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Diferencia entre revisiones de «Lamia»

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Lamia, aunque aparece en el folklore vasco, proviene del folklore griego
Lamia *no* es un personaje del folklore hebreo, ni del maya. Otra cosa es que en ellos haya personajes similares
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En numerosas localidades [[España|españolas]], especialmente del [[sureste]] de la [[península ibérica|Península]], el mito de las lamias se adapta en la [[Leyenda de la Encantada]], mientras en el [[norte]] se encuentra en las [[anjana]]s o [[xana]]s.
En numerosas localidades [[España|españolas]], especialmente del [[sureste]] de la [[península ibérica|Península]], el mito de las lamias se adapta en la [[Leyenda de la Encantada]], mientras en el [[norte]] se encuentra en las [[anjana]]s o [[xana]]s.

En el norte de España, la leyenda de la Xana se encuentra muy arraigada en parte de [[Provincia de León|León]] y [[Asturias]], como prueba el gran número de topónimos que llevan por nombre ''Les Xanes'' (plural de xana en asturiano central y leonés central), por ejemplo, el Desfiladero de las Xanas.

En ''Las brujas y su mundo'', el historiador [[Julio Caro Baroja]] relaciona la figura de la "xana" con la de la diosa Diana ([[Artemisa]]), como variante regional de un mito común en diversas mitologías europeas. ''Jana'' era un antiguo nombre con que se designaba a las hechiceras durante la [[Edad Media]]. Un ser feérico equivalente con el nombre de anjana se encuentra también en la vecina [[mitología cántabra]].


== Folclore búlgaro ==
== Folclore búlgaro ==


En los cuentos e historias populares [[Bulgaria|búlgaras]], la lamia es una misteriosa criatura con varias cabezas, que puede hacer crecer una y otra vez si se le cortan (como la [[Hidra de Lerna]]). Se alimenta de la sangre de la gente o, más frecuentemente, matando mujeres jóvenes para realzar su belleza y así poder seducir hombres. Este monstruo atormenta a menudo los pueblos y puede ser encontrado en cuevas o en el subsuelo. En algunas historias tiene alas, en otras su respiración es de fuego. La lamia no tiene sexo, pero se suele considerar del femenino.
En los cuentos e historias populares [[Bulgaria|búlgaras]], la lamia es una misteriosa criatura con varias cabezas, que puede hacer crecer una y otra vez si se le cortan (como la [[Hidra de Lerna]]). Se alimenta de la sangre de la gente o, más frecuentemente, matando mujeres jóvenes para realzar su belleza y así poder seducir hombres. Este monstruo atormenta a menudo los pueblos y puede ser encontrado en cuevas o en el subsuelo. En algunas historias tiene alas, en otras su respiración es de fuego. La lamia no tiene sexo, pero se suele considerar del femenino.

== Mitología hebrea ==

En la [[mitología judía]], la Lamia está considerada como [[Lilit]]h, una especie de demonio femenino que incluso llegó a tener relación con el mismísimo [[Adán]], antes de conocer a [[Eva]]. Se dice que Lilith era la misma Lamia griega que había aparecido en ambas mitologías, ya que en el [[Talmud]] se aprecia su descripción como un demonio femenino seductor de hombres; se cree además que los judíos adaptaron el nombre de esta criatura malvada y lo relacionaron con la palabra ''laila'' (noche).<ref name=":0">{{Cita web|url=https://hablemosdemitologias.com/c-otras-mitologias/lamia-en-la-mitologia/|título=¿Quieres saber todo sobre lamia en la mitologia? Apréndelo aquí|fechaacceso=11 de enero de 2020|fecha=8 de noviembre de 2018|sitioweb=Conozcamos Todas Las Mitologias De Nuestro Planeta|idioma=es}}</ref>

Los historiadores consideran que en la adaptación hebrea la diosa perdió su carácter divino, adquiriendo una personalidad más compleja, y adaptada al folclor judío, de hecho en el mismo Génesis se aprecia como una mujer destemplada que posteriormente abandona el paraíso. Diversos estudios se han elaborado sobre la presencia de Lilith en la cultura hebrea, llegando a la conclusión salomónica de considerarla como la primera mujer que tuvo Adán antes de llegar al [[Paraíso]].<ref name=":0" />

== Mitología maya ==

En la [[mitología maya]], una variante de la Lamia es la Xtabay, un demonio de origen maya que toma la forma de una hermosa mujer atractiva de tez morena con rasgos indígenas que, al igual que con la variante europea, se peina el cabello con un Tzcam en una ceiba. Se encarga de seducir a los hombres borrachos o tunantes que andan solos por las selvas. Cuando los hombres caen en sus engaños, se transforma en una creatura horripilante que termina por asesinarlos y llevarlos al [[Xibalba]], el inframundo maya donde reina la muerte, oscurdad y enfermedad.


== Véase también ==
== Véase también ==

Revisión del 00:29 21 feb 2021

Lamia del pintor británico Herbert James Draper (1863-1920).
Lamia y el soldado de John William Waterhouse (1849-1917).

Lamia (en griego: Λάμια) es una criatura femenina de la mitología griega y el folclore de la Antigüedad clásica, caracterizado como asusta niños y seductora terrible. En este último aspecto, constituye un antecedente de la vampiresa moderna. Se la concibe como un personaje individual, pero también como el nombre genérico de un tipo de monstruos (las lamias). A menudo se la asocia con figuras similares de la cultura griega (Empusa), hebrea (Lilith) o hasta con la maya (Xtabay). En el folclore neohelénico, vasco, gallego, cántabro y búlgaro encontramos tradiciones sobre lamias, herederas de la tradición clásica. Las "lamias" eran conocidas por ser unas grandes arquitectas, por lo que construyeron grandes esculturas y edificios, entre ellos el oráculo de Eros.

Mitología grecorromana

Lamia con tocado del siglo XVII.

Según el historiador griego Diodoro Sículo, Lamia era una reina de Libia a la que Zeus amó, hija de Poseidón o Belo y Libia.[1]Hera, celosa, la transformó en un monstruo y mató a sus hijos (o, en otras versiones, mató a sus hijos y fue la pena lo que la transformó en monstruo). Lamia fue condenada a no poder cerrar sus ojos, de modo que estuviera siempre obsesionada con la imagen de sus hijos muertos. Zeus le otorgó el don de poder extraerse los ojos para así descansar, y volver a ponérselos luego. Lamia sentía envidia de las otras madres y devoraba a sus hijos. Tenía el cuerpo de una serpiente y los pechos y la cabeza de una mujer. Aunque era femenina, el comediógrafo Aristófanes asegura que el demagogo Cleón tenía "los testículos de una lamia" (Avispas v. 1035, Paz v. 758), queriendo decir, probablemente, que no los tenía en absoluto (y que, en caso de tenerlos, estarían tan sucios como los de una lamia, siendo el monstruo famoso por el hedor que desprendía).

A pesar de la venganza de Hera, hay algunas tradiciones que sostienen que la primera sibila era hija de Zeus y Lamia.

La etimología del nombre no se ha establecido con certeza. Probablemente se relaciona con el adjetivo lamyrós, "glotón", y el sustantivo laimós, "gaznate, gañote". Algunos creen que pertenece a la misma familia el latín lemur, que designa a unos espectros (los lémures) tipológicamente similares a las lamias.

En la Antigüedad, las madres griegas y romanas solían amenazar a sus hijos traviesos con este personaje. El poeta romántico inglés John Keats dedicó al personaje un poema narrativo largo, que da nombre al libro Lamia y otros poemas. Se inspiró en «La novia de Corinto», una historia que aparece en la Anatomía de la melancolía (1621) de Robert Burton, quien a su vez la tomó de la Vida de Apolonio de Tiana (4.25) de Filóstrato (160-249). Según cuenta Filóstrato, Menipo, un joven aprendiz de filósofo, se dejó seducir por una misteriosa mujer extranjera que lo abordó cuando caminaba por las afueras de Corinto. La mujer insistió en que se casaran, y a la boda acudió el sabio Apolonio, quien tras observar detenidamente a Menipo declaró: «Tú, al que las mujeres persiguen, abrazas a una serpiente, y ella a ti». La novia, en efecto, era una lamia o Empusa, y aunque al principio negaba su condición, acabó confesando que había seducido a Menipo para devorarle y beber su sangre, pues la de los mozos como él es pura y rebosa vigor.

Según opinión bastante extendida, la Lamia mitológica sirvió de modelo para las lamias (lamiae en latín), pequeños monstruos africanos, humanos de la cintura para arriba, que atraían a los viajeros con su agradable siseo y enseñando sus senos, para después matarlos y devorar sus cuerpos. La noticia más antigua de estos seres se encuentra en el discurso quinto del orador Dión Crisóstomo, quien se refiere a ellos como "fieras líbicas", no lamias.

Posteriormente, las lamias aparecieron a menudo en los bestiarios como ejemplo de monstruo despiadado y salvaje.

En la catedral de Pésaro (Italia) se conserva un mosaico del siglo VI en el que dos lamias aparecen representadas como pájaros con cabeza humana.[2]

Folclor francés

En las leyendas de Iparralde (País Vasco Francés), las o los lamias —puesto que su sexo no está claramente definido— no son, como en Hegoalde (Navarra, Álava, Vizcaya, Guipúzcoa), hermosas doncellas de largos y sedosos cabellos rubios que peinan con un peine de oro cerca de las fuentes y tienen los pies de pato... Las lamias de Iparralde son más bien gnomos o geniecillos de pequeño tamaño a los que hay que temer, aunque no son especialmente malévolos. Les llaman lamiñak o lamiñakuak.[3]

Mitología ibérica

Escultura de una lamia en Mondragón (Guipúzcoa).

En la mitología vasca, las lamias (lamiak o laminak) son genios mitológicos a menudo descritos con pies de pato, cola de pescado o garras de algún tipo de ave.[4]​ Casi siempre femeninos, de una extraordinaria belleza, moran en los ríos y las fuentes, donde acostumbran a peinar sus largas cabelleras con codiciados peines de oro.[5]​ Suelen ser amables y la única manera de enfurecerlas es robarles sus peines.[6]​ Se cuenta también que han ayudado a los hombres en la construcción de dólmenes, cromlech y puentes.[7]

A veces se enamoran de los mortales, pero no pueden casarse con ellos, pues no pueden pisar tierra consagrada.[8]​ En ocasiones tienen hijos con ellos. En otras leyendas son mitad humanos y mitad peces. Otras dicen que no son más que la diosa Mari.[9]

Cuenta una leyenda que una vez una mujer le robó el peine de oro a una lamia y esta, enfurecida, trató de maldecirla, pero no lo logró, puesto que sonó la campana de la iglesia y eso la salvó.

En numerosas localidades españolas, especialmente del sureste de la Península, el mito de las lamias se adapta en la Leyenda de la Encantada, mientras en el norte se encuentra en las anjanas o xanas.

Folclore búlgaro

En los cuentos e historias populares búlgaras, la lamia es una misteriosa criatura con varias cabezas, que puede hacer crecer una y otra vez si se le cortan (como la Hidra de Lerna). Se alimenta de la sangre de la gente o, más frecuentemente, matando mujeres jóvenes para realzar su belleza y así poder seducir hombres. Este monstruo atormenta a menudo los pueblos y puede ser encontrado en cuevas o en el subsuelo. En algunas historias tiene alas, en otras su respiración es de fuego. La lamia no tiene sexo, pero se suele considerar del femenino.

Véase también

Referencias

  1. Escolio de Las avispas, de Aristófanes, v. 1035 y escolio de La paz, del mismo autor, v. 758).
  2. Figura de las lamias de Pésaro en el sitio web Mosaici Duomo Pésaro.
  3. «La Lamia y el Cantero - Basque Mythology». basquemythology.amaroa.com. Consultado el 17 de septiembre de 2020. 
  4. «Lamia», artículo en el sitio web Mitología de Vasconia.
  5. Aguirre, Mercedes; y Esteban, Alicia: Cuentos de la mitología vasca.
  6. Leyendas de la mitología vasca contadas en Ataun: La lamia de Sanztegi
  7. Dueso, José: Nosotros los vascos. Mitos, leyendas y costumbres (volumen I, páginas 94 a 113).
  8. «Lamia», artículo en la enciclopedia Auñamendi, publicado en el sitio web Euskomedia.
  9. Leyendas de la mitología vasca contadas en Ataun: La aparición de la dama de Sarastarri

Enlaces externos