Apiterapia

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Apiterapia
Medicina alternativa

Aguijón de abeja siendo aplicado sobre la piel de un paciente.
Clasificación y recursos externos
MeSH D056705
Aviso médico

La apiterapia o abejarapia es una forma de medicina alternativa sin respaldo científico[1][2]​ que utiliza veneno de abeja y productos apícolas, como miel, propóleos y jalea real en la prevención y tratamiento de diferentes condiciones clínicas. Tampoco hay respaldo científico para su uso en el tratamiento de enfermedades graves como cáncer o esclerosis múltiple.[3][2]

Historia[editar]

El origen de la apiterapia puede ser rastreado a referencias de las propiedades médicas de los productos de abejas en las prácticas de medicina tradicional china, coreana, rusa, egipcia y griega.[4][5]​ y pareciera que formas de esta han sido practicadas desde los tiempos de Hipócrates y Galeno.[6][7]​ Aunque cabe destacar que las prácticas descriptas se refieren sobre todo al uso y consumo de los productos de las abejas y no al uso del veneno de abeja.

El estudio la apiterapia moderna, específicamente el uso terapéutico del veneno de abeja, fue iniciado por el médico austriaco Philip Terc, en su artículo publicado en 1888: Informe sobre una conexión peculiar entre los piquetes de abeja y el reumatismo (Report about a Peculiar Connection Between the Bee stings and Rheumatism).[8]

Su más reciente popularidad en el ámbito de la medicina alternativa se atribuye al médico húngaro Bodog F. Beck, quien acuñó el término "apiterapia" (apitherapy) en 1935,[6]​ y al apicultor estadounidense Charles Mraz (1905-1999) quien lo promovió en la segunda mitad del siglo XX.[9]

Tratamientos y eficacia[editar]

Aunque la apiterapia incluye el uso y el consumo de productos de las abejas, el término se asocia mayormente con la terapia que hace uso del veneno de abeja y no con el consumo de la miel o de otros productos apícolas.

La apiterapia se promueve como una forma de medicina alternativa con usos variados,[2][10]​ pero sus supuestos beneficios médicos no están respaldados por evidencia científica.[1][2]

El veneno de abeja u otros productos de abejas son ineficaces para el tratamiento o la prevención del cáncer.[1][2][3]

La evidencia a favor del uso de miel en el tratamiento de heridas es insuficiente para sacar conclusiones firmes acerca de su efectividad.[11][12]

Riesgos y reacciones adversas[editar]

El tratamiento con veneno de abeja frecuentemente causa reacciones adversas[13]​ y la exposición frecuente al veneno también puede provocar artropatía.[14]

En personas sensibles, los compuestos del veneno pueden actuar como alérgenos, causando un espectro de reacciones alérgicas que pueden variar desde inflamación local leve a reacciones sistémicas graves, shock anafiláctico o incluso la muerte.[15]

La apiterapia conocida como "acupuntura con abejas vivas" es "insegura y desaconsejable", según los investigadores que estudiaron el caso de la muerte de una mujer de 55 años que murió en marzo de 2018, tras recibir dicho tratamiento[15]​ y sufrir un episodio anafiláctico grave al que el profesional de apiterapia no respondió administrando adrenalina.[16]​ Si bien la paciente pudo ser estabilizada por el personal de la ambulancia camino al hospital, esta murió semanas más tarde por las complicaciones médicas que resultaron en una insuficiencia orgánica múltiple.[17]

Véase también[editar]

Referencias[editar]

  1. a b c Ades, Terri B., ed. (2009). «Chapter 9: Pharmacologic and Biologic Therapies». American Cancer Society Complete Guide to Complementary and Alternative Cancer Therapies (en inglés) (2nd edición). American Cancer Society. pp. 704-708. ISBN 978-0-944235-71-3. Consultado el 31 de julio de 2019. 
  2. a b c d e Barry R., Cassileth (2011). «Chapter 36: Apitherapy». The Complete Guide to Complementary Therapies in Cancer Care: Essential Information for Patients, Survivors and Health Professionals (en inglés). World Scientific. pp. 221-224. ISBN 978-981-4335-66-9. Consultado el 31 de julio de 2019. 
  3. a b Steven Novella (26 de noviembre de 2008). «Bee Venom Therapy – Grassroots Medicine». www.sciencebasedmedicine.org (en inglés). Archivado desde el original el 25 de marzo de 2015. Consultado el 31 de julio de 2019. 
  4. Silva, J; Monge-Fuentes, V; Gomes, F; Lopes, K; Dos Anjos, L; Campos, G; Arenas, C; Biolchi, A et al. (2015). «Pharmacological Alternatives for the Treatment of Neurodegenerative Disorders: Wasp and Bee Venoms and Their Components as New Neuroactive Tools». Toxins (en inglés) 7 (8): 3179-3209. PMC 4549745. PMID 26295258. doi:10.3390/toxins7083179. 
  5. Russian Federation; In: WHO Global Atlas of Traditional, Complementary and Alternative Medicine, Part 2; page 136 (en inglés). World Health Organization. 2005. ISBN 978-9241562867. Consultado el 8 de septiembre de 2017. 
  6. a b Kim, Christpher M.H. (4 de junio de 2013). «Chapter 4: Apitherapy — Bee Venom Therapy». En Grassberger, Martin, ed. Biotherapy – History, principles and practice: A practical guide to the diagnosis and treatment of disease using living organisms (en inglés). Springer. pp. 77-78. ISBN 978-94-007-6585-6. Consultado el 31 de julio de 2019. 
  7. Wilcox, Christie (9 de agosto de 2016). Venomous: How Earth's Deadliest Creatures Mastered Biochemistry (en inglés). Farrar, Straus and Giroux. p. 186. ISBN 978-0-374-71221-1. Consultado el 31 de julio de 2019. 
  8. Terč, Philipp (26 de agosto de 1888). «Ueber eine merkwürdige Beziehung des Bienenstichs zum Rheumatismus» [About a Peculiar Connection Between the Bee stings and Rheumatism]. Wiener Medizinische Press (en alemán) 29 (35): 1261-1263. Resumen divulgativoBerlin Veterinary Weekly. 
  9. «History of Apitherapy» (en inglés). Medicineworld.org. Archivado desde el original el 15 de mayo de 2006. Consultado el 31 de agosto de 2016. 
  10. Premratanachai, Pongsathon; Chanchao, Chanpen (May 2014). «Review of the anticancer activities of bee products». Asian Pacific Journal of Tropical Biomedicine (en inglés) 4 (5): 337-344. PMC 3985046. PMID 25182716. doi:10.12980/APJTB.4.2014C1262. 
  11. Jull, Andrew B.; Cullum, Nicky; Dumville, Jo C.; Westby, Maggie J.; Deshpande, Sohan; Walker, Natalie (2015). «Honey as a topical treatment for wounds». Cochrane Database of Systematic Reviews (en inglés) (3): CD005083. PMID 25742878. doi:10.1002/14651858.cd005083.pub4. «Honey appears to heal partial thickness burns more quickly than conventional treatment (which included polyurethane film, paraffin gauze, soframycin-impregnated gauze, sterile linen and leaving the burns exposed) and infected post-operative wounds more quickly than antiseptics and gauze.» 
  12. Majtan, J (2014). «Honey: an immunomodulator in wound healing». Wound Repair Regen. (en inglés) 22 (2 Mar–Apr): 187-192. PMID 24612472. doi:10.1111/wrr.12117. 
  13. Park, Jeong Hwen; Yim, Bo Kyung; Lee, Jun-Hwan; Lee, Sangun; Kim, Tae-Hun (21 de mayo de 2015). «Risk Associated with Bee Venom Therapy: A Systematic Review and Meta-Analysis». PLOS ONE (en inglés) 10 (5): e0126971. PMC 4440710. PMID 25996493. doi:10.1371/journal.pone.0126971. 
  14. Cuende, E.; Fraguas, J.; Pena, J.E.; Pena, F.; Garcia, J.C.; Gonzalez, M. (1999). «Beekeeper's Arthropathy». The Journal of Rheumatology (en inglés) 26 (12): 2684-2690. PMID 29530760. doi:10.1016/j.reuma.2018.02.012. Consultado el 24 de marzo de 2018. 
  15. a b Vazquez-Revuelta, Madrigal-Burgaleta. «Death due to Live Bee Acupuncture Apitherapy». The Journal of Investigational Allergology and Clinical Immunology (en inglés). Esmon. Consultado el 21 de marzo de 2018. 
  16. Robertson, Michelle (20 de marzo de 2018). «Woman dies after undergoing 'bee acupuncture' treatment famously touted by Gwyneth Paltrow». SF Gate (en inglés). Consultado el 21 de marzo de 2018. 
  17. Lagerquist, Jeff (20 de marzo de 2018). «Woman's death after bee sting therapy shows practice is 'unsafe': study». CTV News (en inglés). Bell Media. Archivado desde el original el 20 de marzo de 2018. Consultado el 21 de marzo de 2018.