Pueblo (población rural)

De Wikipedia, la enciclopedia libre

Pueblo (latín populus) es una población o comunidad rural; un poblado,[1]localidad o entidad de población de menor tamaño que la ciudad y dedicada principalmente a actividades económicas propias del medio rural (el sector primario), ligadas a las características físicas y los recursos naturales de su entorno próximo (agrícola, ganadero, forestal, pesquero o a veces minero); aunque en la actualidad han aumentado mucho las actividades terciarias, y en algunos casos el turismo rural.

Pueblo (población rural)

Se distingue de asentamientos menores (aldeas, lugares, cortijadas, etc.)[2]​ no solo por el tamaño, sino por tener jurisdicción propia;[3]​ habitualmente, el municipio, aunque hay municipios con varios núcleos de población que se consideran pueblos diferenciados: (pedanías, parroquias, etc.). Condición intermedia entre pueblo y ciudad tiene el concepto de villa ("población que tiene algunos privilegios con que se distingue de las aldeas y lugares").[4]

La rusticidad como condición de los pueblos y sus habitantes ("pueblerinos", "campesinos" o despectivamente, "paletos") frente a la "urbanidad" o condición de las ciudades y los suyos ("ciudadanos", "urbanos", "urbanitas"[5]​), ha sido un tópico cultural y literario desde antiguo, y la diferenciación de las características objetivas y subjetivas de pueblos y ciudades ha sido tratada por diferentes ciencias sociales.

El éxodo rural consiguiente a las revoluciones industrial y urbana despobló muchos pueblos, quedando algunos como pueblos abandonados. La recuperación de la vida rural con otros supuestos sociológicos es característica del movimiento neorruralista.

Geografía y antropología[editar]

Los núcleos de población se clasifican en urbanos (ciudades) o rurales (pueblos) en función de rasgos objetivos o subjetivos.

Entre los rasgos objetivos que determinan la calificación de núcleo rural está en primer lugar la población. El número de habitantes que se considera límite entre los núcleos rurales y urbanos varía según cada país (entre 1000 y 20.000 habitantes)[6]​ El Instituto Nacional de Estadística español considera rurales las entidades singulares de población de menos de 2000 habitantes, urbanas las de más de 10 000 e intermedias las que se hallan entre una y otra cantidad[7]​ (en la mitad sur de la península ibérica -al igual que en el Mezzogiorno italiano- son habituales las agrociudades con decenas de miles de habitantes, y en la mitad norte localidades de importancia -incluso con el "título de ciudad", funciones administrativas como el partido judicial o la capitalidad de amplias comarcas- pero con muy escasa población[8]​); en Alemania reciben la denominación de landstadt ("ciudad de campo") o zwergstadt ("ciudad enana") las ciudades de menos de 5000 habitantes.[9]​ Las dos localidades con menos habitantes de las que tienen en el Reino Unido la condición de ciudad (city) son Saint David's (1.797 hb.) y Saint Asaph[10]​ (3.491 hb.), ambas en Gales, mientras que la tercera, paradójicamente, es la City de Londres (7.185 hb.), el distrito financiero de Londres, que conserva su jurisdicción particular.[11]Adamstown (Islas Pitcairn), con 48 habitantes, sería la ciudad-capital menos poblada del mundo.[12]

Otro rasgo objetivo es la función principal, que, aparte de la residencial, debería teóricamente ser la ocupación en el sector primario, aunque este hecho ha dejado de ser común en buena parte de los núcleos rurales, que se han industrializado y terciarizado.

Entre los rasgos subjetivos están los referidos al modo de vida rural en contraposición al urbano, más difíciles de cuantificar y que tienen que ver más bien con pervivencias de la sociedad preindustrial que han quedado muy difuminados en la sociedad postindustrial, produciéndose incluso una inversión del tradicional éxodo rural para las actividades sujetas a la deslocalización y al teletrabajo. No obstante, aparte de cuestiones antropológicas, morales o incluso espirituales de difícil cuantificación (conservadurismo social, endogamia), otros rasgos sí son cuantificables: la altura de los edificios, la densidad de utilización la red de transporte, el tipo y rango de servicios ofrecidos a la población, etc.[13]

Tratamiento literario[editar]

Idealización bucólica[editar]

La valoración de la vida en los pueblos frente a la vida en las ciudades, desde un punto de vista elitista y puramente intelectual, sin efectos prácticos, es un tópico literario (vida sencilla) que puede remontarse a la literatura latina clásica (Anacreónticas, Beatus Ille, Bucólicas) y que se recupera en el Renacimiento (Arcadia de Sannazaro, que inicia la novela pastoril, Menosprecio de Corte y Alabanza de Aldea,[14]​ de Antonio de Guevara, Oda a la vida retirada[15]​ de Fray Luis de León -ya en el siglo XVII, El villano en su rincón de Lope de Vega, o las referencias paródicas que hace Cervantes en El Quijote-). Desde el siglo XIX, el Romanticismo y el costumbrismo[16]​ se interesaron de una manera más profunda por el folclore, o sea, por la parte de la cultura popular que se presenta de forma más pura o genuina en los pueblos, y más cuanto más atrasados económicamente o desconectados del entorno urbano. León Tolstói intentó convertir Yásnaia Poliana en una comunidad utópica, donde los valores rurales tradicionales rusos se conjugaran con la pedagogía progresista.

El realismo mágico de Gabriel García Márquez se desarrolla en una comunidad rural imaginaria (Macondo). Entornos similares crearon William Faulkner (Yoknapatawpha) o Juan Benet (Región).

Desprecio al rústico[editar]

Motín de aldeanos ante la casa del doctor, de Thomas Rowlandson (finales del XVIII)

La valoración contraria tiene también lejanos ejemplos, como el desprecio con el que eran considerados los campesinos (y el temor a sus revueltas) en una adición a la liturgia eclesiástica medieval: A furia rusticorum libera nos, Domine.[17]​ Las sátiras contra el rústico eran manifestaciones de la mezcla de desprecio y desconfianza con que clérigos y nobles veían al siervo, reducido a un monstruo deforme, ignorante y violento, capaz de las mayores atrocidades, sobre todo cuando se agrupaba.[18]​ La misma expresión rústico, que significa habitante del campo, o de un pueblo, era equivalente a persona inculta y brutal (como más modernamente la expresión paleto, que se utiliza como insulto), o incluso a las cosas bastas y menos valiosas (por ejemplo, la edición en rústica de un libro). La identificación del villano (habitante de una villa) con una persona sin honor, tiene el mismo sentido. De hecho, no se concibe en el sistema feudal que un no privilegiado pueda tener honor, como se debate en dos obras maestras del teatro clásico español, ambientadas en sendos pueblos que se rebelan ante una injusticia: El Alcalde de Zalamea (Calderón de la Barca) y Fuenteovejuna (Lope de Vega).

Denuncia del atraso rural[editar]

La boda, de Francisco de Goya, 1792, cartón para tapiz encargado para la decoración del despacho de Carlos IV entre otros "asumptos de cosas campestres y jocosas".[19]

La denuncia de los regeneracionistas a la situación de los pueblos sujetos al caciquismo y el atraso de la España de finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX, se ve en la frase hecha: el que se instala en un pueblo se embrutece, se envilece y se empobrece.[20]​ Lo mismo ocurre con el clima opresivo y decadente de los pueblos de principios de siglo XX que describieron los autores de la generación del 98 en novelas como El árbol de la ciencia de Pío Baroja o en poesías como La tierra de Álvar González de Antonio Machado (en Campos de Castilla). La película de Luis Buñuel Las Hurdes, tierra sin pan (1932) refleja una de las comarcas de atraso más tópico, diez años después de la visita de Alfonso XIII con el doctor Gregorio Marañón y el hispanista Maurice Legendre. El tremendismo de Camilo José Cela en la posguerra produjo Viaje a la Alcarria[21]​ (1948) o La familia de Pascual Duarte (novela, 1942).

Más recientemente, a finales del franquismo Joan Manuel Serrat utiliza esos mismos tópicos de lo que se ha venido a denominar España profunda, ya despoblada y envejecida por la emigración,[22]​ en su canción Pueblo Blanco.[23]

La denuncia social está presente en las obras de Miguel Delibes, muchas de ellas llevadas al cine (Las ratas, Los santos inocentes, El disputado voto del Sr. Cayo); en esta última se trata el tema del envejecimiento y la despoblación rural.[24]

Pueblos de colores[editar]

En la geografía rural de España se distinguen, por los materiales de construcción empleados en la arquitectura rural tradicional, y que suelen coincidir con el entorno geológico, comarcas enteras con "pueblos blancos" (paredes encaladas), "pueblos negros" (pizarra), "pueblos rojos" (arcilla y minerales ferruginosos) y "pueblos amarillos" (por la cuarcita),[25]​ entre otras denominaciones, como las debidas al entorno natural o agrícola ("pueblos verdes" rodeados de prados, bosques -"monte"-, dehesas, de "mares de olivos", o de huertas -"mares de esmeralda" para Vicente Blasco Ibáñez-), o de sembrados, barbechos y viñedos cuyos colores cambian con la estación.[26]

Véase también[editar]

Referencias[editar]

  1. "Pueblo - Del latín popŭlus." Particularmente la acepción 2: "Población de menor categoría." Real Academia Española. «pueblo». Diccionario de la lengua española (23.ª edición).  "Poblado - (Del participio de poblar) - Población, ciudad, villa o lugar." Real Academia Española. «poblado». Diccionario de la lengua española (23.ª edición). . "Poblar - Del latín popŭlus 'pueblo'" en sus dos primeras acepciones se define como "Fundar uno o más pueblos - Ocupar con gente un sitio para que habite o trabaje en él." Real Academia Española. «poblar». Diccionario de la lengua española (23.ª edición). . En cambio, entre las acepciones de "población" sólo recoge el DRAE: "Acción y efecto de poblar - Conjunto de personas que habitan en un determinado lugar - Conjunto de edificios y espacios de una ciudad - Conjunto de individuos de la misma especie que ocupan determinada área geográfica - Conjunto de los elementos sometidos a una evaluación estadística mediante muestreo." Real Academia Española. «población». Diccionario de la lengua española (23.ª edición). 
  2. Los asentamientos o núcleos de población con una sola vivienda, o con edificaciones agrupadas que alojan a un solo grupo familiar ("hogar" -por el lugar donde se mantiene un fuego encendido, origen del impuesto denominado "fogaje" -también uso fiscal tiene el hórreo-, "casa" -"el casado casa quiere"-, aunque sea extenso -como el que se reunía en torno al megaron micénico, origen de la polis griega, o en torno al hall germánico-) se denominan, según las zonas, cortijo, caserío o masía; en otros idiomas cottage (Online Etimology Dictionary), hut (Online Etimology Dictionary), chalet (Online Etimology Dictionary), etc. Manor (Online Etimology Dictionary) o manor house -manor house- refiere una mansión aislada, de carácter nobliliario, como la casa solariega española, el chateau francés o la dacha rusa. También tienen uso términos de origen defensivo, como torre, castillo (incastellamento), castro o burgo, o el término alquería, de origen árabe (qasr, qalat, qarya).
  3. Se define "aldea" precisamente como "pueblo de escaso vecindario y, por lo común, sin jurisdicción propia" Real Academia Española. «aldea». Diccionario de la lengua española (23.ª edición). ; mientras que "lugar", más ambiguamente, como "ciudad, villa o aldea" y como "población pequeña, menor que villa y mayor que aldea" (acepciones 3 y 4) Real Academia Española. «lugar». Diccionario de la lengua española (23.ª edición). 
  4. Acepción 2 Real Academia Española. «villa». Diccionario de la lengua española (23.ª edición). 
  5. Real Academia Española. «urbanita». Diccionario de la lengua española (23.ª edición). 
  6. "Existe una gran disparidad de criterios y ... es imposible establecer un límite de carácter universal. Cloke y Park (1985) [Cloke, P. J. y Park, C. (1985): Rural resource management. Londres, Croom Helm.] realizan una minuciosa comparación de distintos países encontrando una gran disparidad que va desde los 1.000 a los 20.000 habitantes como umbral de lo urbano." (José Sancho Comíns y Daniel Reinoso Moreno, [La delimitación del ámbito rural: una cuestión clave en los programas de desarrollo rural], en Estudios Geográficos 273, julio-diciembre de 2012, pg. 603).
  7. Comíns y Reinoso, 0p. cit., nota 3 pg. 605. Véase también Gracia, Azucena; Gil, José María; y Angulo, Ana María (1998) El consumo de alimentos en España: El consumidor rural vs urbano Archivado el 5 de abril de 2016 en Wayback Machine.. Revista de estudios regionales, ISSN 0213-7585, Nº. 50, pags. 111-130
  8. Entre las poblaciones españolas de ese orden de importancia, pero con menos de cuatro mil habitantes se encuentran: Mondoñedo (3.876), Olmedo (3.744), Molina de Aragón (3.468), Cistierna (3.351), Lerma (2.703), Vitigudino (2.700), Morella (2.575), Cervera de Pisuerga (2.442), Carrión de los Condes (2.177), Cenicero (2.176), Daroca (2.113), Salas de los Infantes (2.091), Piedrahíta (1.884), Villalpando (1.523), Puebla de Sanabria (1.484), Albarracín (1.049), Boltaña (981). Viella en 1970 no llegaba a los 2.000 habitantes, aunque actualmente ha duplicado su población. Los casos más extremos son "ciudades" que tienen en la actualidad menos de quinientos habitantes: Atienza (458), Pedraza (416), Frías (265). Mucho menos numerosos son los casos equivalentes en la mitad sur de España: Niebla (3.999), Alcaraz (1.529). La escasa población de los núcleos de naturaleza urbana en el centro-norte peninsular se evidencia en las provincias cuya "segunda ciudad" tiene menos habitantes: Soria, Ávila y Segovia (Almazán, 5.795, Arévalo, 7.446 y Cuéllar, 9.044 habitantes, respectivamente), añadiéndose aquellas cuya "tercera ciudad" tiene menos de diez mil habitantes (aunque su "segunda ciudad" supere esa cantidad): Zamora, Teruel y Guadalajara (Toro, 9.325, Andorra, 8.000 y Sigüenza, 4.594 habitantes respectivamente). Basilio Calderón, Pequeñas ciudades en grandes territorios marginales, en Encuentro sobre pequeñas ciudades.
  9. Heineberg, fuente citada en Landstat
  10. St Asaph
  11. List of smallest cities in the United Kingdom
  12. Microcities.
  13. Concepción Muñoz Delgado Geografía. Anaya
  14. Texto completo en pdf. Son significativos los títulos de los capítulos:
    Capítulo V. Que la vida de la aldea es más quieta y más privilegiada que la vida de la corte.

    Capítulo VI. Que en el aldea son los días más largos y más claros, y los bastimentos más baratos.

    Capítulo VII. Que en el aldea son los hombres más virtuosos y menos viciosos que en las cortes de los príncipes.

  15. Isabel Uría Maqua, La escondida senda y el huerto del poeta en la Oda I de Luis de León, en Criticón 105, 2009:
    La Oda I, sin duda la más popular de las Odas de fray Luis, se conoce comúnmente por el nombre «Vida retirada», pero no es el único; otros manuscritos la titulan Vida solitaria, Canción a la vida solitaria, Vida del campo, y la llamada «Copia de Palacio» lleva por título Desprecio del mundo. Al recogimiento de Carlos V. No se sabe la fecha exacta de su composición, y se han propuesto varias. Adolphe Coster y Aubrey Bell la situaban en 1556-1557, coincidiendo con la abdicación de Carlos V y su retiro a Yuste. Se basaban en el citado manuscrito de Palacio. Por esos años fray Luis estudiaba en Alcalá, y algunos piensan que, tal vez impresionado por el acontecimiento del retiro del Emperador, escribió entonces una primera redacción de la Oda I. Pero ese supuesto no está probado, y otros críticos asignan fechas más tardías al poema.

    ¡Oh monte, oh fuente, oh río!,
    ¡Oh secreto seguro deleitoso! ...
    Despiértenme las aves ...
    Del monte en la ladera,
    por mi mano plantado tengo un huerto, ...
    tendido yo a la sombra esté cantando. ...
    A mí una pobrecilla
    mesa, de amable paz bien abastada
    me baste; ...

  16. En España, la novela regionalista, de muy distinta orientación ideológica, de José María de Pereda (Peñas arriba) o Vicente Blasco Ibáñez (La barraca, Cañas y barro).
  17. Citado por E. Pablo Molina El latido impetuoso de la letra. Violencia y Literatura en algunos textos hispanoamericanos
  18. Umberto Eco (2008) Historia de la Fealdad, Madrid: Nerea.
  19. Ficha en la web del Museo del Prado. Goya trató otras escenas localizadas en pueblos, como La era (1786-1787) o Corrida de toros en un pueblo (1808-1812, Real Academia de Bellas Artes de San Fernando).
  20. Vicente Peset lo atribuye a Fernandito de Vida, maestro de Ayora, citando como fuente oral a Felipe Abarca Lázaro. Mi condiscípulo Abarca y Lázaro Archivado el 24 de febrero de 2008 en Wayback Machine., revista Cultura del 6 de agosto de 1933.
  21. Programa de TVE, 1976
  22. Véase el estudio clásico sobre la agricultura en España de José Manuel Naredo, La evolución de la agricultura en España, 1971 (con el subtítulo Desarrollo capitalista y crisis de las formas de producción tradicionales) y ss. (hasta el subtítulo 1940-2000); con Ramón Garrabou, El paisaje en perspectiva histórica: formación y transformación del paisaje en el mundo mediterráneo, 2008. Desde una perspectiva antropológico-literaria, Luis Carandell Celtiberia Show, 1970 y ss. Documentales de TVE (Raíces, Los Rios, recientemente, Imprescindibles -documentales TVE-), también series de ficción o docudramas (Crónicas de un pueblo, La España de los Botejara).
  23. Mediterráneo (álbum), 1971. Véase la letra completa comentada [1]

    Colgado de un barranco
    duerme mi pueblo blanco,
    bajo un cielo que a fuerza de no ver nunca el mar,
    se olvidó de llorar.
    Por sus callejas de polvo y piedra
    por no pasar, ni pasó la guerra,
    sólo el olvido
    ....
    El sacristán ha visto hacerse viejo al cura,
    el cura ha visto al cabo
    y el cabo al sacristán,
    y mi pueblo después vio morir a los tres,
    y me pregunto por qué nacerá gente
    si nacer o morir es indiferente.

  24. Véanse también las obras citadas en sendos artículos de Antonio Muñoz Molina (La extinción olvidada) y Elvira Lindo (Dios de la muerte pacífica), enero de 2018.
  25. «Riaza, web municipal». Archivado desde el original el 3 de abril de 2016. Consultado el 23 de marzo de 2016. 
  26. José de las Cuevas y Jesús de las Cuevas, La ruta de los pueblos sorprendentes, ABC, 14/10/1962, pgs. 5-11:
    ... en Guipúzcoa... los pueblos "son de niebla bajo la madrugada", en verso de Juan Ramón Jiménez. Pío Baroja está asomado a un balcón ribeteado de liquen en Vera del Bidasoa. ... Pasajes de San Juan -una calle en la que hay casas echadas sobre el mar-, San Pedro, Ondárroa, Orio, Zumaya... Lequeitio..., Guetaria -encallada en una lengua de tierra-, Oñate, con su "mar enjaulado"... etc. (Un etcétera que coge de Pasajes a Vigo). Son pueblos que huelen a aire de mar (Unamuno), aceitados por la lluvia, caídos "como juegos de bolos" -tal los veía Darío de Regoyos- en las faldas de unos montes que dejan en el agua tonalidades untuosas, mágicas -verdes y azules de Echevarría-... Pueblos espejos, reflejados... San Vicente de la Barquera, en Santander, cabalga sobre el postrer espinazo de una sierra, "elevado cuchillo" (Cossío), "lomo de cocodrilo" (Galdós), enfangado en la marisma... Santillana... "apacible y silenciosa" la llama Cossío; "amable y castiza", Ricardo León... un Carmona montañés, tan distinto del Carmona del sur que no habrá pueblos con el mismo nombre que se parezcan menos. No olvidéis a Cosío, Castro Urdiales, Luanco... ... Elizondo, Artajona, Navarte [sic ¿Narvarte?], Goizueta, ... Urabayen decía de Ujué: "proporciona una fuerte impresión indefinible"... hacia Huesca pueblos sobrios, serios, austeros, viejísimos como Ansó y Escoaín [sic Gargantas de Escuaín ], del cual Briet escribía: "Parece destruido y ruinoso por la vejez" Cerca de Jaca, Agüero, aplastado por la montaña... Alquézar... Pueblos "berroqueños" (Waldo Frank); otros, casi fantasmales, como Maluenda o Monreal de Ariza... Zuera, ... y Daroca encerrada en el interior de una muralla prodigiosa... En Calatayud, en Cariñena, las cuevas... Están en acantilados terciarios en Arquetas [sic Arguedas ], Milagros [sic ¿Milagro?]. Valtierra, a lo mejor de dos pisos y escalera vaciada en terrenos de yeso. Cuevas impermeables, no hay en ellas "la menor humedad ni olor" (doctor Juaristi). En Aragón -Salillas del Jalón- presentan la variante de excavarse no la ladera, sino en el santo suelo, en la tierra llana, alojamientos más confortables -en opinión de Torres Balbás- a infinitas casas apelmazadas en callejuelas estrechas. ... en la Ribera de Navarra la vía de los "pueblos camuflados", de los "pueblos grises" que parecen brotar de la tierra: Lerín, Caparroso, después Fraga (Huesca) del mismo color del suelo. Pero donde este mimetismo alcanza valoraciones inusitadas es en Castilla. Pueblos de mampuesto y adobe, que se "ahíncan en la tierra" (Lafuente Ferrari)... Pueblos "de casas rojizas" «de pan tostado» (Gautier); pueblos de León, de la Tierra de Campos -Aguilar, Monzón-, de tintes amarillos, hechos de barro, batidos por el viento. Andorzino [sic, ¿Ardoncino?], el primer pueblo de los tapiales, con sus cuevas bodegas hundidas en el barro. ... [los de Asturias] "pueblos canoros", las sedosas «afelpadas praderas» (Pérez de Ayala), los valles como "copas" en las cuales se vierte la bruma azulada (Ortega), una hierba "lavada" y unos ríos que «jabonan y pulen». Los "pueblos vaqueiros" [ vaqueiros de alzada ], "pueblos frescos" -Cabal-, Villarín [en el Nomenclátor del INE hay nueve localidades con ese nombre, todas en Asturias], Endriza [sic ¿Endriga?]. En los Picos de Europa, Bulnes en un punto increíble. Pueblos zambullidos entre nubes, como Tineo. En la costa, Caudillero, Villaviciosa... Y ya tenemos el hórreo, los pazos de granito -"la madera de Galicia" (Torres Balbás)- sumergidos en un océano de verdes. Escribía Fernández Flórez que Galicia consumía la tercera parte de la producción total de verde)... "Una extraña impresión de ciudad funeraria", anota Ortiz Echagüe... Rianjo, la villa de los escudos; Redondela, la ciudad de los viaductos; Tuy, dormida. En Monjía (Mugía [sic, Muxia]) -contaba un dominico de Sevilla, a fines del XVI- con la marea quedaban esculpidas en las rocas unas cruces tan perfectas como hechas a mano; cuando tornaba la marea las deshacía. En el Arenal de Coiro, según Castroviejo -en la playa "d'as Areas gordas"-, preparaban las brujas sus "aquelarres". ... "Los pueblos verticales" Igual que a Ávila, a Madrigal de las Altas Torres (¡cuántas torres en España! Medina de las Torres, Valencia de las Torres, [provincia de] Badajoz, y Écija que debería llamarse de las Torres...) la encierra un anillo de muralla dorada. En Segovia, en Cuéllar cuelgan las casas sobre los muros, Íscar..., Sepúlveda y sus casas mordisqueando la ladera, "como cabras", caserío que es un "decorado para representar los dramas de don Pedro Calderón de la Barca" -escribía Cela-. Walter Starkie... apuntaba en su block: "las torres de las iglesias de Sepúlveda salían de los techos de las casas". Y, luego,... los tristes pueblos que se desinflan: Pedraza... Turégano... Buitrago, color de arcilla, y unas murallas carcomidas, agujeradas «como el corcho podrido» -Solana- ... y los pueblos escalonados, en graderío, "verticales" (M. V. Luque) de Teruel, Albarracín, telón a bocajarro; Valderrobles, anfiteatro calcinado... hasta Castielfabib, en Valencia. ... Brihuega, envuelta en "un color gris azulado, como de humo de cigarro puro" (Cela); Viana de Mondéjar, de oro viejo; Zorita de los Canes "echada a la sombra" del castillo, ... Maqueda, Ontígola, en Toledo -las cuevas, otra vez-, y ya en La Mancha, La Guardia y Tomelloso, viviendas subterráneas con cuadras y bodegas ... Iznalloz, Iznajar, Diezma, para Davillier, era un "nido de águilas quemado por el sol"... en las Alpujarras "se columpian en las montañas más altas de la Península sobre hamacas de deliciosos castañares" (García Gómez). Pueblos superpuestos -Mecina Alhajar [sic Mecina Alfahar ] es el piso bajo de Nechite-; pueblos altísimos, como Murtas, a los que se llegaba por encima de las chimeneas, y pueblos bajos, Albiñol [sic Albuñol ], a los que se entra subiendo, comenta Alarcón; pueblos en los que se entra en una casa por el tejado de la otra, y terrados tapizados de "launa" bajo la nieve; azoteas sin antepechos en las que bailan entre las chimeneas los vecinos de las casas de arriba (Torres Balbás). Esto pasa en Trevélez, el pueblo más alto de España -a media legua del Mulhacén- "donde se oye a los querubines cantar" ... Guadix -"topera gitana" (Pemán) -en taludes de arcilla blandísima, endurecida luego, al aire, a tal punto de no poderla hincar una navaja. A "these troglodytes" (Gerald Brenan) sólo se les descubre por las chimeneas, rematadas, afuera, a lo mejor por media tinaja. ...Cullar de Baza... Burullena [sic Purullena ]; Benalúa, algunas [cuevas] de tres pisos y tan sólo fuera de la tierra -hace cuarenta años- la iglesia, la posada y la casa del conde... El Raposo [hay dos localidades con ese nombre en el Nomenclátor del INE, ambas de la provincia de Badajoz], Granada, etc. Tras de estas colmenas humanas -"domicilia cavernosa" la llamaba Braun y Hogenberg, 1599- ... Vera -la fachada encalada en conglomerados rojos; Alpera. Por doquier "un runruneo denso y sordo de multitud enterrada" (Jean Sermet)... Sorbas, un picacho cuajado de casas "que asusta verlo desde la carretera" (Sinesio Delgado) ... Castellar, un pueblo dentro de un castillo. ... Utrera, "un mostachón blanco en una batea verde" (Fernán Caballero); ... Niebla (Huelva) roja como una cereza aplastada ... En realidad, en Andalucía, todos los pueblos son distintos, variaciones en sólo unos kilómetros de distancia, que no encontraréis en ninguna otra ruta de España, ni de Europa (Díez del Corral) ... aquellos pueblos de la ribera del Júcar -Valdeganga, Jorquera, Alcalá, Ues [sic, Ves, Casas de Ves, Villa de Ves, Balsa de Ves ]- tan a la orilla escarpadísima y peligrosa, que Fernán Caballero, en el XIX, escribe que algunos, por su situación, "se han mandado abandonar por el Consejo de Castilla"... Alcalalí "pequeñito y agudo como un esquilón" (Joan Miró) ... los de la Ribera Alta "flotando en los lagos de esmeralda de los huertos (Blasco Ibáñez), Alcira, "en un color mate de hueso"... Caldetas y su "Cafarnaum arquitectónico" (Josep Pla) ... El Ampurdán con sus casas de tejados "color de albaricoque", "curvas dulces, largas, suaves de las colinas extasiadas" (Pla)... Castellfullit de la Roca... En el Pirineo catalán, las viviendas escalonadas para recibir el sol: Valcebollera [sic ¿Valcebollère, en la vertiente francesa?], o , por el contrario Lles -el negativo de Alcantarilla- donde las casas antiguas apenas si tienen ventanas. .... Pueblos, finalmente, mallorquines, Sóller, entre "borbotones de verde"; Establiments, "anegado en un mar de espuma vegetal" (Pla)... Santa Eulalia -nube de nieve- en Ibiza. De las Islas Canarias, en Las Palmas, Artenara -cuevas suspendidas en el abismo- y Tejeda, en trance de despeñarse, "un pueblo que se mueve". "Si se mira hacia arriba creeremos que trepa, se agarra y sostiene; si se mira hacia abajo parece resbalar" (Guillén Peraza)...

Enlaces externos[editar]