Anexo:Definiciones de la democracia

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La democracia


Tenemos un régimen político que no se propone como modelo las leyes de las personas, sino que más bien es él modelo para otros. Y su nombre, como las cosas dependen no de unos pocos, sino de la mayoría, es Democracia. A todo el mundo asiste, de acuerdo con nuestras leyes, la igualdad de derechos en los conflictos privados, mientras que para los honores, si se hace distinción en algún campo, no es la pertenencia a una categoría, sino el mérito lo que hace acceder a ellos; a la inversa, la pobreza no tiene como efecto que un hombre, siendo capaz de rendir servicio al Estado, se vea impedido de hacerlo por la oscuridad de su condición.[1]
Hay tres formas de gobierno principales; monarquía, el mando de los pocos, y democracia; estas se expanden a cinco por la división de la monarquía en realeza y tiranía, y del gobierno de los pocos en aristocracia y oligarquía (291).
(...)
Extranjero: ¿No es la tercera forma de gobierno el mando de la multitud, que es llamada por el nombre de democracia? El Joven Sócrates: Ciertamente (291).
(...)
La democracia es el mejor de los gobiernos sin ley y el peor de los gobiernos en los que se respeta plenamente la ley (303).[2]
En la democracia el ciudadano no está obligado a obedecer a cualquiera; o si obedece, es a condición de mandar él a su vez; y he aquí cómo en este sistema se concilia la libertad con la igualdad.[3]
Si el gobierno fuese injusto de uno solo, que en él procura sus propias comodidades y no el bien de la multitud que estuviese a su cargo, ese gobernador se llama tirano... Mas si el gobierno injusto fuese de más de uno, como no sean muchos, se llama oligarquía... y esto cuando algunos pocos por su poder oprimen al pueblo, difiriendo solo del tirano en que son más. Y si el mal gobierno se ejercitare por muchos, se llama democracia... que es, cuando la junta de los plebeyos por su muchedumbre oprime a los más ricos, y entonces todo el pueblo es como un solo tirano.[4]
La república, verdaderamente llamada así, existe si todo el pueblo participa del poder supremo; pero de tal modo y tal templanza que los mayores honores, dignidades y magistraturas se encomienden a cada uno según su virtud, dignidad y mérito lo exijan. Mas cuando los honores y cargos de un Estado se reparten a la casualidad, sin discernimiento ni elección, y entran todos, buenos y malos, a participar del poder, entonces se llama democracia. Pero no deja de ser una gran confusión y temeridad querer igualar a todos aquellos a quien la misma naturaleza o una virtud superior han hecho desiguales.[5]
Las democracias siempre han ofrecido el espectáculo de la turbulencia y de la discordia; se han mostrado siempre enemigas de cualquier forma de garantía a favor de las personas o de las cosas.[6]
El pueblo quiere saber de qué se trata.[7]
Sólo la democracia... es susceptible de una absoluta libertad, libertad que se define como el poder que tiene cada hombre de hacer cuanto no esté prohibido por la ley.[8]
Entre las circunstancias felices que favorecieron todavía el establecimiento y aseguran el mantenimiento de la República democrática en los Estados Unidos, la primera en importancia es la elección del país mismo que los norteamericanos habitan. Sus padres les dieron el amor a la igualdad y a la libertad. Pero fue Dios mismo quien, al entregarles un continente sin límites, les concedió los medios de permanecer largo tiempo libres e iguales. El bienestar general favorece la estabilidad de todos los gobiernos, pero particularmente del gobierno democrático, que descansa en las disposiciones de la mayoría y sobre todo en las de aquellos que están más expuestos a las necesidades. Cuando el pueblo gobierna, es necesario que sea feliz para que no desquicie el Estado. Ahora bien, las causas materiales e independientes de las leyes que pueden producir el bienestar son más numerosas en Norteamérica que lo han sido en ningún país del mundo, en ninguna época de la historia. En los Estados Unidos, no solamente la legislación es democrática, sino que la naturaleza misma trabaja para el pueblo.[9]

(...)

Un estado democrático de la sociedad, similar al de los americanos, puede ofrecer singulares facilidades para establecer el despotismo.[10]

Y ¿qué es la democracia? La soberanía del pueblo, o mejor dicho, de la mayoría nacional. Siempre la soberanía del hombre en lugar de la soberanía de la ley, la soberanía de la voluntad en vez de la soberanía de la razón; en una palabra, las pasiones en sustitución del derecho. Cuando un pueblo pasa de la monarquía a la democracia, es indudable que hay progreso, porque al multiplicarse el soberano, existen más probabilidades de que la razón prevalezca sobre la voluntad: pero el caso es que no se realiza revolución en el gobierno y que subsiste el mismo principio.Y no es esto todo: el pueblo rey no puede ejercer la soberanía por sí mismo: está obligado a delegarla los encargados del poder. esto es lo que le repiten asiduamente aquellos que buscan su beneplácito. Que estos funcionarios sean cinco, diez, ciento, mil, ¿qué importa el número ni el nombre? Siempre será el gobierno del hombre, el imperio de la voluntad y del favor. Pero ¿qué es la soberanía? Se Dice que es el poder de hacer las leyes. Otro absurdo, renovado por el despotismo. El pueblo, que había visto a los reyes fundar sus disposiciones en la fórmula porque tal es mi voluntad, quiso a su vez reconocer el placer de hacer las leyes. (...) El pueblo, finalmente, consagró la propiedad... ¡Dios le perdone, porque no supo lo que hacía! Hace cincuenta años que expía ese desdichado error. Pero ¿cómo ha podido engañarse el pueblo, cuya voz, según se dice, es la de Dios y cuya conciencia no yerra? ¿Cómo buscando la libertad y la igualdad ha caído de nuevo en el privilegio y en la servidumbre? Por su constante afán de imitar el antiguo régimen.

Estos párrafos fueron escritos antes de presentar el principio federativo, en el cual comienza explicando los tipos ideales de gobierno y sus devenires en la praxis, desde una profundidad mucha mayor, y planteando un sistema federativo que en parte se asemeja al sistema de cantones suizos pero que tenían a la anarquía como modelo ideal, o sea el gobierno de sí mismo por sobre sí mismo.[11]

(...) nuestros padres hicieron nacer en este continente una nueva nación concebida en la libertad y consagrada al principio de que todas las personas son creadas iguales (....) debemos consagrarnos aquí a la gran tarea que aún resta ante nosotros (...) que el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo no desaparezca de la Tierra.

Estas pocas frases de Lincoln han sido tradicionalmente consideradas como una de las definiciones más claras del significado de «democracia», a pesar de que el término no se usa en ningún momento en el discurso. Una de las claves de su fuerza expresiva es la evidente paráfrasis del lema del despotismo ilustrado (todo para el pueblo pero sin el pueblo).

Todos aquellos que por riqueza, educación, inteligencia o astucia tienen aptitud para dirigir una comunidad de hombres y la oportunidad de hacerlo -en otras palabras, todos los clanes de la clase dirigente- tienen que inclinarse ante el sufragio universal una vez éste ha sido instituido y, también, si la ocasión lo requiere, defraudarlo.[12]
La democracia es la peor forma de gobierno, excepto todas las otras formas que se han probado de tiempo en tiempo.[13]

(...)

Democracia significa saber que si alguien llama a la puerta de tu casa a primera hora de la mañana, es el lechero.[14]

La democracia es, a mi juicio, el régimen político en el que se alcanza la identificación entre gobernantes y gobernados.[15]

El contexto de esta definición es el inicio de la transición española, tras la muerte de Franco (20 de noviembre de 1975) y antes de las primeras elecciones democráticas (15 de junio de 1975).

One man, one vote, once

"Un hombre, un voto, una vez", es paráfrasis del lema tradicional "un hombre, un voto",[16]​ y este diplomático estadounidense[17]​ la construyó para indicar la posibilidad de que el triunfo electoral del fundamentalismo islámico condujera al establecimiento de un sistema no democrático.[18]​ El acontecimiento reciente que había suscitado reflexiones sobre este particular fueron los resultados del Frente Islámico de Salvación (FIS) en la primera vuelta de las elecciones argelinas de 1991. Para impedir su previsible victoria en la segunda vuelta, los militares dieron un golpe de Estado, anularon el proceso electoral e ilegalizaron al FIS.

Si no hay comida cuando se tiene hambre, si no hay medicamentos cuando se está enfermo, si hay ignorancia y no se respetan los derechos elementales de las personas, la democracia es una cáscara vacía, aunque los ciudadanos voten y tengan parlamento. (Ushuaia, 1998)[19]
La democracia revolucionaria debe ser necesariamente una democracia fuerte, una democracia poderosa; debe estar llena de fuerzas, debe llenarse cada día de mayor fuerza, poder; no puede ser una democracia debilucha, lánguida, insulsa, ingenua.[20]
En general (a la democracia) se la usa para justificar las estructuras existentes de clase y poder: Ustedes son el pueblo y su soberanía consiste en tener elecciones cada cuatro o seis años. Y eso significa que nosotros, el gobierno, somos legítimos aún para los que no nos votaron. Hasta la próxima elección no es mucho lo que pueden hacer por sí mismos. Entretanto, nosotros os gobernamos porque representamos al pueblo y lo que hacemos es para bien de la nación... La esencia de la democracia es que el gobierno tiene que tomar en cuenta lo que el pueblo quiere y no quiere. No hay ningún mecanismo eficaz para hacerlo: el gobierno representativo no es muy eficaz. A veces funcionan mejor la prensa o los movimientos directos.[21]
En la actualidad la palabra democracia se ha convertido en un eslogan: quien nos gusta es democrático y a quien no nos gusta lo tachamos de antidemocrático. El pueblo palestino, en elecciones libres supervisadas por la ONU, eligió a Hamas para que lo gobernara. Pero Occidente rechazó ese resultado y alegó que era antidemocrático. En Egipto, Mubarak gana las elecciones con el 99,9% de los votos y es obvio que no es democrático, pero dado que es pro norteamericano, nadie dice nada. La democracia es algo muy valioso, pero, por desgracia, en nuestros días se ha convertido en una prostituta. Lamento decirlo, pero es así. Si entendemos la democracia como la participación libre de la gente en su propia vida, creo que es algo que todos los seres humanos desean. No es que a los españoles y a los ingleses les guste y que los birmanos la odien. Eso es una estupidez. Pero para que las instituciones democráticas crezcan, deben hacerlo desde el interior de una sociedad.[22]
No se debe confundir el origen democrático de un régimen con el funcionamiento democrático del Estado. Hay en nuestra región gobiernos que se valen de los resultados electorales para justificar su deseo de restringir libertades individuales y perseguir a sus adversarios. Se valen de un mecanismo democrático, para subvertir las bases de la democracia. Un verdadero demócrata, si no tiene oposición, debe crearla. Demuestra su éxito en los frutos de su trabajo, y no en el producto de sus represalias. Demuestra su poder abriendo hospitales, caminos y universidades, y no coartando la libertad de opinión y expresión. Un verdadero demócrata demuestra su energía combatiendo la pobreza, la ignorancia y la inseguridad ciudadana y no imperios extranjeros, conspiraciones secretas e invasiones imaginarias.[23]

Notas[editar]

  1. La frase Nuestra Constitución... se llama democracia, porque el poder no está en manos de unos pocos sino de la mayoría, hubiera sido incluida en el preámbulo de la Constitución europea tal como se preveía en uno de los proyectos, que no llegó a entrar en vigor.Comentario de Benigno Pendás. Comentario de Santiago Petchen
  2. Platón (1892). http://oll.libertyfund.org/?option=com_staticxt&staticfile=show.php%3Ftitle=768&chapter=93842&layout=html&Itemid=27 |urlcapítulo= sin título (ayuda). Statesman. Plato, Dialogues, Parmenides, Theaetetus, Sophist, Statesman, Philebus 4. Oxford University Press. «There are three chief forms of government; monarchy, the rule of the few, and democracy; these expand into five by the division of monarchy into royalty and tyranny, and of the government of the few into aristocracy and oligarchy (291).(...)
    Str.: Is not the third form of government the rule of the multitude, which is called by the name of democracy? Y. Soc.: Certainly (291).(...)
    Democracy is the best of lawless and the worst of lawful governments (303).»
     
  3. VII, 1. Citado en García Gual, Utopía y democracia, en Aristóteles, el padre de la ciencia, Historia National Geographic, nº 95, noviembre de 2011, pg. 58.
  4. Tratado del gobierno de los príncipes del angélico Tomás de Aquino, edición castellana de 1786, pg. 4.
  5. De Rege, libro I, capítulo V.
  6. Lobrano, Giovanni. Modelo latino y constitucionalismos modernos. Pág. 49. Tomado por él de A.Hamilton, J.Jay y J. Madison, Il Federalista, traducción italiana de B.M. Tedeschini, Pisa, 1955.
  7. Frase atribuída a la multitud durante la Revolución de Mayo de 1810, en Buenos Aires.
  8. La concepción acerca de la Democracia que tenía Simón Bolívar, por Juan Martorano Castillo, Cátedra Simón Bolívar
  9. Cap. 9.
  10. Vol. II, Sección 4, Capítulo VI: Qué tipo de despotismo democrático debemos temer.
  11. Capitulo Uno, Método seguido en esta obra | Esbozo de revolución.
  12. Texto accesible en Open Library
  13. La famosa frase de Churchill sobre democracia suele ser difundida con diferentes variantes. La frase textual es: «Democracy is the worst form of government, except for all those other forms that have been tried from time to time». Corresponde a un discurso en la Casa de los Comunes pronunciado el 11 de noviembre de 1947.
  14. Dep. B.38.116-76 ISBN 84-7080-976-8
  15. "The Supreme Court: One-Man, One-Vote, Locally". Time. 4 de diciembre de 1968. Fuente citada en en:One man, one vote
  16. "Baker Institute - Ambassador Djerejian - Biography". September 2004. Fuente citada en en:Edward Djerejian.
  17. Politica exterior, vol. 20, Prensa Española, 2006, ns. 112-114, pg 67. Véase también en:one man, one vote
  18. Reseña periodística del discurso pronunciado en la Cumbre del Mercosur en Ushuaia, julio de 1998.
  19. Chávez, Hugo (enero de 2006). «La democracia poderosa y el liderazgo». Venezuela: Ministerio para el Poder Popular para la Comunicación y la Información. Consultado el 26 de febrero de 2010. 
  20. Eric Hobsbawm, "La historia del siglo" entrevista para el suplemento de cultura "Revista Ñ" del diario Clarín, edición sábado 9 de junio de 2007.
  21. Elisabetta Piqué (16 de enero de 2008). «Los intelectuales del mundo y La Nación. 'La democracia es muy valiosa, pero se convirtió en prostituta'. Lo afirma el profesor iraní Hossein Nasr». Buenos Aires: La Nación. Consultado el 26 de febrero de 2010. 
  22. Que cada palo aguante su vela. Discurso ante la Cumbre de la Unidad de América Latina y el Caribe (Cancún, México, 22 de febrero de 2010). Óscar Arias es presidente de Costa Rica y premio Nobel de la Paz.