Baraja española

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Cartas Valencianas, edición de 1778. El caballo de copas tiene escrita un típica frase castiza “Ai va”, (“ahí va eso”, “ahí queda eso”, derivado de la expresión épica “¡va!”: ese héroe, etc.).[1][2]

Lupiano.- Ahí tenéis dos barajas de naipes enteras, una de España, otra de Francia.
Valdaura.- Esta de España parece que no está cabal.
Lupiano.- Como así?
Valdaura.- Porque faltan los dieces.
Lupiano.- Aquellas no suelen tener como las de Francia: porque hay cuatro géneros o familias de naipes españoles, así como de los franceses. Los españoles tienen oros, copas, bastos , espadas. Los franceses tienen corazones, cuadrángulos, trifolios, vomerculos, o palas, o picas. En cada familia hay rey, reyna, caballero, uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve. Los franceses tienen también dieces: y en los españoles los oros más pocos y copas más pocas valen más: los bastos y espadas al contrario. Pero en los franceses los más números siempre valen más.
Castillo.- A que juego jugaremos?
Valdaura.- Al triunfo de España, y el que da los naipes se retendrá la muestra, si es as, o figura humana.

—Fragmento de El juego de los naipes, 1539, París, Luis Vives.[3]
Hernán Ruyz Cabeza de Vaca era veyntequatro de Sevilla y veintecuatro de Xerez. Preguntando uno: quien es aquel? respondiole, una baraja entera de naypes.
Apotegma De los Caballeros (XLI, nº 41), 1574, Melchor de Santa Cruz.[4]

La baraja española consiste en un mazo de 48 naipes o “cartas” que se “barajan”, por metonimia se llama así.

Tradicionalmente se divide en cuatro familias, también llamadas palos, cada uno numerado del 1 al 12, que son: oros, copas, espadas y bastos (este orden coincide con el código para “pintar las cartas”). Las figuras corresponden a los números 10 "sota", 11 "caballo" y 12 "rey", respectivamente. Para ciertos juegos se dividen en palos cortos (oros y copas) y largos (bastos y espadas).

Históricamente se fabricaron versiones donde los mazos no traían los números 8 y 9, por lo que solamente proveían 40 naipes, esto no era infrecuente debido a que existían juegos muy populares que no los usaban. Actualmente ciertos mazos incluyen además 2 comodines, por ello pueden ser de 40, 48 o de 50 naipes dependiendo del juego.

Etimologías

Tiene varias inherentes al artilugio lúdico: Naype o Naipe, para esta voz se desconoce una etimología cierta, dándose varias versiones. El naipe también se denominó en latín “chartula pictæ signum”,[5]​ «carta pintada que se muestra o se argumenta». Carta, chartula y sus derivados, del griego chartees, en latín charta, «obra escrita, papiro, carta». Pintado o pictæ, del latín pingo, pingis, pingere, «poner diversos colores, distinguir y adornar con colores».[6]​ Signo, signum, «prueba o argumento»[6](esta acepción usó Terencio en su obra Andria). Baraxa y Baraja, barajar y otros, se derivan de taratto que es «mezclar y revolver»; si ya no se toma de baragi o tarachi que es «revuelta y confusión».[7]

Barajas numerales y taróticas

Los historiadores dividen las barajas en “taróticas” y en “numerales”. Estas últimas en España se componen de 48 cartas de juego.[8]​ Esta baraja también se usa accesoriamente para las «suertes adivinatorias» del tarot, salvo que a las 48 cartas (lo que llaman "arcanos menores") se les añade el 10 de cada palo (sin prescindir de la sota) y los llamados "arcanos mayores", que son los que, generalmente, se usan para la adivinación. Al interpretar la Baraja española, se realiza de acuerdo a algunas técnicas estándar se toma el significado de las cartas como el desarrollo de una historia, cada carta enmarca una pequeña pieza de la composición de dicha historia.[9]

Origen e historia

Bronce de Hércules con piel de león y clava (s. II d. C.). Alcanzado por un rayo, los romanos lo enterraron por considerarse augurio de mala suerte. La figura se encontró cerca del Teatro de Pompeyo, en Roma. Museo Pio-Clementino.

Dos fueron los juegos antiguos incluidos bajo el nombre común latino alea (suerte, fortuna), dados y naypes.[10]​ Cuando se empleaban con el objeto de ganar pecunia se llamaban ludus, si no lusus, pero ambos significan juego.[11]

El origen de los juegos de cartas o naipes pintados se presume antiguo, carente de una historia documental cierta anterior al hallazgo de los naipes muluk wa-Nuwwab en el Palacio Topkapi, coexisten varias versiones sobre el origen, incluso legendarias.[12]​ Autores suponen si fue en el ámbito del culto a Baal.[10]​ Para Heródoto los inventores de los juegos de azar, y supuestamente de este, serían los lidios.[10]​ Otros autores, desde antiguo, incluyen a los naypes en este grupo porque “ALEA est ludus tabulæ” (la suerte es juego de mesa). Platón dice de los antiguos ALEÆ que todos fueron invento del mítico dios egipcio llamado Theuth.[10]

(En el mito de Theuth, Thamus rey de una ciudad del Alto Egipto invita al dios Theuth, inventor de ciencias y artes como los números, el cálculo, la geometría, la astronomía, la escritura... este ofrece a Thamus sus diversas artes. Theuth era un dios lunar medidor del tiempo y el que estableció el primer calendario egipcio. Creó los cinco días Heru Renpet (epagómenos), quitándolos de la luminosidad de Jonsu, que simbolizaba la Luna. Estos nuevos días permitieron a la diosa Nut parir cuatro hijos, pues Ra le había impedido tenerlos en el transcurso del año; estos fueron los dioses llamados hijos del desorden: Osiris, Seth, Isis y Neftis, siendo Theuth identificado por los griegos con Zeus y Hermes respectivamente. Dioses egipcios y griegos compartían culto simultaneo en Naucratis.[12]Heracles, hijo de Zeus, es Hercules en la mitología romana).

  • El Corán prohíbe jugar por pecunia, e indirectamente usar de naipes para esto, no así el ajedrez.[10]

Baraja de Sevilla siglos XIV - XV

La baraja más antigua localizada en España es un singular conjunto hallado en Sevilla. Se encuentra en el museo Fournier que la ha catalogado como “Italia 2” y que por el estilo gráfico e indumentaria medieval de las figuras fechan en torno a los años 1400. Dividida en cuatro “familias” en secuencias correlativas de 12 (48), faltan 8 naipes conservando 40 (del análisis lógico se colige que no llevaría más de 48 cartas, pues no hay ningún 10). Cada palo va del 1 (as) al 9 y termina con tres cartas de figuras. Faltan el 4 y 5 del palo supuesto como Oros, el 2 y el 5 de lo que se suponen Copas, el 9 y “sota” de Espadas y el as y el 6 de lo que se supone sean Bastos. El museo dispone de analistas de Bellas Artes.[13]

Definición y composición

La clásica baraja española se caracteriza por “armarse” en un conjunto conformado por 40 naipes, divididos en cuatro “familias” o “palos” dibujados con un lenguaje iconográfico de simbólica aparente. Cada cual estará dispuesto en una secuencia de 12 números correlativos de los cuales el primero siempre es un “As”. Los primeros siete númneros se continúan con tres figuras humanas complementarias, tradicionalmente también secuenciadas, nominadas como sota (el número 10), caballo (el número 11), rey (el número 12), cada subconjunto contiene así 10 elementos. La numeración va del 1 (As) al 12 (Rey) omitiendo el 8 y 9, así cada palo o familia contiene 10 cartas en total. Desde la primitiva época de los naipes se han conocido siempre los cuatro palos llamados oros, copas, espadas y bastos, por más que hayan variado los trajes de las figuras y hasta los mismos personajes.[14]

Iconografía e iconología

Por ausencia de fuentes escritas que reseñen un origen verídico del juego, un autor o una fecha certera, aquellas y estas son siempre especulativas. Debido a las iconografías usadas, ya desde antiguo se presumieron supuestas iconologías, «alegorías figuradas» o mitografías —extensivamente a las ulteriores barajas de «signos geométricos» o «simbologías alegóricas» o en las otras variedades «mixtas»—. Finalmente todo se reduce a hipótesis más o menos verosímiles combinadas con algunas observaciones objetivables y algunos datos históricos.

Al igual que en los dados, el 1 de la baraja siempre se llamó “As” (... en que guisa deben seer fechos los dados.(...). E deben seer puestos los puntos en esta guisa: so la faz del seys el as, e so el cinco el dos, e so el quatro el tria.).[15] Nombre que proviene del latín as (ases en plural), que en los naypes se refiere literalmente al «número uno», pero también en conceptuación y en la legislación Romana se acepcionó “as” como «un todo formado por varias partes que forman un conjunto», también significó una variedad de moneda romana (as).

(...) No dexare de dezir que los Romanos y Latinos antiguos solían también llamar ases el ser y tamaño de cualquier cosa tomada toda junta, dado que fuesen posesiones enteras, o casas, o herencias de finados, o sucesiones de haciendas: y divididas estas en doze partes yguales, a cada parte nombraban onça: pero quando significaban ases por moneda común, siempre fueron en el tiempo que tratamos aquí de los pesos y metal ya declarados. (...)

Alegorías simbólicas

Desde los géneros literarios de principios del siglo XVII, la supuesta simbólica que se atribuía a las figuras representadas como reyes eran: oros Plutón (Pluto en Grecia); copas Baco (Dioniso en Grecia); espadas Marte, (Ares en Grecia) y bastos Saturno.[10]

En 1781, Antoine Court de Gébelin teorizó para los cuatro palos otras alegorías que, según dijo, simbolizaban antiguos estatus egipcios: así asoció con Espadas al soberano, nobles y militares, Copas a clérigos o sacerdocio, agricultura con Bastos, y Oros el comercio o allí donde el dinero es símbolo: Ces quatre Couleurs sont relatives aux quatre Etats entre lesquels étoient divisés le Egyptiens: L'Epée désignoit le Souverain & la Noblesse toute Militaire. La Coupe [kup] (recipiente, copa), le Clergé ou le Sacerdoce. Le Bâton, ou Massue d'Hercule, l'Agriculture. Le Denier, le Commerce dont l'argent est le signe.[17]

Legislación y usos

En 1273 Alfonso X legisló los juegos susceptibles de apuesta y envite mediante un ordenamiento específico de 44 leyes, Ordenamiento de las Tafurerias, sin mencionar los naypes.

Aquellos que jugaren vino o cosas de comer en las tafurerias o en otros logares, que jueguen sin pena e sin calunia ninguna, e que lo coman luego e que lo beban. Más si le fuere provado que se aparta el comer para llevarlo a su casa o a otro logar, o se quitare por dineros, o quitare el vino en la cuba o tinaja, o en el odre, o da dineros a otro por el vino que ha perdido, o por las cosas de comer a aquel a quien juega, e lo gana por esta tafueria, es tanto como seco, que peche la calunia. E sí aquel que vende el vino fuere demandado o acusado por la calunia, jure sobre los santos evangelios que non sabía que fesiese tafureria, que tornase a seco, e sease quitado de la calunia, e si non quisiere jurar, que peche la calunia.
Ley XXXI (31).

Parece que esta ley será el origen o la consolidación de la costumbre popular “jugar por el valor del convite”.

Eutropelia

Debido al criterio de Aristóteles, eutropelia, se dieron varios diálogos y disquisiciones: éticas, morales, filosóficas, legislativas... Algunos autores resolvían que las apuestas podían considerase un tipo singular de contrato mercantil privado, luego “respetable”, siempre que no hubiera trampas o industria.[18]

Con el vocablo naype

Bajo el nombre “naype” o “nayp” (ambos significan naipes).

  • Juan I de Aragón prohibió en 1382 (Barcelona) y en 1384 (Valencia).
  • Juan I de Castilla prohibió los juegos de dados y naypes en 1387, y añade que sea en ámbitos “públicos y privados”. Juan II de Castilla ratifica en 1409, 1432 y 1436. En 1479 los reyes católicos matizan las prohibiciones anteriores con nueva letra de ley: (...) excepto si algunos jugaren a cualquier de los dichos juegos: fruta, vino o dineros para comer o cenar luego, y esto con que no juegue a los dados.[19]

Derecho eclesiástico y órdenes

Parece que no había prohibición expresa al hábito religioso, pero si taxativamente prohibido jugar por intención de pecunia y nunca recomendado como pasatiempo de religiosos. Las órdenes militares de caballería legislan el juego de los naypes a sus caballeros y en sus conventos. La de Santiago en 1567, la de Calatrava en 1568, Montesa también los legisla en 1573, Alcántara en 1576.

Licencias y estancos

En 1552 el futuro Felipe II elabora una lista de cosas vedadas para la importación que incluye los naypes: Otrosí mandamos que por mar ni por tierra no entren en estos Reinos de fuera dellos (...) naipes de todas suertes (...). En 1565 levanta la prohibición —argumentando contrabando y cohecho— designando doce puertos determinados para la importación de cosas vedadas: Laredo y Santander y Castro Urdiales y San Vicente de la Barquera (antigua Hermandad de las Cuatro Villas) e en Andalucía por los puertos de Cádiz e San Lucar de Barrameda y por los Puertos de tierra de Orduña y Valmaseda, Vitoria y Salvatierra, Yecla y villa de Cieza, y que no puedan entrar ni entren por otros ningunos Puertos ni pasos de mar e tierra.[20]​ En 1572 provee el estancado de los naypes en España y en América.[21]

Mandamos que en todas las Indias se ponga estanco de naypes, como en estos reinos, y que las barajas se vendan cogidas, envueltas en un papel, atadas con hilo, y selladas cada una de por sí, con sello de nuestras armas, que ha de servir para solo este efecto, y estar en un arca, de que tengan las llaves nuestros oficiales, y en cada baraja haga su rúbrica acostumbrada y conocida uno de nuestros oficiales, y con estas circunstancias, y no de otra forma, se puedan vender (...) y esta prohibición se entienda en los que se fabricaren en las lndias y llevaren de estos reinos. (...)

En 1621, primeras cortes de Felipe IV, estas le proponen su desestanco: Que se extinguiesen los estancos de naipes, pólvora, pimienta, y del azogue y solimán y otros de nuevo introducidos (...).[22]Álvaro Navia Osorio y Vigil nuevamente propone a Felipe V su desestanco por medio de un memorial que intitula, Rapsodia económico política monárquica”, que le remite en 1721.[23]

Naipero Francisco de Cisneros. Barajas de 48 naypes en xilografía.
Modelo Sevilla. “Sota” de copas con la leyenda SEVILLA. En el dos de espadas CONLICENCIADESV MAGESTAD.
Modelo Toledo. Prácticamente idéntico, la sota de copas pone TOLED. Con licencia en el cinco de espadas.

En América

Naypes con hojas de copey

Del árbol llamado copey, en las hojas del qual pueden assi mismo escribir. (...) Y en aquellos primeros tiempos de conquista desta é otras islas hacían los christianos naypes de las hojas del copey, para jugar a cartas, é se jugaban hartos dineros con ellos por no tener otros mejores, y en estas hojas debuxaban los reyes y caballos é sotas é puntos, é todas las otras figuras é valores que suele haber en los naypes y cómo son gruesas estas hojas, sufrían muy bien lo que en ellas assi se pintaba y el barajarlas después de hechas naypes. La fruta deste árbol no la he visto, aunque he visto muchas veces las hojas.

Francisco López de Gómara dice lo mismo: A falta de papel y tinta, escribían en hojas de Guiabara y copey con punzones o alfileres. También hacían naipes de hojas del mesmo copey, que sufrían mucho el barajar.

En 1529 Carlos V regula en América el juego de dados y naipes mandando se observen y guarden las leyes de Castilla: “Que no se pueda jugar a los dados, ni tenerlos, y a los naypes y otros juegos no se jueguen más de diez pesos de oro en un día” (...). Junto a María de Austria ratificarán la misma ordenanza en 1551.[21]​ Junto a Isabel de Portugal, prohibición taxativa a los factores de mercader en 1538.[21]

(...) prohibimos y defendemos, que ningún Factor de Mercader pueda jugar ni juegue en las Indias a naypes ni a dados ni a ningunos otros juegos en que intervengan dineros, joyas, ropa u otras cosas. Y mandamos que los que jugaren con Factores sean obligados a volver y vuelvan lo que ganaren (...)

En la literatura

Por la popularidad del juego de naipes o baraja varios autores dedicaron palabras y letras, prosas y rimas. Uno de los documentos más antiguos que refleja enteramente la clásica composición de la baraja española es un cancionero que el autor (1416-1475) intitula: Juego de naypes que compuso Fernando de la Torre, el de Burgos, dirigido a la muy noble sennora Condesa de Castanneda.

Primeramente un Emperador que gane á todas las otras cartas, et éste tiene dos coplas et un fin de letras moradas en esta guisa. Han de ser quatro iuegos apropiados á quatro estados de amores en esta manera. El primero de religiosas á las espadas, apropiado por las coplas segund la calidat de la casa. E han de ser doce naypes en este iuego, et en cada uno una copla, et ha de haber tres figuras, la primera del rey, copla de dose pies; la segunda del caballero de onse; la sota de diez, et dende ayuso diminuyendo fasta llegar á un pie, y por conseguiente todos los otros estados, assí como el de biudas apropiado á bastones y de casadas á copas y el de doncellas á oros, por tal que sean quarenta et ocho cartas et coplas syn las del prólogo ó Emperador. E pueden iugar con ellos perseguera ó trintin assy como en otros naypes, y de más pueden se conosçer quáles son meiores amores sin haber respecto a lo que puede contesçer. Porque á las veces es meior el carnero que la gallina, et pueden conosçer su calidat, y puédense echar suertes en ellos á quién más ama cada uno, e á quién quiere más , et por otras muchas et diversas maneras.
Juego de Naypes, Comp. nº XLVIII (48). La forma de los naypes.[25]

Cervantes, Lope de Vega, Tirso de Molina, Calderón,[26]María de Zayas,[27]Mariana de Caravajal,[28]​ o Agustín Moreto,[29]​ entre otros, usaron en sus obras la baraja de naipes como recurso con diversas figuras literarias. Quevedo también usó de metáforas y así comparó el palo de “oros” con “quesos” y con “panes” (hogazas).

No te fíes hombre en dar tu la baraja, que te la trocaran al despabilar de una vela, guarda el naype de tocamentos raspados o bruñidos, cosa con que se conocen los azares, y por si fueres pícaro (lector) advierte, que en cozinas y cavallerizas pican con un alfiler o doblando los azares para conocerlos por lo endido: y si tratares con gente honrada, guardate del naype, que desde estampa fue concebido en pecado, y con traer atravesado el papel dize lo que viene; no te fíes de naype limpio, que al que da vista y retiene lo más xabonado el suzio; advierte que a la carteta, el que haze los naypes que no doble, que las demás cartas, porque el tal doblar es por tu dinero difunto: a la primera, mira no den arriba las que descarta el que da, y procura, que no se pidan cartas o por los dedos en el naype o por las primeras letras de las palabras.
Francisco de Quevedo, El Buscon llamado Don Pablos, 1626.[30]
I muestro como unos oros, a quien es como unos bastos. A quien amago con sota, doy cozes con un caballo; Copas doi a los valientes, I espadas a los borrachos.
Francisco de Quevedo, El parnaso, 1659.[31]

Léxico del naipe en el Siglo de Oro

Gariteros, gansos, abrazadores, andarríos, floreos, fullerías, fulleros, guiñones, maullones, modorros, pandilladores, saladores, voltarios.[32]

Adagio y refrán

Desde los coloquios inherentes al juego de la baraja se han incorporado al lenguaje algunas frases expresivas o adagios populares, tales como, “ser un as” (ser principal, un número uno, campeón), “cantar las cuarenta” (decir la verdad en forma cruda, exponer crudamente una realidad, avisar, advertir), le conocí por la “pinta” (el aspecto de alguien) o “qué buena o mala pinta” (de algo o de alguien) y varios más. Refranes muy antiguos como, “cuando uno no quiere, dos no barajan”, “a cuentas viejas, barajas nuevas”.[33]

Diseños españoles

La baraja española, es única en el mundo debido a la ausencia de reinas y a la riqueza de sus diseños. Las figuras son de inspiración medieval.

Barajas de época

Baraja del Naipero Phelippe Ayet, siglo XVI. Modelo de 1574 hallado en la Casa y Torre de los Lujanes.

Orla

Para poder distinguir el palo de que se trate —sin necesidad de descubrir los signos gráficos característicos de cada carta— la orla o recuadro que las enmarca tiene una signatura en los lados más cortos: en los oros es una línea continua, en las copas hay una interrupción, en las espadas dos interrupciones y en los bastos tres. El equivalente en la baraja francesa, son la figurita de cada palo que hay debajo de cada número. A diferencia de la baraja francesa, en la española se representa siempre la figura humana de cuerpo entero.

Orlas modernas con dos signaturas idénticas, dispuestas simétricamente.

Contemporáneo

Juego de cartas de estilo español, de 40 cartas, con un tema GNU.

En 1868, un impresor burgalés de origen francés, afincado en Vitoria, Heraclio Fournier, presentó su baraja litografiada, cuyo diseño fue premiado en la Exposición Universal de París. Pero el diseño definitivo de la baraja española que ha llegado hasta hoy bajo diferentes "visiones" artísticas o rústicas es el que realizó Augusto Ríus para el propio Fournier.[34]

Hay muchos tipos de diseño para la baraja española. Estos varían entre regiones de España y América Latina. Las figuras cambian de unas épocas a otras: los caballos pueden estar montados por caballeros o por amazonas, éstas, en ciertos casos ligeras de ropa. Las sotas pueden ser relativamente ambiguas respecto a su sexo; de hecho, siempre se tratan como género femenino, aunque suelen vestir como varones, pero no llevan barba.

En los modelos mexicanos, originalmente diseñados por Don Clemente, la sota es una figura femenina, en las barajas españolas antiguas, como en el modelo catalán, la sota se representa por un varón. Las denominadas "goyescas" poseen gran atractivo artístico al representar las figuras con pinturas realizadas por el artista Clemente Roxas en el año 1815.

Estilos

Baraja española
Símbolo
Espadas Copas Oros Bastos
Patrón de Cádiz

El de Cádiz es el patrón más sencillo, siendo el diseño más antiguo de los modelos españoles. El formato es de 48 cartas de 95 x 62 milímetros. Posee colores distintivos que simplifican su interpretación.

Patrón catalán

El patrón catalán es el más exótico por naturaleza. Reemplaza el grabado de la figura por el de un sol en los oros. Este patrón, tiene un formato de 48 cartas más comodines de 95 x 61 mm.

Patrón castellano

El patrón castellano, que es el más utilizado, tiene un formato de 48 cartas más comodines de 95 x 73 mm. Son muy variados entre sí pero conservan los oros como monedas de oro con grabados de figuras, a diferencia de los modelos italianos y los catalanes, los cuales las reemplazan por grabados de soles y flores.

Diseños italianos

Patrón de Sicilia

De 40 cartas y 82 x 51 mm, estas cartas tienen un diseño rústico románico: la figura en los oros es romana. Además, las copas se representan por los recipientes en donde se conservaba el aceite de oliva en la antigua Roma.

Sicilia
Palo
Spade
Espadas
Coppe
Copas
Denari
Oros
Bastoni
Bastos
Patrón de Nápoles

Contiene 40 cartas en un formato de 65 x 44 mm. Son muy simples con un fondo blanco y con falta de la pinta al borde de la baraja. Las figuras tienen cuerpo completo.

Nápoles
Palo
Spade
Espadas
Coppe
Copas
Denari
Oros
Bastoni
Bastos
Patrón de Cerdeña

Éste es muy elegante, de 40 cartas y de 88 x 58 mm. En los oros, una corona de olivos aparece alrededor de la figura del centro. En esta baraja las figuras se representan de frente con armaduras complejas y enseñando el palo de frente y hacia arriba.

Cerdeña
Palo
Spade
Espadas
Coppe
Copas
Denari
Oros
Bastoni
Bastos
Patrón de Trieste

Este modelo es de 40 cartas en un formato de 100 x 54 mm. Esta baraja está dividida a la mitad con una bandeja que incluye escrito en italiano el palo y el número o figura. Además, las figuras se repiten de pies a estómago como en la baraja Inglesa. En ésta como en otras los oros se representan cómo monedas con flores grabadas.

Trieste
Palo
Spade
Espadas
Coppe
Copas
Denari
Oros
Bastoni
Bastos

Diseños franceses

El juego del Aluette utiliza 48 naipes del modelo español.
Naipes de Aluette tradicionales
La fábrica de Thiers ha exportado este tipo de baraja para el mercado español hasta el siglo XVII.

Se suele hacer una correspondencia de palos con los de la baraja francesa. Los tréboles son las hojas del basto, los diamantes son riqueza como el oro, las picas son la punta de las lanzas y el corazón de Jesús se corresponde con el cáliz.

Juegos antiguos y actuales

Con estos naipes se jugaba a:

Primera, truco, cientos, y quinolas; al quinze, al treinta, a la flor, capadillo, tenderete, bazas, triunfo, bueltos, polla, reynado, barciga, parar, pintillas, carteta, al rentoi, al hombre, al cuco, matacán, paulillo, tute, brisca, canasta, mus, burro y otros.

Fábricas

Antiguamente había varias fábricas en el territorio peninsular, las cuales necesitaban de autorización real para garantizar que su fabricación fuera correcta y evitar de ese modo que se pudiera jugar con trampas.

En el siglo XVIII, una de estas fábricas estaba situada en Macharaviaya (Málaga) y era propiedad de la familia Gálvez, que consiguieron de la corona la exclusiva de fabricación para las Indias Occidentales.

Los naipes más conocidos en España en la actualidad son los fabricados por Heraclio Fournier, la primera de todas en Burgos, después en Vitoria y hoy día en Villarreal de Álava (Álava). Cartamundi España, S.L., filial del Grupo Cartamundi, es otra de las más importantes. En Cataluña destaca Naipes Comas, fundada en 1797 y adquirida por Cartamundi en 2010 para prescindir de su competencia más que para hacer uso de sus instalaciones.

En México, Productos Leo, S.A. produce la mayor cantidad de barajas españolas.

Justo Rodero e hijos SAIC es la principal productora argentina de barajas, con más de 70 años de historia, tanto en tipo español como francés y exporta sus productos a los mercados de países limítrofes.

Véase también

Referencias

  1. Diego de Torres Villarroel. Libro segundo, en que se continúan las ideas extractadas de los Pronósticos con sus prólogos (...), 1798, T11, página 387.
  2. Leopoldo Augusto de Cueto (marqués de Valmar). Poetas líricos del siglo XVIII, 1869, T1, página XXXIII (23).
  3. Luis Vives. Diálogos de (...), edición de 1817, página 327
  4. Melchor de Santa Cruz de Dueñas. Floresta española de apotegmas. Edición 1598, segunda parte, página 32.
  5. Sebastián de Covarrubias Orozco. Tesoro de la Lengua Castellana o Española, 1611.
  6. a b Alfonso de Palencia. Universal vocabulario en latín y en Romance (...), 1490. T2, sn.
  7. Gaspar Escolano. Década Primera De La Historia De La Insigne, Y Coronada Ciudad y Reyno de Valencia, T1, página 84.
  8. Josep Brunet y Bellet. Lo joch de naibs, naips o cartas. 1886, página II.
  9. Baraja española, y la interpretación del Tarot «Baraja española, y la interpretación del Tarot». Archivado desde el original el 25 de noviembre de 2015. 
  10. a b c d e f Pedro de Guzmán. Bienes del honesto trabajo y daños de la ociosidad, 1614, páginas 396-405.
  11. Cristóbal Suárez de Figueroa. Plaza universal de todas ciencias y artes, 1733, página 455.
  12. a b Wiardus Wiardi, Petrus Burmannus. Disputatio jurídica inauguralis ad legem finalem cod. de aleatoribus (...),1731, página 9.
  13. Óscar Perea Rodríguez. eHumanista, Volume 20, 2012, página 664.
  14. Frorencio Janér. Museo español de antiguedades. 1874, tomo 3, páginas 59-60.
  15. Alfonso X el Sabio. Libro de los Juegos de Ajedrez, Dados y Tablas.1283.
  16. Florian do Campo. Hispania vincit. Los 5 libros primeros de la Crónica general de España, que (...), 1553, folio 299.
  17. Antoine Court de Gébelin. Monde primitif, analysé et comparé avec le monde moderne, T8, página 379.
  18. Benito Noydens. Práctica de curas, y confesores, y doctrina para penitentes, 1653, página 181.
  19. Segunda parte de las leyes del Reyno: Libro sexto, folios 158-161.
  20. Colección de cédulas: cartas-patentes, provisiones, reales órdenes (...), t.2, edición 1829, página 257.
  21. a b c Joaquín Ibarra. Recopilación de leyes de los reynos de las Indias, mandadas imprimir por Carlos II (...), 1791, 4.ª edición, T2, varias páginas.
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  24. Gonzalo Fernández de Oviedo y Valdés. Historia General y Natural de las Indias, 1535, Libro VIII, Capítulo XIV
  25. Cancionero de Lope de Estúñiga Códice del siglo XV. RIVADENEIRA, edición 1872, página 275 y ss.
  26. Pedro Calderón de la Barca. 2.ª parte de Comedias del celebre poeta D. Pedro Calderon de la Barca edición de Vera Tassis, 1680. Páginas, 295, 296.
  27. María de Zayas y Sotomayor. Novelas ejemplares y amorosas de Doña María de Zayas y Sotomayor: 1º y 2º parte, 1847. Página 81.
  28. Mariana de Carvajal. Navidades de Madrid y noches entretenidas en ocho novelas, edición 1663, página 175.
  29. El licenciado Vidriera. 2.ª parte de la comedias de D. Agustín Moreto, edición 1676, página 165.
  30. Quevedo. Historia de la vida del Buscon, llamado Don Pablos (...), edición de 1626, página 99.
  31. Quevedo. El parnaso español y musas (...), edición de 1659, página 352.
  32. Chamorro Fernández, María Inés. Léxico del naipe del Siglo de Oro, 2005.
  33. Fernando Núñez de Guzmán. Refranes o Proverbios En Romance, (...). Edición de Valerio Francisco Romero, 1555. Páginas 100 y 2.
  34. «Las cartas sobre la mesa: La baraja española y sus curiosidades». 19 de agosto de 2010. 

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