Diferencia entre revisiones de «Benito Mussolini»
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Mussolini, también conocido como el ''[[Duce]]'', promovió el [[fascismo]] dentro de Italia, y durante su mandato estableció un [[régimen]] cuyas características fueron el [[nacionalismo]], el [[militarismo]] y la lucha contra el [[comunismo]], combinadas con la estricta [[censura]] y la [[propaganda]] estatal. Mussolini se convirtió en un estrecho aliado del canciller alemán [[Adolf Hitler]], sobre quien había influido. Bajo su gobierno, Italia entró en la [[Segunda Guerra Mundial]] en [[junio]] de [[1940]], como aliado de [[Alemania Nazi]]. Tres años después, los aliados invadieron el Reino de [[Italia]] y ocuparon la mayor parte del sur del país. En [[abril]] de [[1945]], trató de escapar a [[Suiza]], pero fue capturado y ejecutado a tiros, cerca del [[lago de Como]] por [[Resistencia italiana|partisanos comunistas]]. Su cuerpo fue llevado a [[Milán]] donde fue ultrajado. |
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Revisión del 23:52 27 mar 2010
Benito Amilcare Andrea Mussolini (Dovia di Predappio, Forlì, 29 de julio de 1883 – Giulino di Mezzegra, 28 de abril de 1945) fue un militar, político y dictador italiano. Primer ministro del Reino de Italia con poderes dictatoriales desde 1922 hasta 1943, cuando fue depuesto y encarcelado brevemente. Escapó gracias a la ayuda de la Alemania Nazi, y recibió el cargo de Presidente de la República Social Italiana desde septiembre de 1943 hasta su derrocamiento en 1945, y posterior muerte por ejecución.
Mussolini, también conocido como el Duce, promovió el fascismo dentro de Italia, y durante su mandato estableció un régimen cuyas características fueron el nacionalismo, el militarismo y la lucha contra el comunismo, combinadas con la estricta censura y la propaganda estatal. Mussolini se convirtió en un estrecho aliado del canciller alemán Adolf Hitler, sobre quien había influido. Bajo su gobierno, Italia entró en la Segunda Guerra Mundial en junio de 1940, como aliado de Alemania Nazi. Tres años después, los aliados invadieron el Reino de Italia y ocuparon la mayor parte del sur del país. En abril de 1945, trató de escapar a Suiza, pero fue capturado y ejecutado a tiros, cerca del lago de Como por partisanos comunistas. Su cuerpo fue llevado a Milán donde fue ultrajado.
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Primeros años
Mussolini nació en Dovia di Predappio, en la provincia de Forlí, región de Emilia-Romaña el 29 de julio de 1883. Su padre, Alessandro, era herrero; su madre, Rosa Maltoni, era una maestra que creía firmemente en la importancia de la educación. El nombre «Benito Amilcare Andrea» fue decidido por su padre,[1] que era socialista de la extrema ala anarquista, pues deseaba rendir homenaje a la memoria de Benito Juárez, héroe reformista y ex presidente de México, de Amilcare Cipriani, patriota italiano y socialista, y de Andrea Costa, primer diputado socialista elegido en el parlamento italiano.
Recibió la enseñanza básica en Dovia y luego en Predappio (desde 1889 hasta 1891). Luego ingresó al colegio salesiano de Faenza pero fue expulsado por una pelea con un compañero. Prosiguió los estudios en el colegio Carducci de Forlimpopoli donde obtuvo en septiembre de 1898 la licencia técnica inferior. A partir de octubre de ese año, por una pelea que tuvo con otro compañero, se le obliga a asistir como alumno externo (hasta el año 1901).
Trayectoria política
Allí en Forlimpopoli, por influencia paterna, Mussolini se acerca al socialismo militante y en el año 1900 se inscribe en el Partido Socialista Italiano. Mientras tanto, concluye los estudios y obtiene la Maturità (título de bachillerato). El 13 de febrero de 1902 fue nombrado suplente para la escuela elemental de Pieve Saliceto, fraccionamiento de Gualtieri Emilia.
El 9 de julio de 1902, tras concluir el año escolástico, se trasladó a Lausana donde se inscribió en el sindicato de albañiles y obreros. Luego es nombrado secretario y publica su primer artículo en el periódico L'Avvenire del lavoratore.
Suiza
Desde noviembre vive en Suiza, tras huir de Italia para librarse del servicio militar obligatorio, peregrinando de ciudad en ciudad y desarrollando trabajos temporales. Fue expulsado dos veces del país: el 18 de junio de 1903 fue arrestado por agitador socialista y permaneció detenido en la cárcel durante 12 días. Luego fue expulsado el 30 de junio; el 9 de abril de 1904 fue encarcelado por 7 días en Bellinzona por haber falsificado su permiso de permanencia (soggiorno).[2] Vence las dificultades gracias al auxilio de algunos socialistas y anárquicos del Cantón Ticino.
Durante estos años, colabora como periodista en diarios locales de inspiración socialista (como Il Proletario) y estudia en la facultad de ciencias sociales de Lausana, según parece, frecuentando las clases de Vilfredo Pareto. Se alinea con el ala revolucionaria del partido socialista, liderada por Arturo Labriola y envía correspondencia al periódico milanés Avanguardia socialista. En este período muestra su mayor cercanía ideológica con el sindicalismo revolucionario.
En 1904 comienza una relación sentimental con la activista socialista Angelica Balanoff[3] y discute con el pastor evangélico Alfredo Taglialatela sobre el tema de la existencia de Dios (las opiniones que vertió en estas discusiones serán publicadas luego en el opúsculo L'uomo e la divinità).
El retorno a Italia
En noviembre de 1904, tras la amnistía que se dio a quienes habían huido del servicio militar obligatorio con motivo del nacimiento del heredero del rey, Mussolini volvió a Italia.
Fue al servicio militar y se le asignó al Décimo Regimiento bersaglieri de Verona obteniendo una declaración de buena conducta por su comportamiento. En enero de 1905 murió su madre. Licenciado del ejército, Mussolini volvió a Dovia de Predappio el 4 de septiembre de 1906 y fue profesor suplente en Tolmezzo desde el 15 de noviembre hasta el final del año escolástico.
En noviembre de 1907 obtuvo la habilitación para enseñar francés y en marzo de 1908 fue enviado como profesor de francés en el Colegio Cívico de Oneglia, donde enseñará también italiano, historia y geografía. Allí dirige también el semanario socialista La lima con el pseudónimo de «Vero Eretico». Tras volver a Predappio, Mussolini se puso al frente del paro de los trabajadores agrícolas y el 18 de julio de 1908 fue arrestado por amenazar a un dirigente de las organizaciones patronales. Procesado por vía rápida fue condenado a tres meses de cárcel, pero fue puesto en libertad provisional después de 15 días. En septiembre del mismo año fue encarcelado de nuevo por diez días por organizar en Meldola unas elecciones no autorizadas.
En noviembre se transfirió a Forlì, donde vivió en una habitación alquilada junto con su padre viudo, en la cual éste abrió con su compañera Anna Lombardi (viuda también y madre de la futura esposa de Mussolini) la trattoria llamada Il bersagliere. Durante este período, Mussolini publica en Pagine libere ('Páginas libres') —una revista del sindicalismo revolucionario editada en Lugano y dirigida por Angelo Oliviero Olivetti— el artículo La filosofia della forza ('La filosofía de la fuerza'), donde hace referencia al pensamiento nietzscheano.
En febrero de 1909 Mussolini se trasladó a Trento, donde fue secretario de la Cámara del trabajo y dirigió el periódico L'avvenire del lavoratore ('La llegada del trabajador'). El 7 de marzo de ese mismo año fue protagonista de un choque periodístico con Alcide De Gasperi, director del periódico católico Il Trentino.
El 10 de septiembre de 1909 Mussolini fue encarcelado nuevamente en Rovereto por difundir periódicos secuestrados y por instigar a la violencia hacia el Imperio de los Habsburgo; el 29 es expulsado de la ciudad y vuelve a Forlì. En 1910 publica una novela llamada Claudia Particella, l'amante del cardinale Madruzzo ('Claudia Particella, la amante del cardenal Madruzzo'), sátira anticlerical.
El 17 de enero de 1911 Mussolini comenzó a convivir con Rachele Guidi, su futura esposa, también colabora con la revista Soffitta. El 23 de agosto participa en el congreso socialista de Milán. Desde 1910 había sido nombrado secretario de la federación provincial de Forlí y poco después se convirtió en editor del semanario La Lotta di Classe ('La lucha de clases').[4]
El 11 de abril de 1911 la sección socialista de Forlì, guiada por Mussolini, vota la autonomía del PSI. En mayo del mismo año publica un ensayo titulado Il Trentino veduto da un socialista ('El Trentino visto por un socialista') en el periódico Quaderni della Voce ('Cuadernos de la voz').
En octubre fue arrestado, procesado y condenado a un año de cárcel por participar, junto a Pietro Nenni en una manifestación contraria a la guerra iniciada por Italia contra el Imperio otomano por la posesión de la Cirenaica y Tripolitania, que concluyó con actos de violencia con la policía. Mussolini había definido la aventura colonial africana del gobierno de Giolitti como un «acto de delincuencia internacional». En febrero del año siguiente, la Corte de apelaciones de Bolonia redujo la pena a cinco meses y medio y al mes siguiente Mussolini fue liberado.
La victoria del ala radical del PSI en el Congreso de Reggio Emilia, celebrado en 1912, le proporcionó a Mussolini mayor protagonismo en el seno de la formación política, que aprovechó para hacerse cargo del periódico milanés Avanti!, órgano oficial del partido socialista. Aun así, sus violentas opiniones acerca de los enfrentamientos armados de la semana roja de 1914 motivaron cierta preocupación entre sus compañeros de filas, atemorizados por su radicalismo. En noviembre de 1913 fundó la revista Utopia.
En el congreso socialista del PSI de Ancona del 1914, presenta con Giovanni Ziboldi una moción (que fue acogida) por la que se reconocía la incompatibilidad entre el socialismo y la masonería. El 9 de junio fue elegido consejero comunal de Milán.
A fines de 1914 Mussolini presentó su renuncia al Avanti. La división entre Mussolini y el partido socialista se acrecentó con la proclama de neutralidad del PSI tras la entrada de Italia en la Primera Guerra Mundial en mayo de 1915.
En noviembre del mismo año Mussolini fundó el periódico Il Popolo d’Italia, de tendencia ultranacionalista, lo que le valió la expulsión del Partido Socialista Italiano.[5]
En el ejército en la Primera Guerra Mundial
Cuando Italia entró en la Primera Guerra Mundial al lado de la Entente, Mussolini manifestó su completo apoyo al esfuerzo bélico italiano y se presentó como voluntario en el ejército; así, en agosto de 1915 fue asignado a la División 11° y el 2 de septiembre partió al frente. Escribió un diario de guerra donde narra su vida en las trincheras y se ve a sí mismo como héroe carismático de una comunidad nacional, guerrera, socialmente jerárquica y obediente.
En marzo del año siguiente Mussolini fue promovido a cabo por méritos de guerra. En su informe militar se lee: «Actividad ejemplar, batallador, serenidad de mente, no toma en cuenta los desalientos, celoso, regular en el cumplimiento del deber, primero en cualquier empresa que requiera trabajo y arrojo». El 23 de febrero de 1917 fue herido al estallar un mortero durante un ejercicio. Fue inmediatamente dado de baja. Aunque algunos han sostenido que el motivo de su baja haya sido alguna enfermedad infecciosa, la presencia de tales patologías no ha sido comprobada con los datos que emergieron de la autopsia que le fue practicada. En este año, y según se ha descubierto, trabajó de espía para los servicios secretos británicos[6]
Al volver del frente, publica en Il Popolo d'Italia el artículo Trincerocrazia, donde reivindica para los soldados italianos que habían combatido en las trincheras el derecho a gobernar Italia tras la guerra.
El fascismo y la «revolución fascista»
Posteriormente, quiso capitalizar el sentimiento de insatisfacción que se apoderó de la sociedad italiana tras el fin de la contienda, debido a que Italia había obtenido muy pocas ventajas territoriales y económicas en el Tratado de Versalles, pese a las grandes promesas de Francia y Gran Bretaña con las cuales se había estimulado la participación italiana en la contienda). Ese descontento se manifestó en continuas huelgas y protestas de obreros y campesinos a los cuales se unían veteranos retornados del frente de guerra, ante lo cual Mussolini empezó haciendo un llamamiento a la lucha contra los partidos de izquierdas, a los que señaló como culpables del descalabro social. Para ello Mussolini creó en Milán el 9 de octubre de 1919 los Fasci Italiani di Combattimento, grupos armados de agitación que constituyeron el germen inicial del futuro Partido Nacional Fascista en 1920. El 18 de noviembre es arrestado de nuevo por tenencia ilegal de armas y explosivos pero fue liberado gracias a la intervención del senador liberal Luigi Albertini.
El 24 y 25 de mayo de 1920 Mussolini participó en el segundo Congreso de los Fasci di Combattimento, que se realizó en el Teatro Lírico de Milán. En noviembre, con el artículo Rapallo, comenta favorablemente el tratado ítalo-yugoslavo firmado por Giovanni Giolitti por el que la ciudad de Fiume queda libre.
El 28 de marzo de 1921 Mussolini desfila en Milán con sus columnas de de camisas negras con ocasión del funeral de las víctimas del terrorismo anárquico del Teatro Diana. Al mostrarse como enemigo de socialistas y comunistas el fascismo consiguió ganarse el favor de los grandes terratenientes e industriales y Mussolini logró salir electo diputado en las elecciones de mayo de 1921, gracias también al apoyo de Giolitti (ya situado en los «bloques nacionales antisocialistas»).
Toma del poder de Mussolini
A partir de este éxito, los camisas negras se van convirtiendo en protagonistas de numerosos episodios de violencia y agresión física o verbal contra sus adversarios políticos, sobre todo contra los socialistas y comunistas; el fenómeno fue llamado squadrismo debido a las "escuadras de acción" organizadas por los camisas negras como piquetes callejeros encargados de atacar arbitrariamente a sus rivales.
El 2 de julio, Mussolini invitó a los socialistas, con un artículo en Il popolo d'Italia, a establecer un pacto de pacificación para acabar con la violencia squadrista, firmado el 2 de agosto gracias a la mediación del presidente de la Cámara Enrico De Nicola; sin embargo los episodios de violencia no cesaron porque la ejecución del acuerdo se dejó a la decisión de los jefes locales de cada partido.
A propósito de la autonomía de la que gozaban los grupos particulares de squadristas, Renzo De Felice escribe que Mussolini entró en discusiones con algunos jefes que ponían en duda su posición de guía del movimiento (sobre todo Dino Grandi) y que no aceptaban la voluntad de Mussolini para presentarse como normalizador del orden social). De ahí que, siempre según De Felice, Mussolini escribiera: «¿Puede el fascismo dejar de contar conmigo? ¡Claro! Pero también yo puedo dejar de contar con el fascismo».
Sin embargo, las divergencias internas fueron superadas y el 7 de noviembre se realizó en Roma el tercer congreso de los fasci di combattimento, que fueron transformados en el Partido Nacional Fascista, con Michele Bianchi como primer secretario. El 1 de enero de 1922, Mussolini fundó la revista mensual Gerarchia ('Jerarquía'), donde colabora su amante Margherita Sarfatti.
El 2 de agosto de 1922, las izquierdas promueven una huelga general contra las violencias de los camisas negras, que intervienen produciendo el fracaso de la iniciativa. Entretanto, los primeros días de septiembre, las escuadras fascistas ocupan los municipios de Ancona (Milán), Génova, Livorno, Parma, Bolzano y Trento, obteniendo el control de éstos tras violentos episodios armados.
Se trata del inicio de la «revolución fascista», con la que Mussolini intenta un ambicioso golpe de mano para adueñarse del poder, aprovechándose del consenso adquirido ante los ambientes sociales más importantes del reino, que combinaban el miedo a los socialistas y comunistas, junto con la convicción que Mussolini y sus fascistas aceptarían sujetarse a las viejas reglas de la monarquía parlamentaria. El 24 de octubre Mussolini se encontraba ya en Nápoles con 40 000 camisas negras allí reunidos, afirmando públicamente el derecho del fascismo a gobernar el país.
La impotencia del gobierno para hacer frente a la situación en que se encontraba el país y la disolución del Parlamento allanaron el camino para la denominada Marcha sobre Roma, acontecida el 28 de octubre de 1922. La entrada triunfal de los camisas negras en la capital italiana no encontró ninguna oposición, quedando el gobierno imposibilitado para intervenir por la oposición del Rey Víctor Manuel III, quien se negó a firmar el decreto de Estado de Asedio propuesto por el Jefe del Gobierno Ivanoe Bonomi, imposibilitando así cualquier oposición armada por parte del ejército. Como consecuencia, el Rey encargó formar un nuevo gobierno a Mussolini, pese a que éste no contara con una mayoría en parlamento, el 30 de octubre de 1922.
Mussolini como presidente del consejo
El 16 de noviembre, Mussolini se presentó en la Cámara (obtuvo el voto de confianza con 316 a favor, 116 en contra y 7 abstenciones) y dio su primer discurso como Presidente del Consejo de Ministros (el llamado «Discorso del bivacco»). Declaró:
He rechazado la posibilidad de vencer totalmente y podía hacerlo. Me autoimpuse límites. Me dije que la mejor sabiduría es la que no se abandona después de la victoria. Con 300 000 jóvenes armados totalmente, decididos a todo y casi místicamente listos a ejecutar cualquier orden que yo les diera, podía haber castigado a todos los que han difamado e intentado enfangar al fascismo. Podía hacer de esta aula sorda y gris un campamento de soldados: podía destruir con hierros el Parlamento y constituir un gobierno exclusivamente de fascistas. Podía: pero no lo he querido, al menos en este primer momento.
El 24 de noviembre le fueron conferidos por el parlamento plenos poderes en ámbito económico y administrativo hasta el 31 de diciembre de 1923 con el fin de «restablecer el orden». El 15 de diciembre de 1922 se reunió, por primera vez, el Gran Consiglio del Fascismo ('Gran Consejo del Fascismo').
El 14 de enero de 1923 los camisas negras fueron institucionalizados a través de la creación de la Milizia Volontaria per la Sicurezza Nazionale ('Milicia Voluntaria para la Seguridad Nacional'). Luego el 9 de junio presentó en la Cámara la nueva ley Acerbo sobre las elecciones. Fue aprobada el 21 de julio. Ese mismo mes, gracias al apoyo británico, en la Conferencia de Losanna fue reconocido el dominio italiano sobre el Dodecaneso, que había sido ocupado en el año 1912.
El 28 de agosto fue la masacre de Gioannina: la expedición militar italiana Tellini —que tenía la tarea de definir la línea limítrofe entre Grecia y Albania— fue aniquilada por soldados griegos. Mussolini envió un ultimatum a Grecia para solicitar reparación y, tras el rechazo del gobierno griego, ordenó a la marina italiana que ocupara Corfù.
Con esta acción, el nuevo presidente del consejo demostró tener una política externa fuerte y obtuvo, gracias a la Sociedad de Naciones, las reparaciones solicitadas (sólo tras abandonar la isla ocupada).
El 19 de diciembre Mussolini presidió la firma del acuerdo entre Confindustria y la Confederación de las corporaciones fascistas. El decreto real número 284 del 30 de diciembre de 1923 estableció la creación de los Enti Comunali di Assistenza (ECA) con la misión de «coordinar todas las actividades, públicas o privadas, dirigidas a socorrer a los indigentes, proveyendo, si fuera necesario, de sus cuidados o promoviendo donde fuera posible la educación, la instrucción y el aprendizaje de profesiones, artes o trabajos». Fueron unificados en dos entes territoriales que se dedicarían a la asistencia sanitaria y material de los pobres y de la infancia abandonada (véase el real decreto 383 del 3 de marzo de 1933).
El 27 de enero de 1924 se firmó el Tratado de Roma entre Italia y Yugoslavia, con el cual esta última reconocía la italianidad de Fiume, que fuera anexada el 16 de febrero. Después de esto, el rey confirió a Mussolini el honor del Collare dell'Annunziata.
A partir del 7 de febrero, el gobierno italiano estableció relaciones diplomáticas con la Unión Soviética.[7] Un acuerdo con el Reino Unido permitió a Italia adquirir una región que fue anexada a la Somalia italiana. El 24 de marzo se intentó por primera vez radiotransmitir un discurso político.
En las elecciones del 6 de abril de 1924, la Lista Nazionale (conocida con el nombre de Listone) obtuvo el 60% de los votos y 356 diputados (después quedaron en 355 por la muerte de Giuseppe De Nava, que no fue sustituido); a ellos se añaden el 4,8 de los votos y 19 puestos conseguidos por la «lista bis». En total las dos listas alcanzan el 64,9% de los votos válidos, obteniendo 375 parlamentarios, de los cuales 275 inscritos en el Partido Nacional Fascista. Además del PNF se habían unido al Listone la mayoría de los exponentes liberales y democráticos (como por ejemplo Vittorio Emanuele Orlando, Antonio Salandra y Enrico De Nicola, (que retiró su candidatura antes de las elecciones), ex populares expulsados del Partito Popolare Italiano, demosociales y del Partito Sardo d'Azione y numerosas personalidades de la derecha italiana.
La consulta se desarrolló en un clima de violencia e intimidación contra quienes se opusieran a los candidatos del régimen, y los abusos perpetrados por los fascistas fueron denunciados el 30 de mayo por el diputado socialista Giacomo Matteotti, que con un duro discurso en la Cámara pidió que se anulara el resultado de las elecciones.
El 10 de junio de 1924, Matteotti fue secuestrado y asesinado por squadristas fascistas. El evento provocó la «secesión del Aventino»,[8] es decir, el abandono del parlamento por parte de los diputados de la oposición, quienes se reunieron en el Aventino para protestar por el homicidio. Sin embargo, no realizaron ninguna acción política. Fortalecido por la indecisión de la oposición, el 3 de enero de 1925 Mussolini dio un discurso en el parlamento en el que se muestra a las claras el equilibrio efectivo de fuerzas que había en el país: con el fin de demostrar la propia fuerza, proclama que quiere asumir sobre sí «cualquier responsabilidad histórica, política y moral» que se derive del asesinato de Matteotti. Tal discurso es considerado el inicio del régimen dictatorial fascista.
Atentados contra Mussolini
Ya el día de la «Marcha sobre Roma», Mussolini arriesgó su vida: en Milán un camisa negra tropezó y apretó por error el gatillo de su fusil: la bala rozó su oreja. Tras ser nombrado presidente del consejo, Mussolini fue objeto de una serie de atentados.
El primero fue ideado el 4 de noviembre de 1925 por el diputado socialista y adherente a la masonería Tito Zaniboni, quien se colocó con un fusil en la ventana de una habitación del hotel Dragoni, frente al balcón del palacio Chigi donde estaba previsto que Mussolini se presentara con motivo del aniversario de la victoria. Algunos hombres del OVRA llegaron antes y arrestaron a Zaniboni.
La mañana del 7 de abril de 1926 Mussolini salió del palacio del Campidoglio, donde inauguró un congreso sobre cirugía; Violet Gibson, una mujer irlandesa de 50 años, le disparó con su pistola. Mussolini quedó con heridas no graves en la nariz. Atendido con un vistoso parche, se permitió comentar: «Las balas pasan, pero Mussolini permanece».
El tercer atentado fue obra de Gino Lucetti, un joven anarquista de Carrara que combatió con los Arditi y que luego, agredido por los fascistas, emigró a Marsella. El 11 de septiembre de 1926 esperaba que Mussolini saliera de su habitación y le arrojó una bomba de mano que golpeó el techo de su coche cayendo luego a tierra y explotando: ocho personas quedaron heridas. En el interrogatorio posterior, confesó que quería vengar las masacres cometidas por los camisas negras en Turín en diciembre de 1922.
El cuarto atentado es el más misterioso. La tarde del 31 de octubre de 1926 en Bolonia, Mussolini inauguró el nuevo estadio il Littoriale en el ámbito de la conmemoración de la marcha sobre Roma; mientras se dirige —con el coche descapotable— a la estación, una bala le pasa por encima del zapato. El coche prosigue y los camisas negras se abalanzan sobre el agresor y lo linchan: el cadáver muestra 14 puñaladas, un balazo de revólver y huellas de estrangulamiento. Era Anteo Zamboni, un joven de quince años de familia anarquista. Según algunas reconstrucciones recientes, el atentado era el resultado de una conspiración madurada dentro de los propios ambientes fascistas de Emilia-Romagna (sospechosos fueron Farinacci, Balbo, Arpinati y Federzoni), que eran contrarios a la «normalización» inaugurada por Mussolini, quien desde su ascenso al poder supremo era hostil a continuar con los excesos revolucionarios y las violencias de las formaciones de camisas negras.
El atentado de Bolonia fue el pretexto para las leyes fascistísimas de noviembre de 1931: anulación de los pasaportes, sanciones contra los emigrantes clandestinos, supresión de los periódicos antifascistas, disolución de los partidos opositores, institución de la «cárcel domiciliaria», creación de una policía secreta (que fue confiada a Arturo Bocchini y tomará el nombre de OVRA), declaración de decadencia del mandato parlamentario contra 120 diputados, institución de la pena de muerte para quien cometa un atentado contra la vida, la integridad o la libertad personal del rey, de la reina, del príncipe heredero y del presidente del consejo, institución del Tribunal especial, que entra inmediatamente en acción contra la «central comunista» (formada por Gramsci, Terracini y otros).
Mussolini primer ministro: la dictadura fascista
Con la ley del 17 de abril de 1925 (n. 473) se fijan las nuevas normas higiénicas para las empresas que tendrán la obligación de proveer al servicio sanitario en la hacienda, no cargar a mujeres y menores de edad con cargas excesivas y señalar como tales y custodiar toda sustancia nociva. Los contratos nacionales de trabajo asumen fuerza de ley y los «jefes» («dadores de trabajo») pueden estipular contratos individuales distintos de los colectivos de categoría solo si se prevén condiciones mejores para los trabajadores. Sobre la observancia de tal ley se encarga de vigilar el Ispettorato Corporativo. Con el real decreto del 1 de mayo de 1925 (n. 582) nace la Opera Nazionale Dopolavoro (OND) con el fin de «promover el sano y proficuo empleo de las horas libres de los trabajadores intelectuales y manuales con instituciones dirigidas a desarrollar sus capacidades físicas, intelectuales y morales».
El 11 de junio de ese mismo año, el presidente del consejo anuncia el inicio de la «batalla del grano». La campaña tiene el objetivo de alcanzar la autosuficiencia de Italia con respecto al extranjero en materia de producción de trigo (la importación de trigo era causa del 50% del déficit de la balanza de pagos) y, más en general, la autosuficiencia respecto de todos los productos agrícolas. El programa (acabado en el año 1931 tuvo un éxito mediano pues si bien se aumentó sustancialmente la productividad de trigo (con la consiguiente mejora en la balanza comercial italiana) nunca se alcanzó el objetivo de la completa autosuficiencia en el sector alimentario. El proyecto pudo realizarse sobre todo gracias a la recuperación, entre 1928 y 1932 de los territorios pantanosos que todavía quedaban en la península itálica. Los nuevos municipios nacieron con el fin de aprovechar al máximo algún recurso natural: así, por ejemplo, Carbonia se creó para favorecer la extracción en los yacimientos limítrofes de carbón. Además esto permitió la aplicación de un programa sanitario para la lucha contra la malaria y otras enfermedades.
El 21 de junio de 1925 se realizó el cuarto y último congreso del PNF. Mussolini invitó a los camisas negras a abandonar definitivamente la violencia. El poder ejecutivo se reforzó con la reforma de la policía lo que dejó impotentes a los squadristas. Luego el 18 de julio Italia y Yugoslavia firmaron el tratado de Neptuno para definir sus fronteras en el área dálmata.
El 20 de octubre Mussolini nombró a Cesare Mori como prefecto de Palermo con poderes extraordinarios y competencia también en Sicilia para que pusiera freno al fenómeno mafioso en la isla. Mori, llamado el «prefecto de hierro», obtendrá significativos resultados contra el crimen organizado y su acción continuará durante todo el bienio 1926–1927. Sin embargo, bien pronto se descubrieron las relaciones de la mafia con algunos personajes del gobierno y con altos líderes del fascismo siciliano: Mori fue destituido de su cargo y nombrado senador el año 1929, para evitar mayor escándalo, mientras la propaganda fascista afirmaba que la mafia había sido derrotada.
Entre 1925 y 1926 se cancelan las leyes fascistísimas, inspiradas por el jurista Alfredo Rocco.
La ley del 26 de noviembre de 1925 (n. 2029) estipula que los cuerpos colectivos que actúan en Italia (asociaciones, institutos, entes) están obligados, tras requerimiento de la autoridad de seguridad pública, a declarara sus estatutos, sus actos constitutivos, sus reglamentos internos y, sobre todo, las listas de socios y dirigentes, bajo pena —en caso de omitir la declaración o hacerla de manera dolosa— de la disolución del cuerpo mismo, encarcelamientos a determinar y sanciones económicas por un mínimo de 2000 y un máximo de 30 000 liras. De esa manera el gobierno se hizo con un mapa claro del tipo y número de las asociaciones no gubernamentales presentes en el país así como de sus integrantes, lo cual facilitó el control estatal sobre sus actividades, además de desalentar la formación de organizaciones encubiertas de opositores al régimen.
La ley del 24 de diciembre de 1925 (n. 2300), establece que todos los funcionarios públicos que rechacen jurar fidelidad al estado italiano deben ser destituidos. Ese mismo día se aprueba el decreto 2263 que prevé que la dicción «presidente del consejo» cambie a «jefe de gobierno, primer ministro y secretario de Estado»; el «jefe de gobierno» es nombrado o revocado sólo por el rey y es responsable solo ante él. Los ministros son responsables sea ante el rey sea ante Mussolini. La ley de prensa del 31 de diciembre de ese mismo año declara como ilegales a todos los periódicos que no tengan un responsable legal reconocido por el prefecto local. La ley del 31 de enero de 1926 (n. 100) atribuye a Mussolini, en cuanto jefe de gobierno, la facultad de emanar normas jurídicas sin aprobación parlamentaria previa.
Con la ley del 4 de febrero de 1926 (n. 237) se eliminan del ordenamiento municipal el consejo comunal y el alcalde, este último es sustituido por la figura del podestà, que ejercita las funciones del alcalde, de la junta y del consejo comunal y es nombrado con decreto real por el poder ejecutivo. El 3 de abril de 1926 es abolido el derecho a huelga y se establece que solo los sindicatos reconocidos por el Estado pueden firmar contratos colectivos; en tal contexto, el 8 de julio de 1926 queda constituido el Ministerio de las Corporaciones, cuya dirección queda en manos del mismo Mussolini.
Mientras tanto, Mussolini impone a Albania (gobernada por Ahmet Zogu) una forma no oficial de protectorado. Además Italia se une al Pacto de Locarno para garantizar las fronteras y la seguridad general. En abril, con un discurso impartido en Tripoli, Mussolini sugiere la idea de Mare Nostrum (sobre el poder de Italia en el Mar Mediterráneo) y contrapone, por primera vez, el fascismo y la democracia. También revisa las fronteras de Libia controlando efectivamente Fezzan con guarniciones italianas.
El 3 de abril de 1926 se funda la Opera Nazionale Balilla (ONB), con el fin de «reorganizar la juventud desde el punto de vista moral y físico», o bien para la educación espiritual y cultural y la instrucción premilitar, gimnástico-deportiva, profesional y técnica de los jóvenes italianos entre 8 y 18 años de edad. En 1927 todas las demás organizaciones juveniles son disueltas por decreto ley con excepción de la Juventud Católica Italiana. En 1937 este organismo será también absorbido por el régimen al quedar sustituido por la Gioventù Italiana del Littorio (GIL).
El 18 de agosto, Mussolini pronunció un discurso en Pésaro donde proclamó que para combatir la desvaloración de la moneda, el cambio Lira italiana – Libra esterlina se fijaría en la cuota 90, buscando una paridad: ese objetivo se logró aunque con dificultades para la economía de Italia.
El 5 de noviembre fueron disueltos todos los partidos fuera del PNF y se estableció que toda la prensa podía estar sujeta a censura. Se introdujeron leyes de confinamiento policial[9] y la pena de muerte[10] por atentados perpetrados u organizados para dañar a las máximas figuras del estado[11] y se instituyó el Tribunal especial para la seguridad del Estado. El 20 de diciembre el fascio littorio fue declarado símbolo del Estado.
El 15 de enero de 1927 Winston Churchill, entonces, ministro de hacienda de Gran Bretaña fue acogido en Roma por Mussolini. Mientras tanto, el fascismo lanzó la campaña para sostener el crecimiento demográfico: los varones solteros deben pagar un impuesto especial, para los matrimonios el Estado regala un premio en dinero y se prevén préstamos, agilización de trámites económicos (incluso en el campo de la educación de los hijos) y exenciones de impuestos para las familias numerosas (premios de natalidad).
Se instituyen en 1927 los Grupos Universitarios Fascistas (GUF) para la formación de la futura clase dirigente. Ese mismo año se fundó el Comité Olímpico Nacional Italiano (CONI) con la finalidad de mejorar la competitividad deportiva italiana en el ámbito internacional pues la gestión de las actividades deportivas antes había quedado en manos privadas. El 21 de abril el Gran Consejo aprobó la Carta del Lavoro para reformar la economía italiana en dirección al corporativismo.
El 5 de junio, al hablar al Senado, Mussolini afirmó la línea del revisionismo en política externa, declarando que los tratados estipulados después de la Primera Guerra Mundial eran válidos pero no se podían considerar «eternos e inmutables». Con la ley del 9 de diciembre de 1928, n. 2693, se instituye el Gran Consejo del Fascismo, máximo órgano del PNF (que era presidido por Mussolini mismo) y que queda reconocido como órgano constitucional supremo del Estado, por encima del parlamento.
El 14 de marzo de 1928, Mussolini presentó a la Cámara una propuesta de ley de reforma (que luego fue aprobada) con el que propone la reducción a 400 del número de los diputados, que serían elegidos en un único colegio nacional; la confederación nacional de los sindicatos fascistas y las asociaciones culturales habilitadas por el régimen se ocuparían de presentar las candidaturas, poniendo fin a toda competencia política fuera del PNF. El 11 de febrero de 1929 Mussolini pone fin a la Cuestión Romana firmando ante el Cardenal Pietro Gasparri los así llamados Pactos Lateranenses que fueron ratificados en la Cámara durante el mes de mayo.
Las elecciones políticas del 24 de marzo de 1929 para renovar la Cámara de diputados se plantean como un plebiscito: se vota «sí» o «no» para aprobar un «listón» de diputados decidido y propuesto por el Gran Consejo del Fascismo. La votación se desarrolló en un ambiente intimidatorio: la ficha con el «sí» es tricolor y en cambio la del «no» es blanca lo cual hace evidente el voto de cada individuo al momento de depositar su ficha en la caja electoral. La participación fue del 90% de los italianos que podían votar y el «sí» obtuvo el 98,4% de los votos.
A fines de 1929 Mussolini traslada la sede del gobierno desde el Palacio Chigi al Palacio Venecia. En junio de 1930 publica para la enciclopedia Treccani junto con Giovanni Gentile la voz «fascismo».
Por iniciativa de Mussolini el 7 de junio de 1931 se firma en Roma el pacto de los cuatro entre Italia, Francia, Gran Bretaña y Alemania. Por medio de este tratado los firmantes asumen la responsabilidad de mantener la paz y reorganizar Europa respetando los principios y procedimientos previstos en el estatuto de la Sociedad de las naciones.
Las elecciones del 25 de marzo de 1934 para la renovación de la Cámara de diputados se realizaron con el mismo sistema del «listón» usado en la votación anterior de 1929 y como plebiscito. Aumentó el número de participantes, se mantuvo la diferenciación de colores en las fichas electorales y los votos contrarios al régimen fueron del 0,15%.
La ley del 22 de marzo de 1934 (n. 654) para la tutela de la maternidad de las trabajadoras y la ley del 26 de abril (n. 653) para la tutela del trabajo de la mujer y de los niños establecen el derecho a la conservación del puesto de trabajo para quienes quedan embarazadas, un período de licencia antes y después del parto y permisos obligatorios para el período de lactancia (las empresas con más de 50 trabajadoras estaban obligadas a predisponer un recinto para ello).
La ley del 24 de diciembre de 1934 (n. 2316) establece la creación de la ONMI (Opera Nazionale per la Protezione della Maternità e dell'Infanzia;[12]) la institución podía financiar a otras que colaborasen en campos semejantes. En el año 1935 se instituyó el sábado fascista, como jornada de trabajo presuntamente voluntario por parte de los trabajadores.
El 14 y 15 de junio de 1935 Mussolini y Hitler se encontraron en Stra y en Venecia. Las conversaciones fueron sobre la cuestión austriaca (pues el canciller alemán buscaba la anexión de ese país). Sin embargo, las relaciones entre ambos dictadores quedaron tensas: el 25 de julio hubo un fallido golpe de Estado en Austria con el cual la Alemania nacionalsocialista buscaba proceder a la anexión del país —y que comportó a muerte del canciller austriaco Dollfuß. Ante ello, Mussolini envía dos divisiones de infantería italiana a la frontera con Austria para defender su independencia.[13] La situación se resolvió después de que Hitler desistió de su propósito y el 21 de agosto Mussolini se entrevistó con Kurt Alois von Schuschnigg, sucesor de Dollfuß, manifestando su oposición a todo intento del Tercer Reich para unir Austria con Alemania. El 6 de septiembre, en Bari, Mussolini se alineó ante la política nazi:
Treinta siglos de historia nos permiten mirar con soberana piedad a algunas doctrinas de más allá de los Alpes.
La guerra de Etiopía y el acercamiento a la Alemania nazi
¡Italia tiene finalmente su imperio!De la constitución de la colonia del África Oriental Italiana
El 5 de diciembre de 1934 hubo un incidente en Ual Ual, localidad entre Somalia (italiana) y Etiopía: 1500 soldados etíopes atacaron un puesto militar italiano en la frontera. El contingente italiano era de 200 militares.
Mussolini pidió excusas oficiales y el pago de una indemnización por parte del gobierno etíope, tal como estaba establecido en un tratado firmado entre Italia y Etiopía en el año 1928. El Negus Haile Selassie acude el 2 de enero del a la Sociedad de las Naciones. Este organismo se empeña en un arbitraje pero las relaciones ítalo-etiópicas estaban ya comprometidas. Mussolini apeló al episodio para declarar la guerra. El problema se debía al deseo italiano de unir territorialmente Somalia y Eritrea mientras que los etíopes querían una salida al mar.
Entre el 4 y el 7 de enero de 1935 Mussolini se encontró en Roma con el ministro del exterior francés Pierre Laval: se firmaron acuerdos por los que Francia cedería a Italia la Somalia francesa y a reconocer las minorías italianas que se encontraban en Túnez (que había sido objeto de reivindicaciones por parte italiana) y a apoyar diplomáticamente a Italia en caso de una guerra con Etiopía.[14] Laval pensaba que así podría acercar al régimen de Mussolini de manera que pudieran firmar una alianza anti-nazi.
El 16 de enero Mussolini asumió la dirección del Ministerio de las Colonias. El 19 de enero la Sociedad de la Naciones reconoce la buena fe de Italia y Etiopía en el incidente de Ual Ual y decide que el caso ha de ser tratado entre las partes interesadas; sin embargo, el 17 de marzo los abisinios presentan otro recurso, apelándose al artículo XV de la organización.
En la conferencia de Stresa desarrollada entre el 11 y el 14 de abril, Italia, Gran Bretaña y Francia condenan conjuntamente las violaciones del Tratado de Versalles cometidas por Alemania.
El 8 de junio en Cagliari, ante la hostilidad mostrada por Gran Bretaña, Mussolini reivindica el derecho de Italia a actuar una política colonial propia. El 18 de septiembre en un artículo publicado en el Morning Post garantiza que no tocará los intereses franceses o ingleses en África oriental.
El 2 de octubre declara la guerra a Etiopía y viola así el artículo XVI de la Sociedad de las Naciones:
Si un miembro de la liga recurre a la guerra, en contra de lo estipulado en los artículos XII, XIII y XV, será juzgado ipso facto como si hubiese cometido un acto de guerra contra todos los miembros de la sociedad, que aquí se comprometen a someterlo a una ruptura inmediata de todas las relaciones comerciales y financieras, a las prohibiciones de relaciones entre los ciudadanos propios y los de la nación que ha infringido el pacto, y a la abstención de cualquier relación financiera, comercial o personal entre los ciudadanos de la nación que ha violado el pacto y los ciudadanos de cualquier otro país, sea o no miembro de la Sociedad.
Mientras tanto, Mussolini inaugura en el Agro Pontino las nuevas ciudades de Guidonia y Pontinia.
El 18 de noviembre Italia es castigada con sanciones económicas impuestas por la Sociedad de las Naciones — sanciones aprobadas por 52 estados con los votos contrarios de Austria, Hungría y Albania. El gobierno responde con la promoción de programas económicos autárquicos. Las sanciones resultan ineficaces, ya que numerosos países, aunque las votaron oficialmente, mantienen sus buenas relaciones con Italia y le siguen ofreciendo materias primas. La Alemania Nazi es uno de ellos y la guerra de Etiopía representa el inicio del acercamiento entre Mussolini y Hitler.
Desarrollo del conflicto y crímenes de guerra
Con el recuerdo de la terrible derrota sufrida en Adua por las tropas italianas y consciente de la fuerza y de los armamentos con que contaban los abisinios, Mussolini siguió personalmente sea la preparación, sea el desarrollo de las operaciones militares, que en solo siete meses conducirán a la aniquilación de las fuerzas armadas del último Estado independiente de África.[15]
Para asegurarse una victoria rápida, Mussolini, tras examinar las solicitudes de los jefes militares, llegó a triplicar el número de soldados y armamentos: en mayo de 1936 se encuentran en el teatro de operaciones casi medio millón de soldados, 492 tanques, 18932 tanquetas y 350 aviones. Del arsenal disponible se toman muchas armas químicas y bacteriológicas, prohibidas por la Convención de Ginebra y desembarcadas en secreto en Massaua.[16]
Desde el inicio de los combates, el 3 de octubre, Mussolini tomó la dirección de las operaciones y envió casi cotidianamente órdenes telegráfiadas a sus generales (Rodolfo Graziani en el frente Sur, Emilio De Bono y luego Pietro Badoglio en el Norte), dictándoles líneas y órdenes operativas, incluyendo las de uso de armas químicas. Mussolini se arrogó toda determinación en relación con la utilización de tales armas.[17][18]
La primera orden que contempla el uso de armas químicas llega de Mussolini a Graziani el 27 de octubre de 1935, para preparar el asalto de Gorrahei. Sin embargo, bastaron seis toneladas de granadas convencionales para acabar con la resistencia de los defensores dos días después. Graziani solicitó después el uso de tales armas para operaciones defensivas (destinadas a detener los asaltos de los etíopes en Dolo, a fines de diciembre de 1935) y obtuvo el permiso inmediatamente.
En el mismo período, Badoglio recibió la orden de emplear bombarderos en el frente Norte contra los abisinios, que habían pasado a la ofensiva en Sciré. La orden, ya en curso de ejecución fue suspendida por motivos políticos en vista de una reunión de la Sociedad de las Naciones prevista en Ginebra para el 5 de enero. Sin embargo, Badoglio ignora la orden de suspensión y prosigue con los bombardeos químicos hasta el 7 y luego nuevamente el 12 y el 18 de enero.
El 19 de enero, Mussolini vuelve a autorizar la guerra total con estas palabras:
Autorizo a vuestra excelencia a emplear todos los medios de guerra, digo todos, sea aéreos como terrestres. Máxima decisión.Telegrama secreto de Mussolini a Badoglio[19]
Los bombardeos químicos de artillería y aéreos prosiguen en el frente Norte (hasta el 29 de marzo de 1936) que en el Sur (hasta el 27 de abril), llegando a emplear un total de 350 toneladas de armas químicas. En este contexto, a fines de enero, cuando no obstante el uso de tales medios el ejército italiano se encuentra en dificultades en el frente Norte, Mussolini no duda en ordenar al general Badoglio que emplee armas bacteriológicas. Este expresa su contrariedad, recordando al Duce las reacciones internacionales que tal elección podría provocar y el propio temor a las consecuencias incontrolables del uso de un arma jamás experimentada con anterioridad.
Este uso de armas químicas fue escondido a la opinión pública italiana y Mussolini ordenó que se desmintieran como animadas de sentimientos anti-italianos las pocas denuncias sobre su empleo que aparecieron en la prensa internacional. El crimen será negado durante mucho tiempo incluso después del final del régimen y por testigos de la talla de Indro Montanelli, que queda así al margen del resto de la historiografía sobre el gobierno de Mussolini. Hay que esperar al 7 de febrero de 1996 para que sea reconocido oficialmente, cuando el entonces ministro de defensa, el general Domenico Corcione admitió ante el parlamento el uso de armas químicas por parte del ejército italiano durante la guerra de Etiopía.[20]
La conducción de una política de exterminio para con los etíopes no se limitó al empleo de armas químicas, sino que se desarrolló con otros instrumentos, como la orden de no respetar las señales de la Cruz Roja lo cual llevó a la destrucción de al menos 17 hospitales de campo (entre los cuales uno sueco) que causó el disgusto del Duce por los problemas políticos que podía causar e instalaciones médicas abisinias, o el uso de tropas musulmanas contra las poblaciones cristiano-coptas de Etiopía que causaron diversas masacres.
Los crímenes prosiguieron incluso tras el final de la guerra y hasta el 1940 en relación con los rebeldes, contra la población y los monjes abisinios en los santuarios cristiano-coptos, que fueron asesinados a centenares en Debrà Libanòs y en otros lugares.
La victoria en Etiopía, el apogeo de Mussolini y del fascismo
El 7 de mayo de 1936, Mussolini recibe de Víctor Manuel III la Gran Cruz del Orden Militar de Saboya. El soberano, al entregarle la máxima condecoración militar del reino, reconoce el rol directo desarrollado por Mussolini:
Ministros de las fuerzas armadas, preparó, condujo y venció la más grande guerra colonial que la historia recuerde.
El 9 de mayo, desde el balcón del Palacio Venecia, anuncia el final de la guerra de Etiopía y proclama el renacimiento del imperio (el rey de Italia asume el título de emperador de Etiopía).
La campaña abisinia representa el momento de máximo consenso del pueblo italiano hacia el fascismo. Mussolini establece que, al indicar la fecha en los documentos oficiales y en los periódicos, se deba escribir el año a partir del 28 de octubre de 1922 unido al de la fundación del imperio (por ejemplo, 1936 se indicaba como «año 1936, XIV de la era fascista, I del imperio»).
El 4 de julio la Sociedad de las Naciones decreta terminada la aplicación del artículo XVI y las sanciones caen el 15 del mismo mes (el único Estado que se opuso fue Sudáfrica); Mussolini obtuvo, por la guerra victoriosa, el título de mariscal de Italia (30 de marzo de 1938).
El 9 de junio confió al yerno, Galeazzo Ciano el ministerio del exterior.
El 24 de julio firma un acuerdo con Hitler para enviar contingentes militares a España con el fin de sostener al general Francisco Franco durante la Guerra civil española.
El 1 de noviembre anuncia, por medio de un discurso, la creación del Eje Roma-Berlín (no se trata todavía de una alianza militar, pues ésta se estipulará con el Pacto de Acero).
El 2 de enero de 1937 se firma un gentlemen's agreement entre Italia y Gran Bretaña, con el cual se definen los derechos de entrada, salida y tránsito en el Mediterráneo y se establece que se evitará la modificación del «statu quo relacionado con la soberanía nacional de los territorios del Bajo Mediterráneo», España incluida. Tal acuerdo fue confirmado por el Pacto de Pascua el 16 de abril de 1938.
El 20 de marzo, en el oasis de Bugara cerca de Trípoli, Mussolini recibe de manos del jefe bereber Iusuf Kerbisc, la «espada del islam», una espada dorada, símbolo de la aprobación de una parte de la sociedad libia hacia el régimen fascista.
El 6 de noviembre Italia se unió al Pacto Antikomintern, que había sido firmado antes entre Alemania y Japón con fines antisoviéticos.
El 11 de diciembre Mussolini anuncia la salida de Italia de la Sociedad de las Naciones. Con la mediación del Duce, ante la eventualidad de una posible guerra entre Gran Bretaña y Francia contra Alemania, se realiza la Conferencia de Múnich: se legitiman las políticas expansionistas nazis en Checoslovaquia.
El 19 de enero de 1939 la cámara de diputados es suprimida y sustituida por la Camera dei Fasci e delle Corporazioni.
En abril, Mussolini ordenó la ocupación y anexión de Albania; Italia ya gozaba de una forma no oficial de protectorado.
Las leyes raciales
A partir de 1938 el régimen fascista promulgó una serie de decretos conocida como leyes raciales, que introducían medidas discriminatorias y persecutorias en relación con los judíos italianos.
Entre los diversos documentos y medidas legales que constituyen el corpus de tales leyes figura el Manifiesto de la raza, o más exactamente el Manifiesto de los científicos racistas, publicado por primera vez en forma anónima en el Giornale d'Italia el 15 de julio de 1938 con el título Il Fascismo e i problemi della razza (traducción: 'El fascismo y los problemas de la raza'), y vuelto a publicar en el primer ejemplar de La difesa della razza (traducción: 'La defensa de la raza') el 5 de agosto de ese mismo año.
Al real decreto ley del 5 de septiembre de 1938 —que fijaba «Medidas para la defensa de la raza en la escuela fascista»— y el del 7 de septiembre —que fijaba «Medidas en relación con los hebreos extranjeros»— siguió una declaración sobre la raza emitida por el Gran Consejo del Fascismo; tal declaración fue adoptada luego por el Estado siempre con un real decreto ley del 17 de noviembre. La población judía en Italia era muy reducida en comparación a la existente en Alemania, Francia, o en Europa Oriental, pero ello no impidió las teorizaciones racistas imitando el estilo nazi, llegando la prensa fascista al extremo de sostener la existencia de una raza italiana; pese a la discriminación oficial unos pocos judíos lograron "arianizarse" ante las autoridades fascistas, pues mediante vacíos legales pudieron evadir la discriminación algunos judíos veteranos de la Primera Guerra Mundial, veteranos de Etiopía, los que fueron antiguos fascistas, etc.
Entre 1943 y 1945, el gobierno de la República Social Italiana se hizo cómplice en la deportación a los campos de concentración nazis de numerosos judíos que aún vivían en la Italia ocupada los alemanes. En territorio italiano, en la Risiera di San Sabba, cerca de Trieste, surgió un campo de recolección para el transporte de los judíos italianos a los campos de concentración alemanes. En aquel campo se asesinó también a algunas personas y se instaló un horno crematorio.[21]
Papel en la Segunda Guerra Mundial
De la «no beligerancia» a la «guerra paralela»
El 22 de mayo de 1939 Galeazzo Ciano, ministro del exterior italiano, firma el Pacto de Acero con Alemania, que muestra oficialmente el nacimiento de una alianza vinculante ítalo-alemana.
Cuando la Segunda Guerra Mundial se acercaba, Mussolini anunció su intención de anexar Malta, Córcega y Túnez. Habló de la creación de un «Nuevo Imperio Romano», que se extendiera desde el este de Palestina hasta el sur a través de Libia y Egipto y hasta Kenia.
El 30 de mayo, Mussolini encarga al general Ugo Cavallero que envíe a Hitler un escrito, en el que afirma que la guerra es inevitable pero que Italia no estará lista para afrontarla antes de tres años.[22] Los italianos no entienden la gravedad de la situación hasta que, en la conferncia de Salzburgo de agosto de 1939 los alemanes afirman su decisión de resolver sus diferencias con Polonia mediante las armas.[22] Los alemanes afirman que será un conflicto restringido mientras que los italianos están convencidos de que desencadenará una guerra mundial.[22] Proponen resolver la discordia en una conferencia internacional similar a la de Múnich del año anterior, a lo que los alemanes se niegan.[22] Durante el resto de agosto Mussolini reitera la incapacidad de su país para entrar en guerra y su deseo de permanecer neutral si esta estalla.[22]
No obstante los mensajes tranquilizadores del alto mando alemán, el ejército nazi invade Polonia el 1 de septiembre, determinando así el inicio del conflicto. Mussolini declara la «no beligerancia», gracia a la que el Estado italiano se mantendrá momentáneamente fuera de la guerra.[22]
Los objetivos políticos de Mussolini (la desaparición de la flota británica del Mediterráneo, la extensión de la influencia italiana en los Balcanes, la recuperación de Niza y Córcega de Francia y la adquisición de Túnez y la Somalia francesa) no requerían de la guerra para su consecución y se podían lograr más sencillamente mediante un acuerdo internacional parecido a la Conferencia de Stresa de 1935.[22] Su objetivo era un equilibrio político en Europa en el que Italia desempeñase el papel central.[22] Una guerra total no favorecía estos objetivos y el país no estaba preparado ni militar ni económicamente para ella.[22] Cualquier resultado era, además, perjudicial para el régimen italiano: una victoria alemana lo convertiría en un estado títere de Hitler mientras que la aliada acabaría con el sistema fascista.[22]
El mismo estallido de la guerra había perjudicado ya la situación italiana: el abastecimiento crucial de carbón alemán, que se realizaba fundamentalmente por barco desde el puerto holandés de Rotterdam se resentía del bloqueo británico.[22]
El 10 de marzo de 1940 Mussolini acoge en Roma al ministro del exterior alemán Joachim von Ribbentrop, y siete días después a Hitler en el Brennero, recibiendo de ambos fuertes presiones para entrar en guerra al lado de Alemania. El 16, 22, 24 y 26 de abril recibe otros mensajes de Churchill, Paul Reynaud, Pío XII y Roosevelt que le piden que se mantenga neutral.
Ante los extraordinarios e inesperados éxitos de los nazis entre abril y mayo de 1940, Mussolini considera que la guerra está ya decidida y el 10 de junio declaró la guerra a Francia e Inglaterra. Sus objetivos siguen inmutables pero cree que ha llegado el momento de cambiar de táctica: piensa que la intervención italiana debilitará definitivamente a los británicos en el Mediterráneo haciéndoles solicitar la paz y, a la vez, su beligerancia atemperará las exigencias alemanas, logrando así el ansiado equilibrio.[22] Su decisión es personal y no cuenta con la aprobación de los círculos de poder en Italia, que la consideran equivocada.[22]
En el frente con Francia, las tropas italianas tomaron inicialmente una actitud defensiva, sea por falta de una artillería adecuada, sea por renuencia a atacar a sus vecinos.
Por ello, los primeros en tomar la iniciativa fueron los aliados: aviones británicos que partían de aeropuertos franceses, bombardearon Turín la noche entre el 11 y el 12 de junio. A esta agresión los italianos responden bombardeando las bases militares de Hyères y Tolón. El 14 la zona industrial de Génova fue bombadeada. El ejército italiano recibió orden de pasar a la ofensiva, programada para el 18 del mismo mes. En esta breve campaña, el ejército italiano tuvo 1247 bajas (muertos o desaparecidos), mientras que el ejército francés apenas tuvo algo más de 200 víctimas mortales.[23]
El 22 de junio Francia firma el armisticio con Alemania. El 18, Mussolini participa en un encuentro en Múnich, Baviera con Hitler para discutir la inesperada rendición: las condiciones de paz solicitadas por el Duce[24] fueron atendidas solo parcialmente, ya que Hitler temía debilitar al nuevo gobierno del mariscal Pétain.[22] La esperanza de que Gran Bretaña solicite la paz tampoco se cumple.[22]
El 24 de junio, Francia firma el armisticio con Italia, reconociendo, además de la ocupación de algunas zonas, la concesión de una parte de territorio francés del límite y la desmilitarización de una franja de 50 millas a lo largo del confín ítalo-galo y líbico-tunecino.
Ante la noticia de un inminente desembarco en Inglaterra de los alemanes, Italo Balbo, gobernador de Libia, recibió orden de avanzar a Egipto, en ese tiempo protectorado inglés. Pero el 28, mientras sobrevolaba Tobruk que era bombardeada por los ingleses, el avión donde iba fue abatido por las baterías antiaéreas italianas.
El 3 de agosto de 1940, Mussolini ordenó a sus fuerzas destacadas en el este de África que atacaran al ejército británico en el Sudán, Kenya, y la Somalilandia Británica. Después de algunos éxitos iniciales, que permitieron a los italianos hacerse con la Somalilandia Británica y avanzar un poco en el Sudán y Kenya, detuvieron la marcha y comenzaron a fortificar sus posiciones. El 13 de septiembre de 1940, las fuerzas italianas en Libia atacaron a las británicas en Egipto. Tras los tres primeros días de éxito, los italianos tuvieron que detener su avance en Egipto a la espera de suministros. Esto permitió que sus adversarios se recuperasen.
Las iniciales victorias parciales se mostraron efímeras, ya que la guerra se prolongaba más allá de lo previsto, revelando así la impreparación, la desorganización y las deficiencias del ejército italiano. En África, desde diciembre de 1940 los ingleses comenzaron una vigorosa contraofensiva que les llevará a conquistar toda el África Oriental italiana para junio de 1941. Las últimas tropas italianas se rendirán en Gondar para el 21 de noviembre. La superioridad numérica y tecnológica de los ingleses[25] y la progresiva pérdida de la iniciativa de la marina italiana[26] condujeron a la derrota italiana.
Tras ellos, los encuentros entre las dos marinas enemigas se limitaron, por parte italiana, a la guerra submarina, a la protección de las rutas de aprovisionamiento entre Sicilia y Libia, a esporádicos intentos de interceptar algún convoy inglés entre Gibraltar y Alejandría y a operaciones temerarias realizadas por comandos. El control del Mediterráneo se encuentra en manos británicas.[22]
El 27 de septiembre de 1940, Italia, Alemania y Japón se unen en el Pacto Tripartito, al que se adherirán –durante la guerra– Hungría, Rumania, Eslovaquia, Bulgaria y Yugoslavia.
El 19 de octubre Mussolini envía una carta a Hitler en la que le comunica su intención de atacar Grecia. La respuesta no se hace esperar buscando disuadir al Duce pero este responde diciendo que ya habían iniciado los ataques.
El 25 de octubre de 1940, Mussolini envió un contingente expedicionario de la Regia Aeronautica a Bélgica, con el fin de tomar parte en la Batalla de Inglaterra. La flota mixta italiana de cazas y bombarderos tuvo un éxito limitado, por lo cual fue retirada a principios de 1941.[27]
La invasión de Grecia terminó en desastre: el invierno y el territorio montañoso obstaculizaron cualquier intento de avance, ya que el equipo militar italiano era completamente inadecuado. El ejército griego –reforzado por más de 70,000 militares ingleses– se mostró más aguerrido y organizado de lo previsto, siendo determinante el apoyo aéreo y marítimo inglés. Así, el ejército italiano tuvo que replegarse a territorio albanés y desde ahí detener la contraofensiva griega. La previsión italiana era la de una campaña corta y una rápida capitulación griega, pues el ejército no estaba preparado para una guerra larga.[22] La inesperada resistencia griega estuvo a punto de hacerle perder el control de Albania y supuso la humillación de Mussolini ante Hitler, al que llegó a solicitar ayuda para estabilizar el frente.[22]
En enero de 1941 Hitler prometió a Mussolini el envío de tropas alemanas sea en apoyo de la guerra contra Grecia sea también en África del Norte. Este hecho marca el fin de la guerra paralela y la progresiva dependencia de Alemania por parte del ejército italiano.
Tras sofocar un golpe de estado organizado por los ingleses en Yugoslavia, el ejército italiano reinició la campaña de Grecia. El 21 de abril, Grecia se rinde ante Alemania. Tras protesta de Mussolini, Hitler mandó repetir el acto de rendición y la firma del armisticio ante autoridades italianas (el 23 del mismo mes).
El 12 de diciembre, Italia declara la guerra a los Estados Unidos.
La inversión de tendencia en la guerra
A partir del 15 de febrero de 1942 numerosos refuerzos italianos llegan a Rusia para apoyar el avance alemán. Participan activamente en la campaña de Stalingrado pero dejando ver los problemas de equipo que sufren durante toda la guerra.
Durante el año se produce el desastre en África del Norte a pesar de las victorias acumuladas anteriormente por Rommel.
En noviembre y diciembre de 1942, Mussolini, abatido y deprimido, se deja sustituir por Galeazzo Ciano en dos coloquios con Hitler. El 2 de diciembre, tras 18 meses de silencio y consciente de los problemas, habla nuevamente al pueblo italiano desde el Palacio Venezia.
El 7 de abril de 1943, se encuentra con Hitler en Klessheim y propone un armisticio con los rusos para poder concentrar todas sus fuerzas en otros frentes. El líder alemán rechaza la propuesta.
El 9 de julio los anglo-americanos desembarcan en Sicilia y conquistan toda la isla el 17 de agosto.
El 16 de julio, un grupo de jerarcas guiado por Dino Grandi solicita la reunión del Gran Consejo del Fascismo, que no había sido convocado desde 1939.
El arresto
El 19 de julio el Duce mantiene una última conversación con Hitler en Feltre. Durante el encuentro, Roma fue bombardeada por los aliados.
El 24 de julio se reúne el Gran Consejo del Fascismo. Se solicita la desautorización de Mussolini de todos sus encargos de gobierno. La votación, aunque significativa, no tenía de iure ningún valor, ya que por ley, el primer ministro era responsable de sus actos sólo ante el rey, quien era el único que podía destituirlo.
Mussolini, tras pasar a su oficina en el Palacio Venezia como hacía normalmente, solicitó al rey si podía anticipar su conversación semanal que estaba prevista para el día siguiente. Víctor Manuel III lo recibe a las 5 de la tarde y le comunica su sustitución por Pietro Badoglio y le garantiza su inmunidad. Sin embargo, el Duce no sabía de las intenciones del monarca que le había puesto escolta y había hecho rodear el edificio de gobierno por 200 carabineros.
Los carabineros condujeron a Mussolini en un coche ambulancia de la Cruz Roja, sin especificarle el destino y asegurándole que lo hacían por su propia seguridad. En realidad, Víctor Manuel III había mandado arrestar a Mussolini, con el fin de salvar su propia dinastía, que peligraba al estar demasiado comprometida con el fascismo.
El anuncio de un armisticio con los aliados, firmado el 8 de septiembre sumerge al país en una guerra civil. El rey y su familia, Badoglio y sus principales colaboradores huyen a Apulia poniéndose bajo la protección de los aliados. Forman gobierno y declara la guerra a Alemania el 13 de octubre. Mientras tanto las fuerzas de la Wehrmacht entran masivamente en Italia y contanctan con las divisiones alemanas ya estacionadas allí, juntas toman el control de las principales ciudades en pocos días y desarman a las tropas italianas, hallando poca resistencia.
Mussolini fue trasladado a la isla La Maddalena frente al litoral toscano y luego al hotel Campo Imperatore en los Apeninos del Gran Sasso. El 12 de septiembre es liberado por un comando alemán de paracaidistas al mando de Otto Skorzeny y trasladado a Alemania, donde se encontraba Hitler. Este lo invita a formar una república protegida por los alemanes. El 18 de septiembre, Mussolini anuncia por radio la reconstitución del partido fascista, con la nueva denominación de Partido Fascista Republicano.
Vuelve a Italia el 23 de septiembre y constituye un nuevo gobierno cuyos integrantes ya habían sido designados por los alemanes, que se reúne por primera vez el 27 de septiembre en Rocca delle Carminate.
En realidad la nueva «república» era un gobierno títere del Tercer Reich, siendo que el poder real de Mussolini era muy escaso frente a las autoridades militares alemanas. Inicialmente Mussolini pretende volver a Roma pero los alemanes lo impiden y el 27 de septiembre el gobierno se instala en la localidad alpina de Saló, de ahí se le conoció con el nombre de república de Salò.
El 14 de noviembre se celebró en Verona la primera asamblea nacional del partido fascista republicano. Se redactó el Manifiesto de Verona con el programa de gobierno que pretendía la Socialización fascista y una serie de medidas socialistas de imposible aplicación real. Mussolini anuncia que al final de la guerra se convocaría una asamblea constitucional para la redacción de una constitución de la república.
Entre el 8 y el 10 de enero de 1944 se llevó a cabo el llamado Proceso de Verona, en el cual fueron juzgados por traición los jerarcas que se habían opuesto a Mussolini. Entre estos fue condenado a muerte el yerno del Duce, Galeazzo Ciano.
El 21 de abril, el Duce se encuentra con Hitler en Klessheim y el 15 de julio se traslada a Alemania para pasar revista a las cuatro divisiones italianas que los oficiales alemanes han estado entrenando. El 20 de julio se encuentra con Hitler por última vez, poco después del Atentado del 20 de julio de 1944 que sufriera éste.
Mussolini se trasladó nuevamente a Saló, donde vivía protegido por unos guardias de la SS, y con poco contacto con otros jerarcas. Luego acudió a Milán, en donde el 16 de diciembre de 1944, en un acto celebrado en el Teatro Lírico, pronunció su último discurso público, a veces mencionado como "discurso de la rebelión". [1]. Al hacerse evidente la derrota alemana en marzo de 1945, Mussolini intentó un acuerdo con los partisanos o con los Aliados para una capitulación condicionada, pero fracasó en sus esfuerzos; cuando el 25 de abril de 1945 estalló una revuelta partisana generalizada, combinada con una ofensiva general de los Aliados, Mussolini salió de Milán y se dirigió luego a Como, Menaggio en un intento de escapar a Suiza disfrazado de soldado en un convoy alemán. El convoy fue detenido en Dongo por un grupo de partisanos de la Brigada Garibaldi quienes permitieron la retirada de los alemanes pero exigieron que los miembros italianos del convoy no siguieran su camino; estos partisanos reconocieron a Mussolini entre los soldados y lo arrestaron de inmediato.
La muerte de Mussolini
La decisión de ajusticiar a Mussolini fue tomada en el transcurso de pocas horas, en un contexto en el que era muy difícil para los partisanos comunicarse con Roma y reunir de inmediato al Comité de Liberación Nacional (CLN). Los partisanos que habían conducido la operación de captura sólo alcanzaron a informar al comando de Milán, que envió inmediatamente a un grupo de partisanos y algunos emisarios políticos como Aldo Lampredi, Pietro Vergani y el militante comunista Walter Audisio, conocido como "coronel Valerio", este último venía con las instrucciones de dar una muerte violenta a Mussolini.
Según versiones posteriores que se hicieron oficiales , se autorizó a Clara Petacci el reunirse con Mussolini en Dongo. Fueron despertados, llevados en un vehículo por unas curvas sinuosas cerca del Lago Como y bajados a las puertas de una villa campestre en Giulino di Mezzegra. Una vez bajados de los vehículos, Audisio leyó una breve sentencia en nombre del pueblo italiano y a continuación levantó su ametralladora para dar muerte a Mussolini, pero su amante Clara Petacci intentó interponerse y Audisio la conminó a retirarse. La ametralladora se encasquilló y Audisio sacó inmediatamente su pistola, pero nuevamente Petacci se interpuso entre el ejecutor y su víctima. La pistola no funcionó y Audisio, en un acto de nerviosismo, pidió otra ametralladora a uno de sus acompañantes, esta vez se escapó del arma una ráfaga que alcanzó a Clara Petacci y la mató en ese instante, la misma ráfaga alcanzó a Mussolini quien cayó al suelo agonizante y fue ultimado por un partisano de un certero balazo en el corazón.
La ejecución se realizó el 28 de abril de 1945; según la versión oficial, Mussolini fue fusilado, junto a Clara Petacci, en Giulino di Mezzegra, cerca de Dongo. El método casi secreto y expeditivo de la ejecución fue decidido por la presunta intención de los Aliados de capturar vivo a Mussolini y procesarlo ante una corte internacional (con la posibilidad que fuese condenado a una pena menor o absuelto), mientras muchos partisanos exigían por el contrario que se aplicase pena de muerte al Duce tal como había sido decretada por el CLN italiano.
Los cadáveres fueron trasladados en la tarde del mismo 28 de abril en un camión a Milán, en el trayecto no se permitió a nadie acercarse a los cuerpos y éstos fueron dejados el día 29 en la Plaza Loreto de esa ciudad. Allí fueron sometidos a toda clase de ultrajes por la muchedumbre. El servicio de policía compuesto por partisanos y bomberos, colgó luego los cadáveres cabeza abajo en una gasolinera de la plaza.[28] Esto se hizo para confirmar públicamente su muerte, y como gesto de humillación y venganza partisana, ya que en ese mismo lugar se habían colgado meses atrás los cadáveres de unos partisanos. El cadáver de Mussolini fue desfigurado a golpes a tal extremo que sus rostro resultó casi irreconocible, algo menos ocurrió con Petacci. Aún muertos fueron objeto de crueles burlas e incluso fueron colocados uno al lado del otro para ser fotografiados en la morgue. Horas más tarde los líderes locales del CLN decidieron cesar la exhibición y retirar los cuerpos, éstos fueron colocados en cajones de madera con paja en su interior y retirados para sepultarse en tumbas anónimas.
Poco después del final de la guerra, los restos de Mussolini fueron robados del cementerio de Musocco por obra de un grupo de fascistas autodenominados «SAM-Squadre d'Azione Mussolini» y capitaneados por Domenico Leccisi.[29]El cuerpo de Mussolini estuvo desaparecido varios meses. Después de la restitución a la familia, su cadáver fue trasladado a la capilla de Predappio.
El mismo 29 de abril Adolf Hitler se enteró detalladamente de lo ocurrido con Mussolini y su amante e hizo los arreglos para que no sucediera lo mismo con su cuerpo después de fallecer, en consecuencia mandó que su cadáver y el de Eva Braun fuesen posteriormente quemados.
Referencias
- ↑ Así comentan historiadores como Renzo De Felice en varias obras y Denis Mack Smith en su libro Mussolini.
- ↑ Con el riesgo de ser también arrestado al entrar a Italia por huir del servicio militar obligatorio.
- ↑ Tal relación ha sido rechazada. Sin embargo, la mayor parte de los biógrafos coinciden en afirmar que su creciente acercamiento al marxismo se debió a la influencia de Angelica.
- ↑ El periódico se llamaba L'idea socialista ('La idea socialista') pero fue rebautizado por el mismo Mussolini.
- ↑ En realidad la expulsión se debió a la publicación de un artículo titulado Dalla neutralità assoluta alla neutralità attiva ed operante ('De la neutralidad absoluta a la neutralidad activa y operante'), en el que Mussolini dirige un llamado a los socialistas sobre el peligro de una neutralidad que llevaría al aislamiento político.
- ↑ «Benito Mussolini fue un espía británico que cobraba 6.500 euros a la semana - 20minutos.es».
- ↑ En aquella fecha se firmó un tratado de comercio y navegación, además de una convención de aduanera.
- ↑ Así llamada en relación con la secesión de la plebe en tiempos de la república romana.
- ↑ Real decreto del 6 de noviembre de 1926, n. 1848
- ↑ Ley del 25 de noviembre de 1926, n. 2008.
- ↑ V.gr. el rey, el regente, el príncipe hereditario y el primer ministro.
- ↑ 'Obra Nacional para la Protección de la Maternidad y de la Infancia.
- ↑ En el momento del asesinato de Dollfuß, la mujer y los hijos de éste eran huéspedes de Mussolini en su residencia veraniega.
- ↑ A tal acuerdo se hace referencia en el libro de William Langer, An Encyclopaedia of World History, Houghton Mifflin Company, Boston, 1948, p. 990.
- ↑ Cf. Angelo Del Boca, Italiani, brava gente? Un mito duro a morire, Neri Pozza Editore, Vicenza, 2005, ISBN 88-545-0013-5, p. 192.
- ↑ Ministerio para la Guerra, Relazione dell'attività svolta per l'esigenza A.O., Instituto Poligráfico del Estado, Roma, 1936, anexo n. 76.
- ↑ Angelo Del Boca, cit., pag. 193.
- ↑ Para un cuadro completo sobre el uso de armas químicas durante el período 1935–1940 en la guerra con Etiopía véase Angelo Del Boca, I gas id Mussolini, Il fascismo e la guerra d'Etiopia, Editori Riuniti, Roma, 1996.
- ↑ Angelo Del Boca, op. cit., Neri Pozza Editore, Vicenza, 2005, ISBN 88-545-0013-5, p. 196.
- ↑ Angelo Del Boca, obra citada, pp. 197–198.
- ↑ En Trieste operaban algunos de los principales responsables de la así llamada Aktion Reinhardt, la operación que llevó al exterminio de millones de hebreos deportados en los campos de Polonia oriental. El comandante de las SS y de la SD en el sector adriático (y, por tanto, encargado de la cacería a los judíos del Norte de Italia) era el general de las SS Odilo Globocnik, ex comandante del sector de Lublín y responsable de los campos de Belzec, Majdanek, Sobibor y Treblinka); en Trieste operaban con él Franz Stangl, ex comandante en Treblinka y Christian Wirth, uno de los ideadores de las cámaras de gas, que fue luego asesinado por partisanos.
- ↑ a b c d e f g h i j k l m n ñ o p q Cliadakis, Harry: "Neutrality and War in Italian. Policy, 1939-1940", Journal of. Contemporary History, 9:3 (1974)
- ↑ The Armed Forces of World War II, Andrew Mollo, p. 82, ISBN 0-517-54478-4
- ↑ Ocupación y administración de Córcega, Túnez, la Somalia francesa y el territorio francés hasta el Ródano, concesión de bases militares en Orán, Algeria y Casablanca, entrega de la flota y de la aviación, fin de la alianza con Inglaterra.
- ↑ De las colonias inglesas, y en particular desde India, llegan miles de soldados, que no había sido posible movilizar antes.
- ↑ Ya en Cabo Spada fue hundido un crucero italiano el 19 de julio y el 11 de noviembre otros buques italianos fueron hundidos por bombarderos en el puerto de Taranto. La última batalla relevante fue la de Cabo Matapán, el 28 de marzo de 1941: una de las más grave derrotas en la historia de la marina italiana.
- ↑ The Armed Forces of World War II, Andrew Mollo, p. 91, ISBN 0-517-54478-4.
- ↑ Entre los testigos se encontraba el periodista Indro Montanelli.
- ↑ Ex multis, Pasquale Chessa: Guerra civile 1943–1945–1948. Una storia fotografica, Mondadori 2005.
Véase también
- Cronología de la Segunda Guerra Mundial
- Alessandra Mussolini
- Bruno Mussolini
- Clara Petacci
- Socialización
Bibliografía
- Mussolini, Benito (1993). Scritti e discorsi. La Fenice.
- De Felice, Renzo (2004). Storia del fascismo. Luce Libero.
- De Felice, Renzo (1995). Mussolini il rivoluzionario (1883–1920). Turín: Editoriale Einaudi. ISBN 88-06-13990-8.
- De Felice, Renzo (1995). Mussolini il fascista. Turín: Editoriale Einaudi.
- De Felice, Renzo (1995). Mussolini l'alleato (1940–1945). Turín: Editoriale Einaudi.
- Lepre, Aurelio (1997). Mussolini l'italiano: il duce nel mito e nella realtà. Milán: Laterza. ISBN 88-04-42682-9.
- Gallo, Max (1983). Vita di Mussolini. Roma: Laterza. ISBN 88-420-2109-1.
Enlaces externos
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