Museo de Bellas Artes de Sevilla

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Museo de Bellas Artes
de Sevilla
Bien de interés cultural
Bien de interés cultural
Bien de interés cultural
273px
Portada del Museo de Bellas Artes de Sevilla. Miguel de Quintana, 1729.
Ubicación
País EspañaBandera de España España
Localidad Sevilla
Dirección Plaza del Museo número 9 41001
Coordenadas 37°23′34″N 6°00′00″O / 37.392654150993, -6.0001261186722
Tipo y colecciones
Superficie 7.775 m² aprox.
Historia y gestión
Creación 16 de septiembre de 1835
Inauguración 16 de septiembre de 1835
Director Valme Muñoz Rubio[1]
Información del edificio
Construcción 1662 (como convento de la Merced Calzada).
Información para visitantes
Visitantes
Ver lista
362.951 (2008)[2]
292.992 (2009)[2]
290.742 (2010)[3]
292.992 (2011)[4]
188.823 (2012)
212.536 (2013)
Página oficial del museo

El Museo de Bellas Artes de Sevilla se crea por Real Decreto de 16 de septiembre de 1835 como "Museo de Pinturas". En 1839 se escoge, de entre varios edificios conventuales desamortizados, el de la Merced, la actual sede, inaugurándose oficialmente en 1841. Hoy es considerada una de las pinacotecas más importantes de España.[5][6]​ Se ubica en la plaza del Museo, que está presidida por una escultura dedicada a Bartolomé Esteban Murillo. Es un museo fundamental para conocer tanto la pintura barroca sevillana, especialmente de Zurbarán, Murillo y Valdés Leal, como la pintura andaluza del siglo XIX.[7][8][9]

Historia

Convento

Escalera principal del Museo de Bellas Artes de Sevilla.

El edificio que alberga el actual Museo de Bellas Artes de Sevilla es el antiguo convento de la Orden de la Merced. Esta orden había sido fundada por san Pedro Nolasco en 1218.[10]​ Según nos cuenta Fray Gabriel Téllez, más conocido por su seudónimo de Tirso de Molina, en su Historia de la Orden de la Merced, los terrenos donde se alza el actual edificio fueron repartidos por Fernando III a los caballeros mercedarios que habían tomado parte activa en la conquista de Sevilla en 1248, otorgándoles rentas para la construcción de un edificio mudéjar, cercano a la actual calle Goles, que hoy no se conserva.[11]

Fray Alonso de Monroy, general de la orden desde 1602, promovió las obras de renovación del antiguo inmueble, realizadas en base a las trazas del arquitecto Juan de Oviedo y de la Bandera, que se inician en 1603.[12]​ Destacan entre sus dependencias la iglesia conventual, finalizada en 1612, así como los claustros articulados en torno a la escalera imperial, núcleo central del edificio, y cuya composición tuvo un gran eco en América.[13]​ El otro gran arquitecto asociado al edificio conventual mercedario fue Leonardo de Figueroa, que remodela en 1724 la planta superior del Claustro Mayor. La actual portada del edificio es de 1729. Fue realizada por el cantero Miguel de Quintana con diseño de este artesano y fray Francisco Bartolomé de Roxas.[14]

En 1625, el dramaturgo Tirso de Molina, perteneciente a la Orden de la Merced, fue desterrado de Madrid a Sevilla por dictamen de la Junta de Reformación, residiendo en este convento.

Museo

El Convento de la Merced fue desamortizado en 1835 en la desamortización de Mendizábal, lo que supuso la definitiva exclaustración y pérdida del convento. El Museo Provincial fue creado por Real Orden de 16 de septiembre de 1835, con el objeto de reunir las obras pertenecientes a las órdenes religiosas suprimidas.

La Junta del Museo recién creado propuso sucesivamente como emplazamientos para el mismo el convento de la Merced Calzada, que fue denegado por estar ocupado por la Real Sociedad Económica Sevillana de Amigos del País; el de Montesion; el de San Pablo, que iba ser destinado a Delegación de Hacienda; y el de San Buenaventura. Mientras se escogía la sede defintiva, los cuadros y objetos artísticos recogidos de los conventos se encontraban diseminados, lo que provocó un quebranto para el futuro museo. Así a título de ejemplo un cuadro de Velázquez procedente del convento de San Antonio, quedó de forma definitiva en el palacio arzobispal, varios cuadros de Zurbarán del convento de San Buenventura fueron vendidos al extranjero. Los guardacostas de la provincia de Cádiz también recuperaron algunos cuadros. Igualmente los expriores de algunos de los conventos desamortizados tuvieron que ser advertidos de que entregaran algunas pinturas que mantenían ocultas. Por fin, a 7 de octubre de 1838, queda constancia del establecimiento del museo en el antiguo convento de la Merced, compartido hasta 1846, con la Sociedad Económica.[15]

A su vez, la Real Orden de 16 de diciembre de 1840 dispuso que los objetos de Itálica encontrados o que se localizasen en el futuro deberían guardarse también en el antiguo convento. Por otra parte, la Real Orden de 20 de octubre de 1854 ordenó el traslado también a este edificio de las obras conservadas en los Reales Alcázares.[16]

En el mismo edificio se asentó también en 1873, la Facultad Libre de Farmacia y a la salida de esta, en 1875, lo hizo la Escuela Normal de Maestros. En 1879, se creó oficialmente el Museo de Antigüedades, independiente del de Bellas Artes, que también se estableció allí e igualmente la Academia y Escuela de Bellas Artes.

El Museo Arqueológico ocupaba tres galerías del denominado patio del Claustro Grande, mientras que el Museo de Pinturas ocupaba la iglesia y otras dependencias. La Academia y Escuela de Bellas Artes quedaron ubicadas en estancias contiguas a los museos y la Comisión de Monumentos Históricos y Artísticos y la Escuela Normal de Maestros quedaron en dependencias lindantes con las galerías del Claustro Grande.

En 1941, el Museo Arqueológico Provincial se trasladó al pabellón de la Bellas Artes de la Exposición Iberoamericana de 1929, en la plaza América, del parque de María Luisa y el edificio quedó entonces en exclusiva como Museo de Bellas Artes.[16]

Edificio

El inmueble se encuentra en la plaza del Museo, que fue planeada en el siglo XIX, de manera contemporánea al establecimiento del museo, cuenta con una estatua de bronce del pintor sevillano Bartolomé Esteban Murillo. De esta estatua existe una réplica exacta frente al Museo del Prado de Madrid, cerca del Jardín Botánico. Ambas son obra del escultor madrileño Sabino de Medina.

Desde su habilitación como museo ha sido modificado estructuralmente en tres ocasiones: en primer lugar, entre 1868 y 1898 en que se restauraron las arquerías y muros del piso primero, el solado de los claustros y alicatado con azulejos de otros conventos desamortizados; por segunda vez se retocó entre 1942 y 1945. En esta ocasión se actuó sobre la antigua sacristía, que pasó a convertirse en el patio de las Conchas y sobre la fachada principal, que cambió de lugar, cerrándose la portada barroca por la que se accedía anteriormente. La tercera vez que sufrió una modificación fue entre 1985 y 1993, en que se rehabilitó en su totalidad y acondicionó realmente para que sirviera como museo, rigiéndose por las exigencias existentes para ello.

Exterior

La fachada principal se presenta frente a la plaza del Museo. La portada, que estaba colocada en el extremo contrario del edificio, entre la calles Cepeda y Bailén, era el acceso a la iglesia del convento. Fue trasladada al lugar actual en 1945. Fue diseñada por Miguel de Quintana en 1729 según diseño, aunque con algunas modificaciones, de fray Francisco Bartolomé de Rojas.[17]​ Presenta arco de medio punto con un par de columnas paredas a cada lado, que descansan sobre pedestales. Sobre la misma se abre una gran hornacina en cuyo interior se encuentran las figuras de la Virgen de la Merced, San Pedro Nolasco, fundador de la Orden y el rey Jaime I de Aragón, su protector. A ambos lados la flanquean dos columnas salomónicas, y sobre ella se encuentra a modo de remate un frontón en cuyo centro se sitúa el escudo de la Orden de la Merced.

Interior

Paño de azulejos de Santas Justa y Rufina, obra de Hernando de Valladares realizado hacia 1600, procedente del antiguo convento de la Asunción de Sevilla.

La estructura actual del edificio se corresponde con la reforma llevada a cabo a partir de 1602 por Juan de Oviedo. El edificio se estructura alrededor de tres patios comunicados por una gran escalera y la iglesia, situada en uno de los extremos del convento. El vestíbulo se encuentra decorado con azulejería procedente de diversos conventos sevillanos.

Patios

  • Claustro grande, diseñado originalmente por Juan de Oviedo a comienzos del siglo XVII, que consta de dos cuerpos:[18]
    • Inferior, formado por arcos de medio punto que apean sobre columnas pareadas de mármol.[18]
    • Superior, reformado en 1724 por Leonardo de Figueroa, en el cual hay balcones enmarcados por pilastras jónicas.[18]
  • Claustro de los Bojes, diseñado por Juan de Oviedo y construido hacia el 1612.[18]
  • Claustro del Aljibe que sirve como patio de ingreso al museo.[18]​ Destaca el panel de cerámica de la Virgen del Rosario, realizado por Cristóbal de Augusta en 1577 para el convento de Madre de Dios.
Vista del claustro grande del antiguo convento de la Merced.
Vista de la sala V del museo, que ocupa la antigua iglesia del convento de la Merced.

Iglesia

La iglesia fue construida entre 1603 y 1612, proyectada por Juan de Oviedo.[17]​ La nave tiene forma de cruz latina, con bóveda de cañón y bóveda semiesférica sobre el crucero. En el lado izquierdo hay una portada atribuida a José Álvarez y ejecutada en el último tercio del siglo XVIII.[17]

Colección

Sagrada Cena (1588) de Alonso Vázquez.
San Hugo en el refectorio de los Cartujos, 1630-1635 (262 x 307 cm), de Zurbarán.

El origen de la colección comenzó con obras procedentes de conventos y monasterios desamortizados, razón por la cual el grueso de obras estaba formado por pintura religiosa, mayormente barroca sevillana. La desamortización promovida por el gobierno liberal de gaditano Juan de Dios Álvarez Mendizábal, quien decretó la supresión de las órdenes religiosas y la desamortización de sus bienes. El propósito de los decretos desamortizadores del 19 de febrero y 8 de marzo de 1836, que constituyeron la llamada Desamortización de Mendizábal, fue también que las propiedades improductivas y en poder de la iglesia y las órdenes religiosas, pasaran a una clase media o burguesía que realmente enriqueciera al país.

Entre 1854 y 1855 una comisión de miembros de la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría valoró los fondos artísticos procedentes de las órdenes religiosas suprimidas por el gobierno de Mendizábal, y dejaron reducidos en aquella primera criba a 435 pinturas y 15 esculturas válidas para el museo, mientras que un total de 357 cuadros restantes fueron calificados como de “desecho e impropios para un museo por su ningún mérito artístico”.

El misterio envolvió las primeras décadas del museo y también una compleja red de intencionalidades contrapuestas, en el mejor de los supuestos, interesadas en otros muchos. Lo cierto es que en un mercado implacable y la complicidad de determinadas personas habían acabado, en su raíz, con lo que podía haber sido la más fabulosa colección de pintura barroca española. Félix González de León en Noticias Artísticas de Sevilla sin recato menciona las muchas obras que “se han perdido o extraviado de las que hubo en los edificios públicos”, llegando a ofrecernos reseñas sobre los autores de las pinturas y los lugares donde se encontraban.

Afortunadamente, a partir de la década de 1920 las donaciones de particulares fueron abundantes.

En 1921 Lucy Monty, viuda de José Villegas Cordero, hizo entrega al museo de la importante colección de lienzos y dibujos realizados por su esposo. En 1928 Rafael González Abreu realizó la cuantiosa, completa e irregular colección de arte. En 1931, la viuda de don José Gestoso realizó una generosa donación al museo. En 1944 Andrés Siravegne Jiménez y su esposa Caridad Lomelino Recio donaron una generosa colección de sesenta y dos obras del pintor Antonio María Esquivel, ocho cuadros más del pintor José Gutiérrez de la Vega, y por último, una colección de muebles isabelinos.[19]

En 1945, doña Candelaria de Alvear, viuda de Andrés Parladé, conde de Aguiar hizo entrega de un importante número de obras del pintor, junto con diversos objetos que formaban su colección particular compuestas de pinturas, armas, cerámica, tejidos y mobiliario; en esas fechas, cada cual tuvo dedicada una sala, pasando el museo a denominarse “casa-museo”.

Son otros muchos los legados encomendados al museo de Bellas artes procedentes de las familias Cámara, Cortés Soto, Ybarra Llorente, Moreno Larrazabal, Vda. Marquesa de Larios, Condesa de Gálvez Vda. del ministro Luis Alarcón de la Lastra, Jaime de Mora y Aragón. Familia de los artistas Gonzalo de Bilbao, Eugenio Hermoso; José Arpa y Alfonso Grosso; donaciones del legado artístico de Virginia Harrison viuda de Zayas, Angulo, Villacieros con trece obras o la de Sánchez-Ramos con ocho lienzos, entre ellos El niño de la espina de Zurbarán, y un amplio etc.

Ya en los años 1970, se normalizó el contenido del museo, al igual que en todos los museos nacionales, reduciéndose su contenido y depurándose la presentación de la colección que iba a ser permanente.

En las últimas décadas se ha incrementado la colección por las adquisiciones públicas de la Administración andaluza y las donaciones efectuadas por descendientes de artistas de primeros del siglo XX.

La carencia más lamentada del Museo de Bellas Artes es el insuficiente repertorio de cuadros de Diego Velázquez, que desarrolló la mayor parte de su carrera en Madrid, hallándose casi todos los cuadros de su etapa juvenil sevillana en museos extranjeros. Durante muchos años el museo tuvo el cuadro Imposición de la casulla a san Ildefonso, de Velázquez, en su colección, pero al ser propiedad municipal fue reclamado por el Ayuntamiento y estuvo expuesto en el salón de plenos de la casa consistorial. Posteriormente, el alcalde Alfredo Sánchez Monteseirín ordenó trasladar el cuadro al Alcázar de Sevilla y en 2007 inició los trámites para que fuera cedido nuevamente al Museo de Bellas Artes.[20]​ Sin embargo, el 4 de julio de ese año la fundación Focus-Abengoa adquiere en subasta el cuadro de Velázquez dedicado a Santa Rufina, pasando esta adquisición y el cuadro Imposición de la casulla a san Ildefonso a una sala de la fundación Focus-Abengoa en el barrio Santa Cruz de Sevilla. En el Bellas Artes se conserva, del mismo autor, el Retrato de Cristóbal Suárez de Ribera y una Cabeza de apóstol cedida por el Museo del Prado.

Del siglo XVI se encuentran pinturas de Lucas Cranach el Viejo,[21]El Greco (Retrato de su hijo Jorge Manuel) y Marten de Vos, así como un famoso San Jerónimo del florentino Pietro Torrigiano.

Destaca la colección de pintura sevillana del siglo XVII, de la que se pueden contemplar obras de los más representativos pintores españoles como Murillo, el ya citado Velázquez, Zurbarán, Juan de Valdés Leal o Lucas Valdés.

Del siglo XIX y XX son señalables Gonzalo Bilbao, Valeriano Bécquer y Eugenio Hermoso. De Gonzalo de Bilbao puede reseñarse el retrato del rey Alfonso XIII, donde aparece con el uniforme de la Maestranza de Caballería de la ciudad y con la Torre del Oro al fondo, lo que muestra su vinculación con la capital hispalense.

La distribución actual del museo, que consta de 14 salas, es la siguiente:

Planta Baja

  • Sala I: Arte medieval español.
  • Sala II: Arte del Renacimiento.
  • Sala III: Francisco Pacheco y su escuela, los retablos.
  • Sala IV: Pequeñas obras maestras.
  • Sala V: Antigua iglesia del convento. El Barroco sevillano: los grandes maestros. Destacan las obras de Murillo colocadas en el frente de la iglesia y el crucero.

Planta Alta

Las Cigarreras, pintado por Gonzalo Bilbao en 1915 (Museo de Bellas Artes de Sevilla).
Esculturas destacadas
San Jerónimo penitente de Pietro Torrigiano
Santo Domingo de Juan Martínez Montañés
San Juan Bautista de Juan de Mesa
San Juan Bautista niño de Pedro de Mena

Obras destacadas

Artistas con obras en el museo

Pinturas destacadas
Virgen de las Cuevas de Francisco de Zurbarán
Inmaculada Concepción La Niña de Bartolomé Esteban Murillo
Martirio de san Andrés de Juan de Roelas

Ampliación

Está prevista la ampliación y modernización del Museo de Bellas Artes,[24]​ que se llevará a cabo con la incorporación del cercano Palacio de Monsalves, construcción del siglo XVI, totalmente reformada y rehabilitada por el arquitecto Aníbal González en 1907.[25]

El edificio albergó la sede de la Presidencia de la Junta de Andalucía, antes de trasladarse al Palacio de San Telmo en 1992. El espacio ganado será de 2.800 metros útiles, lo que permitirá la reforma de las salas expositivas. En la actual sede, el convento de la Merced, se exhibirán las piezas del siglo XV al XVIII y se mantendrán zonas de servicios como el taller de restauración o el almacén.

En la nueva sede se expondrán los fondos de los siglos XIX y XX. Además, habrá dos salas para exposiciones temporales, una de ellas de larga duración con fondos del propio museo.[26]

Durante algún tiempo estuvo prevista también la exposición de las obras de arte donadas por el coleccionista Mariano Bellver.[27]​ Sin embargo, y aunque llegó a barajarse también la posibilidad de que la colección se instalara en el Pabellón Real,[28]​ finalmente en noviembre de 2016 el Ayuntamiento adquirió la Casa Fabiola en el barrio de Santa Cruz para su exposición definitiva, como Colección Bellver.[29]

Guías históricas del Museo

  • José Gestoso y Pérez. Museo de Pinturas de Sevilla. Barcelona. Hijos de J. Thomas. 1930
  • Anónimo. El Museo Provincial de Bellas Artes de Sevilla. Sevilla. [s.n.], 196-?
  • José Hernández Díaz. El Museo Provincial de Bellas Artes de Sevilla. Madrid. Dirección General de Bellas Artes. 1967
  • Elena Jiménez Lozano, Pedro González García, Rosa María Ávila Ruiz y Enrique Pareja López. The Fine Arts Museum of Seville: painting and sculpture from the thirteenth to the nineteenth centuries. Barcelona. Escudo de Oro. 1989
  • Elena Jiménez Lozano, Pedro González García y Rosa Maria Ávila Ruiz. Musée des Beaux-Arts de Séville: peinture et sculpture du XIIIème au XXème siècles. Barcelona. Escudo de Oro. 1989
  • Museum of Fine Arts Seville: official guide. Museums of Andalusia, n.º 4. Sevilla. Consejerı́a de Cultura de Andalucía. 2005
  • Rafael de Besa Gutiérrez. El Museo de Bellas Artes de Sevilla en el siglo XIX, Diputación de Sevilla, 2018.

Referencias

  1. Ramos, Charo (29 de diciembre de 2010). «Valme Muñoz Rubio, la primera mujer directora del Museo de Bellas Artes». Diario de Sevilla. Consultado el 27 de mayo de 2014. 
  2. a b «El Museo de Bellas Artes pierde en 2009 70.000 visitantes respecto al año anterior». El Mundo. 21 de mayo de 2010. 
  3. «Estadística de visitas de museos andaluces». Junta de Andalucía. 2010. p. 1. 
  4. «Actualizada la Guía de Museos de Eroski Consumer, que incluye información de las 40 pinacotecas más importantes del país». Web Eroski Consumer. Museos. Archivado desde el original el 20 de julio de 2011. Consultado el 16 de julio de 2013. 
  5. «Visitando el Museo de Bellas Artes de Sevilla». sevilla. Consultado el 26 de enero de 2016. «Sevilla alberga una de las pinacotecas más interesantes a nivel nacional, un lugar muy interesante para todos los visitantes amantes de la cultura». 
  6. «La agonía de los museos sevillanos». La Vanguardia. Consultado el 26 de enero de 2016. «El museo de Bellas Artes de Sevilla, la segunda pinacoteca española en importancia.» 
  7. Museo de Bellas Artes de Sevilla juntadeandalucia.es [04-08-2008]
  8. «Sevilla Museo de Bellas Artes». sevillaguia.com. 
  9. Belausteguiotia, Santiago (15 de febrero de 2009). «La cuenta atrás del Bellas Artes». El País. «El Museo de Bellas Artes de Sevilla es la pinacoteca más importante de España tras el Museo del Prado.» 
  10. Matilde Fernández Rojas (2009). Patrimonio artístico de los conventos masculinos desamortizados en Sevilla durante el siglo XIX. Trinitarios, franciscanos, mercedarios, cartujos, jerónimos, mínimos, clérigos menores, obregones y filipenses. Secretariado de Publicaciones de la Diputación de Sevilla. p. 243. ISBN 978-84-7798-273-9. 
  11. Fernández Rojas, 2009, p. 245.
  12. Fernández Rojas, 2009, p. 249.
  13. Fernández Rojas, 2009, p. 259.
  14. Fernández Rojas, 2009, p. 253.
  15. Bilbao Martínez, Gonzalo (1935). Academia de Bellas Artes de San Fernando, ed. Discursos leídos en la solemne recepción del académico de número Excmo. Sr. D. Gonzalo Bilbao y Martínez. Madrid. 
  16. a b Torrubia Fernández, Yolanda (2006). «El Museo Arqueológico de Sevilla en el Convento de la Merced». Laboratorio de Arte (Universidad de Sevilla) (19): 503-515. Consultado el 30 de diciembre de 2017. 
  17. a b c Fernández Rojas, 2001, pp. 53-57.
  18. a b c d e Fernández Rojas, 2001, pp. 58-59.
  19. Catálogo del Museo de Bellas Artes de Sevilla. Ediciones Gever, 1991, p. 58
  20. «Monteseirín anuncia la cesión de un Velázquez al Bellas Artes». ABC de Sevilla. 6 de marzo de 2007. 
  21. Consejería de Cultura, Junta de Andalucía (ed.). «Museo de Bellas Artes de Sevilla. Obras singulares». Consultado el 27 de noviembre de 2011. 
  22. Página oficial del Museo de Bellas Artes de Sevilla: Colecciones. Consultado el 5 de enero de 2012
  23. «El Bellas Artes incorpora obras de Zuloaga y Tamburini». El Correo de Andalucía. 12 de agosto de 2011. Archivado desde el original el 27 de diciembre de 2011. Consultado el 12 de agosto de 2011. 
  24. «El Bellas Artes dobla su zona expositiva». Consultado el 2009. 
  25. Diego A. Cardoso Bueno (2006). Sevilla. El Casco Antiguo. Historia, arte y urbanismo. Ediciones Guadalquivir. ISBN 84-8093-154-X. 
  26. «Bellver cede su colección artística a Sevilla». ADN.es. Consultado el 2009. 
  27. «La colección Bellver se instalará en un ala del Palacio de Monsalves». Diario de Sevilla. 21 de marzo de 2010. Consultado el 21 de marzo de 2010. 
  28. «La colección Bellver, al Pabellón Real». ELMUNDO. Consultado el 9 de noviembre de 2016. 
  29. EP (8 de noviembre de 2016). «El pleno aprueba la compra de la Casa Fabiola para la colección Bellver». Cadena SER. Consultado el 9 de noviembre de 2016. 

Bibliografía

  • Matilde Fernández Rojas (2001). El Convento de la Merced Calzada de Sevilla. Sevilla: Secretariado de Publicaciones de la Diputación de Sevilla. ISBN 84-7798-173-6. 

Enlaces externos