Acullico

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Cerámica de la cultura wari con representación de persona mascando coca

El acullico, chacchado,[1]akulliku,[2]acuyico (del quechua akullikuy), chusqua,[3]acusi, pijcho, pikchar, coquear o mascar coca es una práctica y hábito social, ritual y medicinal,[4]​ en la que un pequeño bolo de hojas de coca es colocado en la boca entre mejilla y mandíbula, este se masca en ciertas zonas de Sudamérica como en Bolivia, Perú, Argentina y Chile y los resguardos indígenas de Ecuador y Colombia, para evitar o disminuir los efectos del apunamiento causado por la falta de oxígeno en la atmósfera a grandes altitudes,[5]​ disminuir los efectos de la fatiga, el hambre y la indigestión.[6]

En quechua cusqueño, se utiliza la palabra hallpay para el chacchado de las hojas de coca.[7]

Modos de consumo[editar]

Por lo general, el chacchado va acompañado por la introducción en la boca de una pequeña cantidad de una sustancia alcalina como el bicarbonato de sodio o collpa,[8]​ la cal, o las cenizas de una planta quemada conocida como lejía[4]​ o llipta si se trata de cenizas de quinua, para aumentar el efecto.[9]

La cal está almacenada en un calero y es retirada del mismo a través de una aguja y posteriormente llevada al interior de la boca sobre el bolo.

En el caso de la lejía o llipta se adquiere en pequeñas barras de color gris claro u oscuro y se ponen pequeños trozos en medio de algunas hojas que se han elegido, antes de llevarse a la boca.[4]

Luego de extraer el zumo de las hojas, se coloca el kuka hach'u —el bolo de la coca masticada— en algún lugar con cuidado.[10]

Historia[editar]

A lo largo de los Andes, las evidencias del chacchado de la hoja de coca se remontan hasta hace 8000 años.[11][12]​ En la cultura Moche, existen evidencias del chacchado en las vasijas cerámicas.[13]​ En los Andes de Perú, se considera de una buena educación realizar un pukuy (plegaria andina) con un kintu antes de llevarse las hojas a la boca y realizar el chacchado.[14][15]

Tras la colonia la práctica fue mal vista,[16]​ pero pervivió por ser sostén de los indígenas que realizaban duros trabajos como la minería y mita en el Cerro Rico de Potosí, Bolivia.

Cultura contemporánea[editar]

Muchos trabajos que requieren de esfuerzo físico como la conducción de buses de larga distancia, construcción, minería, y ocupaciones similares han adoptado la costumbre de acullicar a través del tiempo[17][18]​ en algunos oficios como la minería la tradición puede rastrearse al menos hasta la colonia, pero existe también un grupo de nuevos oficios que han incorporado este hábito a sus rutinas de trabajo o en periodos de mayor esfuerzo como es el caso de los estudiantes en etapas de exámenes o trabajos que requieren de largas horas sin dormir.[19]

Bolivia[editar]

Venta callejera de coca para acullico en La Paz, Bolivia.

El consumo de coca en sus formas tradicionales, acullico e infusiones medicinales, ha sido defendido como práctica cultural legítima desde varios gobiernos que han presidido el país como el de Jaime Paz Zamora.[20][19][21]

La asunción de Evo Morales supuso un nuevo impulso a esta valoración y la visibilización de esta práctica en la vida cotidiana de una parte de la población, así mismo se instauraron eventos con el fin de reivindicar esta práctica cultural como el Día Nacional del Acullico[22][23]​ instaurado conmemorando que el 11 de enero de 2013 Bolivia firmó su re adhesión a la Convención Única sobre Estupefacientes de 1961[24]​ con la siguiente reserva

El Estado Plurinacional de Bolivia se reserva el derecho de permitir en su territorio la masticación tradicional de la hoja de coca; el consumo y uso de la hoja de coca en su estado natural; para fines culturales y medicinales[25]

La incorporación de esta reserva fue considerada un triunfo[26]​ frente a las opiniones adversas que se habían vertido previamente.[27]

En octubre de 2012 el expresidente boliviano Evo Morales le pidió al actor y activista Sean Penn que defienda el acullico en los foros internacionales.[2][28]

Marco legal[editar]

Bolivia firmó su adhesión a la Convención Única sobre Estupefacientes 1961 con la reserva ya descrita, de manera que los modos de consumo tradicionales no son considerados observables.

La Constitución política de Bolivia protege el consumo tradicional de coca y la hoja misma, en el Capítulo Séptimo, referido a "Biodiversidad, coca, áreas protegidas y recursos forestales", la "Sección II coca", en su Artículo 384 señala:

El Estado protege a la coca originaria y ancestral como patrimonio cultural, recurso natural renovable de la biodiversidad de Bolivia, y como factor de cohesión social; en su estado natural no es estupefaciente. La revalorización, producción, comercialización e industrialización se regirá mediante la ley.

Argentina[editar]

El norte de Argentina mantiene la tradición del coqueo a pesar de algunos prejuicios que existen sobre ello,[29][30]​ en el sector, esta práctica es señal identitaria y una práctica social muy extendida.[29][31]

Marco legal[editar]

El consumo de hoja coca en forma de acullico no es considerado como consumo de estupefacientes[32]​ y se halla descrito en la Ley 23737 de 1989, en el artículo 15:

La tenencia y el consumo de hojas de coca en su estado natural, destinado a la práctica del coqueo o masticación, o a su empleo como infusión, no será considerada como tenencia o consumo de estupefacientes.

Véase también[editar]

Referencias[editar]

  1. MAGNY, Caroline (2009). «Cuando ya no se puede tomar trago ni chacchar coca. El caso de los conversos “protestantes” en los Andes centrales peruanos.». Anthropology of food. S6. Consultado el 15 de diciembre de 2016. 
  2. a b Los Tiempos.com, Piden a Penn negociar por mar, akulliku y Goni Archivado el 2 de noviembre de 2012 en Wayback Machine., 31/10,2012
  3. «chusqua». Muysc cubun - Lengua Muisca. Consultado el 16 de noviembre de 2022. 
  4. a b c Romero Aguilar1, Jhacqueline. Dinámica social de las productoras de lejía. Consultado el 18 de mayo de 2017. 
  5. TORCHETTI, Tracy (1994). «Coca Chewing and High Altitude Adaptation». Totem: The University of Western Ontario Journal of Anthropology 1 (1). Consultado el 15 de diciembre de 2016. 
  6. BIONDICH, Amy Sue; JOSLIN, Jeremy David (Abril de 2016). «Coca: The History and Medical Significance of an Ancient Andean Tradition». Emergency Medicine International 2016. PMC 4838786. doi:10.1155/2016/4048764. Consultado el 15 de diciembre de 2016. 
  7. Torres Lezama (2020): 140.
  8. «La coipa de los salares andinos». El Tribuno. 21 de abril de 2014. Consultado el 18 de mayo de 2017. 
  9. TOYNE, J. Marla (1999). «The Transformation of Coca to Cocaine: An Overview of Traditional Drug Use and Modern Drug Use». Totem: The University of Western Ontario Journal of Anthropology 7 (1): 23. Consultado el 15 de diciembre de 2016. 
  10. Torres Lezama (2020): 144.
  11. PALMER, Jason (2 de diciembre de 2010). «Coca leaves first chewed 8,000 years ago, says research». BBC. Consultado el 15 de diciembre de 2016. 
  12. RIVERA, Mario A.; AUFDERHEIDE, Arthur C.; CARTMELL, Larry W.; TORRES, Constantino Manuel; LANGSJOEN, Odin (2005). «Antiquity of Coca-Leaf Chewing in the South Central Andes: A 3,000 Year Archaeological Record of Coca-Leaf Chewing from Northern Chile». Journal of Psychoactive Drugs (en inglés) 37 (4). doi:10.1080/02791072.2005.10399820. Consultado el 15 de diciembre de 2016. 
  13. Museo Larco. «Escena de ofrenda y consumo ritual de coca». Consultado el 15 de diciembre de 2016. 
  14. Cabieses Molina, Fernando (1993). Apuntes de medicina tradicional : la racionalización de lo irracional. p. 68. Consultado el 4 de diciembre de 2019. 
  15. Allen (1981): 159.
  16. Pedro Reino Garcés (11 de julio de 2017). «La satanización de la hoja de coca empezó en la época de la Colonia en Sudamérica». http://www.eltelegrafo.com.ec. Consultado el 18 de mayo de 2017. 
  17. «Estudio Nº 1: El hábito del coqueo y la conducción profesional en el transporte de pasajeros de larga distancia.». SERIE: LA SALUD DE NUESTROS CONDUCTORES Prevención, promoción y educación de la salud en el transporte. 2016. Consultado el 18 de mayo de 2017. 
  18. Rubén Vargas, Gustavo Guzmán, Victor Orduna. «El “aculli” no tiene fronteras». http://www.mamacoca.org. Consultado el 18 de mayo de 2017. 
  19. a b Revollo, Melissa (24 de noviembre de 2013). «El pijcheo se pone de moda entre los estudiantes». Opinión. Consultado el 18 de mayo de 2017. 
  20. «Paz Zamora y la hoja de coca en su solapa precedieron a diplomacia de Morales». El Día. 16 de enero de 2013. Consultado el 18 de mayo de 2017. 
  21. «La Coca No Es Cocaina». 1 de enero de 1993. Consultado el 18 de mayo de 2017. 
  22. «Productores de coca celebran “Día del Acullico”». El País. 12 de enero de 2017. Consultado el 18 de mayo de 2017. 
  23. «Buscan revalorizar la hoja de coca en Día del Acullicu». Correo del Sur. 11 de enero de 2017. Consultado el 18 de mayo de 2017. 
  24. «BOLIVIA CELEBRA LA DESPENALIZACIÓN DEL ACULLICO». Cambio. 10 de enero de 2017. Archivado desde el original el 12 de enero de 2017. Consultado el 18 de mayo de 2017. 
  25. «Ley Nº 392, 17 de julio de 2013». Levibox. Consultado el 18 de mayo de 2017. 
  26. «Evo Morales celebra el “pijcheo” de coca». VOA Noticias. 15 de enero de 2017. Consultado el 18 de mayo de 2017. 
  27. ONU pide abolir el "pijcheo" de coca. Consultado el 18 de mayo de 2017. 
  28. Radio Patria Nueva, Presidente Morales pide a actor Sean Penn que sea embajador de la demanda marítima, la defensa del acullico y la extradición de Sánchez de Lozada (enlace roto disponible en Internet Archive; véase el historial, la primera versión y la última). , 31/10/2012.
  29. a b «El coqueo, entre la tradición y el estigma social». El Tribuno. 2 de octubre de 2016. Consultado el 18 de mayo de 2017. 
  30. «Coca: el paradigma porteño y la cosmovisión andina». El Tribuno. 2 de octubre de 2016. Consultado el 18 de mayo de 2017. 
  31. «El gobernador Morales defendió el “coqueo” y aseguró que no significa drogarse». Télam. 1 de octubre de 2016. Consultado el 18 de mayo de 2017. 
  32. «El marco legal del “coqueo” y los efectos en la salud». El Día. 1 de octubre de 2016. Consultado el 18 de mayo de 2017. 

Bibliografía[editar]

Enlaces externos[editar]