Crematística

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Tales de Mileto.
Aristóteles.
Santo Tomás de Aquino.
Karl Marx

La crematística (del griego khrema, la riqueza, la posesión) planteada por Tales de Mileto es el arte de hacerse rico, de adquirir riquezas. Según Aristóteles, la acumulación de dinero en sí es una actividad contra natura que deshumaniza a quienes se dedican a ello. Aristóteles muestra en numerosos textos, incluida la Ética a Nicómaco y la Política. La crematística consta de tres partes: el comercio (que consiste en embarque, transporte y venta); la usura y el trabajo asalariado.

Partes[editar]

La crematística consta de dos partes:

  1. Crematística natural : las ventas de los bienes se realizan directamente entre el productor y el comprador al precio justo, donde no se forma un valor agregado al producto. Esta es aceptada por Aristóteles ya que no hay usura por parte del productor.
  2. Crematística antinatural: corresponde al comercio, donde se le compra al productor para revender al consumidor por un precio mayor, formando valor agregado. Esta es rechazada por Aristóteles, pues considera que al realizar comercio el dinero pierde su sentido (que es el de un medio de intercambio y medida de valor) y se comete usura. La acumulación de capital por el comercio fue mal vista por la sociedad de aquella época hasta que Santo Tomás de Aquino, en su pensamiento, acepta la acumulación si luego ese capital sería para fines virtuosos como la caridad.

Aunque Aristóteles trata la crematística como un conjunto de ardides y estrategias de adquisición de riquezas tendientes a facilitar el crecimiento del poder político, la condena igualmente otorgando una posición más importante a la economía. Este concepto de un autor fundamental de la antigüedad redundará en una gran influencia durante todo el Medioevo, en el que la Iglesia católica adopta la crítica aristotélica contra esta conducta económica y la declara contraria a la religión. Numerosos autores[¿por quién?] estiman que la puesta en práctica de esta doctrina constituyó un obstáculo al desarrollo económico.

Karl Marx retoma el concepto en su famosa obra El Capital, (Cf. El Capital, Tomo I; "El Proceso de Producción del Capital"; Sección segunda; La transformación del dinero en capital; Capítulo IV - Transformación de dinero en capital; 2. Contradicciones de la fórmula general; [200].) destacando las consecuencias sobre lo que él también da en llamar auri sacra fames (maldita sed del oro), una referencia latina (Virgilio) a la pasión del dinero por el dinero mismo.