Manuel Castells

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Manuel Castells

Fotografiado en enero de 2020


Ministro de Universidades de España
Actualmente en el cargo
Desde el 13 de enero de 2020
Monarca Felipe VI
Presidente Pedro Sánchez
Gabinete Gobierno de la XIV Legislatura
Predecesor Pedro Duque
(como ministro de Ciencia, Innovación y Universidades)

Información personal
Nombre de nacimiento Manuel Castells Oliván
Nacimiento 9 de febrero de 1942 Ver y modificar los datos en Wikidata (82 años)
Hellín (España) Ver y modificar los datos en Wikidata
Residencia España Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacionalidad Española
Educación
Educado en Universidad de Barcelona Ver y modificar los datos en Wikidata
Supervisor doctoral Alain Touraine Ver y modificar los datos en Wikidata
Información profesional
Ocupación Profesor, ministro, sociólogo, filósofo y escritor Ver y modificar los datos en Wikidata
Área Sociología urbana Ver y modificar los datos en Wikidata
Empleador
Estudiantes Daniel Cohn-Bendit Ver y modificar los datos en Wikidata
Partido político Independiente
Miembro de
Sitio web

Manuel Castells Oliván (Hellín, Albacete, 9 de febrero de 1942) es un sociólogo, economista y profesor universitario español, ministro de Universidades del Gobierno de España desde 2020.

Es académico de la Real Academia de Ciencias Económicas y Financieras,[1]​ de la Academia Británica, de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales de Estados Unidos, de la Academia Mexicana de Ciencias y de la Academia Europea. Según el Social Sciences Citation Index 2000-2017, Manuel Castells es el sexto académico del ámbito de las ciencias sociales más citado del mundo y el erudito en comunicación más citado del mundo.[2]

Fue galardonado en 2012 con el Premio Holberg por haber «dado forma a nuestra comprensión de la dinámica política de las economías urbanas y globales en la sociedad red». En 2013 fue galardonado con el Premio Balzan de Sociología. Está especialmente asociado con la investigación en sociedad de la información, comunicación y globalización.

Biografía

Nació en Hellín (Albacete) en 1942. Estudió Derecho y Económicas en la Universidad de Barcelona desde 1958 hasta que, por sus disensiones con la dictadura de Francisco Franco, se exilió en 1962, radicando en París, donde estudió sociología con Alain Touraine. A los 24 años se convirtió en el profesor más joven de la Universidad de París. Fue en sus clases donde Daniel Cohn-Bendit y otros estudiantes apoyaron las protestas de mayo de 1968, hecho por el cual la Universidad lo despidió. Se trasladó después a Estados Unidos, donde se enfocó en el desarrollo de tecnologías de la información y su impacto social.

Fue coordinador del Proyecto Internet Catalunya (2001 a 2007).[3]

Es catedrático de Sociología en la Universidad Abierta de Cataluña, en Barcelona. También es University Professor y catedrático titular de la Cátedra Wallis Annenberg de Tecnología de Comunicación y Sociedad de la Escuela Annenberg de Comunicación, de la Universidad of Southern California, en Los Ángeles; Catedrático Emérito de Sociología y de Planeamiento Urbano y Regional en la Universidad de California en Berkeley, donde enseñó durante 24 años; Fellow of St. John’s College de la Universidad de Cambridge y titular de la Cátedra Network Society en el Collège d’Études Mondiales, Paris.

Ha sido profesor visitante en numerosas universidades de todo el mundo y profesor invitado en cientos de instituciones académicas y profesionales en 45 países. Entre ellas en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (2004-2009), en la Universidad de Oxford (2007-2010), en la Universidad de Santa Clara (2008-2010) y en la Universidad de Cambridge (2012-2014). Desde 2011 fue investigador visitante permanente del Instituto Stellenbosch para Estudios Avanzados, en Sudáfrica.

Ha recibido doctorados honoríficos de universidades de Europa, América del Norte, América Latina y Asia, además de varias cátedras honoríficas y medallas universitarias. Es Académico Numerario de la Real Academia de Ciencias Económicas y Financieras, académico de la Academia Europea, de la Academia Británica, de la Academia Mexicana de Ciencias y de la Academia Americana de Ciencias Políticas y Sociales.[4]​ Desde su fundación, ha sido presidente del Consejo Académico de Next International Business School[5]​, escuela de negocios con sede en Madrid. En 2015 el Col·legi d'Economistes de Catalunya le distinguió como colegiado de honor.

Teoría

En la década de 1970, Castells desempeñó un papel principal en el desarrollo de una sociología urbana marxista. Enfatizó el papel de los movimientos sociales en la conflictiva transformación del paisaje urbano. Introdujo el concepto de «consumo colectivo» (transporte público, vivienda pública, etc…) como marco de un amplio abanico de luchas sociales, trasladadas del campo económico al político por la intervención del Estado. Abandonando las rigideces del marxismo a principios de los años 80, empezó a concentrarse en el papel de las nuevas tecnologías en la reestructuración de la economía. En 1989 introdujo el concepto de «espacio de los flujos», las componentes materiales e inmateriales de las redes globales de información mediante las cuales la economía se coordinaba de una forma creciente, en tiempo real, a través de las distancias.

En la década de los 90, combinó ambas líneas de su investigación en un voluminoso estudio, La era de la información, que se publicó como una trilogía entre 1996 y 1998. En respuesta a la crítica acogida de dicho trabajo en un largo número de multitudinarios seminarios celebrados en universidades de todo el mundo, se publicó una segunda edición de la obra en el año 2000.

El análisis de Castells se desarrolla a lo largo de tres dimensiones básicas: producción, poder y experiencia. Con ello pone énfasis en que la organización de la economía, del Estado y sus instituciones, las formas de significación en sus vidas que crean las personas mediante la acción colectiva, son fuentes irreductibles de dinámicas sociales. Han de ser entendidas en sus propios términos, así como en relación con las demás. Al aplicar dicho análisis al desarrollo de Internet, Castells enfatiza los papeles del Estado (en lo militar y académico), movimientos sociales (hackers y activistas sociales) y empresas en el moldeado de la infraestructura en relación con sus (conflictivas) agendas.

Globalización y era de la información

En los últimos treinta años ha llevado a cabo investigaciones en la que relaciona la evolución económica y las transformaciones políticas, sociales y culturales en el marco de una teoría integral de la información. Los resultados de su trabajo se recogen en la trilogía La era de la información, traducida a varios idiomas, así como una sucesión de investigaciones y publicaciones posteriores.

En palabras de Manuel Castells, La era de la Información es nuestra era:

Es un periodo histórico caracterizado por una revolución tecnológica centrada en las tecnologías digitales de información y comunicación, concomitante, pero no causante, con la emergencia de una estructura social en red, en todos los ámbitos de la actividad humana, y con la interdependencia global de dicha actividad. Es un proceso de transformación multidimensional que es a la vez incluyente y excluyente en función de los valores e intereses dominantes en cada proceso, en cada país y en cada organización social. Como todo proceso de transformación histórica, la era de la información no determina un curso único de la historia humana. Sus consecuencias, sus características dependen del poder de quienes se benefician en cada una de las múltiples opciones que se presentan a la voluntad humana.
[6][7]

El sociólogo establece una distinción analítica entre nociones de «sociedad de la información» y «sociedad informacional», con implicaciones similares para la economía de la información/informacional. El término sociedad de la información destaca el papel de esta última en la sociedad. Pero sostiene que la información, entendida como comunicación del conocimiento, siempre ha sido fundamental para cualquier sociedad, incluida la Europa medieval, que estaba culturalmente organizada y en cierta medida unificada en torno al escolasticismo, esto es, a un marco intelectual.

En contraste, el término informacional denota el atributo de una forma específica de organización social en la que generación, el procesamiento y la transmisión de la información se convierten en las fuentes fundamentales de la productividad y el poder, gracias a las nuevas condiciones tecnológicas que surgen a caballo de los siglos XX y XXI. La terminología de Castells trata de establecer un paralelismo con la distinción entre industria e industrial. Una sociedad industrial (como noción habitual en la tradición sociológica) no es sólo una sociedad en la que hay industria, sino aquella en la que las formas sociales y tecnológicas de la organización industrial impregnan todas las esferas de la actividad, comenzando con las dominantes y alcanzando los objetos y hábitos de la vida cotidiana. La utilización que Castells hace de los términos sociedad informacional y economía informacional intenta caracterizar de modo más preciso las transformaciones actuales, más allá de la mera observación de que la información y el conocimiento son fundamentales para nuestras sociedades actuales. Para determinar el contenido real de “sociedad informacional” ha de recurrirse a la observación y el análisis.[8]

Entendiendo los modos de desarrollo tecnológico como los mecanismos mediante los cuales el trabajo actúa sobre la materia para generar producto, cada modo de desarrollo se define según el elemento que es fundamental para fomentar la productividad en el proceso de producción. Así, en el modo de desarrollo agrario, la fuente del aumento del excedente es el resultado del incremento cuantitativo de mano de obra y recursos naturales (sobre todo tierra cultivable) en el proceso de producción, así como de la dotación natural de esos recursos. En el modo de producción industrial, la principal fuente de productividad es la introducción de nuevas fuentes de energía y su disponibilidad para ser usada en la producción y los procesos de circulación.[8]

En el nuevo modo de desarrollo informacional, la fuente de la productividad estriba en la tecnología de la generación de conocimiento, el procesamiento de la información y la comunicación de símbolos. Sin duda, el conocimiento y la información son elementos decisivos en todos los modos de desarrollo, ya que el proceso de producción siempre se basa sobre cierto grado de conocimiento y en el procesamiento de la información. Sin embargo lo que es específico del modo de desarrollo informacional es la acción del conocimiento sobre sí mismo como principal fuente de productividad. En el nuevo modo de desarrollo informacional la fuente de la productividad estriba en la tecnología del conocimiento, el procesamiento de la información y la comunicación de símbolos.[8]

La sociedad de la información y el estado del bienestar

Conjuntamente con Pekka Himanen, Castells ha publicado un análisis de caso de sus teorías en el libro «La sociedad de la información y el estado del bienestar». El caso de Finlandia se presenta como ejemplo exitoso de inserción en un mundo globalizado de la mano del desarrollo de la sociedad de la información, manteniendo el contrato social entre el estado y la sociedad con su población y una distribución de esos beneficios de forma bastante homogénea. Así pues, demuestran cómo, en contraposición a Estados Unidos, la globalización de su economía no se traduce en una desigualdad social que se refleja en el aumento de la marginalidad de los individuos más desprotegidos por el estado. En la metamorfosis finlandesa, se demuestran como elementos clave: la identidad ciudadana finlandesa reforzada por el informacionalismo, la habilidad del estado para conjugar el desarrollo de esa identidad mediante la promoción de la sociedad de la información y sus sinergias con los sectores privado y público así como entre estos últimos. En un mundo de flujos globales de salud, poder e imágenes, la búsqueda de la identidad colectiva o individual, asignada o construida, se vuelve la fuente fundamental de sentido social, escribe. Como consecuencia de la prevalencia actual de la tecnología de la información, en el mundo se está abriendo una brecha entre una tecno-élite globalmente conectada, y las identidades comunitarias, atrincheradas en lo local. Castells destaca la importancia del moderno proceso de localización a la par de globalización. Castells visualiza un siglo XXI en el cual las identidades serán absorbidas en la red, o excluidas de ella, como se ha hecho con algunas tribus indígenas en reservas. Esas serán, sostiene, las batallas culturales del siglo XXI.[9]

Informacionalismo y sociedad red

El informacionalismo es un paradigma tecnológico. Concierne a la tecnología, no a la organización social ni a las instituciones. El informacionalismo proporciona la base para un determinado tipo de estructura social que denomina sociedad red. Sin el informacionalismo, la sociedad red no podría existir, pero esta nueva estructura social no es producto del informacionalismo, sino de un patrón más amplio de evolución social.[10]

Sobre los fundamentos del informacionalismo, la sociedad red surge y se expande por todo el planeta como la forma dominante de organización social de nuestra época. La sociedad red es una estructura social hecha de redes de información propulsada por las tecnologías de la información características del paradigma informacionalista. Por estructura social entiendo las disposiciones organizativas de los seres humanos en las relaciones de producción, consumo, experiencia y poder, tal como se expresan en la interacción significativa enmarcada por la cultura. Una red es un conjunto de nodos interconectados. Un nodo es el punto en el cual la curva se corta a sí misma. Las redes sociales son tan antiguas como la propia humanidad, pero han cobrado nueva vida bajo el informacionalismo porque las nuevas tecnologías realzan la flexibilidad inherente a las redes, al tiempo que solucionan los problemas de coordinación y gobierno que, a lo largo de la historia, lastraban a las redes en su competencia con las organizaciones jerárquicas. Las redes distribuyen el rendimiento y comparten la toma de decisiones en los nodos de la red según un modelo interactivo. Por definición, una red carece de centro y sólo tiene nodos. Si bien éstos pueden diferir en tamaño y, por tanto, tienen una relevancia variada, todos son necesarios a la red. Cuando los nodos pasan a ser redundantes, las redes tienden a reconfigurarse: eliminan algunos y añaden otros nuevos y productivos. Los nodos aumentan su importancia para la red absorbiendo más información y procesándola de forma más eficiente. La relativa importancia de un nodo no deriva de sus rasgos específicos sino de su capacidad para aportar información valiosa a la red. En este sentido, los principales no son centros sino llaves y protocolos de comunicación, que en su funcionamiento siguen una lógica de red y no una lógica de mando. Las redes operan según una lógica binaria de inclusión/exclusión, aspecto que crítica el discurso de la sociedad del conocimiento auspiciado (entre otros) por la UNESCO versus el discurso meramente tecnomercantilista de la sociedad de la información (al respecto de dicho debate, ver sociedad de la información y del conocimiento).

En cuanto a formas sociales, carecen de valores. Según Castells tanto pueden besar como matar, nada hay de personal en lo que hacen.Todo depende, continúa diciendo, de las metas que se hayan asignado a la red y de la forma más elegante, económica y autorreproductiva de llevar a cabo sus objetivos. En este sentido, la red es un autómata. En una estructura social, los actores e instituciones sociales programan las redes. Pero una vez han sido programadas, las redes de información propulsadas por la tecnología de la información imponen su lógica estructural a sus componentes humanos, a menos que, por supuesto, las vuelvan a programar, operación que por lo general supone un elevado coste social y económico.[cita requerida]

La sociedad de la información y sus contradicciones

En 1995, se celebraba la reunión del Grupo de los Siete (G-7) en Bruselas, centrándose en único tema: la sociedad de la información. En la agenda, las principales cuestiones giraron en torno a las condiciones tecnológicas y legales para la construcción de las denominadas autopistas de la información; el establecimiento de mecanismos de seguridad en los circuitos electrónicos; la evaluación de los posibles efectos sobre el empleo; la regulación internacional de los nuevos medios de comunicación; los problemas planteados por las nuevas tecnologías para la privacidad de los ciudadanos, y la cooperación internacional en materia tecnológica, entre otros. Entonces, Castells decía lo siguiente:

La difusión y desarrollo de ese sistema tecnológico ha cambiado la base material de nuestras vidas, por tanto la vida misma, en todos sus aspectos: en cómo producimos, cómo y en qué trabajamos, cómo y qué consumimos, cómo nos educamos, cómo nos informamos-entretenemos, cómo vendemos, cómo nos arruinamos, cómo gobernamos, cómo hacemos la guerra y la paz, cómo nacemos y cómo morimos, y quién manda, quién se enriquece, quién explota, quién sufre y quién se margina. Las nuevas tecnologías de información no determinan lo que pasa en la sociedad, pero cambian tan profundamente las reglas del juego que debemos aprender de nuevo, colectivamente, cuál es nuestra nueva realidad, o sufriremos, individualmente, el control de los pocos (países o personas) que conozcan los códigos de acceso a las fuentes de saber y poder.[11]

Al referirse a las connotaciones económicas y globales —y sus contradicciones con lo local— Castells afirmaba:

La economía de la sociedad de la información es global. Pero no todo es global, sino las actividades estratégicamente decisivas: el capital que circula sin cesar en los circuitos electrónicos, la información comercial, las tecnologías más avanzadas, las mercancías competitivas en los mercados mundiales, y los altos ejecutivos y tecnólogos. Al mismo tiempo, la mayoría de la gente sigue siendo local, de su país, de su barrio, y esta diferencia fundamental entre la globalidad de la riqueza y el poder y la localidad de la experiencia personal crea un abismo de comprensión entre personas, empresas e instituciones.[11]

Castells resaltaba, por una parte los cambios introducidos -de forma inexorable, ligados al avance de la tecnologías de la información y la comunicación- así como el enorme potencial de transformación del nuevo paradigma socioeconómico que empezaba a apreciarse con más claridad. En la mencionada reunión del G-7 —los países de las economías más avanzadas del mundo— que tenía lugar esos días, el sociólogo escribía de forma crítica:

Por ello es a la vez la sociedad de las proezas tecnológicas y médicas y de la marginación de amplios sectores de la población, irrelevantes para el nuevo sistema, […] por ello no podemos desarrollar su dimensión creativa y escapar a sus efectos potencialmente devastadores sin afrontar colectivamente quiénes somos y qué queremos. Lo que tal vez el Grupo de los Siete debiera plantearse es cómo reequilibrar nuestro superdesarrollo tecnológico y nuestro subdesarrollo social.[11]

Actividad política

Manuel Castells colabora con la Comisión Sociedad de la Información de Ciudadanos Expertos Independientes del Partido X.[12][13]

Se ha implicado más profundamente en la vida política española, siendo nombrado Ministro de Universidades del gobierno de coalición dirigido por Pedro Sánchez, el 14 de enero de 2020. Fue elegido por Unidas Podemos para ser uno de los cinco representantes de este partido en el seno de la coalición PSOE-Unidas Podemos, que gobierna a España desde que fue investida, el 7 de enero de 2020.[14]

Identidad catalana

A pesar de haber nacido en la actual Castilla–La Mancha, Castells se considera a sí mismo catalán tras haber pasado años críticos de su adolescencia en Barcelona, y porque la matriz original de la familia de su padre proviene de Barcelona. En 2003 se refiere a sí mismo como nacionalista catalán, aunque no separatista, y no apoya a partidos nacionalistas; en cambio, apoyaba al Partido Socialista Catalán, que es federalista[15]​. Posteriormente se alineó con En Comú Podem a quien representa en el Gobierno de España, presidido por Sánchez[16]​.

Distinciones y premios

Obras

Manuel Castells es autor de 26 libros, incluida la trilogía La era de la información: economía, sociedad y cultura, 1996-2003, traducida a 23 lenguas.[4]

Libros

Los libros de los que Manuel Castells es autor principal son:

  • Problemas de investigación en sociología urbana. Madrid-México: Siglo XXI. 1971.
  • La cuestión urbana. Siglo Veintiuno de España Editores, S.A. Publicado originalmente en francés en 1972 (La Question Urbaine). Primera edición en español, 1974.
  • Imperialismo y urbanización en América Latina. Gustavo Gili.1973.
  • Monopolville. L'entreprise, l'etat, l'urbain. París: Mouton. 1974.
  • Nuevas perspectivas críticas en educación. Barcelona: Paidós. 1994.
  • La ciudad informacional. Tecnologías de la Información, reestructuración económica y el proceso urbano-regional. Madrid: Alianza Editorial. 1995.
  • Local y global. La gestión de las ciudades en la era de la información. Madrid: Taurus. 1997. (en colaboración con J. Borja).
  • La transformación del trabajo. Barcelona: Los Libros de la Factoría. 1999. (en colaboración con G. Esping-Andersen).
  • La Era de la Información. Vol. I: La Sociedad Red. México, Distrito Federal: Siglo XXI Editores. 2002.
  • La Era de la Información. Vol. II: El poder de la identidad. México, Distrito Federal: Siglo XXI Editores. 2001.
  • La Era de la Información. Vol. III: Fin de Milenio. México, Distrito Federal:Siglo XXI Editores. 2001.
  • La Galaxia Internet. Reflexiones sobre Internet, empresa y sociedad. Madrid: Areté. 2001.
  • The Information Age: Economy, Society and Culture. Vol. I: The Rise of the Network Society. Second Edition. Oxford, UK: Blackwell Publishing. 2002.
  • El estado del bienestar y la sociedad de la información. El modelo finlandés. Madrid: Alianza Editorial. 2002. (en colaboración con P. Himanen).
  • Guerra y Paz en el siglo XXI. Una perspectiva europea'. Barcelona: Tusquets. 2003. (en colaboración con N. Serra).
  • Conversations with Manuel Castells. Cambridge, UK: Polity. 2003. (en colaboración con M. Ince).
  • La Sociedad Red. Alianza Editorial, 2006.
  • Comunicación y Poder. Alianza Editorial, 2009.
  • Redes de indignación y esperanza. Los movimientos sociales en la era de Internet. Alianza Editorial, 2012.
  • Reconceptualizing Development in the Global Information Age. Oxford University Press, 2014. (en colaboración con Pekka Himanen).
  • Ruptura. La crisis de la democracia liberal. Alianza Editorial, 2018.

Referencias

  1. «Excmo. Sr. Dr. D. Manuel Castells Oliván». RACEF. Consultado el 9 de agosto de 2017. 
  2. «Relative Ranking of a Selected Pool of Leading Scholars in the Social Sciences by Number of Citations in the Social Science Citation Index, 2000-2014.». 
  3. «UOC - IN3 - Proyecto Internet Catalunya (PIC)». www.uoc.edu. Consultado el 7 de enero de 2020. 
  4. a b c «Curriculum Vitae | UOC - Web de la producción científica del profesor Manuel Castells». Consultado el 24 de mayo de 2016. 
  5. «Next International Business School. Consejo Académico». Next IBS. Consultado el 24 de enero de 2020. 
  6. Castells, Manuel (29 de enero de 2005). «Innovación, libertad y poder en la era de la información». Guion de presentación de Manuel Castells en el V Foro Social Mundial. Consultado el 10 de febrero de 2019. 
  7. de Moraes, Dênis (19 de junio de 2018). «Innovación, libertad y poder en la era de la información». Sociedad mediatizada. GEDISA. pp. 175-182. ISBN 9788416919093. 
  8. a b c Castells, Manuel (2004). La era de la información: economía, sociedad y cultura. Siglo XXI. ISBN 9682321689. Consultado el 24 de julio de 2017. 
  9. Castells, Manuel; Himanen, Pekka (2002). La sociedad de la información y el Estado del bienestar: el modelo finlandés. Alianza Editorial. ISBN 9788420691039. Consultado el 24 de julio de 2017. 
  10. Castells, Manuel (1999). La era de la información: economía, sociedad y cultura 1. Siglo XXI. pp. 39-48. ISBN 978-968-23-2168-9. Consultado el 7 de enero de 2020. 
  11. a b c Castells, Manuel (25 de febrero de 1995). «La sociedad de la información». El País. Consultado el 12 de marzo de 2016. 
  12. País, Ediciones El (15 de febrero de 2014). «El Partido X se presenta en Barcelona». Consultado el 9 de julio de 2016. 
  13. «¿Quiénes somos?». partidox.org. Consultado el 9 de julio de 2016. 
  14. Santaeulalia, Inés (5 de enero de 2020). «Los comunes proponen al sociólogo Manuel Castells como ministro de Universidades». El País. ISSN 1134-6582. Consultado el 14 de enero de 2020. 
  15. Castells, Manuel (2003). Conversations with Manuel Castells. Polity. p. 8. ISBN 0-7456-2848-6. OCLC 51913529. Consultado el 9 de enero de 2020. 
  16. «El sociólogo Castells será ministro de Universidades a propuesta de Colau». La Vanguardia. 5 de enero de 2020. Consultado el 1 de septiembre de 2020. 
  17. «John Simon Guggenheim Foundation | Manuel Castells» (en inglés estadounidense). Consultado el 7 de enero de 2020. 
  18. «The Society for the Study of Social Problems | Past Winners». www.sssp1.org. Consultado el 7 de enero de 2020. 
  19. «Community and Urban Sociology Section Awards Recipients History». American Sociological Association (en inglés). 3 de noviembre de 2010. Consultado el 7 de enero de 2020. 
  20. «American Political Science Association > PROGRAMS > APSA Awards > Ithiel de Sola Pool Award Recipients». www.apsanet.org. Consultado el 7 de enero de 2020. 
  21. «Cercador de normativa». Portal Jurídic de Catalunya (en ca-ES). Consultado el 7 de enero de 2020. 
  22. «·CIS·Centro de Investigaciones Sociológicas·Premio Nacional de Sociología y Ciencia Política». www.cis.es. Consultado el 7 de enero de 2020. 
  23. «Academy of Europe: Erasmus Medal». www.ae-info.org. Consultado el 7 de enero de 2020. 

Enlaces externos


Predecesor:
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Ronald Dworkin
Kurt Lambeck
Reinhard Strohm
Premio Balzan
2013
Sucesor:
Predecesor:
Pedro Duque
(Ciencia, Innovación y Universidades)

Ministro de Universidades de España

2020-actualidad
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