Globicephala melas

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Calderón común

Comparación de tamaño con un humano.
Estado de conservación
Datos insuficientes (DD)
Datos insuficientes (UICN 3.1)[1]
Taxonomía
Reino: Animalia
Filo: Chordata
Clase: Mammalia
Orden: Artiodactyla
Infraorden: Cetacea
Parvorden: Odontoceti
Familia: Delphinidae
Género: Globicephala
Especie: G. melas
Traill, 1809
Distribución
Mapa de distribución.
Mapa de distribución.
Subespecies[2]
  • Globicephala melas edwardii (A. Smith, 1834)
  • Globicephala melas melas (Traill, 1809)
Sinonimia
  • Globicephala intermedius (Harlan, 1827)[3]

El calderón común o ballena piloto de aleta larga (Globicephala melas) es una especie de cetáceo odontoceto de la familia Delphinidae. Junto al calderón tropical o de ala corta (Globicephala macrorhynchus) integran el género Globicephala. Es uno de los delfínidos más grandes del Mediterráneo, pero es más abundante en el Atlántico, muy fácil de reconocer por su coloración negra con una única mancha ventral blanca en forma de ancla y la característica cabeza globosa que explica la denominación con la que se le conoce popularmente. Este cetáceo presenta un fuerte dimorfismo sexual: los machos son considerablemente más grandes y robustos que las hembras, ya que llegan a superar los 6 metros de tamaño y las 2 toneladas y media de peso, mientras que las hembras no suelen exceder los 4 metros y 1 tonelada.[3]​ También resalta por ser uno de los pocos animales que posee un número de neuronas neocorticales superior a la del ser humano, con 37.500.000.000, en un área que determina la percepción, la imaginación, el pensamiento, el juicio y la decisión, y que por ende, está estrechamente vinculado a la inteligencia.[4]

Distribución y población

Habita las zonas templadas y subárticas de ambos hemisferios, en aguas oceánicas y algunas aguas costeras del océano Atlántico Norte, el mar Mediterráneo y el mar del Norte. Previamente existían al occidente océano Pacífico Norte, donde parece estar ausente actualmente. Existe una población subantártica en el Hemisferio Sur, que llega hasta los 68°S que parece estar aislada de la población del Norte.[1]​ No se han realizado estimados totales de la población global. El número de individuos se ha calculado en 750.000 al noreste y el centro del Atlántico Norte y 200.000 en la población subantártica y 31 en el Mar del Norte occidental. Para 2008 fue catalogado en la Lista Roja de la IUCN como especie con datos insuficientes (Data deficient DD) debido a la carencia de información de su población global y su tendencia, también por la posibilidad de que existan 2 o más especies, momento en que se procedería a estimar el riesgo.[1]

Población del Mar Mediterráneo

El calderón común ha sido ampliamente estudiado en el Mar Mediterráneo. Su distribución espacial está principalmente comprendida entre las aguas del Cabo de Palos y el Estrecho de Gibraltar. Sus efectivos contarían con alrededor de 3.000 a 4.000 individuos, reunidos en clanes. Se conocen de momento los clanes del Estrecho de Gibraltar, que contarían con cerca de 300 individuos, y que estarían asociado a las aguas de mayor pendiente del Estrecho, el clan del Seco de los Olivos-monte Dibouti, asociado a aguas de grandes profundidades cerca de los 1000 metros, en aguas de Granada y Almería, y probablemente dos clanes en aguas de la Región de Murcia. Un primer clan, asociado a los cañones de Cartagena y Garrucha, y otro a aguas templadas del parque natural de Cabo de Gata-Níjar.

Descripción

Calderones en el Estrecho de Gibraltar.

Como la orca (Orcinus orca), el calderón común pertenece a la familia de los delfines. Es de color negro o gris oscuro, tiene una raya diagonal gris o blanca detrás de cada ojo, y en la región frontal el órgano llamado (melón) bastante desarrollado, que le confiere un aspecto prominente y redondeado a la cabeza. De este carácter toma su nombre en español, puesto que su cabeza se asimila a un caldero. La aleta dorsal tiene forma de hoz, se ubica cerca a la cabeza y se orienta hacia atrás; las aletas pectorales son de color negro y muy largas con una longitud del 15 a 20% de la longitud corporal. Posee un cuerpo robusto; los adultos machos tiene una longitud de entre 6 m y 7,6 m y las hembras entre 5 m y 5,6 m, y alcanzan un peso que fluctúa entre los 1.800 y 3.500 kg. Las crías miden entre 1,8 y 2 metros y pesan unos 75 kg al nacer; para entonces tienen una coloración gris clara.

Comportamiento

Canto del calderón común
Canto del calderón común, CD «Schall im Meer» Instituto de Investigación de la Bundeswehr de sonidos submarinos y Geofísica, Alemania

Son animales muy sociales, viven en familia y viajan en grupos de hasta cien, organizados en torno a un líder. Son muy activos y con gran frecuencia pueden ser vistos en la superficie. Los especímenes más jóvenes puede ser vistos saltando, pero esta cualidad es rara en los adultos. El calderón común suele respirar varias veces antes de realizar una inmersión de varios minutos. Las inmersiones de cacería, cuando buscan calamares o peces, pueden durar más de 10 minutos. Son capaces de sumergirse a profundidades de 600 metros, pero la mayoría de las veces no superan los 30-60 metros.

La comunicación y ecolocación comprende un rango amplio de sonidos de entre 3 y 18 kHz. Son producidos 14 a 40 veces por minuto. Los calderones comunes se varan con frecuencia en las playas: Debido a los fuertes vínculos familiares cuando un animal encalla, el resto de la manada tiende a seguirlo.

Reproducción

Las hembras alcanzan la madurez cuando alcanzan los 3,7 m y los 6 a 7 años de edad, mientras los machos requieren llegar a los 4,6 m y los 12 años de edad. La gestación se prolonga por espacio de 12 a 15 meses, con un periodo entre cada embarazo de entre 3 a 5 años. Las crías en promedio miden 1,8 metros al nacer y pesan unos 102 kg. La crianza dura hasta 22 meses.

Dieta

Los calderones comunes son carnívoros, se alimentan principalmente de moluscos, y peces, consumiendo alrededor de 34 kg al día. Calamares como Logio pealei e Illex illecebrous, son sus favoritos, junto con peces como la caballa, el arenque del Atlántico, el bacalao, y el rodaballo.[5]

Amenazas

El hombre en el hábitat del calderón

Calderón herido una línea de pesca de pescadores al currican en Tarifa.

Al igual que ocurre con otros delfínidos, los calderones están expuestas a numerosas amenazas debido a la presencia del hombre en sus hábitats. Entre las principales fuentes de riesgo por el simple contacto con el hombre son las lesiones que pueden sufrir por barcos y otros tipos de embarcaciones al chocar con sus hélices.

Otro de los peligros a los que se enfrenta un calderón es el de quedar varado. Cuando esto ocurre, a menudo se debe a haberse desorientado y separado del grupo. Son animales gregarios, con una gran cohesión social, y una vez aislados del grupo son muy vulnerables. En general, todos los cetáceos cuando se hallan lejos de su área normal de distribución sufren las condiciones ecológicas desfavorables y su inadaptación, provocando su muerte por varamiento antes o después.[6]​ Respecto al varamiento, se ha sugerido que una de las fuentes de desorientación que afectan a los calderones es la contaminación auditiva en las profundidades. Aunque aún no se ha concluido que efectos concretos pueda tener esta variable en el comportamiento de estos animales, un estudio en los calderones comunes del Mediterráneo encontró variaciones significativas en las vocalizaciones producidas por estos animales en presencia de las emisiones de sonar militar, las cuales dominaban el entorno acústico.

Explotación

Un calderón común en las islas Feroe.

Actualmente, esta especie está protegida a través del Convenio de Bonn en su anexo IV, lo cual ha detenido en gran medida su explotación. Sin embargo, la caza de la especie fue extendida y de larga data. Algunos países europeos donde el Calderón fue cazado son Noruega, Groenlandia, Islandia y Escocia. En el Atlántico Oeste, la explotación del Calderón se concentró en la Isla de Terranova entre 1947 y 1964, donde se estima una cima de extracción cercana al rango de los 3,000 a 10,000 ejemplares, en 1956. Debido a la ostensible reducción de la población, en 1970 cesó la caza de esta especie. También en el Cabo Cod, desde mediados de 1700 hasta 1920, se desarrolló una importante industria pesquera basada en la caza del Calderón.

Solo de manera tradicional, la explotación del calderón continúa en las Islas Feroe, famosas a nivel mundial por la gran industria pesquera centrada en la captura anual de esta especie (se estima a lo menos 2500 ejemplares, lo que por sí solo constituye el 0,3 % de la población mundial estimada de la especie). Más allá del real impacto de esta cacería sobre la población total del Calderón, el archipiélago feroés ha estado en el centro de la polémica ecologista por los medios de captura, considerados por muchos como "brutales" ( se utilizan, entre otros elementos, ganchos y garrotes), imagen reforzada por el impactante espectáculo del mar enrojecido en varios kilómetros con la sangre de estos animales. A la polémica se suma el hecho de que esta caza "tradicional" es posible debido al comportamiento del calderón, el cual se acerca voluntariamente a los humanos.

Respecto al consumo humano de carne de calderón, se han sugerido algunos potenciales riesgos para la salud, debido la presencia de algunos metales tóxicos para el hombre tales como el mercurio y el cadmio, carcinógenos como policlorobifenilos (PCB) y otros organoclorados, así como también restos de DDT y dieldrín. Aunque los niveles hallados de la mayoría de estas toxinas se mantuvieron dentro del rango normal, no fue el caso del PCB y otros organoclorados que alcanzaron niveles tóxicos relacionados directamente con la edad en los machos. Cabe mencionar que esta relación es inversa en las hembras maduras, probablemente debido al traspaso de las toxinas de la madre a las crías durante el embarazo[7]​ y la lactancia, como ocurre en los delfines nariz de botella.

Referencias

  1. a b c Taylor, B.L., Baird, R., Barlow, J., Dawson, S.M., Ford, J., Mead, J.G., Notarbartolo di Sciara, G., Wade, P. & Pitman, R.L. (2008). «Globicephala melas». Lista Roja de especies amenazadas de la UICN 2008 (en inglés). ISSN 2307-8235. Consultado el 20 de septiembre de 2010. 
  2. «Globicephala melas (TSN 552461)». Sistema Integrado de Información Taxonómica (en inglés). 
  3. a b Wilson, Don E.; Reeder, DeeAnn M., eds. (2005). «Globicephala melas». Mammal Species of the World (en inglés) (3ª edición). Baltimore: Johns Hopkins University Press, 2 vols. (2142 pp.). ISBN 978-0-8018-8221-0. 
  4. Mortensen HS, etal (2014). «Quantitative relationships in delphinid neocortex.». Front Neuroanat 8: 132. PMC 4244864. PMID 25505387. doi:10.3389/fnana.2014.00132. 
  5. Myers, P., R. Espinosa, C. S. Parr, T. Jones, G. S. Hammond, and T. A. Dewey (2008). «Globicephala melas - Food Habits» (en inglés). ADW - University of Michigan Museum of Zoology. 
  6. Duguy& Robineau. Guía de los mamíferos marinos de Europa. Ed. Omega. 1987 Barcelona. ISBN 8428208115
  7. Niveles de mercurio y cadmio también fueron detectados en el hígado de los fetos de los calderones, demostrando la transferencia placentaria de estos elementos

Enlaces externos