Cuidador de automóviles
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Un gorrilla (en España), un franelero (en México), un trapito (en Argentina), un wachiman (en Costa Rica), o formalmente cuida-coches o aparca-coches callejero, es una persona que se dedica a vigilar los coches aparcados en determinadas calles de grandes ciudades a cambio de una propina.
Ha habido diversas controversias por la extorsión encubierta a la que someten a los conductores, con robos o destrozos a aquellos que no han querido pagar la propina.[1] Para luchar contra éstos, algunos ayuntamientos como Granada han ordenado a los policías decomisar su recaudación.[2] Otros ayuntamientos son más permisivos con esta actividad considerada por algunos como mendicidad encubierta.[3]