Esencia

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En filosofía, la esencia de una cosa es aquello invariable y permanente que constituye su naturaleza. Preguntar qué es un ente cualquiera es preguntar por la esencia de dicho ente.[1]

Etimología[editar]

La palabra esencia viene del latín essentia, que es un calco del griego οὐσία (ousía).[2]​ Οὐσία es un sustantivo verbal derivado del verbo εἶναι (eïnai), el cual significa «ser». De la misma manera, essentia deriva del verbo latino esse, que también significa «ser».[3]

Significados.[editar]

Essentia en la filosofía tradicional se ha interpretado como sustancia, con un doble sentido:

Lo que introduce las siguientes correlaciones:

QUE ES; QUE EXISTE LO QUE ES; QUE TIENE ENTIDAD
Realidad Como Sustancia primera Como Esencia (sustancia segunda)
Discurso Designación de la entidad del individuo que es el sujeto lógico del discurso. (Nombre propio o demostrativo) Predicados que definen la identidad lógica y propiedades como especie o clase natural; predicados aplicables tanto al individuo como a la clase natural como género, especie o conjunto de individuos. (Nombre común, cualidades definitorias o notas que permiten reconocer la cosa)

En lógica de primer orden el discurso es respecto al conocimiento de los hechos de experiencia mediante la designación de los individuos conocidos.

En lógica de segundo orden el discurso es respecto al conocimiento de lo real como realidad, es decir el discurso científico que considera como objeto de su estudio la esencia o propiedad, o conjunto de propiedades que define una clase natural.[4]

En la filosofía tradicional la esencia ha sido considerada como la propia e indisoluble identidad de las cosas frente a la apariencia fenoménica de la experiencia, lo que situaba a la esencia en una realidad metafísica.

Actualmente, no se considera la metafísica dentro del ámbito de la ciencia. Lo real de las esencias deviene solamente objeto de especulación, como tendencia al esencialismo. Así pues definimos:

La esencia es la propiedad, o conjunto de propiedades, que constituyen a una clase natural o a un individuo.

La ciencia considera las propiedades que se manifiestan en la experiencia o experiencia posible, como predicados de un conjunto de individuos que tienen dicha propiedad en común; es decir una clase lógica. De este modo el objeto de estudio adquiere una dimensión universal referida a un universo de posibilidades en el mundo, siendo el sujeto gramatical de su discurso la propiedad, o conjunto de propiedades que pretende significar, de forma directa o de forma derivada, una clase natural.[5]

Las esencias estructuran una línea dentro del universo posible.[cita requerida]

Cada ciencia por ello distingue su objeto material y su objeto formal.[6]​ El avance teórico, la reflexión sobre lo general como modelo, exige la comprobación en lo concreto y material en el experimento o en las inferencias materiales que puedan deducirse de la teoría.[7]

La esencia en la filosofía de la antigüedad clásica[editar]

Sustancia, predicados, categorías y predicables[editar]

Platón consideró la "esencia" según el segundo sentido señalado en la introducción, como ίδέα (idea) o forma eterna e inmutable de las cosas materiales y sensibles con un sentido metafísico, realista y trascendente.

Considera las ideas como esencias separadas, verdadera realidad que es. Las ideas son modelos de las cosas materiales y éstas únicamente son por participación y no constituyen verdadero ser.[8]

El verdadero introductor de la esencia en la doble dimensión señalada anteriormente es Aristóteles.

Aristóteles utiliza dos expresiones para el concepto de esencia: ούσία (Cat., 5, 2 a 11 y ss.) y τό τί ἧν εἴναι (Met., Z 7, 1032b 1-2)

Por otro lado dice:

Al significar lo que algo es, se significa ora la sustancia, ora la cualidad, ora una de las demás categorías. Cuando en presencia de un hombre se dice que lo que hay delante es un hombre o un animal, se indica lo que es, y se significa una sustancia. Pero cuando ante un color blanco se dice que es blanco o es un color se indica que se trata de una cualidad... Y lo mismo sucede con las demás categorías: para cada una de las nociones señaladas, si se afirma género se expresa la esencia. Por el contrario cuando se afirma algo sobre otra cosa que la cosa misma portadora de la afirmación, no se expresa la esencia sino la cantidad o la cualidad o una de las demás categorías.
Aristóteles, Top., I, 9, 103b 27 y ss.

Lo que se suele interpretar de la siguiente forma:

  • ούσία: sustancia primera, lo que realmente existe, lo real, aquello que únicamente puede realizar la función de sujeto.
  • τό τί ἧν εἴναι: traducido al latín como “quod quid erat esse”; en español: “lo que era antes de haber sido” y que, conceptualmente, en latín es la “quiddidad” y en castellano el qué: respuesta conceptual a la pregunta fundamental ¿qué es esto?. Y cuyo sentido se determina en el texto anteriormente citado, es decir lo que se significa mediante predicados.


Aristóteles, a diferencia de Platón, parte del hecho de la existencia de la sustancia primera (ούσία), que es la sustancia propiamente dicha.

Mientras la sustancia primera (sujeto de todos sus predicados) permanece en la existencia a través de los cambios (como desarrollo de su forma sustancial) permanece su identidad como 'sustancia segunda (sus predicados esenciales, su esencia).

Esta identidad son predicados que están indefectiblemente unidos a la sustancia primera en su devenir existencial. Y son:

que constituyen por eso la definición de lo que un individuo es.

Aristóteles considera el όρος o definición como κατηγορούμενα; uno de los predicables que lo define como predicado convertible con el sujeto de forma esencial.

  • ANTONIO = Sustancia primera. No puede ser más que sujeto de predicados y nunca predicado de otra cosa. A falta de nombre propio es "esto".
  • ¿Qué es "esto"-ANTONIO? = ANTONIO es un humano. Humano = predicado que significa la especie y es la ESENCIA DE ANTONIO que le constituye como humano.
  • ¿Qué es un humano? = Animal (género) + racional (diferencia específica). La definición por predicados esenciales.
    * También puede definirse por la propiedad, puesto que es un predicado que puede reciprocicarse con la sustancia. Humano = animal que ríe; pues la risa es una propiedad exclusiva del humano.

Pero el hecho de considerar la esencia como predicado genera un cierto problema de interpretación:

  • Los predicados esenciales no individualizan la predicación, sino que expresan lo esencial de un género o especie. Si afirmo: “Antonio es un humano”, esa misma afirmación la puedo hacer de Pedro, Juan o María.
  • Los predicados no esenciales, como accidentes, se aplican a un sujeto conocido como individuo en la experiencia cambiante. Si afirmo: “Antonio está gordo” predico algo que pertenece solo a Antonio mientras dure dicha situación, puesto que es un predicado accidental.

De aquí que el sentido del concepto de esencia depende a veces de la predominancia en uno u otro aspecto de la doble dimensión señalada en el concepto. Si ponemos el acento en lo que es como esencia, ponemos el acento en la comprensión lógica, con el peligro de hacer lo universal, el concepto, como si fuera algo real, con valor metafísico.

Si ponemos el acento en el individuo existente conocemos las propiedades sensibles con las que se manifiesta el individuo como apariencia; pero siempre queda en el aire el fundamento que lo constituye como género y especie, puesto que no son propiedades sensibles.[9]

Para Aristóteles tal problema no existe puesto que el entendimiento agente es intuitivo de la esencia a partir de un proceso de abstracción lógica y el concepto puede ser expresado en términos mediante el uso de una lengua.[10]

La esencia en la Edad Media[editar]

La tradición neoplatónica del cristianismo subrayó el sentido platónico primitivo, pues las esencias se constituían como ideas subsistentes en la mente divina principios de la Creación conforme al plan de su Divina Providencia, manteniendo de esta manera su sentido metafísico.

Pero en Latín ούσία se tradujo mediante el término hipóstasis como sustancia primera. Y la sustancia segunda se tradujo como essentia derivándola del infinitivo del verbo esse que también tiene el sentido de existir. Así San Agustín, De Trin., V ii, 3 : Esencia se dice de aquello que es ser (ab eo quod est esse dicta est essentia). Lo mismo que sapientia que proviene de sapere y scientia de scire.

Mediante esta traducción se puede confundir entonces el ser, ESSE (de la sustancia primera) y el ESSE (de la sustancia segunda) como proviniendo ambos sentidos del mismo principio.

De este modo los cristianos al considerar a Dios principio absoluto:

  • En el hecho del existir (creación de la nada)
  • En la constitución del contenido como forma de la esencia

corresponde a Dios todo el fundamento de uno y otro sentido como Ser que Es; ideal que fundamenta la creencia en el Dios Creador cristiano .

Boecio, en su intento de recuperar el pensamiento de Aristóteles y sintetizarlo con la tradición platónica cristiana, considerará la esencia como forma y como natura. Forma en cuanto puede ser objeto del entendimiento y por tanto objeto de definición. Natura en cuanto constituye al ser como principio causal de la creación.[1]​ Lo que da origen a la problemática posterior sobre la esencia en los siglos siguientes.[11]

Ser posible (ser de esencia)- Acto de ser (existencia)[editar]

La reintroducción del pensamiento de Aristóteles en occidente a través de los árabes, siglo XI, abre nuevas perspectivas y plantea diversos problemas:

La utilización del término esencia, a partir del infinitivo latino “esse”, tal como introdujo San Agustín, suscita diversos problemas al aplicar dicho concepto a Dios. Pues Dios no puede considerarse como una cosa más y sin embargo es más existente que todas las demás cosas. Esto adquiere especial relevancia al recuperar el pensamiento aristotélico a partir del siglo XI.

Para algunos medievales, junto con el esse infinito perfecto de la idea del Ser platónico, existir es ante todo el esse, entendido como “actualidad”, subsistens, . En Dios se mezclan los dos sentidos en un solo y único término lingüístico.[12]

El problema de la esencia no es simple. Los escolásticos la trataron con mucho detalle, pues consideraron la esencia en tres modos posibles: en la cosa, en el concepto y en sí misma valorándose de una u otra forma según se subrayara un aspecto u otro de la cuestión.[1]

  • Avicena consideró que la existencia (esse) era un accidente de la esencia (quidditas) para los seres creados. La existencia remite entonces a una esencia posible, a diferencia de la esencia necesaria que es Dios.
  • San Anselmo construyó el famoso argumento ontológico que tanta influencia ha tenido en el racionalismo considerando que en Dios la esencia incluye la existencia como una propiedad más, una perfección.
  • Averroes consideró que no había distinción alguna entre esencia y existencia.
Dios y la Creación en la Filosofía cristiana
  • Alejandro de Hales no admitió una distinción real entre esencia y existencia sino únicamente una distinción de razón.
  • Enrique de Gante consideró una distinción intencional.

Será Santo Tomás quien aplicando un esquema analógico al aristotélico de potencia-acto, sintetizará la cuestión en la distinción real entre ser de esencia y ser de existencia, rechazando el argumento ontológico de San Anselmo.

Para Santo Tomás la distinción real entre esencia y existencia en los entes creados no significa que la existencia sea un mero accidente de la esencia. La existencia puede proceder de una causa eficiente trascendente a la esencia (Dios Creador, en quien esencia y existencia coinciden) y no ser un “agregado” o accidente de la esencia, sino un acto de la esencia a partir de su ser en potencia como posible.[1]

Tal es el sentido de la “creación” del mundo a partir de las esencias como ideas divinas (Divina Providencia) y de las existencias como sustancias individuales en el mundo sensible y material como movimiento por la acción de las causas. Lo que hace posible argumentar la existencia de Dios a partir de la existencia de las criaturas, como IPSUM ESSE SUBSISTENS.[13]

Tal es el acierto de la síntesis tomista entre la tradición neoplatónica cristiana y el aristotelismo incorporado a la filosofía occidental a partir del siglo XIII.

Los universales y lo individual[editar]

Un nuevo enfoque aparece en esta problemática con el pensamiento de Duns Scoto y el pensamiento de la orden franciscana en oposición al tomismo de los dominicos. El problema de la individuación.

Para Duns Scoto lo individual es una entidad positiva, y por tanto ha de tener una haecceitas, como algo esencial, que lo constituya como individuo con respecto a lo universal de la especie. Pues el conocimiento perfecto es el conocimiento de lo individual.

Con ello se inicia un proceso de valoración del conocimiento singular, y por tanto de la experiencia, que va a tener enorme importancia en la evolución del pensamiento hacia la Edad Moderna, al poner en cuestión la supervaloración de lo universal de toda la tradición platónico-aristotélica renovada con el tomismo.[14]

Lo universal, que se predica de todos los individuos que tienen en sí la misma forma, se predica de cada uno de los seres que pertenecen al mismo género y especie o tienen la misma forma accidental, lo que se expresa mediante los universales.

El juicio aristotélico, y la filosofía tradicional así lo entendía, es verdadero porque manifiesta lo que «es» el sujeto en su verdadera realidad mediante la predicación del universal como concepto lógico.[15]​ Por eso el juicio es categórico, y los razonamientos, bajo la forma del silogismo, es un razonamiento categórico.

Pero en la Universidad de París, se hará problema de conceder a los conceptos un grado de realidad. Los nominalistas considerarán que los conceptos no son más que nombres que designan las cosas, ya que el conocimiento es ante todo del singular, de lo que se da en la experiencia.

Problema de la oposición: Lo universal (concepto-esencia) frente a lo particular (individuo-existencia).

El padre Suárez, ya en el siglo XVI, examina con detalle el problema de la esencia:[16]

  • Considera que la existencia no puede ser distinta de la esencia porque tendríamos un modo de ser en la cosa (como esencia) que no le pertenece por su propia naturaleza.
  • Si de lo que se trata es de la diferencia entre el hecho de ser ente posible como esencia y ser actual existente, entonces la distinción puede ser real.
  • Pero como, de hecho, se trata de una esencia y una existencia actuales conjuntamente como sustancia primera existente individual, la distinción no puede ser real sino de razón. Distinctio rationis cum fundamento in re, fórmula con la que ha pasado a la doctrina tradicional escolástica.

La esencia en la filosofía de la Edad Moderna[editar]

Con Descartes la reflexión filosófica deviene sobre planteamientos completamente diferentes.

En la filosofía tradicional el origen y fundamento se busca en el “objeto de conocimiento”, y el fundamento se encuentra en lo real, designado como “ser” y comprendido como “realidad”. Ahora el origen y fundamento de la reflexión es la reflexión misma en la conciencia, el pensamiento.[17]

Ahora el objeto:

  • Se concibe como realidad a partir del propio pensamiento[18]
  • Como sustancia se comprende de igual forma que en la filosofía tradicional; pero su realidad es considerada, en principio, como mero objeto de experiencia subjetiva.[19]

De este modo la sustancia, como sustancia primera, es concebida de dos modos:

  • Racionalistas:. Como idea cuyo concepto es: “Aquello que no necesita de otra cosa para existir”.[20]
  • Empiristas. Como idea cuyo concepto es: “Idea que resulta de la asociación de otras ideas simples como predicados de ella”.

Y la esencia, como sustancia segunda es concebida como posibilidad de existir, de tres formas diferentes:

1.- Como posibilidad intrínseca, en cuyo caso:
1.1. o bien la posibilidad de existencia se realiza mediante un principio de razón suficiente en un mundo de composibilidad basado en la identidad de las sustancias.
Decir que ciertas esencias tienen una inclinación a existir y otras no, es decir algo sin razón, pues la existencia parece estar universalmente relacionada con cada esencia del mismo modo.
1.2. o bien es una posibilidad intrínseca y necesaria de una y única realidad de identidad de existencia y esencia. Por ello el orden y conexión de las ideas se corresponde con el orden y conexión de las cosas. Dios es sive Deus sive Natura, porque no hay más que una y única sustancia existente, conforme a la noción de sustancia establecida por Descartes.
Pertenece a la esencia de alguna cosa aquello que, siendo dado, pone necesariamente la cosa y que, no siendo dado, la destruye necesariamente, o aquello sin lo cual la cosa no puede ser ni ser concebida
Spinoza, Eth. II, def. ii.[1]
2.- Como posibilidad extrínseca: Mera asociación de predicados conocidos en la experiencia y unidos en una idea compleja según unas determinadas leyes objetivas (humanas) de asociación, o Psicologismo que, mediante el hábito y la costumbre, las unimos como sustancias. Locke, Hume. En realidad lo que se entiende como sustancia no es más que un nombre de lenguaje, Hobbes.[1]
El mundo es una máquina que se rige por leyes necesarias y mecánicas

Sustancia y atributos y modos[editar]

En la Edad Moderna pues se considera una distinción:[1]

  • Esencia nominal: expresión que predica algo de algo.
  • Esencia real: verdadera realidad intrínseca (cognosicible o incognoscible) de una cosa.

Pero de hecho la esencia real sólo es enunciable por medio de la primera. Por ello la lógica de Port Royal hará una distinción entre atributos y modos en cuanto a los predicados.

En el dominio del conocimiento, esta distinción significa que la esencia es la condición de posibilidad de la definición y del concepto, pues lo que es una cosa es para ella necesario e idéntico a sí mismo.[21]

Para los racionalistas la necesidad es el objeto del discurso científico, porque el objeto de la ciencia es la esencia que identifica.

Para los empiristas la sustancia y la esencia no es sino una idea compleja por asociación en el sentido de esencia nominal. No es posible un conocimiento universal y necesario.

Categorías y Esquemas y Principios[editar]

El intento de síntesis kantiana entre racionalismo y empirismo acaba siendo un límite para el conocimiento, que queda de esta forma restringido al ámbito de lo fenoménico. Lo real. como noúmeno, solo puede ser pensado, no conocido.

Las categorías para que puedan ser aplicadas al objeto como conocimiento en cuanto tal, necesitan de una síntesis entre los datos de la experiencia sensible y algo que sea homogéneo con la propia categoría. Tal función es realizada mediante los esquematismos y los principios del entendimiento.

Llamaremos a esa condición formal y pura de la sensibilidad, a la que se halla restringido el uso de los conceptos del entendimiento, esquema de esos conceptos y denominaremos esquematismo del entendimiento puro al procedimiento seguido por el entendimiento con tales esquemas.
Kant. op. cit. pp. 183-184

Tales esquematismos hacen posible la consideración del objeto como:

Esquema Objeto como
De la cantidad Número
De la realidad Quantum
De la sustancia Substratum
De la causa Sucesión de lo diverso
De la comunidad Interacción entre sustancias
De la posibilidad Determinación de algo en el tiempo
De la realidad Existencia en un tiempo determinado
De la necesidad Existencia en todo tiempo de un objeto
La tabla de las categorías nos lleva con la mayor naturalidad a la tabla de los principios, ya que ésta no es otra cosa que las reglas del uso objetivo de aquéllas.
Kant. op. cit. p.198

Para que sea posible la experiencia y sea posible la expresión de la múltiple diversidad de la experiencia sensible en un juicio sintético a priori, el entendimiento posee unos principios a priori de la posibilidad de la experiencia:

  • Analogías de la experiencia:
    • Permanencia de la sustancia a través del cambio
    • Ley de causa-efecto reguladora del cambio
    • Acción recíproca en la simultaneidad de las sustancias

Lo que permite el conocimiento del objeto como sujeto permanente de sus predicados y sus relaciones con lo demás como sustancia, si bien esta únicamente encuentra su referencia en los límites de la experiencia posible según

  • Los postulados del pensar empírico:
    • Lo que concuerda con las condiciones formales de la experiencia es POSIBLE
    • Lo que está en interdependencia con las condiciones materiales de la experiencia es REAL
    • Lo determinado por las condiciones universales de la experiencia es NECESARIO

En última instancia la sustancia como objeto y su esencia como concepto y su expresión de predicados en juicios, queda reducida a la síntesis del contenido material de las intuiciones sensibles de la experiencia, elaborada por el entendimiento conforme a sus intuiciones puras de espacio y tiempo, sus esquematismos y la aplicación de sus conceptos puros o categorías conforme a sus propios principios.[22]

Momento del Absoluto[editar]

El pensamiento kantiano es una frustrada síntesis entre el racionalismo y el empirismo que deja fuera del conocimiento lo real; no es posible la metafísica.

La ούσία como sustancia, y τό τί ἧν εἴναι como esencia, que han llenado el pensamiento tradicional como objeto del conocimiento de lo real, es ahora únicamente “realidad conocida, o pensada”, pero su relación con lo real queda fuera del ámbito del conocimiento y reservada únicamente al ámbito de la especulación como postulado de la Razón, como noúmeno.

Kant viene a consolidar la ruptura entre el orden físico de la naturaleza sensible y el orden del alma, del espíritu, como autoconciencia que representa el pensamiento moderno de Descartes y el triunfo de la Física como ciencia.[23]

El Universo como proceso

La escisión Naturaleza-Espíritu, entendido este último como auto-conciencia, como capacidad de “ser para sí”, (que se manifiesta en la raíz indudable del pensamiento cartesiano: “pienso, luego existo”), establece sin duda alguna la primacía del espíritu en los diversos idealismos.[24]

Hegel lleva a cabo la ingente tarea de mostrar una síntesis entre la oposición naturaleza-espíritu; sujeto-objeto; yo (conciencia)-mundo; experiencia-ciencia; necesidad-libertad.[25]

Superación de todas las oposiciones en la unidad del Absoluto. Absoluto que es Naturaleza-y-Espíritu, una unidad donde se manifiesta la Verdad Absoluta como Sistema.[26]

Y en el sistema la esencia ocupa una función capital: La esencia es la verdad del ser.[27]

La esencia no consiste en algo negativo (que no-es pero es posible, es decir como algo exterior al ser), sino como lo que hace posible el movimiento propio, infinito, del ser. La esencia es el lugar intermedio entre el ser y el concepto.[28]

La mediación del Ser y el concepto como verdad y resultado es la esencia. La esencia, a su vez, dialécticamente, se desarrolla en tres fases:[1]

  • Aparece en sí como reflexión y es esencia simple en sí, como determinación del ser.
  • Como esencia que emerge a la existencia, como ser posible.
  • Esencia que forma unidad con su aparición, como realidad.

En este momento la esencia, dice Hegel, antes de pasar al concepto, es realidad, como actualidad.[1]

Según lo consideraremos más adelante, la verdadera conclusión, que procede de un ser finito y accidental hacia una esencia absolutamente necesaria, no consiste en concluir en este ser absolutamente necesario, partiendo de un ser finito y accidental como de un ser que se halle en la base y permanezca allí, sino que (lo que se halla también directamente en la accidentalidad) consiste en concluir en este absolutamente necesario partiendo de un ser solamente caduco, que se contradice en sí mismo...[29]​ /... En la acostumbrada manera de silogizar,[30]​ el ser de lo finito aparece como el fundamento de lo absoluto;[31]​ por el hecho de que existe un finito, existe lo absoluto. Sin embargo, la verdad es ésta: que precisamente porque lo finito es la oposición que se contradice en sí misma, es decir, porque él no existe por esto lo absoluto existe. En el primer sentido la conclusión del silogismo suena así: el ser de lo finito es el ser de lo absoluto; pero en este segundo sentido suena así: el no-ser de lo finito es el ser de lo absoluto.
Hegel. La ciencia de la lógica. Trad. de A. y R. Mondolfo, Buenos Aires. Solar, 1969, p. 72-77. Citado por Clemente Fernández. Los filósofos modernos. II. 1970. Madrid. BAC

Ontologismo[editar]

Una nueva fundamentación de las esencias, como restauración del catolicismo frente al empirismo e idealismos del XIX, es el intento de Rosmini.

El principio del que se parte es de la “esencia del ser” como forma del pensamiento que hace posible el conocimiento: El hombre piensa el ser de un modo universal (Nuovo saggio, Ed. Castelli, § 399)[32]​ de modo que nacemos con la presencia y con la visión del ser posible (§ 468).[33]

De esta forma, considera Rosmini, que el mundo se hace inteligible. Pero lo inteligible no es sólo aquello con lo cual algo se conoce, sino aquello que hay, que existe. Por ello son posibles las aplicaciones de la idea del ser como esencias a lo real (§ 1137 y ss.).

Las esencias no son una hipóstasis de lo sensible, pero constituyen el verdadero mundo objetivo humano, y el pensamiento lo aplica a lo real, no de forma psicológica (como en el empirismo) ni constructiva (como en el idealismo) sino “naturalmente”. De esta forma el mundo es objetivo e inteligible.(§ 1226).

Esta dialéctica de lo inteligible hace posible el elevarse hacia el ser infinito como esencia, que en último término conduce a un conocimiento a priori de Dios.

El ser necesario-lógico se identifica pues con el ser necesario-subsistente de manera que no hay más que una necesidad única, lógico-metafísica, que está a la vez en la mente y en sí misma. (§ 1461).

No obstante este intento de restauración fundamental del catolicismo no fue aceptado por la iglesia que rechazó estas ideas por “ontologismo”.

La esencia en el pensamiento contemporáneo[editar]

Superado el idealismo del siglo XIX y consolidado el valor de la verdad científica por vía de los hechos en el dominio de la naturaleza, el pensamiento contemporáneo, parte del hecho de la experiencia en sí misma como fenómeno y del carácter intencional de la conciencia.

Se concluye de modo general que no es posible un conocimiento directo sino interpretativo y por medio del lenguaje como segundo sistema de señales. El concepto de verdad es, lógicamente considerado, como una aplicación metalingüística.

Por ello la dimensión filosófica de la esencia, como identidad, no tiene la importancia que ha tenido a lo largo de la historia. Su contenido significativo es sustituido por términos como la propiedad o notas.

El conocimiento de la verdad no es concebido como verdad absoluta y definitiva sino verdad parcialmente definida mediante el establecimiento ordenado y sistemático del conocimiento de propiedades y elaboración y formulación de las nociones como conceptos y teorías científicas.

Idealidades de significación[editar]

George Santayana considera el mundo de las esencias como un mundo platónico sin hipóstasis, es decir sin la condición de la sustancia; un mundo con realidad de significación; un mundo que no responde a realidades metafísicas, ni a conceptos. sino a la peculiaridad del mundo en cuanto ser conocido y en su condición de posibilidad como mundo inteligible;[34]​ en relación con la cultura.[1]

Santayana no pretende encontrar ni fundamentar una verdad absoluta, sino una verdad basada en un sistema específico, sea éste la ciencia, la religión o la filosofía.

No obstante señala el primado de la ciencia en su sentido más cercano a la tradición materialista y empirista sajona.

Santayana se sitúa en un sistema prelógico de lo real, anterior a cualquier postura afirmativa ante el mundo, libre de todo prejuicio desde donde construir un sistema.[35]​ Un sistema que no será ni realista ni idealista sino un conjunto de verdades parciales articuladas en un sistema orgánico no absoluto ni dogmático; un materialismo que no excluye el espíritu ni el mundo ideal sino que los hace consistentes mediante la acción y el progreso de la ciencia.

Il mio Universo. Andrea Benetti

Las esencias no se sobreponen al mundo de la materia como un mundo ontológico anterior al otro. Las esencias comprenden tanto las formas sensibles como intelectuales y constituyen un lenguaje que enuncia algo acerca de lo que es y que expresa una experiencia de lo real.

La prioridad de la esencia sobre la existencia, dice, conduce al idealismo, pero la ignorancia de la esencia conduce a un universo como conjuntos de existencias desarticuladas y sin jerarquía de un orden.

La ciencia, que parece fundamentarse en el materialismo sin esencia, es la demostración más clara de la demostración de las esencias, pues es lo que hace posible la previsión de los hechos de la experiencia en el reino del ser, en la medida en que encuentra significados que muestran lo que son las cosas.[36]

Fenomenología[editar]

Husserl considera que las esencias ni son realidades metafísicas ni conceptos ni actividades mentales, sino unidades ideales de significación que se dan en la conciencia intencional cuando esta intenta describir lo dado fenomenológicamente.

No son hechos pues éstos son temporales y a posteriori, mientras que las esencias son intemporales y a priori. Son concretas y no abstractas, son idealidades, no realidades.

Pueden ser:

  • Formales: No tienen contenido y valen para todos los objetos tanto ideales como reales. Pertenecen a lo formal y ontológico.
  • Materiales: tienen un contenido limitado, o campo de aplicación. Su aplicación es sintética, pero no son concreciones de lo formal-ontológico, sino generadoras de verdades regionales.

La diferencia entre esencias formales y materiales no consiste en su naturaleza sino en el campo de su aplicación.

Las ciencias pueden ser de esencias o eidéticas que no se fundan en la experiencia: la lógica pura; la matemática pura; la teoría pura del tiempo y del espacio y el movimiento.

Las demás son ciencias fácticas. que se fundan en las eidéticas.[1]

Existencialismo[editar]

Especial relevancia ha tenido el existencialismo como desarrollo del análisis fenomenológico de la conciencia.

  • El dato inicial de la reflexión filosófica no es el yo pensante cartesiano ni el Espíritu hegeliano, sino que es el individuo existente y su acción en el mundo.
  • Se niega la idea hegeliana de que los diferentes intereses puedan ser satisfechos mediante la integración en el todo o en la comprensión objetiva y totalizadora del universo.
  • Por el contrario esa integración corresponde a una acción ética individual.
  • Se reconoce que nuestras percepciones subjetivas son manifestación de nuestra situación objetiva en el mundo en lo teórico.
  • Pero las cuestiones éticas de nuestra conciencia moral no pueden ser subsumidas en una perspectiva deliberativa de tipo general porque nacen y constituyen al individuo en su libertad.
  • Cada conciencia individual es única en su situación y se construye su propia esencia mediante las decisiones que le hacen auténtico, esta última opinión es la sostenida por Jean-Paul Sartre quien considera que un objeto carente de conciencia coincide en su existencia con su esencia, en cambio en un ser con conciencia no está ya resuelto sino que su esencia es lo que él realiza ante y por, tal cual Sartre lo expresa en "El ser y la nada", una nada que es irrealizante (la nada puede ser solo una noción humana pero lo cierto es que la nada de todo ente es irrealizante ya que irrealiza a un ente previo para dar lugar o realizar a otro u otros entes que pueden ser más evolucionados). Ergo, para Sartre la nada en el humano es posterior a su existencia y el ser humano debe superarla.

Notas o propiedades / Verdades necesarias a posteriori[editar]

Las dificultades de la ciencia en el intento de poder encontrar los individuos elementales de la naturaleza,[37]​ centraron el interés de la filosofía en el análisis del lenguaje.

Esta filosofía intenta purificar y evitar las trampas del lenguaje y elimina prácticamente la dimensión metafísica de la reflexión filosófica. La esencia se interpreta ahora como la propiedad o conjunto de propiedades que constituyen a un individuo o definen a una clase natural.

Bertrand Russell[editar]

De conformidad con esta teoría, cuando veo una estrella, tres lugares intervienen: dos en el espacio físico y otro en mi espacio privado. Está el lugar donde se encuentra la estrella en el espacio físico; el lugar donde yo estoy, en el espacio físico, y el lugar donde está mi percepto, la estrella, entre mis otros perceptos. .../...Existe, como señalé antes, otro modo de agrupar sucesos en conjuntos. En él, en lugar de reunir todos los sucesos que son apariencias de una cosa, reunimos todos los sucesos que son apariencias en un lugar físico. Al conjunto de sucesos en un lugar físico lo denomino una "perspectiva"
Russell. La evolución de mi pensamiento filosófico. op. cit. pp. 110-111
A lo largo de toda la evolución de mi filosofía, desde que abandoné el monismo,[38]​ he conservado, a pesar de los cambios, ciertas creencias fundamentales que no sé como demostrar, pero que no puedo decidirme a dudar. La primera de ellas, que parece tan obvia que me avergonzaría mencionarla si no fuera por la circunstancia de que se ha defendido la opinión contraria, es que la "verdad" depende de cierta clase de relación con el "hecho". La segunda es que el universo está formado por muchas cosas relacionadas entre sí. La tercera es que la sintaxis -es decir, la estructura de las frases- debe tener cierta relación con la estructura de los hechos, al menos en aquellos aspectos de la sintaxis que son inevitables y no peculiares de este o de aquel idioma. Finalmente, existe un principio sobre el que me siento menos seguro, pero al que deseo adherirme, excepto cuando muy poderosas consideraciones me obligan a apartarme de él. Es el principio de que lo que puede decirse acerca de un complejo puede decirse sin mencionarlo, estableciendo sus partes y sus mutuas relaciones.
Russell. op. cit. p. 164-165

Sobre estos supuestos se considera que:

  • Existen cosas
  • Tales cosas tienen propiedades y relaciones con otras cosas
  • El lenguaje, debidamente purificado, es capaz de describir y expresar dichas propiedades y relaciones.[39]
  • El conocimiento es una perspectiva

"Sobre la esencia" de Xavier Zubiri[editar]

Uno de los últimos estudios sobre la esencia con sentido de filosofía primera con un conocimiento profundo de la filosofía tradicional escolástica con sentido realista, pero al mismo tiempo profundamente contemporáneo, es la obra de Xavier Zubiri Sobre la esencia”, 1962.

Tras destacar la insuficiencia de las teroías anteriores sobre la esencia:

  • La teoría de Aristóteles, como correlato real de la definición
  • La teoría de Leibniz como concepto objetivo
  • La teoría de Hegel como concepto formal
  • La teoría de Husserl como unidad ideal de significación

La esencia es considerada en cinco aspectos diferentes:[40]

  • Como momento de una cosa real
  • Como unidad primaria de sus notas
  • Como unidad intrínseca a la cosa misma
  • Como unidad en tanto que principio en que se fundan las demás notas (necesarias o no) de la cosa
  • Como verdad de la cosa o verdad de la realidad.

Para ello hay que:

  • Acotar el ámbito de lo esenciable o de las cosas esenciables
  • Indicar cuáles son las “cosas esenciadas”
  • Determinar en qué consiste formalmente la “esencia” de estas cosas

Para Zubiri:

  • El ámbito de lo esenciable son las cosas reales, no las cosas-sentido ni las significaciones.[41]
  • El ámbito de lo esenciado es la realidad simpliciter o la realidad verdadera.
  • La función de la esencia no es especificar la realidad sino estructurarla.[42]
  • No es una realidad dentro de la cosa sino que es la cosa misma en cuanto es real.
  • Se halla en realidades sustantivas de modo que la realidad esenciada es sustantiva.
  • Es un momento físico de la cosa, de la realidad sustantiva en cuanto tal.
  • Es un momento último de la sustantividad.
  • Posee un carácter entitativo individual y no es un “momento lógico”.
CONSTITUCIÓN DE OBJETOS POR LA PERCEPCIÓN DE SUS PROPIEDADES
Esferas iluminación Cyan.
Esferas iluminación Blanca.
Esferas iluminación Amarilla.
Esferas iluminación Azul.

Dado que la realidad sustantiva es un “sistema de notas constitucionales”, averiguar esas notas es averiguar cuál es el momento esencial del sistema de tales notas, por lo que Zubiri considera que la esencia es esencia de la sustantividad, no de la sustancia.[43]

Puede hablarse según Zubiri de esencias constitutivas (entitativas) y esencias quidditativas (definitorias) pero su diferencia no consiste en que unas sean realizaciones numéricas y las otras unidades comunes abstractas. La diferencia se produce dentro del mismo ejemplar numérico, pues las esencias quidditativas son, desde el punto de vista físico, momentos de las esencias constitutivas.[44]

Toda esencia constitutiva es entitativa y formalmente individual de modo que las diferencias individuales son siempre esenciales.[45]​ La esencia es un momento fundante de la sustantividad.[46]

Puesto que la esencia no es definición, ni correlato como significación, debe buscarse un modo de decir la esencia. Y este modo es la proposición esencial que no es definición metafísica ni la definición física. Es el lenguaje como constructo en el que se indican las notas esenciales como “notas de”.

La esencia es:

  • aquello por lo cual la realidad es tal (talidad)
  • y al mismo tiempo es real de modo trascendente (ente como realidad existente).

En el primer sentido es el cómo la cosa es construida como tal cosa. En el segundo es la cosa en cuanto de suyo, la esencia es la realidad.[47]

Hilary Putnam[editar]

Formado en el positivismo combate los postulados del mismo, considerando que no hay fundamento alguno privilegiado de nuestro conocimiento ni principio alguno de verificación fijado y determinado, ni aun siquiera los datos sensoriales. Su punto de partida funcionalista y computacional de los estados mentales ha sido rechazada por él mismo posteriormente.

En cambio sostiene que nuestras proposiciones, como creencias, no pueden ser estimadas como verdaderas o falsas individualmente consideradas, por lo que hay que considerarlas dentro de un “todo holista”.[48]

Pues el considerado sujeto y el considerado objeto de la filosofía tradicional pertenecen ambos al mismo sistema de realidad.

En resumidas cuentas, presentaré una perspectiva según la cual la mente no "copia" simplemente un mundo que sólo admita la descripción de la Teoría Verdadera. Pero, desde mi punto de vista, la mente no construye el mundo (ni siquiera en cuanto que estado sujeta a la constricción impuesta por "cánomes metodológicos" y "sense-data" independientes de la mente). Y si es que nos vemos obligados a utilizar lenguaje metafórico, dejemos que la metáfora sea ésta: la mente y el mundo construyen conjuntamente la mente y el mundo (o, haciendo la metáfora más hegeliana, el Universo construye el Universo- desempeñando nuestras mentes (colectivamente) un especial papel en la construcción.
Hilary Putnam. op. cit. p. 12-13

Las percepciones e interpretaciones de la realidad sobre las que construimos nuestras evidencias no nos permiten afirmar que una sea la verdadera y las demás "falsas", como suele considerar la conciencia no crítica o las explicaciones feroces.

No es posible una afirmación fundacional al tipo del realismo metafísico como si fuera un punto de vista desde la divinidad que nos permitiera una concepción del mundo y cualquier otra pretensión en este sentido, tipo positivista-relativista o realista-materialista.

Putnam propone un realismo interno como un continuo analítico-sintético, inducción-paradigma científico, como un sistema complejo, que habla del sistema real como mundo pero siempre dentro del marco de ciertos conceptos, conjuntos de creencias, compromisos, etc.[49]

Se trata de analizar estas posiciones, evitando posiciones extremas y abundando en puntos de vista libres de prejuicios, lo que conduce a posturas empiristas no radicales ni ortodoxas, pero apoyadas en estructuras conceptuales siempre en continua revisión.[50]

El realismo directo de Putnam, tiene como objetivo el estudio de la forma en que las personas experimentan el mundo. Su hipótesis de la realizabilidad múltiple considera que no podemos establecer la identidad mente-cuerpo, pues un dolor no es equivalente a estimulación de la fibra nerviosa X. Pero se puede admitir lo que él llama argumento de indispensabilidad, según el cual  se debe creer en una afirmación porque ello resulta indispensable para determinados fines.

De especial importancia son las descripciones científicas pues constituyen una descripción “válida” de propiedades del objeto como referencias fijas de la realidad (como descriptores fijos) y por tanto son verdades necesarias a posteriori. Las descripciones en la medida en que sean referentes fijos asumidos por la comunidad científica asumen un compromiso de verdad. De esta forma el H2O deviene un referente fijo como descripción válida de un realidad: el agua.[51]

No todas las estructuras conceptuales son "opinables" de la misma manera y consistencia y con el mismo valor de verdad. No cabe duda de que algunas son más acordes con una justificación racional que otras, es decir, "son más razonables". De la misma forma que otras son claramente "falsas". Pero todas representan evidencias con valores de verdad diferentes, según el contexto en el que se establece.

Saul Kripke[editar]

Saul Kripke ha realizado estudios sobre la semántica que le han llevado a una nueva noción de esencia así como a la reivindicación de un nuevo “esencialismo”.

Sobre la base de la lógica modal establece el concepto de designador rígido capaz de designar un objeto determinado en cualquier mundo posible.

Tales designadores rígidos son los nombres tanto propios como comunes, lo que le permite hacer una revisión de conceptos tales como identidad; propiedad; a priori-a posteriori; analítico-sintético; necesidad y posibilidad.

De esta forma piensa en un realismo de los conceptos esenciales, al estilo de las verdades necesarias a posterior, de tal forma que el propio lenguaje pueda ser portador de la verdad, sin necesidad de recurrir a un metalenguaje.[52]

Véase también[editar]

Referencias[editar]

  1. a b c d e f g h i j k l Ferrater Mora, op. cit. Entrada: Esencia
  2. Lewis, Charlton T.; Short, Charles (1879). «essentia». A Latin Dictionary (en inglés). Oxford: Clarendon Press. Consultado el 27 de abril de 2020. 
  3. García Yebra, Valentín (1998 [1982]). «Prólogo». Metafísica de Aristóteles (Segunda edición). Madrid: Gredos. pp. XXXII ss. ISBN 84-249-2176-3. 
  4. A veces en el uso del lenguaje ordinario confundimos el concepto genérico con individuos, sin tener en cuenta cuándo nos estamos refiriendo a individuos y cuándo a la clase lógica a la que pertenece dicho individuo. Lo que no pocas veces produce equívocos de interpretación. Véase individuo.
  5. Hoy se considera que la especie o el género, como clase lógica, puede ser definida por un conjunto de "ciertas propiedades" como verdad necesaria a posteriori, una vez sea admitida tal definición por la comunidad científica. Hilary Putnam, op. cit. Kripke, op. cit. Véase propiedad (lógica) y verdad
  6. El humano como clase natural es estudiado por muchas ciencias; pero cada una lo estudia según un “contenido formal” o propiedad diferente: la salud (medicina) y, dentro de la medicina, cada especialidad asume una propiedad específica: el sistema circulatorio, el sistema nervioso, el aparato digetivo etc. La Física estudia todos los objetos materiales en su generalidad, pero según una determinada propiedad toma una especialidad científica diferente: cinética, termodinámica, mecánica, mecánica de fluidos. Y cada vez más en propiedades más delimitadas (especialidades) en teorías contrapuestas mediante programas de investigación (Imre Lakatos) muy específicos.
  7. Véase Lógica empírica. Véase ciencia
  8. Platón. Pahedr., 65, 100, 249; Rep., VI, 508, 510; VII, 517, 523, 534; X, 597; Men, 81, 85; Parm., 131-5; Tim., 46-51; Soph., 254; etc.
  9. Efectivamente nunca hemos visto "un humano" ni "un gato"; siempre veremos un Antonio, un Juan o una María; o este gato, este otro gato y este otro gato y nunca podremos decir del género o de la especie que tiene color, ni tamaño ni forma que los hagan objetos de experiencia.
  10. Véase Silogismo, Lenguaje apofántico
  11. Magnífica exposición del pensamiento de Boecio sobre este tema en Gilson, E., La filosofía en la Edad Media, op. cit. pp.130 y ss.
  12. Etienne Gilson, op. cit. Cap. VII: "La influencia greco-árabe..."
  13. Las cinco vías de la demostración de la existencia de Dios, a partir de la existencia de las criaturas
  14. Hirschberger, op. cit. p. 430.
  15. Pues el sujeto lógico universal se fundamenta en la existencia de los individuos de donde se ha obtenido el concepto.
  16. Disputationes Metaphysicae. Disputatio XXXI
  17. El origen de toda reflexión encuentra su fundamento a partir de la experiencia y afirmación indudable del “pienso luego existo” de Descartes.
  18. Per substantiam nihil aliud intelligere possumus quam rem quae ita existit, ut nulla alia re indigeat ad existendum (Por sustancia no podemos entender otra cosa que aquella que existe de tal forma que no necesita de ninguna otra cosa para exisgtir) (Descartes, Principia philosophiae. I, 51), que, como realidad no pensada, se afirma como evidencia deducida a partir de la idea innata de Dios, donde encuentra su fundamento último, como pensaron los racionalistas.
  19. A partir de la cual sólo podemos considerar una realidad como hipótesis bien fundada en una expectativa de asociación de experiencias semejantes, según pensaron los empiristas.
  20. Obsérvese que si tomamos esta definición en sentido riguroso, (como hará más tarde Espinosa), no podría existir más sustancia que Dios cuyo concepto e identidad incluye su esencia y existencia; las demás sustancias, una vez que existen por las causas, por la Creación original y las acciones sucesivas de la serie causal mundana, tienen existencia propia en cuanto mantienen una identidad, como sujeto de sus predicados mientras están en la existencia y hasta que desaparecen también por la acción sucesiva de las causas de las que dependen.
  21. Lo que conducirá al ocasionalismo de Malebranche o al monismo de Spinoza y en general al ontologismo
  22. Agustín González. Kant, la filosofía crítica en Los filósofos y sus filosofías. op. cit. Vol. 2 pp. 355-388
  23. puesto que de un lado tengo idea clara y distinta de mí mismo, en tanto que soy solamente una cosa pensante y no extensa, y, de otro lado, tengo una idea distinta del cuerpo, en tanto que es sólo una cosa extensa y no pensante, es cierto que yo, es decir, mi alma, por la que soy lo que soy, es entera y verdaderamente distinta de mi cuerpo y que puede ser o existir sin él.
    DESCARTES, R. (1990), El tratado del hombre (traducción y comentarios de G. QUINTÁS), Alianza, Madrid. (6.ª meditación)
  24. Fichte, Schelling
  25. Hegel.Fenomenología del Espíritu. Prólogo
  26. Zubiri, (1963) op. cit. p. 231 y ss.
  27. Hegel. Logik, I, Libro II
  28. Hay que tener en cuenta que el Ser en su infinita indeterminación es la Nada. Hegel. Ciencia de la lógica. Libro I. La doctrina del ser.
  29. Puesto que la determinación por la esencia es el límite de lo "que es" (como realidad de esencia posible (idea) que aún no existe) frente a "todo lo que no es ella" (la esencia). Comentario como aclaración al texto.
  30. Referencia a todo el sentido de la filosofía tradicional. Comentario como aclaración al texto.
  31. Si existe algo, existe lo Necesario. Principio de razón suficiente. Comentario al texto
  32. Referencia en Ferrater Mora op. cit. Entrada Rosmini
  33. Innatismo que enlaza con toda la tradición racionalista, por más que Rosmini intentara desligarse de ella para recuperar la tradición escolástica
  34. Que otros autores considerarán bajo otros aspectos como noosfera, Vladimir Ivanovich Verdasky y Teilhard de Chardin; tercer mundo como será llamado posteriormente por Popper; o los memes de Richard Dawkins
  35. Una constante en el pensamiento contemporáneo, desde la fenomenología a la perspectiva del sistema complejo. Véase Evidencia (filosofía)
  36. Ferrater Mora, op. cit. p. 2029 y ss.
  37. La continua aparición de nuevas partículas-onda y sus anti-partículas; la convertibilidad materia-energía; junto con las paradojas lógicas y la imposibilidad de un sistema perfecto: consistente, decidible y completo, según el Teorema de Gödel
  38. Se refiere al idealismo hegeliano como discípulo de Francis H. Bradley
  39. El primer Wittgenstein dirá que «los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo» (Tractatus: § 5.6)
  40. Zubiri, Sobre la esencia. op. cit. p. 98
  41. Solo las cosas reales, entendidas en el sentido antes expuesto, pueden tener y tienen esencia. De las "cosas-sentido" hay concepto, pero no esencia. Ya vimos al hablar del racionalismo que no pueden confundirse esencia y concepto. Lo concebido puede ser esencia cuando se concibe una cosa real; pero no todo lo concebido es realidad ni, por tanto, esencia. El ámbito de lo esenciable es, pues, el ámbito de la realidad como conjunto de cosas, que, dotadas de ciertas propiedades, actúan formalmente por estas.
    Zubiri, op. cit. p. 105
  42. No se trata de una relación de conceptos que determina una especie lógica y se constituye en predicado esencial de un sujeto que, de esta forma, queda definido en relación con su género lógico, sino de la constitución de las notas o propiedades de la cosa como sistema. Zubiri. op. cit. p.347
  43. Es fundamental la distinción de Zubiri entre sustancia y sustantividad, así como entre sustancial y sustancialidad.Zubiri, Sobre la esencia, Parte III, cap. 8. El individuo está constituido por unas notas en un sistema clausurado como unidad, es decir una sustantividad. Todo individuo tiene sustantividad, como realidad sustancial. La sustantividad se concibe como un organismo (no necesariamente sustancia), como unidad funcional, formado por sustancias que pierden su sustantividad en tanto que elementos de dicho organismo. Las sustantividades pueden ser:
    • Compleja: Sustantividad que se nos presenta en la experiencia.
    • Simple: Como inferencia a partir de las sustantividades conocidas en la experiencia. El progreso científico ha ido encontrando diversos estratos de sustantividades elementales a lo largo de la historia. Pero los últimos elementos sustanciales acaban siendo una y otra vez elementos complejos dependientes de la teoría que les justifica como tales, pues no se pueden conceptualizar desde premisas, usando la capacidad de la mente de inferirlos. En este caso, el cerebro ha de recurrir a las sensaciones derivadas de los cinco sentidos principales y asignar una etiqueta, generalmente una palabra o términos lingüísticos, para poder aludir de forma inequívoca a la combinación exacta de sensaciones que nos despertaron la curiosidad de conceptualizar algo en concreto mediante la atribución de dichas cualidades sensibles como propiedades de dichas sustantividades. Por ello se define la sustantividad general como: Mera suficiencia en el orden constitucional (sustancia), sin experiencia de que tal suficiencia pueda ser conocida.
    Sustancialidad: Es el carácter que hace posible la emergencia de las notas o propiedades activas y pasivas que hacen posible la sustantividad como suficiencia en el orden constitucional de la sustancia. Por ello puede haber sustancias insustantivas: Las sustancias que forman parte como elementos de un compuesto en tanto que son tales elementos. Por ej.: el hierro de mi sangre en tanto que elemento de la misma y de mi sustantividad. Pero aporta determinadas notas activo-pasivas a mis notas como sustantividad y sustancialidad.
  44. Zubiri op. cit. p. 222
  45. Zubiri op. cit. p. 247
  46. Zubiri op. cit. p. 264 y ss.
  47. Zubiri op. cit. p.458
  48. Enciclopedia Oxford de filosofía, p.876
  49. Enciclopedia Oxford de filosofía p.876
  50. Hilary Putnam. Las mil caras del realismo. Prólogo
  51. Putnam, Razon verdad Historia.
  52. Véase Verdad

Bibliografía[editar]

  • Bermudo, J.M. (Dirección) (1983). Los filósofos y sus filosofías. 4 Vol. Barcelona. Vicens Vives. ISBN 84-316-2139-7. 
  • Ferrater Mora, J. (1984). Diccionario de Filosofía (4 tomos). Barcelona. Alianza Diccionarios. ISBN 84-206-5299-7. 
  • Gilson, Etienne (1965). La filosofía en la Edad Media. Madrid, Gredos. 
  • Gilson, Etienne (1951). El ser y la esencia. Buenos Aires, EMECÉ. 
  • Hirschberger, Johannes (1968). Historia de la Filosofía (2 Tomos). Barcelona, Herder. 
  • Honderich, T. (Editor) (2001). Enciclopedia Oxford de Filosofía. Madrid, Tecnos. ISBN 84-309-3699-8. 
  • Kant, Emmanuel (1996). Crítica de la Razón Pura. Madrid. Alfaguara. ISBN 84-204-0407-1. 
  • Kripke, Saul (2005). El nombrar y la necesidad. Traducción de Margarita Valdés. UNAM/IIFF. 
  • Platón (1871). Obras Completas. Edición de Patricio Azcárate (11 tomos). Madrid. 
  • Putnam, H. (1988). Razón, verdad e historia. Madrid. Tecnos. ISBN 84-309-1577-X. 
  • Putnam, Hilary (1994). Las mil caras del realismo. Buenos Aires. Paidós. ISBN 84-7509-980-7. 
  • Russell, B. (1982). La evolución de mi pensamiento filosófico. Madrid. Alianza Editorial. ISBN 84-206-1605-2. 
  • Zubiri, X. (1963). Naturaleza, Historia, Dios. Madrid. Editora Nacional. 
  • Zubiri, X. (1963). Sobre la esencia. Madrid. Sociedad de Estudios y Publicaciones. 

Enlaces externos[editar]