Las tentaciones de san Antonio Abad (el Bosco)

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Las Tentaciones de san Antonio
Año 1500-1525
Autor El Bosco
Técnica Óleo sobre tabla
Estilo Gótico
Tamaño 70 cm × 51 cm
Localización Museo del Prado, Madrid, España
País de origen Países Bajos

Las Tentaciones de san Antonio es un cuadro del pintor flamenco El Bosco, ejecutado al óleo sobre tabla y que mide 70 centímetros de alto por 51 cm. de ancho. Se encuentra en el Museo del Prado de Madrid (España).

Historia

Esta tabla no debe confundirse con el tríptico realizado por El Bosco sobre el mismo tema, actualmente en el Museo Nacional de Arte Antigua de Lisboa. Este cuadro de Madrid es más sereno frente a la agitación que reina en el tríptico lisboeta.

Es uno de los cuadros de los últimos años de El Bosco, si bien como el resto de sus obras resulta no tener una datación unánime. Friedländer habló de 1490; otros señalaron el año 1510, actualmente se opta por el periodo 1500-1525. No es seguro que sea una obra autógrafa del Bosco, pudiendo ser de un imitador o de su taller.

Estuvo en el Monasterio del Escorial antes de pasar a formar parte de las colecciones del Museo del Prado.

Análisis

En esta tabla el santo no queda distraído de sus meditaciones por los demonios que lo rodean, con las tentaciones simbolizadas de muchas maneras: el cuchillo mellado, escalas, el jarro del diablo, piezas de armadura, pequeños demonios-grillos. A su lado, aparece uno de sus atributos: un cerdito.

El santo está acurrucado, debajo de un árbol hueco al que le ha puesto un precario techo de paja. Delante, un arroyo del que surgen también figuras demoníacas. Se enmarca en un paisaje de tonos amarillentos y verdosos, con suaves azules hacia el horizonte.

Es uno de los temas favoritos del Bosco: Antonio Abad aparece como el primer ermitaño que tuvo que resistir durísimos ataques del demonio, según describía la Vita S. Antonii de Atanasio y la Leyenda Áurea de Jacobo de la Vorágine.

En cuanto a las fuentes iconográficas de las que se pudo servir el Bosco, Combe apunta, por un lado, a las formas de contemplación que hay en los escritos místicos de Ruysbroeck, como el Espejo de la eterna salud y, por otro, a las litografías del Exercitium super Pater noster, en las que se pueden ver escenas de meditación al aire libre.

Referencias