Economía evolucionista

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La economía evolucionista es una teoría económica tecnológica que estudia el comportamiento de los sistemas económicos desde una perspectiva dinámica, enfatizando en la importancia que ha tenido la innovación y el desarrollo de la tecnología en la evolución de la economía a lo largo del tiempo, otorgándole un carácter acumulativo al proceso económico. Se caracteriza por relacionar los fenómenos que ocurren en la economía (a través del uso analogías y metáforas de forma explícita o implícita) con principios biológicos propios de las ciencias naturales, como lo son las ideas básicas de la teoría Darwiniana.

De acuerdo con los Económicos Evolucionistas, la base de sus teorías corresponde a una interpretación de los fenómenos económicos basada en la interacción de múltiples agentes heterogéneos —entre ellos, empresas e individuos—, quienes mediante la repetición de un sistema de «prueba y error» intentan continuamente explorar nuevas tecnologías, nuevas estrategias comportamentales, nuevas formas organizativas.[1]

Antecedentes[editar]

Las bases del pensamiento evolucionista asociadas al funcionamiento de la economía se remontan a los trabajos realizados por el sociólogo y economista Thorstein Veblen, cuando en 1898 publica su ensayo Why is Economics Not an Evolutionary Science (¿Por qué la economía no es una ciencia evolutiva?), ideas que tiempo después serían retomadas por el economista Joseph Alois Schumpeter.[2]​ Y por su obra The Place of Science in Modern Civilization (El lugar de la ciencia en la civilización moderna) de 1919, donde retoma ideas evolucionistas originales que dan cuenta de que las organizaciones productivas funcionan similarmente a los principios de herencia, variación y selección propuestos por el naturalista Charles Darwin; esta idea fue novedosa porque sugiere que las sociedades se ven forzadas a cambiar de manera constante sus preferencias, tanto individuales como grupales, como un modo de adaptación a medida que van surgiendo nuevos descubrimientos, y son creadas y comercializadas nuevas tecnologías.[3]

Principales propuestas[editar]

Los evolucionistas sostienen que los modelos evolucionistas heterodoxos son mejores que la teoría neoclásica ortodoxa, porque incorporan las innovaciones y el avance tecnológico como los determinantes del crecimiento a largo plazo, proponiendo que los cambios en los sistemas económicos son producidos principalmente por el surgimiento de las innovaciones, perfeccionamiento e introducción de nuevos métodos, productos o servicios.[4]

De los autores de esta teoría, el que destaca como el principal referente de este pensamiento es el economista Joseph Schumpeter, quien le otorga un enfoque radical, la perspectiva evolutiva. Según él, cambios institucionales y tecnológicos conforman el motor de la evolución de la economía, y afirma que esta carece de un punto de equilibrio (como lo afirma la teoría neoclásica), puesto que dicho equilibrio se ve constantemente quebrantado por las innovaciones que surgen y se introducen en la actividad económica.

Dentro del contexto evolucionista, Schumpeter aporta y populariza el valioso concepto de la «destrucción creativa», a modo de explicación del proceso de transformación que acompaña a las innovaciones, y que da paso al nacimiento de nuevas empresas mejor adaptadas con una mayor capacidad competitiva, pereciendo así la organización empresarial que quede más rezagada en el tiempo. Estos procesos de destrucción creativa implican que las innovaciones acontecen en grupos y en momentos específicos del tiempo, y que tienen como consecuencia una aceleración de los procesos de obsolescencia de conocimientos, rutinas e instituciones, que no logren adaptarse a las nuevas condiciones.[5]

Posteriormente, estas ideas de una economía evolutiva entraron en un receso, hasta que en 1982 Richard R. Nelson y Sidney Graham Winter publican An Evolutionary Theory of Economic Change (Una teoría evolutiva del cambio económico), donde argumentan que las modificaciones que ocurren en la tecnología y en las conductas sociales, si son recurrentes, reflejan en cierta forma algún tipo de proceso evolutivo.

En este sentido, la teoría de la economía evolucionista retoma las ideas de Schumpeter, definiéndose a sí mismos como neoschumpeterianos.[6]

Los consumidores[editar]

La economía evolucionista sostiene que los consumidores juegan un papel clave en el desarrollo tecnológico, considerando que son ellos los encargados de evaluar y aceptar la integración de una determinada tecnología en la sociedad.

Con base en esto se propone que el conjunto de bienes que consume la sociedad puede considerarse como una entidad social sujeta a evolución.[3]​ El proceso de selección de productos o tecnologías que realizaría la sociedad constaría básicamente de tres instancias, en primer lugar los artículos a producir son elegidos por las empresas (según información previa con la que cuentan), después estos son seleccionados por los consumidores cuando son comprados y, por último, los productos son evaluados al momento del uso dado por un determinado consumidor, asignándoseles una cierta connotación en relación con los costos que implica la adquisición del producto y los beneficios recibidos por parte del mismo. Si se considera que las características que reúne el producto son acordes al precio pagado, o en otras palabras, que la connotación dada es positiva, se presume que es probable que el consumidor repita la acción y se convierta en un comprador fiel al organismo proveedor del artículo.

De esta forma, la selección y posterior aceptación social de los nuevos productos o tecnologías que van apareciendo, como consecuencia de una constante innovación, se enmarca en un contexto de búsqueda y aprendizaje de nuevas cualidades deseadas en las mercancías por parte de los consumidores. De acuerdo a esto, es posible deducir que distintos elementos sociales influirían y van a darle forma a una especie de trayectoria o camino que seguirá el desarrollo tecnológico, donde dicha trayectoria va a favorecer o desfavorecer a la tecnología de acuerdo a las características particulares del entorno en el cual se establezca.

El rol de las empresas[editar]

La economía evolucionista también incorpora dentro de sus propuestas un análisis del comportamiento que tienen las empresas y del papel que juegan en el sistema económico imperante dentro del cual se encuentren. Los evolucionistas argumentan que las empresas compiten haciendo uso de los recursos con los que cuentan con el fin de conseguir un lugar preponderante en el mercado y generar poder sobre este, para así incrementar sus ganancias y acumular capital, situación que llevaría a un aumento del crecimiento económico.

En la economía evolucionista es recurrente la acción de relacionar las ciencias naturales y el sistema económico, una de estas analogías queda al descubierto al comparar las empresas con genes al considerarlos como unidades de almacenamiento de información que se puede traducir, en el caso de las empresas, a un hábito de comportamiento racional y relativamente estable conocidos como rutinas empresariales. Estas componen un elemento de permanencia y herencia adjudicado en la memoria de la empresa, es decir, son producto de un proceso de aprendizaje organizacional que ha sufrido la empresa a lo largo del tiempo y que demuestra un conjunto de conductas consideradas efectivas en torno a un determinado contexto en que son usadas. Vistas de esta manera, las empresas son consideradas como un cúmulo de conocimientos disponibles con el que cuentan y que se acumulan en un proceso continuo.

Debido a la existencia de comportamientos regulares o rutinas que determinan una forma de funcionar, en las empresas existe un cierto grado de resistencia al cambio, sin embargo, modificaciones de los conocimientos acumulados pueden inducir a un cambio organizacional de la empresa, que generalmente es detonado producto de pérdidas por un periodo prolongado, en donde la empresa tratará de modificar sus rutinas en un esfuerzo por sobrevivir.[7]

Ciclos económicos[editar]

Uno de los principales exponentes de la teoría económica evolucionista, Joseph Schumpeter, hace la diferencia entre tres ciclos económicos distintos, los cuales nombra como ciclos de Kitchin (40 meses), Juglar (10 años) y Kondrátiev (40-60 años). Los ciclos de Kondrátiev son los más importantes ya que son provocados por innovaciones trascendentales que modifican los fundamentos del modelo económico y que dan origen a estos ciclos también conocidos como ondas largas de desarrollo, que se componen principalmente de una fase ascendente a la cual le sigue una descendente o tendencia relativa al equilibrio. Estas innovaciones por su enorme importancia han sido denominadas revoluciones industriales y los autores evolucionistas han identificado cinco ciclos largos o paradigmas tecnoeconómicos a partir de la revolución industrial de 1770 hasta nuestros días.[5][8]

Conclusiones[editar]

La economía evolucionista, mediante estudios heterodoxos, le entrega un enfoque dinámico al sistema económico enfatizando en la importancia de dos conceptos claves: conocimiento e innovación, ambos interpretados desde un punto de vista organizacional, es decir, se le da importancia a los cambios que se establecen en los grandes sistemas sociales.

Además, esta teoría aporta, en gran medida, un enfoque reduccionista a las explicaciones de las variables macroeconómicas, prueba de esto son las palabras del propio Schumpeter en Business Cycles:

"Para nuestro propósito, así como para muchos otros, sería muy inconveniente dejar las cosas en el punto anterior y tratar de trabajar con un número indefinido de ciclos o tipos de ciclos [...] Por lo tanto, decidimos ahora, para los propósitos generales de este volumen, contentarnos con tres clases de ciclos que llamaremos simplemente Kondratiev, Juglar y Kitchin [...] Esta elección recién hecha de tres clases de ciclos no tiene ninguna virtud especial. Cinco podría ser tal vez mejor, pero después de algo de experimentación el autor ha llegado a la conclusión de que el mejoramiento en la descripción así obtenido no compensaría el aumento de las dificultades."[9]

Principales teóricos del pensamiento evolucionista[editar]

Referencias[editar]

  1. Viale, Ricardo (2008). Las nuevas economías. De la economía evolucionista a la economía cognitiva: más allá de las fallas de la teoría neoclásica (1 edición). México: Flacso. pp. 29-41. ISBN 978-970-9967-23-4. 
  2. «¿Qué es la Economía evolutiva?». Consultado el 7 de diciembre de 2016. 
  3. a b Morero, Hernán Alejandro (Julio de 2007). «El evolucionismo: una presentación de su temática, metodología y objetivos». Contribuciones a la Economía. Consultado el 7 de diciembre de 2016. 
  4. Corona, Juan Manuel (2010). «Economía Neoclásica vs Economía Evolutiva» (PDF). Universidad Autónoma Metropolitana. Consultado el 7 de diciembre de 2016. 
  5. a b Palacios Sommer, Octavio A (2005). «Los Evolucionistas o Neoschumpeterianos» (PDF). Mundo Siglo XXI. CIECAS-IPN. pp. 87-113. Archivado desde el original el 21 de diciembre de 2016. Consultado el 7 de diciembre de 2016. 
  6. Rodríguez Vargas, José De Jesús (2005). La Nueva Fase de Desarrollo Económico y Social del Capitalismo Mundial (1 edición). México: Universidad Autónoma. p. 259. ISBN 978-94-689-5228-1. Consultado el 7 de diciembre de 2016. 
  7. Gil Feixa, S.; Olleta Tañà, J. «Enfoque evolucionista de la empresa e innovación tecnológica: el modelo de R. R. Nelson y S. G. Winter» (PDF). Universidad de Barcelona. Archivado desde el original el 9 de mayo de 2016. Consultado el 7 de diciembre de 2016. 
  8. Freeman, C.; Soete, L. (1997). The Economics of Industrial Innovation (en inglés). The MIT Press. pp. 65-70. 
  9. J. Schumpeter (1939). Business Cycles I. Nueva York: McGraw-Hill. pp. 169-170.