Unión de Aragón

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La Unión de Aragón o Unión Aragonesa fue una liga de nobles e infanzones aragoneses para defender sus reivindicaciones comunes de clase contra el rey en las Cortes de Aragón de 1287. Se convertiría en uno de los grandes contrapesos al poder regio en el Reino de Aragón y en una clave para entender el desarrollo institucional del mismo.

Historia[editar]

La ausencia de nuevas perspectivas de tierras peninsulares al ser cedida la Reconquista de Murcia a Castilla por el Tratado de Almizra (1244), a cambio de la exclusividad de la expansión aragonesa por el Mediterráneo, generaron un gran desencanto entre la nobleza aragonesa, que se vio soslayada en sus intereses por la nobleza catalana.[1]​ A lo largo de las cortes de 1265 y 1283, la clase nobiliaria aragonesa presionó por la aprobación de Privilegios Generales cada vez más amplios.

Apurado por los conflictos como la Cruzada contra la Corona de Aragón o la confiscación del Reino de Mallorca, el rey Pedro III de Aragón se continuó pidiendo a las cortes más financiación. Mientras, los nobles desafectos crecían y se planteaba que la incorporación del Reino de Sicilia a la corona había sido decidida sin la aprobación de aquellos que se veían obligados a pagarla. Los nobles crecientemente rechazaban el verse obligados a combatir fuera de las fronteras de su reino.[2]

Tras su muerte en 1285 y su sucesión por el joven Alfonso III de Aragón, los nobles aragoneses se agruparon durante diciembre de 1286. Una unión similar se formó en el reino de Valencia.

Los privilegios de la Unión[editar]

Los nobles descontentos protagonizaron una invasión de Valencia, luchando con fuerzas leales al rey hasta que el fraile dominico Valero, organizó una reunión en Zaragoza para el 20 de diciembre de 1287. El rey, debilitado por los acontecimientos, tuvo que ceder en diversas concesiones y garantizar lo que fue llamado privilegios de la Unión. Entre otras cosas, dichos provilegios la designaban "guardián de la ley aragonesa,[3]​ daba muchos privilegios reales a la baja nobleza y debilitaba la autoridad regia.

De forma similar, se reforzaba la figura del Justicia de Aragón, que pasa a ejercer la justicia en el país por encargo regio.[2]​ Se abre camino así a la existencia de un aparato legal profesional y a la especialación de la burocracia estatal, separándose de las atribuciones del Mayordomo del Reino de Aragón. El justicia es sin embargo elegido entre la nobleza y muestra partidismo en la persona de Juan Gil Tarín.[2]

Sin embargo, el gran poder que adquirió la nobleza con tales privilegios no satisfizo a muchos. La autoridad regia debilitada incentivó el caos y el aumento del poder nobiliario la servidumbre. Dante Alighieri colocó al rey Alfonso en su Purgatorio, por fomentar el caos[4]​ y el propio rey admitió que con el privilegio "en Aragón había tantos reyes como ricoshombres."[5]​ El poder de la unión creció ya que los privilegios impedían al rey actuar contra noble alguno sin autorización del justicia y las cortes y autorizaba la rebelión de incumplirse el privilegio. Para 1288, la Unión nombraba los consejeros regios.

La Guerra de la Unión[editar]

En 1301, el Justicia de Aragón, principal valedor de la ley foral aragonesa dictaminó contra los privilegios y aprueba legalmente la condena de aquellos nobles que se rebelen.[2]Jaime II de Aragón intentó disminuir el poder de los nobles. Sin embargo, la situación se agudizó en el comienzo del reinado de Pedro IV de Aragón. En 1347 se enfrentó abiertamente a la Unión, a la que derrotó militarmente en la batalla de Épila (1348) acabando con su poder y sus privilegios. De forma simbólica, el rey rasgó y quemó los privilegios en el refectorio del convento que los dominicos tenían en Zaragoza.[2]

Legado[editar]

La lucha de la Unión fue sin embargo central al desarrollo institucional del reino. A pesar de su victoria militar, el rey Pedro IV intentó mantener un formalismo legal que equilibrara los distintos intereses. El historial de poder real limitado por figuras forales y la necesidad de mantener un compromiso con ciudades y nobles derrotados generó la revitalización de figuras como el Justicia de Aragón y el Baile General de Aragón. Esta figura influirá fuertemente en el desarrollo del modelo conocido como Fueros de Sobrarbe.[1]

Referencias[editar]

  1. a b «Libertades». Gran Enciclopedia Aragonesa. 
  2. a b c d e González Antón, Luis. Caja de Ahorros de la Inmaculada. ISBN 84-95306-55-7.  Falta el |título= (ayuda)
  3. Wintle, Justin. The Rough Guide History of Spain. Penguin Group, 2003. p. 190.
  4. Alighieri, Dante. Purgatorio, Canto VII, l. 115ff.
  5. Chaytor, H. J. A History of Aragon and Catalonia. 1933. p 120.

Bibliografía[editar]