" se pronuncia como una postalveolar africada sorda [tɹ] (semejante a una "chr"), sonido que se consideraba inculto, pero que a principios del siglo XXI ya se registra en todas las clases sociales.[1]​ Lingüistas como Rodolfo Lenz postulaban que este rasgo se debe a la interferencia del mapudungun que tiene este sonido como un fonema aparte; sin embargo, la teoría en boga, defendida por Amado Alonso en tiempos de Lenz, afirma que se trataría de un fenómeno no propio, ya que se puede encontrar también en el español paraguayo y, menos estridentemente, en el español andino, español de Costa Rica y español mexicano. Por último, se señala también que este fenómeno se debería a la fuerte influencia cultural inglesa, de modo que este grupo ("tr") se pronuncia de la manera en que lo hacen los angloparlantes.
  • Las plosivas y fricativas velares sordas y sonoras (/k/, /g/, /x/ y /ɣ/) se transforman en plosivas y fricativas palatales sordas y sonoras (/c/, /ɟ/, /ç/ y /ʝ/, respectivamente) delante de e e i: queso /'ce.so/, guitarra /ɟi't̪a.ra/, jefe /'çe.fe/, mi guitarra /mi.ɟi't̪a.ra/. La g en las sílabas gue y gui, al pronunciarse fuertemente con el paladar se parece mucho a la y común castellana, guerra, /yera/.[3]
  • Realización fricativa del sonido castellano de «ch», llegando a sonar como la «ch» francesa, la «sh» inglesa o la «sch» alemana. Ocurre generalmente en los estratos menos educados de la población y es considerado vulgar.[1]​ Por un fenómeno de ultracorrección, para evitar decir el poco prestigioso «sh», hay quienes la pronuncian demasiado suave, como una «t» palatal: «tj»[cita requerida].

Sintaxis y gramática

  • Un rasgo común a la mayoría de las variedades actuales del español es el escaso uso de las conjugaciones en futuro, reemplazadas por la construcción «ir a + verbo en infinitivo». Por ejemplo, una frase como «iré al cine mañana» se reemplaza por «voy (a ir) al cine mañana». Las conjugaciones en futuro imperfecto se usan para indicar una duda o conjetura: "¿será ése el bus que nos sirve?" o "ahí viene Martín con una mochila, me pregunto si traerá lo que le encargué".
  • Como en toda Hispanoamérica, el pronombre de segunda persona plural es "ustedes", acompañado por las conjugaciones en tercera persona plural: "Ustedes saben lo que podría pasar."
  • Articulación de nombres propios: «La Ingrid y el Adolfo». Curiosamente, en la clase alta la articulación de los nombres propios femeninos es promovido, mientras que la articulación de los masculinos es considerado vulgar. También en la clase alta, la omisión del artículo "la" en los nombres femeninos es considerado "siútico" (cursi) o aspiracional.[cita requerida]
  • Repetición innecesaria de los pronombres personales me, te, se, lo, la y le antes y después del verbo. Este modo de hablar es mal visto por quienes no lo usan y se considera propio de personas poco educadas. Ej.: Me voy a irme, Lo vine a buscarlo, Se va a caerse y Te las voy a dártelas.
  • El queísmo es socialmente aceptado y se usa en los medios de comunicación, mientras el dequeísmo, es mal visto y se desincentiva su uso.
  • En el habla popular, las conjugaciones del modo imperativo tienden a ser homogéneas y coincidir con la tercera persona singular de indicativo. Por ejemplo, el imperativo de "poner" se dice "pon" o "pone", el de "hacer", "haz" o "hace" y el de "salir", "sal" o "sale". Un caso particular ocurre con el verbo "ir", en que el imperativo es "anda" y no "ve". Por ejemplo: "Ándate en seguida y hace lo que te pedí."
  • Otra característica que cabe destacar es la poca utilización del posesivo nuestro(a), que se suele reemplazar por de nosotros. Ej : "ándate a la casa de nosotros", en vez de "ándate a nuestra casa".


Voseo

En el lenguaje coloquial, con diferencias de acuerdo al estrato social y a la zona del país, la forma de tratamiento para la segunda persona singular fluctúa entre «tú» y «vos» (con la correspondiente aspiración de la «s») con el uso de formas verbales especiales. Lo más frecuente es que sólo cambie la conjugación y se conserve el pronombre tú, ya que el voseo pronominal es bastante más informal aún.

El pronombre «vos» se utiliza en un contexto de mucha confianza o para mostrar desdén, en cambio el «tú» (con las conjugaciones del voseo chileno) igualmente cuando existe confianza, aunque algo menor. Cuando el nivel de confianza disminuye un poco más, se usan las formas comunes de tuteo, utilizadas en la mayor parte de Latinoamérica. Algo parecido a esto último ocurre con el trato de «Usted», que se reserva a las relaciones de más respeto o distancia.

Las conjugaciones del voseo de Chile son diferentes a las del voseo más extendido en Argentina, Uruguay, Paraguay, Bolivia, Colombia y Centroamérica y se asemejan más a las del español del Estado Zulia en Venezuela, y además, no se restringe tan solo al presente de indicativo; de hecho, se trata de la variante en que el uso del voseo verbal está más distribuido por los distintos modos y tiempos verbales, si bien es la única donde el voseo en modo imperativo sólo se da de forma marginal.[4]​ Si en tuteo, un verbo termina en «-as», en el voseo de Chile se vuelve «-ái», mientras que los verbos que en tuteo terminan en «-es», lo hacen en «-ís» (con la correspondiente aspiración de la "s"). Por ejemplo, «tú juegas (al) fútbol» pasa a ser «tú jugái a la pelota/fútbol» o "vos jugái a la pelota/fútbol", y «que tú juegues» es «que tú/vos juguís», mientras que el equivalente de «¿qué quieres?» es «¿qué querís?» y el de «eso quisieras» es «eso quisiérai».

El verbo "ser" se conjugaría en esta forma como «soi», pues procede del castellano antiguo «vos sois», pero suele conjugarse «erís», formado de «ereis» con la terminación de voseo agregada posteriormente, lo anterior también depende de la zona geográfica y el estrato social. A pesar del origen claramente formal de la conjugación ("soi" por "sois", "estái" por "estáis", "corrís" por "corréis", "tenís" por "tenéis"), el voseo verbal chileno ha evolucionado para usarse como tratamiento informal entre personas de todas las edades, pero también puede tener connotaciones despectivas, sobre todo cuando se usa con el pronombre "vos". En las escuelas no se enseña como una conjugación válida.

Flexión verbal

A continuación, se presenta una tabla de comparación entre los diferentes modos de conjugar verbos en tuteo, voseo de Chile y voseo típico;

Forma de tratamiento Modo indicativo Modo subjuntivo
Presente Pretérito imperfecto Condicional Presente Pretérito imperfecto
Tuteo caminas
traes
vives
caminabas
traías
vivías
caminarías
traerías
vivirías
camines
traigas
vivas
caminaras
trajeras
vivieras
Voseo (Chile) caminái
traís
vivís
caminábai
traíai
vivíai
caminaríai
traeríai
viviríai
caminís
traigái
vivái
caminárai
trajérai
viviérai
Voseo (típico) caminás
traés
vivís
caminabas
traías
vivías
caminarías
traerías
vivirías
camines, caminés*
traigas, traigás*
vivas, vivás*
caminaras
trajeras
vivieras

* Estas formas se consideran vulgares en el rioplatense, mientras en Centroamérica y Colombia son la conjugación normal del voseo.

Léxico

Esta variante ha recibido aportes mayormente de idiomas autóctonos -como el quechua sureño y en menor medida el mapudungun-; del español rioplatense por la influencia de Argentina; y un número de palabras que trajeron los inmigrantes europeos no-hispanos llegados desde mediados del siglo XIX, incluyendo el inglés. En ciudades con un porcentaje alto de la población de origen inmigrante europeo no-hispano esto es bastante notorio, como por ejemplo en Valparaíso donde el porcentaje de palabras adoptadas del inglés es considerable[cita requerida].

La siguiente lista ilustra el gran número de palabras de uso cotidiano o rural de origen quechua meridional:

  • llevar al apa = cargar a alguien en la espalda. Apai es llevar, en quechua.
  • champa = pedazo de pasto o hierbas, también cantidad considerable de pelo.
  • china, la compañera del huaso. China quiere decir hembra de animal en quechua, lo que sugiere un origen peyorativo, que ya se ha perdido. Otra etimología apunta a los rasgos orientales de muchas mujeres americanas, a las que los europeos llamaban "chinas" por esa razón.
  • chacra = pequeña partición de tierra cultivable.
  • chicote = correa usada para azuzar al ganado.
  • choclo = mazorca de maíz fresco (también usado en Argentina y Paraguay). chuqllu, en quechua.
  • chunchul = intestino delgado del ganado
  • chuñusco(a) = arrugada. chuñu es arrugado, en quechua, chuñusqa con el sufijo nominativo.
  • cocaví = colación ligera para viaje. qukawi, mismo significado.
  • cochayuyo = Un alga comestible, diferente a la que tiene el mismo nombre en Perú. Del quechua qhuchayuyu, "planta de mar".
  • concho = sedimento al fondo de un recipiente, ultimo hijo de una pareja. En quechua qunchu.
  • coronta = el zuro o marlo de la mazorca. en quechua qurunta.
  • encachar = hacer bonito, atractivo. K'acha = bonito en quechua, también se transforma en verbo.
  • guagua = bebé, wawa, en quechua.
  • huacho = hijo ilegítimo, huérfano. Wajcha wawa, mismo significado.
  • huaraca = derrotar con gran diferencia. Waraka = honda utilizada en la guerra.
  • huasca = correa usada para azuzar al ganado. Waska.
  • huincha = tira delgada de algún material flexible. Originalmente cuerda de un largo estandarizado, usada para medir (también en Argentina).
  • maíz chancao (chancado) = granos de maíz trozados. Chanka sara en quechua, chanka se usa como adjetivo para cualquier grano, con el mismo significado.
  • nanay = caricia para calmar el dolor. En quechua, dolor.
  • ojota = sandalia rústica usada por campesinos. ujuta, en quechua (usado también en Argentina).
  • pirca = muro bajo de piedras usado en zonas cordilleranas. Pirqa quiere decir pared, en quechua.
  • pita = cuerda
  • pitearse una cosa = romper. En quechua pit'ai es romper algo en forma brusca, como se corta una cuerda tensa o un palo seco.
  • quisco = variedad de cactus. En quechua, espina de planta.
  • yapa = aumento al hacer una compra.
  • yuyo = Cierta hierba silvestre (Brassica campestris). En quechua, yuyu quiere decir hierba en general.

Algunas palabras son de origen mapuche, como «malón», originalmente «saqueo», «arrear los animales del enemigo», ha tomado el sentido de «celebración» o «fiesta»; «chape», trenza; «cahuín», que ha tomado el sentido de un enredo de «dimes y diretes» o, también, una fiesta algo clandestina o una batahola. Otra expresión chilena característica es la afirmación ¿cachái? (de cachar), que significa «¿Me entiendes?», proveniente del verbo inglés to catch, que a su vez significa «atrapar», «comprender», «manejar». Sin embargo, los estudiosos de la evolución histórica del español en Chile lo suelen asociar a una degeneración del vocablo en desuso «catar», que se usaba de igual forma que el actual «cachar». Es más frecuentemente usado por la juventud.

Otras expresiones características son las expresiones «al tiro» que quiere decir «de inmediato» o «pronto», y «denantes» (contracción de de en y antes, también en denantes, considerado vulgar) , término desusado en otros países que quiere decir «hace un momento», o «de repente», que quiere decir a veces, quizá y de pronto, pero todavía presente en el idioma chabacano de Filipinas[cita requerida].

Otras palabras de origen no hispano

Especial mención merecen las expresiones de origen netamente europeo no hispano y algunos términos provenientes del inglés estadounidense, que fueron arraigándose poco a poco en el vocabulario chileno con la llegada de los inmigrantes transpirineicos y con la influencia de la televisión: bifé (del francés buffet, aparador o gabinete, mueble con cajones), bistec (del inglés beefsteak), chucrut (del francés choucroute, o del alemán sauerkraut), confort (marca genérica de papel higiénico), guachimán (del inglés watching man, o vigilante), huaipe (del inglés wiper, «que limpia»), jaibón (del inglés high y born, nacido en noble cuna, aristócrata), jeep (de la marca estadounidense de vehículos todo terreno Jeep), kuchen (del alemán kuchen, para referirse a las tartas), living (del inglés living room, «salón»), mall (del inglés estadounidense mall, «centro comercial»), marraqueta (llamado también «pan batido» en Antofagasta, Valparaíso y otras regiones, y «pan francés» en Concepción, Temuco y La Serena), panqueque (del inglés pancake, masa dulce o salada), scotch (marca genérica de la cinta adhesiva Scotch), tincar (del inglés think, «parecer», «antojar»), etc.

Palabras comunes en el lenguaje coloquial chileno

Dos palabras que se usan mucho en el lenguaje coloquial son «huevón» (pronunciada güeón) y «pues» (pronunciada po o poh), que va siempre al final de la frase para enfatizar la idea.

En el caso del po' (o puh) ("pues"), además de Chile, es solamente en el dialecto andaluz en donde se usa exactamente del mismo modo ("po'"), de una manera más o menos abierta (también se dice "pué'"). En México se utiliza de manera similar, variando eso sí en la pronunciación final clara y fuerte que se hace del sonido [s]. La variación de la palabra pues es común también en Bolivia y Perú, con pronunciaciones diferentes a la forma estándar [ 'pwes ].

Huevón es un peyorativo y palabrota, que literalmente significa que tiene los testículos (huevas) grandes o hinchados. En un principio era un término despectivo para calificar alguien de poco inteligente, pero ha llegado a ser una palabra con multiplicidad de significados, dependiendo del contexto. Dicha palabra tiene mucha relación en torno a la prosodia y el contexto utilizado, lo que le otorga diferentes connotaciones, llegando a que además se le use como signo de amistad. En otras palabras, va desde una manera cariñosa de tratar a los amigos hasta un insulto a las capacidades intelectuales de alguien, aunque en algunos hablantes es sólo una muletilla. De esta palabra provienen huevada y huevear, también con multiplicidad de significados. Un ejemplo es que, en vez de decir «Mira esa silla», se diga: «Mira esa hueá», o con personas: «Ese tipo habla tonterías» se diga: «Ese hueón habla puras hueás».

Ya que la palabra huevón ha perdido parte de su carácter despectivo, ha entrado en uso la derivación ahuevonado, que se usa en vez de estúpido, idiota, o persona poco atenta, e inoportuna. Ejemplo: «Hay que ser bien ahuevonado para pintar su auto con manchas de color rosado».

En Chile, al igual que en otros países, por lo general no se cambia la composición de una palabra ya determinada por uso y no es afectada en el uso cotidiano por la sintaxis o gramática, pero en una parte de la jerga jovial suele hacerse similar al argot francés coloquial de los jóvenes o al lunfardo rioplatense. En casos como los de las palabras para denominar el metro y el micro, dos medios de transporte en Chile, se invierten las sílabas de cada palabra dando origen a "trome" y "cromi". Este tipo de modificación se utiliza en la jerga informal como imitación burlesca de la jerga hablada por los delincuentes, conocida como «coa», posiblemente derivada de (y equivalente a) el vesre, en la que se invierten las sílabas de muchas palabras, por ej: «broca cochi» es «cabro chico» (niño). Aunque es poco frecuente, también se practica el "rimbombeo" de las palabras para darle más interés a una frase, por ejemplo «cara» por «caracho» y «tonto» por «tontorrón».

Existen palabras que tienen relación con hechos relevantes en la historia del país, tales como condoro (relacionado al personaje de historietas Condorito).

Otras particularidades

En el castellano chileno se hace uso abundante de palabrotas garabatos o disparates, en contextos completamente distendidos e informales para "destacar" una condición o situación. Son claros ejemplos reemplazar las frases «Estoy muy cansado» a «'Estoy hecho mierda» o «Estoy cagado» para expresar que más mal se podría estar que convertido en o lleno de excrementos y «Me siento mal» a «Me siento como las huevas» «Me siento como las pelotas» (Me siento como los huevos o testículos) para graficar que su estado anímico no puede ser peor que la posición en la que están los testículos. Este uso de palabrotas es visible en cualquier otro idioma como en el inglés «I'm fucked up» que en español chileno sería «Estoy recagao» o «Estoy rejodío».

Otra de las particularidades es la variación de significado que adquieren frases que usan palabrotas sinónimas. Esta peculiaridad se observa principalmente en la jerga juvenil. Ejemplo: la frase «La fiesta está la zorra» o «La fiesta está la raja» quiere decir que la fiesta está buena, en cambio la frase «La fiesta está como la zorra», «La fiesta está como la raja» significa que la fiesta está mala.

Se utilizan expresiones que expresan contradicción en lo que se dice: "Harto poco" por "muy poco" (Ejemplo: Me serviste harto poco) y "mucho menos" por "algo parecido" (Ejemplo: No he dicho que seai ladrón ni mucho menos") Por último, es común en todo el territorio de Chile el uso de palabras de origen agrícola o marino para referirse a las personas. Por ejemplo "Este es un buen hombre" se diría "Este es un buen gallo". "No seas cobarde" se diría "No seai gallina"(poco usado). Si alguien es notable por alguna razón se le trata de "choro", palabra que, dependiendo del contexto, puede significar "ladrón", "simpático" o "altanero".

Existe el uso extendido de los diminutivos en el lenguaje coloquial, tales como pancito, tecito, vinito, chiquitito, poquito, ratito, despacito, etc., usados en forma afectuosa o amable.

Empleo en los medios de comunicación

Los medios de comunicación escritos más prestigiosos utilizan prioritariamente un lenguaje sin localismos coloquiales, ejemplos de éstos son El Mercurio y La Tercera. Sin embargo, las campañas dirigidas a un público joven tienden a usar voseo verbal y términos coloquiales.

El diario La Cuarta es un periódico considerado ícono de las formas chilenas vulgares de expresión, escrito íntegramente en lenguaje informal, dirigido a los estratos populares y con una importante tirada.

Por su parte, el semanario The Clinic, que analiza a la sociedad y política del país en forma satírica, está escrito mezclando distintos registros de habla. Las radios y canales de televisión alternan los registros según el tipo de programas y la audiencia a la que va dirigido.

Críticas

El habla coloquial y, sobre todo, la jerga de los adolescentes provocan el rechazo de algunos académicos chilenos. Así, el profesor Jaime Campusano califica de involución idiomática los cambios que experimenta el español chileno, debido a que los jóvenes, por diversos factores entre los que se podrían clasificar el lenguaje XAT, y la poca lectura que no conlleve chilenismos y lenguaje XAT, ya no hablan ni escriben el castellano, sino un idioma independiente construido comunitariamente en la jerga jovial. Sin embargo, el mismo estudioso contradice su tesis de la involución al afirmar posteriormente que el uso exagerado de abreviaciones y modismos terminarán por crear un nuevo idioma basado en el castellano; cree que muy probablemente sólo un grupo minoritario de personas hablarán el castellano "correcto", a quienes los demás tildarán de "siúticos" (finos exagerados), "cuicos" (adinerados) o "huecos" (homosexuales).[5]

Véase también

Referencias

  1. a b c d e Sáez Godoy, Leopoldo (2001). «El dialecto más austral del español: fonética del español de Chile». II Congreso Internacional de la Lengua Española. Valladolid, España. Consultado el 30 ago. 2007. 
  2. Wagner, Claudio y Claudia Rosas (2003). «Geografía de la "ll" en Chile». Estudios Filológicos (38): 188-200. ISSN 0071-1713. Consultado el abr. 2007. 
  3. El español de América.
  4. Entrada acerca del voseo en el Diccionario Panhispánico de Dudas.
  5. Campusano, Jaime: Chilenismos y shilenismos.- Santiago de Chile: Ediciones Mar del Plata, 2002.- ISBN 956-291-605-7

Enlaces externos