Síndrome de decúbito mandibular

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Síndrome de decúbito mandibular

El síndrome de decúbito mandibular (también, síndrome de Galiffa) es un conjunto de padecimientos que atañen al aparato masticatorio y, más en general, otras partes del cuerpo.

Entre sus síntomas más evidentes, es posible individualizar el desbalance mandibular, la asimetría facial, limitaciones, dolores y click en los movimientos de la mandíbula y también bruxismo, piorrea, periodontitis, silbidos, vértigo, neuralgia, migraña, cervicalgia y lumbalgia. Causa principal de estos problemas son esas posiciones viciadas, asumidas durante el sueño, que obstaculizan el movimiento natural de la mandíbula.[1]

En el decúbito, en efecto, todas las posturas que, dejando gravar el peso sobre la mandíbula, la desbalancean lateralmente, forzando los dientes en oclusión lateral, moviéndolos y comprimiéndolos. En consecuencia, obstaculizando la circulación sanguínea alrededor de los dientes, vienen favorecidas infecciones como periodontitis y piorrea que fácilmente recidivan.

Por la mandíbula (un hueso con posibilidad de movimiento en los tres planos del espacio) la libertad de movimiento es indispensable para cumplir actos fisiológicos funcionales como la fonación, la masticación y la deglución. Obstaculizando estas funciones, el decúbito mandibular obliga las articulaciones bajo cargos asimétricos, estáticos y duraderos, que, con el tiempo, deforman y desmodelan las formaciones anatómicas y producen dolor, limitaciones y rumores en los movimientos de la mandíbula.[cita requerida]

El cóndilo (extremo articular de la mandíbula) del lado opuesto al decúbito a la vez, forzado posteriormente, tiende a comprimir una zona rica de venas, arterias y nervios cerca del oído interno y del vestíbulo (órganos del sistema auditivo y del equilibrio) causando silbidos, acúfenos y vértigo.[cita requerida]

El decúbito mandibular además obstaculiza la deglución espontánea transformando esta saludable función en una parafunción muy nociva. Como acto funcional inconsciente e innato, la deglución espontánea se activa cada tres, cuatro minutos, involucrando todas sus componentes anatómicas en un movimiento armónico que empuja los dientes en un contacto fugaz hacia una justa oclusión central. La compresión de breve duración, seguida por la descompresión, favorece la circulación de la sangre con efectos benéficos por la salud de todas sus componentes, incluida la dento-parodontal. Si este movimiento regulador queda obstaculizado durante el decúbito mandibular este movimiento regulador, los músculos masticadores deben en efecto cumplir un esfuerzo notable por poner la mandíbula en su posición central original, moviendo los dientes de la mala oclusión lateral (causada por el decúbito) en la justa oclusión central (máxima intercuspidación). El fregamiento de los dientes inferiores con los superiores causada por el peso que los comprime (bruxismo) deviene así en causa del deterioro de las superficies dentales.[cita requerida]

Referencias[editar]

  1. «Galiffa’s Mandibular Decubitus Syndrome». www.galiffasyndrome.com. Consultado el 17 de noviembre de 2021.