Helíadas

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Los helíadas eran, según la mitología griega, siete reyes de la isla de Rodas hijos de Helios y de la ninfa Rodo.

Consiguieron el trono de la isla después de la expulsión de los telquines, poderosos démones con cabeza de perro que desafiaron a los dioses al manejar los fenómenos atmosféricos y hacer llover agua de la laguna Estigia. Para exterminarlos Zeus provocó la inundación de Rodas, pero la mayoría de los telquines lograron huir. Entonces Helios, al que le había correspondido la posesión de la isla, la hizo emerger de las aguas con sus rayos, la bautizó con el nombre de su amada Rodo y dio su gobierno a los siete hijos que había tenido con ella.

Los helíadas conocieron la profecía que decía que los primeros mortales que honraran a la diosa Atenea (que acababa de nacer) gozarían de la presencia de la diosas por el resto de sus días. Por esto levantaron un altar a la diosa y establecieron sus ritos y sacrificios sagrados, aunque se les adelantaron los habitantes del Ática.

Helios enseñó a sus hijos el arte de la astrología (fueron los primeros en dividir el día en veinticuatro horas), de la navegación y de trabajar los metales, de los que fueron grandes maestros. En particular destacaban las habilidades de Ténages, que hasta tal punto que despertó la envidia de sus hermanos que cuatro de ellos (Actis, Cándalo, Macareo y Tríopas) terminaron matándolo. Cuando el crimen se descubrió, los asesinos fueron obligados a exiliarse de la isla.

Los que siguen son los nombres más consensuados de los helíadas: Actis, Cándalo, Cércafo, Macareo, Óquimo, Ténages y Tríopas. A estos, algunos autores añaden los de Auges, Trínax y la única mujer, Electriona.

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Referencias[editar]