Arte maya

De Wikipedia, la enciclopedia libre
Acto de creación ante el rey celebrando el k'atun 8 Ahau

El arte maya se refiere al arte material de la civilización maya que se desarrolló en el este y sureste de Mesoamérica a partir del Preclásico tardío (500 a. C. - 200 d. C.) y que floreció en el periodo Clásico (200 d. C. - 900 d. C.). Incluye estructuras arquitectónicas, esculturas de piedra, piezas de madera talladas , modelado de estuco, pinturas, murales, escritura y libros, cerámica, piedras preciosas y otros materiales de escultura y decoración corporal. Existían muchos estilos artísticos regionales, que no siempre coincidieron con los límites cambiantes de las entidades políticas mayas. La cultura olmeca, tolteca y la de Teotihuacán tuvieron una influencia significativa en el arte maya.

El arte maya precolombina conoció una prolongada fase posclásica que terminó en el siglo XVI, cuando los trastornos asociados con la conquista española destruyeron la cultura cortesana maya y pusieron fin a su tradición artística. Las principales formas de arte tradicional que siguen en uso en la actualidad son la producción de tejidos y el diseño de las casas de los campesinos.

Historia del arte maya[editar]

Después de las publicaciones del siglo XIX y principios del siglo XX sobre el arte maya y la arqueología por Stephens, Catherwood, Maudslay, Maler y Charnay, que por primera vez dieron acceso a fotografías y dibujos fiables de los principales monumentos del periodo Clásico maya, la publicación de 1913 de Herbert Spinden, A Study of Maya Art («Un estudio del arte maya») —hace más de un siglo— sentó las bases para el desarrollo posterior de la historia del arte maya, incluyendo la iconografía.[1]​ El libro contiene un análisis de los temas y motivos presentes en el arte maya, particularmente los motivos ubicuos de la serpiente y el dragón, y una revisión del «arte material», como la composición de las fachadas, cresterías de techos y paneles de máscaras de los templos. Posteriormente, el tratamiento cronológico del arte maya por Spinden fue refinado por el análisis de motivos de Tatiana Proskouriakoff, > El inventario de la iconografía maya de Kubler de 1969, que contiene un tratamiento de las «imágenes conmemorativas» de cada uno los sitios arqueológicos conocidos en la época, así como un tratamiento de las imágenes rituales y míticas (como el «signo triádico»), concluyó un período de aumento gradual de conocimiento que pronto iba a ser eclipsado por los nuevos desarrollos.

A partir de la década de 1970, la historiografía de los reinos mayas —en primer lugar la de Palenque— llegó a ocupar el primer plano. La interpretación histórica-artística se unió al enfoque histórico abogado por Proskouriakoff, así como el enfoque mitológico iniciado por M.D. Coe, con Linda Schele, una profesora de arte, como su fuerza impulsora. Interpretaciones seminales del arte maya se encuentran en toda la obra de Schele, y particularmente en The Blood of Kings («La sangre de los reyes»), escrito junto con la historiadora de arte M. Miller.[2]​ La historia del arte maya también fue impulsado por el gran incremento en la disponibilidad de imaginería escultórica y cerámica, debido, por un lado, a extensas excavaciones arqueológicas, y, por el otro, a saqueos en una escala sin precedentes. Desde 1973, M. D. Coe publicó una serie de libros con imágenes e interpretaciones de vasos mayas, hasta entonces desconocidos, utilizando el mito de los gemelos heroicos del Popol Vuh como modelo explicativo.[3]​ En 1981, Robicsek y Hales añadieron un inventario y clasificación de vasos mayas pintados en estilo códice,[4]​ revelando aún más del mundo espiritual maya, que hasta entonces era poco conocido.

En cuanto al desarrollo posterior, varios temas importantes en el trabajo iconográfico de Schele han sido elaborados por Karl Taube.[5]​ Nuevos enfoques en los estudios del arte maya incluyen estudios de los antiguos talleres de cerámica maya,[6]​ la representación de la experiencia del cuerpo y de los sentidos en el arte maya,[7]​ y de los glifos mayas, considerados como unidades iconográficas.[8]​ Entre tanto, sigue creciendo el número de monografías dedicadas al arte monumental de cortes específicos.[9]​ El catálogo de la exposición Courtly Art of the Ancient Maya (2004), «Arte cortesano de los antiguos mayas», da una buena impresión de los estudios estadounidenses y mexicanos recientes de la historia del arte maya.[10]

Arquitectura[editar]

Esculturas en la plaza occidental de Copán.
Pasaje abovedado de un palacio en Labná, estilo Puuc.

La arquitectura maya presenta numerosas variaciones regionales ,pero también unas de sus características comunes y de las más destacables es el diseño urbanístico de los centros ceremoniales de los edificios principales ( templos , palacios y juegos de pelota) se agruparon en torno a plazas amplias que sobresalían por su altura respecto a las demás construcciones como los templos-pirámides, las fachadas de los templos y palacios fueron adornadas con grandes mascarones de piedra tallada o estuco que fueron evolucionando con el tiempo hacia formas más estilizadas es más notable asimismo como el uso de las cresterías ( muros de piedra ornamentados que rematan con las estructuras )

El diseño de los asentamientos y las ciudades mayas, y más particularmente el de los centros ceremoniales donde residían las familias reales y cortesanas, se caracteriza por el ritmo de los extensos pisos de estuco de las plazas, a menudo situados en diferentes niveles, conectados por escaleras anchas y a menudo empinadas, y dominadas por templos piramidales.[11]​ Bajo los reinados sucesivos, los principales edificios fueron ampliados con la adición de nuevas capas de relleno con revestimiento de estuco. Los embalses, canales de riego y drenajes componían la infraestructura hidráulica. Fuera del centro ceremonial —sobre todo en la zona sur de la región maya, a veces parecido a un acrópolis— se encontraban las estructuras de los nobles menores, los templos más pequeños y santuarios individuales, rodeados por las casas de la población común. Desde los centros ceremoniales, calzadas (sacbé), que se asemejaron a diques, se extendieron a otros núcleos de población. En acuerdo con el concepto del «Estado teatro» (Geertz), parece haberse dado mayor atención a la estética que a la solidez de la construcción. Sin embargo, una cuidadosa atención fue dado a la orientación direccional de la construcción.

Los principales tipos de estructuras arquitectónicas incluyen:

  • Plataformas ceremoniales, generalmente con una altura de menos de 4 metros.
  • Plazas y palacios.
  • Otros edificios residenciales, tales como casas de escribas,[12]​ y una posible casa de consejo en Copán.
  • Templos y templos piramidales, los últimos a menudo con sepulturas o relleno en su base, con santuarios en la parte superior. Un ejemplo notable es la concentración de templos funerarios dinásticos en el Acrópolis Norte de Tikal.
  • Campos del juego de pelota.

Los principales conjuntos estructurales incluyen:

  • Pirámides triádicas, que se componen de una estructura dominante flanqueada por dos edificios menores orientados hacia el interior, todos montados sobre la misma plataforma basal;
  • Grupos E, que se componen de una plataforma cuadrada con una pirámide baja de cuatro escalones en el lado occidendal, y una estructura alargada —o, alternativamente, tres pequeñas estructuras— en el lado oriental;
  • Conjuntos de pirámides gemelas, con pirámides escalonadas idénticas, de cuatro escalones, que aparecen en los lados este y oeste de una pequeña plaza; un edificio con nueve entradas en el lado sur; y un pequeño recinto en el lado norte donde se encuentra una estela esculpida con su altar, conmemorando la ceremonia de final de katún (k'atun) llevada a cabo por el rey.

En los palacios y las salas de los templos, se aplicó frecuentemente el falso arco. Aunque el falso arco no es un medio eficaz para aumentar el espacio interior, ya que requiere gruesos muros de piedra para soportar el techo alto, en algunos templos se utilizaron arcos repetidos, o una falsa bóveda, para construir el santuario interior, como en el Templo de la Cruz de Palenque.

La arquitectura clásica del área septentrional (Campeche y Yucatán) muestra características propias asociadas con los estilos Puuc, Chenes y Río Bec.[13]​ Se caracteriza por la estilización geométrica de la decoración; el apilamiento de hocicos del dios de la lluvia para construir fachadas; la construcción de portales en forma de boca de serpiente; y también, en el área de Río Bec, el uso de falsos templos piramidales. El sitio más importante del estilo Puuc es Uxmal. Chichén Itzá, que dominaba el Yucatán desde el Clásico Tardío hasta el siglo XII, presenta edificios clásicos de estilo Puuc y Chenes, así como tipos de edificios posclásicos de origen mexicano, como la pirámide radial de cuatro escaleras, la sala con columnas y el templo circular. Estas últimas características fueron heredadas por el reino de Mayapán.

Escultura de piedra[editar]

Estela A de Copán, molde de Maudslay.
Panel 3 de Cancuén, rey sentado con dos subordinados. Segunda mitad del siglo VIII.

El principal estilo escultórico Preclásico del área maya era él de Izapa, una extensa localidad en la costa del Pacífico, donde se encontraron muchas estelas y altares (en forma de rana) que incluyen motivos también presentes en el arte olmeca. Las estelas, en su mayoría sin inscripciones, a menudo muestran temas mitológicos y narrativos, algunos de los cuales parecen relacionarse con el mito de los gemelos heroicos del Popol Vuh.[14]​ Sin embargo, sigue incierto si los habitantes de Izapa eran mayas, en términos étnicos.

Los principales tipos de escultura de piedra del período Clásico son los siguientes:

  • Estelas; largas losas de piedra, generalmente talladas y con inscripciones, y a menudo acompañadas de altares circulares. Característico del periodo Clásico es que la mayoría llevaba representaciones de los gobernantes de las ciudades donde se encontraban, a menudo representados como dioses. Bien que las caras de los gobernantes, particularmente durante el período Clásico Tardío, tienen un estilo naturalista, por lo general no muestran rasgos individuales, con algunas excepciones notables, como Estela 35 de Piedras Negras. Las estelas más destacadas son las de Copán y Quiriguá. Son excepcionales por su intricado detalle, y las de Quiriguá también por su altura; por ejemplo, Estela E de Quiriguá mide más de 7 metros sobre el nivel del suelo y se extiende 3 metros bajo el suelo. Las estelas de Copán y Toniná suelen ser talladas tanto por el frente como los lados. En Palenque, si bien un importante centro de arte maya, no se preservó ninguna estela notable.
  • Dinteles que abarcan las entradas de edificios. Yaxchilán en particular es conocido por el gran número de dinteles en relieve profundo, de los cuales algunos de los más famosos muestran encuentros con ancestros divinizados o, tal vez, deidades locales.[15]
  • Paneles y tableros, colocados en las paredes, los pilares de edificios y los lados de las plataformas. Palenque en particular es famoso por los grandes tableros que adornan el interior de los santuarios de los templos del Grupo de las Cruces, y por el refinamiento de obras maestras como el «Tablero del Palacio» y el «Tablero de los esclavos», así como los paneles de las plataformas de los templos XIX y XXI.[16]​ La lápida de piedra tallada del sarcófago del rey K'inich Janaab' Pakal también puede ser incluida en esta categoría.
  • Altares circulares o rectangulares, a veces soportados por tres o cuatro piedras de canto rodado. Pueden ser total o parcialmente figurativos, como por ejemplo, el «altar tortuga» de Copán, o pueden tener una imagen en relieve en la parte superior, que a veces consiste en un solo símbolo para el día Ajaw, como por ejemplo en El Caracol y Toniná.[17]
  • Zoomorfos; grandes rocas esculpidas, cuya forma se asemeja a un animal, cubiertas de una ornamentación elaborada. Al parecer, los zoomorfos están restringidos al reino de Quiriguá durante el período clásico tardío;[18]​ fueron posiblemente utilizados como altares.
  • Marcadores del juego de pelota; relieves redondeados colocados en el eje central del campo de juego de pelota (como los de Copán, Chinkultic y Toniná), que por lo general muestran escenas del juego de pelota real.
  • Tronos de piedra con un asiento cuadrado ancho y un respaldo a veces tallado con representaciones de figuras humanas. Unos ejemplos de Palenque y Copán tienen soportes que representan a las deidades portadores cosmológicos (Bacab, Chaak).
  • Escultura de bulto redondo se conoce especialmente de Copán y Toniná. Está representada por la estatuaria, como un escriba sentado de Copán y por ciertos personajes cautivos y pequeñas estelas de Toniná; por elementos arquitectónicos figurativos, como los veinte dioses del maíz de la fachada del templo 22 de Copán;[19]​ y por esculturas muy grandes que eran parte integral del diseño arquitectónico, como los jaguares y los músicos simios de Copán.

Talla de madera[editar]

Figura de madera, posible soporte de espejo, siglo VI.

Aunque se cree que las tallas de madera eran comunes en el pasado, solo unos pocos ejemplos han sobrevivido. La mayoría de las tallas de madera del siglo XVI fueron consideradas objetos de idolatría y destruidas por las autoridades coloniales españolas. Los ejemplos más importantes del periodo Clásico incluyen dinteles de madera intrincadamente trabajado, en particular los provenientes de los principales santuarios piramidales de Tikal,[20]​ y un ejemplar del yacimiento cercano de El Zotz.

Dintel 3 del Templo de la Serpiente Bicéfala en Tikal.

Los relieves de madera de Tikal, cada uno formado por varias vigas, datan del siglo VIII y muestran un rey en su asiento con una figura protectora en el fondo en la forma de una «serpiente de guerra» en estilo de Teotihuacán (dintel 2 del Templo I), un jaguar (dintel 3 del templo I), o una representación humana del dios jaguar del fuego terrestre (dintel 2 del Templo IV). Otros dinteles de Tikal representan un rey obeso, llevando un vestido de jaguar, de pie delante de su asiento (dintel 2 del Templo III); y, el más famoso, un rey victorioso, vestido como un dios de la muerte astral, de pie sobre un palanquín debajo de la figura arqueando de una serpiente emplumada (dintel 3 del Templo IV). Un raro ejemplo de un objeto utilitario es la diminuta Caja de Tortuguero cubierta con una larga inscripción jeroglífica. Entre la escultura libre en madera, destaca la figura dignificada de un hombre sentado, que data del siglo VI, y que posiblemente fungía como el soporte para un espejo.

Modelado de estuco[editar]

Paneles de máscaras de estuco, Clásico Temprano, Kohunlich.

Hacia el Preclásico Tardío, las molduras pintadas de estuco de yeso cubrían los suelos y edificios de los centros de las ciudades y formaron el escenario para sus esculturas de piedra. A menudo, grandes paneles de máscaras, con modelados en alto relieve de las cabezas de deidades (en particular de las deidades del sol, la lluvia y la tierra), se unieron a las paredes de contención inclinadas que flanquean las escalinatas de las plataformas de los templos (por ejemplo, Kohunlich).

El modelado de estuco y los relieves pueden cubrir hasta un edificio completo, como el Templo de Rosalila de Copán que data del siglo VI. Tiene fachadas enyesadas bien conservadas, con sus colores originales, y está dedicado al primer rey de Copán, Yax K'uk' Mo'. Los frisos, paredes, pilares y cresterías de estuco del Preclásico Tardío y del Clásico tienen distintos programas decorativos, a veces con un simbolismo complicado.

Se utilizaron varias soluciones para dividir y ordenar las superficies de estuco de los edificios, incluyendo la construcción en serie. Las paredes del «Templo del Sol Nocturno» en El Zotz, que data del Clásico Temprano, se componen de una serie de paneles de máscaras de deidades con variaciones sutiles, mientras que el friso de un palacio Balamkú, también del Clásico Temprano, tenía originalmente una serie de representaciones de cuatro gobernantes sentados sobre las bocas abiertas serpentiformes de cuatro animales diferentes (incluyendo un sapo) asociados con montañas simbólicas. Alternativamente los frisos pueden estar centrados en un solo gobernante, también sentado en una montaña simbólica (llena de maíz), como se puede observar en un friso de Holmul, con dos serpientes emplumadas que emanan debajo del asiento del gobernante, y otro friso, de Xultun, en el cual el gobernante lleva una gran barra ceremonial con figuras emergentes que parecen jaguares.[21]​ Un friso del templo de Placeres, Quintana Roo, que data del Clásico Temprano, tiene un gran panel de máscara con un señor o deidad joven en el medio, y dos deidades «abuelo» (mam) laterales que extienden sus brazos.

Los frisos a menudo están divididos en compartimientos. Por ejemplo, un friso de El Mirador, que data del Preclásico Tardío, muestra los espacios intermedios del cuerpo de una serpiente ondulante rellenados con aves acuáticas, y secciones de una banda acuática abajo con figuras que nadan.[22]​ Asimismo, un friso del Clásico de un palacio en Acanceh está dividido en paneles con representaciones de diferentes figuras de animales[23]​ que evocan a los wayob, mientras que una pared en Toniná muestra campos en forma de rombo que sugieren un andamio y que presentan escenas narrativas continuas que se relacionan con el sacrificio humano.[24]

Retrato de estuco del rey K'inich Janaab' Pakal de Palenque.

Las cresterías enyesadas de los templos son semejantes a algunos de los frisos antemencionados en el sentido de que por lo general muestran grandes representaciones de gobernantes, que a su vez pueden estar sentados en una montaña simbólica, y que pueden estar situados dentro de un marco cosmológico, como en el caso del Templo del Sol de Palenque. Otros ejemplos de modelado de estuco que datan del periodo Clásico incluyen los pilares del Palacio de Palenque, adornados con una serie de representaciones de señores y señoras en traje ritual, así como la entrada de estuco en el estilo «barroco» de Chenes, que data del Clásico Tardío, que muestra figuras humanas naturalistas en la Acrópolis (Str. 1) de Ek'Balam.

El modelado de estuco del período Clásico incluye retratos realistas de una calidad equivalente a la de los antiguos romanos, como lo demuestran los ejemplos destacados de los retratos de estuco de tamaño natural de los gobernantes de Palenque y los de dignatarios de Toniná. Algunos de estos retratos de cabezas eran parte de figuras de estuco de tamaño natural que adornaban las cresterías de los templos.[25]​ El modelado de retratos es también reminiscente de ciertas figurillas de cerámica de Jaina.

Pintura mural[editar]

Mural 1 de Bonampak, pared oriental: músicos.

A pesar de que relativamente pocas pinturas mayas hayan sobrevivido intactas hasta nuestros días, debido al clima húmedo de las tierras bajas de América Central, se han encontrado restos importantes en casi todas las principales residencias cortesanas, especialmente en subestructuras que fueron ocultadas bajo adiciones arquitectónicas posteriores. Las pinturas murales pueden incluir motivos que muestran cierta repetitividad, como los símbolos de flores, con variaciones sutiles, en las paredes de la Casa E del Palacio de Palenque; escenas de la vida cotidiana, como en uno de los edificios que rodean la plaza central de Calakmul y en un palacio de Chilonche; o escenas rituales que incluyen representaciones de deidades, como en los murales de los templos postclásicos de Yucatán y la costa este de Belice (Tankah, Tulum, Santa Rita).[26]

Mural de San Bartolo: El rey como Hunahpú.

También pueden evidenciar un carácter más narrativo, por lo general con los «subtítulos» glíficos incluidos. Los murales multicolores de Bonampak, por ejemplo, que datan de 790 d. C. y que se extienden por las paredes y bóvedas de tres habitaciones adyacentes, muestran espectaculares escenas de la nobleza, batalla y sacrificio, así como un grupo de personificaciones rituales en medio de una fila de músicos.[27]​ Los murales de San Bartolo, que datan de 100 a. C. se refieren a los mitos del dios maya del maíz y el héroe gemelo Hunahpú, y representan una doble entronización; a pesar de que antedata la época clásica por varios siglos, el estilo ya está totalmente desarrollado, con colores sutiles y tenues en comparación con los de Bonampak o Calakmul.[28]​ En una sala de Cacaxtla en el centro-oriente de México, fuera de la región maya, se encontraron murales pintados en un estilo maya predominantemente Clásico, con colores a menudo muy marcados, que se extienden sobre más de 20 metros y que incluyen una escena de combate feroz; las figuras de dos señores mayas, de pie sobre serpientes; y un campo de maíz y cacao con regadío, visitado por la deidad de los comerciantes.[29]

La pintura mural también se produce en los remates de bóvedas, en las tumbas (por ejemplo, Río Azul), y en las cuevas (por ejemplo, Naj Tunich),[30]​ generalmente ejecutado en negro sobre una superficie blanquecina, a veces con el uso adicional de pintura roja. Los remates de bóvedas de Yucatán a menudo muestran una representación de la deidad del rayo entronizada, K'awiil (por ejemplo, Ek 'Balam).

Un color azul turquesa brillante, conocido como «azul maya», se ha conservado a lo largo de los siglos por sus características químicas únicas; este color está presente en Bonampak, Cacaxtla, Jaina, El Tajín, e incluso en algunos conventos coloniales. El uso del azul maya continuó hasta el siglo XVI, cuando se perdió la técnica.[31]​ En estas pinturas fueron plasmadas una gran variedad de temas que cuenta la complejidad de la cultura maya.

Escritura y libros[editar]

Códice de Madrid.

El sistema de escritura maya se compone de alrededor de 1000 caracteres o glifos distintos, y al igual que muchos sistemas de escritura antiguos es una mezcla de signos silábicos y logogramas. Esta escritura estaba en uso desde el siglo III a. C. hasta poco después de la conquista española en el siglo XVI. Actualmente (2018), se ha logrado descifrar una parte considerable de los caracteres, pero no siempre se conoce su significado y configuración como texto. Los libros eran plegados y consistían en hojas de papel producido de corteza o de piel, recubiertas de una capa de estuco adhesivo en el que escribir; estaban protegidos por cubiertas de piel de jaguar o, posiblemente, tablas de madera.[32]

Puesto que cada adivinador probablemente necesitaba un libro, se cree que puede haber existido un gran número de libros. Actualmente, solo se conservan tres libros mayas del Posclásico: los códices de Dresde, París y Madrid. Un cuarto libro, el Grolier, es maya-tolteca más bien que maya; aparte de signos calendáricos, no contiene texto. Fragmentario y de pésima calidad artística, muestra muchas anomalías, razón por la cual su autenticidad ha permanecido en duda durante mucho tiempo.[33]​ La mayor parte de los códices tiene un contenido de carácter adivinatorio y sacerdotal, almanaques con tablas astrológicas, y programas de rituales; el códice de París también incluye profecías de katun. Se prestó gran atención a un equilibrio armonioso de los textos y las ilustraciones (parcialmente coloridas).

Además de los textos incluidos en los códices, existía una escritura cursiva con un carácter más dinámico, que se encuentra en pinturas murales y en la cerámica, y que fue imitada en piedra en paneles de Palenque (como el «Tablero de los 96 glifos»). A menudo, los textos están encerrados en «cajas» cuadradas de diversas formas dentro de la representación. Las pinturas murales también pueden consistir enteramente de textos (Ek 'Balam, Naj Tunich), o, más raramente, de cálculos astrológicos (Xultun); estos textos, a veces escritos en una superficie de estuco blanco, y ejecutados con especial cuidado y elegancia, se parecen a ampliaciones de páginas de libros.

Los glifos son omnipresentes y fueron escritos en todas las superficies disponibles, incluyendo el cuerpo humano. Los glifos en sí son muy detallados, y en particular los logogramas son engañosamente realistas. Desde un punto de vista histórico-artístico, los glifos pueden ser visto como motivos de arte.[8]​ Consiguientemente, escultores de Copán y Quiriguá se sintieron libres para convertir elementos glíficos y signos calendáricos en escenas dramáticas muy animadas en miniatura («glifos de figura completa»).

Cerámica y «estilo códice»[editar]

Ritual cortesano en un recipiente cilíndrico de «estilo códice».

A diferencia de la cerámica de uso común, encontrada en grandes cantidades entre los escombros de los yacimientos arqueológicos, la mayoría de la cerámica decorada (vasos cilindros, platos con tapa, floreros, copas) fue una vez «moneda social» entre la nobleza maya y conservada como reliquías de familia, y también acompañó a los nobles en sus tumbas.[34]​ La tradición aristocrática de las fiestas de intercambio de regalos[35]​ y visitas ceremoniales, y la emulación que inevitablemente ocurrió durante estos intercambios, explican en gran medida el alto nivel artístico alcanzado en la época clásica.

Producida sin torno de alfarero, la cerámica decorada fue pintada con delicadeza, tallada en relieve, incisa, o sobre todo durante el periodo Clásico Temprano, estucada, aplicando la pintura a una superficie de arcilla húmeda, una técnica desarrollada para los frescos de Teotihuacán. Los objetos preciosos de cerámica fueron fabricados en numerosos talleres distribuidos por los reinos mayas; algunos de los objetos más famosos se asocian con el «estilo Chamá», el «estilo Holmul», el llamado «estilo Ik'»,[36]​ y, para la cerámica tallada, el «estilo Chocholá».[37]

La decoración de las vasijas de cerámica presenta una gran variación, mostrando escenas de palacios, rituales cortesanos, mitología, glifos adivinatorios, e incluso textos dinásticos tomados de las crónicas, y sigue jugando un papel importante en la reconstrucción de la vida y creencias del mundo maya del periodo Clásico. Las escenas de cerámica y los textos pintados en negro y rojo sobre un fondo blanco, semejantes a las páginas de los libros plegados, se conocen como el «estilo códice»; la superposición glífica y pictórica con los tres códices mayas que se conservaron es, al menos hasta ahora, relativamente pequeña.

Noble, Jaina.

El arte de la cerámica escultórica incluye tazones del Clásico Temprano con tapas montadas por figuras humanas y animales; algunos de estos tazones, bruñidos negro, están entre las obras más destacadas del arte maya.

La cerámica escultórica incluye además incensarios y urnas funerarias. Muy conocidos son los incensarios profusamente decorados del reino de Palenque del periodo Clásico, con la cara modelada de una deidad o de un rey unida a un cilindro alargado. La deidad representada con mayor frecuencia, asociada con el fuego terrestre, también adorna grandes urnas funerarias clásicas del departamento guatemalteco de El Quiché.[38]​ Las efigías-incensario hecho en molde, asociadas especialmente con Mayapán del periodo Posclásico, representan deidades de pie, o personificaciones sacerdotales de deidades, a menudo llevando ofrendas.

Finalmente, las figurillas de cerámica, muchas de ellas hechas en molde y de una vivacidad y realismo excepcional, constituyen un género menor pero altamente informativo. Además de deidades, «personajes animales», gobernantes, y enanos, representan muchos otros personajes, incluso escenas tomadas de la vida cotidiana. Algunas de estas figurillas son ocarinas y pueden haber sido utilizado en rituales. Los ejemplos más impresionantes provienen de la Isla de Jaina.

Piedras preciosas y otros materiales de escultura[editar]

Conjunto de cinturón de jade con placas, provenientes de la tumba del rey Pakal de Palenque.

Es notable que los mayas, que no tenían herramientas de metal, crearon tantos objetos a partir de jade (jadeíta), un material muy grueso y denso, incluyendo muchos elementos del vestir (reales), tales como placas de cinturón, orejeras, pendientes y máscaras. A veces las celtas (es decir, los adornos en forma de hachas) fueron grabados con una representación similar a la de la estela del gobernante, como la «placa de Leiden» que data del Clásico Temprano. El ejemplo mejor conocido de una máscara es probablemente la máscara mortuoria de K'inich Janaab' Pakal, el gobernante de Palenque, que se compone de placas o teselas de jade de forma irregular y ojos hecho de nácar y obsidiana; otra máscara mortuoria, que pertenece a una reina de Palenque, se compone de placas de malaquita. Del mismo modo, ciertos vasos cilíndricos de Tikal tienen una capa exterior de discos cuadrados de jade. Muchas esculturas de piedra tenían incrustaciones de jade.

Otros materiales esculpidos y grabados incluyen pedernal, conchas y huesos, que a menudo se hallaron en los escondites y entierros. Los llamados «pedernales excéntricos» son objetos ceremoniales, de uso incierto, que, en sus formas más elaboradas, tienen una forma alargada, por lo general con varias cabezas que se extienden en uno o ambos lados, que representan a veces la deidad del rayo (K'awiil), pero más a menudo un rayo antropomorfo con los rasgos del dios tonsurado del maíz.[39]​ Las conchas se utilizaron para producir discos y otros elementos decorativos que muestran cabezas humanas, y posiblemente cabezas ancestrales y deidades; las trompetas hecho de conchas de carocoles marinos se decoraban de la misma manera.[40]​ Los huesos humanos y animales se decoraban con símbolos y escenas incisos. Una colección de pequeños huesos tubulares modificados, que provienen de un entierro real del siglo VIII situado en el Templo del Gran Jaguar en Tikal, contiene algunos de los grabados más sutiles conocidos de los mayas, incluyendo varias escenas que muestran representaciones del dios del maíz tonsurado en una canoa.[41]

Artes aplicadas y decoración corporal[editar]

Los textiles de algodón del periodo Clásico no han sobrevivido, pero las representaciones en el arte maya proporcionan información detallada acerca de su apariencia y, en menor medida, su función social.[42]​ Incluyen tejidos delicados usados como envolturas, cortinas y toldos en los palacios, y también prendas de vestir. Las técnicas de teñido pueden haber incluido el ikat. El traje cotidiano dependía de la posición social. Las mujeres nobles solían llevar vestidos largos, los hombres nobles fajas y taparrabos, dejando las piernas y la parte superior del cuerpo más o menos al descubierto, a menos que se usaban chaquetas o mantas. Tanto los hombres como las mujeres podían usar turbantes. Los trajes usados en ocasiones ceremoniales y durante las numerosas festividades eran exuberantes y expresivas; los tocados derivados de animales eran comunes. El traje más elaborado fue la vestidura formal del rey, tal como se representa en las estelas reales, con numerosos elementos con significado simbólico.[43]

La cestería y el mimbre, que solo se conoce a partir de representaciones incidentales en el arte escultórico y cerámica,[44]​ una vez debe haber sido omnipresente; el famoso motivo pop («estera») atestigua su importancia.[45]

Las decoraciones corporales a menudo consistían en motivos pintados en la cara y el cuerpo, pero también podían tener un carácter más permanente y marcar las diferencias de edad y posición social. Las decoraciones permanentes incluyeron la deformación artificial del cráneo, el tatuaje de la cara, limar los dientes y añadir incrustaciones.[46]

Colecciones de museos[editar]

El Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Ciudad de Guatemala.

Existe un gran número de museos que tienen artefactos mayas en sus colecciones. La Fundación para el Avance de los Estudios Mesoamericanos (FAMSI) incluye más de 250 museos en su base de datos sobre los museos con artefactos mayas,[47]​ y la Asociación Europea de Mayistas (WAYEB) enumera unos 50 museos, solo en Europa.[48]​ En Ciudad de México, el Museo Nacional de Antropología tiene una colección de artefactos mayas particularmente grande.[49]​ Un número de museos regionales de México mantienen colecciones importantes, incluyendo el Museo de las Estelas «Román Piña Chan» en Campeche,[50]​ el Museo Regional de Yucatán «Palacio Cantón» en Mérida, y el Museo Regional de Antropología «Carlos Pellicer Cámara» en Villahermosa, Tabasco.[51]​ En Guatemala, las colecciones más importantes son las del Museo Popol Vuh y Museo Nacional de Arqueología y Etnología, ambos ubicados en Ciudad de Guatemala.[49]

Otros museos con colecciones notables de artefactos mayas incluyen el Museo Británico en Londres, el Museo Metropolitano de Arte en Nueva York, el Museo Peabody de Arqueología y Etnología en Cambridge, Massachusetts y el Museo de Arqueología y Antropología de la Universidad de Pensilvania. El Museo de las Culturas de Basilea, Suiza, tiene un número de dinteles de madera de Tikal; el Museo Etnológico de Berlín, Alemania, tiene una extensa colección de artefactos mayas. En Bélgica, los Museos Reales de Arte e Historia en Bruselas albergan una importante colección.[50]​ El Museo Field de Historia Natural en Chicago tiene una notable colección de cerámica maya,[50]​ y el Museo de Arte de Cleveland en Ohio tiene una de las más extensas colecciones de artefactos mayas en los Estados Unidos.[49]​ El Museo de América en Madrid alberga una gran colección de objetos de Palenque; es también el museo donde se conserva el Códice de Madrid.[51]​ Otros museos europeos notables son el Museo Nacional de Etnología en Leiden, Países Bajos y el Museo Rietberg en Zúrich, Suiza.[51]

Artes escénicas mayas[editar]

Puede que te interese[editar]

Referencias[editar]

  1. Spinden 1975
  2. Schele y Miller 1986
  3. Coe 1973, 1975, 1978, 1982
  4. Robicsek y Hales 1981
  5. e.g., Miller y Taube 1993; Taube et al. 2010
  6. Reents-Budet 1994
  7. Houston et al. 2005
  8. a b Stone y Zender 2011
  9. Tate 1992, Looper 2003, Simmons Clancy 2009, O'Neil 2012
  10. Miller y Martin 2004
  11. Stierlin 1994
  12. Coe y Kerr 1997: 100-101
  13. Gendrop 1983
  14. Guernsey 2006
  15. Tate 1992
  16. Stuart y Stuart 2008
  17. Martin y Grube 2000: 89
  18. Looper 2003: 172-178, 186-192
  19. Schwerin 2011
  20. W.R. Coe et al. 1961
  21. Saturno 2014
  22. Doyle y Houston 2012
  23. V.E. Miller 1991
  24. véase Yadeun 1993:108-115
  25. Martin y Grube 2000: 168
  26. Miller 1982; Gann 1900
  27. M.E. Miller 1986; M.E. Miller y Brittenham 2013
  28. Saturno et al. 2005; Taube et al. 2010
  29. Lozoff Brittenham y Uriarte 2015
  30. Stone 1995
  31. Reyes-Valerio 1993; Houston et al. 2009
  32. Coe y Kerr 1997
  33. Love 2017
  34. Reents-Budet 1994: 72ff
  35. Tozzer 1941:92
  36. Just 2012
  37. Tate 1985
  38. McCampbell 2010
  39. Agurcia, Sheets, Taube 2016
  40. Finamore y Houston 2010: 124-131
  41. Trik 1963
  42. Looper 2000
  43. p.ej., Dillon y Christensen 2005
  44. Reents-Budet 1994:331
  45. Robicsek 1975
  46. Houston et al. 2006: 18-25
  47. Ros.
  48. WAYEB.
  49. a b c Wagner 2011, p. 451.
  50. a b c Wagner 2011, p. 450.
  51. a b c Wagner 2011, p. 452.

Bibliografía[editar]

  • Agurcia Fasquelle, Ricardo, Payson Sheets, and Karl Andreas Taube (2016). Protecting Sacred Space. Rosalila's Eccentric Chert Cache at Copan and Eccentrics among the Classic Maya. Monograph 2. San Francisco: Precolumbia Mesoweb Press. 
  • Coe, Michael D., The Maya Scribe and His World. Nueva York: The Grolier Club 1973.
  • Coe, Michael D., Classic Maya Pottery from Dumbarton Oaks. Washington: Trustees of Harvard University 1975.
  • Coe, Michael D., Lords of the Underworld; Masterpieces of Classic Maya Ceramics. New Jersey: Princeton University Press 1978.
  • Coe, Michael D., Old Gods and Young Heroes; The Pearlman Collection of Maya Ceramics. Jerusalem: The Israel Museum 1982.
  • Coe, Michael D., y Justin Kerr, The Art of the Maya Scribe. Thames and Hudson 1997.
  • Coe, William R., Edwin M. Shook, y Linton Satterthwaite, «The Carved Wooden Lintels of Tikal». Tikal Report No. 6, Tikal Reports Numbers 5-10, Museum Monographs, The University Museum, University of Pennsylvania, Philadelphia 1961.
  • Dillon, Brian D., y Wes Christensen, «The Maya Jade Skull Bead: 700 Years as Military Insignia?». In Brian D. Dillon y Matthew A. Boxt, Archaeology without Limits. Papers in Honor of Clement W. Meighan, pp. 369–388. Lancaster: Labyrinthos 2005.
  • Doyle, James, y Stephen Houston, «A Watery Tableau at El Mirador, Guatemala». In Maya Decipherment, 9 de abril de 2012 (decipherment.wordpress.com.).
  • Finamore, Daniel, y Stephen D. Houston, The Fiery Pool: The Maya and the Mythic Sea. Peabody Essex Museum 2010.
  • Gann, Thomas, Mounds in Northern Honduras. 19th Annual Report, Smithsonian Institution, Washington 1900.
  • Gendrop, Paul, Los estilos Río Bec, Chenes y Puuc en la arquitectura maya. México: UNAM (División de Estudios de Posgrado, Facultad de Arquitectura) 1983.
  • Guernsey, Julia, Ritual and Power in Stone: The Performance of Rulership in Mesoamerican Izapan Style Art. Austin: University of Texas Press 2006.
  • Houston, Stephen, et al., The Memory of Bones. Body, Being, and Experience among the Classic Maya. Austin: University of Texas Press 2006.
  • Houston, Stephen, et al., Veiled Brightness. A History of Ancient Maya Color. Austin: U.of Texas Press 2009.
  • Just, Bryan R., Dancing into Dreams. Maya Vase Painting of the Ik' Kingdom. Yale University Press 2012.
  • Kubler, George, Studies in Classic Maya Iconography. Memoirs of the Connecticut Academy of Arts and Sciences, 28. New Haven: Connecticut 1969.
  • Looper, Matthew, Gifts of the Moon: Huipil Designs of the Ancient Maya. San Diego Museum Papers 38. San Diego: San Diego Museum of Man, 2000.
  • Looper, Mathhew, Lightning Warrior. Maya Art and Kingship at Quirigua. Austin: University of Texas Press 2003.
  • Love, Bruce, 'Authenticity of the Grolier Codex remains in doubt'. Mexicon Vol. XXXIX Nr. 4 (2017): 88-95.
  • Lozoff Brittenham, Claudia, y María Teresa Uriarte, The Murals of Cacaxtla: The Power of Painting in Ancient Central Mexico. Austin: University of Texas Press 2015.
  • Martin, Simon, y Nicolas Grube, Chronicle of the Maya Kings and Queens. Thames and Hudson 2000.
  • Maudslay, A.P., Biologia Centrali-Americana. Text and 4 Vols. of Illustrations. Londres 1889-1902.
  • McCampbell, Kathleen G., Highland Maya Effigy Funerary Urns. A Study of Genre, Iconography, and Function. MA Thesis, Florida State University 2010 (en línea)
  • Milbrath, Susan, Mayapán’s Effigy Censers: Iconography, Context, and External Connections. www.famsi.org/reports (2007)
  • Miller, Arthur G., On the Edge of the Sea. Mural Painting at Tancah-Tulum, Quintana Roo, Mexico. Washington DC: Dumbarton Oaks 1982.
  • Miller, M.E., «The History of the Study of Maya Vase Painting». In Maya Vase Book Vol. 1, ed. J. Kerr, Nueva York: 128-145.
  • Miller, M.E., y Megan O'Neill, Maya Art and Architecture. Nueva York y Londres: Thames and Hudson 2014.
  • Miller, M.E., The Murals of Bonampak. Princeton University Press 1986.
  • Miller, M.E., y Claudia Brittenham, The Spectacle of the Late Maya Court. Reflections on the Murals of Bonampak. Austin: Texas University Press 2013
  • Miller, Mary, y Simon Martin, Courtly Art of the Ancient Maya. Fine Arts Museum of San Francisco. Thames and Hudson 2004.
  • Miller, Mary, y Karl Taube, The Gods and Symbols of Ancient Mexico and the Maya. An Illustrated Dictionary of Mesoamerican Religion. Londres: Thames and Hudson.
  • Miller, Virginia E., The Frieze of the Palace of the Stuccoes, Acanceh, Yucatán, Mexico. Studies in Pre-Columbian Art & Archaeology, 39. Washington DC: Dumbarton Oaks 1991.
  • O'Neil, Megan, Engaging Ancient Maya Sculpture at Piedras Negras, Guatemala. Norman: University of Oklahoma Press 2012.
  • Proskouriakoff, Tatiana, A Study of Classic Maya Sculpture. Carnegie Institute of Washington Publication No. 593, 1950
  • Reents-Budet, Doreen, Painting the Maya Universe: Royal Ceramics of the Classic Period. Duke University Press 1994.
  • Reyes-Valerio, Constantino, De Bonampak al Templo Mayor, Historia del Azul Maya en Mesoamerica. Siglo XXI Editores, 1993.
  • Robicsek, Francis, A study in Maya art and history : the mat symbol. Nueva York: Museum of the American Indian, Heye Foundation, 1975.
  • Robicsek, Francis, y Donald Hales, The Maya Book of the Dead: The Corpus of Codex Style Ceramics of the Late Classic period. Norman: University of Oklahoma Press 1981.
  • Ros, Narin. «Maya Museum Database». Foundation for the Advancement of Mesoamerican Studies. Archivado desde el original el 8 de julio de 2014. Consultado el 8 de junio de 2015.  Listado completo de FAMSI archivado desde el original el 8 de junio de 2015.
  • Saturno, William (30 de enero de 2014). «Sembrando la raíz de la dinastía: conjunto los Árboles, Xultun, Guatemala». (video) Guatemala: Universidad Francisco Marroquín.
  • Saturno, William; David Stuart y Karl Taube (2005). «The Murals of San Bartolo, El Petén, Guatemala», Part I: The North Wall. Ancient America 7.
  • Schele, Linda, y Mary Ellen Miller, The Blood of Kings. Dynasty and Ritual in Maya Art. Nueva York: George Braziller, Inc., in association with the Kimbell Art Museum.
  • Schwerin, Jennifer von, 'The sacred mountain in social context. Symbolism and history in Maya Architecture: Temple 22 at Copán, Honduras.' Ancient Mesoamerica 22(2), September 2011: 271-300.
  • Simmons Clancy, Flora, The Monuments of Piedras Negras, an Ancient Maya City. Albuquerque: University of New Mexico Press 2009.
  • Spinden, Herbert, A Study of Maya Art: Its Subject Matter & Historical Development. Nueva York: Dover Publ., 1975.
  • Stierlin, Henri, Living Architecture: Mayan. Architecture of the World, 10. Benedikt Taschen Verlag, 1994.
  • Stone, Andrea J., Images from the Underworld. Naj Tunich and the Tradition of Maya Cave Painting. 1995. ISBN 978-0-292-75552-9
  • Stone, Andrea, y Marc Zender, Reading Maya Art: A Hieroglyphic Guide to Ancient Maya Painting and Sculpture. Thames and Hudson 2011.
  • Stuart, David, y George Stuart, Palenque, Eternal City of the Maya. Thames and Hudson 2008.
  • Tate, Carolyn E., The Carved Ceramics Called Chochola. In 5th Palenque Round Table, PARI, San Francisco 1985: 122-133.
  • Tate, Carolyn E., Yaxchilan: The Design of a Maya Ceremonial City. Austin: University of Texas Press 1992.
  • Taube, Karl; David Stuart, William Saturno y Heather Hurst (2010). «The Murals of San Bartolo, El Petén, Guatemala», Part 2: The West Wall. Ancient America 10.
  • Thompson, J.E.S., «Deities portrayed on censers at Mayapan». Carnegie Institution of Washington, Current Reports, No. 40 (julio de 1957).
  • Tozzer, Alfred M., Landa's Relación de las cosas de Yucatán. A Translation. Peabody Museum, Cambridge MA 1941.
  • Trik, Aubrey S., «The Splendid Tomb of Temple I At Tikal, Guatemala». Expedition (autoño de 1963): 3-18.
  • Wagner, Elisabeth (2011) [2006]. «Una Selección de Colecciones y Museos». En Nikolai Grube, ed. Los Mayas: Una Civilización Milenaria. Potsdam, Alemania: Tandem Verlag GmbH. pp. 450-452. ISBN 978-3-8331-6293-0. OCLC 828120761. 
  • WAYEB. «Museums & Collections». European Association of Mayanists (WAYEB). Archivado desde el original el 11 de mayo de 2015. Consultado el 8 de junio de 2015. 
  • Yadeun, Juan, Toniná. México: El Equilibrista / Madrid: Turner Libros 1993.

Enlaces externos[editar]