Joseph Conrad

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Joseph Conrad

Joseph Conrad en 1904.
Información personal
Nombre de nacimiento Józef Teodor Konrad Korzeniowski Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacimiento 3 de diciembre de 1857 Ver y modificar los datos en Wikidata
Terekhove (Gobernación de Volinia, Imperio ruso) Ver y modificar los datos en Wikidata
Fallecimiento 3 de agosto de 1924 Ver y modificar los datos en Wikidata
Bishopsbourne (Reino Unido) Ver y modificar los datos en Wikidata
Causa de muerte Infarto agudo de miocardio Ver y modificar los datos en Wikidata
Sepultura Canterbury City Cemetery Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacionalidad Británica y rusa
Religión Ateísmo Ver y modificar los datos en Wikidata
Familia
Padres Apollo Korzeniowski Ver y modificar los datos en Wikidata
Ewa Korzeniewska Ver y modificar los datos en Wikidata
Cónyuge Jessie George Ver y modificar los datos en Wikidata
Educación
Educado en Bartłomiej Nowodworski High School Ver y modificar los datos en Wikidata
Información profesional
Ocupación Novelista
Años activo 1895-1926
Movimiento Modernismo Ver y modificar los datos en Wikidata
Género Novela corta Ver y modificar los datos en Wikidata
Obras notables
Firma

Józef Teodor Konrad Korzeniowski, más conocido como Joseph Conrad (Berdyczów, entonces Polonia, actual Ucrania, 3 de diciembre de 1857 – Bishopsbourne, Inglaterra, 3 de agosto de 1924), fue un novelista polaco que adoptó el inglés como lengua literaria. Conrad, cuya obra explora la vulnerabilidad y la inestabilidad moral del ser humano, está considerado como uno de los más grandes novelistas de la Literatura Universal.

Biografía

Como dice Carlos S. Sánchez Rodrigo en el prólogo a la edición de Notas de vida y letras, no es fácil acercarse al solitario a menos que él lo propicie. Pero ese aire distante no es lo único que define al personaje y al autor literario ya que Conrad se empeñó, algo contradictoriamente, en abordar la vida, la literatura y el arte desde una apasionada independencia, lo que desde el punto de vista literario lo ha situado al margen de estilos y escuelas, y desde el punto de vista de su trayectoria biográfica lo llevó al exilio y a abrazar un idioma extraño, siempre preservando celosamente en penumbra ciertos aspectos de su biografía, lo que algunos atribuyen a su invencible pudor o a su carácter proverbialmente reservado, aunque otros lo consideran sólo un artificio literario con el que mantener vivos el interés y la curiosidad de sus lectores y críticos.

Su nombre polaco original era el de Józef Teodor Konrad Nałęcz-Korzeniowski, aunque al tomar la nacionalidad británica adoptó el de Joseph Conrad. Nacido en el seno de una familia pertenenciente a la baja nobleza en Berdyczew, Podolia el 3 de diciembre de 1857, en una ciudad hoy situada en Ucrania y por entonces perteneciente a la Polonia sujeta al ocupante ruso. Su padre combinaba la actividad literaria como escritor y traductor de Shakespeare y de Víctor Hugo con el activismo político del nacionalismo polaco, objeto de la represión del régimen zarista, actividades que le acarrearon una condena a trabajos forzados en Siberia. La madre de Josef murió de tuberculosis durante los años de exilio, y cuatro años más tarde el padre, al que se le había permitido volver a Cracovia.

Al quedar huérfano a los doce años, Conrad hubo de trasladarse a la casa de su tío Thaddeusa a Lvov, ciudad entonces bajo administración del imperio austro-húngaro, y luego a Cracovia donde estudió secundaria. Pero a los 17 años, hastiado de la vida estudiantil, viajó hasta Italia y luego a Marsella para terminar enrolándose como marinero a bordo del buque "Mont Blanc" (1875). Esa experiencia cambiaría su vida ya que con ella nacería una pasión, que no abandonó jamás, por la aventura, por los viajes, por el mundo del mar y por los barcos.

De los siguientes cuatro años apenas se conocen datos. De esa etapa, que él se empeñó siempre en mantener en penumbra, se ha documentado, no obstante, un viaje por el Caribe, su apoyo activo al legitimismo bonapartista, cierto asunto de contrabando de armas a favor de los carlistas españoles (del que extrajo algún pasaje para su relato de El tremolino) y, según parece, hasta un intento de suicidio por razones amorosas.

En 1878, para escapar al reclutamiento militar ruso, se trasladó a Inglaterra, trabajando como tripulante en barcos de cabotaje en los puertos de Lowestof y Newcastle, ocupando sus ratos libres a bordo con una afición un tanto sorprendente para un joven marinero extranjero, la lectura de Shakespeare, lo que le permitió ya a los 21 años un amplio dominio del idioma inglés, lengua en la que escribió toda su obra y en la que se consagraría como uno de sus autores clásicos. En palabras de Javier Marías, "el inglés de Conrad se convierte en una lengua extraña, densa y transparente a la vez, impostada y fantasmal, (...) utilizando las palabras en la acepción que les es más tangencial y por consiguiente en su sentido más ambiguo".

Tras obtener la nacionalidad inglesa, pudo presentarse a los exámenes de aptitud de oficial de la marina mercante británica, navegando en el "Duke of Sutherland", "Highland Forest", "Loch Etive", "Narcissus" y "Palestine" y luego obtuvo el título de capitán, cargo que desempeñó en los barcos "Torrens" y "Otago", éste último de bandera australiana.

Escudo del clan Nałęcz.

En el último cuarto del siglo XIX, al llegar el imperio británico a su máxima expansión, las necesidades del comercio a gran escala y a larga distancia por vía marítima entre la metrópoli y el rosario de colonias, factorías y puertos que se extendía por todas las costas del mundo, junto con las nuevas tecnologías de la siderurgia y el perfeccionamiento de la máquina de vapor, produjo una crísis en la técnica secular de la navegación impulsada por el viento, debido a que los barcos de vela, pese al romántico canto de cisne de los rápidos clippers, era incapaz de competir en velocidad, capacidad de carga y mayor fiabilidad del transporte en los grandes vapores de acero. Enfrentado a la encrucijada de esos dos mundos que se cruzan sin comprenderse e ignorándose, uno, el dominado por el imprevisible capricho del viento, el de la dura y secular técnica de la navegación a vela que tan magistralmente aparece descrita en "El bello arte" y, el otro, el de la esclavitud por la tiranía de la puntualidad y la deshumanización de la vida a bordo, Conrad toma partido ardiente por el primero, aún sabiendo que está irremisiblemente condenado a sucumbir legándonos, ese es su mayor valor, esa irrepetible galería de tipos humanos, armadores, oficiales, capitanes, marineros, etc., que lo han convertido en uno de los clásicos de la literatura del mar, a la altura de Melville y Stevenson. Como reconoce en el prólogo a la edición de El espejo del mar, fue gracias al bagaje vital adquirido durantes sus años como marino, los episodios vividos durante esa época, los tipos humanos que pudo conocer y las historias que oyó en puerto o durante las tediosas horas a bordo, los que modelaron ese universo geográfico y moral en el que el individuo aparece confrontado en solitario a las fuerzas desatadas de una naturaleza hostil o amenazadora, junto a una fuerte carga de pesimismo respecto a la condición humana y en relación al papel de la civilización, esto último objeto de su relato El corazón de las tinieblas, en el que narra de forma oblicua las atrocidades que se estaban cometiendo contra la población indígena en el Estado Libre del Congo, por cierto denunciadas de forma mucho más abierta y decidida por el diplomático irlandés Roger Casement, con el que tuvo cierta amistad personal.

Tras lograr la nacionalidad británica (1886) y escribir su primera novela La locura de Almayer, en 1894, a la vuelta de su último viaje a Australia, conoció a su futura mujer, Jessie George, con la que se casó dos años después, residiendo en los años siguientes en el sur de Inglaterra, ya dedicado exclusivamente a su labor literaria, trabajando para la Editorial Unwin, más tarde para el editor Pinker y después para la English Review. Se publican Un paria de las islas (1896), al año siguiente, Salvamento, El negro del Narcissus y Una avanzada del progreso.

Durante estos años conoció a Rudyard Kipling, a Henry James y a H.G. Wells, colaborando con Ford Madox Fox en la novela Los herederos. En 1898 pasa dificultades económicas debido a su afición al juego, por lo que trata infructuosamente de regresar a la marina. En 1900 escribe Tifon y Lord Jim, novela en la que evoca el traumático accidente que sufrió a bordo del vapor "Palestine", y que estuvo a punto de costarle la vida.

Los años siguientes verán la publicación, con suerte desigual, Tifón, Nostromo, El espejo del mar y de El agente secreto. No obstante sufre de depresiones y de otros problemas de salud, además de continuar sus dificultades económicas. En 1913 lo visita Bertrand Russell y él devuelve la visita viajando a Cambridge. En 1914, durante un viaje por Polonia, estalla la primera guerra mundial y los Conrad tienen que regresar a Inglaterra por Austria e Italia. En 1916 el Almirantazgo le encarga diversas comisiones de reconocimiento por varios puertos británicos.

Al término de la guerra se traslada a Córcega y en 1923 viaja a Estados Unidos. Poco antes de morir, el 3 de agosto de 1924, aún tiene tiempo para rechazar un título nobiliario que le ofrece el gobierno inglés.

Conrad y España

Algunas de sus experiencias y personajes relacionados con el contrabando de armas a favor de los carlistas aparecen descritos en La flecha de oro (1919), especialmente su protagonista, doña Rita, trasunto literario de una amante española que tuvo en esos años y en el relato "El tremolino", mientras que alguna de sus escalas en la costa asturiana se describen en La posada de las dos brujas, de 1913.

Creación literaria

Villa Konstantynówka en Zakopane, lugar de estancia de Joseph Conrad en 1914.

Algunas de sus obras se han etiquetado como románticas, aunque Conrad normalmente suaviza el romanticismo con los giros conflictivos del realismo y la ambigüedad moral de la vida moderna. Por esta razón, muchos críticos lo han situado como precursor del modernismo. Gran parte de las obras de Conrad se centran en la vida de los marineros y en el mar.

Su primera novela, La locura de Almayer (Almayer's Folly), una historia de Malasia, fue escrita en inglés en 1895. Se debe recordar que la lingua franca de la gente culta en la época era el francés, la tercera lengua de Conrad, tras el polaco y el ruso, de manera que es altamente notorio que Conrad pudiera escribir de manera tan fluida y efectiva en su cuarta lengua.

Su obra literaria colma la laguna entre la tradición literaria clásica de escritores como Charles Dickens y Fyodor Dostoevsky y las escuelas modernistas literarias. Es interesante que Conrad menospreciara a Dostoievsky y a los escritores rusos por norma general, con la excepción de Iván Turgénev. Conrad, junto al autor norteamericano Henry James ha sido llamado escritor pre-modernista, y asimismo puede enmarcarse dentro del simbolismo y el impresionismo literario.

Joseph Conrad murió de un ataque al corazón en 1924 y fue enterrado en el cementerio de Canterbury, con tres errores en su nombre en la tumba.

En su lápida se encuentran inscritos unos versos de Edmund Spenser que dicen, traducidos al español:

El sueño tras el esfuerzo,
tras la tempestad el puerto,
el reposo tras la guerra,
la muerte tras la vida harto complacen.

Novelas

Bibliografía

Sobre Conrad
  • Conrad, Jessie (2011). Joseph Conrad y su mundo. Sexto Piso. 
  • Stape, John (2007). Las vidas de Joseph Conrad. Lumen. ISBN 978-84-264-1625-4. 

Enlaces externos