Manuel Irurita

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Manuel Irurita Almándoz

Obispo de Barcelona
13 de marzo de 1930 - 3 de diciembre de 1936
Predecesor José Miralles y Sbert
Sucesor Gregorio Modrego Casaus

Obispo de Lérida
20 de diciembre de 1926 - 13 de marzo de 1930
Predecesor José Miralles y Sbert
Sucesor Salvio Huix Miralpéix C.O
Información religiosa
Ordenación sacerdotal 1901
Ordenación episcopal 25 de marzo de 1927 por Federico Tedeschini
Información personal
Nombre Manuel Irurita Almándoz
Nacimiento 19 de agosto de 1876
Larráinzar, España
Fallecimiento ¿3 de diciembre de 1936?
Alma máter Universidad Pontificia de Valencia

Manuel Irurita Almandoz (nacido en Larráinzar, Navarra, 19 de agosto de 1876) fue un religioso español, obispo de Lérida entre 1927 y 1930, año en que tomó posesión de la sede de Barcelona, cargo que ocuparía hasta el estallido de la Guerra Civil Española. Tras el inicio de la contienda, Manuel Irurita se refugió de las milicias anarquistas, pero su rastro se pierde después de que fuese detenido por dichas milicias en diciembre de 1936.

La versión oficial sostiene que pocos días después de haber sido detenido Irurita fue fusilado en el cementerio de Moncada junto a otros religiosos y laicos, el 3 de diciembre de 1936; sin embargo, en fechas recientes algunos autores han puesto en duda este hecho. A pesar de todo, es considerado uno de los trece obispos[a]​ asesinados en la zona republicana durante la Guerra Civil Española, víctima de la persecución religiosa.

Biografía

Cursó sus primeros estudios en el colegio de los padres capuchinos de Lecároz y posteriormente en el seminario diocesano de Pamplona. En Valencia transcurrió su vida sacerdotal desde 1905 a 1927. Culminó su formación eclesiástica con los grados de doctor en Filosofía y Sagrada Teología, conseguidos en la entonces Universidad Pontificia. En diciembre de 1926, la Santa Sede lo preconiza obispo de Lérida. Tras recibir la consagración episcopal el 25 de marzo de 1927, finalizaría su pontificado en marzo de 1930 con su designación para la sede de Barcelona. Para entonces era un reconocido simpatizante carlista y decididamente opuesto al catalanismo.[1]

Durante los años de la Segunda República Irurita fue descrito como un clérigo reaccionario,[2]integrista[3]​ y ultraconservador.[1]​ Nada más proclamarse la República, Irurita fue uno de los primeros prelados que acudió a visitar a la autoridad recién constituida,[4]​ y pidió a sus sacerdotes guardar con las autoridades todos los respetos y colaborar con ellas «en la prosecución de sus nobles fines».[5]​ No obstante, dos días antes de esta visita había atribuido a la República un «significado catastrófico».[6]​ A medida que la separación entre el Estado republicano y la jerarquía católica se hizo cada vez más grande, Irurita se hizo especialmente crítico con la política religiosa de las autoridades republicanas.[2]​ Durante la discusión de la Ley de Confesiones y Congregaciones Religiosas, Irurita manifestó su frontal rechazo a la misma y declaró que, en materia religiosa, «el único poder legítimo que reconocía era el de la Iglesia».[7]​ En los años de la República tuvo especial interés en las profecías de la madre María Rafols, una monja decimonónica —que se terminarían demostrando apócrifas, pues habían sido falsificadas en el siglo XX—.[8][9]

Sus relaciones con el catalanismo también eran tensas: por ejemplo, cuando en 1933 murió el presidente de la Generalidad, Francesc Macià, en un principio Irurita se negó a enviar capellanes al entierro de Macià, aunque finalmente aceptó enviarlos después de que el arzobispo Francisco Vidal y Barraquer le hiciera cambiar de opinión.[10]

Tras el estallido de la Guerra civil, el 21 de julio de 1936 Irurita huyó de la sede episcopal, que fue asaltado por las masas.[11]​ La versión oficial dice que logró ocultarse en el domicilio del joyero Antonio Tort en la calle Call nº 17,[2]​ el cual también había dado acomodo a las religiosas Carmelitas de la Caridad Elvira Ruiz y Micaela, Montserrat Sabanes y María Torres. El 1 de diciembre de 1936 doce milicianos de la Patrulla de Control número 11, del barrio de Pueblo Nuevo, allanaron el taller del joyero que se encontraba en la calle Pedro IV nº 166, llevándose detenidos a Irurita, Marcos Goñi, Antonio Tort, su hermano Francisco, la hija de Antonio Tort, Mercedes, y las carmelitas María Torres y Montserrat Sabanes.[2]​ Según la versión oficial, Irurita fue fusilado en las tapias del cementerio de Moncada dos días más tarde.[12]

En 1959 se abrió en Barcelona su proceso de beatificación.[13]​ Pero en 1964, el papa Pablo VI, después de consultar a los obispos españoles, decidió introducir una moratoria en esos procesos, especialmente para evitar interpretaciones políticas que pudieran instrumentalizar la decisión exclusivamente espiritual de la Iglesia. Hacia 1980 se pensó que la situación había cambiado ya lo suficiente como para que, en principio, tales interpretaciones no se dieran. Fue en 1983 cuando comenzaron a darse los pasos últimos que llevaron a las primeras beatificaciones de mártires de los años treinta.[14]​ En 2002, el entonces arzobispo de Barcelona, el cardenal Ricard Maria Carles, clausuró la fase diocesana y remitió la documentación a la Congregación para las Causas de los Santos.[15]

Controversia en torno a su fallecimiento

Calle del Obispo Irurita, Mislata

Según la Causa General franquista y el testimonio de otros sacerdotes, Irurita habría sido asesinado el 3 de diciembre de 1936 en Moncada y Reixach por milicias anarquistas,[16][17]​ en el cementerio de la localidad,[18]​ versión que secundan entre otros Gonzalo Redondo,[19]Albert Manent[20]​ y Vicente Cárcel.[21]​ Sin embargo existe un halo de misterio en torno a la muerte del obispo:[22]​ a lo largo de la contienda se puso en duda la muerte de Irurita,[20]​ con testimonios relatando incluso que habría sido salvado por los anarquistas[23]​ —según el periodista anarquista Jacinto Toryho fue el propio Buenaventura Durruti quien salvó del linchamiento a Irurita tras el levantamiento militar de julio—,[24]​ y otros de personas que aseguraban haber visto a Irurita saliendo del Palacio Episcopal de Barcelona dos días después de la entrada del ejército franquista en la ciudad, el 28 de enero de 1939.[25][3][26]

En esos testimonios, entre otras circunstancias, se han sustentado historiadores como el monje Hilari Raguer para asegurar «absolutamente convencido» que «al obispo Irurita no lo mataron el diciembre de 1936»,[27]​ especialmente tras la apertura de los archivos vaticanos relativos a Pío XI,[28]​ en los que consta que los servicios de información militar de los franquistas daban por vivo al obispo de Barcelona en 1937.[25][29]​ Hacia 1938 también existen fuentes según las cuales el Vaticano le daría por vivo.[30]​ De hecho, algunos de los testigos que lo vieron en enero de 1939 se lo comunicaron al jefe del Servicio de Información y Policía Militar, el coronel Ungría Jiménez, que se hallaba en Barcelona pero que no se sorprendió ante la noticia.[25]

El historiador Joan Bada, profesor de la Facultad de Teología de Cataluña y también de Historia en la Universidad de Barcelona, publicó una obra donde aportaba documentos de distintas instituciones (entre otras, de la Cruz Roja Internacional) que acreditaban que Irurita todavía continuaba vivo a mediados de 1937.[25]​ Para Bada también resulta extraño que en octubre de 1937, cuando se nombró a siete administradores apostólicos para suceder a obispos asesinados, la diócesis de Barcelona quedase vacante, y también el hecho que no se volviera a nombrar obispo de Barcelona hasta una fecha tan tardía como 1942.[25]

A finales del siglo XX se realizaron varias pruebas a los restos que se supone que pertenecen a Irurita. El odontólogo forense Juan Carol Montfort realizó un estudio de la dentadura de Irurita en 1940, si bien no pudo asegurar a partir del análisis de esta que se tratara de la del prelado, una vez realizada la descripción y previa declaración de dos dentistas que le habían tratado en su etapa de obispo de Lérida sostuvo que los restos pertenecerían a Irurita.[31]​ En el año 2000 se publicaron las conclusiones de un estudio sobre el ADN de los restos atribuidos a Irurita, comparándose con los de hermanos suyos, que afirmaban que estos pertenecían a alguien de la familia de Irurita, como podría ser el propio obispo o bien su sobrino.[30][b]​ Según el diario La Vanguardia, la Universidad de Santiago habría certificado con el 99,9% de probabilidad que los restos sepultados en la catedral de Barcelona correspondían al obispo Irurita.[33]​ Sin embargo, según Paul Preston las pruebas no habrían logrado resolver las dudas existentes, por lo que todavía continúan las especulaciones sobre su destino final.[34]

Notas

  1. De los cuales han sido beatificados nueve hasta la fecha: Diego Ventaja, Manuel Medina, Anselmo Polanco, Florentino Asensio, Cruz Laplana, Narciso de Esténaga, Manuel Basulto, Manuel Borrás y Salvio Huix.
  2. Jorge López Teulón, basándose en Doctor Irurita (obra publicada en 1992 por el jesuita Adro Xavier), afirma que estos no pueden ser confundidos con los de su sobrino, que según él seguirían en el cementerio de Montcada, y por lo tanto sostiene que los restos pertenecen al propio Irurita.[32]

Referencias

  1. a b Vallejo y Escamilla, 2007, pp. 134-135.
  2. a b c d Preston, 2011, p. 326.
  3. a b Raguer, 2003, pp. 40-41.
  4. Arbeloa Muru, 2011, pp. 28-29.
  5. Arbeloa Muru, 2011, pp. 28.
  6. La Parra López y Suárez Cortina, 1998, p. 216. «Otros gestos eran ambiguos, como el del obispo de Barcelona, que pedía el 16 de abril un "espíritu de cristiano acatamiento" en una circular que, por lo demás, atribuía a la República un significado catastrófico».
  7. Casanova, 2010, p. 71.
  8. Christian, 1996, pp. 66-74.
  9. Raguer, 1997, pp. 513-514.
  10. El Punt Avui, El bisbe Irurita es va negar a enviar capellans a la vetlla de Francesc Macià
  11. «El misterio Irurita continúa». La Vanguardia. 10 de junio de 2012. Consultado el 27 de junio de 2015. 
  12. Cfr. Desde su Catedral de Barcelona (consultado el 27 de junio de 2015).
  13. Redondo, 1993, p. 22.
  14. Redondo, 1993, pp. 32-33.
  15. «Carles pedirá a Roma la beatificación del obispo Irurita». ABC. 20 de julio de 2002. Consultado el 29 de junio de 2015. 
  16. La dominación roja en España
  17. Revista Arbil
  18. Darna Galobart, 2004, p. 330.
  19. Redondo, 1993, pp. 20-22.
  20. a b Manent i Segimon y Raventós i Giralt, 1984, pp. 64-67.
  21. Cárcel Ortí, 1990, p. 344.
  22. Mir Serra y Feliu Llansa, 2012.
  23. Clara, 2008, p. 87.
  24. Toryho, 1938, p. 239. «El obispo de esta capital, doctor Irurita, fué protegido el 19 de julio por el propio Durruti, que le salvó la vida».
  25. a b c d e «Irurita, el obispo que no fue mártir». El País. 3 de abril de 2011. Consultado el 27 de junio de 2015. 
  26. Clara, 2008, pp. 91-93.
  27. Hilari Raguer: "Las visitas de Mas y Montilla a Montserrat me recuerdan las de Franco", en El País de 2 de enero de 2007.
  28. Los archivos vaticanos desvelan sus secretos sobre la guerra civil, noticia de El Periódico de Aragón, 29 de septiembre de 2006.
  29. Clara, 2008, pp. 89-90.
  30. a b Clara, 2008, pp. 90-91.
  31. Ustrell Torrent, 1997, pp. 239-246.
  32. López Teulón, Jorge (7 de diciembre de 2010). «Obispo Irurita, santo y mártir, ruega por nosotros]». Los blogs de Religión en Libertad. Consultado el 27 de junio de 2015. 
  33. Playà Maset, Josep (12 de enero de 2000). «El análisis de ADN prueba la autenticidad de los restos del obispo Irurita». La Vanguardia: 23. 
  34. Preston, 2013, p. 326.

Bibliografía

Bibliografía citada
Bibliografía adicional

Enlaces externos


Predecesor:
José Miralles Sbert
Obispo de Lérida
1926-1930
Sucesor:
Salvio Huix Miralpéix
Predecesor:
José Miralles Sbert
Obispo de Barcelona

1930-1936
Sucesor:
Miguel de los Santos Díaz Gómara
(administrador apostólico)