Español rioplatense

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Extensión aproximada del rioplatense.
Área donde se localizan las principales urbes donde se utiliza el español rioplatense.
Mapa del voseo. En azul las zonas donde tiene uso generalizado en el lenguaje oral y escrito.

El español rioplatense o castellano rioplatense es una variedad dialectal del español hablada en Argentina y en Uruguay. Su uso se extiende en la zona de la cuenca del Río de la Plata, en Argentina y Uruguay, y otras regiones aledañas. Centrado en las aglomeraciones de Gran Buenos Aires, Rosario, Montevideo, Mar del Plata, Santa Fe y La Plata, los focos poblacionales más importantes de la región, extiende su influencia cultural a zonas geográficamente distantes, sobre todo a través de los medios audiovisuales, en los que es el lecto estándar para Argentina y Uruguay. En las regiones que muestran lazos estrechos de comunicación con otros países —como las fronteras con Chile, Bolivia, Paraguay o Brasil—, en que las influencias de otros idiomas, como el quichua, el guaraní, y el portugués —por ejemplo en el caso del norte de Uruguay—[1]​ son notables, ha llegado a fusionarse con estos, creando distintas variantes. No obstante, en los sitios con una población relativamente estable desde antes de las oleadas migratorias de los siglos XIX y XX, es la forma más extendida del español en la región.

Rasgos distintivos

Sus rasgos distintivos son:[2]

  • Extensión internacional: Es hablado en los países de Argentina y Uruguay en la zona del Río de la Plata.
  • Diversidad de variantes: Por ser los dos países una zona muy extensa, en lo demográfico y geográfico, dentro de este dialecto se desarrollan, en ambos países, variantes que poseen diferencias menores o complejas y que, por lo general, afectan a provincias o regiones enteras.
  • Zonas de fusiones: En ambos países se da una especie de fusión con los dialectos de estados vecinos, como es el caso de Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay. De esa mixtura surgen variantes que parecen puntos medios o de transición.
  • El voseo: el uso de formas peculiares para la segunda persona del singular, que altera especialmente la conjugación en presente. Es el fenómeno más característico del español rioplatense, en términos de distinción con los demás dialectos.[3]​ También presenta variaciones: se da un voseo plenamente voseante («vos tenés»), un voseo pronominal («vos tienes») y otro verbal («tú tenés»). El primer caso es el más famoso y difundido; el último afecta a una parte de Uruguay, y el segundo es un caso raro que se da en la región de Cuyo o del Noroeste argentino o en la provincia de Santiago del Estero, donde su vinculación con los países limítrofes y su pasado español es responsable.
  • Forma peculiar de yeísmo: llamado yeísmo rehilado, definido como pronunciación de la elle como ye, más una vibración en el punto de articulación que le suma sonoridad. Lo que es la asimilación de la consonante lateral palatal aproximadamente ll ([ʎ]) y la palatal aproximante y ([j]), que normalmente se realizan en una fricativa postalveolar, [ʒ] o [ʃ].
  • Modos verbales: la preferencia por el futuro perifrástico (voy a ir) sobre el futuro imperfecto (iré), la elección de un pasado simple (dije, decía) frente a pasados compuestos (hube dicho, he dicho) y los imperativos voseantes (vení por ven o comunicalo por comunícalo). Los ejemplos primero y último son generales a los dos países, mientras que el segundo se alterna, como en la provincia de Córdoba o se impone a las formas simples como es el caso del Noroeste.
  • Pronunciaciones peculiares compartidas: La aspiración de la sibilante ([s]) medial. Este rasgo es común con muchos otros dialectos del idioma español, con variantes particulares en cada área. También está presente en las regiones de Cuyo y el Noroeste la r asibilada, que en la emisión se percibe como una suerte de silbido.
  • Patrón de entonación fuertemente rítmico: particularmente marcado en Buenos Aires, gracias a la frecuente elisión de vocales en los diptongos.
  • Rasgos adquiridos por influencia: las corrientes inmigratorias, que arribaron a Argentina y Uruguay, compuestas especialmente por personas venidas de Italia, distintas zonas de España, como País Vasco, Cataluña, Galicia y Andalucía, y de países limítrofes, posibilitan la conformación particular del léxico único y no homogéneo. A todo esto debemos sumarle las distintas entonaciones de cada región de los dos países, es decir los famosos "cantitos", originadas en la mezcla del sustrato indígena, inmigrante con la pronunciación local. Particularmente fuerte es la influencia del italiano y sus dialectos en la «tonada» de Buenos Aires de Rosario y Montevideo.[4]​ Son numerosos los italianismos[5][6]​ es decir palabras derivadas del italiano o de las lenguas habladas en la península itálica, entre otros: pibe (de pivetto, muchacho, aprendiz[7]​ en genovés), laburo (de lavoro; trabajo), manyar (de mangiare; comer, que en lunfardo adquirió el significado de entender), festichola (de festicciola; diminutivo de fiesta), fiaca (de fiacca; flaqueza, desgano, pereza e incluso fastidio) y mufa (mala suerte, en italiano moho).

Fonología

Yeísmo

Como el español en general, el español rioplatense es rico en alófonos. El más distintivo de éstos, típico del grupo de dialectos del centro de Sudamérica, es el yeísmo; al igual que en la mayoría de las zonas del español peninsular y otros dialectos americanos, el español rioplatense perdió la distinción entre la antigua consonante lateral palatal aproximante representada por la grafía ll y la antigua consonante palatal aproximante representada por la grafía y.

Sin embargo, mientras en la Península Ibérica ambas se realizan normalmente como una semiconsonante [j] o su alófono [ʝ], en el Río de la Plata se desplazaron a una pronunciación post alveolar. Antiguamente, la pronunciación era predominantemente sonora (llamada "zheísmo"), [ʒ] o [dʒ], similar a la representada por la grafía j en francés; no obstante, desde el último cuarto del siglo XX se nota una marcada tendencia, arraigada en la población más joven, muy particularmente en Buenos Aires, Rosario y Montevideo, a preferir la sorda [ʃ] (llamada "sheísmo"), similar a la representada por la grafía sh en inglés.

Es importante aclarar que, en el interior de la Argentina, especialmente en la región guaranítica, la población diferencia entre la ll palatal lateral y la y. Esta misma distinción se da en el noroeste argentino, pues por influencia quechua esta región del país habla un español totalmente andino. Un ejemplo de esta variedad se da en Jujuy.

Seseo

Como en la mayoría de las variedades del español fuera del centro y norte de la Península Ibérica, la rioplatense sesea, es decir, no desarrolló la consonante fricativa interdental sorda /θ/ que, en la mayor parte de España, es el valor de la grafía c o z y permite diferenciarla de /s/, escrita s. Esto provoca numerosos casos de homonimia que no existen en el español peninsular y ha inducido por lo tanto a modificaciones en el vocabulario.

La /s/, por su parte, aunque se considera nominalmente una consonante fricativa alveolar sorda [s] —de tipo dental, y no ápico-alveolar como en el norte de España— es extremadamente lábil en su segmentación, y tiende a asimilarse a los fonemas adyacentes. Al final de sílaba no es infrecuente que desaparezca, sustituyéndose por una consonante fricativa glotal sorda [h] o aún una vocal sorda; así, "casco" se pronunciaría [kahko]. Alternativamente, al final de la palabra puede enlazarse con la vocal inicial de la palabra siguiente ([la'serah]), una pronunciación considerada a veces más culta. La elisión total de la /s/ frente a vocal o final es más rara, y está limitada al habla más popular.

La frecuencia de la aparición del fenómeno de la aspiración y su intensidad varía de acuerdo a las distintas zonas geográficas donde la variedad rioplatense es hablada, siendo más común y marcado en pequeñas localidades y áreas rurales, y menos común en las grandes urbes de la región (Buenos Aires y Montevideo). También el grado de cuidado de los hablantes en su habla juega un papel importante, particularmente en las zonas urbanas, siendo a veces, no siempre, las personas de menor instrucción las más propensas a hablar con una aspiración notoria de la /s/.

Del mismo modo, otras fricativas y la consonante vibrante alveolar /ɾ/ pueden elidirse o aspirarse también en final de palabra, acentuando el ritmo de alternancias entre consonantes y vocales.

Léxico

Pintada "CHORROS" (en lunfardo: ladrones) en una sucursal de la BNL en Buenos Aires. La palabra "chorro" lunfarda deriva de la caló española choro, cuyo significado es precísamente "ladrón". Esto se explica con el importante influjo -ya desde la Conquista española- andaluz. En gran parte de la provincia argentina de Córdoba se dice justamente choro, mientras que en Buenos Aires, Rosario, etc., la misma palabra con el mismo significado se escribe con el significante chorro.

El léxico del español rioplatense es enriquecido con:

  • Préstamos de lenguas aborígenes.
  • Italianismos (a causa de la masiva inmigración de italianos). Por ejemplo: laburo (de la palabra italiana "lavoro" = 'trabajo'), manyar (de la palabra italiana "mangiare": 'comer' y en lunfardo, translaticiamente, 'entender, 'asimilar un conocimiento').
  • Préstamos de dialectos e idiomas de países limítrofes especialmente del portugués brasileño.
  • Incorporaciones de otras lenguas, especialmente europeas, entre ellas francés e inglés.

Además, el lunfardo, argot nacido del dialecto, aporta gran cantidad de componentes al léxico del mismo.

Entonación

El español rioplatense presenta patrones tónicos que lo distinguen netamente de cualquier otra variedad del idioma; estudios de la primera mitad del siglo XX indican que el cambio se produjo paulatinamente a lo largo de esos años, reemplazando la curva tónica típica de las variedades meridionales del español peninsular —en la que el punto más alto de la curva sigue inmediatamente a la sílaba acentuada— por una en que ambos elementos coinciden.

La variación podría deberse a una asimilación de patrones tónicos del italiano y de otras lenguas como el gallego y el portugués. De todas formas, la entonación peculiar del porteño es muy distinta a cualquier dialecto o acento italiano, prueba de ello sea que los argentinos, aún después de haber vivido decenas de años en Italia, no consiguen sacarse su tonada particular, que es inmediatamente distinguible y que ningún italiano confundiría jamás con un acento cualquiera de la península; típico ejemplo de ello son los futbolistas argentinos radicados en Italia y su habla típicamente argentina, en la tonada misma antes que en los errores (muchos de ellos hispanismos) al hablar italiano. Sin embargo, según una investigación dirigida por Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, CONICET , publicada en Bilingualism: Language and Cognition (ISSN 1366-7289), la entonación del rioplatense, sobre todo en Buenos Aires, es una derivación del acento napolitano. Según dicha investigación la presente entonación de tipo napolitano se impuso en el trascurso del siglo XX, mientras antes el porteño tenía más semejanzas con el andaluz.

Morfología

Voseo

El español rioplatense es excepcional en el uso del voseo, la sustitución del pronombre de segunda persona singular estándar «tú» por «vos», como forma aceptada en el dialecto hablado y escrito. El voseo, que en gran parte del mundo hispanoparlante (empezando por la misma España actual) es considerado un arcaismo, es una práctica análoga a la de otras lenguas romances como por ejemplo «voi» italiano, donde en su uso como segunda persona singular también es arcaico o regional, «vous» francés o «dumneavoastră» rumano, siendo en los dos el uso normal o estándar, o también el mismo voseo de Costa Rica, Nicaragua y el resto de América Central. Otros dialectos que vosean, como el de Chile, Colombia y Venezuela, normalmente lo restringen al habla familiar o informal. El fenómeno lleva también aparejadas modificaciones en la conjugación de los verbos, que presentan variantes regionales y estratificación social.

Caso (Singular) Estándar Voseo
Nominativo vos
Acusativo te te
Dativo te te
Dativo tónico ti vos
Con ... contigo con vos
Caso (Plural) Peninsular Americano
Nominativo vosotros ustedes
Acusativo os los/las
Dativo os les
Con ... con vosotros con ustedes

El voseo emplea formas pronominales similares a las del antiguo dialecto de la España del siglo XVI, tomadas directamente del vos de segunda persona singular del latín, aunque sólo para la forma de nominativo y el dativo. La tabla adjunta muestra las diferencias con la forma estándar internacional.

La forma usted se conserva sin cambios; al igual que en la Península Ibérica, y a diferencia de otros dialectos latinoamericanos, tiene valor de respeto, y es sumamente inusual entre hablantes que se conocen, en contextos informales y entre familiares. Por el contrario, el plural ustedes sustituye a vosotros en todos los casos, perdiéndose la distinción entre formas familiares y de respeto.

Aunque la conjugación del verbo para el pronombre vos parece variar solo en la acentuación respecto de la forma estándar (mostrando el patrón tú amas -> vos amás, tú comes -> vos comés), en realidad sigue de cerca la forma clásica de la segunda persona plural (amáis, coméis), en la que el diptongo ha elidido su segundo término. En los verbos en que la raíz muestra alternancias vocálicas con la conjugación, esta diferencia no se conserva en la forma de vos, que mantiene la vocal del infinitivo (por ejemplo, tu mientes, pero vos mentís).

Desinencia Peninsular
plural
Voseo1
singular
Marabino y
Camagüeyano
singular
Chileno
singular
Estándar
singular
-ir vosotros partís vos partís tú/voh partís tú partes
-er vosotros corréis vos corrés vos corréis tú/voh corrís tú corres
-ar vosotros cantáis vos cantás vos cantáis tú/voh cantái tú cantas
-ir (alternante) vosotros decís vos decís tú/voh decís tú dices
-er (alternante) vosotros perdéis vos perdés vos perdéis tú/voh perdís tú pierdes
-ar (alternante) vosotros colgáis vos colgás vos colgáis tú/voh colgái tú cuelgas
(imperativo) mirad vosotros mirá vos mirad vos mira tú
1 Voseo General desde Rioplatense hasta Centroamérica

En los otros modos, la diferencia es similar.
El imperativo es similar al de segunda persona plural, pero pierde la -d final (hablad -> hablá). Para el subjuntivo, existe variación social en el español rioplatense. La forma considerada estándar y empleada en los medios escritos y por las capas medias y altas de la sociedad, es idéntica a la que se emplea para ; sin embargo, principalmente en los estratos sociales más bajos y de menor instrucción, pero no únicamente en ellos, también se usan las formas voseantes (hablés, comás, perdás, partás, digás, durmás, etc.). En los dialectos voseantes fuera del rioplatense el uso de la conjugación de vos en el subjuntivo no tiene normalmente ninguna connotación social inferior.

El voseo en conjugaciones verbales

El voseo provoca muchas modificaciones respecto del tuteo en los distintos tiempos verbales, siendo los tiempos más afectados: el presente y el imperativo.[8]

  • «Voseo pronominal» consiste en el uso de vos como pronombre de segunda persona del singular en lugar de tú y de ti. Vos se emplea como sujeto: «Puede que vos tengás razón» (Herrera Casa [Ven. 1985]); como vocativo: «¿Por qué la tenés contra Álvaro Arzú, vos?» (Prensa [Guat.] 3.4.97); como término de preposición: «Cada vez que sale con vos, se enferma» (Penerini Aventura [Arg. 1999]); y como término de comparación: «Es por lo menos tan actor como vos» (Cuzzani Cortés [Arg. 1988]). Sin embargo, para el pronombre átono (el que se usa con los verbos pronominales y en los complementos sin preposición) y para el posesivo, se emplean las formas de tuteo te y tu, tuyo, respectivamente: «Vos te acostaste con el tuerto» (Gené Ulf [Arg. 1988]).
Edificio con publicidad voseante en imperativo, en la ciudad de Trelew.
  • «Voseo verbal»: consiste en el uso de las desinencias verbales propias de la segunda persona del plural, más o menos modificadas, para las formas conjugadas de la segunda persona del singular: tú vivís, vos comés o comís. El paradigma verbal voseante se caracteriza por su complejidad, pues, por un lado, afecta en distinta medida a cada tiempo verbal y, por otro, las desinencias varían en función de factores geográficos y sociales, y no todas las formas están aceptadas en la norma culta.
    • Voseo verbal en los tiempos de presente: suele darse acentuación a la última sílaba, de este modo tu comes, es vos comés. Este cambio se explica con la evolución de la antaña conjugación del español antiguo que usaba el vos para el plural de la segunda persona haciendo vos coméis. Luego la usaría para expresar un trato respetuoso, como segunda persona singular formal, pero después en el uso del pueblo de muchas áreas tomó valor de segunda persona singular informal, reemplazando al tuteo, con la pérdida de la i.
    • Voseo verbal en los tiempos de pasado: el voseo no suele afectar a las formas del pretérito imperfecto de indicativo o copretérito (cantabas, bebías) ni a las del pretérito imperfecto o pretérito de subjuntivo (amaras o amases, tuvieras o tuvieses). Para el pretérito perfecto simple se solía emplear la segunda persona del plural sin diptongar (volvistes). También se da la pérdida de la primera -s- de la terminación, conservando la -s final: volates, perdites, servites, en lugar de volaste, perdiste, serviste. Pese a ser esta la forma etimológica (lat. volvistis, español clásico volvistes), aún en regiones plenamente voseantes se prefiere en este tiempo el uso de la forma de segunda persona del singular (volviste), debido a las connotaciones vulgares que tienen las formas singulares del pretérito con -s (tú vinistes). Sin embargo suele aparecer la s final en algunos hablantes, considerados arcaicos y vulgares.
    • Voseo verbal en futuros: el futuro no es afectado por el voseo.
    • Voseo verbal en el condicional: tampoco es afectado el condicional o pospretérito (soñarías, escribirías).
    • Voseo verbal en el imperativo: las formas voseantes de imperativo se crearon a partir de la segunda persona del plural, con pérdida de la -d final: tomá (< tomad), poné (< poned), escribí (< escribid). Los imperativos voseantes carecen de las irregularidades propias del imperativo de segunda persona del singular de las áreas tuteantes. Así, frente a los irregulares di, sal, ven, ten, haz, pon, mide, juega, quiere, oye, etc., se usan decí, salí, vení, tené, hacé, poné, medí, jugá, queré, oí, etc. Estas formas verbales llevan tilde por tratarse de palabras agudas terminadas en vocal; cuando las formas voseantes del imperativo van acompañadas de algún pronombre enclítico, siguen también las normas generales de acentuación (→ tilde2, 4.3): «Compenetrate en Beethoven, imaginátelo. Imaginate su melena» (Rovner Concierto [Arg. 1981]).

Características del voseo

El área del dialecto es enorme y es imposible una homogeneidad;[9]​ sin embargo, las variantes del rioplatense, desarrollan las siguientes particularidades:

  • Modalidades de voseo exclusivamente verbal: es un fenómeno típico de ciertas zonas de Uruguay, como el departamento de Rocha. El sujeto de las formas verbales voseantes es tú: «No, tú no podés haberte ido con ellos» (Plaza Cerrazón [Ur. 1980]).
  • Modalidades de voseo exclusivamente pronominal: de modo similar, pero en regiones que antiguamente tuvieron colonización excesiva española o chilena, como en el caso de Cuyo y en menor parte el Noroeste de Argentina. La novedad consiste en que vos es el sujeto de un verbo en segunda persona del singular: «Vos tienes la culpa para hacerte tratar mal». Este modo de voseo se da hoy en día en las clases más ancianas y nunca en las más jóvenes, pudiendo perderse en el futuro, salvo en las ciudades de Santiago del Estero, La Banda y otras zonas de la Provincia de Santiago del Estero, Argentina, en donde el voseo pronominal es el habitual sin distinción de edades ni de clases.
  • Modalidades plenamente voseantes: Se da en casi todo Uruguay y Argentina. El sujeto vos va acompañado de formas verbales de voseo: «Vos no podés entregarles los papeles antes de setenta y dos horas» (Martínez Vuelo [Arg. 2002]). Existiendo el uso exclusivo de vos en lo verbal y pronominal.

Un voseo ampliamente culto

El dialecto rioplatense, el español camba y el español paraguayo son los únicos en los que el voseo forma parte de la norma culta. Es decir que Argentina, Paraguay, Uruguay, Oriente de Bolivia, Costa Rica y Nicaragua, son las únicas zonas que excluyeron el tú del paradigma casi por completo. El voseo como parte de la norma culta se impuso para marcar la personalidad nacional dentro del grupo de hispanohablantes en la época la evolución del pensamiento separista en América, en el siglo XIX.[10]​ Así mismo, en la misma época la literatura y la poesía gauchescas llegaron a tener gran popularidad. El gaucho fue presentado como símbolo de la argentinidad, debido a que la literatura gauchesca se basaba en el habla de la población rural y evitaba las normas clásicas del español. La lengua gauchesca fue considerada el idioma nacional y argentino. La gran diferencia de Argentina con otros países voseantes es el uso del voseo en la literatura y en el lenguaje culto sin reparo alguno.[11][12]​ En Centroamérica, así como en otras zonas de América del Sur, el voseo contiende con el "ustedeo", es decir, el empleo del usted para las situaciones de confianza: por ejemplo, en Costa Rica, donde el voseo está ampliamente extendido, los niños en la escuela son educados a tratarse entre sí de usted para evitar su uso hacia los mayores, y el voseo se utiliza en un contexto informal y de confianza entre personas cercanas al locutor. En ciertas regiones de Argentina, como Cuyo, es mal visto que los jóvenes y adultos traten de vos a los ancianos y también de modo gracioso se suele tratar de usted a mascotas.[13]​ La Academia Argentina de Letras aceptó el uso del vos como legítimo en 1982, debido a la extensión del uso y a que también autores de prestigio usan el voseo en sus obras, "Vos creés que estás en esta pieza pero no estás", de Julio Cortázar en "Rayuela".[14][12]

Análisis sincrónico de los voseos chileno y rioplatense

Cabe destacar que el enfoque tradicional de los voseos chileno y rioplatense, los cuales derivan ambos de las formas verbales correspondientes a vosotros, ha sido cuestionado como sincrónicamente inadecuado en el artículo "Un análisis sincrónico del voseo verbal chileno y rioplatense” [1] en tanto que se usan por lo menos seis reglas distintas, incluidos tres procesos de monoptongación que carecen de toda motivación fonológica. En contrapartida, el artículo argumenta que las formas verbales de dichos voseos no se derivan sincrónicamente de las formas de la segunda persona plural, sino de representaciones subyacentes coincidentes con las de la segunda persona singular no honorífica . Con ello, la teoría requiere del uso de una sola regla especial para el voseo chileno, la cual permite derivar sincrónicamente todas las formas verbales del caso en conjunción con otras reglas que tienen justificación independiente en la lengua. El artículo también resuelve el problema que presentan las formas alternas del voseo chileno como el futuro indicativo (v.g., bailaríh), los presentes de haber (habih y hai) y los presentes de ser (soi, eríh y erei), sin necesidad de recurrir a reglas adicionales de naturaleza ad hoc. La propuesta del artículo se enmarca en el formalismo de la fonología generativa clásica.

Flexión temporal

Se observan variantes propias del dialecto en flexiones temporales de pasado y futuro. Lo cual no supone una desaparición de estas, sino un remplazo por otras formas que intentan expresar lo mismo. Esta desaparición u omisión no es una vulgaridad como muchos hispanos aseguran, sino una evolución del dialecto que le da identidad frente a otros. En algunos caso es comparable a la propia evolución del Español, ya que forjó su identidad substituyendo tiempos verbales del latín como pasado de modo parcial y futuro de modo total, suplantándolo por el actual futuro perfecto que si se observa detalladamente es un futuro fusionado resultado de una antigua forma compuesta. Con lo dicho no es de extrañar que el rioplatense realice lo mismo, en este caso con el futuro perfecto del español.

Pasados

Las formas perifrásticas de pasado —el pretérito perfecto compuesto y el pretérito anterior, aunque no el pluscuamperfecto— son muy raros en gran parte del español rioplatense, aunque aparecen de vez en cuando en el uso escrito, cultismos y predominan en el norte de Argentina. Se sustituyen normalmente por pretérito perfecto simple y pretérito imperfecto, que por consiguiente no distingue entre el perfectivo («Juan no vino») y el imperfectivo («Juan no venía»; por ejemplo un hablante de español rioplatense dirá en general «Juan todavía no vino» (o algo similar). Mientras para el segundo caso con el pasado en pretérito imperfecto, el rioplatense da un nuevo uso en total reemplazo del pretérito perfecto compuesto, empleándose el pretérito imperfecto en este dialecto también como un pasado relativamente reciente. Por ejemplo, hablantes de otros dialectos se expresarían así:«he estado jugando con Nico hasta hace poco»' o bien «estaba jugando con Nico hasta hace poco», mientras que uno del rioplatense podría decir: «recién estaba jugando con Nico» o, si quisiera aludir a un tiempo más prolongado, «estuve jugando con Nico (toda la tarde)». Esta evolución y reemplazo es totalmente común en toda el área del dialecto, excepto en casi todas las zonas de fusión del norte del país.

El uso, según Vidal de Battini (1966, 189), en este caso de distintas formas de pasado (canté/he cantado) es variado por ser de gran extensión (Uruguay y Argentina) y aparecen zonas claramente diferenciadas: por un lado, el norte del país donde es dominante la alternancia (Noroeste y en menor forma Cuyo), por otra parte, Buenos Aires, el Litoral (Santa Fe y Entre Ríos) y Patagonia Argentina. Finalmente, también existe alternancia de las formas en las regiones Centro y Noreste. En conclusión es Donni de Miranda quien, al trazar los aspectos generales del español hablado en la Argentina y, más tarde, al proponer los rasgos de unidad y diferenciación dialectal de su sistema verbal (1992), señala igualmente que, excepto en zonas norteñas del país, el perfecto compuesto perdió en la lengua hablada su sentido de conexión con el presente y se prefiere el pretérito simple en casi todo tipo de contexto. Y añade que el perfecto compuesto tiene algo más frecuencia en el nivel culto formal.

La pérdida del pasado compuesto fue analizada por Hugo Kubarth (1992) quien, tras una investigación llevada a cabo sobre encuestas de 30 minutos a 100 porteños de tres niveles socioculturales y tres grupos de edad, señala que está vivo en Buenos Aires, si bien el índice de su frecuencia de uso, en relación a la forma simple es de un 13% frente al 20% de México (Moreno) y el 58% de España (Criado de Val). A partir de la descripción de sus resultados, se puede concluir que en Buenos Aires la forma compuesta no funciona como forma de anterioridad inmediata a la enunciación o antepresente, y tampoco se emplea en momentos culminantes o emotivos de la narración, sin embargo sí se emplea como forma resultativa con relevancia del presente. Lo que parece más llamativo de sus conclusiones es que Buenos Aires puede haber desarrollado un modelo particular respecto a otras hablas americanas: «La tendencia a eliminar el pretérito compuesto en Buenos Aires parece lo suficientemente pronunciada para hablar de un desarrollo local particular» (p. 565). Parece ser que en los sociolectos altos y en generaciones de edad avanzada, la forma compuesta es considerada de prestigio. En todo caso, las generaciones jóvenes, sin especificación de sociolecto, emplean menos la forma compuesta, si se lleva a los años actuales el trabajo del experto se descubriría que en la juventud el uso de la forma compuesta es prácticamente nulo y es de uso muy culto en edades avanzas, por lo que su utilización quedaría aún más relegada en los próximos años.[15]

Futuro

Para el futuro, por el contrario, generalmente la forma conjugada simple no es usada mucho. Se suele reemplazar por la perífrasis, muy común tanto en España como en Hispanoamérica, realizada con el verbo modal ir más el infinitivo del verbo («iré» -> «voy a ir», comeré -> voy a comer).

El uso del futuro con valor predictivo sin embargo sí se mantiene muy vigente: «¿Qué hora será?», «¿Habrán ganado el partido?». De todas formas, en los últimos tiempos apareció la práctica de usar también las formas del condicional: «¿Qué hora sería?».

Todos los usos del futuro son impropios en el sentido de que no corresponden a su significado natural ("denotar algo posterior al momento en que se habla"). Así, la pregunta "¿Venderé la casa?" manifiesta la duda o la vacilación de quien la formula. En cambio, lo que positivamente ha de ocurrir se expresa mediante la perífrasis: "Mañana voy a vender la casa" (o, más enfáticamente: "Mañana voy y vendo la casa"). La expresión "tendré fiebre, pero me siento mejor" indica que se admite la verdad de lo primero sin perjuicio de lo segundo. La pregunta "¿Lo habrá asesinado Fulano?" plantea la posibilidad de que el homicidio haya sido cometido por Fulano, con un matiz de sorpresa o extrañeza.

Condicional

De igual modo actualmente se da una tendencia a reemplazar el condicional por otra forma compuesta de pretérito imperfecto del verbo ir más el verbo en infintivo. De este modo un hablante del dialecto en vez de expresarse de la forma común:«si hubiera jugado, habría ganado» prefiere: «si jugaba iba a ganar» o «si jugaba ganaba». De todos modos este reemplazo no es de ninguna manera absoluto y aún no llega a sustituir a la forma condicional del todo.

Queísmo

El rioplatense es de marcada tendencia queísta, al igual que en las Antillas, Chile, El Salvador, Perú, Venezuela y España.[16]​ El queísmo consiste en la omisión de la preposición de antes de la conjunción que.

Español literario: «Tengo miedo de que no haya lugar en el hotel».
Rioplatense: «Tengo miedo que no haya lugar en el hotel».

Al reemplazar el complemento por un pronombre demostrativo (eso, esto, aquello) queda en evidencia la falta de la preposición: "tengo miedo de eso" -> «tengo miedo eso».

También puede darse el caso contrario, el dequeísmo, tendencia a agregar la preposición de cuando ésta no corresponde. Sin embargo, no son formas normativas, aunque es común su uso entre los hablantes.

Duplicación del complemento directo

En rioplatense el complemento directo puede aparecer acompañado de pronombres personales átonos (lo, le, la) en casos que en otras variantes no se admiten,[17]​ como en "Lo vimos a Carlos." o "¿Te la encontraste a Marcela?". Sin embargo, no todos los practicantes del dialecto usan esta forma.

Extensión total del dialecto y variantes

Variantes del idioma español habladas en Argentina según Berta Elena Vidal de Battini.[18]

El área geográfica en que se habla estrictamente rioplatense en Argentina abarca mucho más de la mitad de la población del país; hecho que lo instala en notable ventaja frente a los demás dialectos argentinos, sumada a la centralización de las emisiones de radio y televisión en Buenos Aires, donde los estándares de pronunciación requeridos por dichas emisoras se ajustan a la pronunciación porteña, junto con la política oficial de formación profesional de los locutores que hace que practiquen y obtengan el título con una pronunciación similar a la de la ciudad, aunque no necesariamente igual debido a que trata de ser más culta y neutra, mostrando ausencia de lunfardos porteños, tonos exagerados y contando con variantes propias del profesional, como el uso de otros tiempos, vocablos dialectales propios, etc. En cuanto a las demás regiones y provincias no aludidas, en ellas se hablan otros dialectos del castellano como el norteño o andino en (Jujuy, Salta y Tucumán), norestino o guaranítico (Misiones, Corrientes, Entre Ríos, Chaco y Formosa), noroestino (Catamarca y La Rioja), cuyano (Mendoza y San Juan), santiagueño (Santiago del Estero). Con respecto al castellano hablado en San Luis, Córdoba y sur de Catamarca, son variedades norteñas del español rioplatense aunque con diferencias en entonación como por ejemplo no se usa la pronuncian de yeismo (sh) porteña sino que la y la ll son pronunciadas como en Cuyo, México, o Chile, además de tener un acento o cantito conocido en todo el país. Con respecto al español patagónico no tiene grandes diferencias con el rioplatense y es una variedad meridional de este, aunque el español del sur de Argentina tiene bastantes palabras chilenas.

En Buenos Aires

Además de las ciudades mencionadas el rioplatense se distribuye por toda la Provincia de Buenos Aires, donde se pronuncia casi de la misma manera que en la Ciudad de Buenos Aires, excepto en el sur de la provincia donde se anticipan rasgos patagónicos. La variante vulgarmente es conocida como porteña, pero en lo formal para abarcar a toda la provincia y a la ciudad se la denomina bonaerense.

En la cuenca del Plata

El dialecto en la cuenca del Plata se extiende por casi toda la Provincia de Santa Fe, donde la variante se denomina santafesina o del Litoral (litoraleña) y en toda la provincia de Entre Ríos, en el este de esta última observándose modismos del español uruguayo. Se basa en una pronunciación algo más suave y menos rítmica que la del porteño, sin embargo sí con la característica pronunciación de [ʒ] similar al sonido [ʃ]. Con respecto a la letra "s", se suele suprimir o reemplazar por una "h" al final de las palabras o antes de una consonante. La entonación se ve menos afectada por influencias de lenguas aborígenes y del dialecto paraguayo.

En la Patagonia

El dialecto rioplatense se diversifica como variante en todas las provincias de la Patagonia argentina (incluyendo La Pampa) y es conocido popularmente como variante patagónica o sureña. Este giro presenta sus focos en las aglomeraciones de Comodoro Rivadavia y de la ciudad de Neuquén, sus principales centros urbanos.[19]

Se denotan algunas variaciones levemente audibles en la fonología, entre las que se destaca la pronunciación de [ʒ] más relajada, no llegando a aproximarse a [ʃ], y una entonación menos rítmica. Esto y algunas características gramaticales quizás fueran producto de la influencia del castellano chilote, cuyos hablantes ayudaron a poblar esta región. El léxico cuenta con algunos chilenismos y chilotismos, y otras voces procedentes de una variedad de lenguas indígenas de la región e inmigrantes.

En la región geográfica donde se ubica esta variante del dialecto rioplatense, y sin necesariamente ser una característica propia, llama la atención el predominante uso de la forma gentilicia «ense» —cerca del 82%— antes que «ino», «ano» u otras, por ejemplo en Puerto Deseado o Pico Truncado donde el gentilicio es deseadense y truncadense, respectivamente. Esto se repite en la mayoría de las ciudades y sus respectivos gentilicios, por ejemplo: Ushuaia, Bariloche, Esquel, Puerto Madryn, Rawson, Trelew, General Roca, etc., y esto contrasta con las utilizadas en Chile, donde se emplean mayormente «ino» y «ano».

En Uruguay

El rioplatense es asimismo un dialecto internacional debido a que lo practica la mayoría de la población de Uruguay, llegando así a tener gran importancia y trascendencia entre los distintos dialectos del español. El uruguayo es muy similar a la variante porteña, pero tiene diferencias en entonación, fonología y léxico. En Uruguay se dio la primera migración italiana antes que en Buenos Aires, y fue un territorio disputado por los portugueses durante los años previos a la independencia (1825). También recibió un aporte importante de las oleadas migratorias del siglo 20, decuplicando su población. Este aporte de personas también trajo consigo el aporte de variantes lingüísticas, entre ellas venidas del italiano, el portugués y el gallego. La variante conocida como español uruguayo se parece entonces en su fisonomía al español de su vecina orilla.

También es notorio el avance del voseo en Uruguay, debido a que se practica el voseo verbal. Asimismo los medios de comunicación se centran en la capital uruguaya, extendiendo Montevideo su influencia a todo el país oriental, y entonces, tal y como ocurre en Buenos Aires, los estándares de pronunciación requeridos por dichas emisoras se ajustan a la pronunciación de la capital. Ya desde las primeras obras literarias escritas en Uruguay se puede ver la fuerte impronta del voseo y del lunfardo. La poesía gauchesca de la República Oriental del Uruguay es rica en expresiones que también se utilizan en otras partes de la "patria gaucha", en la pampa húmeda uruguaya, argentina y brasilera.

Zonas mixtas

Argentina, por ser un país muy extenso, no presenta uniformidad en el dialecto, lo que representa diferencias en léxico y pronunciación. En las zonas limítrofes se aprecia una mezcla con los dialectos vecinos, que son otros dialectos en sí, y no variantes del rioplatense con distinta evolución y en los rasgos de divergencia se presentan de acuerdo a la región o área influenciada.

Visto desde la teoría de prototipos, en la que son fundamentales los conceptos de centro y periferia, la actitud lingüística más generalizada es la de asumir la identificación entre una sola lengua y el territorio de una nación o estado. Del mismo modo, se da por cierto el hecho de que los mejores hablantes de esa lengua se localizan en un territorio determinado, especialmente los que habitan en sus núcleos más prestigiosos (Gran Buenos Aires, provincia de Buenos Aires, Rosario y Montevideo). Ellos constituirían el centro de esa realidad geolingüística y todo lo que no se identificara nítidamente con ella sería la periferia (norte de Uruguay, Noroeste, Cuyo, Noreste de Argentina). Los hablantes que ocupan el centro de un sistema geo-socio-lingüístico no suelen sentir ni plantearse dudas de identidad; los que ocupan algún lugar de la periferia, sí. Cuando hablamos de sistema geo-socio-lingüístico nos referimos a una lengua o variedad identificada con un territorio bien delimitado y con unos grupos sociales bien perfilados.[20]

Se distinguen las siguientes zonas:

Noroeste

Es un punto de cruce entre el español andino y el rioplatense que afecta a las provincias de Tucumán, Salta, Jujuy, Santiago del Estero, Catamarca y en parte a La Rioja. A simple oída parece a muchos que el habla en Jujuy y Salta es igual a la del occidente de Bolivia, pero hay diferencias notorias. El grado de influencia es distinto en cada provincia, siendo el Gran San Miguel de Tucumán el máximo exponente y La Rioja y Catamarca las menos afectadas. Catamarca en su extremo sur presenta un dialecto semejante al cordobés por la proximidad de ésta provincia a la zona siendo la ciudad de Recreo y las localidades aledañas las más influenciadas. En todas las provincias se presentan rasgos fonológicos similares como la pronunciación del yeísmo <ll> e <y> generalmente como [ʝ]; se asibilan las eres, entre vocales <rr> → [ʐ] (sonoramente), y /r/ en posición inicial → [ʐ], donde en la pronunciación culta se puede llegar a un sonido similar de [r], pero debilitado. Esto es atribuido a la impregnación de lenguas aborígenes como quechua y aimara que influencian la fonética, fonología y aportan léxico. En lo que atañe a la entonación, es similar a la del dialecto andino, a pesar de poder percibirse más fluida y rítmica gracias al aporte del rioplatense. Finalmente otro rasgo exponencial de la variable es el imperante uso del pretérito compuesto frente al pretérito simple.

Noreste y Mesopotamia

En esta región se presenta una mezcla con el español paraguayo, que afecta a las provincias de Formosa, Corrientes, Misiones y en bajas consideraciones a aquellas de Chaco, norte de Santa Fe y Entre Ríos . La principal urbe es el Gran Corrientes, no obstante la más poblada es el Gran Resistencia, que sin embargo ofrece elementos de la variante santafesina en la pronunciación. Esta variante se distingue por el efecto que ejercen las lenguas indígenas de la región que afectan el léxico, proporcionado en parte por el guaraní y otros idiomas indígenas por su fonología libre de yeismo, o sea la distinción entre ll (con sonido [ʎ]) e y (como [ʝ]); por la rr debilitada y su fonética singular, que se aproxima al español paraguayo. También suele aparecer el pretérito compuesto alternado con el pretérito simple.

Cuyo

Se refiere a San Juan, Mendoza y en menor proporción a las provincias de San Luis y La Rioja. Se da la intersección entre vestigios del español chileno y el rioplatense, presentándose modismos y pronunciación similar a la chilena, donde se pronuncia ll e y como [ʝ] y se asibilan las erres, en /rr /> [řř] (sonoramente), y /r/ inicial > [ř], y, en casos cultos o semicultos, [rr] debilitada o normal.

Por su antigua dependencia y vecindad geográfica con Chile, un limitado número de voces señala esos contactos, y también se incorporaron voces mapuches en el caudal de los chilenismos. Hay zonas de Cuyo que denotan mayor cercanía a Chile (Malargüe, Calingasta), otras más influidas desde el Río de la Plata, sea en la entonación o en algunas pronunciaciones. Esta influencia se remonta al lunfardo porteño, que cabalgando en el flujo cultural rioplatense, asentó en la sociedad una impronta más segura desde las clases altas (por los estudiantes y el tango), y que luego se perpetúa hasta hoy con los medios de comunicación. Son manifestaciones que integran los capítulos de una dialectología regional, pero de ninguna manera la gramática.[21]

El grado de uniformidad es muy variable, presentándose un giro propio de cada provincia. Es así que La Rioja siente una mixtura que responde más a las provincias del Noroeste, San Luis responde un poco más a la influencia cordobesa, Mendoza siente influencia vinculada a Buenos Aires y la Patagonia, mientras que San Juan es de las más conservadoras de la variante. Entre otras particularidades presenta en general un uso común del pretérito compuesto, aunque en Mendoza se emplea menos, y entre las personas de edad adulta un voseo que solo afecta a la persona en la conjugación y no al verbo: si vos escribes te apruebo. El Gran Mendoza es el principal exponente de esta variante por sus habitantes.

Región central

Agrupa a la provincia de Córdoba y en parte también a San Luis, y al extremo sur de Catamarca, influidas por su proximidad. Se cree que esta variante está influenciada por sus antiguos pobladores españoles que dejaron una tonada más musical (curva tonal), que tiende a alargar las palabras especialmente en el final. Asimismo hay una herencia de algo de léxico y la pronunciación de y y ll como [ʝ]. Hoy en día se agrega una pronunciación de [rr] débil o normal y una gran lista de modismos propios. Otra de las particularidades de la variante es la alternancia de los pasados en pretérito perfecto simple y pretérito compuesto, atribuida a la influencia por proximidad a provincias de rioplatense puro como Buenos Aires, Santa Fe y La Pampa. Igualmente se debe adicionar el influjo de los medios de comunicación especialmente porteños. El Gran Córdoba es el principal centro poblacional de esta variante y la zona de prestigio donde se practica.

En las islas Malvinas

Los malvinenses nacidos en América del Sur continental (en su mayoría antiguos habitantes gauchos oriundos de la región pampeana - en Argentina - y de la Banda Oriental - hoy Uruguay, que se quedaron luego de la invasión inglesa de 1833 en las zonas rurales de las islas)[22][23]​ han contribuido a dar forma a la identidad de los habitantes de las islas entre los años 1830 a 1850,[24][25][26]​ y su legado se pude ver en la genealogía, la cultura y el habla de los isleños, que ha estado influenciada por la variedad rioplatense del español.[27][28]

Existen muchos vocablos tomados del español rioplatense[29][27][30][31][32]​ que son utilizados para denominar tipos de caballos y los colores de su pelaje, y otras palabras relacionadas con la vida en el campo (como, por ejemplo, comidas y adjetivos). Además, los aperos del caballo no son solamente designados en español sino que también pronunciados por los isleños de la misma forma que en el acento rioplatense.[32]

Las áreas rurales también suelen ser denominadas the Camp, en referencia a la palabra en español "campo".[33]​ El extinto zorro malvinense (Dusicyon australis) en inglés también es referido como ‘warrah’, proveniente del nombre dado por los gauchos rioplatenses (guará) al verlo semejante al aguará guazú. En el idioma guaraní guará o aguará significa cánido silvestre.[34]​ En la actualidad también existe toponimia de origen gauchesco en las islas, que en algunos casos ha sido traducida al inglés.[31]

Véase también

Referencias

  1. http://www.ajihle.org/resdi/docs/Numero4/115_132_ramirez_luengo_jose.pdf
  2. «El Castellano: Noticias - El habla de los argentinos». 
  3. «Castellano - La Página del Idioma Español = El Castellano - Etimología - Lengua española». 
  4. Pi Hugarte, Renzo; Vidart, Daniel (1970). El legado de los inmigrantes. Montevideo: Nuestra Tierra. pp. 33-37. 
  5. Italianismos en el español rioplatense. Instituto Cervantes.
  6. Frases y palabras de origen italiano de uso común en Argentina
  7. Casaccia, Giovanni. Vocabolario genovese-italiano. (1851) Consultado 11/09/2013
  8. «DPD 1ª edición, 2ª tirada». 
  9. «DPD 1ª edición, 2ª tirada». 
  10. J.M. Monner Sanz en Malmberg 1970: 178-179
  11. Malmberg 1970: 181-183
  12. a b El Voseo - ¿Una manera americana de hablar? - Anne Margrethe Sønneland
  13. «Castellano - La Página del Idioma Español = El Castellano - Etimología - Lengua española». 
  14. BAAL XLVII 1982: 294
  15. «II CILE. Unidad y diversidad del español. María de la Luz Gutiérrez Araus». 
  16. El español de América (Proyecto Cíceros, del Ministerio de Educación y Ciencia de España).
  17. Pronombres personales átonos en Real Academia Española. 2005. Diccionario panhispánico de dudas. Madrid: Santillana.
  18. Vidal de Battini, Berta: El español de la Argentina, Buenos Aires: Consejo Nacional de Educación, 1964.
  19. Ana Ester Virkel, Español de la Patagonia. Aportes para la definición de un perfil sociolingüístico, Buenos Aires, Academia Argentina de Letras, 2004.
  20. «III CILE. Paneles y ponencias. Francisco Moreno Fernández». 
  21. «III CILE. Paneles y ponencias. César Eduardo Quiroga Salcedo». 
  22. Darwin, Charles. Beagle Diary (1831-1836). Transcription by Kees Rookmaaker from the facsimile published by Genesis Publications, Guildford, 1979. Edited by John van Wyhe. pp.436-438.
  23. FitzRoy, Robert. Narrative of the surveying voyages of His Majesty's Ships Adventure and Beagle between the years 1826 and 1836, describing their examination of the southern shores of South America, and the Beagle's circumnavigation of the globe. Proceedings of the second expedition, 1831-36, under the command of Captain Robert Fitz-Roy, R.N. London: Henry Colburn, 1839. Chapter XIII, pp. 274-279.
  24. Destéfani, Laurio H. The Malvinas, the South Georgias and the South Sandwich Islands, the conflict with Britain, Buenos Aires: Edipress, 1982.
  25. A Brief History of the Falkland Islands. Part 4 - The British Colonial Era. Falkland Islands Information Portal.
  26. 1851 Census Information, Falkland Islands Government Archives, Stanley.
  27. a b New-dialect Formation: The Inevitability of Colonial Englishes. Peter Trudgill, 2004. Oxford University Press. ISBN 0-19-522043-9
    Falkland Islands English has some words from Spanish
  28. Minahan, James (2013). Ethnic Groups of the Americas. Santa Barbara: ABC-CLIO. ISBN 978-1-61069-163-5. Página 139
  29. La crisis de Malvinas/Falkland: ante la Integración continental
  30. Gauchos. Falkland Islands Museum & National Trust.
  31. a b Spruce, Joan. Corrals and Gauchos: Some of the people and places involved in the cattle industry. Falklands Conservation Publication. Bangor: Peregrine Publishing, 1992. 48 pp.
  32. a b Leguizamón Pondal, Martiniano (1956). Toponimia criolla en las Islas Malvinas. Buenos Aires: Raigal. pp. 10 y 11. Consultado el 27 de febrero de 2014. 
  33. Falkland Islands: Camping
  34. «El Zorro de las Malvinas». Visiting Argentina.info. Consultado el 23 de febrero de 2010. 

Bibliografía

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