Diferencia entre revisiones de «Literatura de Colombia»

De Wikipedia, la enciclopedia libre
Contenido eliminado Contenido añadido
Matdrodes (discusión · contribs.)
Revertir a la revisión 25974625
Isha (discusión · contribs.)
m Revertidos los cambios de Matdrodes a la última edición de AVBOT usando monobook-suite
Línea 8: Línea 8:


== Literatura Colonial ==
== Literatura Colonial ==

La Época de la Colonia o [[Época hispánica (Colombia)|Época Hispánica]] estuvo influenciada culturalmente por lo religioso. Para aquel entonces, mediados del Siglo XVI, se empezaban a establecer los primeros asentamientos urbanos, alrededor de las instituciones gubernamentales españolas. El capital económico, político y cultural era propiedad de una pequeña élite, por lo cual la creación de textos literarios provenía en exclusiva a las clases altas.
La Época de la Colonia o [[Época hispánica (Colombia)|Época Hispánica]] estuvo influenciada culturalmente por lo religioso. Para aquel entonces, mediados del Siglo XVI, se empezaban a establecer los primeros asentamientos urbanos, alrededor de las instituciones gubernamentales españolas. El capital económico, político y cultural era propiedad de una pequeña élite, por lo cual la creación de textos literarios provenía en exclusiva a las clases altas.


Línea 23: Línea 22:


* [[Juan Rodríguez Freyle]]. (Bogotá, [[1566]] - ?) Autor de la monumental obra crónica ‘‘[[El Carnero]] ‘‘.
* [[Juan Rodríguez Freyle]]. (Bogotá, [[1566]] - ?) Autor de la monumental obra crónica ‘‘[[El Carnero]] ‘‘.

==
== Texto de titular ==


== Literatura de la Independencia ==
== Literatura de la Independencia ==
Línea 38: Línea 34:
== El Costumbrismo ==
== El Costumbrismo ==
Se interesó en retratar personajes reales de la sociedad colonial. Los costumbristas se ocuparon de señalar los rasgos generales de una cultura, de un pueblo o a través de uno o varios de los personajes de sus relatos. En muchos casos, se asumió una postura crítica frente a la sociedad o el gobierno de turno.
Se interesó en retratar personajes reales de la sociedad colonial. Los costumbristas se ocuparon de señalar los rasgos generales de una cultura, de un pueblo o a través de uno o varios de los personajes de sus relatos. En muchos casos, se asumió una postura crítica frente a la sociedad o el gobierno de turno.

Costumbrismo

Paisajes y vivencias
José Antonio León Rey
Instituto Caro y Cuervo, serie La Granada
Entreabierta, Bogotá, 1987, 251 págs.
En una historia de los escritos relativos a las costumbres de los pueblos no es difícil precisar el punto de vista desde el cual se gesta la actividad de los cronistas. Casi siempre su escritura manifiesta opiniones plegadas a un ordenamiento de poder para establecerlo o mantenerlo. Este es el caso de los escribas que viajan comisionados a encuentros con culturas diferenciadas, como los cronistas de Indias o quienes realizan comisiones parlamentarias al interior de su país. En este último caso, el escriba transcribe su vivencia y su recuerdo a la manera de los viajeros que en los siglos XVIII y XIX prefiguran una imposibilidad etnográfica, pues desean un porvenir de los hechos de cultura en una direccionalidad ajena a la posibilidad endógena de la comunidad o sociedad con la cual se genealogiza la cultura. Así transcurre el texto de José Antonio León Rey como crónica costumbrista de sus viajes de parlamentario en la década de los años cuarenta por las regiones de Cundinamarca, Huila, llanos orientales, Nariño y Putumayo.
El autor expresa claramente que su propósito es el de "observador y coleccionista" de imágenes paisajistas y de las vivencias que se transcriben en coplerío "popular": 396 coplas en 230 páginas correspondientes a 59 "paisajes" diferentes. En ellas predomina el tema religioso —católico— y las menciones al amor y la mujer con fuerte caracter denigratorio, en cuya selección se percibe el olor nostálgico en la intencionalidad costumbrista del libro y el autor. Junto a estos temas, León Rey se recrea con "vivencias" de rituales de muerte, como lo es su descripción del velorio, en el que acentúa su nostalgia ante esta práctica de los campesinos de su provincia al oriente de Cundinamarca, que "tiende a desaparecer, si no ha desaparecido ya", y las descripciones del dos de noviembre (día de los difuntos), la cacería, la decapitación de gallos en la fiesta de san Pedro y la riña de gallos. En estas dos descripciones plasma de forma tenebrosa rituales de muerte y sangre, haciendo perder cualquier posibilidad amena del hecho narrado.
Creencia, amor de mujer domada y muerte son los temas privilegiados y seleccionados por el autor en coqueteo etnográfico (la palabra etnografía es mencionada en tres ocasiones como intención de libro, al tiempo que dedica un capítulo a Marcelino de Castelví y recuerda sus conversaciones con Sergio Elías Ortiz). Esta trilogía de coqueteo etnográfico lo obliga a construir el que constituye el capítulo central del libro: "Valor de lo colombiano" desde el cual reafirma su nostalgia costumbrista al enfatizar: "Ambicionamos un decidido apoyo para los misioneros que se han impuesto la dura y paciente tarea de civilización cristiana de los indios y de la conservación para la ciencia, de las lenguas, las tradiciones, las costumbres y las creencias de los restos de los pueblos amazónicos. Y pensamos cómo sería de provechoso para el país, para su arrogante afirmación de pueblo soberano y de fisonomía propia el mantener en lo que llamamos Colombia civilizada intacto y esplendente de vida lo nuestro, vale decir, la pureza de nuestro idioma, la eficacia práctica de nuestra fe, la belleza de nuestras costumbres. ¡Cómo sería de patriótico el propósito de llevar a la convicción del pueblo la necesidad de tener a orgullo la conservación de lo nuestro!" (págs. 67-68).
Curiosa labor patriótica ésta, la de conservar para la ciencia los registros de las costumbres culturales en documentos archivísticos al tiempo que a las comunidades y sociedades se les aplica el proceso de "civilización cristiana" para dar lugar a la hegemonía y homogeneidad colombiana. El costumbrismo y el folclorismo sedentariza su mirar hacia aquello que le ratifica sus raíces ideológicas respecto al deber ser de una sociedad, dejando de lado todo aquello que deconstruye y decodifica las intenciones de identidad y homogeneidad. Sin embargo, todo aquello que escapa al costumbrismo y al folclorismo, todo aquello que nomadiza la cultura es, por fortuna, lo permanente en continua movilidad, gestando posibilidades infinitas de multiplicidad a lo sociocultural.
Al leer Paisajes y vivencias da la impresión de estar viviendo un bolero del desamor en el cual el autor se quiere asir fuertemente a un pasado que no tiene lugar ni en el ayer ni en el presente por venir. Es una especie de eco en nostalgia de un cántico conservador cuyo lugar queda atado al mero texto.
WILLIAM TORRES C.
Carrasquilla, autor costumbrista
Conozca una breve reseña de Tomás Carrasquilla, su obra, la crítica y análisis de su obra literaria.

Tomás Carrasquilla nació en el pueblo de Santo Domingo (Antioquia) el 17 de enero de 1858, cuando, como él mismo decía, "no se conocían otras máquinas que las de coser, los relojes y los molinos".
Vivió en su pueblo durante cuatro décadas. Allí empezó a escribir y produjo reconocidas obras como Simón, el mago y Frutos de mi tierra, su primera novela publicada en 1896.
Inició estudios de Derecho en la Universidad de Antioquia, pero se retiró a causa de una guerra civil. Regresó a Santo Domingo a desempeñarse como sastre, secretario del juzgado y juez municipal. Fundó con sus amigos la Biblioteca del Tercer Piso, un centro cultural donde los libros no se prestaban sino que se alquilaban.
En 1901 se trasladó a Medellín y en 1905, afectado por una quiebra del Banco Popular que lo dejó en "bancarrota", se internó unos años en una mina de Sonsón, Antioquia, donde trabajó como dispensario.
Entre 1914 y 1919 vivió en Bogotá, y se empleó como funcionario del Ministerio de Obras Públicas.
Nuevamente en Medellín, se entregó a las tertulias literarias y a la creación de sus dos obras cumbre: La marquesa de Yolombó y la trilogía Hace tiempos.
Cuando murió el 9 de diciembre de 1940, había publicado más de 30 cuentos y novelas, y una extensa obra periodística, ensayística y crítica que sigue siendo referencia obligada entre los grandes autores de la literatura colombiana.


== Los Nuevos ==
== Los Nuevos ==

Revisión del 20:24 10 may 2009

La literatura colombiana, como manifestación de cultura, es mestiza, tropical y diversa. La lucha constante de los legados español, indígena y negro, y la lucha misma en contra de manifestaciones exteriores, producen en Colombia la constante búsqueda por una voz nacional.

Literatura Indígena

La voz indígena, pobladora original de lo que hoy es Colombia, es paradójicamente la que menos sobrevive. La violencia de los conquistadores y sus esfuerzos por imponer sus costumbres, causaron la pérdida de textos legendarios. Algunos de los textos sobrevivientes:

Leyenda de Yurupary. Narración de origen amazónico, escrita por el indio José Roberto y traducida al italiano por el conde Ermanno Stradelli. Yurupary es un héroe mítico, conocido en Brasil y Colombia.

Literatura Colonial

La Época de la Colonia o Época Hispánica estuvo influenciada culturalmente por lo religioso. Para aquel entonces, mediados del Siglo XVI, se empezaban a establecer los primeros asentamientos urbanos, alrededor de las instituciones gubernamentales españolas. El capital económico, político y cultural era propiedad de una pequeña élite, por lo cual la creación de textos literarios provenía en exclusiva a las clases altas.

Los intelectuales españoles y criollos se enfrentaron a un nuevo mundo listo para ser retratado, por eso las primeras manifestaciones literarias sirven mayormente como crónicas, donde se da cuenta de las tradiciones, los quehaceres cotidianos y los hechos heroicos del nuevo continente.

Se destacan:

  • Francisco Álvarez de Velasco y Zorrilla (Bogotá, 1647 - Madrid, 1708) era hijo de un oidor neogranadino y de la hija de un oidor de Quito. Desde muy temprano recibió formación religiosa y ejerció la vida política. Su obra fue recogida en el libro Rhytmica Sacra, Moral y Laudatiria. Al contrario de Domínguez Camargo, era un gran admirador de Francisco de Quevedo y era reticente con respecto al gongorismo, con la excepción de Sor Juana Inés de la Cruz a quien le escribió desconociendo que había muerto. Velasco y Zorrilla asume el nuevo lenguaje americano -sus modismos- con orgullo, por lo que se ha ganado el reconocimiento como 'primer poeta americano'. También se le atribuye ser precursor del neoclasicismo. Se destaca su poema Vuelve a su quinta, ah friso, solo y viudo en donde relata el triste reencuentro del hombre viudo con su hogar y cómo la ausencia de su amada transforma el ambiente para el que llega y para los que están.
  • Juan de Castellanos. (Sevilla, 1522 - Tunja, 1607) Sacerdote español, residente en Tunja por más de cuarenta años, autor del más extenso poema jamás escrito en lengua española, las Elegías de Varones Ilustres de Indias.

Literatura de la Independencia

La Batalla de Boyacá selló la independencia de Colombia.

La literatura colombiana durante los convulsionados años de la independencia, así como todas las antiguas colonias españolas en el continente, se vio completamente influenciada por el ánimo político, lo que determinó el pensamiento y el estilo de los autores criollos. Pero la literatura colombiana no deja de ser heredera de la hispánica y aquel sabor independentista e inconforme ante el estado de cosas coincide a la vez con el romanticismo en boga que dominaría todo el siglo XIX en Colombia.

El discurso político de entonces, liderado por el Libertador Simón Bolívar, se vería representado además en el naciente periodismo republicano del cual Antonio Nariño sería uno de los precursores. El género epistolar y la poesía se abrirían espacios en búsqueda de la identidad de la naciente nación.

La decisión unánime de los padres de la patria de proteger y promover el idioma español o castellano en el suelo nacional, evidencia la gran importancia que la época daba a la palabra. De allí que sea Colombia la primera nación hispanoamericana en fundar en 1871 la Academia Colombiana de la Lengua, Ecuador lo hará poco después en 1874 con la Academia Ecuatoriana de la Lengua y Venezuela en 1883 con la Academia Venezolana de la Lengua para completar el cuadro de las naciones neogranadinas e integrarse posteriormente en lo que hoy se conoce como la Asociación de Academias de la Lengua Española (Panamá conformará su propia Academia Panameña de la Lengua por obvias razones en 1923).

El Costumbrismo

Se interesó en retratar personajes reales de la sociedad colonial. Los costumbristas se ocuparon de señalar los rasgos generales de una cultura, de un pueblo o a través de uno o varios de los personajes de sus relatos. En muchos casos, se asumió una postura crítica frente a la sociedad o el gobierno de turno.

Los Nuevos

Los nuevos o los novísimos es un movimiento que contesta con la ironía los vestigios del romanticismo y del costumbrismo precedente y que abriría las puertas al nuevo siglo, sobre todo en la década de los 20. El movimiento tiene por fundador al poeta antioqueño León de Greiff. Las características de este movimiento son: la negación del pasado, el amor por lo feo, la oscuridad, el romanticismo escondido, y el misterio, entre otras.

Piedra y Cielo

El siglo XX avanzaba en occidente al paso veloz de la industrialización, la literatura en Colombia como en Latinoamérica bien pronto se enriqueció con el surgir de movimientos que abrirían el abanico de las letras. De la década de los novísimos, se crea el célebre grupo de Piedra y cielo (1939) con personajes como Eduardo Carranza a la cabeza.

El Nadaísmo

El Nadaísmo, fundado en los años 50 por Gonzalo Arango, fue un movimiento nacido de una época convulsa bajo la sombra de la dictadura militar de Gustavo Rojas Pinilla. Su nombre recuerda absolutamente el nihilismo y el existencialismo y entre sus precursores están José María Vargas Vila y Fernando González.

La Generación del Boom

Todo ese caminar literario en Colombia, así como en todo el mundo hispanoamericano, llevaría entonces a lo que hoy se conoce como el Boom Latinoamericano en la cual Colombia tendría una parte bien importante con el Premio Nóbel de Literatura de 1982 Gabriel García Márquez, el escritor colombiano más reconocido en el mundo entero (sus obras han sido traducidas a numerosos idiomas). Hace parte del llamado realismo mágico y del movimiento de la literatura latinoamericana.

Por el mismo tiempo aparece una figura difícil de ubicar en la historia de la literatura colombiana, Andrés Caicedo. Caicedo no sólo estaba distanciado geográficamente del boom, sino que sus obsesiones eran más cercanas a la cultura relacionada con el cine y el rock n' roll, retratando problemáticas sociales urbanas y juveniles.

Generación Desencantada

Generaciones recientes

Algunos escritores como Alberto Salcedo Ramos y Jorge Enrique Botero, han hecho periodismo literario; el primero con una biografía sobre Kid Pambelé y el otro con los libros Últimas noticias de la guerra y Espérame en el cielo, capitán. Ambos son una suerte de herederos de Germán Castro Caicedo y el mejor periodismo latinoamericano.

Literatura del Sicariato

Durante los primeros años de la década del noventa del siglo XX empezó a aparecer la realidad de la violencia del narcotráfico en la literatura de la época. Títulos como La Lectora de Sergio Álvarez, Rosario Tijeras de Jorge Franco y La Virgen de los Sicarios de Fernando Vallejo empezaron a retratar los nuevos miedos y obsesiones que el país había adquirido en esta etapa de la violencia. Las ciudades, a la vez que se convierten en escenario de estas violencias, se convierten en el escenario de estos tramas,

Véase también

Enlaces externos